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domingo, 7 de mayo de 2023

Paseo por el distrito de Barajas. Visita guiada

 



En estas incursiones por los barrios de Madrid a los que me dedico en cuánto tengo un poquito de tiempo, hace nada estuve con una visita guiada paseando por el distrito de Barajas. 

Lo conozco un poco, así que en general no me era un paisaje nada ajeno. Pero siempre uno aprende algo que no sabías.

La visita se centró sobre todo en el casco antiguo de Barajas que tiene mucho todavía del Barajas del siglo XVI. Esto dió pie a la guía para que nos contara un poco los orígenes históricos de Barajas que aparece documentado como Señorío desde las guerras de Enrique II de Trastamara con su hermanastro Pedro I el Cruel, o el Justiciero, según fueras partidario o no. De ahí pasaría a ser, junto con la Alameda, el Señorío de Barajas y la Alameda, y formaría parte de los dominios de la familia Zapata, por una donación. Hasta el siglo XVI que pasaría a ser Condado.

Nos contaron que el pueblo de Barajas forma parte de Madrid desde el año 1949, y desde el año 88 funciona como un distrito independiente, antes formaba parte del de Chamartín. Hay dos hipótesis para el nombre, la primera dice que "Barajas" tiene raiz mora, de la época que los moros estaban en Castilla y vendría de "Baraxa", y éste de "Bar" "Axa", hijo de Axa que sería un nombre propio de la madre del dueño y señor de estas tierras. Y luego hay otra hipótesis que señala que tendría origen en "Varajas" con "v" por una planta, siempre ha sido una zona con mucha agricultura.

La visita comienza en la Plaza de Mercurio donde está la Junta Municipal, y de ahí nos llevaron a conocer la parroquia de San Pedro Apostol donde no podíamos entrar porque estaba cerrada pero desde la reja pudimos admirar el retablo y los pasos de la Semana Santa que deben merecer bastante la pena. Fue fundada en el siglo XVI, y reconstruida en 1954. También vimos que hay una lápida sepulcral antes de entrar de una mujer llamada "Lucía" y parece estar datada en el año 1490.

Iglesia de San Pedro de Barajas
 

 

Iglesia de San Pedro de Barajas

No se puede contar con detalle lo que fue una hora y media de paseo por ese distrito mientras la guía nos contaba, lo que sí os puedo decir es que se trata de un lugar con muchos contrastes. Desde su plaza mayor porticada que nos traslada inmediatamente a su esencia de pueblo, de villa antigua de cinco siglos atrás, hasta su proyección de futuro con un aeropuerto que no deja de crecer.

En nuestra visita, como os decía, enseguida paseamos por su plaza porticada, que a mí me parece singular y acogedora. Con sus columnas, sus techumbre de maderas, y como era un pueblo con mucha agricultura, lo que se traducía en muchas tahonas que han desaparecido, el recuerdo de alguno de ellas todavía pervive en su plaza. Callejeando por los alrededores de esa plaza encontramos casas de la vieja burguesía, casas de estética neomudejar practicamente lindando con casas blancas de grandes portones que muestran su pasado como casas labriegas. 

El paseo nos llevó hasta las proximidades del aeropuerto, que claro está bien cerca, donde nos contó la guía por qué gano Barajas, en la primera mitad del siglo XX, antes de nuestra guerra civil, el privilegio de que se construyera en sus tierras. También ahondando en este tema, fuimos después a visitar la Colonia Nuestra Señora de Loreto en la calle Las alas, como no podía ser de otra forma. Fue la primera urbanización proyectada en los años 50 para viviendas de los trabajadores del aeropuerto. Ya en otras entradas del blog hemos hablado de otras colonias para trabajadores en otros barrios de Madrid, como las ya comentadas en Arganzuela para ferroviarios o trabajadores del Matadero, o la de la Prensa en Carabanchel.

Aquí llegamos hasta la de Nuestra Señora de Loreto, con su plaza central también porticada donde se concentran los establecimientos comerciales, y la poca altura de sus edificios donde están las viviendas de diferentes tamaños. A lo largo del tiempo ha tenido alguna ampliación para otros trabajadores y además varios proyectos de rehabilitación que fructificarían a principios de los 2000.

