Un blog para letraheridos. Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y letras.
Un blog donde sentarse a leer mientras te tomas un café.
Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let
Érase una vez un concierto: "Concierto de música popular “De Porriño al cielo. Música de raíces gallegas para Antonio Palacios”.
Érase también un lugar chulo de Madrid: El antiguo hospital de Jornaleros de la calle Maudes, también de Antonio Palacios.
Érase además una servidora que iba pensando que podía estar bien la aventura, que solo había que correr un poco más, bastante para llegar a todo, pero que después de lo que cuesta tener las entradas (a lo "tonto el último"), que seguro que luego vale la pena y que, por supuesto, ya descansaremos en otra vida...
Y érase una vez un dúo que yo no conocía pero resultaron ser un feliz descubrimiento:
Caamaño&Ameixeiras
Un violín, un acordeón y una voz preciosa. Y no solo buena música, sino naturalidad y canciones de siempre, espontaneidad, y una buena dosis del mejor humor.
Érase todo eso, todo eso junto, aquella vez que una sonriente servidora salió de un lugar muy chulo de Madrid tras un concierto y pensó: "Qué bien vivir ¿verdad?"
Sientes que llevas toda la vida yendo al Libertad 8.
Has ido a conciertos de un montón de gente. Has ido con un montón de gente: con familia, con amigos, compañeros...
Incluso has leído tú, en ese escenario diminuto, tus propios cuentos y tus cartas de amor.
Sientes un cariño especial por ese café de Chueca, ese lugar íntimo y recogido, reducto de cantautores y literatos.
El último concierto del 2021, el del 29 de diciembre, también fue en Libertad 8.
Pero no, no quieres hablar de cómo de rápido pasa el tiempo, de que ahora vas con tus sobrinas donde tú ibas casi con su edad, de lo que hacías entonces, de lo que sigues haciendo, de blablabla.
No, lo que tú quieres es darte cuenta de cómo sigues disfrutando de la música en vivo. Disfrutando simplemente de tomar algo, con personas que quieres, escuchando a alguien que con una guitarra te lleva muy lejos, sobrevolando las mesas, los vasos, detrás de un estribillo.
Lo que quieres es ser consciente de que eso es también un pellizco de felicidad: escuchar una canción, a una cantante, a Vicky Gastelo.
Y sonreír.
Y tararear.
Y después, semanas después, recordarlo con una sonrisa.
“El placer es el bien primero. Es el comienzo de toda preferencia y de toda aversión”.
Epicuro
¿Te acuerdas de aquellos conciertos que había en el Auditorio del Parque de atracciones? Sería a finales del BUP o en COU. Anda que no fuimos... Eran gratis y, después de atravesarnos Madrid en metro, allí clavados que estábamos todos los amigos, un puñado de horas antes, bajo aquel sol despiadado, solo para pillar una fila entera de aquellos duros asientos de piedra para escuchar a Serrat, o a Aute, con auténtica devoción. Qué poco rato cantaban y cómo echábamos la tarde entera para verlos. Sí, te hablo de aquellos tiempos felices del cine de verano en el barrio, los tiempo de sentarnos todos en corro en el cesped cantando las canciones que sabía tocar la que llevaba la guitarra. "De alguna manera tendré que olvidarte, por mucho que quiera, no es fácil, ya sabes, me faltan las fuerzas, ha sido muy tarde y nada más, y nada más, apenas nada más..."
La primera vez que vimos a Sabina fue en las Ventas. No se me olvidará nunca. Primero estuvimos en la arena. Y cuando ya no aguantamos más, nos subimos hasta lo más alto y nos sentamos con la nariz asomando entre la barandilla, con las piernas colgando, mirando hiptonizados la parte de arriba de la cabeza de los Viceversa y de Joaquín. Ay. Diminutos, pero allí estaban. ¡Cómo me gustaba a mí entonces el que cantaba de los Viceversa! Aunque he terminado siguiendo más a Panchito. ¿Te acuerdas?"Aquella noche no llovió/ Ni apareciste disculpándote/ Diciendo, mientras te sentabas/ "Perdóname si llego tarde"
Pero memorable fue el de El último de la fila en el Pabellón del Real Madrid, cuando aún existía claro, y no habían construído las enormes torres que se ven desde toda la ciudad. ¿Cuántas personas seríamos? Una auténtica burrada. Todos allí aplastados para entrar. Pero nos encantaban aquellos "aviones plateados rozando los tejados..." Entonces ya estábamos en la Universidad. También inolvidable fue el de Mecano, y también en las Ventas. Fue comenzar el concierto con aquella nebulosa y la música de Héroes de la Antártida y ya no dejamos de cantar a voz en grito todo el concierto. "Dieciocho enero de mil novecientos doce el capitan Scott/ Acompañado de Evans, Wilson, Bowers y/ Oates, alcanza el polo sur pero fracasa en la hazana de ser el primero..."
