Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 15 de julio de 2009

"Ni una pizca de sal" Relato de Rocío Díaz





Este relato que os dejo hoy, obtuvo el primer premio en el año 2002 en el III Certamen de Cuentos Interculturales - Háblame de tu diversidad, convocado por la Escuela de Mediadores Sociales para la Inmigración de la Comunidad de Madrid.


Se titula "Ni una pizca de sal".




La imagen es un cuadro de Ángeles Calvo.
Que además de ser una artista es mi cuñada.



Aquí os lo dejo. Espero que os guste. Va por mis amigos cubanos, porque sin ellos no habría relato.




NI UNA PIZCA DE SAL



Nadie desea formar parte de una ficción
y menos aún si esa ficción es real.
Paul Auster


Los sueños de hoy serán las realidades de mañana.
José Martí.





Néstor. Enero 2001
Cuando mi Clarita salió con aquello de la barriga, supe que no podía demorar más la marcha. Lo supe. Mi Clarita, sabor a isla, sabor dulzón.

Cuántas veces habíamos planeado la huida. Cuántas. Muchas. Y durante muchas tardes. Y durante mucho tiempo. Pero cuando no ocurría un contratiempo, ocurría otro y el viaje se iba demorando y demorando. “Y es que no es fácil, caballero... no es fácil dejar la isla”.

.....

Clarita. Mayo 2001

Allí, en la capital rusa, nos esperaba la persona que tenía que recibir las cajas de puros, sin embargo el contacto, aquel que nos tenía que traer los papeles para que pudiéramos continuar el viaje hasta España, continuar y quedarnos, no llegaba. Yo partida de hambre y de cansancio le decía a Néstor: “Óyeme mi amor, se demora, que no llega, no llega”, y no llegó.

Aquel tipo no llegó nunca.

Una sensación tan fría como aquel país lejano, se fue apoderando poco a poco de mi ánimo... La persona a quién habíamos llevado las cajas de puros de encargo, después de pasar mucho rato rogándole se apiadó de nosotros ¡Óyeme tu tienes que llevarnos a algún sitio, no puedes dejarnos aquí con este frío del polo, tiesos, sin entender nada...!. Aunque nuestra causa no le tocaba para nada conseguimos que al final nos acompañara hasta un hotel con un olor asqueroso de las afueras de Moscú, un hotel de prostitutas.

.....


Néstor. Enero 2001.

La madre de Clarita empezaba a mirarme de reojo... Pobrecita la vieja que le decía a su hija que tuviera cuidado conmigo y mis cuentos de abandonar el país: “!Ay niña bájate de esa nube y ven aquí a la realidad! No te creas sus bobadas... no te embullas...!” “Na viejita que esos son chismes, ya sabes como les gustan aquí a todos los chismes, pa que voy a yo embarcarme en esas historias...” y Clarita viraba la cara y seguía para lo suyo. Pero los dos sabíamos que a la viejita le daba tremenda tristeza pensar que Clarita cualquier día se le iba como ya se le había ido su otro hijo. A esa mujer tranquilita se le trastornaba la vida na más que de pensarlo...

Pero mi Clarita se había quedado embarazada y esos nueves meses eran la última posibilidad, el plazo final, no podía dejar que nuestro bebito naciera allí. Si eso llegara a ocurrir ya no podrían salir ni ella ni nuestro niño, de nuestra amada tierra donde tanta, tanta necesidad estábamos pasando.

.....

Clarita. Mayo 2001.
Dos días estuvimos metidos en aquella habitación que “ni muerta chica” hubiera elegido, sin pegar ojo, sin comer... Néstor me secreteaba en la oreja “No seas boba... no pasará nada, celebraremos una fiestona cuando lleguemos... mañana lo arreglaremos...” él intentaba endulzarme el rato pero le veía tan desmoronado como yo, tirado en aquella cama, mirando pal techo... Dos días sin comer, dos días sin hacer nada...

Dejé a Néstor en la habitación y me fui por ahí a dar una vuelta sola, a ver si por lo menos me entretenía por ahí, caminando y se me olvidaba todo... Me dio por caminar y caminar... Hasta que llamamos a España para avisar a los parientes que nos esperaban, les contamos que no había papeles ni pasaportes ni más nada... Masticándonos el trauma tras los primeros momentos de incertidumbre y pesar resolvimos vender las cajas de puros que logramos pasar entre los equipajes. Resolvemos, conjugando el segundo verbo de la supervivencia en nuestra isla: inventar, resolver, escapar.

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Néstor. Febrero 2001.
Hacía meses que no había sal, una isla rodeada de mar y mi Clarita no tenía ni una pizca de sal para echar al caldo. Hacía tiempo que no veíamos el aceite, y los alimentos que veíamos, “¡Ay m´hija que poco los veíamos!”
Con la cartilla de racionamiento mensualmente teníamos derecho a cinco libras de arroz, tres libras de azúcar parda, dieciséis onzas de granos (chicharos o lentejas), cuatro onzas de café, media libra de pescado cada dos meses... “¿leche? no mi amor aquí el café se toma muy negro y poco, muy poco; el culito de la taza no más. Pero el poco que hay humeando en la cafetera se endulza con dos o tres cucharaditas de azúcar y deja escapar su olor por las ventanas siempre abiertas, llamando a grito pelado con el aroma a los demás, llenándose rápidamente la casa de vecinos y parientes, de voces y risas, de chismes compartidos... ”
El sistema gubernamental de distribución de los alimentos solo atendía a la mitad de nuestras necesidades. A partir de ahí todos inventamos comida, inventamos negocios. Con esos negocios semiilegales se gana más que con los trabajos estatales. Estuvimos un poco tiempo criando guarros, otros criaban pollos en los balcones de los edificios de la Habana. Nosotros engordamos puercos en el jardín de la casita. Aquella casita que teníamos malamente pintada, de piso de tierra prensada y techo frágil, que había que cuidar tanto pa que cuando se acercara el ciclón no lo arrancara y se lo llevara volando como otros, como otras veces.

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Clarita. Mayo 2001.
“Tremenda cosa aquellos días en Moscú” recordaría y repetiría a unos y otros Néstor meses después... “ ¿Te acuerdas Clarita que solo comíamos pollo porque era lo único que nos parecía conocido...? Pero a mí no me gusta recordarlo, se me pone la carne de gallina cuando le escucho... Entonces... entonces, aspiro hondo, viro de conversación y se esfuman los deseos de llorar...

Quince largos días estuvimos malviviendo, malcomiendo en aquel hotel de las afueras. Yo recién embarazada apenas comía de los nervios y la preocupación que sufría. Néstor todos de cada uno de los días salía a vender puros para reunir el dinero suficiente que sumado al que aún nos quedaba, alcanzaría a duras penas para dos billetes de avión a Madrid. Mejor dicho, tuvimos que comprar dos billetes de avión Moscú-La Habana, que hiciera escala en Madrid, porque no podíamos quedarnos en España...
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Néstor. Marzo 2001.
Al tiempo que criábamos los guarros íbamos poquito a poco ahorrando con otros trabajos, yo me dedicaba a cortar el pelo a los vecinos y Clarita montó un rudimentario salón de belleza en la casa. Siempre hubo algún vecino o conocido, o conocido de conocido, que había viajado con la carta de invitación hasta España y le pudo traer pintauñas de mil colores y tremendo montón de potingues con que ampliar el surtido de su salón.

Por allá todo el mundo inventaba. Algunos inventaron cuartos adicionales para los turistas dividiendo aún más el espacio de la casita con sobras de la construcción. Otros vendían pizzas caseras, otros ropa usada, otros hacían improvisados motores para balsas gracias a un ventilador... todo el mundo inventaba porque “los cupones de racionamiento no dan para nada mi amor... para nada. Si no, ya sabes solo te queda agenciar en bolsa negra lo que te falte, si aun te quedan pesos...”
En la isla conjugábamos los verbos de la supervivencia: inventar, resolver, escapar.

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Clarita. Finales de mayo 2001.
Quince eternos días después de llegar a Moscú, logré montar en el avión en el que se suponía que volvía a mi país. Néstor se quedó en Rusia hasta reunir un poco dinero más para su billete.

Habíamos quedado que en Madrid, un pariente mío que trabajaba en el aeropuerto intentaría sacarme de la sala de tránsito antes de que tuviera que enseñar el pasaporte...

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Néstor. Marzo 2001.
Mi Clarita con su piel morena y sus labios gruesos y su pelo negro ondeado... imagínensela bajo aquella luna redonda con unos aretes dorados en sus orejas chiquitas, tanto como sus ojos... Mi Clarita... que aquella noche que lo supo, mientras duró el apagón diario de electricidad me contó lo del bebito.

Decidí que no podíamos esperar más, no iba a permitir que nuestro niño creciera como un comemierda, como un comemierda más...

Teníamos que intentar salir como fuera de allí, aunque nuestro corazón cubano se dividiera con la marcha y se quedara la mitad para siempre diciéndonos adiós desde el malecón, en la isla... o en la casa. Aquella que habíamos ido acondicionando poco a poco para los frecuentes cortes con otros inventos añadidos... Aquella que juntos habíamos ido apañando mientras Clarita soñaba con una cocina nueva y un teléfono como aquel de las telenovelas, uno que sonara en su casa para no tener que ir corriendo hasta la del vecino... mientras soñaba con apagar la luz cuando ella quisiera, con dar en la ducha al grifo de agua caliente sin cargar agua todas las noches... una ducha con tu pastilla de jabón a un ladito... en la cartilla de racionamiento teníamos derecho a media tableta de jabón de baño cada tres meses, y otra media tableta de jabón de lavar, también cada tres meses.

Clarita había soñado durante mucho tiempo con escapar para reunir una buena cantidad de dólares que gastar... una buena cantidad para poder también enviar a los parientes que se quedaran, y además, porque soñar es gratis, tener unos ahorros y manejarlos “...óyeme mi amor, ¿tú sabes lo grande que sería tener alguna que otra tarjeta de crédito...?" me susurraba con su acento dulzón de bolero caribeño.

Decidí que no podíamos esperar más, teníamos que intentar salir de allí como fuera para que Clarita tuviera todo aquello con lo que había soñado.

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Clarita. Finales de mayo 2001.

