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jueves, 22 de diciembre de 2022

22 de diciembre. Comienza la Navidad del 2022

 


22 de diciembre y desde un ayer remoto llega revoloteando el soniquete típico de los niños cantando los números de la lotería.  Mientras va trajinando por la casa, mi madre escucha atenta el transistor, y cada vez que cae uno de los "gordos", se detiene, se limpia las manos y lo apunta en un papel. 

En el desván de mi memoria es Navidad.

Desde aquel ayer, tan querido, han ido cayendo muchos 22 de diciembre como fichas de un dominó. Pero todavía revolotea el mismo soniquete, la misma ilusión. 

¿Que diría Carlos III si pudiera ver cómo los españoles seguimos jugando al juego que él trajo de Nápoles en el siglo XVIII? 

"Prohíbo que las personas estantes en estos reinos, de cualquier calidad y condición que sean, jueguen, tengan o permitan en sus casas los juegos de banca o faraón, baceta, carteta, banca fallida, sacanete, parar, treinta y cuarenta, cacho, flor, quince, treinta y una envidada, ni otros cualesquiera de naipes que sean de suerte y azar"

Prohibió lo que había y nos dejó la lotería, más lucrativa, para siempre jamás. No fue sencillo hacerlo, trajo al Director de la Lotto de Nápoles, trajo a los "posteros" que sabían de la reglamentación y para no topar con la Iglesia anunció que su finalidad era benéfica. De ahí que los niños de San Ildefonso empezaran vistiendo a la manera napolitana. Y aunque entonces no se decía "tocar el gordo" sino "caer el terno" aquí sigue como la conocemos hoy, tras los ajustes que hicieron las Cortes de Cádiz en el 1811 dividiendo el billete en décimos, que traía mas a cuenta de cara a la recaudación. 

Y por mucho que cada vez se llenen antes las baldas de los supermercados de dulces navideños, y se enciendan en noviembre las luces de las calles, desde que tengo memoria la Navidad verdadera comienza hoy, comienza con el sorteo de la Lotería. 

Gracias a ella nos engañamos sabiendo que nos estamos engañando. Y qué importa. Es el tiempo en que la vida se llena de muchos "ojalá" dichos por todos a la vez. "Ojalá" esa palabra mágica que explica a la perfección la ilusión, la esperanza.

No voy a echar cuentas del dinero que he gastado en la lotería de Navidad este año. Probablemente lo perderé todo. Pero una vez más me habré dado la satisfacción de compartirlo con las personas que vivo día a día, a los que quiero estén dónde estén. 

Y solo por eso valió la pena.


viernes, 19 de noviembre de 2021

19 de noviembre Día Mundial del Retrete y un poeta

 

China. Septiembre de 2007

 

 Hoy 19 de noviembre es el Día Mundial del Retrete. 

 

Mi querido retrete:

Hoy tenía que escribirte.

Porque ¿Quién no se ha encontrado alguna vez con una sorpresa indeseable en algún retrete? No nos damos cuenta de lo importante que es hasta que no salimos de casa. ¡Que levante la mano el que nunca salió, como una bala, con arcadas o sin respirar! Sí, no hay más remedio, hay que ponerse un poco escatólogicos para hablar de este tema. 

Desde luego a mí jamás se me olvidarán varios de ellos. Siempre me acuerdo de uno de China, en el templo del Sol, donde encontré a una lugareña encaramada a uno de ellos, de pie haciendo sus necesidades, con la puerta y algo más en pompa. Para mí, que acababa de bajar del avión, con sueño de mil horas y un calor que me moría, se me quedó grabado para siempre jamás. Luego ya me curé de espanto porque no era nada raro dadas sus costumbres. 

Y cómo olvidar otro donde entramos mi amigo Javier y yo en EEUU, en el Parque Nacional de Yosemite, que estaba tan oscuro que ni vi nada, pero ni quería ver, y de donde salimos con una peste envolviéndonos que no se nos quitaba de encima por más kilómetros que caminábamos al aire libre... ¡Ay! pero cuando la necesidad apremia, entras donde y cómo sea.

En fin... ¿Quién no tiene batallitas de éstas?


