Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

domingo, 27 de noviembre de 2022

Por favor ¿los aseos?

 

 

Ya sea a la manera de ¿Pablo Abraira?

Lo necesaria que es su cercanía.

La alegría que nos dan cuando, necesitándolos tanto, están vacíos.

Y ese inenarrable alivio interior con el que salimos tras haberlos visitado.

 Pero si además el lenguaje no verbal y la creatividad se dan la mano para señalarlos ¿cómo no tenerlos en cuenta?

Genial a la manera de Pablo Abraira, o a la castiza, escoja lo que usted prefiera... (Pero si ya tiene una edad, sé que le tirará decir que es la de Pablo Abraira...)


 

 

- O a la manera de un óleo explícito como en La Puglia:



- A la manera de ¡No disparen ya salimos!


- A la manera de la riqueza cultural de las diversas lenguas:



-A la manera de ¿Juegas?


- A la manera de "te guste o no somos diferentes":


Después ya solo queda rezar para:

Que estén limpitos

Que huelan bien

y que tengan papel.

¡Por favor!

 

jueves, 24 de noviembre de 2022

24 de noviembre. La vida

 


 Hubo un tiempo que yo vestía minifalda y posaba rodeada de hombres.

Entonces no me acomplejaba nada, ni enseñar las piernas, ni ser de piel blanca, ni albergar otras rarezas que crecieron conmigo. Con mi pelo rizado recogido en lo alto de mi cabeza, y mi pierna doblada cual modelo, sonreía a cámara, acurrucada entre varones.

Bendita aquella versión mínima de mí. Benditos recuerdos. 

Y lo que daría yo por tener más de aquella época.  

Atesoro un puñado de olores, algunas escenas congeladas en el tiempo, como si ya estuvieran pegadas en un álbum, retazos de voces, de conversaciones y, revoloteando, la sensación plena y cálida de haber sido feliz. 

Quizá deba ser así. 

Quizá los recuerdos deban volverse tan borrosos como las fotos antiguas. 

De Manuel apenas me acuerdo, no llegarán a los dedos de una mano los recuerdos que conservo de él. Esto no lo podía decir cuando vivía Julia porque no le hacía ninguna gracia.

Sin embargo, me gusta mucho un recuerdo de él que cuando aparece se demora en la memoria:

Yo no había ido al cole, tendría 8 años y había pasado una noche horrible por culpa del dolor de oídos, el dolor más terrible de mi infancia. Pero Manuel tampoco había ido a trabajar, tenía algo mucho más definitivo que un dolor de oídos. Y allí estábamos los dos, en esa habitación mía que de noche compartía con mi hermano pequeño y de día se transformaba en cuarto de estar. Allí estábamos los dos enfermitos pasando juntos la mañana. Yo leía y mi padre pintaba frente a uno de sus óleos colocado en un caballete. Era una situación rara, lo normal es que yo no estuviera allí, pero la sensación que todavía me embarga cuando me acuerdo es plácida y doméstica. Entonces llegó Julia del mercadillo de los jueves. Además de comida se había comprado un jersey, que rápidamente se puso para que mi padre le dijera qué tal le quedaba. Recuerdo a mi madre pasear delante de nosotros de frente y de espaldas. Y no podría decir cual era la broma, si la escuché y la entendí ya la olvidé, qué sabía yo, pero ambos sonreían, y mi madre dijo ¡Anda tonto! Y yo, que era testigo ocasional, supe de la complicidad de aquellas mañanas, de las risas, de la sensación cálida y acolchada que me transmitía ese lenguaje que solo era de ellos.

Qué poco duró aquello. Siempre son grises y húmedos los 24 de noviembre.

Intactos los nombres y los lazos, intacta la sensación de protección, como si aún los tuviera a todos rodeándome, como si aún ella pudiera hacernos la foto, solo queda:

Seguir sonriendo a cámara.

