Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

sábado, 4 de abril de 2020

"Vailima" de Aute. La literatura hecha canción.



Hoy se nos ha ido Luis Eduardo Aute.

La de veces que habré pasado apuntes, o limpiado o habré hecho mil cosas, sobre todo en mi adolescencia, con la voz de Aute de fondo.

Tenía yo entonces muchas cintas de casette grabadas suyas y un vinilo, el de "Fuga".
Tenía, muchas canciones favoritas que ponía una detrás de otra, tarareándolas de principio a fín.
Y tenía también un concierto en una cinta de video, ya no sé si beta o vhs, donde salía mi Aute con una camisa blanca cantando "Dos o tres segundos de ternura" que debí ver millones de veces.

Tengo la voz de Aute trenzada conmigo en la memoria.

En fin...
 

He pensado que, como pequeño homenaje, volvería a dejaros una entrada de este blog de diciembre de 2014. En ella inaugurábamos una sección que llamamos "Literatura y Música", donde nos íbamos a detener en las canciones que encierran literatura.

Entonces quise empezar con la canción "Vailima" de Aute.
Y así empezaría siempre.



Vamos a empezar con "Vailima" de Luis Eduardo Aute, qué preciosa canción:






Os dejo con la letra de la canción de Aute:

También pudiera ser
que huyéramos hacia el azul
con rumbo a un atolón
perdido en los mares del sur,
y allí te construiría
con corales y bambú
una cabaña bajo
un silencioso alud
de blanca luz.
Veríamos junto a las olas
a Daniel Defoe
bebiendo con John Silver
un barril de viejo ron,
a Robert Louis Stevenson
con una leve tos
jugándose a Maureen O'hara
al dominó
con Robinson.
Y el tesoro de la isla
yace bajo algunas rimas
en la cumbre prohibida
de Vaea, en Vailima.
Baroja y Joseph Conrad
raptarían a Melville
para ponerlo a salvo
de la airada Moby Dick;
con Shanti Andía bailaría
un tamouré Lord Jim,
cantado por Jacques Brel
desde su Plat Pays
en Tahití.
Del brazo irían Garfio
y Don Ramón del Valle-Inclán,
colgados de una nube
del Mar de Nunca jamás,
y el feo Bradomín,
católico y sentimental,
daría sus dos brazos
por poder volar
con Peter Pan.
Y el tesoro de la isla...
En la familia Robinson
habría un niño más,
el Pequeño Salvaje
que soñara Marryat;
perdido entre una flor
y una vahiné de Paul Gauguin,
Jonathan Wyss escribiría
con champán:
Felicidad.
En la taberna de Colón
sería carnaval,
Salgari se disfrazaría
de Cápitan Grant,
de carabela, Verne,
de Jack London, Sandokán,
de Yvonne de Carlo, tú,
yo, de lobo de Mar,
o de Simbad.
Y el tesoro de la isla...

Luis Eduardo Aute
Vailima 


#Aute
#Vailima

miércoles, 1 de abril de 2020

Juan José Luna.- "El Luna"



Se nos ha muerto "El Luna" me ha dicho, con ojos tristes, la adolescente que me devuelve a mis tiempos de instituto.

Cuando se enteró ayer, último día de este marzo cruel que apenas ha terminado, sintió un pellizco en el corazón.
Otro.

"El Luna..." ¿Te acuerdas? me dijo zarandeándome desde mi interior. Que se ha muerto...

Por fuera, y a la vista de los adolescentes de ahora, verás una "una señora", pero por dentro me acuerdo de aquellos años míos como si hubieran ocurrido ayer, he dicho harta ya de sus recriminaciones a mi yo adolescente. Me acuerdo de todo, le he repetido, sin emitir una sola palabra.

Porque si te dió clase alguien así, ¿sabes? he seguido diciéndole, no le olvidas ni queriendo.

"El Luna" cómo decíamos entonces, era distinto, peculiar, especial.

¿Te acuerdas de aquel día que nos hizo a todas enseñarle las manos porque se horrorizó de las uñas pintadas de negro de una compañera de la primera fila? ¿Y te acuerdas de aquel día que le dijo a Jaime "Señor Leroy deje usted de saltar por encima de las mesas"? ¿Y te acuerdas de...?

Mil y una anécdotas llegan en tropel envueltas en una sonrisa. Eran los tiempos de FAMA, y de las risas.  Los tiempos de la adolescencia y el Instituto, los del parque y los amigos. Los tiempos de la pasión más absoluta en los sentimientos y las vivencias. Todo era tan trascendental como si se fuera a terminarse el mundo al minuto siguiente.

"El Luna" era un caballero de mediana edad, nos parecía entonces, aunque vete tú a saber cuántos años tendría, que se preocupaba por la estética de nuestras uñas, además de por nuestros conocimientos de Arte. Sus clases eran mágicas. Sabía muchísimo pero lo explicaba, lo transmitía, aún mejor. Aunque ¡cuidado con él! era ocurrente y expresivo, su humor era irónico y afilado, sus modales exquisitos, pero sabía imponer respeto como ninguno. 