Nos dice la Real Academia:

retrete

Del occit. o cat. retret.

1. m. Aposento dotado de las instalaciones necesarias para orinar y evacuar el vientre.

2. m. inodoro.

3. m. desus. Cuarto pequeño en la casa o habitación, destinado para retirarse.

 

Como veis la etimología de la palabra "retrete" nos dice que viene del ocitano, o del catalán "retret" que a su vez vendría del latín "retractum", y que viene a aludir a la expresión "lugar retirado". 

Retrete, escusado, inodoro, letrina (que es como lo llamaban los romanos), servicio, de mil formas lo llamamos. 


¿Y quién inventó tan maravilloso artefacto?

 Por supuesto los retretes han existido hace miles de años. Hay vestigios en Creta ya de cierta taza con un desagüe, y de la época romana han llegado hasta nosotros innumerables restos de instalaciones que utilizaban, de forma pública.Era un lugar para sociabilizarse.

Ojalá en la Edad Media los hubieran utilizado más. Acordaos de aquello de ¡agua va! y un chorro "de todo" cayendo por las ventanas... De la que nos hemos librado naciendo en la actualidad. 


Pero bueno lo que yo os quería contar es que parece ser que el retrete tal y como lo conocemos ahora, lo inventó ¡un poeta! Si es que ésto se lo tengo yo que contar a mis amigos poetas de la tertulia. ¿Veis cómo son necesarios? Es broma, por supuesto.

Pero no es broma no, que Sir John Harrington, que era un noble ingles aficionado a las artes y los poemas, inventó el primer inodoro contemporaneo. Lo que le trajo muchas chuflas a su alrededor, pobre, con el buen servicio, y nunca mejor dicho, que nos estaba haciendo a la posteridad.

Sir John Harrington, allá por el año 1590 por encargo de la Reina Isabel I, que era su mecenas, inventó una taza con su sistema de vaciado, en un lugar apartado, que nos serviría para "hacer nuestras cositas" con intimidad y limpieza. Y todo esto lo dejó escrito en su libro "La Metamorfosis de Ajax".

Pero, como os he dicho, solo se ganó burlas, la Reina no le quiso patentar el invento y fue olvidándose.

Después de eso, tuvieron que pasar dos siglos más para que ya en 1775, un relojero llamado Alexander Cummings, patentara el sistema del Water Closet, de ahí lo de WC, o "armario de agua", al que en 1884 el hojalatero inglés Thomas Crapper le agregaría el sifón. Así se conectaba el retrete con la toma de agua, y se irían todos los olores. Por eso también se le llama "inodoro".

 

 Las fotos de esta entrada son mías, que he ido haciendo en distintos años aquí o allá. 

La foto que encabeza la entrada es de una amiguita peluda que me encontré en China en un retrete. ¡Menos mal que me di cuenta nada más entrar! Ay madre si no me percato... Me muero. Podéis imaginar que salí disparada a otro. Pero claro volví a hacerle la foto... Porque ahí seguía, que el retrete debía ser suyo, y ahí mismo que posó, tan pichi ella, para la posteridad.


Y las otras dos fotos son de letreros, una está hecha en Vietnam y la otra en Tailandia. 

Pues nada. Hoy la entrada ha salido de aquella manera...

Pero va por ti querido retrete, que es tu día.


Vietnam. Septiembre de 2017

Tailandia. Septiembre de 2012


martes, 27 de abril de 2021

De la palabra "tonto" y sus ¿tonterías?

 


Hoy, no me preguntéis por qué, vengo a hablar de la palabra "tonto". 

Hablaremos de tontos ilustres y tontos del montón. Tontos al fin y al cabo.


¿Y que nos dice la Real Academia?

tonto, ta

De or. expr.

1. adj. Dicho de una persona: Falta o escasa de entendimiento o de razón. U. t. c. s.

2. adj. Propio de una persona tonta.

3. adj. coloq. Dicho de una persona: Que padece una deficiencia mental. U. t. c. s.

4. adj. coloq. Dicho de una persona: Pesada, molesta. Se pone muy tonto cuando tiene sueño.

5. adj. coloq. Que carece de sentido o de motivo.

