Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

sábado, 22 de agosto de 2020

"Rewind" de Juan Tallón. Reseña Literaria



A la vuelta de los días, sin embargo, te restableces y la diabólica velocidad del mundo vuelve a embelesarte. Te olvidas de todo, en especial de la idea de disfrutar de otra manera de la vida. La propia realidad te desposee de la aflicción, supongo, y del duelo y de tus remordimientos por vivir como vivías, y cuando lo adviertes estás girando nuevamente, como si el desconsuelo por la muerte de tus amigos hubiese pasado en balde. Y eso es sencillamente, terrible, terrible, terrible”.


El último libro que he leído "Rewind" de Juan Tallón merece mucho la pena.

El argumento nos cuenta la historia de una explosión y su repercusión en las personas a las que afectó. En el piso vivía un grupo de estudiantes de distintos paises en Erasmus, que acostumbraban a hacer fiestas a las que acudían todos los amigos y personas del vecindario. Sin embargo aquel viernes en el que les habían ocurrido cosas que les estaban haciendo felices, de pronto el mundo explotó haciéndose añicos.

No quiero contaros mucho para no destriparos casi nada.

Pero me ha parecido un libro muy recomendable no solo por lo que cuenta, sino sobre todo por cómo lo cuenta. El autor ha estructurado la novela en varios relatos, en los cuales exploramos lo que ocurrió desde varios puntos de vista. Estamos "rebobinando" la historia, de ahí su título. Pero no solo rebobinamos sino que vamos a ir hacia adelante tres años más, indagando en cómo ha afectado la explosión al único superviviente y a ciertas personas que les rodeaban.

De este modo se tocan muchos temas en la novela: Por supuesto, el inevitable, de cuántas y distintas formas podemos encajar los golpes que te da la vida. Y después, se tocan temas variados como el primer amor, el fracaso en el matrimonio, el terrorismo, la soledad, la amistad, los abusos...  y la pérdida. Sin contar con la reflexión implícita de que no estamos solos en el mundo, que conformamos un tejido de tal manera interrelacionado que si algo le pasa a uno, inevitablemente salpica a los demás.

Los personajes principales son los chicos que vivían juntos: Paul, que contará el mismo la historia, Emma, Anouk, Didier, Ilka y Luca. Pero luego tenemos otros personajes que irán apareciendo a medida que vayan ellos contándonos, desde su punto de vista, la historia, que son: Álvaro (padre de Emma), Hanna (quioskera), Gianna (hermana de Luca) y Violette (enfermera de Urgencias). 

 Comienza contando la historia Paul, y terminaremos volviendo otra vez al relato de Paul. 

 “La vida se vuelve un disparate sin que te des cuenta, a traición. Podía ser un disparate incluso mientras te parecía maravillosa y con sentido”

Como os decía de este libro tengo que resaltar cómo está contado. Cómo lo ha estructurado el escritor, me parece todo un acierto. Cómo lo son los personajes que ha elegido para contar la historia, personajes de su familia, allegados, o que los acaban de conocer en la misma desgracia. Personajes que cubren todos los puntos de vista. Después y además, encuentras que son relatos cortos que se necesitan, que conforman un todo. Un todo contado con un lenguaje muy cuidado, donde se ve que se se han ido escogiendo las palabras con detalle, en un afán de ir diseccionando los sentimientos.

En mi opinión muy recomendable.


Juan Tallón (Vilardevós, Ourense, 1975) es licenciado en Filosofía, ejerce el periodismo y ha colaborado en medios como El Progreso, El País, Jot Down y la Cadena SER. Es autor de varios libros en gallego, y en castellano ha publicado obras de no ficción como Libros peligrosos y Mientras haya bares y las novelas El váter de Onetti, Fin de poema y Salvaje Oeste.

lunes, 17 de agosto de 2020

De las veletas y Madrid

Chipiona (Cádiz)


En Madrid no hay veletas.

O quizá debería decir que en Madrid apenas hay veletas.

Porque gente inconstante y voluble la hay en todas partes.

Pero veletas, VELETAS con mayúscula, veletas a cual más vistosa, que uno divisa entre las cigueñas y en lo más alto, esas a las que mueve el viento y nos señala para donde sopla, invitándonos a ir hacia allí con los ojos cerrados... De esas, me temo que apenas vemos. 

Aquí en los altos, hay palomas que nos ensucian las calles, y de un tiempo a esta parte, también urracas. Gorriones, cada vez menos. Pero sobre todo, hay antenas, eso sí. Tenemos las azoteas crucificadas de antenas plateadas. 