Y por último nos acercamos hasta la ermita de Nuestra Señora de la Soledad que data del siglo XVII. Pero que ahora se ha quedado encerrada entre un laberinto de carreteras que hacen que su acceso sea más complicado. 

Bueno, pues fue una visita agradable donde los compañeros que no conocieran Barajas pudieron llevarse una idea de sus contrastes y de su historia. Y aunque yo ya la conocía, estuvo bien para pasearla despacio y conocerla con más detalle.


 


Plaza Mayor de Barajas

Centro cultural Villa de Barajas



 
Colonia Nuestra Señora de Loreto








Ermita Nuestra Señora de la Soledad

lunes, 1 de mayo de 2023

Arganzuela: "Al calor de la Industria". Visita guiada por Madrid

 


Cada vez me gusta más ser turista por mi propia ciudad. Bueno más que turista, creo que debería decir viajera. Me gusta conocer cualquier barrio, que me lo cuenten, saber de su historia, su pasado y su presente. Y para eso vivir en Madrid es una suerte, Madrid no termina nunca.

Terminé este abril conociendo un poco más el distrito de Arganzuela. No es la primera visita que hago por allí, porque conocerlo de la mano de "Miguitas" es todo un placer. "Miguitas" es un programa de recorridos urbanos por ese distrito que te ofrecen visitas de dos horas explicandote con detalle el entorno gracías a guías muy preparados y bien documentados.

Terminé abril con la visita titulada "Al calor de la industria", donde nos contaron el nacimiento del barrio, hablándonos del patrimonio industrial que fue creciendo en torno a la estación de tren de Delicias y Atocha. 

La visita comenzó, como todas, en la antigua fábrica de cervezas y hielo El Águila, sede ahora de la Biblioteca y Archivo Regional de la Comunidad de Madrid. Está muy bien conservada en su conjunto alternando los edificios antiguos con los nuevos. 

Nos lo contaba un guia que era arquitecto así que nos hablaba de un montón de detalles que claro una, tan de letras, ni idea... Daba gusto. Ojalá mi memoria no estuviera tan llena para haber almacenado cada frase que decía. En la fábrica de El Águila nos detallaba dónde estaba el edificio del grano y la chimenea, dónde las oficinas... En fin que te hacía fijarte bien en sus partes, su estética, lo que se había conservado, lo que no, muchos detallitos que de otra forma, te podrían pasar desapercibidos. 


De ahí saltamos en la explicación deteniéndonos en frente de la antigua fábrica de Standard Eléctrica, proveedora de la Compañía Telefónica de España. Nos señalaba sus enormes ventanas cuadradas tan americanas, como todo el edificio, ya a simple vista tan diferente de la estética neomudejar de El Águila. Hoy este edificio también es de la Comunidad de Madrid.

Después nos fijamos en los antiguos almacenes de la Compañía Arrendataria de Tabacos en la calle General Lacy. Hoy es de Repsol. Y muy cerca nos detuvimos en los edificios de viviendas para trabajadores que se iban haciendo cerca de las fábricas. Ya hemos hablado en otras entradas del blog de las colonias de los ferroviarios de Tomás Bretón, o la Colonia del Pañuelo, pues bien estas viviendas son anteriores. 






 Nos detuvimos también en ese edificio de vecinos, el único del recorrido, que hay en la misma calle Delicias que es muy curioso, y me enteré de que era una antigua harinera, la antigua harinera La Estrella. No tenía ni idea. La entrada sigue siendo tal cual era. 

 

No quiero extenderme mucho, porque tampoco es plan. Así que de forma somera os diré que después estuvimos parados delante de la Central Telefónica de Delicias, una de las primera centrales del país donde había trabajado la abuela del guía como telefonista y que tuvo que dejar cuando comenzó a tener hijos, nos contó. Las mismas ventanas cuadradas de la estética americana, salvo que este arquitecto siempre colocaba algún detalle del lugar dónde estaba, en este caso el rosetón del frontón. De ahí al antiguo Mercado de Frutas en Santa María de la Cabeza, y de ahí a la antigua fábrica de lámparas Osram, de la que solo se conserva la parte central y ahora es la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo, y al antiguo Laboratorio central de Sanidad Militar que ocupa toda una manzana y que ahora mismo creo que no tiene ninguna función, pero que se contruyó en 1920. Un siglo, ahí es nada, y ahí sigue.  





