Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

martes, 31 de octubre de 2023

"Altar de los Muertos" en Casa de México en Madrid

 




Estos últimos años por estas épocas otoñales que suelen coincidir con días grises y tardes más cortas, me escapo a la Casa de México en Madrid donde una explosión de colores me espera seguro. 

Su tradición nos devuelve en estos días su Altar de los Muertos, que en concreto este 2023 está dedicado a 30 mujeres cuyas vidas supusieron un antes y un después en México.  El título elegido es "Que ni la muerte nos separe".

El 1 de noviembre en este país es toda una fiesta, y da gusto ver ese derroche de naranjas y amarillos, el color de la flor del cempasúchil o flor de los muertos, mezclado con las fotografías de esas mujeres, y las calaveritas y el pan de muerto... Es muy vistoso. 

Yo me acerqué en el tiempo de la comida, entre la jornada laboral de mañana y la de la tarde, y aún así había muchísima gente viendo el Altar y la exposición. 

Merece la pena ver cómo los mexicanos hacen una fiesta del Día de los Muertos, cómo viven con jolgorio el encuentro entre los vivos y sus fallecidos. Es curiosa esa forma festiva tan suya de honrar a sus difuntos, volviéndolos a traer con alegría, con colores, con comida, para celebrar su día con sus familias. 

Me gusta mucho su alegre nostalgia, tan diferente a nuestra tradición, es tan paradójica, me resulta muy atractiva.













lunes, 30 de octubre de 2023

Corfú y Los Durrell

 


 “En algún sitio entre Calabria y Corfú comienza realmente el azul”

Lawrence Durrell

 

Ahora que llueve y hace más frío, ahora que no vienen bien dadas y un páramo laboral se extiende ante mí, me escaparía otra vez a Corfú.

Me hacía mucha ilusión conocer aquella isla en la que había un palacio de Sissi, como en aquellos libros de "Historias selección de Bruguera" que leía de pequeña. 

Me hacía ilusión, también, seguir el rastro de los Durrell, aquella familia (“...La madre viuda, Louisa, y sus cuatro hijos: Larry, obsesionado con la literatura, Leslie, obsesionado con las armas, Margo, obsesionada con los chicos y Gerald, obsesionado con los bichos) cuya serie había devorado días antes de ir, a falta de tiempo para lo que realmente deseaba: leerme primero los libros de los hijos escritores.

Y descubriendo y atrapando faros, comprobar si era cierto aquello de que en su mar comenzaba el azul, como contaba el mayor de los hermanos.

Ahora, me escaparía otra vez a Corfú, porque dicen que siempre hay que dejar algo para volver. 

Y no me extrañaría que fuera el consuelo que alguien inventó porque le faltó ver algún lugar que llevaba apuntado. Alguien de los míos, de los que no quieren perderse nada. 

O quizás no, quizás es verdad que adrede habría que dejarse algo y volver. 

Sea como sea, yo me perdí las casas donde vivieron los Durrell. A falta de eso me paseé por su parque y pude hacer eso que tanto me gusta, sumar destinos a literatura.  

¿Pero y sus casas? insiste mi yo más viajero.

Mientras vuelvo para verlas, "Mi familia y otros animales" de Gerald y "La celda de Próspero" de Lawrence esperan pacientemente su turno en mi mesilla. Me gusta saberlas cerca. Me gusta la certeza de que puedo asomarme a sus páginas y recuperar un trocito de aquella isla que no terminé de ver bien.

Por todo eso, yo, en estos días lluviosos, me escaparía otra vez a Corfú.





viernes, 27 de octubre de 2023

De balcones y ventanas

 


No estabas loco, lo eras.

Y cada mes tu locura se resumía en algo distinto. 

En el último se te antojaron las ventanas y balcones. Cuanto más decorado o recargado mejor, decías. 

No te bastaba con descubrirlos, con contemplarlos, con fotografiarlos. No, tenías que estar, asomarte, respirar con los brazos extendidos y posar para mí. Ese era el reto.

Y un día eras el nuevo pintor de la fachada del edificio y otro el que revisaba las persianas, un día el que contralaba la salida de los humos y otro los riesgos estructurales. 

Qué más daba, fuera con la excusa que fuera, lograbas colarte en la casa, convencer a quién te abriera la puerta y con una sonrisa triunfante asomarte para mí que, abajo en la acera, me contagiaba de tu sonrisa y con la cámara preparada, musitaba ¡será liante...! y te hacía la foto que querías. 