Y si hablamos de quién nos invita a ir a hacia algún lado, aquí solo hay semáforos que nos permiten o no, pasar. Lo de invitar... no se lo diría yo así de suave, más bien te obligan. Y pobre de ti, si te atreves a obedecerles con los ojos cerrados. No se lo aconsejo. Que aquí tenemos impaciencia y prisas, tenemos horarios y poco tiempo. Eso sin contar con que normalmente miramos al frente o al suelo, pero a lo alto... a lo alto no mucho, la verdad.

No señor, no, aquí en Madrid no hay veletas.

Ya nos gustaría.




Jerez (Cádiz)

Jerez (Cádiz)

Jerez (Cádiz)

El Puerto de Santa María (Cádiz)

#veleta
#Cádiz
#Madrid

viernes, 14 de agosto de 2020

Faro de Chipiona. Álbumes de faros


De niños, en vez de coleccionar álbumes de cromos, coleccionaban álbumes de faros.

En aquella casa no estaba "El porqué de las cosas" de Bimbo, el "Vida y color" o cualquiera de aquellos atestados de caras sonrientes de futbolistas y titulados "Campeonatos de la liga 1970 y tantos" que se repetían en todas las casas. 
En aquella, quién sabe por qué, solo había un tesoro perfectamente ordenado. Un tesoro de álbumes artesanales hechos de cartulinas negras e ilustraciones pintadas con rotuladores de colores, marca Carioca.

El mayor se dedicaba a investigar bibliotecas y libros donde documentarse sobre cada uno de ellos. El mediano, el de mejor memoria, con solo leerlos una vez se los aprendía hasta desgranarlos en pequeñas notas que copiaba al lado de las imágenes con su letra apretada. La niña, la más cuidadosa, confeccionaba con cartulinas negras, y dibujos calcados con el papel de seda de los patrones de su madre, las ilustraciones de cada uno de ellos. Y el pequeño, el más rubio y nervioso, los repasaba por si se les había olvidado algo, pasando las páginas con su mano derecha, mientras con la izquierda sostenía el bocadillo de pan con chocolate. 

Eran un equipo perfectamente sincronizado.
Un equipo que atesoraba faros.

Aquella tarde tocaba el faro de Chipiona. 

El más alto de España. 
El que había sustituido a otro viejo faro de tiempos de los romanos.
El que se construyó para orientar a los barcos que querían ascender por la desembocadura del Guadalquivir. 
El que también, solo unos pocos privilegiados lo eran, se utilizaba para guiar a los aviones.

El faro de Chipiona, el construído con roca ostionera, el que se erguía altivo sobre las sombrillas de colores y los corrales de pesca, fue el ejemplar elegido para iluminar también, aquella tarde, en casa de los cuatro hermanos.









#Faros
#Cádiz
#Chipiona

miércoles, 12 de agosto de 2020

"El paseo de los Canadienses" de Amelia Noguera. Reseña Literaria



 «Mi madre mató a Jacinto una mañana clara. Era febrero. Hace mucho tiempo que todos los años, a esa misma hora y esté donde esté, veo sus ojos. Es mi memoria, no quiere olvidar; aunque lo contrario del olvido no es el recuerdo, sino la verdad».

He leído varios libros estas vacaciones que aún no he tenido tiempo de reseñar.
No querría que la fila fuera creciendo, así que voy a ver si pongo un poquito de orden.
Cómo me iba a ir a pasar unos días a Málaga y Cádiz, quería leer alguna novela que se desarrollara en estas tierras.

Y la primera que encontré "El paseo de los Canadienses" de Amelia Noguera, me ayudó a trasladarme a las tierras malagueñas, antes de poner un pie allí.


«Como decía Gerald Brenan, Los españoles, tan humanitarios habitualmente, tienden en momentos de entusiasmo a un frenesí histérico de muerte y destrucción». (Página 281)

La novela es una ficción ambientada en un hecho histórico, lo que se ha llamado "La desbandá" o "La desbandada". Imagino que muchos sabréis a qué estoy aludiendo. A uno de los episodios más desgraciados de la guerra civil. El que se produjo con la matanza de muchas personas, muchos civiles, muchas mujeres y niños, en una carretera que unía Málaga y Almería. 

Comprendereis que ambientada la novela en este trágico episodio, no es muy alegre. Ni falta que hace.

Arranca la historia justo cuando una gran parte de la población civil abandona Málaga en dirección a Almería. Febrero de 1937. Estaban esperando ayuda del gobierno republicano, pero como no llegaba, ante el empuje de las tropas fascistas emprenden la huida. Y aquello es una matanza, porque les bombardearon desde el aire con los aviones, y Queipo de Llano desde el mar también.  