6. adj. coloq. Presumido o vanidoso.

7. m. Personaje que en una pareja de payasos hace el papel de tonto.


La verdad es que me ha resultado curioso, pero si lo piensas no lo es tanto, saber que la palabra "tonto" tiene la misma raíz que la palabra "atónito". Ambas proceden del latín.

La palabra "tonto" viene de la palabra "attonitus" que es un participio del verbo latino "attonare". Es decir de la suma de prefijo "ad" y el verbo latino "tonare" que es tronar.

"Attonittus" por la vía culta nos dió la palabra "atónito". 

Pero por otra parte derivó en un vulgarismo porque se convirtió en "attontitus", después en "attonitum", de ahí "attontum", "ttontu", y "tonto". 

Supongo que, en cierto modo, podríamos decir que un "tonto" es una persona atónita en exceso.


Yo creo que, aunque no la hubiéramos buscado, todos sabemos la definición de "tonto". Pero fíjate tú que hay veces que se nos queda corta la definición y tendemos, además, a buscarle unos apellidos para enfatizar que ya no podemos más con tanta tontería.

Así, tontos que merecen un punto y aparte son:

Más tonto que hecho de encargo.

Un tonto de babas.

Un tonto a las tres.

El que tonto se fue a la guerra, tonto volvió de ella...

 

Tonto de remate

1. loc. adv. ant. de remate.

de ~.

1. loc. adv. coloq. U. para intensificar la expresividad de ciertas voces despectivas a las que sigue. Tonto, loco de remate.

Tonto del culo

Tonto de capirote

El origen etimológico del término ‘capirote’ proviene de ‘capirón’ y este del latín ‘cappero’, cuyo significado es ‘prenda que cubre la cabeza’.

Dicen que en la Edad Media la Inquisición, al que se acusaba de delito o herejía, le obligaba a llevar un cucurucho invertido en la cabeza. De este modo, coronado por ese gorro ridículo, se acentuaba el escarnio público, al hacerle pasear por las calles o las plazas con semejante sombrero. Y favorecia que la gente se burlara de ellos.

Ya lo dijo Unamuno en el año 1923: "el que con un capirote o bonete puntiagudo hace de tonto en las fiestas. Es un tonto de alquiler y casi oficial”.


Tontos oficiales tenemos algunos. ¿Quién no conoce a Abundio o a Pichote?

 Más tonto que Abundio

Hay varias explicaciones sobre la identidad de Abundio.

Puede ser que se refiera a San Abundio, un presbítero cordobés martirizado por los árabes en el año 854 cuya fiesta se celebra el 11 de julio. Hay quien cuenta que este mismo santo estaría en el origen del dicho ya que hasta en once ocasiones le ofrecieron los musulmanes desdecirse de sus supuestas injurias al Corán, sin éxito.

Pancracio Celdrán, a quién yo escuchaba en el programa de Pepa Fernández de RNE los fines de semana, y que tiene un libro titulado "El gran libro de los insultos", en cambio, opina que Abundio puede ser un personaje "que existió entre los siglos XVII y XVIII en Córdoba, donde protagonizaría alguna solemne tontería. A este Abundio se le achaca el haber pretendido regar un cortijo «con el solo chorrillo de la verga», es decir, con apenas agua. «Acaso nos encontremos ante el precursor del riego por goteo, y debiéramos levantarle un monumento», apunta Celdrán.

José María Iribarren menciona en «El porqué de los dichos» a un Abundio navarro «que cuando iba a vendimiar se llevaba uvas pa postre» del que cuentan que «una tarde de estío los dueños de una huerta le mandaron al pueblo por bolados y a la vuelta, para que no se le calentasen los azucarillos, sumergía la cesta en las acequias del trayecto».

- Pero también existió un capitán de fragata llamado Abundio Martínez de Soria, nacido allá por el 1848, que pudo haber dado origen al dicho, tras enfrentarse a la Armada estadounidense, hundiendo la embarcación en su ataque. Una hazaña que, aunque no está recogida en hemerotecas, se dice que fue considerada como una tontería.

