Aquel año de 2020 se nos desbarató todo.
Y la celebración del fin de curso, parecía la celebración del principio.
Llevábamos sin vernos ¿cuatro meses? Sin vernos en persona, porque la modernidad tambien había llegado hasta nosotros, y la "videoconferencia" se hizo presente y realidad en nuestro reunión semanal. Sin embargo, todos estábamos de acuerdo en que había estado bien esa innovación del "zoom", había cumplido su función la opción telemática, sobre todo para no perder el contacto; pero nunca, nunca, jamás de los jamases, podría sustituir al contacto humano.
Suenan con eco los chascarrillos a través de la pantalla, no se siguen con la misma agilidad las bromas espontáneas. Nos había faltado vernos llegar a la reunión, los diminutivos cariñosos al saludarnos, la mano que se posa en tu brazo buscando la confidencia, los besos y abrazos, el calor que no se puede traducir en palabras.
La vida manda, y si es con una pandemia más.
Pero allí estábamos de nuevo, aunque fuera disfrazados con nuestra mascarilla, echando de menos a los que nos estaban, tanto a los que nunca volveríamos a ver, como a los que simplemente habían faltado a la cita.
Allí estábamos, ruidosos y felices.
Allí estábamos.
Allí estábamos.
De nuevo eramos niños revoltosos, críos asilvestrados que vuelven al cole, deseando ver caras amigas.
Allí estábamos, Rocío. Como dijo Cinta, hemos peleado por nuestra Tertulia este año. Como niños felices con el reencuentro. Gracias por tu reseña eb tu blog. Un beso gende, amiga.
ResponderEliminarJavier
Qué guay Rocío!!!!, Espero verte pronto aunque sea disfrazada con mascarilla. Un beso
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