Ni una mosca se escuchaba cuando él explicaba. Y cuando te contaba sus viajes, lograba encandilarte hasta el punto de verte allí a dónde hubieras viajado con él; eran tan coloreadas, tan precisas sus descripciones, que lograba que desearas conocer inmediatamente aquel lugar.

¿Y te acuerdas del último éxamen? Cómo olvidar el último examen de Arte de aquel COU, el último curso divertido de mi vida. 

Cuando ya estábamos todos sentados cada uno en su mesa, distanciados y preparados para comenzar el éxamen  comenzó a nombrarnos solo a algunos. Entre ellos yo. ¡¿Pero ahora porqué nos nombra?! grité en mi interior, reconcomida de nervios, sintiéndome parte de algo que no entendía, mientras me decía que con tanta historia a mí se me iban a olvidar la mitad de las cosas, con la de materia que entraba en el examen y que había tenido que memorizar y memorizar.

Pero "al Luna" le gustaban las sorpresas, le gustaba azuzarnos con las palabras, dejarnos boquiabiertos y expectantes. "Pues bien señores, dijo despacio y entre silencios, todos estas personas que he nombrado pueden levantarse e irse, están aprobados". "¿Cómo? ¿Sin hacer el éxamen?" "Si se quieren quedar por si suben nota... pueden hacerlo. Pero claro, también podrían suspender...".

Nos faltó tiempo para levantamos todos inmediatamente y salir de aquella clase, aún perplejos, aún atacaditos de nervios, pero allí no se quedó ni uno de los nombrados. Todos nos quedamos con la media que nos salía de las dos primeras evaluaciones.

Qué tío "El Luna".



Se nos ha muerto "El Luna" me ha dicho, con ojos tristes, la adolescente, que aún palpita dentro de mí y me devuelve a mis tiempos de instituto.

"El Luna", uno de los mejores profesores que he tenido en la vida. Mi profe de Historia del Arte en COU en el INB Conde de Orgaz.

Un lujo de profesor y apenas lo sabíamos.

Un lujo.



Muere el historiador de arte Juan José Luna a los 74 años

Fue conservador del Museo del Prado y un gran conocedor de la influencia artística francesa en España

Juan José Luna durante una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Juan José Luna durante una conferencia en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo.
Juan José Luna, ex conservador del Museo del Prado, falleció este fin de semana a los 74 años. Entró a trabajar en la institución en 1980 -aunque colaboraba desde 1969, con 23 años- y fue Jefe de pintura francesa, inglesa y alemana de 1986 a 2002, y de las pinturas del siglo XVIII, desde 2003 hasta su jubilación. Su especialidad fue la influencia del arte francés en España, sobre todo en el siglo XVIII, a pesar de la falta de interés popular por este momento histórico y de lo mucho que se lamentaba por ello. De hecho, los primeros estudios que se publicaron en España sobre las colecciones de pintura francesa se los debemos a sus investigaciones.

https://elpais.com/cultura/2020-03-30/muere-el-historiador-de-arte-juan-jose-luna-a-los-74-anos.html



Adiós a Juan José Luna, una vida de pasión por la historia del arte

El director adjunto de Conservación e Investigación del Prado evoca la figura de quien fuera jefe de Departamento de Pintura del siglo XVIII del museo Actualizado:


A mediados de los años 80 del siglo pasado Juan José Luna (1946-2020) era conservador de Pintura Francesa, Inglesa y Alemana del Museo del Prado, antes de ascender en 2003 a jefe de Departamento de Pintura del siglo XVIII. En esa época yo era becario del Instituto Diego Velázquez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. En cierta ocasión me sorprendió con una llamada telefónica en la que me ofrecía la que fue mi primera conferencia en el Prado. Al advertir mi sorpresa, me propuso sin dudar: “Panini” y, tras una breve conversación, colgó el teléfono.
 
 

Este abril no será el mes más cruel





Abril es el mes más cruel: engendra
lilas de la tierra muerta, mezcla
recuerdos y anhelos, despierta
inertes raíces con lluvias primaverales.

La tierra baldía de T.S. Eliot



En este año 2020 el mes más cruel no será abril, sino el terrible marzo que acabamos de pasar. Ese ha sido.

Este abril, como seguía el poema, será el que nos mantendrá cálidos nutriendo nuestras pequeñas e importantes vidas.

Va a ser así.

Ya veréis.


El invierno nos mantuvo cálidos, cubriendo
la tierra con nieve olvidadiza, nutriendo
una pequeña vida con tubérculos secos.
...
La tierra baldía de T.S. Eliot.




martes, 24 de marzo de 2020

De la infodemia, el cuarentenar, y otras nuevas palabrotas hasta Delibes y Asterix



Era un 24 de marzo y acababais de aplaudir. 
Porque todos los días a las 8 de la tarde aplaudíais, quién os lo hubiera dicho un mes antes, quince días antes. Cuánto aplaudirías aquella primavera.