La autora sitúa a las dos protagonistas, Isabel y Fernanda, coincidiendo en esta huida. A ellas junto a sus dos hijas, Azucena y Martina. Las dos mujeres no tienen la misma ideología, y no huyen por las mismas razones, pero aquí el azar hace que ellas, que ya se conocían, vuelvan a coincidir. Y aquí nacerá la amistad inquebrantable entre las dos niñas, sus hijas, que nos cuenta la novela.

Este es el tema principal de la novela, la amistad.  Y la supervivencia.

Los personajes principales de la historia son mujeres, porque además de estas cuatro protagonistas tendremos también a la abuela Ángela, que tendrá mucho peso en la historia. Son unos personajes muy creíbles, muy bien perfilados, con sus contradicciones y sus luces. Los personajes masculinos son más bien secundarios de la historia, aunque alguno de ellos nos dará una buena sorpresa.

Es una novela entretenida, no decae el ritmo. 
Está contada en primera persona por una de las protagonistas, cuya identidad se irá desvelando al transcurrir la historia. Aunque está intercalándose esa narración en primera persona, con otras voces, muchos testimonios reales (entre otros, los de un piloto italiano, un miliciano republicano, un arquitecto canadiense, un falangista del buque Canarias, otro anarquista republicano, una enfermera del Socorro Rojo Internacional, un jornalero, un militar profesional republicano, una presa de la cárcel de mujeres de Málaga), que ofrecerán una visión multiperspectivista de lo que cuenta, que, es mi opinión, ahonda en la riqueza literaria de la novela. 
Es también, dado el momento en el que se desarrolla la historia, una novela muy conmovedora, que narra algunos momentos muy duros de nuestra historia. Pero que se lee bien, como os decía es entretenida, es ágil, tiene un punto de misterio que se irá desvelando, y de paso nos recuerda un hecho histórico de nuestra guerra civil del que no se ha hablado demasiado, y fue una barbaridad.

No conocía a esta autora, no había leído nada de ella, pero no descarto repetir con ella. Además de transmitir con su prosa, ha escrito una novela muy ágil. 
#novela
#Málaga

lunes, 10 de agosto de 2020

Murales y Trampantojos. Estepona (Málaga)

"Día de pesca" de José Fernández Ríos

Casi es un Museo al Aire Libre. O sin casi.
Dicen que son más o menos 50 o 60 murales. No los conté. 
Solo los busqué, o no, solo los encontré sin querer, pero siempre los fotografié.
Murales que duran cinco fachadas, o dos o una. 
Homenajes a tantas cosas... Siempre coloristas, impresionantes, bellos.

Estepona  guarda un tesoro que se titula "Día de pesca" o "Regando el jardín" o de muchas formas más. Son tantos tesoros. Los hay para todos los gustos.

¿Cómo no querer llevármelos?
Traermelos a este Madrid que necesita agua y peces, colores y artistas.

Estepona. Verano 2020




"La huerta de Irene" de Encarna Hoyos

"Chorro Arts"

"Madre amorosa y la mirada de un niño" de Francisco Alarcón

"Almas de mar" de Blanca Larrauri

"Regando el jardín" José Fernández Ríos

martes, 4 de agosto de 2020

Ernesto Cardenal









Al perderte...

Al perderte yo a ti
Tu y yo hemos perdido:
Yo por que tú eras
Lo que yo más amaba
Y tú por que yo era
El que te amaba más.
Pero de nosotros dos
Tú pierdes más que yo:
Porque yo podré amar a otros
Como te amaba a ti,
Pero a ti no te amarán
Como te amaba yo.

Ao perder-te eu a ti
tu e eu teremos perdido.
Eu, porque tu eras
o que eu mais amava;
tu, porque era eu
que te amava mais.
Mas, de nós dois
tu perdes mais do que eu.
Porque eu poderei amar a outras
como amava a ti,
Mas a ti não te amarão mais
do que te amava eu!

   Ernesto Cardenal



sábado, 1 de agosto de 2020

Un balcón




Yo que había tenido un ventanal con unas vistas preciosas, me acostumbre a no tener ventana. 
Nos acostumbramos a todo, incluso a lo que imaginamos imposible.

Después, ni ventanal ni ventana, tuve un balcón.
Uno por el que entraba el aire y hacía bailar hasta a las cortinas, uno por el que entraba un sol que me daba los buenos días, acariciando con sus rayos la mesa en la que trabajaba.

No hay que acostumbrarse a nada, ni a lo que imáginábamos imposible, ni a lo que nos hace más gratos los días. 

A nada.

El ventanal, la pared rasa, el balcón, está en nuestro interior. Ahí solo.

Como todo.




martes, 28 de julio de 2020

"Verdugos" de Esteban Navarro. Reseña Literaria




El penúltimo libro que me he leído ha sido "Verdugos" de Esteban Navarro.

