Ilustración de Cin Wololo |
Ahora que todos los días son raros.
Ahora que dicen que es primavera pero en Madrid el día es gris y llueve despacito.
Ahora que este marzo es tan triste y en el metro vamos, cuando no nos queda más remedio que ir, a tres metros uno de otro, con mascarillas algunos, con guantes casi todos, mientras la megafonía dice que nos extendamos por los ándenes, alejándonos al máximo los unos de los otros.
Ahora que todas las tardes salimos a las ventanas a aplaudir a los que nos cuidan, a los que nos curan.
Ahora que parece mentira que en Madrid estemos muriendo tantos, incluso en los pasillos, porque no llegan los respiradores para todos.
Ahora que dicen que es el día de la Poesía y del Síndrome de Down, y de los bosques y de no se cuántas más cosas, cosas grandes por las que luchar, pero no debemos salir de nuestras casas. No debemos.
Ahora que ya no nos dejan abrazarnos,
quizá sea el mejor día para compartir una historia preciosa de un libro titulado "El Libro de los Abrazos" donde habla de gente pequeña pero grande, gente que no es más, ni menos, que un mar de fueguitos.