Todo el viaje me lo pasé rezando a la Virgen del Cobre, patrona de la isla, diosa Yoruba del sentimiento. No recuerdo cuánto se demoró el avión hasta que llegó a Barajas, pero fue mucho, muchísimo tiempo. Una vez allí no recuerdo como llegué hasta la sala de tránsito... debí ser la viva estampa del miedo de recién llegada a aquella sala, aquella donde en un santiamén me sentí atrapada y arrastrada por la persona que me esperaba. No recuerdo cómo recorrimos pasillos y salas y puertas del aeropuerto, ella volando entre ellos y yo amarrada a su brazo. Recorrimos y recorrimos hasta alcanzar la salida de nacionales de donde salí rodeada por los turistas que procedían de un vuelo de Canarias... como uno más... como uno más de ellos entrando, entrando ligera a Madrid.

No lo recuerdo. Pero estaba en Madrid. Bendita suerte. Al fin.

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Néstor. Abril 2001.
Delante de un plato de arroz con frijoles, sin vegetales, sin carne, conjugamos el verbo escapar... El sueño del paraíso americano era demasiado peligroso, habíamos conocido a muchos vecinos construyendo balsas en las terrazas. Balsas frágiles hechas de madera, llantas y plásticos en las que jugarse la vida persiguiendo el sueño. Balsas como cáscaras de nuez meciéndose con fragilidad de héroes, luchando, defendiéndose apenas de un Mar Caribe de enormes olas. Supimos de muchos vecinos embarcados al fin, en un viaje muy peligroso donde desistieron hasta de comer mareados por las corrientes. Solo algunos balseros muy afortunados llegaron a tierra, muchos naufragaron... si tuvieron suerte les rescató algún guardacostas, si no la tuvieron... terminaron ahogados o devorados por los tiburones.

“No, de balseros mi vida no...” me decía Clarita acariciándose la barriga, “de balseros, no...” me decía bajito, bajito...

Los días siguientes fueron jornadas enteras dedicadas a resolver, atar todos los cabos para poder escapar. ¿Óyeme quieres que te haga el cuento de todos los sobornos, de toda la jodedera de aquellos días...?
Finalmente logramos tener un contacto en Moscú, una persona a quién le pagamos buena parte de lo ahorrado para que cuando llegáramos nos tuviera preparados unos pasaportes para poder viajar más tarde hasta Madrid. Teníamos unos deseos locos, tremendas ganas de vernos ya en el avión...

Hasta el último día no habíamos dicho nada a parientes ni vecinos, para que nadie fuera con el chisme y se estropeara todo... Esa mañana recién levantados fuimos anunciándoselo mientras nos despedíamos de ellos... Resultó cómico ir viendo las caras de unos y otros cuando Clarita les iba con el cuento de que nos íbamos... Después cuando ya nos creyeron, todos nos fueron haciendo mandados, millones de notitas que atesoraban importantes encargos, grandes necesidades apretujadas en pequeños papelitos arrugados que Clarita guardaba cuidadosamente entre sus cosas: el dibujo de la plantilla de un pie infantil, el apunte de las dioptrías para unos espejuelos nuevos...

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Clarita. Junio 2001.
Mi Néstor aún tardó varios días más en poder tomar otro avión hasta España. También él subió al avión Moscú-La Habana, cómo había hecho yo semanas antes, Moscú – La Habana, escala en Madrid.

Con él no se podían volver a arriesgar tanto nuestros parientes, así que una vez transcurrido el vuelo, una vez en España pidió asilo político.

“Y qué malo es eso de ser emigrante, que malo... “

......

Néstor. Mayo 2001.
Moscú.

Nerviosos y tristes, después de despedirnos entre lágrimas de la familia, los vecinos, los amigos, conseguimos tomar el avión que nos llevaría hasta Moscú.

Entre el equipaje habíamos escondido varias cajas de puros, algunas que nos habían pedido el favor de hacérselas llegar a un familiar que vivía en Rusia, las demás por si necesitábamos venderlas para conseguir más dinero, “Porque óyeme mi amor, nunca se sabe...”

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Clarita. Junio 2001.
Todo el tiempo que estuve sin Néstor, estuve sin mí. Todo me daba igual, me paseaban de un lado a otro por Madrid pero la vida me parecía dificilísima sin él, vivía con una nostalgia que pa qué... me paseaban pero no me fijaba en nada, recostada en un estado constante de idiotez, amarrada a mi pena... como un balsero a su cáscara de nuez.

Hasta que él llamó a mi hermano que fueran a buscarle a Barajas que al fin salía del aeropuerto. A mí nada me dijeron, fueron a por él y cuando estuvo ya en la casa, cuando se paró bajo la ventana, silbó. Hasta que mi Néstor silbó y yo acerté a oírle... no respiré. Mi corazón al escucharle viró alegre como un mambo burlón y revivió de su letargo triste.

Imagínense... Yo a grito pelado y él esperándome en la puerta. Y los dos ya en Madrid y los dos escandalizando, escandalizando y pegando saltos como niños majaderos...

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Néstor. Enero 2002.
Ahora ya hace tiempo que mi Clarita, sabor a isla, sabor dulzón, paseó su tripa con cubana dejadez, demorando el vaivén por el centro de Madrid, de mi mano, siempre de mi mano. Ya hace tiempo que visitamos al fin, la puerta de Alcalá y la Plaza Mayor y todos aquellos lugares que soñamos visitar un día desde allá, desde nuestra tierra...

Ahora ya hace tiempo que Clarita disfruta de los probadores de las tiendas, poniéndose y quitándose trajes... mientras nuestro bebito la mira embobado... Hace tiempo que disfruta del tacto helado de la nieve deshaciéndose en las manos... ¡Ay m´hija y qué blanca y que fría...!... tiempo que juega a tirarse por ella y dar vueltas y vueltas y vueltas...

Ahora ya hace tiempo que va filmando y fotografiando cada lugar, cada momento, cada segundo de la sonrisa de nuestro bebito que un día, bendita suerte, será español. Muchas fotos para reunirlas y regalarlas en correos y cartas con destino allá, para los parientes, para su mami que volará a Madrid en cuánto pueda... Muchas fotos regalando sus días en España “... donde hay de todo caballero... donde se encienden más luces por las calles en Navidad que las que necesitan treinta pueblos como el nuestro para alumbrarse...”
Ahora ya se ha mecido apacible el tiempo, y ha llegado un mes y luego otro y después otro como olas de nuestro Caribe... y han pasado muchas desde aquella primera vez que mi Clarita se quedó sin su habla caribeña durante varios minutos, muda de la sorpresa... “Todos aquellos estantes mi amor, repletos de alimentos... todos esos pasillos llenos, llenos de comida y jabón y millones, millones de cosas al alcance de la mano...”
Aquella misma vez que Clarita, sabor a isla, sabor dulzón de plátano maduro frito, compró tremenda garrafa de aceite de cinco litros, porque sí, porque su alma cubana se lo pidió, porque necesitaba ir de vez en cuando a la cocina y mirarla...

¡óyeme mi amor, solo mirarla...!
© Rocío Díaz Gómez

jueves, 9 de julio de 2009

Dichos y Frases hechas



A mí siempre me ha parecido muy curioso el origen de algunas expresiones o frases hechas.

Os voy a dejar aquí hoy un par de ellas. "Se va a armar la gorda" y "Sin decir agua va".

Se va a armar la gorda
Así decimos para amenazar o anunciar que se puede producir alguna pendencia o alboroto ruidoso. Aunque parece que ya se hablaba de la gorda antes de la revolución de 1868. Fue en los meses anteriores a septiembre de ese año cuando se popularizó esta expresión para referirse a la revolución que se avecinaba y que el pueblo anunciaba y al mismo tiempo sentía “como una tormenta que se les venía encima”, algo que se adensaba en el ambiente y que podía explotar en cualquier momento. En la calle, en los cafés, en las tertulias y mentideros de Madrid, se preguntaban cuándo “se iba a armar la gorda”, que según creían, resolvería una situación que ya resultaba insostenible. La gorda era la revolución y al fin se armó el 29 de septiembre de 1868 contra Isabel II, provocando la caída de los Borbones.
Un testigo de la época, Eusebio Blasco, en unas charlas que da en 1898 en el Ateneo madrileño sobre el Madrid de 1868, nos cuenta cómo, al incorporarse a la capital como periodista “no oía más que una palabra que se le grabó en el oído, palabra que repetía todo el mundo, que era la expresión de toda una época, el anuncio del fin de una sociedad y de la aparición de una nueva. Madrid repetía en voz baja y a todas las horas: “¡La gorda: se va a armar la gorda, viene la gorda”.
Luego ya quedó en expresión popular para indicar cualquier alboroto o pendencia que se avecinaba o que se iba a armar. Pérez Galdós, Fortunata y Jacinta: “Lo que él quería era que se armase la gorda; pero muy gorda, a ver si...”

Sin decir agua va
Significa “sin avisar” y se utiliza como reproche a quién nos ocasiona un daño o pesar sin habernos prevenido. Esta locución recuerda a los tiempos en que se vaciaban los orinales en la calle arrojando su contenido desde la azotea de las casas, que entonces servían de excusado, al grito de “agua va”. Parece que no siempre se avisaba o, al menos, no con tiempo suficiente para evitar molestas salpicaduras. Hasta el siglo XIX no se impuso la necesidad de instalar letrinas en el interior de las casas.
Había disposiciones municipales que regulaban el modo y la hora para este vaciado de inmundicias y aguas sucias en la calle. La hora, que solía ser al anochecer pero que variaba según fuese verano o invierno, era una de las llamadas “hora menguada” o desdichada, para las calles, y por supuesto, para quienes transitaban por ellas...
Lo amenaza de que se previniese cada uno. Particularmente cuando se iban a decir que verdades que podían molestar. Quevedo en Romances varios: “Chitona ha sido mi lengua /habrá un año, y ahora torno/ a la primer taravilla: / agua va, que las arrojo / quítenseme de delante”.



Del libro,
"¿Qué queremos decir cuando decimos...? Frases y dichos del lenguaje diario"
Jose Luis García Remiro. Alianza Editorial

Ángel Guinda

A veces nos parece que todos los días son iguales. Que cada día podría ser una fotocopia del anterior. O quizás una fotografía retocada del mismo paisaje de ayer.