Era un 24 de marzo y los síntomas eran evidentes, te dolía la cabeza y te parecía que solo escuchabas la misma información y el mismo tema, a todas horas, en la radio y la televisión, todos los días, en el guasap y el twitter, siempre, siempre.

No había duda, tenías suerte y solo habías enfermado de "infodemia". Una palabra nueva, para designar un mal nuevo, la sobreabundancia de información sobre un mismo tema.

Eran los tiempos del "estado de alarma", tres palabras minúsculas para designar algo grande, algo que nunca habías vivido, algo que esperabas no volver a vivir. Eran tiempos de los ERTE, no de los ERTES decían los académicos, mejor los ERTE sin s final. Eran también tiempos de "cuarentenar", poner en cuarentena a tu persona. Porque eran los tiempos de un bicho, un virus, el coronavirus, y una enfermedad la COVID-19, con artículo femenino, con mayúsculas, con 19 y sobre todo muy mala leche.

Tiempos feos, pero también nuevos, que habían traido verbos y palabras nuevas, que ya decidiría la Real Academia si nos los quedábamos o no.

Para ponerte a resguardo de la "infodemia", tú que ya estabas cuarentenada, quisiste resguardarte bajo el paraguas de la literatura.

 "Rogad a Dios en caridad por el alma de D. Mario Díez Collado, que descansó en el Señor, confortado con los Auxilios Espirituales, el 24 de marzo de 1966, a los 49 años de edad. R.I.P."

 Así comienzaba aquel libro que en su día leíste y que luego disfrutaste en el teatro "Cinco horas con Mario" de Miguel Delibes. Qué bueno Delibes, y qué buena Lola Herrera representando a Carmen Sotillos, la esposa de Mario, el muerto. "El famoso Mario" murió un 24 de marzo. 

Te lo había recordado un libro que también te parecía muy curioso: "Los libros y los días" de Anna Folqué. Una entrada literaria para cada día.   

Era un 24 de marzo y también, en ese 24 de marzo, había fallecido el dibujante de Asterix y Obelix, Albert Uderzo. No lo había matado el coronavirus, decían que había sido el corazón que no aguantó más, tenía ya 92 años. 
El genial dibujante era daltónico. ¿No era increible? 

¿Quién no había leído alguna vez Asterix? Decían que Uderzo prefería a Obelix en vez de a Asterix. Tú nunca podrías decidirte por ninguno. Pero lo más increible de todo, era que en el año 2017, en uno de sus álbumes, un personaje se llamaba, ay infeliz que te querías evadir, se llamaba ¡coronavirus!.

Era 24 de marzo de 2020.

Y ningún paraguas, ni siquiera el de la literatura, podía resguardarte de la "infodemia".


#infodemia
#cuarentenar
#estadodealarma
#ERTE
#COVID-19
#coronavirus
#Asterix
#Delibes

sábado, 21 de marzo de 2020

Madrid de 2020, 21 de marzo. Día de la Poesía. Eduardo Galeano

Ilustración de Cin Wololo




Ahora que todos los días son raros. 

Ahora que dicen que es primavera pero en Madrid el día es gris y llueve despacito. 

Ahora que este marzo es tan triste y en el metro vamos, cuando no nos queda más remedio que ir, a tres metros uno de otro, con mascarillas algunos, con guantes casi todos, mientras la megafonía dice que nos extendamos por los ándenes, alejándonos al máximo los unos de los otros.  

Ahora que todas las tardes salimos a las ventanas a aplaudir a los que nos cuidan, a los que nos curan.

Ahora que parece mentira que en Madrid estemos muriendo tantos, incluso en los pasillos, porque no llegan los respiradores para todos. 

Ahora que dicen que es el día de la Poesía y del Síndrome de Down, y de los bosques y de no se cuántas más cosas, cosas grandes por las que luchar, pero no debemos salir de nuestras casas. No debemos.

Ahora que ya no nos dejan abrazarnos,

                                                              quizá sea el mejor día para compartir una historia preciosa de un libro titulado "El Libro de los Abrazos" donde habla de gente pequeña pero grande, gente que no es más, ni menos, que un mar de fueguitos.



Un Mar de Fueguitos

Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso – reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

 

Eduardo Galeano

El Libro de los Abrazos 


#EduardoGaleano

jueves, 19 de marzo de 2020

19 de marzo. Día del Padre




Una línea azul


La línea que separa la niñez del resto de mi vida es de color azul.

Del mismo tono de las prendas que nunca colorearán mi armario, esas que nunca colgarán de mis hombros destiñendo mi paso, ese azul de glaciar que emborronó mi principio y aborrezco.

Tenía ocho años y la certeza absoluta de que mi vida nunca cambiaría. Si acaso se salpicaría de saltos breves y alegres, remolinos en la corriente placida de aquellos días, probarse mil vestidos de comunión y asistir emocionada desde el otro lado de la pantalla al tortazo que después de cientos de capítulos al fin le daba Laura Ingalls a Nely Olesson. 