 

No puedo extenderme más. Pero da gusto advertir el rastro de la gran industralización de la zona como consecuencia de la cercanía de las estaciones de tren. Muchos de los grandes edificios que ahora conocemos han sido importantes fábricas construídas a finales del siglo XIX o en el primer tercio del siglo XX, antes de la guerra civil. Fueron importantes entonces y siguen siéndolo ahora, aunque están dedicadas a otros menesteres y siguen siendo parte de la fisonomía de ese barrio.

Fue una visita muy instructiva, donde nos contaron muchas cosas en dos horas largas. Hablamos de importantes arquitectos como Antonio Palacios, Pedro Muguruza o Cárdenas entre otros, gracias a los cuales tenemos estos edificios y otros muchos de Madrid.  

En conjunto fue una visita muy entretenida, donde aprendimos mucho, se pasó volando. Mientras no llegue el momento de viajar más lejos, viajar por la ciudad de una misma y seguir conociéndola, es muy enriquecedor. 


 

viernes, 14 de abril de 2023

Viernes

 


Me habría gustado decirte que hoy hasta el cielo sabía que era viernes. 

Decirte que incluso las flores se asomaban para verle.


Me habría gustado decirte que hoy el cielo tenía voluntad 

de lienzo y gasa,

de embeleso, de desgana,

de piel,

de resaca.

 

Hasta el cielo sabía que era viernes.

 

Y tú,

que ni rimas, ni vienes.

 



 

viernes, 31 de marzo de 2023

Homenaje a Miguel Hernández frente a su antigua casa en Madrid. Tertulia Literaria Rascamán

 




Hay martes que nacen con vocación de ser distintos. 

El pasado 28 de marzo, una parte de la tertulia Rascamán cogimos nuestros bártulos: voz y textos, cámaras y sobre todo ésta locura transitoria nuestra por todo lo que huela a papel y letras, y nos trasladamos a homenajear al poema Miguel Hernández en el 81 aniversario de su muerte.

Nuestro compañero más longevo, el poeta Aureliano Cañadas, había organizado el acto junto con P.C.M. y nos capitaneó (¿debería decír "lío"?), como tantas veces, para que les acompañásemos.

Se iba a desarrollar frente a la casa donde había vivido Miguel Hernández, antes de que se construyese el bloque que hay ahora, y donde han colocado una placa que lo recuerda, en la esquina de la calle Cartagena con Francisco Navacerrada, en Madrid. 

Estuvo bien. Curioso. Un martes, a la siete de la tarde, imaginaos que trasiego en esa esquina y unos que se han plantificado en mitad de la calle ¡a leer poemas! En Madrid se ve cada cosa... Pero que sepáis que la gente que pasaba se detenía unos momentos y varios se quedaron hasta que terminó, formándose un corrillo majo.  

Primero se colocaron un par de claveles en la placa, y después ya empezaron a leer e incluso cantar (nuestro compañero Juan Calderón) los poemas del poeta.

Por nuestra parte participaron: Aureliano Cañadas, como os decía Juan Calderón (poeta, actor, artista...) y también Javier Díaz Gil, coordinador de nuestra tertulia y también poeta.

Y con ellos estuvimos varios compañeros literarios que, después del trabajo, nos pasamos por allí para regalarnos un martes diferente. 

Ya sabeis lo que decimos siempre: Una cosa es la que nos da de comer y otra la que nos alimenta.










jueves, 30 de marzo de 2023

Arturo Soria y su Ciudad Líneal

 


‘Para cada familia una casa. En cada casa, una huerta y un jardín’

 

D. Arturo Soria, de pie y parado muy cerca de dónde un día estuvo su casa (Villa Rubín), me saluda discretamente siempre que nos cruzamos. El caballero es educado, y parece mentira que se de cuenta de que paso por su lado, no solo por el trajín de coches y ruido que hay siempre en ese cruce, sino porque le suelo encontrar ensimismado, presumiblemente cavilando historias de su Ciudad Lineal. 