  @Rocío Díaz Gómez                        


 

martes, 22 de noviembre de 2022

"No quiero olvidar todo lo que sé" Las Sinsombrero 3 de Tanía Balló.-

 

 

"Al amanecer nos despertó el golpeteo de las ametralladoras. Corrimos hacia la ventana. En lo que alcanzaba nuestra vista no se advertía movimiento alguno.Todo estaba quieto, en calma, con excepción de las lejanas ráfagas que se sucedían a intervalos. En los montes que amparan el sur de la ciudad se estaba consumando la última resistencia."

Mada Carreño. Los diablos sueltos

 

Después de haber visto la exposición sobre Las Sinsombrero que está estos días en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, ya solo me quedaba leer el tercer volumen de la trilogía: "No quiero olvidar todo lo que sé" de Tania Balló.

De los dos anteriores ya está hecha la reseña en este blog, cuando los iba leyendo a medida que se fueron publicando. 

En esta tercera entrega la autora aborda la vida de las Sinsombrero, esas artistas e intelectuales de principios del siglo XX que tras la Guerra civil y su devastación habíamos olvidado. Algunas de ellas se quedaron aquí y otras tuvieron que exiliarse. En este tercer libro sobre todo se habla de las que tuvieron que ir al exilio, de cuánto la dureza de ese exilio las marcó en sus vidas y en sus trayectorias profesionales.

Aquí revisaremos las vidas de Carlota O´Neill, Cecilia G. de Guilarte, Silvia Mistral, Luisa Carnés, Concha Méndez, María Dolores Arana, Mada Carreño, Magda Donato, Silvia Mistral... y volveremos a otras a quiénes ya habíamos conocido en los libros anteriores por su relación con éstas.

La verdad es que se lee muy rápido, porque tiene apenas 200 páginas. Está estructurado en seis capítulos, en el primero aborda el papel de estas mujeres durante la Guerra Civil, eran mujeres intelectuales y comprometidas que combatían en la retaguardia o escribiendo. El siguiente capítulo habla del exilio propiamente dicho. El tercer capítulo habla de las relaciones que se establecían entre ellas una vez ya en el exilio, relaciones de ayuda, de amistad, de ánimo. El cuarto capítulo aborda el camino que tomó su inspiración, sus obras, sus proyectos una vez que estuvieron asentadas en sus nuevos lugares. Es muy importante señalar cómo tuvieron que afrontar la maternidad. El quinto capítulo nos muestra las relaciones que se establecieron entre algunas que estaban en el exilio con otras que permanecieron aquí. Nos habla de las relaciones epistolares tan ricas y tan largas que surgieron. Y finalmente el último capítulo habla del olvido. 

La autora ha hecho todo un trabajo para recuperar la memoria de todas estas autoras, cuando de muchas de ellas ni tan siquiera habíamos oído hablar. El trabajo de investigación que nos cuenta sobre cómo dió con la pintora Ruth Velázquez nos ayuda a hacernos una idea, no solo ya del trabajo, sino también de todo el tesón, tiempo y paciencia que hay detrás de todo este proyecto de recuperación. 

Los dos libros anteriores son más monográficos, nos va contando la historia de cada una de ellas. En cambio éste aunque incide en algunas de ellas de forma más pormenorizada, también es más una visión global de lo que supuso aquel tiempo en la mujer, lo que supuso en nuestra historia cultural.

He disfrutado leyendo los tres libros. Son muy interesantes. Y la bibliografía que aporta, si uno quiere ampliar conocimientos sobre alguna de ellas, también es muy rica y amplia. 

Son un buen homenaje a aquellas mujeres que hicieron tanto por la cultura y después habían acabado siendo invisibles. Como dice el título yo tampoco quiero olvidar todo lo que sé sobre ellas.

 

"No se preocupe de contestarme. Escríbame siempre que necesite decirme algo sin averiguar si me debe carta o se la debo. Igual haré yo. Ya que me dice que siempre me ha tenido en su vida, no quiero salir de ella."