Cuando en el colegio las monjas comenzaron a preguntarme, comprendí que algo no iba bien, pero me acostumbre a disfrazar el escalofrío con que me encogía la pregunta con una sonrisa fugaz, dejando escapar un “bien, bien” educado y veloz que no diera lugar a más. Se me iban colando sin yo querer, se iban haciendo hueco en mi vida cambios que amenazaron nuestros días, que mi padre dejara de trabajar, que creciera la montaña de medicinas sobre la mesilla, que se sucedieran las visitas de compañeros y amigos. No quería enterarme, no quería saber por nada del mundo el final de esa película que no presentía feliz. 

Hasta que llegó el día que un inmenso vacío congeló el rumbo de mi brújula infantil, aquel noviembre se volvieron borrosas las coordenadas de nuestra vida y el azul de un montón de telegramas que nos envió la muerte fue entrelazándose en un cajón de la cómoda de mi madre, trazando una gruesa línea de separación.  

La línea que separa la niñez del resto de mi vida es azul, azul telegrama, azul glaciar.



@Rocío Díaz Gómez 




#Microrrelatos
#DíadelPadre
 

martes, 17 de marzo de 2020

La poesía y el cine.-




Como estamos todos, la mayor parte del tiempo, bien resguardados en nuestras casas a salvode esta pandemia, estaría bien desconectar recordando esas pelis que nos gustaron un día, donde asomaba la literatura, bueno más bien la poesía. 

Qué bien empasta la poesía con el cine. Es una buenísima combinación.

Vamos a recordar cuatro de ellas: "Lope", "En sus zapatos", "El club de los poetas muertos" y "El lado oscuro del corazón".




Extracto de la película Lope donde aparece este soneto "Desmayarse" de Lope de Vega.

126
Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.




Es un fragmento de la película "En sus zapatos" en el que Maggie (Cameron Diaz) le recita este poema de E.E. Cummings a su hemana Rose (Toni Collette) durante su boda.





Llevo tu corazón conmigo
lo llevo en mi corazón
Nunca estoy sin él
allá donde voy,
vas tu, querida
y todo aquello hecho solo por mi
lo haces tú, mi amada
No temo al destino
porque tú eres mi destino, mi amor
no quiero ningún mundo
pues hermosa, tú eres mi mundo, mi fiel
He aquí el mayor secreto que nadie conoce
he aquí la raíz de la raíz
y el brote del brote
y el cielo del cielo
de un árbol llamado vida
que crece más de lo que
el alma puede esperar o la mente ocultar
es la maravilla que mantiene las estrellas separadas
Llevo tu corazón
lo llevo en mi corazón

E.E. Cummings



Y por supuesto en una de las escenas más conocidas de la famosa película "El club de los poetas muertos" encontramos a otro poeta, a Walt Whitman. 

Me encanta esa frase que dice antes:

"No leemos y escribimos poesía porque es bonita, leemos y escribimos poesía porque pertenecemos a la raza humana y la raza humana está llena de pasión..."






Oh, Mi yo...Oh, Vida...
(Walt Whitman)

¡Oh, mi yo! ¡oh, vida! de sus preguntas que vuelven,
Del desfile interminable de los desleales, de las
ciudades llenas de necios,
De mí mismo, que me reprocho siempre (pues,
¿quién es más necio que yo, ni más desleal?),
De los ojos que en vano ansían la luz, de los objetos
despreciables, de la lucha siempre renovada,
De lo malos resultados de todo, de las multitudes
afanosas y sórdidas que me rodean,
De los años vacíos e inútiles de los demás, yo
entrelazado con los demás,
La pregunta, ¡Oh, mi yo!, la pregunta triste que
vuelve - ¿qué de bueno hay en medio de estas
cosas, Oh, mi yo, Oh, vida ?
Respuesta
Que estás aquí - que existe la vida y la identidad,
Que prosigue el poderoso drama, y que
puedes contribuir con un verso.



 Y por último la película por excelencia que se funde con la poesía es "El lado oscuro del corazón", donde constantemente hay poemas de Benedetti, Gelman o Girondo.





  
¿A que dan ganan de volverlas a ver?


#cine
#literatura
#poesía
#Lope
#Cummings
#Whitman
#Benedetti
#Gelman
#Girondo

domingo, 15 de marzo de 2020

Pandemia, epidemia, virus, pachucho



No me gusta la palabra "Pandemia", aunque sea antigua y tenga pedigrí. 
No me gusta aunque venga del griego, con ese adjetivo "pan" que tienen tantas palabras nuestras y que vienen del adjetivo pan "totalidad". Añadido a ese "demos" que significa "pueblo". No me gusta porque entonces "pandemia" es esa horrible enfermedad que afecta a todo ("pan") el pueblo ("demos"). Que afecta a toda la población.




pandemia
Del gr. πανδημία pandēmía 'reunión del pueblo'.
1. f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.