- Por último, Roberto Faure da una explicación mucho más plausible en su Diccionario de los nombres propios. Según dice, este nombre fue muy frecuente entre la gente del pueblo y, precisamente por ser considerado un nombre rústico y del campo, nació este dicho de Más tonto que Abundio, que cuando se fue a vendimiar se llevó uvas para el postre.

 En fin, que parece que el nombre de Abundio ha dado más de un caso...

 

Por supuesto también tenemos a Pichote. 

Más tonto que Pichote.

Parece ser que esta expresión viene del Chicago de los años 20 y es, por así decir, una adaptación del "Picciotto" italiano, que significa "muchacho". Al parecer era el apodo de uno de los gangsters enemigos de Al Capone durante la guerra de bandas: Gennaro “Il picciotto”. Dicen que a este "Pichote" le dieron un soplo falso que le hizo entrar en un bar donde le mataron y de ahí vendría "ser más tonto que Pichote". 


 
O expresiones como "A tontas y a locas":

 Parece ser que esta expresión, rastreando su origen, ya aparecía en "El Quijote", en la parte poética, preliminar de la novela. Ahí Cervantes ya jugó con el doble sentido al referirse a las doncellas que perdían el tiempo con banalidades, adjetivándolas de "Tontas y locas".

También  se le atribuye a Jacinto Benavente, quién allá por los años 20 fue invitado a dar una conferencia en el Lyceum Club Femenino y declinó la invitación, con sorna, alegando que él no podía "improvisar, no podía hablar a tontas y locas".


 En fin... ¿Quién no ha hecho el tonto alguna vez?

La que no me gusta nada de nada es la conocida:

De puro bueno eres tonto.

Que, por otra parte, la suelen decir "los listos". 

 

 Sin embargo, me gustan los besos "tontos", los "tontos" que devuelven los libros, las instrucciones "para tontos", las rosquillas "tontas" de San Isidro...

Y que "tontín, tonteando" nos acabemos otra entrada.

 

miércoles, 30 de diciembre de 2020

De las uvas y la Nochevieja

 


 

Parece ser que en diciembre de 1882, el entonces Alcalde de Madrid, D. José Abascal, estableció una tasa de 1 duro a los que celebrasen la llegada de los Reyes Magos.

Por aquel entonces no era costumbre celebrar la Nochevieja, sino que los madrileños salían a las calles, haciendo el consiguiente alboroto, para festejar la llegada de sus Majestades de Oriente. Lo que ocurría es que se les debía ir la mano con las celebraciones, el ruido, y las burlas a todo el que pasara por allí.

Como consecuencia de la prohibición, los chulapos que se habían quedado sin su tradicional celebración de llegada de los Reyes, aprovechando que aún se permitía reunirse en la Puerta del Sol para escuchar las campanadas del reloj en Nochevieja, idearon el plan de que todos comieran uvas, para de paso ridiculizar a los más adinerados de este Madrid, que habían tomado la costumbre en la cena de Nochevieja de emular a los vecinos franceses, bebiendo champán acompañado de uvas.  

Así se fue repitiendo aquello año tras año, olvidándose el por qué comenzó, y quedándose entre nosotros como una más, pero muy importante, de nuestras tradiciones navideñas. 

A ello ayudó la superstición de la época, que se encargaron los empresarios de fomentar, de que  "comiendo uvas el día primero del año, se tendrá dinero durante todo el año". Las uvas de la suerte.

 

Hay otra teoría que dice que en el año 1909 hubo una cosecha tan buena, que para favorecer su venta y que no se terminan estropeando, los empresarios decidieron venderlas como “uvas de la suerte”.

En cualquier caso, aunque a mí me gusta más la primera explicación, es una costumbre muy española, la de tomar las uvas de la suerte. En otros países intentan atraer la fortuna de mil y una formas: comiendo lentejas (los italianos), brindando con champán (los franceses), besándose a la medianoche (los estadounidenses), rompiendo la vajilla (los daneses), dejando restos de cena en el plato hasta pasada la medianoche (los alemanes), cenando su Christmas puding (los ingleses) y practicando el "first footing" o lo que es lo mismo llegando los primeros a casa de familiares y amigos nada mas pasar las campanadas; quemando un muñeco con ropas viejas (los mexicanos, venezolanos y peruanos)... 

