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miércoles, 1 de noviembre de 2023

De los cementerios y mis muertos. Primeros de noviembre. Día de todos los Santos y Difuntos. Cortina D`Ampezzo

 


Me gustan los cementerios. 

Y es paradójico que así sea, porque de pequeña hice demasiadas visitas a uno en particular. Cuando llegué a la adolescencia dejé de ir y estuve varios años sin querer acercarme, era casi visceral no pasar por allí. 

Sin embargo, no sé si con el tiempo, con la edad, o con qué, he descubierto la belleza que encierran. Son diferentes según las culturas, las tradiciones e incluso la arquitectura de la ciudad a la que pertenezcan, son una de sus señas de identidad, pero todos tienen en común que son lugares apacibles, silenciosos, que transmiten calma y no tienen por qué ser tristes.

Los muertos no hacen nada. Si acaso compañía. 

A mí me gusta pensar en mis muertos. Es triste que la mayoría se fueran cuando no les tocaba. No habían gastado sus vidas ni con mucho. Pero pronto se aprende que no hay justicia en ésto. Quiero pensar en mis muertos. Quiero que sigan viviendo en mí. Me gusta recordar como se movían, qué decían. Gracias a ellos estoy viva y soy quién soy.

En días como hoy, 1 de noviembre, todo el mundo recuerda a los suyos y, si procede, visita sus cementerios, pero el resto del año están muy poco concurridos y quizá no tengan tantas flores pero conservan la paz que transmiten.

Durante este mes de noviembre os enseñaré los últimos que he conocido, en Francia, en Grecia e Italia. Hoy os dejo con el último que he conocido. Estaba en el norte de Italia, en los Dolomitas, exactamente en Cortina d'Ampezzo, una ciudad especial en plenos Alpes. 

Su cementerio era tan chulo como todo el paisaje que lo rodeaba. Y tenía una carroza para transportar al fallecido, que casi no se ve en la foto por los reflejos, pero me recordaba mucho a las de Nueva Orleans, grande, negra, majestuosa... que algún día conoceré. Era muy vistoso este cementerio, tenía belleza.

Buen Día de Todos los Santos. 












domingo, 27 de febrero de 2022

Cementerio de Arlington.-

 


Llevo días esperando que una foto levante el dedo y yo sienta la necesidad de compartirla. Pero nada me parecía bien.

Cuando de pronto, esta tarde, he topado con éstas que os traigo y he sabido que a quién esperaba era a ellas.
Permanecían camufladas dentro de una carpeta donde tenía un revoltijo de fotos recuperadas del viejo e ingrato ordenador que sin avisar me dijo adiós.

En septiembre del año 2016, yo viajaba por EEUU y Canadá.

Y el 24 de ese mes recalamos en el Cementerio Nacional de Arlington de Washington. Una enorme extensión de lápidas blancas todas alineadas. Bueno en realidad y como dice su nombre, está en Arlington, en el estado de Virginia.

Es un cementerio militar de 624 hectareas, muy cerca del rio Potomac y del Pentágono. Hay soldados caídos y veteranos de todas las guerras. Miles de tumbas. La Guerra de Secesión, las dos guerras Mundiales, Corea, Vietnan, Irak, Afganistan...

Y ahí a dos pasos, como quién dice, otra vez estamos igual. 

Qué lástima, qué rabia y qué todo.

 




#guerra #cementerios #arlington

lunes, 1 de noviembre de 2021

Los cipreses de los cementerios. 1 de noviembre del 2021. Día de todos los Santos

 


   Dice la mitología griega que el dios Apolo regaló a Cipariso una jabalina para cazar. El muchacho feliz con su regalo se fue al bosque a cazar con ella, pero mató por error a un ciervo, protegido de las ninfas, un ciervo sagrado que tenía las astas de oro y guirnaldas de piedras preciosas. Cuando Cipariso se dió cuenta de a quién había matado, fue tanto su dolor que por más que le decían era inconsolable. El jóven le pidió al dios Apolo que le permitiese penar para siempre. Y el dios, aunque no quería perderlo, atendiendo a su súplica le convirtió en un hermoso árbol. Su pelo se convirtió en un follaje espeso de color verde oscuro y su delgado cuerpo se fue cubriendo de corteza de árbol. Apolo, con tristeza, contempló cómo poco a poco fue creciendo hasta el cielo hasta transformarse en un majestuoso ciprés y entonces suspiró diciéndole: Durante toda la eternidad te lloraré, hermoso jóven. Mientras, tú compartirás la tristeza de los demás. Y para siempre estarás entre los afligidos".



