"En la adolescencia fue evidente que yo no calzaba en ninguna parte y le tocó a mi pobre abuelo lidiar conmigo. No es que yo fuera perezosa o atrevida, por el contrario, era muy buena alumna y obedecía las reglas de convivencia sin protestar, pero vivía sumida en un estado de furia contenida que no se manifestaba en pataletas o portazos sino en un eterno silencio acusador. Era un nudo de complejos; me sentía fea, impotente, invisible presa en un presente chato y muy sola. No pertenecía a un grupo; me sentía diferente y excluida. Combatía la soledad leyendo vorazmente y escribiéndole a diario a mi madre, quien del Líbano fue a dar a Turquía. Ella también me escribía muy seguido y no nos importaba que las cartas demoraran varias semanas en llegar. Así comenzó la correspondencia que mantuvimos siempre."
Creo que me he leído casi todos los libros de Isabel Allende, desde que me encantó aquella primera novela: "La casa de los Espíritus".
De hecho, en este blog hay reseñados unos cuántos.
En esta ocasión le toca el turno a su último libro: "Mujeres de alma mía".
Este pequeño volumen, de unas doscientas páginas, se lee volando. No es propiamente una novela. Y si tengo que ser sincera, en el caso de Isabel Allende, a mí me atrapan mucho más.
Este es otro libro de memorias, como el lejano "Paula" o "La suma de los días", o aquel "Mi país inventado". Aquí vuelve a contarnos de ella misma, de su vida, y su mundo interior, con esa prosa suya tan cercana y entrañable.
Y aunque nos va hablando de su vida y sus circunstancias desde niña, ahonda en esta ocasión, cómo no podía ser de otra forma, en la idea de la vejez, y en su máxima de que hay que vivirla, sentirla, disfrutar también en ésta época de la vida, con toda la intensidad posible.
Por supuesto y por otro lado, revoloteando todo el libro está la idea del feminismo, según ella el tema principal, el feminismo y su lucha por la igualdad, aunque yo diría que es más el del paso del tiempo, cómo os decía.
Para ahondar en esa idea del feminismo, todo el libro está lleno de referencias a mujeres importantes, ya sean de su propia familia, como su madre Panchita, su hija Paula, su nuera... o algunas que han sido imprescindibles en su vida, como Carmen Balcells, la agente literaria, o escritoras como Virginia Wolf o Margaret Atwood, o políticas como Michelle Bachelet o incluso cantantes como Violeta Parra.
Es un texto llenito de anécdotas e influencias. Nos habla mucho de su vida, de sus tres matrimonios, de sus hijos, de su peripecia vital, y sientes que lo hace con franqueza. Y cuándo lo vas leyendo parece como si estuvieras escuchándola, como si te hablara a ti, de forma reposada y reflexiva.
Ahí está su magia y su importancia.
Como os decía, a mí me gustan más sus novelas, que sus libros de autobiografía. Literalmente me secuestran. Me parece que su forma de fabular, los personajes que inventa tan entrañables y creíbles, la prosa que tiene, la convierte en una buena escritora. Siempre he disfrutado mucho con sus historias.
Pero esto es un gusto personal, y no quita para que reconozca que este libro "Mujeres del alma mía", con esos capítulos tan cortos, y ese tono distendido, se lee muy bien.
Es una especie de homenaje a tantas mujeres importantes, ya sean de nuestro ámbito cercano, en este caso el suyo, como mujeres a las que hemos conocido todos. La autora, con su prosa, consigue transmitir al lector la sensación de que hay una comunicación tan íntima, que parece como si escritora y lector estuvieran manteniendo una agradable conversación.
Sea, con el género que sea, es un placer siempre volver a Isabel Allende.
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