Han pasado más de treinta años, bueno vale, y treinta y cinco también. Qué más da. Ya he perdido la cuenta de los conciertos a los que habremos ido, de tantos han sido. ¿Cuántos? Muchos. Joaquín Sabina, Serrat, Aute, Presuntos Implicados, Javier Ruibal, Pedro Guerra, Jorge Drexler, Los Rodriguez, Love of Lesbian, Quique González... y algunos que se me olvidan ya.
Y Rozalén. El último ha sido el de Rozalén en el Wizink Center. Se escucha mucho mejor que cuando íbamos a los conciertos del Palacio de los Deportes, que también fueron unos cuántos.
No ha tenido nada que ver con otros conciertos, nos tomaron la fiebre, nos regalaron el botecito de gel gentileza de nosequién, bloquearon sitios sin ocupar a ambos lados, detrás y delante, y no nos permitieron levantarnos para bailar ni una sola vez, hasta la última canción del último bis. Pero ¿Era el tercer o el cuarto concierto de Rozalén que veíamos?
Merecía la pena.
Coger las entradas con antelación, quedar antes, esperar todo el tiempo que sea hasta que se apagan las luces, disfrutar de cada canción pensando "¿Y la de Berlin, no va a cantar Berlín?", presentir con tristeza que ya va a terminar y pedir a gritos los bises, los benditos bises.
El ritual de cada concierto no cambia con la edad ni la experiencia. Siempre es una fiesta.
Creo que, a estas alturas de la vida, puedo afirmar que seguiremos yendo de concierto hasta que las piernas (y la tensión) nos lo permitan. Prepararemos despacio, ya todo será despacio, la fuga. Nos escaparemos de la Residencia que nos toque, burlaremos a a las auxiliares para ir a algún concierto y huiremos como forajidos, sujetándonos la dentadura postiza para que no salga volando con las risas.
Lo sé. Lo haremos. Seguro.
Porque ir de concierto es un placer único.
Ya lo decía Epicuro: "El placer es el bien primero".
Espero que a la llegada de estas cuatro letras estés bien. Yo te pienso bien, en el mundo de los blogs no hay pandemias ni nevadas ni esos hechos históricos que tampoco pasaba nada si a este, nuestro mundo real, no nos afectaran. Pero, sí que lo hacen, por eso quizá, solo quizá, te haya tenido un poco aparcadito. No, por favor, no hagas esos mohínes de blog, que te veo por el rabillo del ojo, no te pongas así de mimoso que solo ha sido un poco.
Ponte en mi lugar, entre el teletrabajo y la nieve, la cabeza no da para mucho más.
Pero el año no había empezado tan mal ¿sabes? De hecho hasta, recién comenzado, había ido
un concierto. ¿Tú sabes cuánto hacía que no iba a uno? Pues fui al
Auditorio Nacional de Música de Madrid, sí ese lugar mágico, al que voy mucho menos de lo que debería. Pero fui, para comenzar bien el año, fui muy bien
acompañada a ver un concierto de la...
Ta,ta, ta, chan!!
Fundación Qualitas. Film Symphony Orchestra. La Mejor Música de Cine en Concierto
Así leído suena bien ¿verdad? Pues si hubieras estado ahí, si hubieras estado como yo estuve, en esas butacas de los Bancos del Coro, a dos pasos de la orquesta, te habría sonado infinítamente mejor.
Como verás por el título era de Bandas Sonoras, de Música de Cine. Aladdin, Piratas del Caribe, Améli, Inteligencia Artifical, El bueno, feo y el malo, Regreso al Futuro... Te habría encantado.
El director de la orquesta, que he leído que se llamaba Constantino Martínez-Orts, iba explicando entre fragmento y fragmento musical, la historia de la banda sonora y de la película, y completamente entregado a la música, con todo su cuerpo, batuta en ristre, era muy ameno haciéndolo. ¡Hasta nos regaló un mini concurso de películas de siempre a cien por hora! Qué emoción todos a la vez intentando descubrir con los primeros sonidos a qué película correspondía: ¡¿Memorias de Africa?! ¿La Misión?...