 

 

Dicen que ya las antiguas civilizaciones plantaban cipreses en los cementerios.

Dicen que la forma ascendente de este árbol hacia los cielos, ayudaba a que las almas encontraran el camino más recto hasta éstos, los encaminaban a dónde debían, los ayudaban en su ascenso.

Para la cultura cristina representan la inmortalidad, la incorruptibilidad y los nobles sentimientos.




Por otra parte, dicen también, que además de que son buenos como cortavientos, sus propias características los hacen muy adecuados para permanecer en los cementerios: Que sus raíces crezcan de forma vertical no estropea las tumbas o monumentos funerarios que hay a su alrededor.

Que sus hojas perennes y duras que, aguantan en cualquier estación, apenas ensucian. 

Que su rápidez de crecimiento y longevidad, algunos incluso han durado tres siglos, favorece que apenas necesiten cuidados.




 

Las fotos están tomadas este fin de semana en la Sacramental de San Justo de Madrid.


lunes, 2 de noviembre de 2020

2 de Noviembre. Día de los Difuntos. Cementerio Inglés de Málaga

 

¿Te acuerdas del Cementerio Inglés de Málaga?

Hoy, día de los difuntos, me acordé de todas aquellas tumbas que tenía recubiertas de conchas. Estaban en su parte más antigua, como en un pequeño cementerio dentro de otro.

Y todas aquellas conchas me recordaron cuánto necesitaban construir su propio cementerio los protestantes. Hartos ya de tener que ir de noche a la playa para dejar a sus muertos en la orilla y a la intemperie, para que las olas se los llevaran si tenían suerte, y no se lo había llevado antes algún perro. No les quedaba más remedio, en los cementerios católicos no les dejaban enterrarse. Hasta que al fin se fundó en el 1831: el primer cementerio protestante de España.


Aquella mañana veraniega llegamos casi cuando iban a cerrar. Solo abrían por las mañanas. Nada más entrar, nos dieron aquel mapa de plástico, a modo de guía, y lo fuimos recorriendo despacio. Qué calor hacía, mientras lo visitábamos, acuérdate. (Y nos hacíamos pis ¿Te acuerdas? shhhh ¡eso no se dice!). 

Era un lugar con mucho encanto. Tan tranquilo y en cuesta, dividido en terrazas y lleno de héroes de guerra, de naúfragos y algún que otro "hijo predilecto".

Pero lo que más nos gustó fue aquel poema tan sentido de María Victoria Atencia a Violet, la niñita enterrada que tenía aquel epitafio precioso, y tan oportuno, en su pequeña tumba: “ce que vivent les violettes” (Violeta: Lo que viven las violetas).

 

EPITAFIO PARA UNA MUCHACHA DE MARÍA VICTORIA ATENCIA

Porque te fue negado el tiempo de la dicha 
tu corazón descansa tan ajeno a las rosas. 
Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico 
y la tierra no supo lo firme de tu paso. 

Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente 
-tal se entierra a un vencido al final del combate-, 
donde el agua en noviembre calará tu ternura 
y el ladrido de un perro tenga voz de presagio. 

Quieta tu vida toda al tacto de la muerte, 
que a las semillas puede y cercena los brotes, 
te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca 
sabrás el estallido floral de primavera. 

 

Nos gustó mucho aquel epitafio, aunque nos costó nuestro rato ir leyendo cada palabra en la piedra bañada en sombras y alfombrada con las agujas de los pinos. 

Mereció la pena. 

Después nos entretuvimos viendo las tumbas de Gerald Brenan, el escritor e hispanista británico.




Y por supuesto y por último, la de Jorge Guillen, el poeta vallisoletano de la generación del 27 que pidió ser enterrado en este cementerio, de tanto cómo le había gustado el lugar. Fue curioso también enterarse de la errata que hay en su lápida, donde dice que murió en enero y fue en febrero... Se equivocaron cuando la rehicieron al morir su viuda.

Hoy, día de los difuntos, volví a mirar todas las fotos que hicimos en el Cementerio Inglés de Málaga. Fue agradable recordar ese rincón silencioso y tranquilo con tanta historia.  

Ese rincón que conocimos un verano, un verano raro.

Te acuerdas ¿verdad?

 


 


domingo, 1 de noviembre de 2020

1 de noviembre. Día de todos los Santos.

 

Cementerio de Casabermeja

Quizá se trate de buscar paz,

la silenciosa paz que transmiten 

quiénes tienen ya

todo el tiempo del mundo.