Pero nos equivocamos. No nos damos cuenta de que hay pequeños descubrimientos que hacen ese día distinto, y por tanto van modificando nuestra vida aunque sea en una pequeñísima parte.

Ayer en nuestra tertulia del Galdós, Sagrario del Peral, habló de Ángel Guinda. Y no era la primera vez que lo hacía. Sin embargo ayer era distinto porque lo hizo con sus poemas de un solo verso contenidos en su libro “Toda la luz del mundo”:

Pág, 42.
Para saber qué es la lejanía he llegado a este mar.

Pág, 44.
Lo inalcanzable me hace señales desde el horizonte.Pág. 46
“He movido la noche para que cante el sol”
Pág. 94.
“Te amo mortalmente: para resucitar”
Pág, 104.
¿Sólo el adiós acerca?
Pág, 100.





CAJAS
Lo diría una indígena y tendría razón:
“Ustedes tienen la vida organizada en cajas.
Nacen y les depositan en una cajita,
su casa es una caja, y las habitacionesson cajas más pequeñas.
Suben a la casa en una caja,
Bajan a la calle en una caja.
Viajan en una caja.
Duermen y hacen el amor sobre una caja.
A través de una caja ven el mundo.
Cambian de casa: lo meten todo en cajas.
Los Bancos y las Cajas hacen caja.
Y cuando mueren
Les introducen también en una caja.”
Todo está hecho para que encajemos.
Nos encajan la vida.
Algunos no encajamos, y nos desencajamos.

Voy por la casa apartando cosas porque falta tu luz.



Estos poemitas de Ángel Guinda fueron un descubrimiento de ayer, 8 de julio del 2009.

Hoy 9 de julio, Ana Delgado, de la que ya he hablado en este blog, siguiendo esa conversación y esa lectura que hizo ayer Sagrario, nos ha enviado un poema de Ángel Guinda que a ella le había gustado especialmente. “Cajas”.

A mí también. Y por eso me ha picado la curiosidad y me he entretenido un rato en buscar por Internet más poemas de él.

No sé si hoy habrá más descubrimientos que harán de este día distinto al de ayer. Pero por lo pronto ya tengo uno: La poesía de Ángel Guinda.

"Saber perder" de David Trueba


El último libro que me he leído ha sido “Saber perder” de David Trueba. Lo terminé hace tres o cuatro días y me ha gustado mucho.

Ya me había leído previamente otros libros de este autor: “Abierto toda la noche”, “Cuatro amigos” y el guión de “Bienvenido a casa” que dicho sea de paso me lo regaló de sorpresa uno de mis hermanos firmado por el autor. De entre ellos escogería “Abierto toda la noche” que en su día me sorprendió muy gratamente. Y ya llevaba tiempo queriendo leer este último libro, al que le dieron el premio de la Crítica 2009. Me ha costado la verdad hacerme con él. Cuando estaba en todas las librerías, tenía fila en casa de libros por leer y dije pues nada me lo pido para mi cumpleaños a ver si cae... No hubo suerte, no cayó. No pasa nada, pensé, se lo pido a los Reyes Magos de Oriente. Sus Majestades llegado tan señalado día consideraron que mejor me traían otras cosas... Y nada que otra vez me dejaron sin él. Visto el éxito de mi petición me puse yo misma a buscarlo. ¿Y qué paso? que entonces estaba agotado. En fín... Menos mal que vino una amiga en mi auxilio y se presentó una buena mañana de un día cualquiera y por sorpresa con un envoltorio de regalo con toda la pinta de ser un libro: ¡Saber perder! de Trueba. Bieeeen. Una de las mejores cosas de las vida, está claro que son los amigos.

“Saber perder” cuenta cuatro historias que se cruzan. La de cuatro personajes. Sylvia que cumple 16 años cuando comienza la novela, su padre Lorenzo, que intenta sobrevivir a su separación, su abuelo Leandro que quiere “vivir” porque piensa que está dejando de hacerlo, y Ariel Burano, un jugador de futbol argentino al que fichan en un equipo español y conoce a Silvia.

Me gusta cómo escribe David Trueba porque me emociona, porque tiene un fino sentido del humor siempre latente, porque te crees que esos cuatro personajes existen y podrían ser vecinos tuyos.

“Saber perder” habla exactamente de eso, de aprender a perder, de sobrevivir a las pérdidas, de enfrentarte a lo que tú piensas, a lo que tú sientes. Habla de lo que nos importa el juicio de los que tenemos cerca. “Saber perder” podría hablar de cualquiera de nosotros.

Lo dicho. Me ha gustado mucho.

©Rocío Díaz

lunes, 6 de julio de 2009

"A dos pasos de cebra de ti" Relato de Rocío Díaz


Este relato es una carta de amor.


Le dieron el segundo premio en el Concurso de Declaraciones de amor 2007 organizado por el Ayuntamiento de Roquetas de Mar (Almería). Y fue publicado en un libro en el que reunieron las cartas premiadas con algunas más que se habían seleccionado.


Espero que os guste.





A dos pasos de cebra de tiRocío Díaz





¿Sabes? encargado nocturno de la gasolinera,

Hace mil y una noches que estoy aquí.

Aquí, a escasos metros de ti. Aquí mismo. A dos pasos de cebra de tu persona y doscientos mil años luz de tu atención. No soy otro semáforo que cambia solo de color, ni otro aspersor que riega intermitente, ni otra farola que se ilumina sola. Aunque también cada noche, a cada poco, me puedes ver casi quieta y callada y en el mismo sitio, también sola. Ya, ya sé que no sabes. Soy tan transparente, tan invisible ante tus ojos como cualquier semáforo, cualquier aspersor, cualquier farola con la que comparto acera. Aunque yo soy parte del mobiliario físico de este polígono industrial. Una más de mi grupo. Pero tú no sabes, te has acostumbrado tanto a nosotras, que si alguna vez me viste, o quizás me desvestiste con esos ojos miopes tuyos, ya de eso, ni tan siquiera te acuerdas.

Por eso te escribo esta carta. La primera de muchas que vendrán después, si no te importa. Aunque no sé si a esta hoja arrancada de uno de mis viejos cuadernos de apuntes, apretujada de pensamientos color “azul bic cristal”, se le puede llamar carta. No he escrito demasiadas en mi vida, no sé ni como empezarlas. Hasta ahora la más difícil y la más larga solo tuvo cinco o seis renglones. Fue la que dejé sobre mi almohada para decir que me iba. Hace solo dos cursos pero es como si hubiera vivido dos vidas más después de aquella primera. Ahora sé que no era una mala vida la que dejé, ahora, que ya no tiene remedio. Lo malo fue la decisión de irme, ahora también lo sé, ahora que ya nunca hay decisiones buenas que tomar. Pero no te preocupes que no te escribo para contarte mi vida. Esa, no tiene ya interés ni para mí.

Pero supongo que lo primero es presentarme. Me llaman Filo. De filósofa, no es que sea mi nombre. El verdadero lo dejé junto a la carta sobre aquella almohada. Me llaman Filo porque dicen mis compañeras que le doy mucho a la cabeza. Por aquí, y en eso, no se pierde mucho tiempo. Soy una ratita de esquina, la ratita de ojos azules más presumida de este lado de la acera. La que malvive a dos pasos de cebra de tu gasolinera, la que cada noche barre y barre con decisión cualquier clase de polvo que se ponga por delante. Pero aunque aún debo tener años para que me sigan contando cuentos, yo ya no me creo ninguno. Por fuera parezco demasiado joven, por dentro soy demasiado, demasiado mayor para cuentos. Quizás por eso lo que se me da bien es contarlos. Me sobra experiencia. Y creo que hasta me gusta, me gusta inventarme otras vidas, probarme otras pieles y arrebujada dentro de ellas intentar sentir... Porque se me está olvidando sentir ¿sabes? no, tampoco lo sabes, ya lo sé. Pero así es. Aunque tú no lo sepas, aunque te cueste creerlo, de no sentir se me está olvidando hasta como se hacía...

Pero todavía te estarás preguntando por qué te escribo... Pues porque hace mil y una noches que quiero decirte que, junto a las farolas, tu y yo compartimos nocturnidad y alevosía. Un murciélago tú. Una luciérnaga yo. Tú oscuro para el que para a repostar y yo fluorescente para el que también para ¿a repostar? Distintos, pero los dos invisibles. Duraremos en la memoria de nuestros clientes el rato que estén con nosotros, el rato que dure nuestro servicio, no más. Eso, unido a que se me esté olvidando sentir, me hace pensar cada vez más en las gomas. Y no sonrías, no, me refiero a las de borrar... Perdóname, la verdad es que no sé si estarás sonriendo, desde aquí solo acierto a ver que estás agachado leyéndome, leyendo esta carta que una vez terminada, me habré atrevido a dejarte bajo la puerta, camino de los lavabos de la gasolinera. Perdóname si he dado por hecho que sonreirías al leer “gomas”, no son más que gajes del oficio. Pero te confieso que así me veo algunas veces, como si algo me estuviera borrando con una goma de esas de milán de mi primera vida, borrándome poquito a poco, o con una de esas blancas de nata que olían tan bien, borrándome a conciencia, por todas y de todas partes.

Por eso hoy he cogido uno de mis viejos cuadernos y me he puesto a escribirte. A ti. Encargado nocturno de la gasolinera. A ti que, aunque no lo sepas, eres a quién tengo más cerca. Porque me sobra experiencia para inventar pero me faltan oídos. Y quizás tú, quizás, me leas hasta el final. Esa es la única cosa que creo haber hecho bien desde que escapé de casa, seguir leyendo, leer mucho. Será porque quizás no es más que otro vicio, ya sabes, somos muy viciosas... Por las tardes, cuando aún no me he transformado en la ratita más presumida de esta esquina, voy a la biblioteca y leo todo lo que cae en mis manos, todo. Sí, pensarás, la ratita presumida no es más que una gris de biblioteca disfrazada. Pues sí, aunque al verme barrer en mi esquina nadie lo creería... Pero así ha sido como en uno de esos libros he conocido a Sherezade. No sé si sabrás quién era... pero que más da. Quizás hasta fui yo, yo en otra de mis vidas.