 

Pero lo nuestro son las uvas. La palabra "uva", etimológicamente, nos ha llegado tal cual de la palabra latina "uva" que tenía el mismo significado: el fruto de la vid. 

 uva1

Del lat. uva.

1. f. Baya o grano más o menos redondo y jugoso, fruto de la vid, que forma racimos.

2. f. Baya de ciertos arbustos.

3. f. Enfermedad de la campanilla, que consiste en un tumor pequeño de la forma de una uva.

4. f. Especie de verrugas pequeñas que suelen formarse en el párpado, juntas y como pegadas unas con otras.

5. f. Ar., Man., Nav. y Rioja. Racimo de uvas.

 

A su vez, vid proviene del latín "vitis":

 vid

Del lat. vitis.

1. f. Planta vivaz y trepadora de la familia de las vitáceas, con tronco retorcido, vástagos muy largos, flexibles y nudosos, cuyo fruto es la uva.

vid salvaje, o vid silvestre

1. f. vid no cultivada, que produce uvas pequeñas y de sabor agrio.

 

Y la tenemos tan incorporada a nuestro lenguaje coloquial, que a menudo utilizamos frases hechas que la contienen, como:

- Tener mala uva, 

- Nos van a dar las uvas...

- De uvas a brevas...

De las que todos conocemos su significado.


Hay uvas muy diferentes con nombres muy curiosos: Tempranillo, Viura, Malvasía, Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay... 

Y tanto esos nombres de las uvas, como otros datos suyos, son oficialmente establecidos por una ciencia que se llama ampelografía, palabra que nos viene del griego:

ampelografía

Del gr. ἄμπελος ámpelos 'vid' y -grafía.

1. f. Descripción de las variedades de la vid y conocimiento de los modos de cultivarlas.

 

En fin, es tan curioso el lenguaje y las historias, sean verídicas o no, que podríamos seguir saltando de historia en historia sobre las uvas y no acabaríamos...

Y como mañana es 31 de diciembre, solo cabe finalizar esta entrada deseandoos que vuestras uvas, que nuestras uvas, nos traígan muuuuuucha suerte en el 2021. 



jueves, 7 de septiembre de 2017

Rita la Cantaora.- El por qué del dicho





Ya tenemos ahí mismo el fin de semana. Yuhuuuuu

¿Y quién va a ir a trabajar el sábado y el domingo? ¡Rita la Cantaora!

Pobre Rita que al final la hemos ido dejando todo lo que no nos gusta hacer. ¿Y no os habéis preguntado nunca quién era Rita la Cantaora? Pues en este blog estas curiosidades no nos las podemos aguantar.

Pues tal y como dice el dicho Rita La Cantaora era eso mismo: Cantaora de flamenco.

Rita era jerezana y en realidad se llamaba Rita Giménez García (1859-1937). Debutó en Madrid en el Café Romero de la calle Alcalá después de que la descubrieran en su Jerez.  Fue contratada para actuar con Juana la Macarrona y el cantaor Antonio Ortega.

Nos cuentan algunos biógrafos suyos que vivió después en el famoso barrio de Madrid Carabanchel alto y que después se casó con un viudo que ya tenía una hija y varios nietos. Su ultima actuación fue en el año 1934. Y murió en el año 1937, dicen en la Wikipedia que "por avatares de la Guerra Civil".

Se cuenta cómo una posible explicación de que haya llegado hasta nosotros su nombre porque parece ser que tenía un carácter muy alegre y dicharachero y siempre estaba diciendo frases chistosas o ingeniosas, además de que por menos de nada se marcaba un baile o se ponía a cantar. Por ser "tan dispuesta" y desde tener talento al hacerlo, pues acabó siendo la protagonista del famoso dicho de que lo que fuera lo haría "Rita la Cantaora". Se supone que en un principio se referirían a ella en frases con sentido positivo, pero con el tiempo y debido a las rivalidades y envidias que suscitó, ya se diría su nombre en sentido peyorativo, que es como nos ha llegado hasta nosotros.

Hay otras explicaciones como que en su época fue muy famosa en muchos Cafés de Madrid porque tenía una personalidad muy visible y atractiva.