 

Quizá sea seguir cuidando 

a los que ya no vemos,

a los que sentimos,

y siguen viviendo en nosotros.  

 

O quizá sea volver

volver a ellos, 

rezándoles o no, 

pero contándoles,

acompañándoles,

regalándoles bellas flores que no podrán oler.

 

O solo sea, en fín,

encontrarnos a nosotros mismos,

en ellos,

en los que nos precedieron, 

en los que nos quisieron,

y a quiénes debemos tanto.  


Cementerio de Casabermeja

Cementerio de Casabermeja

 

Las fotos las hice este agosto en el Cementerio de San Sebastián de Casabermeja, a las afueras de Málaga.

Construido en el siglo XVIII, cuenta desde 1980 con la declaración de Monumento Nacional y desde 2006 con el título de Bien de Interés Cultural. 

Las formas de sus tumbas, tan blancas, son tan curiosas que se extendió la leyenda de que ahí se enterraban a los muertos de pie.

Al escritor Antonio Gala le gustó tanto que pidió ser enterrado ahí cuando muriera... 

 



 

jueves, 1 de noviembre de 2018

1 de Noviembre - Cementerio Miliar Americano de Coleville-Sur-Mer Normandía




Día 1 de noviembre. Día de todos los santos.


Blanco, verde y azul. El cementerio de la entrada de hoy es blanco, verde y azul. Blanca cada cruz sobre cada soldado caído. Verde la tierra que los acoge. Azul el mar y el cielo que los trajo.

Aunque aquella mañana del 6 de junio de 1944 no se distinguían los colores. Clareaba cuando comenzó el caos, cuando comenzó la batalla que duraría casi un mes. No hubo colores, si acaso solo el rojo, cuando comenzó el día D en Omaha, la playa donde hubo más bajas aliadas.

Nuestro cementerio tiene un enorme carga histórica pues alberga a muchos de los que murieron en la playa que se ve al fondo del cementerio Militar Americano de Coleville-Sur-Mer, población de Normandía, donde están enterrados muchos de los que murieron en la playa de Omaha durante el desembarco de Normandía. 

Conmueve pensar cuántos jóvenes, apenas unos niños, tuvieron que morir aquel junio de 1944. Y de todos esos unos nueve mil están enterrados aquí, muchos fueron repatriados.

Los terrenos se los donó Francia a EEUU para este cementerio.

Todas las tumbas están orientadas hacia el oeste, hacia su casa.






Hay un  memorial semicircular donde están grabados los nombres de 1557 desaparecidos en lo que se llama El jardín de los desaparecidos. En el centro hay una estatua que representa al Espíritu de la juventud estadounidense que se levanta de las olas.

También hay una capilla circular con la inscripción “Les doy la vida eterna y nunca perecerán”.


He leído que solo hay una tumba que no pertenece a la Segunda Guerra Mundial, es la de Quentin, un hijo de Roosevelt que murió en la Primera Guerra, y fue exhumado para enterrarle junto a su hermano que sí murió en ésta.





Si quieres ver muchos más cementarios que hay en el blog, de España y fuera de España, 
aquí te dejo el enlace:

http://rociodiazgomez.blogspot.com/search/label/Cementerios

 




#Cementerios #Normandia #Desembarco #Cementerio Militar Americano de Coleville-Sur-Mer

miércoles, 1 de noviembre de 2017

Tumbas en los arrozales de Vietnam



Los campesinos vietnamitas viven rodeados de arroz. 

Vas por la carretera hacia el delta del Mekong, miras hacia un lado y hacia el otro, y hasta donde alcanza la vista todo es un enorme arrozal: parcelas cubiertas de agua alternándose con cuadriculados campos coloreados de distintas tonalidades de verde. Y más cuadrículas, más agua, y más verde. Un infinito arrozal.

Pero si te fijas bien descubrirás que salpicando ese océano de arroz se diseminan pequeños sombreros cónicos, santo y seña de campesinos agachados, siempre trabajando, siempre hoz en mano. Y si aún te detienes más distinguirás pequeñas construcciones, pequeñas islas rodeadas de arroz, cuidadas y adornadas de distintos colores, solitarias y en grupito.

¿Y esas construcciones que se ven en los arrozales? ¿Qué son?
Tumbas, son las tumbas de los antepasados de los agricultores.

Los campesinos vietnamitas viven y mueren rodeados de arroz. 

Miras hacia un lado y hacia otro, y se repiten las tumbas de los campesinos que un día lejano trabajaron esas tierras. Sus hijos, sus nietos los entierran cerca de ellos, en la misma tierra que araron con sus búfalos de agua. Los muertos permanecen así cerca de sus familias y sus tumbas están cuidadas con respeto, mimo y cariño.