Nos dice el argumento: "En 1952, las hermanas Encarnación y Matilde Silva Montero fueron asesinadas en el interior del estanco que regentaban en la ciudad de Sevilla. La policía no tarda en detener a los tres autores: Juan Vázquez, Antonio Pérez y Francisco Castro, siendo condenados a pena de muerte mediante garrote vil. El verdugo, Bernardo Sánchez Bascuñana, coincide unas semanas después de la ejecución con un amigo suyo, un guardia civil jubilado, y le cuenta una terrible verdad: los acusados eran inocentes. El guardia civil decide iniciar una investigación por su cuenta para hallar a los verdaderos culpables del doble crimen."


Pues ha sido entretenido. No ha sido tan adictivo como prometía la reseña que había leído, pero bueno entretenido sí. Está estructurado en capítulos cortos y es ágil, se lee bien.

Lo que me ha gustado ha sido esa mezcla que tiene el libro entre hechos históricos que han sido reales, como el asesinato de las dos estanqueras en el año 1952 o que aparezcan las figura de Jarabo, el célebre asesino, o de Salvador Puig Antich, el jóven anarquista que fue el último ejecutado en el año 1974 en nuestro país por el garrote vil. Esa mezcla que tiene el libro entre los hechos históricos y la ficción, me ha resultado curiosa y me ha recordado hechos que sabía y no recordaba o que simplemente desconocía.

También, creo que está bien ambientado el ambiente franquista, los años cincuenta se reflejan bien en las costumbres, las marcas de las cosas...

Pero mediada la novela ya sabes qué ocurrió con el asesinato con el que comienza la novela, y el autor empieza ha dilucidar las semejanzas y diferencias entre ser verdugo y víctima, eso quizá te pueda hacer perder un poco el interés, o al menos creo que eso me ha ocurrido a mí. Aunque por otra parte, he seguido la lectura y bueno no ha estado mal, he estado entretenida, aunque no es la novela negra que yo pensaba que iba a ser.



#Reseña
#Novela



domingo, 26 de julio de 2020

Verano. Es tiempo de...



Es tiempo de:

pasear por la orilla del mar, tener los pies morenos, leer, leer, leer, viajar, trasnochar en una terracita, cazar faros, vestirse rápido, desvestirse aún más rápido, secarse al sol despacio, escuchar a las chicharras, hacer la maleta, no mirar el reloj,ir con chanclas, disfrutar del aire en la cara, oler a bronceador, leer, leer, leer, conocer pueblos nuevos, deleitarse con otras comidas, cambiarse de ropa varias veces al día, leer, leer, leer, ver la tele hasta las mil, desayunar sentados, oler las arizónicas, volver a viajar, pintarse las uñas de los pies, olvidar el secador, escuchar música, conocer gente, leer, leer, leer, echarse la siesta, oler el cloro de la piscina, comer helados, llevar el pelo más claro, tener la piel más oscura, ver atardecer sobre el mar, tomar horchata, leer, leer, leer, tener calor, llevar gafas de sol, no poner el despertador, hacer planes al aire libre, perderse por lugares desconocidos, comer gazpacho, hacer kilómetros, hacer aguadillas, quitarse la arena de los pies, desmemoriarse, conversar sin hora, subirse a los columpios, usar la mochila, enamorarse, leer, leer, leer, descubrir, volar, soñar,

hacer lo que nos de la gana.


#Verano

viernes, 24 de julio de 2020

Nombres de tiendas: "Cabelleria" y "La mar de gambas"

Madrid Julio 2020


Con la pandemia habíamos dejado de caminar por la calle con la cabeza alta, mirando despacio a todos lados, los ojos bien abiertos, sintiendo el aire en la cara. 

Necesitábamos volver a hacerlo. Aunque tenga que ser con mascarilla y el gel en el bolsillo.

Necesitábamos volver a las antiguas aficiones, esas pequeñas diversiones que nos proporcionaban un pedacito de felicidad íntima, doméstica, tontorrona.

Como coleccionar nombres curiosos de tiendas.

Descubrir palabras o frases que te hacen sonreír sin querer. Jugar, disfrutar cuando el lenguaje te salva de la rutina, de la monotomía y te hace ¡zas! Y te espabila. Te provoca.

Las fotos de hoy están tomadas ambas en Madrid.

Me gustó como nombre para una peluquería: "La cabellería". Tiene sentido, más sentido y hasta un toque de elegancia. No siempre llevamos pelucas, pero tenemos cabellos. O los hemos tenido. Fijaos en la foto que encabeza la entrada, "La cabellería", pues sí señor, nunca mejor dicho.

