Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 15 de marzo de 2024

Rosa Montero en el ciclo "Creadoras de historias" de la Mutua Madrileña. Un lujo

 


Llegó con su perrita Petra a un auditorio lleno de incondicionales de sus letras. 

El periodista José Manuel Calvo, que iba a conducir el diálogo, le dijo que Petra le iba a quitar el protagonismo. Pero Rosa Montero contestó que no, que era muy buena, que siempre la estaba dejando sola, y que iba a llegar un día que se iba a enfadar con ella. Así que se la había traído.

Y era verdad. Petra fue muy buena, no se movió de su regazo en toda la conferencia, no hizo ni un ruidito, y eso que Rosa Montero no dejó de hablar y contar, contar y hablar, haciéndonos sonreír, interesándonos, embelesándonos. 

Y nos contó sobre su vida y el periodismo y sus libros. Nos contó sobre la creación literaria en sus novelas. 

Un gustazo de conferencia.

"Quiero hacer cosas que calienten el corazón."


Fundación Mutua Madrileña. Ciclo de conversaciones "Creadoras de historias". Martes 12 de marzo.












jueves, 14 de marzo de 2024

"La mujer de la libreta roja" de Antoine Laurain. Reseña literaria

 


He terminado de leer "La mujer de la libreta roja" volando. 

Se trata de una de esas historias de "aquí va a pasar algo bonito" que tiene su parte original y lo mejor es que, en mi opinión, no llega a ser empalagosa con los sentimientos. 

Es una novela corta y amable, que cuenta la historia de un parisino Lauren Letellier. Un librero que una mañana cualquiera se encuentra un bolso malva de mujer abandonado en un cubo de basura. Dentro del bolso no encuentra nombre ni dirección de la dueña pero a base de mirar los objetos que contiene, y sobre todo tras leer lo escrito en una libreta roja donde la mujer iba anotando listas de sus pensamientos, da comienzo su búsqueda, decidido a devolvérselo. Al mismo tiempo la dueña del bolso, a quién el ladrón, al arrebatarle el bolso le ha dado tal golpe que le ha dejado en coma, está en un hospital ingresada ajena a todo. 

Estamos ante una historia ambientada en París, en la actualidad, y según lo vas leyendo respiras su ambiente elegante de cafés con su terracita, el atractivo innegable de sus preciosas librerías y edificios señoriales. La ambientación justa para sentir que haces una escapadita a la capital del país vecino. Está bastante lograda.

Yo lo he leído con mucha tranquilidad. Tiene un ritmo pausado pero fluido, los cortos avances en la trama logran que se mantenga la curiosidad por saber, según iba acercándose el librero a su misteriosa dueña del bolso, cómo al fin lograría llegar a ella. Ya casi al final tiene un punto de giro y es curioso ver cómo lo resuelven.

Una novela escrita con una prosa sencilla, con un narrador en tercera persona, donde además el autor ha ido intercalando los diálogos entre la prosa, creando una suerte de estilo indirecto al irlo contando.

No es una novela trascendental ni trepidante, es ligera, simplemente una lectura agradable, con encanto, que te deja un poso de bienestar al terminarla, lo que de vez en cuando viene muy bien para descansar entre lecturas más densas o sesudas. A mí me ha entretenido la historia de estos personajes típicamente parisinos, no son unos jóvenes atolondrados, son una pareja de unos cuarenta años y profesiones interesantes, bien perfilados en su madurez y experiencias, que viviendo esa historia curiosa consiguen transmitirte, que si fuera el día está tormentoso y feo, haces muy bien en arrebujarte entre las páginas de un libro para pasar un rato más grato. 

 

domingo, 10 de marzo de 2024

"El padre" en el Teatro Bellas Artes de Madrid

 


Tú sabías de que trataba la obra de teatro "El padre" que está representando José María Pou en el Teatro Bellas Artes de Madrid. 

Sabías que el argumento ahondaba en el avance demoledor de la demencia en la mente de un padre y el impacto de tal imparable progresión de esa enfermedad en la familia. 

Sabías que no iba a ser una obra agradable, imagínate, con semejante argumento... Pero querías ver a Pou en escena porque lo hace tan creíble... 

Y así fue: Pou borda un padre aquejado de demencia de forma natural, magistral.

Lo que no sabías es que la adaptación de la tragicomedia de Florian Zeller te iba a encantar, porque ese texto plagado de repeticiones en las escenas y los personajes, consigue casi meterte en la cabeza del protagonista, en ese bucle de tiempo y personas, esa repetición constante de frases y pérdidas, ese lío enorme, esa locura que va tomando peso y le está atrapando.

No sabías que te iba a parecer tan buena la interpretación de la hija, Cecilia Solaparen, que te ibas a creer tanto su impotencia, su tristeza, su cansancio.