Como Sherezade he pensado cada noche contarte un cuento. Te lo escribiré por la tarde y lo dejaré bajo la puerta de tu garita cada noche camino de los lavabos. Como otro ratón, como el ratón Pérez de mi otra vida y siempre, si no te importa. Te lo contaré a ti, para quién las noches son tan eternas como para mí. A ti, que quizás también necesitas compañía, como yo. Compañía de la buena. Te lo contaré a ti, como si fueras el gran Visir de este polígono industrial.

Y te lo contaré, si tu me dejas, para sobrevivir una noche más. Para no compartir el destino de mis compañeras en esta alcantarilla. Para que los polvos que barro se vuelvan mágicos sin tener que decir “abracadabra”. Para que las gomas de nata no acaben borrándome del todo. Te lo contaré para intentar volver a sentir.

Y después... después, encargado nocturno de la gasolinera, después de mil y una noches, ¿querrás tomar un café conmigo cuando amanezca?.



© Rocío Díaz Gómez

Tertulia extraordinaria en el Galdós, el 11 de mayo, con el poeta salvadoreño Pablo Benítez




Aquí CarmenH y yo con Alberto Gómez Font y Pablo Benítez (de rojo)





Y ya que estamos de recordatorio de este curso, hace casi dos meses tuvimos tertulia extraordinaria en el Café Galdós. Fue el lunes 11 de mayo del 2009.


Extraordinaria por tres razones, porque fue en lunes, no en miércoles como estamos acostumbrados, porque al ser lunes había muchísima menos gente y por tanto mucho silencio, y porque tuvimos la gran suerte de aprender y compartir tertulia con un poeta salvadoreño: Pablo Benítez.

Este poeta entró en contacto con Javier gracias a su blog. Esto es lo maravilloso de internet que puedes ponerte en contacto con personas que están muy lejos pero a los que te une, en este caso, la literatura.


Pablo Benitez aprovechó el viaje a España por un congreso, para acercarse a nuestra tertulia. De ahí que cambiáramos el día al lunes, que a ellos les venía mejor.


Vinieron con él dos historiadores salvadoreños y Alberto Gómez Font, lo que fue toda una sorpresa, porque yo conocía a éste último de habernos dado unos cursos de lenguaje y estilo en el trabajo.

Alberto Gómez Font es filólogo y responsable del departamento de Español Urgente de la Agencia EFE, y sobre todo es un comunicador nato con el que da gusto aprender de lenguaje. La verdad es que fue una gran suerte que viniera.


La tertulia estuvo muy bien. Muy provechosa. Nos juntamos unas veinte personas: ellos cuatro, algunos de nosotros del taller y otros compañeros de Javier de la ONG Balanza de Cristal de Getafe. Y allí que nos dieron las doce de la noche hablando de la figura y la obra del poeta Roque Dalton, del que Pablo Benítez es un estudioso, y por supuesto hablando de El Salvador, del país, de su historia, de su actualidad con todos ellos y cómo no algo de lenguaje con Alberto Gómez Font.

Y porque nos cerraban el Galdós, si no yo no sé qué horas nos hubieran dado...

Hace un mes: Fusión de la tertulia del Galdós con el taller de Poesía de Guadalajara














Hace exactamente un mes, el 6 de junio, sábado, estuvimos fusionándonos literariamente con un taller de poesía que hay en Guadalajara.

Era la segunda vez que íbamos a verles y da gusto sentirse tan bien recibido. Poder sentir tanto su hospitalidad y su amabilidad desde el mismo momento en que llegamos.

El taller es en la Biblioteca Pública de Guadalajara, un lugar precioso, grande, iluminado, con un patio interior con vigas de madera y muy espacioso donde apetecería quedarse a leer o incluso a estudiar un buen rato. Se reúnen cada quince días los sábados por la mañana.

El taller lo lleva Jesús Aparicio, un poeta de Guadalajara. Podéis consultar su blog, se llama: http://jesusapariciogonzalez.blogspot.com/

Allí que estuvimos toda la mañana con ellos. Nos íbamos alternando a la hora de leer, uno de nosotros, uno de ellos, de nosotros, de ellos, así poco a poco. Sobre un silencio al que nosotros, los del Galdós, nos estamos muy acostumbrados la verdad, y creando entre todos una atmósfera muy cálida y agradable en torno a las palabras.

Sí, literariamente pienso que fue muy enriquecedor. Un intercambio muy jugoso de versos e historias, de opiniones, de literatura, de vida. Y por supuesto, después como buenos tertulianos, nos fuimos a comer todos juntos en un día muy lluvioso pero muy productivo.

Volvimos muy contentos. Y hemos quedado emplazados para repetir allá para octubre.

Aquí os adjunto algunas fotos de ese día.

viernes, 3 de julio de 2009

Léxico. Ejercicio práctico para el verano


Os propongo que repasemos algo sobre léxico.

A veces leemos en los periódicos noticias en las que están mal utilizadas algunas palabras en ese contexto en el que las incluyen.

Siguiendo unos ejercicios que estuvimos viendo en el último curso de Manual de Estilo del Lenguaje al que asistí, os escribo cinco ejemplos de frases para que penséis sí están bien o no.

Después de pensarlo podéis consultar las respuestas más abajo.



A partir de los ejemplos, justifica si está empleada con propiedad la palabra que aparece en negrita:

1. Las ayudas se otorgarán con preferencia a las familias que adolezcan de recursos económicos o cuya renta anual esté por debajo de 10.000 euros.

2. Queda provisionalmente suspendida la medida provisional mientras no haya un pronunciamiento al respecto por parte de la Sala.

3. Consta que la funcionaria Petra Estaca de Vares viene detentando el cargo de jefa de servicio desde su nombramiento en abril de 1998.

4. El solicitante está avalado como biólogo por la Dirección General del Medio Natural, como organismo de la Administración regional.

5. El cobro de la prestación se materializará en cuatro recibos trimensuales hasta completar el período de cobertura previsto.





1. NO. “Adolezcan” está mal utilizado.

Adolecer.
(De dolecer)
tr.ant. Causar dolencia o enfermedad
Intr. Caer enfermo o padecer alguna enfermedad habitual
intr. Tener o padecer algún defecto. Por ej. Adolecer de claustrofobia
prnl. compadecerse

Para estar bien utilizado tendría que acompañarlo con el defecto, en este caso, “de falta”.
Estaría mejor dicho así: Las ayudas se otorgarán con preferencia a las familias que adolezcan de falta de recursos económicos o cuya renta anual esté por debajo de 10.000 euros.

2. SÍ. “Pronunciamiento” está bien.

Pronunciamiento
1.m Alzamiento militar contra el Gobierno, promovido por un jefe del Gobierno u otro caudillo.
2. m. Der. Cada una de las declaraciones, condenas o mandatos del juzgador.

De Previo y especial.
1. loc. Adj. Der. Dicho de un asunto judicial: Que se ha de resolver por separado y antes del fallo principal.

Luego estaríamos en esta última acepción: "Dicho de un asunto judicial".


3. NO. Estaría mal utilizada en este caso.

Detentar (Del lat. Detentare, retener)
1. tr. Retener y ejercer ilegítimamente algún poder o cargo público.
2. tr. Der. Dicho de una persona: Retener lo que manifiestamente no le pertenece.

Luego estaría mal utilizada la palabra porque en este caso no tiene el cargo ilegítimamente y la palabra detentar conlleva esa acepción negativa. En este caso habría que decir "...viene desempeñando el cargo de...".


4. NO. Estaría mal utilizada aquí.

Avalar:
tr. Garantizar por medio de aval.

Aval (Del fr. Aval)

1. m. Escrito en que alguien responde de la conducta de otra persona, especialmente en materia política.
2. m. Com. Firma que se pone al pie de una letra u otro documento de crédito, para responder de su pago en caso de efectuarlo la persona principalmente obligada a él

Luego en este caso estaría mal utilizada pues no responde de una conducta ni de un pago. Estaría mejor expresado con “está reconocido”.


5. NO. Estaría mal utilizada esta palabra en esta frase.

Trimestral:
adj. Que sucede o se repite cada tres meses.
adj. Que dura tres meses

Trimensual:
1. adj. Que sucede o se repite tres veces al mes.

Por tanto estaría mal utilizada aquí. En esta frase habría que haber utilizado la palabra trimestral.

Exposición Fotográfica de Azucena Pintor en Badajoz






Azucena Pintor es una artista.

Una artista con mayúsculas. Además, tengo la gran suerte de que ha sido compañera mía durante muchos años en el taller de creación literaria de Ágata, en Villaverde Alto.

Azucena además de crear poemas, consigue que los demás los visualicemos, ya sea con palabras o con diversos objetos.

En Badajoz se inaugura hoy, 3 de julio, una exposición de fotografías de Azucena, que lleva por título "Guardianas del secreto". Y seguro que merecerá muchísimo la pena.

Aquí os dejo la reseña que ha salido en varios periódicos.




REGIÓN EXTREMEÑA
Nº 109 Actualizado a las 23:42:01
Portada > REGIÓN EXTREMEÑA


GUARDIANAS DEL SECRETO
La Diputación de Badajoz acoge una exposición de fotografías de Azucena Pintor




Badajoz. 02/06/09. La sala 'Vaquero Poblador' de la Diputación de Badajoz acoge la inauguración de una exposición de fotografías de Azucena Pintor titulada 'Guardianas del secreto', a las 12,00 horas.


La muestra fotográfica tiene en la encina la base mítica sobre la que explorar la propia vida. Son imágenes buscadas o encontradas, espejo en el que indagar la biografía propia. Azucena Pintor, aunque natural de Madrid, proviene de Villafranca y ha participado en el concurso de poesía experimental que convoca el Departamento de Publicaciones de la Diputación.


Asistirán a la inauguración, además de la autora, la vicepresidenta y diputada del Área de Cultura, Inmaculada Bonilla; su director, Francisco Muñoz; y la responsable de la sala de exposiciones, Lourdes Román, según informó la institución provincial en nota de prensa


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Azucena Pintor. Guardianas del secreto
Del 3 al 15 de julio de 2009
Sala de Exposiciones "Vaquero Poblador"
c/ Obispo San Juan de Ribera, 6
Badajoz (España)




martes, 30 de junio de 2009

Emilio Gastón en el Café Galdós







Hace un par de miércoles tuvimos la suerte de tener en nuestra tertulia a Emilio Gastón. El miércoles 17 de junio del 2009.