Y si nos fijamos en la foto de debajo, tenemos el doble juego de utilizar la palabra "mar" con dos sentidos. El adverbio de "La mar de gambas".

la mar de
1. loc. adv. mucho (‖ con mucha intensidad).

Y su sentido circunstancial. 

Está bien ¿verdad? Me gusta cuando los nombres nos hacen guiños desde cualquier esquina. Un ¡bien! por todos aquellos que se "han currado" el lenguaje.



Madrid Julio 2020

lunes, 20 de julio de 2020

Mis Rascamanes, última tarde de tertulia del curso



Aquel año de 2020 se nos desbarató todo. 

Y la celebración del fin de curso, parecía la celebración del principio. 

Llevábamos sin vernos ¿cuatro meses? Sin vernos en persona, porque la modernidad tambien había llegado hasta nosotros, y la "videoconferencia" se hizo presente y realidad en nuestro reunión semanal. Sin embargo, todos estábamos de acuerdo en que había estado bien esa innovación del "zoom", había cumplido su función la opción telemática, sobre todo para no perder el contacto; pero nunca, nunca, jamás de los jamases, podría sustituir al contacto humano.

Suenan con eco los chascarrillos a través de la pantalla, no se siguen con la misma agilidad las bromas espontáneas. Nos había faltado vernos llegar a la reunión, los diminutivos cariñosos al saludarnos, la mano que se posa en tu brazo buscando la confidencia, los besos y abrazos, el calor que no se puede traducir en palabras.

La vida manda, y si es con una pandemia más.

Pero allí estábamos de nuevo, aunque fuera disfrazados con nuestra mascarilla, echando de menos a los que nos estaban, tanto a los que nunca volveríamos a ver, como a los que simplemente habían faltado a la cita. 

Allí estábamos, ruidosos y felices. 

Allí estábamos.

De nuevo eramos niños revoltosos, críos asilvestrados que vuelven al cole, deseando ver caras amigas.





miércoles, 15 de julio de 2020

"El paseo de los canadienses" de Amelia Noguera y los refugios de Almería. Literatura y viajes.




Te encantaba cuando leyendo una novela, de pronto tropezabas con algún lugar dónde habías estado. De pronto, te sentías deslizarte por el sumidero de la memoria hasta zambullirte de cabeza en un mar de imágenes del tiempo que viviste en aquel lugar, ya fueran días u horas, qué más daba, volvías a nadar entre aquellas aguas de un lugar remoto, un tiempo pasado, un viaje que de nuevo te hacía sonreír.

Hacía poco tiempo que te había ocurrido con "El mal de Corcira" de Lorenzo Silva, y la isla de Formentera, sobre todo con su Faro. De pronto al leer aquella descripción te viste allí,  y era como si otra vez vivieras lo que viviste entonces, los acantilados y una rata, el faro, el autostop y un perro que, contra todo pronóstico, te quería. Sentías de nuevo lo que habías sentido aquella vez. Era mágico. El poder de la literatura, la evocación de los recuerdos, la magia de los viajes y aquel revuelto maravilloso que consistía en sentirlo todo a la vez. Otra vez. Siempre.

Todo permanece intacto en la memoria, solo hay que saber cómo traerlo de nuevo al presente.


Esta vez ha ocurrido con el libro "El paseo de los canadienses" de Amelia Noguera. De pronto hablaba de los refugios de la guerra de Almería. Y te viste allí. Y habían pasado cinco años, fue en el verano de 2015, pero era ahora, porque estaba ocurriendo otra vez. Otra vez la oscuridad y aquellos pasillos angostos, de nuevo la humedad y la piel de gallina de pensar cuántos horrores se debieron vivir allí  y todavía impregnaban las paredes. Era Almería, era verano, pero sentías frío.

 La literatura y los viajes, la mejor combinación posible. Viviendo en ti. Siempre.

 