Carta de Elena Fortún a Carmen Laforet. Febrero del 47

 

viernes, 18 de noviembre de 2022

Las Sinsombrero. Exposición en el Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa

 


Es cierto que en mis tiempos de BUP y COU estudié a los intelectuales de la Generación del 27, pero nadie me habló de las intelectuales de esa misma generación. Aquellas mujeres pintoras, escritoras, escultoras, pensadoras, compositoras y artistas en general no llegaron hasta nosotros, a pesar de que llegaron a tener mucho éxito no solo nacional sino internacionalmente hablando.

No sabíamos que nos faltaba la versión femenina de todo cuánto ocurrió en aquellos primeros años del siglo XX. Nos faltaba su mirada, su forma de crear. Y ellas también habían sido protagonistas de aquel tiempo. 

Como contaba Maruja Mallo fueron ellas, Maruja y Margarita Manso en este caso, quienes habían cruzado la Puerta del Sol sin sombrero junto a Lorca y Dalí como signo transgresor, como rebeldía. Liberándose del sombrero liberaban también sus ideas. Este acto de rebeldía les valió el nombre de Las Sinsombrero, nombre con el que se ha llamado a todo el grupo de mujeres que llevó el peso cultural y social de los años 20 y 30 del siglo pasado.

Fueron también ellas mujeres talentosas, rompieron moldes, y brillaron artística e intelectualmente hablando. Maruja Mallo, Margarita Manso, Marga Gil Roësset, Delhy Tejero, María Zambrano, Luisa Carnés, Rosario de Velasco, Concha Méndez, Ángeles Santos, Ruth Velasco... Brillaron junto a las que se quedaron sin exiliarse como Carmen Conde o Rosa Chacel. También hablamos de dramaturgas, empresarias, figurinistas.

Reconozco que solo había oído hablar de Maruja Mallo y de alguna más porque en mi tertulia literaria me hablaron de ellas. Sin embargo tuvieron que llegar a mi vida los libros de Las Sinsombrero de Tania Batlló para ir conociéndolas con más profundidad. Leí con avidez los dos primeros según fueron publicándose, conociendo una a una a aquellas "sinsombrero". Y precisamente ahora estoy inmersa en la lectura del tercer volumen, conociendo a las que se exiliaron: “No quiero olvidar todo lo que sé”.

En el Centro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa, y hasta el 15 de enero, hay una exposición también comisariada por Tania Batlló que nos las recuerdan. Merece mucho la pena la visita. 

Son más de cuatrocientas obras y hay documentos, libros, fotografías, obras de arte de pintura, de escultura...

Yo estuve el otro día, un día laborable a las tres de la tarde y no había nadie. Pero nadie de nadie. Un lujo poder visitarla despacio, admirando cada sección, cada vitrina, cada cuadro y panel, tomándome todo el tiempo que quisiera o necesitara para contemplar o leer. Estuve mi buen rato admirando las esculturas de Marga Gil, los cuadros de Maruja Mallo, Ángeles Santos y de Delhy Tejero que me encantan. Viendo los libros de Concha Méndez y Luisa Carnés... Disfrutando. 

Eso es, disfrutando. Recordando lo que ya había leído en los libros. Pero también aprendiendo nuevas facetas de ellas. 

Es una exposición amplia, amena y muy interesante.






Los cuadros de Maruja Mallo




Las esculturas de Marga Gil Roesset

 
 


Las pinturas de Ángeles Santos: "Terra"



Los libros de Luisa Carnés. La obra de teatro Tea Rooms la vi también en el Fernán Gomez y me encantó

Los cuadros de Delhy Tejero

El espacio de crecimiento intelectual y social de las mujeres de la época: El Lyceum Club Femenino

La original obra de Ruth Velazquez "La madre del Comunismo"

"La matanza de los inocentes" de Rosario de Velasco

Margarita Manso





lunes, 14 de noviembre de 2022

"El buen padre" de Santiago Díaz. Reseña Literaria

 


 Antes de leer "Eleanor Oliphant está perfectamente" que ya he reseñado en otra entrada, me leí "El buen padre" de Santiago Díaz. 