Por no hablar de la escenografía, esos cambios sutiles de escenas con tan poco mobiliario, unas luces y unos personajes casi bailando una sutil coreografía para cambiar los muebles y los momentos. 

No sabías que, aunque el teatro Bellas Artes no es uno de tus preferidos, en la primera fila (hay una 0) del anfiteatro se ve tan bien. 

Conclusión: No sabías que te iba a encantar "El padre". No es amable, ni agradable. Solo es la vida misma. 




Reparto

José María Pou
Cecilia Solaparen
Elvira Cuadrupani
Jorge Kent
Alberto Iglesias
Lara Grube

Ficha artística

Título original: Le Père
Autoría: Florian Zeller
Traducción: Joan Sellent
Dirección: Josep Maria Mestres

sábado, 9 de marzo de 2024

Presentación del libro ¡Ay Matilde! de José Antonio Carmona Daza

 

Poemario "Ay Matilde" de José Antonio Carmona

Hay presentaciones de libros de todas las formas y colores, no nos engañemos, ya hemos asistido a unas cuántas, pero nunca me habían dicho que había que presentarse al evento con un sombrero, una bufanda y unas gafas para que el autor no me reconociera. Eso no me había ocurrido nunca hasta hace unos días. Así de maravillosa es la vida, que a mis "cincuenta y..." no deja de sorprenderme. 

Dejadme que os cuente mejor la historia, y sin alargarme mucho.

En nuestra tertulia tenemos un compañero poeta que se llama José Antonio Carmona que, además de ser un compañero estupendo y con el mejor de los talantes nos empuja siempre a múltiples aventuras literarias, tiene una pareja de personajes que se llaman Matilde y Heriberto. Con ellos, o gracias a ellos, o no sé muy bien cómo decirlo, José Antonio crea una poesía cotidiana y entrañable que inmediatamente hace asomar una sonrisa en quién la escucha. Todos esos poemas comienza igual: ¡Ay Matilde! y con ese tono medio de lamento y mucho de amor, o por lo menos eso es lo que a mí me transmite, Heriberto le va contando a Matilde la vida.

A José Antonio querían darle sus hijos una sorpresa de esas que no se olvidan nunca, que ha pasado un tiempo un poco pachucho. En secreto, recopilaron muchos de sus poemas, no todos son de Matilde y Heriberto pero sí unos cuántos, e hicieron una publicación titulada, como no podía ser de otra forma: ¡Ay Matilde! A él le contaron una mentirijilla con ayuda de su nieta y le hicieron creer que iba a grabar un video de Tiktok junto a ella. Y para allá que se fue, mientras su familia y otros allegados, más un buen número de compañeros de tertulia, le esperábamos en el lugar acordado, disfrazados con el atuendo que nos habían aconsejado, para que a la primera no supiera que éramos nosotros. Algo a todas luces imposible, ya os lo digo yo, que se nos ve a la legua que somos los de la tertulia... Y si no rápidamente te leemos cualquier texto, para que no haya duda...  ¡Menudos somos con nuestras cosas literarias!

En fin... Fue tan divertido cuando le quitaron de los ojos el pañuelo con el que le traían y allí estábamos todos de esa guisa... Tan divertido ver su cara y mirarnos y luego escuchar como Juan Calderón y Juan Raña, compañeros de la tertulia, interpretaban a Matilde y Heriberto mientras dirigían la lectura de poemas del libro que llevamos a cabo a modo de presentación... 

Un día de esos con los compañeros de tertulia que no se olvidan y que, por si un día lejano el alzheimer o algún primo hermano quiere hacer de las suyas, yo quería reseñar. 






En estas fotos tenemos a Juan Calderón disfrazado de Heriberto y a Juan Bautista Raña de Matilde, abrazando a su supuesto padre literario. 



Varios compañeros leímos poemas de José Antonio y para terminar Javier Díaz, poeta y coordinador de nuestra tertulia Rascamán, leyó el prólogo del poemario a modo de epílogo. 


Esta foto me la han regalado mis compañeros. Leyendo y de perfil no puede una salir bien nunca, pero era un momento especial y eso es lo que importa.









El dinero recaudado con la venta del poemario de José Antonio va destinado a una escuela de niños ciegos en la India, como ha ocurrido con los últimos libros de recopilación de textos que hemos publicado estas últimas navidades en mi tertulia. El hijo de José Antonio, Luis, ha estado en ese lugar y sabe seguro que el dinero llega donde tiene que llegar y se emplea con ellos. 


viernes, 8 de marzo de 2024

8 de marzo Poemas de mujeres sobre mujeres. Thelma Nava, Amalia Bautista, Begoña Abad

 

Obra de Ruth Velázquez (1887-1969) de la exposición "Las simsombrero"
 


REVISIÓN GINECOLÓGICA

¿Embarazos?
Dos.
¿Partos?
Dos.
¿Vivos?
Dos.