"Fernanda siguió las indicaciones de una enfermera del Socorro Rojo que servía comida a los refugiados bajo otra carpa enfrente del Ayuntamiento y no tardó en encontrar la entrada al refugio que conducía al quirófano del que nos había hablado el guardia. (...) Pero la verdad es que no le faltaba razón: aterraba caminar por esos pasillos tan húmedos y fríos, estrechos, sin ventanas, que, a menudo, olían a orines y, sobre todo, contaban historias de terror. No olvidaré nunca las inscripciones de las paredes, los mensajes, los ruegos... El intenso miedo que los que utilizaban aquel lugar para ponerse a salvo de los bombardeos dejaban plasmado en el yeso. Ese miedo, además, se nos contagió a medida que avanzábamos  por los túneles e íbamos viendo las camillas con los heridos vendados, quejándose o callados, con la vista perdida, sentí ganas de correr hacia la salida.
(...)
Alguien corrió una cortina que estaba cerca de nosotros. Recurdo los pequeños azulejos azules de la sala llena de aparatos de metal blanco. Mis ojos aún no se habían acostumbrado a la poca luz, pero no me hizo falta para vislumbrar a mi madre en la sombra... 
(...)
Nunca he vuelto a Almería y debo decir que apenas recuerdo cómo era entonces. Jamás he podido dejar de sentir un miedo atroz al pensar siquiera en recorrer el mismo camino que me llevó allí. Mi hija me contó que taparon las entradas de todos los refugios en los años cuarenta y que ahora el quirófano y varios túneles se pueden visitar, es la red de refugios abiertos al público más larga de toda Europa. La entrada a aquel quirófano donde encontré a mi madre y supe que mi hermano había muerto está taponada ahora por un kiosco donde se vende la prensa, chicles y palomitas, diseñado por Guillermo Langle, el mismo arquitecto que ideó los cuatro kilómetros de refugios en los que los almerienses intentaban desesperadamente evitar las bombas. Sobre otros, ahora hay bares donde se vende pescaíto frito y bebidas frías. Algunos no saben lo que ocurrió allí, ni tampoco les importa."

El paseo de los Canadienses 
Amelia Noguera






http://rociodiazgomez.blogspot.com/2015/07/el-refugio-de-la-guerra-civil-espanola.html

Os dejo el enlace a mi blog, de la entrada que escribí sobre Almería y sus refugios en julio de 2015.

Y el de esta etiqueta de "Literatura y viajes" de Lorenzo Silva y su último libro "El mal de Corcira":
https://rociodiazgomez.blogspot.com/2020/06/el-mal-de-corcira-de-lorenzo-silva.html



#Almería
#Refugios
#Viajes
#Literatura
#El paseo de los canadienses
#Amelia Noguera

viernes, 10 de julio de 2020

¿Bambas, deportivas, zapatillas, tenis, playeras...? ¿Quién da más?



Estaba yo charlando con mi compañera de trabajo de lo humano y divino cuando caímos en la cuenta de que yo había dicho "Playeras" para referirme a mi calzado deportivo.

Es verdad que toda la vida llevas diciendo una palabra y necesitas que alguien te la repita en voz alta para que te fijes, para caer en tu costumbre.

Porque es verdad que yo utilizo este término cuando no pienso mucho al hablar. Porque me consta que de vez en cuando también digo deportivas o zapatillas de deporte. Pero qué más quisiera yo que hablar siempre con propiedad. Y en este caso, no me engaño, lo que me sale de dentro, de dentro, es "playeras".

¿Y vosotros qué?

¿Vosotros cómo las llamais?

Parece mentira la cantidad de palabras que usamos para el mismo calzado, e incluso parece ser que dependiendo de nuestra geografía así nos inclinamos por uno u otro término. Qué rico es el lenguaje.

¿Os acordais de aquella entrada de agosto de 2012 cuando nos paramos a pensar si decíamos "aguadillas" o "ahogadillas"?

Pues hoy, señores y señoras, les toca el protagonismo a los pies, que nos dan una guerra en verano con las dichosas rozaduras... Así que venga sin pensar mucho:

¿Cómo se refieren ustedes a sus zapatillas de deporte?

¿Bambas, deportivas, zapatillas, tenis, playeras...?

 
Muchas veces también las llamamos por su marca y decimos mis "reebok", o mis "adidas" ¿No es verdad?

Yo ya me he confesado. Lo mío son las "playeras" que ¿deriva de playa? Pues si es así, ahora que lo pienso, quizá no sea la forma más acertada de llamarlas. Es verdad.

Pero me salva que hasta viene en el diccionario de la Real Academia, no os creais, en su quinta acepción:

playero, ra
1. adj. Perteneciente o relativo a la playa. Vestido playero.
2. m. y f. Persona que conduce el pescado desde la playa para venderlo.
3. m. y f. Arg. Peón encargado de una playa (‖ espacio plano).
4. m. Cuba. Pantalón corto con peto y tirantes que usan los niños.
5. f. Zapatilla de lona con suela de goma que se usa en verano.
6. f. Cante popular andaluz, parecido a la seguidilla gitana. U. m. en pl.
8. f. Méx. Camisa de manga corta y sin cuello.

 He leído que el nombre podría venir, más que de playa, de la palabra inglesa "play", de juego, por tanto. Y quizá sí, quizá entonces tendría más sentido.

Veeennnga ¿Y vosotros cómo decís?

Os dejo una ilustración muy curiosa de cómo se le suele llamar según el lugar donde vives, y mientras lo vais pensando...