Tampoco me gusta la palabra "epidemia" que también tiene solera y nos llegó del griego. Que no es tan grave como la "pandemia" pero que "no te la pierdas de vista" porque tiene su importancia. 
No me gusta la palabra "epidemia" porque viene de "epi" que en griego significa "sobre" y "demos" que significa pueblo. Luego la epidemia alude a "estancia en una población", "estancia o presencia en una población". Luego de ahí sería la enfermedad presente, que está, que afecta a un pueblo. No a todos como la pandemia, pero sí a mucha población. 




epidemia
Del lat. mediev. epidemia, y este del gr. ἐπιδημία epidēmía; propiamente 'estancia en una población'.
1. f. Enfermedad que se propaga durante algún tiempo por un país, acometiendo simultáneamente a gran número de personas.
2. f. Mal o daño que se expande de forma intensa e indiscriminada.



No, no y no. No me gusta la palabra pandemia, ni tampoco epidemia. Pero menos aún me gusta la palabra "virus", que ya no viene del griego sino del latín donde significaba ya ni más ni menos que veneno, ponzoña.




virus
Del lat. virus 'veneno', 'ponzoña'.
1. m. Organismo de estructura muy sencilla, compuesto de proteínas y ácidos nucleicos, y capaz de reproducirse solo en el seno de células vivas específicas, utilizando su metabolismo.
2. m. Inform. Programa introducido subrepticiamente en la memoria de una computadora que, al activarse, afecta a su funcionamiento destruyendo total o parcialmente la información almacenada.


A mí la que me gusta es la palabra "pachucho", "pachuchillo", que ni la Rae sabe de donde viene pero que todos entendemos que no es grave. Me gusta la palabra "pachucho" porque suena coloquial, suena cercano, suena a casa. 




pachucho, cha
1. adj. Pasado de puro maduro.
2. adj. coloq. Flojo, alicaído, desmadejado.



Hablar de "epidemia" nos hace inspirar más fuerte guardando el aire, nos sobrecoge. Pero decir "pandemia" nos encoge hasta el infinito el corazón. Nos viene grande, nos puede, nos pierde. 

Yo quiero escuchar que éste, aquel o el de más allá "está un poco pachuchillo". Porque ese adjetivo adelgaza la enfermedad, la encoge, la domestica. Está pachucho, solo está un poco alicaido, como esa fruta pasada de madura que no tiene buen aspecto pero tampoco está tan mal. Esa fruta pasada no le va a resultar atractiva ni a Blancanieves cuando se la ofrezca la Bruja. Ni a Blancanieves, ni a nadie; con lo pachucho nos atrevemos, con lo pachucho podemos.

Pero con la epidemia y la pandemia tenemos que quedarnos en casa. ¿Sabes? Tenemos que quedarnos. 

No sé si me expliqué bien.

Que viene el lobo.


#pandemia
#epidemia
#virus
#pachucho








jueves, 12 de marzo de 2020

Exposición "Recoger el guante" de la Tertulia Literaria Rascamán en la Biblioteca Pública Dávalos de Guadalajara


El verdadero signo de la inteligencia no es el conocimiento, sino la imaginación.
Albert Einstein


Una de las bibliotecas más preciosas que conozco es la Biblioteca Pública Dávalos de Guadalajara. Ya os lo he dicho más de una vez. Situada en un antiguo palacio, conserva sus techos de madera, su patio central con columnas, su luz. Imaginaos, un lunes cualquiera de marzo, esa biblioteca bañada con la luz del atardecer y la música de un piano sonando de fondo. Un lujo para los sentidos.

Pues eso fue.



Así lo vivimos este lunes 9 de marzo cuando nos acercamos hasta ella, para inaugurar la exposición "Recoger el guante" que la tertulia literaria Rascamán tiene allí expuesta. Intenté captar el momento con el vídeo de arriba. Sé que no lo conseguí. Pero si solo lograis haceros una pequeña idea yo me conformo.

En la planta de arriba están colgados nuestros cuadros confeccionados con guantes y textos literarios. Nuestra aportación literaria a esta causa en la que nos embarcó el poeta Aureliano Cañadas, compañero sabio que nos trajo un día un saco lleno de guantes recogidos aquí y allí, para que escribiéramos sobre y con ellos.

Lavamos los guantes. Afilamos la imaginación. Y nos pusimos manos "enguantadas" a la obra.
Fue un reto a nuestra creatividad y lo enfrentamos. 

El resultado estará todo el mes de marzo expuesto para quién quiera ir a verlo. Es un lugar precioso esa biblioteca, sino la conocéis, no dejéis de hacerlo. Qué mejor excusa. Una exposición y una biblioteca de una sola vez.
 




"El sexto dedo" de Rocío Díaz

"Depredadores" de Alberto Ramos

"Los guantes de mi madre" de Juan Calderón y "Sequía" de María Eugenia López

"Hombre intentando detener el tiempo sobre naturaleza muerta" de José Antonio Carmona" y "Pendiente" de Celia Cañadas

"Antiguos guantes en silencio" de Mariana Feride y "Frágil coraza" de Alma Pagés

"8 de octubre de 2016" y "Pez Perla" ambos de Javier Díaz Gil

"Viernes, 15 de mayo de 1987" y "Manos que calentar" de Juan B. Raña. Y "Piel" de Carmen Padín

"Guantes blancos" de Mariana Feride, "El guantazo" de María Juristo y "Escena del crimen" de Rocío Díaz

Este pasado lunes, 9 de marzo, como os decía hicimos la inauguración de la exposición en Guadalajara. Fue una velada íntima, con poquitos asistentes, que estamos en unos días en que el que más y el que menos no sale mucho. Pero quizá por eso mismo, resultó un encuentro distendido en el que, más que nada, disfrutamos de la literatura y la imaginación, la creatividad y el multiperspectivismo. 

