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domingo, 27 de diciembre de 2020

"Vacuna" viene de Vaca

 


Hoy, domingo 27 de diciembre, es un día importante: se ha puesto la primera vacuna del COVID en España.  

La palabra Vacuna viene de la palabra "vaca". Supongo que ya lo habréis oído en más de una ocasión.

Deriva del sustantivo femenino vaca, que a su vez tiene su origen en el vocablo latino vacca, y su historia está ligada a la de un médico rural inglés, Edward Jenner, del siglo XVIII, y al nombre que dio al tratamiento que descubrió: vaccine (de vaccinus  ‘relativo a las vacas’).


Jenner observó que las vaqueras que ordeñaban a las vacas, se contagiaban de viruela bovina, pero en cambio no se contagiaban de la viruela que aquejaba a los humanos, muy corriente por aquel entonces. De hecho estas vaqueras solían tener una piel mucho más lisa, eran más "guapas", porque mucha gente por entonces tenía muchas marcas debido a la terrible viruela que te dejaba, si conseguías sobrevivir, muchas cicatrices donde habías tenido pústulas.

Entonces nuestro médico, muy observador, se dedicó a hacer experimentos para investigarlo. Y comenzó a ensayar con un niño sano de 8 años, James Phipps, a quién le inoculó pus de una lesión de una ordeñadora. El niño enfermó pero de forma leve, y a los pocos días ya estaba bien. El siguiente paso fue infectarle con la viruela humana, y comprobó que no desarrolló ningún síntoma. 

Por lo tanto se había inmunizado. La vacuna con la viruela de las vacas lo había protegido. Y la llamó vaccine (vacuna). 

 

Probablemente muchos ya supiérais que la palabra "vacuna" viene de "vaca". Pero qué mejor día para recordarlo.

 

#palabras

 

 

 


 

martes, 24 de marzo de 2020

De la infodemia, el cuarentenar, y otras nuevas palabrotas hasta Delibes y Asterix



Era un 24 de marzo y acababais de aplaudir. 
Porque todos los días a las 8 de la tarde aplaudíais, quién os lo hubiera dicho un mes antes, quince días antes. Cuánto aplaudirías aquella primavera.

Era un 24 de marzo y los síntomas eran evidentes, te dolía la cabeza y te parecía que solo escuchabas la misma información y el mismo tema, a todas horas, en la radio y la televisión, todos los días, en el guasap y el twitter, siempre, siempre.

No había duda, tenías suerte y solo habías enfermado de "infodemia". Una palabra nueva, para designar un mal nuevo, la sobreabundancia de información sobre un mismo tema.

Eran los tiempos del "estado de alarma", tres palabras minúsculas para designar algo grande, algo que nunca habías vivido, algo que esperabas no volver a vivir. Eran tiempos de los ERTE, no de los ERTES decían los académicos, mejor los ERTE sin s final. Eran también tiempos de "cuarentenar", poner en cuarentena a tu persona. Porque eran los tiempos de un bicho, un virus, el coronavirus, y una enfermedad la COVID-19, con artículo femenino, con mayúsculas, con 19 y sobre todo muy mala leche.

Tiempos feos, pero también nuevos, que habían traido verbos y palabras nuevas, que ya decidiría la Real Academia si nos los quedábamos o no.

Para ponerte a resguardo de la "infodemia", tú que ya estabas cuarentenada, quisiste resguardarte bajo el paraguas de la literatura.

 "Rogad a Dios en caridad por el alma de D. Mario Díez Collado, que descansó en el Señor, confortado con los Auxilios Espirituales, el 24 de marzo de 1966, a los 49 años de edad. R.I.P."

 Así comienzaba aquel libro que en su día leíste y que luego disfrutaste en el teatro "Cinco horas con Mario" de Miguel Delibes. Qué bueno Delibes, y qué buena Lola Herrera representando a Carmen Sotillos, la esposa de Mario, el muerto. "El famoso Mario" murió un 24 de marzo. 

Te lo había recordado un libro que también te parecía muy curioso: "Los libros y los días" de Anna Folqué. Una entrada literaria para cada día.   

Era un 24 de marzo y también, en ese 24 de marzo, había fallecido el dibujante de Asterix y Obelix, Albert Uderzo. No lo había matado el coronavirus, decían que había sido el corazón que no aguantó más, tenía ya 92 años. 
El genial dibujante era daltónico. ¿No era increible? 

¿Quién no había leído alguna vez Asterix? Decían que Uderzo prefería a Obelix en vez de a Asterix. Tú nunca podrías decidirte por ninguno. Pero lo más increible de todo, era que en el año 2017, en uno de sus álbumes, un personaje se llamaba, ay infeliz que te querías evadir, se llamaba ¡coronavirus!.

Era 24 de marzo de 2020.

Y ningún paraguas, ni siquiera el de la literatura, podía resguardarte de la "infodemia".


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