Como los campesinos vietnamitas yo también quiero que mis seres queridos se queden cerca, a mi lado siempre. Y aunque aún me cuesta porque duele la ausencia, estoy aprendiendo a recordarles con una sonrisa. Una sonrisa húmeda y cálida como las tierras de los vietnamitas, una sonrisa que vaya empapando de calidez de fuera hacia dentro.











Siempre a primeros de noviembre me gusta hacer una entrada relacionada con el día de Todos los Santos y el de los Difuntos. En el blog ya hay unas cuántas entradas relacionadas con este día donde hemos visitado varios cementerios especiales o curiosos. Por si queréis echarle un vistazo os dejo con el enlace:





jueves, 24 de agosto de 2017

Un cementerio muy especial, muy literario, en Asturias - Niembro




A veces escapábamos a lugares que nos parecían mágicos para resguardarnos de la realidad. 

Escapábamos de la rutina, y de la vida cotidiana que empapaba todo de tanta normalidad que nos devolvía nuestra vida opaca. Necesitábamos alejarnos y pasear por lugares que de tan sugerentes se nos antojaran hasta literarios. Para una vez allí dejar de correr, respirar profundamente y sentirnos distintos y especiales.

En aquella ocasión nos escapamos a un cementerio. Sí otro, ya habiamos visitado muchos y mágicos que luego inmotalizábamos en este blog, a salvo del tiempo y la memoria. 

Pero ¿Cómo no hacerlo también con éste? si además formaba parte de una ruta cinéfila, porque había salido en El abuelo, La señora y Epílogo. 



El cementerio elegido era un lugar muy romántico. A según qué horas, con la pleamar, las aguas le rodeaban para acunarlo. Cuando varias horas más tarde volvías a contemplarlo, estaba tendido en la arena, como una barca más. Pero era un náufrago que llegó hasta esa orilla, con muchas almas dentro. Un naufrago que ya está a salvo. 









Tuvimos que llegar hasta Asturias para encontrarlo. 

Era pequeño y coqueto, sugerente y bello. Tan romántico que no pudimos dejar de fotografiarlo, a unas horas y a otras.

Aún así no nos engañaba. Tanto él como nosotros sabíamos que nunca las imágenes que nos lleváramos se podrían comparar al regalo de verlo envuelto en brumas, bajo un cielo gris, impregnado del olor al orbayo que sobre él caía despacio.


Cementerio de Niembro. Muy cerca de Llanes.





Podéis recordar otras entradas bajo este epígrafe de lugares mágicos:
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/LUGARES%20M%C3%81GICOS%20LITERARIOS

También otras entradas de cementerios:
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/Cementerios

jueves, 10 de agosto de 2017

Faros de Asturias: Cudillero y Luarca

Faro de Cudillero (Asturias)


Nos gustaban los faros.

Sabíamos que desde su posición privilegiada y solitaria estaban vigilantes custodiando algún fantástico tesoro. Solo había que buscarlos, acercarse a ellos y descubrir cual era ese tesoro.  

Por eso salíamos todos los veranos a buscarlos.

Aquel año nos decidimos por los de Asturias.

En primer lugar descubrimos al faro que encabeza esta entrada: el Faro de Cudillero. Cuando aún no existía este faro se hacían unas fogatas que prendía el Gremio de Mareantes en la zona de La Garita. Después en el 1858 se inauguró el faro de Cudillero a 75 metros sobre un acantilado. Pero si te acercabas solo podías acceder hasta su verja. Siempre cerrada. Atisbabas dentro unas frondosas palmeras que lo medio escondían. A los faros paradójicamente les cuesta dejarse ver, ellos que iluminan a tantos... 

El Faro de Cudillero guarda el tesoro de ese pueblo de colores que a ido creciendo mientras sus casas iban trepando las montañas. Casas que querían colocarse bien para admirar el paisaje, y se habían ido posicionando como en unas gradas con vistas al mar Cantábrico.


Faro de Cabo Vidio (Asturias)


Muy cerca del anterior está el Faro del Cabo Vidio.

No pudimos resistirnos y también fuimos en su búsqueda.

Situado a 89 metros sobre el nivel del mar, era el último faro construido hasta la fecha en Asturias y uno de los más nuevos de España, ya que se construyó entre los años 1948 y 1950. Esta formado por el faro y dos viviendas que sustituyó a la antigua señal de aviso.