Para ser justos, tengo que decir que vino gracias a Sagrario, que es una compañera de la tertulia que estuvo en la lectura poética que él hizo el lunes 15 de junio en la Biblioteca Nacional, dentro del ciclo Poetas en vivo, organizado por la Obra Social Caja Madrid y que presenta Enrique Gracia Trinidad. Sagrario estuvo allí y le invitó muy acertadamente a que el miércoles siguiente se pasara por nuestra tertulia.

Y él, junto a su mujer y a unos amigos, nos visitaron. Qué sorpresa y qué suerte.

Emilio Gastón es poeta, escultor, político y abogado. Estudió Derecho y Filosofía y Letras en la Universidad de Zaragoza.

Como dicen en todas partes, y para resumir:

“Este aragonés es hombre de múltiples saberes, inconforme, rebelde, heterodoxo, abogado de todas las utopías, fundador de partidos federales, partícipe de Juntas Democráticas, activo diputado constituyente, Justicia de Aragón, rapsoda impenitente, defensor de causas perdidas, escultor, poeta ... Y es junto a Miguel Labordeta, uno de los grandes contribuyentes a la aportación épica de la generación de poetas aragoneses que por los años 50 y 60 constituyó la O.P.I (Oficina Poética Internacional) del Café Nike de Zaragoza. Además de ser autor de múltiples libros de Poemas.”

Pues bien, este hombre tan importante, estuvo en nuestra tertulia hace un par de miércoles como uno más. Cambiándose de sitio cuando las prioridades de los dueños del Galdós lo veían conveniente. Soportando con buen humor las incomodidades de sitio y ruido que conlleva siempre el traslado. Apretujándose con nosotros, esforzándose por oírnos, recitándonos de memoria sus largos poemas, salpicados de palabras tan peculiares y tan suyas como “ipsofactamente”, sin perder ni un momento la sonrisa. Todo fue tan espontáneo, tan sencillo, tan natural como especial.

La verdad es que tanto su mujer como él, fueron muy agradables con nosotros y daba gusto estar con ellos.

Este fin de semana su mujer, María del Carmen Gascón, nos ha enviado un par de fotos que hizo ese día inmortalizando el momento y que son las que encabezan esta reseña.

Muchas gracias a los dos.


PROSEQUAMUR MEDITANDO


Abro con negligencia
mis armarios roperos del recuerdo …
y me pongo el corazón que más me gusta,

Pero no es más que simple debilidad,
Y es que los corazones
los recuerdos
las ilusiones
las esperanzas
tienen su estante de alma en el armario
como las lapiceros
los zapatos,
las guías telefónicas …
y el traje.

Mi corazón a cuadros de la tercera percha
saltó en gritos patrióticos un día.
Aquel desparramado por la luna
conserva las ingenuas cicatrices
del pequeño amoreo que soñaba.

Por encima de todas estas cosas,
de los gritos patrióticos incluso…
está el chillido tierno y humanísimo
de los viejos teatros y mercados…
recién desmantelados para siempre-

Emilio Gastón

"Autopsia de un cadaver" es una redundancia según la Fundeu

Dice la página de la Fundeu, a raiz de todas las noticias de Michael Jackson, que la expresión "Autopsia de un cadaver" es una redundancia.
La Fundeu es una institución sin ánimo de lucro que vela por el buen uso del idioma español. La Fundeu nace por una asociación entre la Agencia EFE y el BBVA. Y su página es http://www.fundeu.es/
De vez en cuando yo entro en su página porque siempre dice cosas interesantes sobre el lenguaje. Y siempre que tengo alguna duda les consulto con un correo y contestan muy rápido. Son muy eficientes.

Bueno pues dicho ésto, hoy leo en su página que han observado con motivo de la muerte de Michael Jackson que se utiliza muy a menudo la expresión "autopsia de un cadaver" y está mal dicho.

Os copio palabras textuales.


«autopsia de un cadáver», redundancia

29/06/2009

La Fundación del Español Urgente advierte del uso redundante de la expresión autopsia de un cadáver.

La definición de autopsia es 'examen anatómico de un cadáver para determinar las causas de su muerte'; por lo tanto, este término ya lleva implícito en su significado que solamente puede hacerse a un cadáver.

Estos últimos días se han oído o leído frases como «La autopsia al cadáver de Michael Jackson ha concluido poco después de la medianoche» o «Los familiares de Michel Jackson piden que se haga una segunda autopsia al cadáver».

En ambos casos debió decirse «La autopsia de Michel Jackson ha concluido poco después de la medianoche» o «Los familiares de Michel Jackson piden que se haga una segunda autopsia».

La Fundéu BBVA insiste en que el término autopsia es suficiente para referirse al examen anatómico de un cadáver.





lunes, 29 de junio de 2009

XVI edición del Premio de Narrativa de la Asociación de Periodistas de Ávila, relato de Rocío Díaz





Este fin de semana me han dado mi último premio. El viernes último, el 26 de junio, se celebró en Ávila la entrega de premios del XVI Premio de Narrativa de la Asociación de Ávila, donde me han premiado mi relato La piel de la rutina. Es un relato que escribí en el año 2006, pero han tenido que pasar tres años para que tuviera su puesta de largo.


Como suele pasar, pasé muchísimos nervios, hay cosas a las que una, afortunadamente, no se acostumbra nunca. Pero estaba muy contenta y la verdad es que la entrega, que fue en el Palacio Los Serrano de Ávila, estuvo muy bien. Qué gusto.


Os dejo aquí con el principio de mi relato, porque si no sería muy largo, con algunas fotos y una de las noticias que ha salido en los periódicos.


La piel de la rutina
Los lunes de 9 a 10 Doña Pilar tiene “Lengua”. Por eso desde las nueve menos cinco, ni un minuto de más ni uno de menos, porque la puntualidad es principio de Reyes, norma de caballeros y costumbre de gente bien nacida, ella ya está sentada, en su cuarto de estar, con las piernitas juntas y las gafas en la nariz, al lado del teléfono.

A esa hora ella ya ha hecho su cama, se ha duchado y arreglado con esmero y de arriba abajo, con esas prendas que utiliza para estar cómoda en casa pero abrigada, sin estar de punta en blanco pero presentable, por aquello de si tiene que salir a abrir la puerta. Ya está también desayunada, ya se tomó su pieza de fruta, se hizo las tostadas con aceite de oliva, porque junto a las nueces es lo mejor para la circulación, y ya lo ha acompañado de un delicioso y humeante café, descafeinado por supuesto, que la entone para enfrentar un nuevo día.

A las nueve menos tres doña Pilar ya tiene la agenda en la mano y a las nueve en punto coge el teléfono para ir enlazando una conversación con otra y esta con otra, sin descanso pero sin cansarse, hasta las diez menos un par de minutos de la mañana. Momento en que considera que por el lunes, ya se ha puesto al día en todas sus relaciones familiares y de amistades varias, dando por finalizada la “Lengua”.

La piel de la rutina es dura, cuarteada por los años, claro, pero resistente. Eso cuenta doña Pilar. La piel de la rutina te encorseta, pero a la vez te acuna, te mece, te va guiando. Doña Pilar necesita de esa rutina, y la lleva a rajatabla. Atrás quedaron los años de su recién iniciada jubilación. Atrás quedó la euforia de los primeros meses, cuando se creía liberada de los madrugones y de los niños gritones, del bullicio del colegio y de la esclavitud de los temarios, de las épocas de exámenes y de las tediosas recuperaciones. Atrás quedaron aquellos días en que todo era recreo. Puro y bendito recreo.

Los lunes de 10 a 11 doña Pilar tiene “Matemáticas”. Por eso nada más colgar el teléfono se va hasta la mesa camilla y después de beberse un vaso de agua de la jarrita que siempre tiene a punto, se sienta dispuesta a poner orden en las cuentas de la casa. Repasa los recibos que se han ido acumulando desde el jueves a las 12.15 que dejó las matemáticas, apunta y pone al día los gastos diarios de pan y leche, periódico y demás minucias. Y va repasando, mientras puntea más despacio, la cuenta de la compra del viernes, tomando nota fiel de lo que supusieron los descuentos del 2X1, lo cara que está la vida y lo poquísimo que cunde la pensión. Sabe doña Pilar que el camino de la fortuna depende de tres palabras: trabajo, orden y economía, por eso, aunque lo suyo siempre fueron las letras, no deja esta ingrata labor hasta que puede clausurar el cierre de los cuadernos con un largo suspiro de alivio, tras cerciorarse bien de que son las 11 menos tres minutos.
©Rocío Díaz Gómez
2006






Diario de Ávila Digital
Vivir
27/06/2009
El tiempo domesticado


Rocío Díaz Gómez recibió ayer el galardón de la XVI edición del Premio de Narrativa de la Asociación de Periodistas de Ávila, al que se hizo acreedora por el relato titulado ‘La piel de la rutina’


Rocío Díaz Gómez recibe el galardón
David Castro.
David Casillas / Ávila


Rocío Díaz Gómez, ganadora del XVI Premio Nacional de Narrativa de la Asociación de Periodistas de Ávila, recibió ayer el galardón al que se hizo merecedora por el relato corto La piel de la rutina, un atinado cuento sobre la rutina de la vida que el jurado consideró el mejor de entre los más de 380 presentados a concurso y enviados desde varios países de todo el mundo.


La ganadora, madrileña, es licenciada en Psicología, funcionaria del Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino, y en su curriculum de escritora aficionada puede presumir de poseer varios primeros premios de narrativa a nivel nacional.
La obra premiada, que fue elegida como la más relevante por un jurado integrado por los escritores Óscar Esquivias, Clara Janés, Alfredo Pérez Alencart, Antonio Sorel y José María Muñoz Quiros, además de por dos miembros de la Asociación de Periodistas de Ávila (Estela Carretero, como secretaria, y Antonio Mayoral, como presidente del jurado), cuenta la historia de una maestra jubilada que trata de no caer en la desidia y el abatimiento a través de una serie de rutinas semejantes a las que establece un horario escolar.


La consecución del premio, manifestó Rocío Díaz, «ha supuesto para mí una gran alegría», fundamentalmente por lo que «significa de reconocimiento a un esfuerzo creativo previo», que en esta ocasión tomó la forma de la historia de una maestra recién jubilada que para conseguir «que el tiempo no se la coma» se aferra «a la rutina como guía para su vivir del día a día».


