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sábado, 21 de marzo de 2020

Madrid de 2020, 21 de marzo. Día de la Poesía. Eduardo Galeano

Ilustración de Cin Wololo




Ahora que todos los días son raros. 

Ahora que dicen que es primavera pero en Madrid el día es gris y llueve despacito. 

Ahora que este marzo es tan triste y en el metro vamos, cuando no nos queda más remedio que ir, a tres metros uno de otro, con mascarillas algunos, con guantes casi todos, mientras la megafonía dice que nos extendamos por los ándenes, alejándonos al máximo los unos de los otros.  

Ahora que todas las tardes salimos a las ventanas a aplaudir a los que nos cuidan, a los que nos curan.

Ahora que parece mentira que en Madrid estemos muriendo tantos, incluso en los pasillos, porque no llegan los respiradores para todos. 

Ahora que dicen que es el día de la Poesía y del Síndrome de Down, y de los bosques y de no se cuántas más cosas, cosas grandes por las que luchar, pero no debemos salir de nuestras casas. No debemos.

Ahora que ya no nos dejan abrazarnos,

                                                              quizá sea el mejor día para compartir una historia preciosa de un libro titulado "El Libro de los Abrazos" donde habla de gente pequeña pero grande, gente que no es más, ni menos, que un mar de fueguitos.



Un Mar de Fueguitos

Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso – reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

 

Eduardo Galeano

El Libro de los Abrazos 


#EduardoGaleano

domingo, 31 de diciembre de 2017

Deseos para el nuevo año de Eduardo Galeano






Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

Eduardo Galeano



domingo, 24 de diciembre de 2017

Nochebuena de Eduardo Galeano





Nochebuena

Fernando Silva dirige el hospital de niños, en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.

Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
-Decile a… -susurró el niño-. Decile a alguien, que yo estoy aquí.

Eduardo Galeano
El libro de los abrazos – Ed Siglo XXI – 2009

lunes, 13 de abril de 2015

Eduardo Galeano ha muerto hoy 13 de abril de 2015






Un mar de fueguitos
Eduardo Galeano




Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.

A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.

-El mundo es eso - reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende. 

El libro de los abrazos 



Hoy ha muerto uno de mis escritores queridos: Eduardo Galeano. 

Ahora él también nos mirará desde el alto cielo, como aquel hombre del pueblo de Negua.

sábado, 21 de febrero de 2015

"El mundo encoge" de Eduardo Galeano




Febrero
21


El mundo encoge


Hoy es el Día de las lenguas maternas.

Cada dos semanas, muere una lengua.

El mundo disminuye cuando pierde sus humanos decires, como pierde la diversidad de sus plantas y sus bichos.

En 1974 murió Ángela Loij, una de las últimas indígenas onas de la Tierra del Fuego, allá en el fin del mundo; y la última que hablaba su lengua.

Solita cantaba Ángela, para nadie cantaba, en esa lengua que ya nadie recordaba:

Voy andando por las pisadas
de aquellos que se fueron.
Perdida estoy.

En tiempos idos, los onas adoraban varios dioses. El dios supremo se llamaba Pemaulk.

Pemaulk significaba Palabra.



Pág 69
Los hijos de los días
Eduardo Galeano

miércoles, 28 de enero de 2015

"Para que leas el mundo" Eduardo Galeano


28
Enero

Para que leas el mundo

Cuando la imprenta aún no existía, el emperador Carlomagno formó amplios equipos de copistas, que en Aquisgrán crearon la mejor biblioteca de Europa.

Carlomagno, que tanto ayudó a leer, no sabía leer. Y analfabeto murió, a principios del año 814.


Eduardo Galeano
Los hijos de los días

martes, 11 de noviembre de 2014

"Fiódor Dostoievski nació dos veces" - Eduardo Galeano


Noviembre

11

Fiódor Dostoievski nació dos veces

Por primera vez nació en Moscú, en el día de hoy de 1821.

A finas del año 1849, nació de nuevo, en San Petesburgo.

Dostoievski llevaba ocho meses preso, esperando su fusilamiento. Al principio, no quería que ocurriera nunca. Después, aceptaba que ocurriera cuando tuviese que ocurrir. Y por fín quería que ocurriera cuanto antes, que ocurriera ya, porque peor que la muerte era la espera.

Y así fue hasta la madrugada en que él y los demás condenados arrastraron sus cadenas hasta la plaza Semenovsk, a orillas del rio Neva.