Nada más verlo, nos pareció que el faro languidecía como venido a menos. Pobre faro rodeado de veraneantes bulliciosos en bicicleta y mesas de bar ocupadas por turistas perezosos. Pero estábamos equivocados. Porque aunque de frente solo viéramos que estaba ocupado por una terraza de refrescos, también guardaba su propio tesoro.

No había más que rodearlo, recorriéndo despacio su perímetro para darse cuenta de que, a su espalda, el tesoro que guardaba se resumía en las preciosas vistas que hay desde su privilegiada posición.

Miras a un lado y al otro del faro y distingues todo el perfil rocoso de nuestro país en esa costa Asturiana. Qué belleza de acantilados. A lo lejos Estaca de Bares y Cabo de Peñas.

Paisaje desde el Faro de Cabo Vidio



Y finalmente en aquella ocasión cazamos un último Faro, el Faro de Luarca que nos esperaba al atardecer semiescondido al final de la Atalaya.

Ese era su tesoro: Esa Atalaya, vestigio del pasado, porque en los siglos XVI y XVII era un fuerte defensivo para proteger la villa de los ataques franceses e ingleses. Antes de que se construyera el faro en el año 1862, se hacían fogatas para orientar a las embarcaciones. Ahora todavía conserva la Capilla  de la Atalaya o de la Virgen de la Blanca y un precioso cementerio también blanco donde está enterrado el Premio Nobel de Medicina D. Severo Ochoa y su esposa.



Faro de Luarca
Cementerio de Luarca

Tumba de Severo Ochoa en Luarca (Asturias)

Tres faros, tres tesoros: un pueblo tan precioso como Cudillero, unas vistas tan bellas como las del Cabo Vidio, una Atalaya como la de Luarca.

Un inmejorable botín para un solo día cazando faros.

martes, 1 de noviembre de 2016

1 de Noviembre, Día de Todos los Santos. El cementerio de Arlington



En estos primeros días de noviembre les dedicamos una visita a nuestros cementerios. Siempre por estas fechas intento en el blog hacerme hueco de ello y tenemos varias entradas dedicadas a ellos.

Hoy, 1 de noviembre, traigo otro para vosotros. Uno diferente, bastante importante. Mucho. Pero donde en cambio se respiraba silencio, tranquilidad, orden...

















Me estoy refiriendo al Cementerio Nacional de Arlington de Washington. Una enorme extensión de lápidas blancas todas alineadas. Bueno en realidad y como dice su nombre, está en Arlington, en el estado de Virginia. Si no lo conoceis, desde luego lo habréis visto en muchas películas.

Es un cementerio militar de 624 hectareas, muy cerca del rio Potomac y del Pentágono. Hay soldados caídos y veteranos de todas las guerras. Miles de tumbas. Cuánta pena por causa de la guerra. La Guerra de Secesión, las dos guerras Mundiales, Corea, Vietnan, Irak, Afganistan...




 Visita obligada dentro del cementerio es el cambio de guardia en la tumba del soldado desconocido.

"Aquí descansa en honor y gloria un soldado americano cuya identidad sólo conoce Dios"


La historia de este cementerio es curiosa. Está situado en las tierras que pertenecían al nieto de George Washington. Entre 1802 y 1818 construyó aquí su mansión "Arlington house" en homenaje a su abuelo. Su única hija se casó en 1831 con Robert E. Lee y durante treinta años fue su residencia. Hasta que en 1861 Lee se pasa al bando Confederado. Se van al sur, y abandonan la plantación y es ocupada por el ejército Federal donde establece su cuartel. 

En 1864 se realiza aquí el primer enterramiento militar. Justo donde había estado el campo de rosas de la plantación. En represalia a Lee.

Con el tiempo la familia Lee fue indemnizada por la expropiación de los terrenos, ya que eran tantos ya los enterrados aquí que no procedía para nada su levantamiento.




Y la tumba de JFK es la otra visita obligada dentro de este inmenso cementerio. Está junto a su mujer Jackeline Bouvier Kennedy Onasis, con todos sus apellidos, ya veis. También están los hermanos del Presidente, Ted y Robert. 

Hay frases del discurso del Presidente:

"Ciudadanos del mundo, no preguntéis lo que América hará por vosotros sino aquello que juntos podemos hacer por la libertad del hombre"

 



Fue una buena visita, la verdad. Muy interesante. Pero había que irse...

Allí dejamos a nuestra ardilla favorita del cementerio.






Por si queréis echar un vistazo a las demás entradas del blog sobre cementerios. Ya tenemos un buen puñado. Os dejo el enlace: