Os estaba contando en la entrada anterior, que los compañeros de la tertulia literaria Rascamán nos habíamos escapado a Alaquás, un pueblecito valenciano, a hacer un recital en su fantástico Castillo que está en mitad del pueblo y dedican a toda clase de actos culturales.
En la entrada anterior os he ido presentado a los compañeros que leyeron en la primera mitad. Y en esta entrada quería que conocierais a los que leyeron en la segunda parte. Después de la actuación musical salió Cinta R. Guil.
Cinta R. Guil, nuestra maestra, también escribe muy variado. Escribe poemas, relatos, cuentos infantiles e incluso novela. Lleva un taller de adultos de creación literaria y es una escritora incansable.
Carlos Ceballos, tiene un poemario publicado y ahora está preparando su segundo. Nos leyó un par de poemas. Carlos es muy concienzudo con lo que escribe. Tampoco vive en Madrid, pero comparte nuestras reuniones desde el zoom.
Después leyó Luis M. Gil uno de sus documentados poemas de navegantes. En estos días está preparando un poemario sobre el mar. Escuchando a Luis no me cuesta nada verme dentro de un navío entre bucaneros luchando a brazo partido como si estuviera en la novela de Melville. Es increíble lo bien ambientados que están sus escritos.
Con Ana González, AnaGonz, le tocó el turno a la poesía de nuevo. Ana escribe poemas también en gallego. Son muy especiales esos poemas con esa música tan particular, son muy evocadores. En esta ocasión nos leyó varios en castellano.
A continuación salió Celia Cañadas, profesora de secundaria y también poeta. Los poemas de Celia son también extraordinarios, diferentes, muy cultos.
José Antonio Carmona, qué talante más conciliador tiene. Gracias a él la tertulia ha publicado dos libros de nuestros textos reunidos. Y su poesía es cotidiana y entrañable y tiene aroma. Tiene unos personajes en ellos, como Matilde, que a mí me tienen robada la voluntad. En esta ocasión leyó un par de ellos, distendidos, escuchad un pedacito de la dedicada a Cibeles.
A continuación me tocó a mí. Como yo solo escribo prosa, y no podía llevar un relato largo, opté por llevarme dos relatos cortitos. No se puede explicar esa sensación de cuando desde ahí arriba del escenario, tú vas desgranando tu historia delante del micrófono y al mirar las caras atentas sientes que te están siguiendo...
Y por último salió Mariana Feride, nuestra poeta rumana que nunca pierde la oportunidad de decirnos que nos quiere sea donde sea. Mariana llevaba hasta hace un par de meses la Unión de Escritores Españoles y siempre está inventando actos culturales. Una suerte tenerla entre nosotros ¿Cómo no la vas a querer?
Finalmente despidieron los músicos el acto. Un lujo.
Antes de irnos nos hicimos la foto de grupo con los poetas de Alaquás, los del grupo de Omega.
Y hasta aquí la reseña del último recital de Rascamán. Somos muchos más, pero estos fuimos los que pudimos viajar y reunirnos. Cómo disfrutamos de nuestra escapada literaria. El castillo de Alaquás es un lugar único para leer. Fue un viaje breve pero intenso. Y tras un cafetito en la playa de la Malvarrosa volviamos a Madrid charlando tranquilamente.
La felicidad es pasajera, la encuentras en esos pequeños momentos en los que no piensas, simplemente vives la placidez del momento que dura un beso, un rayo de sol en la cara, un café rico, un buen texto, una conversación jugosa... o un día bueno en Rascamán.