Bueno más que leerme, devoré "El buen padre". Y no sé si fue por eso, porque no podía parar de leer y lo hice súper deprisa, o porque la vida en esos días me envolvió en una tela de araña de otras muchas tareas igual de absorbentes y vertiginosas, entre ellas un catarrazo de esos que te dejan para el arrastre, el caso es que se me pasó hacer la reseña. 

Y eso no puede ser. Mi memoria cada vez es más frágil y para combatir el olvido y ordenarme por dentro no podemos abandonarnos. Así que vamos a completar las reseñas de los libros leídos en el 2022.

"El buen padre" no es la primera novela del autor, pero sí la primera de la serie de la inspectora Indira Ramos. Y ya os digo que yo me las pienso leer todas. 

Se trata de una novela policíaca que arranca cuando la policía encuentra en un chalet a un hombre con un cuchillo, manchado de sangre y al lado del cadáver de su mujer. Al año de estos sucesos, un anciano se entrega a la policía diciendo que tiene a tres personas secuestradas y avisa de que irán muriendo semana tras semana si no detienen al verdadero asesino de su nuera y liberan a su hijo. 

"Si estuviera usted en mi lugar, ¿no haría lo que fuera para demostrar su inocencia?"

Y aquí es donde ya aparece la protagonista de la serie: Indira Ramos una inspectora muy, muy peculiar. Confieso que si en las novelas hay un personaje curioso a mí ya me están echando el lazo. Y desde luego que Indira Ramos está llena de rarezas y fobias con todo lo que ésto conlleva para hacerla interesante. 

Como ya hemos contado en el argumento, al dar el secuestrador un plazo de tres semanas en las que cada siete días irá matando una víctima, nos deja la historia con un ritmo cronometrado y vertiginoso. Hay tres vidas en juego, que iremos rastreando y conociendo al mismo tiempo que se acaba el suyo. Estos cambios temporales constantes entre sus diferentes pasados y este presente común de secuestrados, nos imprime mayor agilidad en la trama. 

Por otra parte el autor nos articula la novela es capítulos muy cortos, esa forma de estructurarla también incide directamente en mantener alto este ritmo ágil de lectura. Todo contribuye, como vemos, a que sea una historia que no da tregua al lector, te mantine en vilo. Mucha acción, poca descripción, y muy visual. 

Se tocan muchos temas: La mala práxis, la prostitución cara, timbas clandestinas, chantajes, ajustes de cuentas, corrupción urbanística... por solo decir algunos.

 En cuánto a la construcción de los personajes, rápido nos damos cuenta de que son muy complejos, todos los personajes tienen aristas. Están bien construidos, todos tienen más de una cara, oscura, que vamos a ir descubriendo. Eso sin hablar, como ya hemos dicho, de las características de la inspectora protagonista.

"Muy normal no eres, no voy a engañarte. Pero las personas más interesantes nunca lo son.." 

 En cuánto al género claramente es una novela policíaca, pero tiene el acierto de que también tiene dosificados algunos ingredientes románticos.

“Supongo que al final es cuestión de acostumbrarse a las rarezas de los demás”.

Y para terminar hay que señalar que tiene un giro final muy de destacar. 


No quiero contaros más. Desde luego es una novela que cumple muy bien su función de literatura de evasión, porque te metes en ella y te atrapa. Si te apetece una policiaca... ya sabes.

domingo, 13 de noviembre de 2022

"Eleanor Oliphant está perfectamente" de Gail Honeyman

 


 Tengo que admitir que me costó entrar en esta novela, no sé, me parecía que tenía un ritmo más lento que el que yo necesitaba en ese momento para sumergirme en otra historia. Supongo que cuando la comencé no era mi momento para leerla. Además al principio y en según que cosas el personaje de Eleanor me recordaba al de Bridget Jones, y eso justo me echaba un poco para atrás. Sin embargo, decidí esperar un poco más para ver cómo evolucionaba porque además los comentarios que me llegaban de ella por parte de mis allegados eran tan buenos que pensé que tenía que darle su oportunidad y seguí leyendo. 