Este año era la segunda vez que la autora de La piel de la rutina se presentaba al Premio de Narrativa de la Asociación de Periodistas del Ávila, certamen en el que probó suerte por primera vez en 2008, cuando el ganador resultó, precisamente, «un amigo mío».


El acto de entrega del galardón tuvo como escenario el auditorio del Palacio los Serrano de Caja de Ávila, entidad patrocinadora del premio, sala en la que Rocío Díaz estuvo acompañada por Agustín González, presidente de Caja de Ávila; Antonio Mayoral, presidente de la Asociación de Periodistas de Ávila, y Javier Arenas, secretario de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España.


El primero hizo entrega a la ganadora del cheque, por valor de 3.000 euros, y el segundo hizo lo propio con la escultura del escultor abulense Nacho Martín que se otorga al vencedor del certamen, artista que también estaba presente en el auditorio.Antonio Mayoral mostró su satisfacción por el éxito de este certamen «perfectamente consolidado… éxito que lo es no sólo por que hayamos superado al número de participantes de cualquier otra edición, hasta llegar a los 384» y por el considerable número de trabajos «llegados de otros países», sino, sobre todo, porque «de año en año aumenta la calidad de los relatos presentados al concurso».


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sábado, 27 de junio de 2009

Ironías de Madrid




En la calle dedicada a Cervantes está la casa donde vivió Lope de Vega, concretamente en el número 11. En ella vivió el poeta desde 1610 hasta 1635. En contrapartida en la calle Lope de Vega fue enterrado Cervantes en el convento de las Trinitarias, un intercambio que quizá no hubiera gustado mucho a los protagonistas en alguna época de sus vida, pues sus relaciones no fueron siempre demasiado buenas. Así mismo en la de Quevedo esquina a Lope de Vega, vivió Góngora.



Gea Ortigas, María Isabel. Curiosidades y anécdotas de Madrid. Ediciones La Librería. 1996

jueves, 25 de junio de 2009

El muro. Microrelato de Rocío Díaz


EL MURO


Pues claro que tiene su explicación. Y una explicación bien cabal, que ahora mismo yo se la voy a dar en menos que canta un gallo. Faltaría más.

De chavales el Tomás y yo siempre andábamos juntos correteando por el pueblo. Se estilara el tiempo que se estilara no parábamos quietos ni un segundo siquiera. En diciembre enredando en la matanza, en mayo jugando entre las espigas, en septiembre saltando los racimos o en julio bajando a la carrera al río. Tenía que habernos visto por aquel entonces. Siempre pegaos el uno al otro como viejas comadres barruntando alguna trastada. Flacos y despeinaos. Juntos riendo, juntos hablando, juntos jugando. Juntos. Siempre juntos. Tanto que hasta cuando nos venían las ganas, también juntos orinábamos allá en el muro del cementerio, entre risas y aspavientos, dibujando con el chorro nuestros nombres sobre las viejas piedras. Qué tiempos aquellos... Qué hasta firma y todo le hacíamos al nombre. Echelé...

Ayer mañana me han mandao recao del pueblo de que se me ha muerto el Tomás. Hay que fastidiarse. Que no lloro Padre, estese tranquilo, que es este viento que se ha levantao. Algo que se me habrá metío en el ojo. Y como los hijos siempre andan atareaos y parecía que nadie me iba a poder acercar hasta el pueblo a despedirle, bien temprano antes de que nadie despertara me he abrigao bien y me ido despacito hasta el cementerio del barrio, que no es el del pueblo pero oiga es un camposanto lo mismo. He mirao pa un lao y luego pal otro. He mirao bien y he vuelto a remirar a los dos lados, antes de apuntar al muro y dibujar bien grande las cinco letras de “Tomás” con el chorro. Confieso que no me ha salido el nombre muy bordao porque uno ya tiene el pulso un poco temblón, que los años no perdonan, pero ahí está... Ahí está. Y no me arrepiento. Coña Padre, que el Tomás era un amigo y que yo lo he sentío mucho, pero mucho... Que era de ley que yo le despidiera como está mandao... ¡Y que no se me sale esto del ojo, leche...!

Pero para eso estoy aquí. Para confesarme. Que lo sé, que uno ya no tiene edad para estas acrobacias. Que hace falta tener poco conocimiento. Porque se había levantado un cierzo... Que ni le cuento. Para agarrarme una pulmonía. Bien que lo sé. Pero se lo debía. Se lo debía al Tomás, y se lo debía a los dos chavales flacos que fuimos. Pero usté no se preocupe que en llegando mi nieto de sus clases le mando para acá y que se lo limpie en un santiamén. Palabra de honor Padre. Palabra de honor que le deja el muro como los chorros del oro, faltaría más... Como los mismos chorros del oro.


©Rocío Díaz Gómez

lunes, 22 de junio de 2009

El poder de la coma


El poder de la ubicación de la coma en los escritos.

Lea y analice la siguiente frase...

'Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda'.



Falta una coma ¿no? ¿Donde? Solución: Mas abajo...


Si usted es mujer, con toda seguridad ha colocado la coma después de la palabra mujer.

Si usted es hombre, con toda seguridad ha colocado la coma después de la palabra tiene.

domingo, 21 de junio de 2009

Madrid y sus mentideros

Querría en este blog abrir una pestaña con el título: “Mentidero”. Siempre me ha gustado mucho esta palabra.

En esta sección del mentidero iré recopilando curiosidades del mundo literario. Pero ya que he bautizado esta sección con ese nombre me gustaría en primer lugar que comentáramos un poco qué eran los mentideros y dónde estaban en Madrid.

Según el diccionario María Moliner: Mentidero m. Lugar en la calle donde se reunía la gente para hacer tertulia y chismorrear. Hoy se usa figuradamente sin referirse a ningún lugar concreto.

Según la Wikipedia:
Existieron tres muy famosos en Madrid que eran conocidos como:
Representantes. Situado en un ensanchamiento que tenia la calle del León, en pleno barrio de las letras, y que respondía al nombre de plazuela del León. Allí se reunían las gentes del teatro (los representantes o actores) y los literatos y quienes aspiraban a serlo.
Losas de Palacio. Situado en la parte delantera del Real Alcázar o Alcázar de los Austrias que era como popularmente se conocía. Dada su concepción de centro de gobierno, los alrededores del Alcázar se poblaban de personas en procura de favores o concesiones gubernativas. Igualmente en las ocasiones que la Realeza salía a la calle el pueblo copaba el lugar por ver a los Reyes al pasar.
Gradas de San Felipe. Estaba situado este mentidero en las escaleras que tenia la iglesia de San Felipe en la Puerta del Sol. La iglesia se encontraba situada en un plano más elevado ya que ocupaba la manzana que daba a la calle Esparteros, la calle del Correo y la calle Mayor y esto posibilitaba que en las escaleras se situasen todos aquellos que, disponiendo de mucho tiempo para el ocio, deseaban conocer de primera mano las noticias de las posesiones españolas y para ello la proximidad de la Real Casa de Correos era optima. Por otra parte la calle Mayor, era lugar de paseo obligado de los madrileños y en ella, a una hora u otra, siempre era posible encontrarse con la persona buscada, ya fuese un amigo, conocido o la amada. Las gradas suponían un balcón inmejorable sobre esta calle y por ello estaban muy concurridas.
No era extraño encontrarse, a diferentes horas, a las mismas personas en Losas de Palacio, más tarde en Gradas de San Felipe y con posterioridad en Representantes.

Y según el libro “Leyendas y Anécdotas del viejo Madrid” de Francisco Azorín.:
“El mentidero de Representantes esta situado en la esquina de la calle de León con la del Prado y formaba una amplia plazoleta enlosada en la que había unas mustias acacias.
Las reuniones se celebraban entre las diez de la mañana y la una de la tarde, y acudían a ellas todas las personas relacionadas con el mundo del teatro: poetas, dramaturgos, cómicos cesantes, arrendatarios de corrales, representantes de compañías y apasionados, aficionados. Allí se hablaba de cuánto se refiriese a la profesión y sobre todo, se murmuraba con singular malevolencia de los frecuentes amores de las comediantas con encopetados caballeros, que tan proclives se mostraban a este tipo de devaneos. Y es que no era sólo la afición al comentario y a despellejamiento ajeno lo que llevaba al mentidero a un público tan numeroso: era que un sentimiento magnético les atraía hacia aquel sitio, que llenó con su vida Cervantes y consagró con sus despojos mortales; era que el “Fénix de los Ingenios”, venía desde su casa en la calle de Francos a decir misa diaria en el convento de las trinitarias para acercarse a su hija natural, son Marcela de San Felix, que permanecía allí, en clausura, con la otra hija amada de Miguel de Cervantes...
De cuando en cuando se dejaban caer Tirso de Molina, Moreto, Rojas Zorrilla, Quiñónez de Benavente y cuántos escribían para los corrales del Príncipe y de la Cruz. En el mentidero contrataban sus trabajos dramáticos, con arreglo a la siguiente tarifa: cien reales por una loa, doscientos a cuatrocientos por un sainete, trescientos por un entremés o una mojiganga y cuatrocientos a quinientos por una comedia de tres o más actos. Sin embargo, los autores de fama cobraban emolumentos superiores: a Moreto le abonaban setecientos, ochocientos a Calderón y mil a Lope de Vega, favorito del público...”

Y de este modo, queda inaugurada esta sección del mentidero.

© Rocío Díaz Gómez
Junio 2009

Ayer en Getafe con Javier DÍAZ GIL recitando...


Ayer fui a la lectura que hizo Javier Díaz en Getafe de “Regresar a Chile”. Allí nos juntamos varios compañeros de la tertulia del Café Galdós, amigos, compañeros de la ONG Balanza de Cristal y otros allegados. No éramos un grupo numeroso, pero sí los suficientes para formar un auditorio escogido. Javier se sentó entre nosotros e iba leyendo en voz alta sus poemas a la vez que iban pasando las diapositivas. Quedaba muy bien así, porque solo te llegaba la voz del poeta posándose ligera sobre la imagen. Con esa mezcla creo que ayer todos estuvimos entre las calles de Santiago, en la Patagonia, en Los Lagos, en el desierto de Atacama que cantaba Víctor Manuel.