No estabas loco, eras un encantador de quién te propusieras. En la última semana de octubre un encantador de vecinos. Mi encantador.

No estabas loco, sin duda era yo quién lo estaba, pero por ti. 














lunes, 23 de octubre de 2023

La leyenda del Lago Misurina

 


Misurina, la hija del rey Sorapiss, era una niña consentida que se encaprichó de un espejo que podía leer los pensamientos de quiénes se reflejaban en él. 

El hada que habitaba en el monte Cristallo, poseedora del mágico espejo, solo accedió a desprenderse de él a cambio de que el rey Sorapiss se convertiera en una montaña cuya sombra cuidaría de sus plantas, marchitas por el exceso del sol.

Misurina deseaba tan ardientemente ese espejo que no pensó en las consecuencias del trato y siguió clamando por él. El rey Sorapiss ansioso por complacerla accedió a la condición del hada y mientras la pequeña recibia feliz su espejo, fue transformándose.

Mientras la niña se miraba al espejo, Sorapiss terminó de convertirse en una alta montaña, desde la que Misurina cayó al vacío. El rey contempló impotente el trágico final de su hija, derramando tantas lágrimas que se fue formando en el valle un inmenso lago que llevaría el nombre de su hija y en cuyo fondo se quedó para siempre el espejo roto.

 





Situado en Cadore, a unos 1750 metros sobre el nivel del mar, el lago Misurina, también conocido como la "Perla de los Dolomitas", es el lago natural más grande de Cadore, Véneto.
Rodeado por Tre Cime di Lavaredo, Sorapiss, Cristallo y Cadini, y algunas de las cumbres más famosas de los Dolomitas.




viernes, 20 de octubre de 2023

Il faro de Desenzano

 


Era feliz escapándose de viaje, pero si además el destino estaba cerca de un sereno mar y se salpicaba de algún longevo faro se multiplicaba el placer de la escapada. Sin embargo en aquella ocasión eligieron el norte de un país, eligieron montañas y lagos, eligieron la energía positiva de tierra adentro y el agua dulce.

Por eso, cuando paseando por el Lago de Garda, en el bello Desenzano, tropezó con un precioso faro en su puerto viejo no se lo podía creer. ¿Cómo no sabia de su existencia? Si lo primero que hacía en cuánto tenía unos billetes de avión y un itinerario era empaparse bien de sus tesoros... 

Bendito despiste: Aquel faro llevaba allí esperándola desde mucho antes del 1900. 

Esperando en aquel lugar que previamente se había iluminado con unas pocas lámparas de aceite confiadas a un empleado, pagado por el ayuntamiento, que las encendía según las fases de la luna. Pero en 1882, a causa de la bebida la luna no debía verse muy nítida, porque el ebrio farolero no cumplió con su función, quedándose para la posteridad anotada la consecuente reprimenda.

Y aquello no quedó ahí, porque se decidió contratar a personal más cualificado, un linternero permanente, para ocuparse del nuevo faro (y rompeolas) construído a raíz de la equiparación del puerto de Desenzano con uno marítimo según Real Decreto de 1887. Y "en la tarde del 16 de julio de 1895 se encendió la nueva linterna del puerto" por parte de Flaminio Scarpa, oportuno nombre, el nuevo linternero que se ocuparía de este quehacer hasta 1903, cuando se sustituyó por iluminación electrica. 

120 años después, en un anómalo y cálido octubre, tropezamos casi sin querer con "il faro de Desenzano". Allí nos esperaba gentil y pacientemente. Delicado, elegante, señorial. Alzándose fotogénico sobre las barcas de colores y el agua espejada del lago. Recortándose su perfil sobre el atardecer y el paso del tiempo. 







miércoles, 18 de octubre de 2023

"Deje su mensaje después de la señal" de Arantza Portabales. Reseña Literaria

 



“Hay cosas que una debe hacer por una madre, sobre todo cuando descubres que las madres, efectivamente, son mujeres, aunque un día olvidasen que lo eran.”


"Todo pasa por algo" es la frase que a menudo se repite en esta novela que quiero reseñar hoy y que me he leído en un suspiro porque desde la primera frase me atrapó. Pero si os parece, vamos a empezar por el principio: Título y Autora.