Y la voz de mando mandó, y al primer grito los fusiladores vendaron los ojos de sus víctimas.

Al segundo grito, se escuchó el clic-clac de la carga de las armas.

Al tercer grito, Apunten, sonaron súplicas, gemidos, algún llanto; y después, silencio.

Y silencio.

Y más silencio, hasta que en ese silencio de nunca acabar se escuchó que el zar de todas las Rusias, en magnánimo gesto, había enviado su perdón.


Pág. 357
Los Hijos de los Días
Eduardo Galeano

jueves, 25 de septiembre de 2014

Galeano y Allende - Autores de cabecera



Había una vez un viejo solitario que pasaba gran parte del día en la cama. 

Se rumoreaba que tenía un tesoro escondido en su casa y un día unos ladrones se metieron a buscarlo. Escarbaron por todos lados y por último encontraron un baúl en el sotano. Se lo llevaron y al abrirlo descubrieron que estaba lleno de cartas. 

Eran todas las cartas de amor que había recibido el anciano durante su larga vida. Los ladrones iban a quemarlas, pero lo conversarion y decidieron devolverlas a su dueño. Una por una. Una por semana. 

Desde entonces, cada lunes al mediodía, se puede ver al anciano esperando al cartero. Al verlo aparecer, corre a recibirlo, mientras el cartero, que está al tanto del asunto, agita la carta en la mano. Y entonces hasta San Pedro puede oír los latidos de ese corazón, loco de alegría al recibir el mensaje de una mujer. 

Eduardo Galeano
El libro de los Abrazos



¿No es ésta la esencia juguetona de la literatura? Un acontecimiento vulgar transformado por la verdad poética. Esos ladrones son como los escritores, toman algo común, en este caso las cartas, y mediante un truco de magia lo transforman en algo completamente fresco. 

En el cuento de Galeano las cartas existían y eran del viejo en primer lugar, pero yacían olvidadas en un sótano oscuro, estaban muertas. Mediante el simple hecho de mandarlas por correo una por una, una cada semana, los buenos ladrones resucitaron las ilusiones de aquel pobre hombre. En eso consiste a menudo la escritura, encontrar tesoros ocultos, dar brillo a los hechos gastados y revitalizar el alma desesperada mediante el soplo de la imaginación.

Isabel Allende
El oficio de contar




La imagen de esta entrada es un boceto de Gauguin sobre el cuadro que estaba pintando en ese momento su amigo Van Gogh. Éste último se lo envia en una carta a su hermano Theo.

domingo, 21 de septiembre de 2014

"Manosanta" de Eduardo Galeano



Manosanta

El doctor no tenía secretaria, y creo que ni teléfono tenía. El consultorio, sin música funcional, ni alfombra, ni reproducciones de Gauguin en las paredes, no tenía más que una camilla, dos sillas, una mesa y un diploma de la Facultad de Medicina.

Él supo ser el sanador más milagroso del barrio de la Boca. Este científico curaba sin pastillas, ni hierbas, ni nada. Vestido de entrecasa, empezaba por preguntar:

- Y usted, ¿Qué enfermedad quiere tener?

Pag. 282
Bocas del Tiempo
Eduardo Galeano

domingo, 20 de julio de 2014

"El cartero" de Eduardo Galeano


EL CARTERO


Lo vi en el ataud, con esa cara plácida y jodona, y pensé: no se puede creer. El Gordo Soriano se estaba haciendo el muerto.

Me lo confirmó Manuel, el hijo, idéntico al Gordo aunque más chiquito. Él me dijo que le había dado una carta al padre, para que se entregara a Filipi.

Filipi, su amigo, había muerto poco antes. Filipi era lagartija. Una lagartija rara, que tenía costumbres de camaleón y cambiaba de color cuando quería. En la carta, Manuel le enseñaba un juego, para que pudiera entretenerse en la muerte, que es muy aburrida. Para jugar ese juego, había que escribir no sé qué letras. "Usa las uñas, Filipi", lo instruia Manuel. 

Estaba claro. Osvaldo Soriano se había pasado la vida escribiendo cuentos y novelas, cartas enviadas a sus lectores, y ahora estaba trabajando de cartero. En un rato volvía.


Pág. 125
Bocas del Tiempo
Eduardo Galeno

sábado, 21 de junio de 2014

"Todos somos tú" Eduardo Galeano





Junio
21


Todos somos tú

En el año 2001, resultó sorprendente el partido de fútbol entre los equipos de Treviso y Génova.