#Palabras
#Lenguaje coloquial
#Playeras

miércoles, 8 de julio de 2020

Palabras de verano: "Bermudas", "Sombrero de panamá", "Resol" y "Solana".

Ilustración de Monge Quentin



Pues ya sí que sí estamos en verano.

Un verano raro, todo hay que decirlo, bien raro, pero verano al fin y al cabo.

Y como en este blog nos gustan mucho las palabras, hoy nos vamos a fijar en algunas palabras que andan “veraneando” como nosotros.

Lo primero que tenemos que hacer para echarnos a la calle, es vestirnos.
 
Es tiempo de ponerse unas “bermudas”. Con este término, y en verano, aludimos a ese tipo de pantalón tan socorrido que es el pantalón bermudas. Y como hacemos siempre, nos vamos al diccionario de la Real Academia española.

pantalón bermudas
Tb. ~ bermuda.
1. m. pantalón ceñido a los muslos que llega a la altura de la rodilla. U. m. en pl. con el mismo significado que en sing. Pantalones bermudas.

La o las bermudas las encontramos en una de las acepciones que  el diccionario de la RAE le dedica a la palabra “pantalón”. Este tipo de prenda nos llega desde el lenguaje militar. Comenzó a utilizarse en la primera mitad del siglo pasado en las colonias británicas del Atlántico norte, de ahí su nombre.


Lo ideal sería combinar las bermudas con “un sombrero panamá”. Nos referimos a esos sombreros a los que el diccionario de la RAE nos reconduce llamándolos de “jijipapa”. Ay qué equivocados estábamos y nosotros sin saberlo. Ni se llaman de Panamá, ni son de Panamá porque son de Ecuador. 

panamá
De Panamá.
2. m. Tela de algodón de hilos gruesos, muy apta para el bordado.

sombrero de jipijapa
1. m. sombrero de ala ancha tejido con paja muy fina, que se fabrica en Jipijapa y en otras varias poblaciones ecuatorianas.

Por lo menos, lo que tienen de bueno es que se enrollan muy fácilmente y lo podemos meter en la maleta como si nada, que no se nos estropearán.

Y ahora que ya estamos ataviados con nuestro atuendo veraniego, podemos hablar de dos palabras muy bonitas que podemos ya sufrir porque vamos preparados, que son:

“Resol”:
 Y como siempre, acudimos a nuestro diccionario.
 
resol
1. m. Reverberación del sol.
2. m. Luz y calor provocados en un sitio por la reverberación del sol.

reverberación
Del lat. reverberatio, -ōnis.
1. f. Acción y efecto de reverberar.
2. f. Reflexión difusa de la luz o del calor.

Vamos, que tenemos resol cuando el sol no nos da directamente, sino de forma difusa. No me digáis que no es chula la palabra “resol”.

En el poema de Antonio Machado “Algunos lienzos del recuerdo” la tenemos:

(...)
Ante el balcón florido
está la cita de un amor amargo.
Brilla la tarde en el resol bermejo...
La hiedra efunde de los muros blancos...
A la revuelta de una calle en sombra,
un fantasma irrisorio besa un nardo.

Y ya por último, si en el resol, la luz nos llega de forma difusa, en la “solana” nos atiza de lleno:

solana
1. f. Sitio o lugar donde el sol da de lleno.
2. f. Corredor o pieza destinada en la casa para tomar el sol.

Solana deriva de la palabra latina “Sol, solis”, que era como los romanos llamaban al sol. También he encontrado que puede derivar de la palabra solanus, también latina que sería el viento de donde sale el sol.
La "solana" o el "solano" que también se puede decir, sería lo opuesto a la "umbría", palabra también muy especial.  

Es utilizada en algunos refranes: 
"Viña preciada, dámela en solana".
"Lino, ni lana, no quiere solana".
"El aire solano, malo de invierno y peor de verano".
"Haz tu casa al solano, y vivirás sano".


En este blog tenemos muchas entradas dedicadas al lenguaje, si os interesa este tema, en la etiqueta "palabras del verano" tenemos recogidas muchas a las que les hemos dedicado su espacio veraniego. Podéis darles un repaso. 

Por otra parte ya tenemos preparadas unas cuántas más, pero mejor las dejamos para otra entrada, por hoy ya está bien. 