He vivío como una reina y ahora soy más probe que las ratas» decía Rita la Cantaora en una entrevista que se hizo en 1935 para "Estampa".



Pues eso. Que va a ir a trabajar en el fin de semana ¡Rita la Cantaora!, y ahora con conocimiento de causa de quién era esta buena mujer.



viernes, 18 de noviembre de 2016

Carracuca



¡Hoy es viernes!

Y los viernes una se hace preguntas existenciales, como por ejemplo:

¿Quién fue Carracuca?

Porque imagino que alguna que otra vez habréis oído hablar de él: "Mas pobre que Carracuca", "Mas hambre que Carracuca"... 

Lo que está claro es que Carracuca tenía muy mala suerte, porque siempre está relacionado con alguna situación negativa en la que representa el colmo... 

Y también está claro que con esa mala suerte está hasta en la RAE, que lo incluye en su diccionario desde el año 1925:



Carracuca
estar más perdido que Carracuca
1. loc. verb. U. para ponderar la situación angustiosa o comprometida de alguien.



Y yo me pregunto ¿Pero Carracuca existió? ¿Y quién sería este buen señor?

Pues no se sabe, por más que he buscado y rebuscado por aquí y por allá en ningún lugar se afirma su existencia real. Aunque está más que registrado literariamente desde muy atrás.

He leído que el primer registro literario donde aparece Carracuca es en 1853, donde en un opúsculo se le define como  “la persona que está perdida y sin remedio ni esperanza de ningún género”. 

Pero después se ha aplicado el nombre a todo tipo de desgraciados. 

De este modo, en el CVC Rinconete, en un artículo de Irene Cuervo me encuentro: "Jerónimo Borao ya había dado fe de la existencia del individuo en su Diccionario de voces aragonesas, de 1859. Bajo la voz correspondiente, Borao anotaba: «Se usa de esta extraña palabra en la frase “más perdido que Carracuca” denotando que no hay esperanza o remedio para alguno». Parece claro, por tanto, que la expresión debía de usarse, pese a la extrañeza de Borao, al menos desde la primera mitad del xix. Después, ya en el xx, no será nada raro encontrar un Carracuca muerto, acabado, putrefacto, frito, viejo, hereje, soltero, huérfano, tonto, loco o víctima de miedo o hambres. También cuco, claro, quizá por otras poderosas razones. Y por fin Álvaro de Laiglesia, en 1970, hará decir a uno de sus personajes femeninos: «Y yo te digo que estoy más preñada que Carracuca», prueba de que ya todo da lo mismo."

Jose Antonio Martínez Pons ha rastreado el nombre en la zarzuela "La rosa del azafrán" donde aparecía como un campesino cómico. Se haría famoso por esta razón en 1930, porque es cuando se estrenó la obra.

Pero por otro lado he encontrado que en 1914 fue empleada la frase “más feo que Carracuca” por Felipe Trigo; en 1925 “más muerto que Carracuca” por un autor anónimo; con Max Aub está muy visto;  y en 1927 “peor que Carracuca” por Eugenio Noel para quién era malo. Sin embargo, para nuestro querido Miguel Delibes, Carracuca, simplemente era tonto.

Está claro que este personaje parece que no existió de verdad pero es tristemente famoso. Todos le conocemos porque su mísero legado ha ido pasando de generación en generación y lo hemos adoptado inevitablemente como el modelo a seguir en cuánto a desgracias se refiere.

Por otra parte he leído que quizás el origen de la palabra esté en la palabra carraco. Os pego la definición:



carraco, ca
De crac1.
1. adj. coloq. desus. Viejo, achacoso o impedido. Era u. t. c. s.

Es un palabra en desuso, está claro. Pero no parece extraño que pudiera proceder de ella.

Así que lo mismo en este caso, hay que aplicar la consabida sentencia: "A veces no se trata de entender, sino de aceptar".

Carracuca es nuestro, sea real o no, y venga de dónde venga. Aceptémosle.



viernes, 31 de octubre de 2014

"Jalogüin" y las distintas ocasiones en que tuvimos calabazas




Es muy graciosa la foto ¿verdad? No la he hecho yo, me la mandó por guasap uno de mis hermanos y ahí la tenía bien guardada para hoy. 