Un jugador del Treviso, Akeem Omolade, africano de Nigeria, recibia frecuentes silbidos y rugidos burlones y cantitos racistas en los estadios italianos.

Pero en el día de hoy, hubo silencio. Los otros diez jugadores del Treviso jugaron el partido con las caras pintadas de negro.


Eduardo Galeano
Los hijos de los días

viernes, 23 de mayo de 2014

Eduardo Galeano "Los hijos de los días"



Mayo
23


La fabricación del poder

En 1937 murió John D. Rockefeller, dueño del mundo, rey del petroleo, fundador de la Standard Olir Company.
Había vivido casi un siglo.
En la autopsia, no se encontró ningún escrúpulo.

Pág. 169
Los hijos de los días
Eduardo Galeano


domingo, 18 de mayo de 2014

"Los hijos de los días" de Eduardo Galeano


Mayo
18

El viaje de la memoria

En 1781, Túpac Amaru fue descuartizado, a golpes de hacha, en el centro de la Plaza de Armas del Cuzco.

Dos siglos después, un niño descalzo lustraba zapatos en ese exacto lugar, cuando un turista le preguntó si conocía a Túpac Amaru. Y el pequeño lustrabotas, sin alzar la cabeza, dijo que sí lo conocía. Casi en secreto, mientras hacía su trabajo, murmuró:

- Viento es.

Pág. 164
Los hijos de los días
Eduardo Galeano

miércoles, 1 de enero de 2014

Feliz año. - La partida, Galeano





1 de enero. Comienza un año.

Y a todos nos gustaría que este nuevo año nos diera todo aquello que nos sisó el año anterior. Pero de las ilusiones y las carencias de cada uno, solo uno sabe. 

De esas ilusiones y carencias que se pueden contar y esas que, aunque pudieras, no le contarías a nadie. 

1 de enero. Comienza un año. 

A mí me gustaría que este nuevo año me pusiera ahí, ahí justo donde está lo que necesito, lo que deseo, lo que me serene.

Feliz año.


La partida

Esta mujer se marcha al norte. Sabe que puede morir de ahogo en la travesía del río, y de bala, sed o serpiente en la travesía del desierto.

Dice adiós a sus hijos, queriendo decirles hasta luego.

Y ya yéndose de Oaxaca, se arrodilla ante la Virgen de Guadalupe, en un altarcito de paso, y le ruega el milagro: 

- No te pido que me des. Te pido que me pongas donde hay.

Pág 211 de "Bocas del tiempo"
Eduardo Galeano



sábado, 29 de diciembre de 2012

"El camino es el destino" - Galeano - 29 de diciembre...



Diciembre
29


El camino es el destino

Había sido copiosa la bebedera, diciendo adiós al año que pronto se iría, y andaba yo perdido en las calles de Cádiz.

Pregunté por dónde se iba al mercado. Un viejo desprendió su espalda de la pared y muy desganadamente me respondió, señalando la nada:

- Tú haz lo que la calle te diga.

La calle me dijo, y yo llegué.

Algunos miles de años antes, Noé había navegado sin brújula, ni velas, ni timón.

El arca se dejó ir, por donde el viento le dijo, y se salvó del diluvio.

Pág. 407
"Los Hijos de los Días"
Eduardo Galeano

martes, 4 de diciembre de 2012

Los árboles recuerdan... Eduardo Galeano




Diciembre

4


Como nosotros, los árboles recuerdan.
Pero ellos no olvidan: van formando anillos en el tronco, y de anillo en anillo van guardando su memoria.
Los anillos cuentan la historia de cada árbol y delatan su edad, que en algunos casos llega a los dos mil años; cuentan qué climas conoció, qué inundaciones y sequías sufrió, y conservan las cicatrices de los incendios, las plagas y los temblores de tierra que lo han atacado.
Un día como hoy, un estudioso del tema, José Armando Boninsegna, recibió de los niños de una escuela argentina la mejor explicación posible:
-Los arbolitos van a la escuela y aprenden a escribir. ¿Dónde escriben? En su panza. ¿Y cómo escriben? Con anillos. Y eso se puede leer.

Pág 382
Los Hijos de los días
Eduardo Galeano



domingo, 9 de septiembre de 2012

Día de la alfabetización - Eduardo Galeano





Septiembre

8

Día de la alfabetización


Sergipe, nordeste del Brasil: Paulo Freire inicia una nueva jornada de trabajo con un grupo de campesinos muy pobres, que se están alfabetizando.