Fue un concierto muy entretenido, complementado con efectos especiales, que nos arrastraba con esas melodías que conocíamos tan bien. Nos entusiasmó a todos cuántos fuimos. Fue todo un espectáculo.
Y todos con sus mascarillas, claro, y cada dos butacas ocupadas, escrupulosamente cada dos ocupadas, una libre.
Mereció muchísimo la pena. Qué buena forma de empezar con la cultura en el nuevo año.
Te voy a dejar que escuches unos fragmentos pequeños, no te gustan a ti los vídeos más largos, ya lo sé, pero unos cortitos que para que te hagas una idea, querido blog, te van a servir y mucho.
Y me despido.
¡Aunque tenga que teletrabajar, quitar nieve, o lo que sea, a Dios pongo por testigo de que jamás volveré a tenerte aparcado!
Ya, no me va mucho el papel de Scarlet O´Hara ¿verdad? Me lo temía...
"Vamos a aflojar un poco con el dolor llevado a las tabernas"
Quique González en el concierto de ayer, 14 de enero, Circo Price
El primer concierto de este año una gozada. Salimos felices.
Quique Gonzalez llenó el Circo Price un martes cualquiera de enero y nos
devolvió ese día insípido y laborable como uno tan festivo como íntimo y delicado.
Nos enseñó las canciones de su nuevo disco, donde ha musicado poemas de Luis García Montero, en el disco "Las palabras vividas", pero además nos cantó otras inolvidables de su repertorio: 'Su día libre', 'La luna debajo del brazo', 'Aunque tú no lo sepas', 'Los conserjes de noche', 'Salitre' en la que cantamos todos y 'Vidas cruzadas' donde ya los cantos fueron a voz en grito.
En un momento dado salío el poeta Luis García Montero al escenario y tras unas palabras nos leyó su poema "Aunque tú no lo sepas" de su poemario "Habitaciones separadas". Yo creo que nunca este poeta y Director del Instituto Cervantes ha tenido tanto público desatado escuchando su poema.
Poema a partir del cual el músico escribió su preciosa canción con el mismo título que cantaban Los Secretos.
Un lujazo escucharles a los dos, a Quique González y a Luis García Montero. Lujazo.
Digo yo que, a estas alturas, no es ningún secreto que a este blog le gusta mucho Septiembre. ¿verdad? Pero mucho, mucho.
Pues hoy seguimos con septiembre.
Peeeero, nos vamos a inclinar por la música ¿vale?
Nos lo pide el cuerpo, a mi blog y a mí.
Así que allá vamos...
Ta, ta, ta, chaaaaan
¡Por septiembre!
Septiembre vendrá a buscarme
y aún no sé la lección
sobre saber comportarme
al nacer
y en el adios...
El siete de septiembre
es nuestro aniversario
y no sabemos si besarnos
en la cara o en los labios...
Hey hey hey Ba de ya, say do you remember Ba de ya, dancing in September Ba de ya, never was a cloudy day...
No te echaré de menos en septiembre verano muerto veré a las chicas pasar
Sera como aquella cancion de los años 80 seré como el tipo que algún dia fui...
Vamos Maggie, despierta, tengo algo que decir: llegó septiembre y creo que me tengo que ir...
Si después de treinta años yendo a conciertos, aún te sorprenden y terminas tan encantada como quedé yo tras ver a Love of Lesbian, sí que era para que todo el teatro se pusiera en pie a aplaudirles como ocurrió ayer, 14 de mayo, en Madrid.
No solo por sus canciones, intimistas y liricas, sino porque hicieron un espectáculo "Espejos y espejismos" empapado de misterio y magia con las sombras chinescas y los títeres, los juegos con las cajas y las luces.
Desde el minuto uno en que comenzó Santi Balnes a hablarnos de la memoria y los recuerdos detrás de las cortinas ya estábamos disfrutando.
Que escenografía tan delicada y tan sugerente crearon y nos envolvió durante dos horas largas. Qué buenos.
Hubo poesía y hubo todo un mundo mágico que los que estuvimos ayer en el Teatro Español de Madrid nos llevamos en los bolsillos de la ropa y la piel.