¡Cuánta variedad en los textos pueden surgir a partir de unos simples guantes! 

Los compañeros de tertulia que habíamos participado, y pudimos asistir, leímos nuestros propios textos. A los que no pudieron, les vimos y escuchamos en los vídeos que tenemos de cada uno leyendo su creación. No siempre, pero por regla general cuánto gana un texto con la lectura que solo sabe darle su autor. Con su cadencia, su acento, sus silencios.

En su día cada uno se grabó a sí mismo leyendo su poema o su microrrelato, porque en la cartela que hay en cada cuadro con una pequeña referencia al autor, también hay un código QR, que si lo escaneas con el móvil puedes acceder al contenido de ese vídeo y escuchar en la voz del poeta o narrador su propio texto. 

Vamos creciendo en imaginación y medios informáticos. Creciendo.

Disfrutamos mucho con el encuentro literario de este lunes. Disfrutamos con la compañía de los compañeros del grupo poético Fernando Borlán que se reune en esa Biblioteca los sábados en torno a la poesía y se acercaron, disfrutamos con la complicidad entre los que compartimos esta pasión por las letras. Y por un rato no hablamos de virus ni pandemias. Conseguimos abstraernos gracias a, y con, la literatura. Qué mejor refugio.

Animaos a visitar nuestra exposición. Estará en la Biblioteca Dávalos de Guadalajara todo el mes de marzo.



Javier Díaz Gil, coordinador de la Tertulia Rascamán, y María Eugenia López, poeta argentina en el vídeo


Alberto Ramos leyendo su microrrelato.


De izda a dcha Javier Díaz Gil y Carlos Tejado.
#Exposición
#Biblioteca
#Guadalajara

martes, 10 de marzo de 2020

"El arte de llevar gabardina" de Sergi Pamies


«Hacer feliz a alguien. Solo hacer feliz a alguien. 
De eso va la vida reducida a una máxima expresión.»,



Sergi Pàmies nos vuelve a regalar otro libro con sus relatos. 

Como siempre en estos trece cuentos que contiene "El arte de llevar gabardina" nos encontramos al autor de relatos que redunda en los temas más cotidianos. 

Temas como las relaciones con los hijos y con los padres. De hecho en ellos encontramos muchas alusiones a su famosa madre Teresa Pàmies, escritora catalana Premio de Honor de las Letras Catalanas en 2001, y a su padre, el  dirigente del PSUC Gregorio López Raimundo. Y también encontramos muchas alusiones a la separación de la parejas. Sin contar cuánto introduce los temas del paso del tiempo, la vida y la muerte. 

El secreto del título se desvela en el relato más extenso del libro, que está en su parte central. El autor se vale de la gabardina para hilar varios tiempos. Hay que subrayar lo original que es este autor para sus títulos, siempre merecen un punto y aparte: "Debería caersete la cara de verguenza", "Si te comes un limón sin hacer muecas"...

Son unos relatos muy concentrados, muy reflexivos. Me gusta especialmente el último relato donde el autor nos dice que al final de una vida uno al final se pregunta ¿He hecho feliz a alguien?

Son unos relatos que, en muchas ocasiones, parecen casi autobiográficos al parecer la frontera entre el narrador y el autor muy estrecha, de tanto como mezcla alusiones personales con otras supuestamente ficticias.

Relatos con un punto de humor irónico, un humor triste, y mucha profundidad. Relatos con los que, en definitiva, te puedes sentir muy identificado. Poraue además parece que van creciendo sus temas y argumentos al mismo tiempo que lo hacemos sus lectores.

Lo que está claro es que de vez en cuando hay que volver a Pamies. Y vosotros direis ya, pero para eso Pamies tiene que volver a publicar. Tenéis razón.
En todo caso, que no tarde mucho en hacerlo que, desde luego, este blog y yo siempre recibiremos con alegría sus próximos relatos.

#Pamies
#Relatos

sábado, 7 de marzo de 2020

80 aniversario del exilio republicano español. Exposición en Nuevos Ministerios de Madrid



Me alegré de que la prolongaran al mes de febrero de 2020, y me alegré más de no habermela perdido.

Merecía la pena.

En La Arquería de Nuevos Ministerios ha estado una "señora exposición" en la que se rendía homenaje a los exiliados republicanos con motivo del 80 aniversario de su éxodo. Dicen que es la más gande que se ha montado con este motivo.