Hace poco más de cien años que murió (Madrid, 15 de diciembre de 1844 — Madrid, 6 de noviembre de 1920), en realidad va para ciento tres inviernos que cerró el ojo, sin embargo no descansa, pendiente siempre del devenir de su proyecto, oteando el infinito desde la calle que lleva su nombre. 

"Ya no estamos a las afueras Don Arturo -le digo por no pasar siempre de largo y de paso eludir el manido tema del tiempo-. Y estará usted espantado con tanto coche, no se lo reprocho..." 

El señor Arturo asiente cabizbajo. 

"Pero no todo es malo -continúo- de aquel primitivo primer tramo de 5,2 km de largo por 40 de ancho, entre la carretera de Aragón y Pinar de Chamartín, nos ha quedado la calle que lleva su nombre. No atraviesa Europa, ni llega hasta San Petersburgo ni Pekín, como usted pretendía. Tampoco ha logrado unir Pozuelo a Fuencarral, pasando por Villaverde, Carabanchel, Vallecas, Vicálvaro o Canillas. Hubiera estado muy bien, es verdad. Pero es una calle espaciosa con árboles centenarios, muchos colegios, empresas, un centro comercial, un hospital, varias Iglesias... ¿No le gusta?

"Gustar, gustar..." -duda don Arturo entre la sinceridad y la diplomacia.

"Hombre caballero, ya sé que no es exactamente lo que usted había pensando cuando quería aunar campo y ciudad, ruralizar la vida urbana, y hacer a ambos lados las viviendas con su jardín. Pero mire a su alrededor, sigue conservando la esencia de su proyecto de Ciudad Líneal."

"¿La esencia... dice?" -replica D. Artturo.

"Sí. No sea escéptico y hágame caso, la conserva. No se me escapa que usted quería un lugar más higiénico y habitable, y de verdad se lo digo, esta parte de Madrid habitable es, aunque también le digo que cara también, bien cara no le voy a engañar..."

"Al menos mi casa sigue en pie" -me contesta D. Arturo mirando a su espalda.

"Siii, su casa es ahora  Residencia para Menores de la Comunidad de Madrid. Imagínese... No lo habría pensado nunca ¿Verdad D. Arturo? cuando vivía aquí con su familia."

"Pues es verdad, nunca lo habría imaginado, pero no me parece mal, al menos sigue en pie."

"Pues sí, algunas otras también se conservan todavía. Mire está Villa Hispana o Villa Alma, está Villa Rosario, está la Iglesia de Ntra Sra de la Concepción, o el Colegio de Huérfanos de la Armada..."

"¿Ah sí? Pues me reconforta saberlo. Me reconforta mucho. Y ahora me gustaría seguir pensando en mis cosas..." Y después de hacerme un leve ademán de despedida, alzó su cabeza y siguió mirando al frente como si tal cosa. Así que me tuve que despedir de él.

"Claro, claro D. Arturo, ya le dejo. Yo voy a seguir mi caminata."

Un señor peculiar D. Arturo Soria. Muy peculiar. Pero ahí sigue, contra viento y marea, en su utópica Ciudad Líneal. 

"Venga mujer que se le hará tarde..." 

"Sí, sí, D. Arturo ya le dejo..."








martes, 17 de enero de 2023

17 de enero: San Antón.

 


 


Hoy, 17 de enero, los protagonistas eran ellos.
Y allí estaban, esperando pacientemente su turno en la cola para entrar en la Iglesia.
Casi quietos, mirando todo con interés, reconociendo a sus iguales, oliéndose los unos a los otros, quizá incluso hasta saludándose, sin perder ni aplomo ni tranquilidad.
Era su día.
¿Lo sabrían?

Cuentan que en una ocasión a San Antonio Abad se le acercó una jabalí con sus jabatos y el santo los curó. Por ello, siempre se le representa con unos cerdos.
San Antón, patrón de los animales, en la Iglesia de Madrid que lleva su nombre, les bendice cada 17 de enero. Según la tradición, de esta manera se da a los animales salud y protección para el año que acaba de llegar.

¡Y cuánto de animal llevamos dentro! 

Así que yo también he ido.
Por si acaso.