Gracias a Love of Lesbian por regalarnos un conciertazo precioso, diferente y muy, muy especial.
Ficha artística
Ficha artística:
Voz, guitarra: Santi Balmes
Voz, guitarras: Julián Saldarriaga
Guitarras: Jordi Roig
Batería: Oriol Bonet
Teclados, voces: Dani Ferrer
Bajo, voces: Ricky Falkner
Co-dirección y creación escénica: Guillem Albà
Actores-Manipuladores:
Guillem Albà, Blai Rodríguez, Xavi Arbonés (cover)
Diseño espacio escénico: Alfred Casas
Diseño de iluminación: SomoLuz
Producción: Gonçal Planas
Operador de luces: Ezequiel Gómez, Carles Bibiloni
Técnico de sonido: Roger Marín
Técnico monitores: Jaume Fernández
Técnico de escenario: Leandro López
Foto promoción: Pep Escoda
Diseño Gráfico: Carlos Saldarriaga
#Love of Lesbian
#"Espejos y espejismos"
#Teatro Español de Madrid
Hay recuerdos que se quedan clavados con dos chinchetas invisibles al corcho de nuestra biografía. Recuerdos que sobreviven al paso del tiempo y la desmemoria.
Despeinados y agotados volvíamos de la acampada de fin de curso de 3º de BUP.
Alameda y las tiendas de campaña, la profe de Historia y su hijo,
las canciones con la guitarra en torno al fuego.
Las risas, los amigos, los amores:
Nosotros.
NOSOTROS con mayúsculas.
Y a la intemperie, los sentimientos que aún no habíamos aprendido a domesticar.
Volvíamos de la acampada de 3º de BUP y Jaime comenzaba a tocar la flauta.
Miércoles 28 de diciembre de 2018. Catedral de Alcalá de Henares
Boys of the Hills y la Celtic Chamber Orchestra les presentan en concierto “Atlantic Sound”. Una travesía musical llena de misterio y belleza, con una propuesta de sonidos marineros con guiños al barroco evocando una música que nos recuerda a historias de piratas y sirenas en una travesía desde Irlanda.
Jaime Muñoz del grupo La Musgaña colaborando con ellos.
Solo habían pasado 35 años desde aquella acampada.
Y NOSOTROS con mayúsculas.
Fotografía gentileza de Mariano Dévora.
#Concierto música celta.
#Recomendación músical.
#Amistad
#Jaime Múñoz y La Musgaña
#Boys of the Hills y la Celtic Chamber Orchestra #Atlantic Sound
Dicen que vuelven las lluvias.
Y ya nadie canta "Que llueva, que llueva Virgen de la Cueva".
Esa canción siempre estará enredada con una voz infantil y dentro de unas katiuscas.
¿Pero existe la Virgen de la Cueva? ¿Cuál es el origen de la canción?
Después de consultar varias fuentes en internet no hay una única opinión.
Muchas coinciden en que alude a una Virgen que existe de verdad en el pueblo de Altura de Castellón.
Leo que en el 1726 hubo una sequía general en la Comunidad Valenciana. En Altura los labradores de los pueblos de alrededor rogaron a su Virgen: “No plourà fins que no ixca la palometa”.
Cariñosamente se le llamaba la Blanca Paloma. Se cuenta que después de los ruegos, amaneció lloviendo y no paró hasta una semana después. Por ello, muchas vocesse le atribuye la canción infantil a esa Virgen, la Virgen de Nuestra Señora de la Cueva Santa, que está situado a 12 km. de la localidad de Altura.
Otros, en cambio, piensan que la canción es por la Virgen de la Cueva que está situada en un pueblo asturiano llamado Piloña. Y también los del lugar creen suya la canción porque la invocaron y llovió en tiempos de sequía.
Y lo mismo dicen en Oroel (Huesca) y en Esparragos de Lares (Badajoz) y en Hontangas...
En fin... que no se sabe a ciencia cierta porque hay muchas Virgen de la Cueva a lo largo y ancho de nuestro país.
¿O alguien tiene una explicación mejor a su origen? Se admiten todo tipo de explicaciones.
E incluso variantes a la canción, que también las hay.
Miguel Hernández nació el 30 de octubre de 1910 en Orihuela.
De familia humilde, desarrolla su capacidad para la poesía
gracias a ser un gran lector de la poesía clásica española. Forma parte
de la tertulia literaria en Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé y
establece con él una gran amistad.