"Me los he medido y pesan tres kilos (en total, claro, no cada uno). —Solté una risita y él se me quedó mirando, sin reír—. Creo que es demasiado peso del que tirar, ¿no le parece? Porque… si le ataran a usted tres kilos más de carne en el pecho y lo obligaran a pasearlos por ahí todo el día, también a usted le dolería la espalda, ¿no?..."

¡Menos mal!

La novela está contada en primera persona. La narradora es la protagonista: Eleanor Oliphant. Una treintañera muy, muy, peculiar. 

"He de reconocer que tuve una educación muy ecuménica, puesto que fui criada por presbiterianos, anglicanos, católicos, metodistas y cuáqueros, aparte de un puñado de individuos que no sabrían reconocer a Dios ni aunque los apuntase con su dedo eléctrico de Miguel Ángel. Me sometí a todos los intentos de educación espiritual con idéntico resquemor. Aunque por lo menos la escuela dominical, o su equivalente, era una buena excusa para salir de la casa en la que vivía en esos momentos y a veces hasta había bocadillos o, más rara vez, compañía soportable."

La sinopsis de la novela que encontramos en cualquier reseña nos dice: Eleanor Oliphant siempre dice lo que piensa. Lucha por dejar de ser alguien con pocas habilidades sociales. Se ha preparado un calendario vital cuidadoso y estricto para evitar interacciones sociales: los fines de semana los pasa sola comiendo pizza congelada y bebiendo vodka y todos los miércoles habla con su madre. Pero todo cambia cuando Eleanor conoce a Raymond, el informático de la oficina. Juntos abandonarán la soledad en la que han estado viviendo. 

Ésta es una novela de personaje. Ese es su principal acierto. Eleanor Oliphant es un personaje que está muy bien caracterizado, lo ves moverse, lo sientes de verdad. Es singular como ella sola, y aún así te la terminas creyendo. Es peculiar en sus costumbres, en su forma de pensar y de hablar. Y a medida que vas leyendo su historia es un personaje que te va ganando poco a poco porque va creciendo y creciendo con la historia y querrías hasta haberla conocido. Me ha gustado mucho cómo la autora ha ido creando a alguien que evoluciona tan claramente, no deja de cambiar capítulo a capítulo. Está muy bien reflejada su evolución. Me parece el mejor acierto de esta novela, la construcción del personaje. 

"Cuanto más sola está una persona, menos capaz es de navegar por las corrientes sociales. La soledad va creciendo a su alrededor, como el moho o una piel, un profiláctico que inhibe todo contacto, independientemente de lo mucho que se desee ese mismo contacto. La soledad es acumulativa, se extiende y se perpetúa por sí sola. Una vez que se incrusta, cuesta un mundo desahuciarla..."

Es una novela llena de pequeños giros, pequeñisimos, en la trama, pero cada giro lo notas en cómo Eleanor va transformando su forma de estar en el mundo. 

No es una novela en la que ocurran grandes cosas, ni hay mucha acción, ni la gran intriga, no, es una novela "para adentro" que va fluyendo. 

La historia toca muchos temas, todos ellos en torno a los sentimientos: el valor de la amistad, la soledad, las relaciones familiares, las personas tóxicas. Temas desgarradores pero nunca de forma lacrimógena, todo lo contrario. No se recrea en lo horrible, nos lo ahorra, porque realmente no hace falta para que lo sintamos.

Toca temas muy importantes pero en un tono distendido, irónico, a veces jovial y a veces descarnado. 

Y cuando llegas al final de la novela y todos los interrogantes que ha ido dejando la trama se despejan, entiendes muy bien el título: "Eleanor Oliphant está perfectamente". Y parece mentira cómo Eleanor con todo lo que ha pasado puede estarlo, pero así es: "Está pefectamente".
  