"Jalogüin" ¿Cuánto tiempo habrá de pasar para que la Real Academia incorpore esta palabra a nuestro diccionario? Porque está a la orden del día... Y total, si incorporó "amigovio", yo creo que ésta con más razón ¿no? Vamos yo creo que todos la hemos dicho y escuchado muchas más veces...

Ahora ya las calabazas tienen otro sentido. Para mis sobrinas, para todos nuestros niños de ahora, las calabazas son "jalogüin".

Para mí y para los niños y niñas de mi quinta, la calabaza solo era en lo que se convertía la cabalgata de La Cenicienta cuando llegaban las doce... ¿Quién no conoce el cuento de La Cenicienta? En el entrañable cuento de Perrault, en la versión de los Hermanos Grinn o en la versión de Walt Disney. Creo que era en ésta última cuando se incorporó la calabaza a la historia.

O también para nosotros la calabaza fue Ruperta. ¿Os acordáis? Sí en el "Un, dos, tres... responda otra vez" que comenzamos a ver con Kiko Ledgard y después Mayra Gómez Kemp, Miríam Díaz Aroca... y algunos más, e inventado por Chicho Ibañez Serrador.

Después con el tiempo fue bastante triste que alguien "te diera calabazas"... Sí, ahí seguíamos hablando de calabazas, pero con ese sentido de que alguien no te correpondiera en tus requerimientos amorosos. ¿De dónde viene esta curiosa expresión? os copio lo que dice la revista Muy Interesante:

Gonzalo Correas, en su Vocabulario de refranes y frases proverbiales, sugiere que tiene su origen en que, hace unos siglos, los que aprendían a nadar se ayudaban de calabazas (a modo de flotadores, bajo los brazos) que abandonaban o "echaban a un lado" cuando ya eran capaces de desplazarse en el agua sin ellas. Para explicar la relación entre el rechazo amoroso y las calabazas, hay quienes aluden al carácter antiafrodisíaco que les atribuían los antiguos griegos, de modo que dar calabazas sería una invitación a abandonar los devaneos amorosos. En los monasterios de la Edad Media se utilizaban pepitas de calabaza en las cuentas del rosario para alejar pensamientos lascivos.



También la expresión "dar calabazas" era cuando habías suspendido. Era habitual escuchar que el alumno trae o saca calabazas”, como ‘asignaturas suspendidas’.

Pero ya veis, ahora las calabazas son sinónimo también de ¡"Jalogüin"! Parece ser que en este caso el utilizarlas viene de una antigua leyenda de origen Celta,  la de Jack “El tacaño”. Este Jack después de engañar varias veces al Diablo finalmente fue desterrado del infierno, y condenado a vagar toda la eternidad. Para ello se alumbraba con una linterna hecha con una calabaza: jack-o’-lantern

Por último deciros que la verdadera expresión inglesa "Halloween" viene de la contracción de la expresión inglesa All Hallow’s Eve y cuyo significado es ‘víspera del Día de Todos los Santos’.

Y creo que aquí termina el repaso. Si se os ocurren más ocasiones en los que hemos utilizado las calabazas pues ya sabéis me lo dejais en un comentario que estaré encantada de saberlo.

¡Feliz jalogüin!

jueves, 27 de febrero de 2014

¿El "palulú" o el palodul?



Hoy, en el trabajo, hemos estado hablando del “palulú”. ¿Os acordáis? Ese palo dulce y rugoso con cierto sabor a regaliz que comprábamos de niños en la tienda de las chucherías y luego chupábamos muy despacio hasta que perdía el sabor y se quedaba como consumido en hebras secas... Efectivamente ahora sabemos que de él se saca el regaliz y que se trata de una raíz con propiedades curativas. Pero entonces... entonces era el palulú... Qué rico... Y qué palabra tan entrañable.

¿Os acordáis verdad? Aunque quizás algunos de vosotros no lo llamarais con ese nombre. Hay quién le llamaba palolú o palodul o regaliz de palo o qué sé yo... En nuestra conversación barajábamos estos dos términos refiriéndonos al mismo palo: o Palulú o Palodul.