"Deje su mensaje después de la señal" de Arantza Portabales es la última novela que terminé y que os quería reseñar hoy.

Me la recomendó mi amiga Julia, a mí se me había pasado en su día, y me la llevé de vacaciones. Solo podía leer por las noches y la devoré. En honor a la verdad tengo que decir que no es muy larga pero también es cierto que ninguna de esas noches tenía ganas de cerrar el libro. Me ha gustado mucho la historia que cuenta, me ha empezado a gustar incluso desde la cita con que encabeza ésta:

"No hay nada que se pueda comparar a la palabra y a la comunicación. No hay nada comparable a poder hablar a la persona adecuada en el momento adecuado en el que la persona a quién se habla tiene ganas de escuchar y la persona que habla desea hablar." Carmen Martín Gaite.

No es mala cita ¿verdad? Estoy completamente de acuerdo, el placer de la conversación es uno de los mayores que existen. Y ese es el tema principal de esta novela que cuenta la historia de cuatro mujeres que se van vaciando de lo que las ahoga a base de dejar sus mensajes en un contestador. El tema es la comunicación, o mejor dicho la incomunicación, la soledad. 

Los personajes son estas cuatro mujeres que aparentemente no tienen nada que ver entre sí. Marina es una abogada especializada en divorcios a quién acaba de abandonar su marido. Carmela es una señora mayor a quién acaban de confirmar que tiene un cáncer. Sara es una joven que acaba de intentar suicidarse y Viviana es una prostituta. Las cuatro nos van a ir desgranando sus vidas mientras van hablándole a un contestador de alguien allegado. Marina al contestador de su ex marido, Carmela al de su hijo que está de médico en el Sahara, Sara al de su psicólogo y Viviana al de su padre.

Cuatro personajes para esta novela coral en las que ellas mismas en primera persona nos van a ir contando porque son incapaces de decir lo que les pasa en voz alta y cara a cara. 

Ambientada en Galicia y Madrid en la actualidad. Está estructurada en capítulos muy cortos, cada uno encabezado por un título y el nombre de la protagonista del mismo. Los capítulos van a ir alternando a sus protagonistas siempre en el mismo orden: Marina, Carmela, Sara y Viviana, y vuelta a empezar. No tenemos ninguna duda de quién habla y no solo porque la autora "nos ayude" indicándolo en la cabecera de su capítulos, me han gustado estos subtítulos, sino sobre todo porque son cuatro voces muy diferentes las de estos personajes muy bien perfilados. 

Es una novela con mucho ritmo, muy ágil, debido a este juego constante de historias y voces, a esa alternancia de las voces narradoras con ese sutil entramado de contradicciones que se manejan y se van entrelazando: La abogada de divorcios que no puede plantearse estar en esa situación, la moribunda que no quiere morirse, la suicida que no puede hacerlo, la prostituta que quiere trabajar en el Ikea. 

Y leyendo y leyendo, no puedes dejar de leer, vamos avanzando en sus cuatro historias y no dejan de ser la misma. Una historia cotidiana impregnada de sentimiento con cuatro protagonistas. Cuatro personas anónimas, normales y corrientes, con las que vas empatizando mientras las vas "escuchando". Como decíamos al principio, ese placer de que coincidan alguien que quiera hablar con otro alguien que quiera escuchar, o en nuestro caso, leer.  

He disfrutado mucho de esta novela, no había leído nunca a esta autora y ha supuesto un descubrimiento.


martes, 17 de octubre de 2023

"Museo arqueológico" de Corfú

 

 

Hubiéramos buscado el momento de visitarlo, porque era uno de los Museos imprescindibles de Corfú. El Museo Arqueológico, junto con el de Arte Asiático, venían indicados como los mejores en todos los folletos. Pero además, la DANA que habíamos esquivado al salir de España había corrido tras nosotros hasta Grecia, y aunque afortunadamente nos tocaba en la isla un poco de refilón, nos dejó dos días grises y lluviosos que nos chafaron los mil y un planes de islas y baños. 

Seguramente por eso adelantamos la visita, y aquella tarde recalamos en el Arqueológico nada más comer, bajo una lluvia impenitente que nos animaba a tomarnos el paseo entre "las piedras" con toda la relajación del mundo. Al fin y al cabo, como decía Gila, en Grecia ya estaba todo roto.