"La última palabra. Con voz firme, mesurada, segura. No estaba triste. Estaba convencida. Y, por debajo, como un embrión gestándose, muy diminuto, apenas un cúmulo de células, con un latido tan pequeño como la cabeza de un alfiler, ahí estaba: Eleanor Oliphant..."

Si os apetece leer una historia de sentimientos, entretenida, y con personajes que se hacen entrañables os la recomiendo.


viernes, 11 de noviembre de 2022

Día de las Librerías 2022

 


Hoy, 11 de noviembre de 2022, es el Día de las Librerías. 

 Y como no tengo remedio cuando he salido de trabajar me he ido a celebrarlo a una de ellas y ya he salido de allí con mi botín de dos flamantes libros bajo el brazo. Estoy segura de que caminaba por la calle con una sonrisa que me daba tres vueltas a la cabeza.

Es uno de esos enormes y pequeños placeres de la vida: ir a una libreria y ver qué me puedo llevar. Se me pasa el tiempo y ni me entero allí dentro, saltando de sección en sección, leyendo en voz baja los títulos en los lomos, pensando "que me llevo, que me llevo", frotándome las manos con pura avaricia de cuento, porque me llevaría media tienda ¡qué digo media! la tienda entera acarrearía si pudiera.

A poco que lo pienso algunas de ellas están ligadas ya de por vida a acontecimientos importantes de mi paso por el mundo: Aquella Paradox que fue una de nuestras primeras salidas juntos, cuando empezábamos a caer por ese precipio peligroso por el que felizmente nos despeñamos, justo antes de decirle al mundo "Cerrado por amor".

Y aquella de Zaragoza donde me dieron aquel premio de relato. Cuando solo me presenté por si sonaba la flauta y nos íbamos a visitar a mis amigas las mañas y ¡va me lo dan! ¡Qué bueno!

O aquellas preciosas de más allá de las fronteras, y que no he podido dejar de conocer cuando viajé a esas ciudades: La mágica livraria Ler Devagar en Lisboa, la fantástica librería Lello de Oporto o la más antigua del mundo también en Lisboa.

Hay tantas que tengo entrelazadas a inolvidables viajes que hasta he perdido la cuenta. Pero me acuerdo de aquella mítica de San Francisco, la City Light Books, que visité con mis amigos. O aquellas que ya no existen seguro como la acogedora A Lura dos Livros de Tavira o esa pequeñita y maltrecha de Damasco. Sin embargo sobreviven en mi memoria a salvo del olvido, la especulación o las guerras. 

Son mi debilidad, no puedo dejar de pasar por ellas sin llevármelas, aunque solo sea en fotografía, sobre todo si tienen un nombre inolvidable, como me ocurrió con "La palabra escrita" de Eslovenia o "Le silence de la mer" en Vennes de Francia. Tengo que leerme ese libro. Por no hablar de las que, nada más descubiertas, te devuelven libros como "La Rayuela" de Berlín, donde además pasamos una estupenda y soleada mañana.

Cuántas habré visitado ya, cuántas fotografiado, incontables desde luego. 

¿Pero cómo no hacerlo si en ellas palpitan mil y unas historias? Te abren mil y una puertas por las que asomarte a vivir otras vidas. 

Son el modo más sencillo de escaparte, de viajar, de soñar. El mejor refugio. 

Son, qué le vamos a hacer, mi paraiso y mi perdición. 

11 de noviembre de 2022, Día de las Librerías.



Librería desaparecida Paradox en Alonso Martinez, Madrid

 

Este cartel estaba en la librería "Las tres rosas amarillas" de Madrid


Librería París. Entrega de premios de relatos. Año 2018
 



Librería Ler Devagar en Lisboa

Librería Lello Irmao de Oporto
 
 
 
Librería Bertrand en Lisboa
 
 
 
Librería City Light Books en San Francisco

 
Antigua Librería A Lura des Livros en Tavira (Portugal)




Librería La palabra escrita en Eslovenia



 
 Librería Le Silence de le Mer en Vennes
 
 
 

Librería La Rayuela en Berlín