Ramón muere de una septicemia fulminante a los 22 años. El poeta se había distanciado de él y a su muerte le escribe esta soberbia elegía.
La ciudad donde vivo
ha crecido de espaldas al suelo,
la ciudad donde vivo
es el mapa de la soledad,
al que llega le da un caramelo
con el veneno de la ansiedad,
la ciudad donde vivo
es mi carcel y mi libertad.
La ciudad donde vivo
es un ogro con dientes de oro,
un amante de lujo
que siempre quise seducir,
la ciudad junta a dios y al diablo,
al funcionario y al travestí,
la ciudad donde vivo
es un niño limpiando un fusil.
Corazón, corazón, corazón, corazón de cemento
Corazón, corazón, corazón, corazón de hormigón
Corazón, corazón, corazón, corazón de polución
Corazón, corazón, corazón, corazón de neón.
La ciudad donde vivo
es un monstruo de siete cabezas,
es un pájaro herido
envuelto en papel celofán,
un inmenso barril de cerveza
que de repente va a estallar,
la ciudad donde vivo
es el templo del bien y del mal.
Corazón, corazón, corazón, corazón de cemento...
Barcelona, Moscú, Casablanca,
Bruselas, Madrid,
Roma, Tokio, Los Angeles, Nápoles,
Londres, Berlín,
Nueva York, Estocolmo, Donosti, México,
Río, Tanger, París,
Nueva Delhi, Caracas, El Cairo,
Varsovia, Madrid.
Hoy traigo una entrada más para la etiqueta "Literatura y Música".
Me cuesta mucho encontrar canciones que pueda regalar a este cajon de mi blog. Pero de vez en cuando cazo al vuelo una. Sobre todo si me dicen: Escucha esta canción...
Así cualquiera ¿Verdad?
En esta ocasión estoy hablando de la canción "El poeta Halley" del grupo Love of Lesbian, que termina con unos versos recitados por el gran "Joan Manuel Serrat".
Vosotros deberíais escucharla y yo debería dedicar esta entrada y esta canción a mi familia, que no deja de enseñarme.
"El recitado del cantante comienza en:
Acojo en mi hogar palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera. Examino cada jaula y allí, ladrando, vocales y consonantes; Encuentro sucios verbos que lloran después de ser abandonados por un
sujeto que un día fue su amo; y de tan creído que era prescindió del
predicado. Esta misma semana han encontrado a un par adjetivos transtornados, a
tres adverbios muertos de frío, y otros tantos de la raza pronombre que
sueñan en sus jaulas con ser la sombra de un niño. "
Me atraparás al vuelo y nunca a la pared
Y si me dejas aire en tus líneas dormiré
Palabras de una musa de baja maternal
Puede que al fin me conozcan muy bien
Si fueran puntos grises mis rarezas cada tara que cree
De seguirlos con un lápiz al final verías mi cara en el papel
Por eso estoy por aquí otra vez
Rebuscando en mi almacén esa palabra con su débil timidez
Ojalá encuentre la forma, más me vale, tengo un tema que acabar
Si no aparece nunca o entiendo que no di con la palabra justa
Y cuando al fin la encuentro
Llega aquel mar de dudas
Si cuando me decido tú me detienes
Siempre
Me aprietas justo aquí
Dices no, mi leal traidora inspiración
Cuando apareces menos soy
Y soy yo
Te quedarás dormida, menuda novedad,
Es peor mi geniocidio cuando no te dejo hablar
En la autopista de la vida si te saltas la salida hay que esperar
Puede que no haya aprendido a aceptar
Que escuadrones de moral judeocristiana con su culpabilidad
Nos seguirán por tierra, por el aire y sobre todo por amar
Puede que esté demorando la acción
A los doce tuve un sueño en que ganaba pero el sueño me venció
Desde entonces mis derrotas son las huellas del carné de ese tal yo
Ahora escúchame, ya he encontrado la palabra justa
Mejor prepárate, tiene algo que a todos asusta
Sí, la voy a soltar, la quiero soltar
Pronunciaré esperanza
La gritaré por dentro
Si es lo que hace falta
La escribiré mil veces
Me alejaré de espaldas
Quizás de repetirla algo me quede
No puedo permitir tu negación
Mi leal traidora inspiración
De intermitente aparición
Como un ángel hallado en un ascensor
Que bien funcionas como recuerdo
Acojo en mi hogar
Palabras que he encontrado abandonadas en mi palabrera
Examino cada jaula y allí, narrando vocales y consonantes
Encuentro a sucios verbos que lloran después de ser abandonados