Había muy poco público y el Museo se presentó silencioso. Nada más entrar sonreímos, no era demasiado grande, era espacioso pero muy acogedor. Un refugio que con gusto pasearas despacio, cada uno a su ritmo, disfrutando perezosamente de las piezas. 

El frontón que representa a Medusa del templo de Artemisa, que anunciaban aquí y allá, nos esperaba al final de la segunda planta. Era imponente. Casi Majestuoso. Mereció la pena. Habría sido chulo haberlo visto colocado en su templo, ese hallado durante las guerras Napoleónicas. Aunque tampoco estaba nada más el lugar privilegiado que ocupaba en el Museo donde tenía toda una sala para él solo, para disfrutarlo entero. 

El resto de las piezas que se pueden ver aludían a distintos ámbitos de la historia de la ciudad de Corfú: los usos funerarios, la religión, la economía... Nos llamó la atención una vasija donde dentro se podían ver restos de un enterramiento infantil, también el rostro cincelado con cuidado de los personajes que nos habían enseñado los libros, mostrandonos su eterna expresión pensativa. 

Aquel fue el lugar elegido para esas fotos especiales, para las que lucen solas en una página de los álbumes. Allí queda el recuerdo del grupo que formábamos, de las conversaciones que tuvimos en voz baja, de las risas y momentos que vivimos. 

Pero esas cosas, como tantas, no se cuentan, quedan para uno. Para uno que, en su interior, se alegra de haberlas vivido.

 

Corfú. Museo Arqueológico. Septiembre 2023



















lunes, 16 de octubre de 2023

Y tocar casa

 


Volver.

Volver con los bolsillos abultados de caras y paisajes, 

nombres de pila y topónimos. 

Volver envuelta en otros olores, saborear otro pedazo del mundo, 

ensanchar el horizonte y afianzar las coordenadas.

Volver.

Quitar el polvo a los sentidos, a las pupilas, al alma.

Olvidar el reloj de fichar, los deberes, la rutina.  

Volver.

A los compañeros, a los amigos, a quienes quiero. 

Volver. 

Enriquecerse. Crecer. Volver

Y tocar "casa".








miércoles, 4 de octubre de 2023

"GarCine. 40 años del primer Óscar a una película en lengua española" Exposición en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid

 


Siempre me gustaron las películas de José Luis Garci. Sobre todo las de El Crack, con ese tandem Alfredo Landa y Miguel Rellán, ese inconfundible poso nostálgico y esas escenas del Madrid de entonces... Aunque también, por supuesto, me gustó mucho "Volver a empezar", "El abuelo" y tantas otras. Sus diálogos, las historias, su forma de escribir, de contar van mucho conmigo. 

Ahora le escucho todos los domingos, en la radio, en el programa de Pepa Fernández, en la tertulia que llaman "De maduritos interesantes" junto a Andres Aberasturi y algún artista más que invitan ese día y va cambiando. Y paso muy buen rato escuchándoles. 


Por eso tenía que ir a ver esta exposición que lleva en el Centro Cultural Conde Duque de Madrid todo el verano pero ya solo durará hasta el 15 de octubre. Porque resulta que han pasado 40 años del Óscar. ¡40 años! Parece tanto tiempo y apenas nada. Ocurrió en abril de 1983 ¿Cómo se ha pasado tan deprisa? En la LV edición de los Óscar se le dio el premio a la mejor película de habla no inglesa a José Luis Garcí por "Volver a empezar". Por primera vez en la historia a una peli española. 40 años. Y con esa excusa han organizado esta exposición y podemos volver a recordar su paso por nuestra vida. 

Tal y cómo me esperaba, me gustó mucho. 

Está en una sala con arcos de piedra al fondo del segundo patio del Centro Cultural. Está dividida en dos pasillos que corresponden a dos secciones muy diferenciadas. 

La primera aborda su biografía, su papel en la radio y televisión, sus aficiones, sus amistades. 









Y la segunda parte ya se ocupa en concreto de su filmografía, sus 19 películas, con una pequeña sala donde se pueden ver escenas de sus películas. 





Hay fotografías, objetos variados, carteles, guiones... Muchos recuerdos. 

Si te gusta su filmografía pasas un rato muy agradable paseando tranquilamente entre todas las secciones. Un ejercicio de nostalgia en toda regla. 

Pero un ejercicio muy recomendable.