 


domingo, 11 de diciembre de 2022

"Frontón Beti Jai" de Madrid

 


 Hace tiempo que mi ciudad y yo tenemos un trato. 

Si yo no voy por la vida quejándome de sus carencias o flaquezas, ella siempre tendrá reservado para mí un tesoro. 

Ese viernes de diciembre llovía sobre Madrid sin consuelo, sin embargo mi querida ciudad me tenía reservado el placer de conocer uno de sus "Palacios del deporte", como dijo la guía. Me encantó saber que de edificios como el que estaba a punto de conocer provenía tal expresión: "Palacio del deporte": Un lugar con fisonomia exterior de palacio neoclásico, cubiera decorada de neomudejar y un interior dedicado a esta actividad, en este caso a la pelota vasca. Porque, es increible, pero hubo un tiempo que en Madrid era muy importante este deporte.

Ese viernes, pude conocer el Frontón Beti Jai, un superviviente semioculto en la calle Marqués de Riscal, en pleno Chamberí, pero que durante muchas décadas pasó tan desapercibido que casi lo perdemos, a pesar de ser un lugar más que centenario y de que su peripecia cuente tanto de nuestra historia.  


Fue inaugurado en 1894, en lo que entonces eran las afueras de la ciudad. La moda nos vino porque la Regente María Cristina de Habsburgo-Lorena, la viuda de Alfonso XII, en el 1887 había comenzado a veranear en San Sebastián buscando unos ambientes más aireados con sus balnearios y sus chorros. Y la Regente se enamoró de aquella ciudad y sus costumbres.

A partir de ahí se multiplicaron los frontones de pelota vasca en Madrid, y éste de nombre "Siempre fiesta" o Beti Jai tenía una capacidad para 4000 espectadores y costaba 3 pesetas entrar para disfrutar de sus pelotaris. Teniendo en cuenta que por aquel entonces el sueldo de un obrero era de 7 pesetas, imaginaos... 


 

Pero dicen que por las apuestas llegó la corrupción, y al final el Beti Jai, que tenía otros frontones que le hacían la competencia mucho más céntricos, tuvo que cerrar en lo que se refiere a la actividad para la cual había sido construido solo unos poquitos años más tarde. A partir de ahí empezó a ser utilizado para mil y una actividades. Y yo que me preguntaba qué nos iba a contar durante una hora la guía de un frontón, resulta que me quedé fascinada del destino tan accidentado que tuvo el Beti Jai.

No puedo contaros con mucho detenimiento su trayectoria y declive, nos alargaríamos demasiado. Pero que sepáis que en él, después de abandonarse su uso estrictamente para la pelota vasca, hubo competiciones de esgrima, de hípica y otros deportes. También sirvió como taller de experimentación de prácticas de aviación por el famoso Torres Quevedo. También fue de la Harley- Davidson. En algún momento fue almacén de aceitunas, también escayolas. Después se utilizó para mítines políticos por su acústica tan lograda y su amplio espacio. Más tarde en la guerra civil casi no resultó agraviado y terminó siendo utilizado como Checa. Y después de la guerra como sede de Falange, y de la Sección Femenina. En los años siguientes terminaría siendo sede otra vez del mundo del automovil, como de una conocidas Carrocerías y luego de Citroen. Claro todos estos cambios repercutieron en su fisonomía interior. Incluso tuvo sus épocas de abandono total donde lo ocuparon los bichos y la maleza. Épocas en las que se colaban algunos indigentes y okupas. El pobre Beti Jai que había sido tanto casi se pierde. 

 


 


 

Gracias a una plataforma vecinal, y a distintas cadenas de televisión que hicieron ruido mediático, finalmente las Administraciones Públicas consiguieron sacarlo de la especulación y catalogarlo como Bien de Interes Cultural empezando su rehabilitación, que aún no ha concluido.  

Y ahí lo tenemos palpitando de nuevo como fue, encerrado entre edificios que fueron construyendo a su alrededor, pero restaurado conserva el brillo de su antiguo esplendor. 


 

 


 No me digais que no tengo un buen trato con mi ciudad.


 

#Fronton Beti Jai

#Madrid

- Las fotos antiguas las he tomado prestadas de internet, proceden del Archivo Regional de Madrid, o del Colegio de Arquitectos.