Por un sujeto que un día fue su amo
Y de tan creído que era prescindió del predicado
Esta misma semana han encontrado a un par de adjetivos trastornados,
A tres adverbios muertos de frío
Y a otros tanto de la raza pronombre
Que sueñan en sus jaulas con ser la sombra de un niño
Se llama entonces a las palabras que llevan más días abandonadas
Y me las llevo a casa
Las vacuno de la rabia
Y las peino a mi manera
Como si fueran hijas únicas
Porque en verdad todas son únicas
Acto seguido y antes de integrarlas en un parvulario de relatos o canciones
Les doy un beso de tinta
Y les digo que si quieres ganarte el respeto
Nunca hay que olvidarse los acentos en el patio
A veces les pongo a mis palabras diéresis de colores imitando diademas
Y yo solo observo como juegan en el patio de un poema
Casi siempre te abandonan demasiado pronto
Y las escuchas en bocas ajenas
Y te alegras
Y te enojas contigo mismo como con todo lo que amamos con cierto egoísmo
Y uno se queda en casa, inerte y algo vacío
Acariciando aquel vocablo mudo llamado silencio
Siempre fiel, siempre contigo
Pero todo es ley de vida
Como un día me dijo el poeta Halley,
Si las palabras se atraen, que se unan entre ellas
Y a brillar, que son dos sílabas
Os invito también a que repasais las otras entradas de esta colección:
Nunca había ido a un concierto de la cantante Rozalén. Ahora probablemente vaya a más.
Hice un trato con mi amiga, ella se venía conmigo a escuchar a Pedro Guerra y yo me iba con ella a escuchar a Rozalén. Un descubrimiento.
Ayer estuvimos escuchándola en el Teatro Auditorio Ciudad de Alcobendas. Llenazo total. Y lo más curioso de todo es que había personas de todas las edades. Familias enteras iban entrando. Desde las abuelas hasta los niños ocuparon sus asientos. Eso no es nada fácil. Eso tiene mucho mérito. Rozalén es capaz de llenar un auditorio con personas de todas las edades y verles a todos encantados.
Al final veríamos a las señoras en los pasillos bailando, y hasta a las madres con los niños en brazos moviéndose también.
Rozalén es simpática, campechana y sobre todo es una cantautora que canta bien. Algunas de sus canciones, como Vuelves, están muy bien.
Cantó en español y en inglés, cantó "La belleza" de Aute que está en su último disco, cantó también de María Dolores Pradera y el tango "Volver". Y por supuesto cantó muchas de sus canciones de sus dos discos.
Subieron los niños al escenario, les dió protagonismo. Y consiguió que pasáramos más de dos horas muy entretenidas, y muy a gusto.
Se merecía de sobra esta entrada.
Las fotos me salieron muy mal, así que os dejo con algunos de los vídeos para ilustrarla.
Acaba de sacar su décimo disco, con su banda Los Detectives, y titulado: Me mata si me necesitas.
A mí me gustan mucho sus canciones más lentas, más intimistas.
Ayer estuvo tocando en el Auditorio de la Universidad Carlos III en Leganés. Estuvo fenomenal. Primero las entradas agotadas. Después el público incapaz de estar sentado levantado en pie, bailando con los pies, tocando las palmas, tarareando.
Y por eso hoy tarareo todo el rato sus canciones.
¿Y por qué tarareo? Porque tararear viene de la palabra "Tarara", y he buscado el origen de la palabra en varios sitios y parece haber coincidencia en afirmar que etimológicamente tiene dos posibles explicaciones. O que venga de tararí, tal y cómo dice en su primera acepción el significado de la palabra tarara, que significa toque de trompeta, o puede ser que venga de su segunda acepción porque "tarara" también es ser un loco, es tener poco juicio.
Así que así estoy yo hoy, medio loca en este lunes lluvioso, canturreando entre dientes todo el santo día, como una "tarara", las canciones que más me gustan de Quique Gonzalez.
tararear
De tarara y -ear.
1. tr. Cantar entre dientes y sin articular palabras.
Os hablaba el otro día del concierto de Javier Ruibal en el Café Central este noviembre de 2015 y hoy os tengo que reseñar el concierto de Pedro Guerra en el Galileo Galilei apenas dos días después con motivo de los 30 años de esta sala mítica de Madrid de conciertos.