#Palabras
#Verano

jueves, 2 de julio de 2020

"El mal de Corcira" de Lorenzo Silva - Reseña literaria


«Como tantas otras veces en mi vida, antes y después, tenía la sensación de ser un verso suelto, un tipo más bien incoherente que acababa estando donde no pintaba demasiado, por razones que nunca era capaz de explicarse suficientemente. Allí me habían llamado la curiosidad y una vaga necesidad de aventura, pero cada noche, cuando hablaba por teléfono con mi aterrorizada madre. Me asaltaban serias dudas acerca de mi cordura al ceder a ellas»


Ayer terminé "El mal de Corcira" de Lorenzo Silva.
El duodécimo y último libro, protagonizado por la pareja de guardias civiles, Bevilacqua y Chamorro.
Hace 22 años que comenzó esta historia con aquel primer libro publicado "El lejano país de los estanques", en estos años hemos crecido a la misma vez que los protagonistas. Finalmente han sido diez novelas con ellos de protagonistas, más dos volúmenes de relatos.

En el caso de este último, lo he disfrutado mucho, me lo he leído volando, a pesar de sus 500 páginas.


En esta entrega, cuando nuestros protagonistas ya tienen 54 y 43 años, toca investigar  el asesinato de un hombre de mediana edad en una playa de Formentera. Pero es mucho más que un asesinato, porqueg gracias a la víctima Bevilacqua tiene razones de sobra para recordar sus tiempos como guardia civil en Guipuzcoa, cuando comenzaba su andadura como guardia civil, a finales de los ochenta, en plena lucha contra ETA.

Ya he reseñado en este blog muchos libros de Lorenzo Silva y su Bevilacqua. Soy incondicional de este autor y de estos personajes.  

A Lorenzo Silva tuve la suerte de conocerle cuando vino al centro cultural de Villaverde donde entonces formaba parte de un taller literario, a hablarnos del proceso de escritura de una novela. Siempre me acordaré de su exposición perfectamente estructurada y clara, toda de memoria, mientras doblaba y desdoblaba una hojita de papel donde no llevaba nada apuntado.

Cuando al final de la novela leo en los pocos meses en los que la ha escrito, he recordado que nos decía que se sentaba a hacerlo cuando ya lo tenía todo en su cabeza perfectamente claro. Qué buena cabeza.

Como en todas las anteriores me he encontrado una novela donde el autor argumenta todo para que no haya duda de lo que ha querido decir. Gracias al personaje de Bevilacqua, sesudo y meticuloso, todo se vuelve diáfano, no queda ningún hilo colgando, ningún fleco.

Por otra parte me he encontrado muchas alusiones que no solo la hacen una novela entretenida sino que también aprendes con ella. Es una novela de guardias civiles cultos, en este caso alude muchas veces a autores como Tucídides, Deleuze y Walter Benjamin. Tampoco falta la parte de banda sonora, siempre hay más de una canción que le viene a la cabeza, en este caso habla de algunas en vasco, Pet Shop Boys, Leonard Cohen, Nirvana, Village People, Radio Futura, Extremoduro... Muchas.

Las puedes escuchar aquí: https://www.lorenzo-silva.com/el-mal-de-corcira/

En cuánto al tema, sobre todo toca el de ETA con la perspectiva que da el tiempo, los capítulos dedicados a aquel tiempo con un Bevilacqua recientemente convertido en guardia civil se alternan con los del presente donde se toca el ambiente gay donde se mueve el protagonista. Son dos vertientes bastante interesantes. 

Está ambientada, por tanto, oscilando entre Ibiza y Formentera en el presente, y  Guipuzcoa en los años 80, espacial y temporalmente hablando.

Tengo que hacer mención especial de los diálogos de esta entrega. Son absolutamente fluidos, y muchos con un punto irónico, con humor, que te los hace muy jugosos. Yo creo que es lo que más podría destacar, cuánto me ha gustado toparme con esas conversaciones entre los personajes donde al hablar casi los ves y no puedes evitar sonreírte.

A mí todas estas novelas de Lorenzo Silva con esta pareja de protagonistas me han parecido muy verosímiles, y completas. Tienen su intriga, su parte culta, su banda sonora, sus toques de atención al lenguaje, con frases hechas o citas de éste o de aquel libro, y sus diálogos naturales y certeros.

Y ésta última la he disfrutado bastante, me ha enganchado muy rápido, se lee muy bien. No te la puedas perder.



LORENZO SILVA

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), La sustancia interior, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca (Premio Primavera 2004), El blog del inquisidor, Niños feroces, Música para feos, Recordarán tu nombre y la «Trilogía de Getafe» (Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, El cazador del desierto y La lluvia de París). Es autor de los libros de relatos El déspota adolescente y El hombre que destruía las ilusiones de los niños, del libro de viajes Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos y de Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo). Suya es también la serie policiaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, de la que El mal de Corcira es la última entrega, tras El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La marca del meridiano (Premio Planeta 2012), Los cuerpos extraños (2014) y Lejos del corazón (2018), entre otras. Junto con Noemí Trujillo, firma una nueva serie policiaca que han iniciado con Si esto es una mujer.