Se componía a su vez tres exposiciones:

1939: Exilio Republicano Español

 Caminos del exilio, de Philippe Gaussot

 La sangre no es agua, de Pierre Gonnord

En la primera de las exposiciones: Fotografías, objetos cotidianos, mapas, carteles, archivos sonoros y publicaciones de muchos españoles exiliados. En concreto hay grabaciones de Radio Pirenaica, el Servicio Mundial de la BBC y Radio París en las que suenan las voces desde el exilio de figuras como Arturo Barea, Rafael Alberti, María Teresa León, Santiago Carrillo o Dolores Ibárruri.  Hay obras de Picasso o Joan Miró junto con las de otros contemporáneos como Vela Zanetti, Antonio Rodríguez Luna o Ramón Gaya. También se recogen imágenes de fotógrafos que documentaron el éxodo a través de los Pirineos, como Robert Capa, David Seymour o Agustí Centelles.
Más de 300 objetos, tenía de todo, la primera de ellas. Compuesta a su vez de quince partes: La Retirada y el comienzo del exilio, Los campos de concentración franceses y más allá, Los barcos, Los campos de concentración y de exterminio nazi, Francia, México, Argentina, Otros exilios americanos, La URSS, La guerra de las Ondas, El Retorno, 1937 un año decisivo, Las muertes de Antonio Machado y Manuel Azaña, Artistas en los campos de concentración franceses, Artistas españoles en París. 

La segunda exposición se trata de una colección de fotografías inéditas del fotoperiodista francés Philippe Gaussot (1911-1977), descubiertas por su hijo en una maleta, tras su fallecimiento, del viaje a Francia de miles de exiliados españoles tras la caída de Barcelona, además de escenas cotidianas de las colonias infantiles organizadas.
Y la tercera exposición  el artista francés Pierre Gonnord (1963), por encargo del Ministerio de Justicia español, expone una serie de retratos, testimonios y objetos íntimos de algunas personas que vivieron el exilio republicano en territorio francés. A través de 22 composiciones donde las palabras e imágenes son las protagonistas, se da voz a aquellos que fueron silenciados durante décadas. Yo ya conocía el tipo de retratos de Gonnord de una exposición, con otro tema, que hubo en Alcalá 30 hace unos años. Son muy realistas, llaman mucho la atención.

En general me pareció una exposición muy, muy interesante. Los mapas me resultaron muy ilustrativos. Y las fotos, por supuesto, conmovedoras. Ha sido una exposición muy completa. Merecía mucho la pena.






























#Exposiciones
#Madrid

lunes, 2 de marzo de 2020

"Ahí fuera" de Lorenzo Silva




Se me van atrasando las reseñas de los libros que me voy leyendo. El tiempo va tan deprisa, que casi no me da tiempo a contaros todo lo que pienso que me gustaría compartir con vosotros.

Pero venga, vamos a poner orden.

Me leí "Ahí fuera" de Lorenzo Silva. 

Yo tengo tanta debilidad por este autor que siempre termino leyendo la mayoría de sus libros. Es verdad que sobre todo estoy enganchada a su novelas de Bevilacqua y Chamorro, esa pareja de guardias civiles que van creciendo al mismo tiempo que sus casos. Pero escribe tan bien, argumentando con tanto detenimiento lo que dice, que de vez en cuando también me leo sus otros libros.

En este caso se trata de una recopilación de cronicas periodísticas.

El tema de la mayoría de ellos es criminal y bélico

Estructuralmente el libro se divide en tres partes. En primer lugar recopila reportajes publicados en distintos medios de información en los que hay una buena dosis de investigación por su parte. En la segunda parte ha reunido los que ahondan más en el tema bélico. Y en la tercera parte hay varias entrevistas a personajes públicos como el cantante del grupo musical Extremoduro o el escritor Emmanuel Carrére.

En general me parece un libro bastante entretenido y muy ilustrativo. Claro si te interesan todos estos temas.

Además me resulta muy atractiva esta mezcla entre el estilo periodístico y el novelístico que tiene Silva en estos reportajes. 

Particularmente he disfrutado más con la primera parte por la temática que trata. Los conflictos bélicos me van menos. Me ha resultado mucho más atractiva esta primera parte en la que ha reunido diferentes reportajes periodísticos. Ha sido muy interesante profundizar en temas de actualidad relativamente reciente que conocía solo de forma superficial, pero que han tenido mucha repercusión. Casos como el asesinato de Diana Quer, o el atentando de las Ramblas te dejan muy tocado, pero Silva los trata con bastante delicadeza en atención a la o las víctimas, y siempre teniendo en cuenta la presunción de inocencia. Por otra parte se nota que detras de ellos hay una labor importante de documentación y de rigor profesional.

De vez en cuando viene bien aparcar la novela y leer este tipo de lectura más instructiva.

Es un libro interesante.



Lorenzo Silva. Ahí fuera. Destino, 2018. 432 páginas.
  - Seguir leyendo: https://www.libertaddigital.com/cultura/libros/2018-11-22/lorenzo-silva-ahi-fuera-reportajes-crimen-
1276628599/

#LorenzoSilva
#Novela

sábado, 29 de febrero de 2020

29 de febrero y Del origen de la palabra BISIESTO




Dicen que los egipcios crearon, gracias a la observación de los astros, el año solar de 365 días.