- ¿Cómo estás Joao?

Joao calla. Estruja su sombrero. Largo silencio, y por fin dice:

- No pude dormir. Toda la noche sin pegar los ojos.

Más palabras no le salen de la boca, hasta que murmura:

-Ayer yo escribí mi nombre por primera vez.


Pag. 288  
Los Hijos de los Días
Eduardo Galeano

domingo, 2 de septiembre de 2012

2 de septiembre, Eduardo Galeano y la 2ª Guerra Mundial






Septiembre

2

El inventor de las guerras preventivas

En 1939, Hitler invadió Polonia porque Polonia iba a invadir Alemania.

Mientras un millón y medio de soldados alemanes se derramaban sobre el mapa polaco, y una lluvia de bombas caía desde los aviones. Hitler exponía su doctrina de las guerras preventivas: más vale prevenir que curar, yo mato antes de que me maten.

Hitler hizo escuela. Desde entonces, todas las guerras digestivas, países que comen países, dicen ser guerras preventivas.

Eduardo Galeano
Los Hijos de los Días


Otra vez os dejo con Galeano que me gusta tanto, con lo que dice para el día de hoy y su último libro.

Tal día como hoy también terminó la 2ª Guerra Mundial  con la firma del acta de rendición incondicional de Japón a bordo del buque estadounidense USS Misuri, y además, en 1985 se hallan los restos del Titanic, hundido en 1912 y en 1973 muere J.R.R. Tolkien, novelista británico, autor del “Hobbit” y “El señor de los anillos”.


domingo, 12 de agosto de 2012

Las Olimpiadas y las mujeres. La literatura y Eduardo Galeano



Hoy despedimos las Olimpiadas con 17 medallas, 11 de ellas ganadas por mujeres deportistas.

 ¡¿Cómo no dedicarles una entrada en esta blog!? 

Y como la literatura no está reñida con los deportes aquí os dejo con la página dedicada al día de hoy, escrita por Eduardo Galeano, en su último libro "Los hijos de los días". Parece mentira lo oportuna que es. Si no ya lo veréis al leerla.

No dejo de recomendaros este libro a quiénes gusteis de Eduardo Galeano y de estos pequeños relatitos, estas pequeñas historias, una para cada día del año.


Agosto
12


Atletos y atletas

En 1928, culminaron las olimpiadas de Ámsterdam.

Tarzán, alias Johnny Weissmuller, fue campeón de natación y Urugay, campeón de futbol. Y por primera vez la llama olímpica, encendida en una torre, acompañó las jornadas del principio al fin.

Pero estos juegos resultaron memorables por otra novedad: por primera vez, participaron mujeres.

Nunca, en toda la historia de las olimpiadas, desde Grecia en adelante, se había visto nada igual.

En las Olimpiadas griegas, las mujeres tenían prohibido competir, y ni siquiera podían asistir a los espectáculos.

Y el fundador de las olimpíadas modernas, el Barón de Coubertin, se opuso a la presencia femenina mientras duró su reinado:

-Para ellas, la gracia, el hogar y los hijos. Para ellos, la competición deportiva.

Eduardo Galeano
"Los hijos de los días"



Pues qué pena que el Barón de Coubertin no pueda ver nuestros resultados de estas Olimpiadas... ¿No?
 Y eso que yo de deportista tengo muy poco, ya me gustaría a mí tener la disciplina que tienen estas mujeres para cultivar su cuerpo. Un sobresaliente para ellas.


viernes, 27 de julio de 2012

La locomotora de Praga - Eduardo Galeano - Hoy día de Olimpiadas...





Hoy día de Olimpiadas, dejadme que os copie este fragmento del día de hoy del último libro de Eduardo Galeano. Ya os he comentado que tiene un relatito para cada día, y que me gusta mucho. Bueno pues es de hoy, muy apropiado...

Julio
27


La locomotora de Praga


Hoy culminaron, en Helsinki, las Olimpiadas de 1952.
Emil Zatopek, imbatible corredor de fondo, fuerte y veloz como una locomotora, ganó tres medallas de oro.
En su país fue declarado héroe nacional y se le otorgó el grado de coronel del ejército checoslovaco.
Unos años después, en 1968, Zatopek apoyó la insurrección popular y se opuso a la invasión soviética.

Y el que era coronel fue barrendero.


Los hijos de los días
Eduardo Galeano