Pienso de golpe en las que deben dar
respuestas menos uniformes
y humildemente doy las gracias.

Amalia Bautista


Cociendo arroz

En este momento, 

en el silencio de mi cocina 

mientras vigilo el arroz que cuece 

y escucho gotear un grifo imperfecto, 

 pienso en las mujeres lejanas 

que se cuelgan un fusil a la espalda 

para adentrarse en la selva. 

O en las que se cuelgan el hijo 

y caminan horas en busca del agua. 

O en las que se desvisten 

en un cuarto triste para venderse. 

Las desterradas hijas de Eva 

del imperfecto mundo que gotea. 

Begoña Abad



Mujer inconveniente

 
Definitivamente no, señora mía

usted no es la mujer que conviene a su marido.

Carece de imaginación,

utiliza el gastado lenguaje de las mujeres

de nuestros abuelos.

Alterna las visitas a los supermercados

con las telenovelas

y espera con la crema puesta la cuota semanaria

del amor.

Y sobre todo,

usted no sería capaz de compartir a su marido

como lo hago yo

tranquila y resignadamente con usted. 

 

Thelma Nava

martes, 5 de marzo de 2024

"Mi abuela no se llama Carmen" de Ana Mayo, en el Teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa

 


Yaya, ¿Tú tienes miedo de morirte?


 

Me gusta mucho el teatro Fernán Gómez, Centro Cultural de la Villa, siempre que salgo de allí me voy con buen sabor de boca. Y me gustan mucho sus salas. La Guirau porque tiene unos asientos comodísimos y al ser amplia es más difícil que te quedes sin entrada. Y la Jardiel Poncela, precisamente por lo contrario, porque al ser más pequeña es mucho más íntima, el teatro se vuelve más próximo, porque estás muy cerca de los intérpretes y suelen representar obras intimistas que van conmigo. 

Este fin de semana pasado he estado precisamente en la sala Jardiel Poncela viendo "Mi abuela no se llama Carmen". Un monólogo escrito, dirigido e interpretado por Ana Mayo que nos mantuvo una hora pendientes de su historia.

Está dentro de las propuestas del Festival "Ellas crean", que ha cumplido veinte años. Es un festival cultural organizado por el Instituto de las Mujeres en el mes de marzo, donde se da protagonismo absoluto a las mujeres. Tiene como fin visibilizar el trabajo de las mujeres creadoras en numerosas disciplinas: Música, danza, poesía, teatro... Y las actividades propuestas se reparten por muchos espacios culturales implicados: Teatros, Biblioteca Nacional, Museos...

En este caso os quería hablar de "Mi abuela no se llama Carmen". En la escena solo un silloncito de una plaza, cómo improvisando una sala de estar. Y cómo única interprete la nieta de Carmen contándonos de la vida de su abuela, de su pasado de niña republicana, de su presente dependiente y de frágil memoria. Contándonos de esa relación estrecha, permisiva, cariñosa, de abuela y nieta. Y ya de paso, hablándonos de la familia, de ser madre, de la vida. 

El texto de la obra es un retrato de la abuela, pero también una despedida pues ya es nonagenaria, y sobre todo es un homenaje. Es un monólogo, pero nos lo está contando a nosotros que estamos ahí enfrente, a un paso de ella. 

En mi opinión el texto está bien llevado, tiene ritmo. Ocupa un período de tiempo de unos dos años, los últimos de la abuela, pero no es lineal, sino que hay saltos en el tiempo y eso le trasmite agilidad. Está salpicado de anécdotas que te lo hace familiar, cotidiano, te lo acerca. Y hay gestos particulares, frases hechas, que te retrata el perfil del personaje de la abuela con sus aristas, devolviéndotelo natural, creíble. 

Pero sobre todo me gustó la interpretación de la actriz. El desdoblamiento de voces que hace de la abuela y la nieta. Su forma de moverse cuando representa los gestos de la abuela, o cuando baila con la música que salpica la obra. El texto gana con la interpretación. 



"La clase de griego" de Han Kang. Reseña Literaria

 


"Borges le pidió a María Kodama que grabara en su lápida la frase "Él tomó su espada, y colocó el metal desnudo entre los dos". Kodama, la hermosa y joven mujer de ascendencia japonesa que fuera su secretaria, se casó con Borges cuando este tenía ochenta y siete años y compartió los últimos tres meses de vida del escritor. Ella fue quién lo acompañó en su tránsito postrero, que acaeció en Ginebra, la ciudad donde el escritor pasó su infancia y donde deseaba ser enterrado."