En esta ocasión el concierto estuvo precedido de la actuación como telonera de otra cantautora Adriana Morales que a mí me sorprendió gratamente. Cantaba bien la verdad y era simpática. Como los cantautores suelen cantar canciones melódicas o tristes nos decía que estaríamos pensando: "Esta pobre chica aquí cantando estas tristezas..." pero que no eh, que no pensáramos éso que ella estaba muy feliz, tenía su chico y la vida no le iba mal, vamos que estaba tan contenta... Claro todo el mundo se reía.
Después por fin salió Pedro Guerra que nos deleitó con un buen montón de sus canciones. Estuvo presentando algunas de su futuro disco donde ha puesto música a sonetos de grandes poetas. Nos decía que últimamente le "había dado por los sonetos...". Recordó su disco con poemas de Ángel González, y nos mostró canciones con poemas de Sabina.
Y por supuesto nos cantó también canciones de todos sus discos anteriores: canciones tan bellas como El marido de la peluquera o Daniela y otras pegadizas como Contamíname. Todos cantamos con él muchas de ellas.
Yo tuve la sensación de que cantó mucho tiempo, lo cual en los conciertos es un gustazo. Y que no me faltaron demasiadas de las que esperaba. Hablaba mucho entre las canciones, nos contaba de sus inicios en el grupo Taller Canario cuando casi nadie les iba a escuchar, y que como le suele ocurrir también en esta ocasión se había "resfriado" días antes...
En fin. Que fue un concierto de esos con los que sales con una sonrisa en la boca.
Es lunes.
Qué difíciles son los lunes ¿verdad? ¿No os parece que necesitamos una veleta
para que nos señale con determinación el final de la semana? Parece que viendo
una luz al final del tunel uno se anima.
Bueno pues
la veleta de hoy es una muy famosa. ¿Os acordais de Mambrú? ¡Sí! El Mambrú que
se fue a la guerra... Bueno pues hay una veleta en un pueblo de Guadalajara que
dicen que es Mambrú. El pueblo se llama Arbeteta.
"Arbeteta
es un pequeño pueblo de la provincia de Guadalajara situado a mil metros de
altitud entre los valles del Tajo y el Guadiela. En su iglesia parroquial
construida en los siglos XVII-XVIII, con esbelta torre barroca diseñada por el
arquitecto Pando. Y sobre ella hay una gran veleta, a la que llaman “el
Mambrú”, porque según dicen, de lejos, tiene figura de hidalgo caballero
inglés"... Ésto nos cuenta Carmen Gozalo de Andres, en su artículo
"Mambrú, la legendaria giraldilla de Arbeteta".
¿Quién era Mambrú?
Mambrú en realidad era Marlborough, pero lo españolizamos fonéticamente en su día para poder decirlo.
Efectivamente este señor existió y era un militar inglés. Cuentan que los soldados francedes fueron quiénes inventaron esta canción a comienzos del siglo XVIII, para celebrar la supuesta muerte de este militar inglés Duque de Marlborough que los había derrotado muchas veces.
La canción original decía:
«Marlborough s’en va-t-en guerre.
Mironton, Mironton Mirontaine, ne sais quand reviendra» [Marlbourough se fue a la guerra. Mironton,
Mironton Mirontaine, no sé cuando volverá].
El caso es que
se dejó de cantar por las tropas francesas porque el Duque en cuestión no había
muerto. Sin embargo la canción, que ya estaba viva, había seguido ya su camino
por el boca a boca hasta llegar a una de las nodrizas de Luis XVI, que se la
cantaba al pequeño para dormirle. A la Reina María Antonieta, la madre del
pequeño, le hizo gracia y la aprendió difundiéndola por palacio en las fiestas
de la Corte.
Como la
corte francesa estaba muy relacionada con los borbones llegó la canción hasta
España y como todo lo francés estaba tan de moda tuvo mucho éxito. Y al final
todas las niñas cantaban aquello del tal Mambrú, que ya hemos comentado que fue
la españolización del Marlborough.
Y ya veis, tres
siglos que llevamos cantándole a Mambrú.
Fuentes:
Mambrú , la legendaria giraldilla de Arbeteta- Carmen Gozalo de Andrés (Historiadora)
Ya está el listo que todo lo sabe - Blog de 20 mn de Alfred López