He buscado la palabra en el diccionario de la Real Academia y “palulú” no aparece. Bua bua buaaaah. Está claro que es una de esas palabras que usábamos mal como “Turuleta” o “Conchinchina” (De estas palabras ya hemos hecho entrada en este blog).

Sin embargo he buscado “palodul” en el diccionario y tampoco viene. Empatados a 0. Pero en cambio sí que viene “paloduz”, que nos lleva al término “orozuz” con el mismo significado.

orozuz.

(Del ár. hisp. ‘urúq sús o ‘írq sús, y este del ár. clás. ‘irqu [s]sús; cf. port. alcaçuz).
1. m. Planta herbácea vivaz de la familia de las Papilionáceas, con tallos leñosos, de un metro aproximadamente de altura, hojas compuestas de hojuelas elípticas, puntiagudas, glaucas y algo viscosas por el envés, flores pequeñas, azuladas, en racimos axilares, flojos y pedunculados, fruto con pocas semillas, y rizomas largos, cilíndricos, pardos por fuera y amarillos por dentro. Es común en España a orillas de muchos ríos. El jugo de sus rizomas, dulce y mucilaginoso, se usa como pectoral y emoliente.

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Yo tomaba el palulú en Cataluña, algunos compañeros también disfrutaban del palulú en Madrid. En Melilla parece ser que lo que chupaban era “palodul”. Seguro que vosotros tenéis alguna palabra más para designar el mismo palo dulce ¿No?

Aunque, no os voy a engañar, para mí ya siempre será el palulú de toda la vida…

jueves, 30 de enero de 2014

"Monicaco" la palabra de hoy


Y de la palabra "Monosabio" que veíamos en la entrada anterior, a la palabra "Monicaco". 

De oca a oca y ... Me gustan esas dos palabras: Monosabio y Monicaco. Son muy sonoras y muy sugerentes ¿No es cierto?

¿Vosotros sabéis lo que significa "Monicaco"? Realmente no suena muy bien ¿verdad? también la solemos usar como algo despectivo...

Nos vamos como siempre al diccionario de la Real Academia y vemos que nos dice:

monicaco.
(Cruce de monigote y macaco).
1. m. despect. Hombre de mala traza.
2. m. Hombre de poco valor.
Qué curioso ¿verdad? Proviene del cruce de esas dos palabras:
- Monigote: Persona ignorante y ruda, de ninguna representación ni valer.
- Macaco: Cuadrumano muy parecido a la mona, pero más pequeño que ella, con cola y el hocico saliente y aplastado (en la segunda acepción del diccionario)

¿Cómo no iba a ser despectivo? Por un lado ignorante y por otro "primo hermano de la mona"...

Así que en principio decimos que alguien es un "monicaco" cuando es ignorante, o no tiene valía, se deja llevar... 

Pero... por otro lado muchas veces utilizamos éste término en el habla coloquial para referirnos a los niños pequeños: "Anda qué mira el monicaco..."  ¿O no es verdad? Lo decimos desde el cariño.

Es curioso cómo de los monos han derivado dos corrientes de palabras, unas despectivas, y otras cariñosas. Por ejemplo decimos que "parece un mono", cuando alguien no es agraciado; o "ser el último mono" cuando alguien no tiene categoría... 

Pero también decimos que "Qué monada" para decir que algo es bonito o "Qué monería..." o mismamente utilizamos "cucamonas" con un significado sinómino de "carantoña"...

En fin... Si ya nos vamos a las frases hechas o refranes con la palabra mono hay varias:

- ¿Tengo monos en la cara?
- Pintar la mona
- Tener el mono
- Dormir la mona
- Ser el último mono (cómo decíamos ya antes)
-  Aunque la mona se vista de seda, mona se queda...

Pero bueno, que vamos saltando de una cosa a otra y podríamos acabar yo que sé dónde... El caso es que hablábamos de la palabra "Monicaco". Una palabra que me hace gracia, me gusta. ¿Y a vosotros?


La foto es mía, me la hicieron en Costa Rica. Es una de mis fotos preferidas.