Después para terminar de una forma más lúdica, nos leyó toda la serie de poemas breves que le tienen de un tiempo a esta parte robada la voluntad y que hablan de fantasmas y ángeles. Me gustan mucho. Tienen un tono irónico y a la vez profundo que hacen que cuatro palabras tengan el poder de dejarte pensando un largo rato. Seguro que algún día formaran un libro muy interesante.

Y cómo no tengo aquí ninguno de sus poemas de ayer para poder dejaros en la boca la sensación que yo tuve allí, os voy a dejar otro de sus poemas. No lo leyó ayer, pero va de cuentos y a mí me gusta mucho.



Cuéntame un cuento
que acabe bien,
un cuento que regrese al agua.
Un cuento de princesas
y leones
que saben de lucha
y de tristeza.

Un cuento que acabe
-para poder dormir-
con delfines que saltan
sobre la blanca espuma
de las olas.

Mayo del 2007
© Javier DIAZ GIL

viernes, 19 de junio de 2009

Un relato con siete años de historia de Rocío Díaz




Más o menos por ahora pero hace siete años me dieron mi primer premio de relato. ¡Siete años ya! En junio del 2002 fue la primera vez que me llamaron por teléfono para darme esa noticia tan buena. Y teníais que haberme visto, mientras hablaba el pobre hombre, yo ahí revisando a cien por hora en mi mente la lista de mis amigos a ver de quién era la voz del gracioso… ¡Y claro no la encontraba…! No me lo podía creer. Qué ilusión.

Han pasado siete años, pero cada vez que me llaman para decirme que tengo algún premio se me sigue encogiendo igual el corazón, me ataco entera otra vez y no sé ya que decir para agradecerlo.

Aquella vez, la primera, me dieron el primer premio en el “VII Certamen literario de Narración Corta Peña de Tomelloso”. Era el 2002 y era premio único. No tuve que irme muy lejos, la entrega fue en Madrid en pleno centro, en la calle la Palma. Estaba organizado por la Asociación Cultural Peña de Tomelloso que tiene su sede en la Casa de Castilla-La Mancha.

Releo el relato que me premiaron y ahora le cambiaría mil cosas. Es normal, nunca dejaría de corregir lo que escribo y quiero creer que en estos años he aprendido algo más en ésto de contar. Pero claro no le voy a cambiar ni una coma. Le tengo demasiado cariño.

Tal y como era aquí os lo dejo. Se titula Aquelarre y decía así,



AQUELARRE


“¿De qué está hecho el diablo cuando tiene relaciones sexuales? ¿Lo puedes ver? ¿Cuál es la fuente de su semen? ¿Prefiere algún momento para el acto sexual? ¿Escoge a mujeres especiales? ¿Era el acto sexual más o menos placentero con él?”...

Una y otra vez las mismas preguntas. Una y otra vez, una y otra. Pues la mejor prueba es la confesión. Y la mejor forma de librar a una mujer del poder del diablo y hacerla confesar es mediante tortura. El potro, la empulguera, sillas con puntas afiladas calentadas desde abajo, hierros candentes, tenazas al rojo vivo, hambre, insomnio o la estrapada: una cuerda que ata las manos del acusado a la espalda, se pasa sobre una viga y se iza para que éste cuelgue justo por encima del suelo, con los brazos alzados y los hombros, como mínimo, dislocados.

“¿De qué está hecho el diablo cuando tiene relaciones sexuales? ¿Lo puedes ver? ¿Cuál es la fuente de su semen? ¿Prefiere algún momento para el acto sexual? ¿Escoge a mujeres especiales?...”

Una y otra vez. Una y otra vez, una y otra. Y la partera no soporta más, no aguanta... Grita, diciendo que confesará y pide que la bajen. No habla suficiente. La vuelven a aplicar la tortura, pero solo consiguen dejarla inconsciente. Por el momento no se puede hacer nada más. La trasladan a prisión y vuelven a torturarla días más tarde.

“¿De qué está hecho el diablo cuando tiene relaciones sexuales? ¿Lo puedes ver? ¿Prefiere algún momento para el acto sexual?”... Vuelven a preguntar, vuelven a torturar, tras el tercer levantamiento grita que no puede aguantar... Los jueces oyen todo lo que desean de ella: Su unión con el diablo había empezado con una relación sexual en su propia casa. Montaba con él en un palo hasta el aquelarre, sexo contra natura, comidas fantásticas con pan blanco, vino blanco y manzanas, reuniones los jueves y viernes. El prometió ayudarla, ella a cambió mató niños pequeños nada más nacer, cuando el agua bendita aún no les protegía...

Ella, que había ayudado a nacer a tantos y tantos... ella, que hubiera muerto por cada uno de ellos. Ella, que hizo cuanto pudo por aquel que no consiguió nacer...

“¿De qué está hecho el diablo cuando tiene relaciones sexuales? ¿Lo puedes ver? ¿Escoge a mujeres especiales?...”

Con amenaza de nueva torturas, sella su confesión con el juramento final y se dicta sentencia.


.......

- ¡Hola cariño! Ya estoy en casa. ¿Estás por ahí..? Ah, en la cocina, ya voy... ¿Qué tal el día, querida? Pero, bueno ¿Qué te ha pasado en las manos?
- Oh, nada, poca cosa, el vendaje que es muy alarmante...
- Pero ¿Qué ha sido, qué ha pasado?
- Pues nada que estaba cocinando y me he quemado con el agua hirviendo... No veas... en un segundo.
- ¡Dios mío! Te dolerá un montón...
- Sí un poco, la verdad es que sí, pero qué le vamos a hacer... una, que es así de torpe...
- No digas eso, con lo inteligente que tú eres...
- Ya, pero está visto que la cocina no es lo mío...
- Claro mujer, es que perfecta, perfecta no encontraba ninguna...

Marga era una mujer inteligente, moderna, culta. Desempeñaba uno de los puestos de doctoras en obstetricia en uno de los mejores hospitales de la ciudad. Sin embargo las tareas domésticas no eran lo suyo, no, no eran su fuerte, a menudo tenía contratiempos con los electrodomésticos, la cocina, los grifos... aunque nunca de forma tan peligrosa como esta vez.

Horas más tarde, de madrugada sus gritos despertaron a su marido...
- Marga, Marga despierta, despierta cariño... despierta...
- ¡¿Qué pasa, qué pasa?!
- Nada, nada, tranquila. Estabas gritando dormida, debías tener una pesadilla, te retorcías y te quejabas...
- Oh sí, Ya recuerdo... ¡Qué horror! hacía muchísimo calor, había fuego, mucho fuego por todas partes y se oían gritos...
- Bueno, ya ha pasado, no te preocupes, no es más que un mal sueño, quizás tienes fiebre por las quemaduras, te traeré una aspirina y ya verás como descansas...
- Vaya día que llevo...
- Venga no te preocupes, no es nada...

Durante los días siguientes, Marga no se encontró bien, las manos le dolían muchísimo, por las noches su sueño era ligero y a menudo se despertaba sobresaltada por inquietantes pesadillas...

.......

Una gran muchedumbre se ha congregado desde primeras horas del día.

Alboroto, gritos de los niños, murmullos de conversaciones, alegres canciones de músicos, voces de vendedores de comidas, bullicio. Los balcones llenos de gente. La plaza a rebosar. Un sacerdote pide silencio y les dirige en el rezo de sucesivos padrenuestros.
.......

Al ir pasando las semanas, Marga empezó a encontrarse mejor.

Gracias a las pomadas y otros ungüentos mágicos de su dermatólogo las quemaduras empezaron a secarse y poco a poco se alivió el dolor. Afortunadamente sus noches también se sosegaron, y fue restableciéndose la normalidad.

Hasta que una mañana un incidente rompió la monotonía.

El hospital amaneció rodeado de pancartas y una gran muchedumbre se concentró en sus puertas... Los médicos y todo el personal de plantilla tuvieron que aguantar gritos e insultos cuando entraron a ocupar sus puestos. No era más que otra de las manifestaciones que últimamente cada vez eran más frecuentes en las cercanías del hospital: las listas de espera, la falta de camas y personal, la sanidad pública, que una vez más era fruto de quejas y concentraciones airadas de protesta. Sus compañeros estaban, lamentablemente, ya acostumbrados, y resignados, no le dieron mayor importancia, sin embargo Marga que otras veces se lo había tomado como ellos, esa mañana se mostraba agitada y nerviosa, no podía concentrarse oyendo el bullicio y las voces de los manifestantes. No aguantaba esa multitud de personas increpándoles, rodeándoles... Fue una jornada tensa y eterna.

Cuando llegó a casa se lo comentó a su marido:
- Hoy hemos tenido manifestación...
- ¿Otra vez...?
- Ha sido tan desagradable...
- Como siempre, ya estarás acostumbrada...
- Eso me decían todos... pero no sé hoy era diferente, no podía trabajar con esa presión fuera, esos gritos, y esa violencia contenida...
- Pero sí últimamente las tenéis cada dos por tres...
- Ya, pero me sentía fatal, y fíjate no sé por qué pero después, estaba tan nerviosa, que en vez de coger el autobús he venido paseando y al pasar por la Catedral he entrado un rato...
- ¿Tú? ¿En la Catedral...? Eso sí que es una novedad...
- Pues sí, no es un lugar que yo haya frecuentado mucho, pero parecía tan tranquila, tan acogedora, tan silenciosa... Ha sido muy reconfortante no creas...
- No, no sí te creo, es sólo que me cuesta reconocerte en esos ambientes...

.......

Se acerca una carreta de granja tirada por asnos con los convictos: tres de ellos llevan los sambenitos amarillos marcados con cruces transversales, han sido condenados a regresar a sus pueblos y a llevar el sambenito durante largos períodos de penitencia.

Una mujer lleva un sambenito de color negro adornado con demonios y llamas infernales, ha de morir en la hoguera.

.......

Pasaron las semanas y los meses, y Marga volvió a ser la eficiente y agradable doctora de siempre, a menudo recibía felicitaciones de sus agradecidas pacientes que ya con sus bebés, volvían contentas a sus casas. En el hospital, sus compañeros solían pedirle su colaboración en algunos partos especialmente difíciles o con cierto riesgo, su actitud en el ejercicio de su profesión siempre había sido impecable.