Pero el año astronómico, la vuelta completa de la tierra a su órbita, no dura exactamente 365 días, sino que dura un poco más, 365 días, 5 horas y 56 minutos. 

Para corregir este error los romanos propusieron intercalar un día más (6 horas más o menos de más, por los 4 años formarían el día) cada 4 años. De ahí lo del año bisiesto.

¿Pero exactamente la palabra bisiesto de dónde viene?

Porque en tiempos de Julio Cesar, los romanos denominaban:
- Calendas - Al primer día de cada mes.
- Nonas - Al séptimo día de cada mes. Nueve días antes de los Idus o cuarto creciente de luna
- Idus - Era el día 13 o décimoquinto de cada mes según fuera de 30 o 31 días. Luna llena o plenilunio.

Luego entonces:
¿Como llamaban al 28 de febrero? Primum dies ante calendas martias (primer día antes de las calendas de marzo). El 27 de febrero era el secundum dies ante calendas martias (segundo día antes de las calendas de marzo), el 26 de febrero, tercer día, el 25 de febrero el cuarto día, el 24 de febrero el quinto día y así sucesivamente. Usaban la cuenta atras.

Cuando hubo que modificar el calendario, intercalando ese día de más cada cuatro años, que os contaba antes, se propuso intercalarlo entre el sexto y quinto día antes de la calendas. O sea entre los días que hoy son el 23 y el 24 de febrero. 

 Hablamos de febrero, porque para los romanos, febrero era el último mes del año. Sus años empezaban en Marzo, el mes de Marte. Acordaos de que por eso, por ejemplo, septiembre se llama así porque era el séptimo mes, no el noveno. 



Pero a lo que íbamos. Cómo faltaba un día, pensaron en intercalarlo en el último mes, febrero. Y como pensaron en intercalarlo entre el sexto y quinto día antes de la calendas o 1 de marzo, los romanos no tenían día 29 de febrero, sino que tenían dos días 23 de febrero. El día 23 y el 23 bis.

Como el día 23 de febrero era el sextus díes ante calendas martias, el día adicional o 23 bis, fue llamado bis sextus dies ante calendas martias, o sea, "segundo día sexto antes de las calendas de marzo" y el año que contenía ese día se llamó por eso bissextus (bi-, dos; sextus, sexto)



http://etimologias.dechile.net/?bisiesto
http://www.elcastellano.org/artic/bisiesto.htm

#bisiesto



viernes, 28 de febrero de 2020

Dos días




No pienses más, tenemos dos días. Dos maravillosos días.

Yo te demostraré que en solo dos eternos días

sabremos hacer malabarismos 
con todo lo que ya tenemos.


No se necesita más. 
Créeme. 

Vamos. 
Ven. 
Dame tu mano

Te lo demostraré.






lunes, 24 de febrero de 2020

"Andanzas y entremeses de Juan Rana" en el Teatro de la Comedia




pues su simple gracia alcanza
tantos títulos que es
monarca del entremés,
emperador de la chanza,
rey de tontos de remate,
príncipe de la bobada,
sultán de la carcajada,
sátrapa del disparate,
papa de la bobería,
edecán de la tontuna,
cid de la burla importuna,
paladín de la alegría,
y toda la especie humana
del primer al postrer hombre
se ríe al oír el nombre
de Cosme Pérez, Juan Rana.


Otra vez tenemos obra de Ron Lalá. 

Volvemos al Siglo de Oro con "Andanzas y entremeses de Juan Rana". 

En este caso "La Inquisición se reúne para un juicio secreto que puede cambiar el curso de la historia. El acusado: Juan Rana, el comediante más célebre del Siglo de Oro. El delito: hacer reír al público de varias generaciones con su humor irreverente y burlesco donde toda la sociedad queda retratada".

Qué originales son. Qué divertidos y entretenidos.

Y qué obras más trabajadas. Un lujo. 

Lo único que ya queda es ir tarareando la canción de Juan Rana por el metro, camino de casa, con una tonta sonrisa en la cara.


#Ron Lalá
#Teatro

sábado, 22 de febrero de 2020

Inmarcesible, Acendrado, Limerencia y Ataraxia


Ilustrador: Pericolli



Te gustaban las palabras raras. 

Te gustaban las palabras difíciles, las que lejos de hacerse las encontradizas, jugaban contigo al escondite.

Te gustaban las palabras que te miraban descaradas, con gesto altivo, las que subiendo sus diminutos hombros parecían decirte ¿Qué? No nos sabías ¿eh?

Palabras como inarcesible y acendrado, palabras como limerencia y ataraxia.

Qué bien sabían las palabras raras.




Inmarcesible: que no puede marchitarse.

Acendrado: puro, sin mancha ni defecto.

Limerencia: Estado mental involuntario, propio de la atracción romántica de una persona por otra.

Ataraxia: serenidad.



#Palabras