"La clase de griego" de Han Kang comienza hablando de Borges, y termina también hablando de él. Y entre ambas alusiones la autora despliega una historia intimista, sensorial, delicada, que no alcanza las doscientas páginas y que me ha gustado mucho, aunque paradójicamente no recomendaría a cualquiera. 

El argumento parte del encuentro de dos personajes en una clase de griego antiguo. La novela arranca en esa clase. Ella, poeta y maestra, ha perdido el habla tras morir su madre y perder la custodia de su hijo de ocho años, y acude a esas clases para ver si indagando en esa lengua muerta puede recuperar el habla perdida. Él, unos años mayor, es el maestro de griego antiguo, cuya vida ha transcurrido entre Corea y Alemania, y se está quedando irremediablemente ciego. 

Está ambientada en Seúl y el tratamiento del tiempo no es lineal. Va y viene, estando casi más en el pasado que en el presente.

Cuando leí el argumento me pareció una novela muy atractiva, además no había leído nada de esta autora que se hizo famosa con otro libro "La vegetariana" que no había leído. Y la verdad es que me ha gustado mucho porque me ha parecido muy original y he disfrutado mucho con su prosa delicada, rica, lírica, minuciosa y de palabras escogidas. 

Pero reconozco que es una novela especial donde apenas ocurre nada, porque habla esencialmente de los sentidos, de lo que es vivir sin ellos. Habla de la soledad más absoluta, del vacío, del silencio, de la oscuridad, de no experimentar emociones. Habla de lo que ocurre en el interior, de lo orgánico de esos personajes, tan sumamente bien descritos, que son dos náufragos que se están hundiendo. Ella no hace nada, no habla, solo pasea, y él se va a quedar ciego y no aprende braille, no ha intentado tener un perro labrador, tampoco hace nada. Es una novela que habla de la nostalgia, del paso del tiempo, de la culpa, del dolor, de la amistad, la amabilidad, de estar o sentirse vivos. 

Y para hacerlo habla mucho del lenguaje y de las palabras, de la filosofía y el budismo, de los gestos y las personas. 

Tiene un ritmo muy descriptivo, muy lento. La autora nos cuenta la historia alternando las voces de los dos personajes, capítulo a capítulo, mientras nos va contando más de sus historias como a retazos, alternando el presente con sus respectivos pasados. Y va tan despacio la narración, que la prosa termina por deshilacharse en versos. 


"No es joven ni especialmente atractiva. Su mirada denota inteligencia, pero no es muy perceptible por el temblor espasmódico en el párpado que la aqueja. Los hombros y la espalda están ligeramente encorvados, como si quisiera refugiarse en sus ropas negras para huir del mundo, y tiene las uñas cortadas muy al ras. en la muñeca de la mano izquierda lleva un coletero de terciopelo morado oscuro, la única nota de color en ella." 

"El profesor aparenta unos treinta y cinco años. De complexión más bien pequeña, tiene las cejas y el surco de debajo de la nariz bien definidos. Su boca dibuja una sonrisa leve, como reprimiendo sus emociones. Lleva puesta una americana de pana marrón con coderas de piel en un tono más claro, cuyas mangas, ligeramente cortas, dejan ver sus muñecas. Ella le mira la pálida y fina cicatriz curva que se extiende desde su ojo izquierdo hasta la comisura de la boca. Cuando se la descubrió al comienzo del curso, pensó que parecía un mapa antiguo que marcaba el camino por donde habían fluido las lágrimas."


"El lenguaje, en comparación, tenía una implicación física muchísimo mayor. Había que poner en movimiento pulmones, garganta, lengua y labios, y lo que decía se transmitía haciendo vibrar el aire. Se le secaba la boca, salpicaba saliva, se le agrietaban los labios. Paradójicamente, cuanto más insoportable le resultaba este proceso físico, más locuaz se volvió. Utilizaba entonces oraciones largas e intricadas, evitaba la fluida vitalidad de las frases coloquiales y alzaba más la voz que de costumbre. Y si la gente la escuchaba con atención, su lenguaje se volvía aún más abstracto y su sonrisa más amplia. Sin embargo, a medida que estas situaciones se fueron repitiendo cada vez con más frecuencia, más le costaba concentrarse en la escritura, incluso cuando se encontraba a solas. 

Justo antes de perder el habla se convirtió en una conversadora extrovertida y parlanchina. Y le costaba cada vez más escribir. Del mismo modo en que siempre le había disgustado que su voz se propagara por el aire, ahora no soportaba el modo en que las oraciones que acababa de escribir perturbaban el silencio, A veces, incluso antes de escribir nada, sentía ganas de vomitar tan solo de penar en cómo distribuiría las palabras sobre el papel."