Una noche, después de bastante tiempo sin pesadillas, de nuevo se despertó sobresaltada por una de ellas. Sudando y angustiada, se incorporó. Todavía en su interior permanecían las imágenes que le habían despertado. Se trataba de un parto, un complicado parto en que la madre no paraba de gritar y retorcerse de dolor, agotada, extenuada por el sufrimiento clamaba por que le sacaran a su bebé, el cual evidentemente mal colocado no lograba salir. Cuando al fin logró nacer, después de horas y horas de sufrimiento fetal, ya había muerto. ¿Por qué? Se preguntaba Marga, ¿Por qué otra vez las pesadillas...? Creía que estaban olvidadas... ¿Pero qué me pasa...?

La mañana siguiente uno de los partos que tuvo que atender presentó complicaciones, el niño estaba encajado, a la madre después de varias horas empujando, le fallaban las fuerzas, estaba exhausta... No era un parto normal pero tampoco nada que un buen equipo no pudiera solucionar...

La doctora Marga pidió a una colega que por favor, la sustituyera.

Nunca, nunca en todo el tiempo que llevaba en ese hospital le había pasado algo semejante, ella siempre se había mostrado fría en las situaciones críticas, su paciencia era increíble, nunca se dejaba llevar por las emociones. Pero en el quirófano, aquella mañana, las imágenes de su mente se superponían con las reales, ya no sabía si la paciente era realmente la que veía o la que la había despertado en la pesadilla. ¿Cómo iba a intervenir en ese estado...? No se fiaba de ella misma... y en su profesión eso era lo peor.
.......

A la mujer le arrancan el sambenito negro a la fuerza, le despojan de todos sus vestidos bruscamente.

Completamente desnuda es arrastrada hacia un poste y allí le atan los brazos tras éste.
.......

Las semanas siguientes Marga estuvo de baja, le recomendaron que se tomara un tiempo libre, quizás simplemente estaba estresada. Unas semanas de descanso y volvería como nueva. Estuvo completamente de acuerdo. Desde aquellas quemaduras no había estado nada bien, cualquier cosa le agitaba, estaba intranquila y nerviosa, su sueño no había sido nada reparador y así no podía trabajar.

Era octubre, hacía un tiempo muy agradable, Marga salió al jardín con algunas revistas y folletos para leer tranquilamente; en el suplemento del periódico vio los anuncios de las fiestas de Halloween, aquellas fotos de calabazas y personas disfrazadas de brujas llamaron inmediatamente su atención... Pero ¿A qué viene que celebremos esta fiesta ?se preguntó, está visto que por celebrar ya no sabemos ni qué hacer... y pasando de página inmediatamente olvidó aquel detalle.

Sin embargo... en la noche de nuevo sus sueños se volvieron negros, la brujas de las fotos de Halloween volaban chillando en torno a ella, hacía calor, demasiado calor, y aquellos seres no paraban de reír, y de gritar y de bailar alrededor de un fuego... Nerviosa, sudando y agitada se despertó sobresaltada.

- Cariño... ¿Qué pasa...?
- Otra vez, otra vez las pesadillas, ¿Qué me pasa? ¿Por qué me atormentan los malos sueños, unos sueños que no entiendo, que no tienen nada que ver conmigo...? ¿Por qué...?
- Venga, duérmete no te preocupes. Cuando estés más tranquila se pasarán solos, ya verás.

Pero aquella imagen de aquel parto oscuro y malogrado, la sensación de ese asfixiante calor, aquellos seres que no paraban de chillar y reír... la incomodaban constantemente.

Aquella noche ya no durmió más.

.......


Se amontona leña y maleza alrededor de la condenada.

Insultos de la gente, gritos de júbilo, chillidos, voces, risas... Las ramas cubren la parte inferior de su cuerpo. El verdugo acerca una antorcha encendida, prendiendo fuego a la leña.

Rápidamente las llamas se elevan al cielo. Crepita el fuego.

Exclamaciones de temor, exclamaciones de alegría. Voces. Insultos. Más voces. Gritos.

Un calor espeso y pegajoso se extiende por la muchedumbre. Rugen las llamas. La condenada parece gritar. No se la oye.

Su cuerpo se retuerce por el dolor.
.......

Pasadas unas semanas desde aquella noche eterna de insomnio, en que el sueño, salpicado de imágenes oscuras de brujas, se resistió a llegar, a Marga le llamó una amiga:
- ¡Hola Marga! ¿Cómo estás?
- Bueno, un poco mejor, creo. Estoy tomando unas pastillas que me han recetado para dormir... y el descanso se nota...
- Me alegro. Pues ¡Venga anímate! Te arreglas y me acompañas a una exposición...
- ¿Una exposición?
- Sí una sobre estilos de vida, enigmas de la cultura... es de un antropólogo de prestigio...
- Parece interesante...
- Sí dicen que está bien, el por qué del tabú judío sobre la carne de cerdo, o el machismo, o el auge de los Mesías, las distintas religiones, la transmigración ...
- ¡Ay la de la transmigración y la reencarnación...! ¿Pero todavía te interesan esos temas? Pensaba que con los años, ya sabes la madurez y todo eso, te habías olvidado ya de esa obsesión...
- Marga, es que tú siempre has tenido una mente demasiado científica...
- ¡Claro! Y por eso ya no me has vuelto a hablar de ello, para qué ibas a seguir hablándome del tema ¿no? Me dejaste por imposible...
- Mas o menos... pero ¿ves? Esto es una señal, el destino nos ha dado tiempo libre... y ha colocado esa exposición en nuestro camino... y si Mahoma no va a la montaña tendrá que ir la montaña a Mahoma...
- Tú misma lo has dicho “tengo una mente científica”, esa montaña y ese Mahoma no van mucho conmigo...
- Pero mujer, además de ese habrá otros muchísimos temas interesantes, tiene que estar bien... ¡Anda anímate! Y luego nos tomamos un cafetito y charlamos...
- No sé...
- ¡Venga mujer! A las once estoy en tu casa.

Y a las once en punto salían charlando animadamente hacia la sala de exposiciones. La conversación relajada e intrascendente fue como un bálsamo para Marga, necesitaba distracción, sol, aire libre... Le hacía mucho bien estar con su amiga.

La exposición realmente parecía entretenida, a esas horas apenas había gente, así que podían disfrutar de todo el tiempo que querían para, a su ritmo, visitar cada sala; los distintos apartados aún teniendo poco que ver unos con otros eran igualmente interesantes. Y curiosamente, se sintió especialmente atraída por la transmigración, realmente estaba sorprendida, ella nunca se había interesado por ese tema, sin embargo el renacimiento de un alma en un nuevo cuerpo humano, tal y como estaba expuesto allí, con todos aquellos detalles y visiones, era una concepción apasionante.

Leyó con avidez las creencias sobre la reencarnación de los antiguos egipcios, de Pitágoras, de Platón, de la religión hindú, el budismo y el jainismo. “Suponían que el cuerpo está habitado por una sola alma o esencia vital, que se creía se separaba del cuerpo con la muerte y el sueño, saliendo por la boca o la nariz. La reencarnación se lograba por la transmigración del alma de una persona muerta al cuerpo de un niño de la misma familia, los parecidos familiares se establecerían gracias a este proceso”... llevaba escrito uno de aquellos paneles. Qué curioso, pensó, realmente curioso, no sí va a resultar que al final Maite va a tener algo de razón... Totalmente irracional pero curioso... ¡Cualquiera se lo dice!

Y así llegaron hasta la sala de la Inquisición, un escalofrío le recorrió la espalda, algo en su interior se agitó, algo inexplicable y caliente que se extendió por su interior.
- ¿Pasa algo? –le preguntó su amiga.
- No, no te preocupes... estoy bien. ¿No me habías dicho que también se trataba el tema de la Inquisición...? Estos sucesos son, fueron tan inquietantes...
- Pues no sé, pensé que no tenía por qué especificártelo... forma parte de los mismos enigmas que se tratan en toda la exposición ¿Cuál es el motivo de que los hindúes adoren las vacas, por qué surgen los movimientos mesiánicos, cuales son las razones de la caza de brujas que asoló a la Europa renacentista...?
- Ya, ya, es interesante, pero es que este tema no me atrae nada...
- Bueno no creo que a mucha gente le encante pero nunca me habías comentado que te resultara tan...
- Ya, nunca... quizás es que no lo había pensado... pero no me negarás que no es nada agradable...
- Por supuesto... nada agradable, pero afortunadamente no vivimos en aquel siglo...

Y continuaron paseando entre las vitrinas, Marga se sentía nerviosa, aunque no se explicaba por qué. La misma atracción que había experimentado por el tema de la reencarnación, aquí se traducía en verdadera repulsión. Quería acabar cuánto antes con ésta sala, no estaba disfrutando nada. No lo entiendo, se dijo, debe ser algo visceral, quizás es que aquí hace demasiado calor, y se quitó la chaqueta... En ese momento el grabado de una escena de aquellos tiempos llamó inmediatamente su atención, se aproximó lentamente...

Una muchedumbre se amontonaba en torno a una ejecución, en el centro había una hoguera, y en la hoguera una mujer... Ante la visión de la escena, Marga se estremeció, se estremeció de angustia y miedo... Algo la empujaba a aproximarse más y mas... se acercó lentamente al grabado y estudió las facciones de la mujer cuidadosamente..., la línea de la mandíbula, la forma de los labios, la mirada franca...

Millones y millones de voces comenzaron a superponerse en su cabeza, hablando todas a la vez, cada una luchando por hacerse oír sobre las demás: “Esto es una señal, el destino nos ha dado tiempo libre... ha colocado esa exposición en nuestro camino...” “...del alma de una persona muerta al cuerpo de un niño de la misma familia...” “afortunadamente no vivimos en aquel siglo...” “el bebé evidentemente mal colocado no podía salir...”

Un grito antiguo y doloroso nació en su garganta, creció amargamente, clamó por salir..., ella deseó gritar pero sólo dejó escapar un débil gemido...

Es demasiado tarde, el rostro de Marga dibujado en el grabado también parece gritar. No se la oye.

Su cuerpo se retuerce por el dolor.


©Rocío Díaz Gómez
Invierno 2002