Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 24 de septiembre de 2014

"Desde que llegaste" una carta de amor de Rocío Díaz Gómez


Ayer entró el otoño y hoy cuando nos hemos levantado, al menos en Madrid y para que nos diéramos buena cuenta del cambio de estación, el día amanecía gris y lluvioso.

A mí me gusta el otoño. Invita a la nostalgia, es cierto. Pero también junto a sus gotas nos suele traer buenos própósitos para encarar el "nuevo curso" y nos hace reencontrarnos con quiénes somos y con quiénes estamos la mayor parte del año. Por supuesto que seguimos siendo los mismos cuando nos vamos de vacaciones, pero yo creo que somos más "nosotros" en el día a día y en la rutina... aunque sí, es cierto, ésto que acabo de decir podría ser objeto de una larga conversación.

Hoy, que ya es otoño, os quería dejar con una de mis cartas de amor. Este verano, a primeros de agosto, me han dado en el XX Concurso Epistolar de Calamocha una "Mención especial a la originalidad" por ella. 

Espero que os guste.


Desde que llegaste


Se fue el mozo y dije: «Ojalá».
«Ojalá qué».
Me di cuenta de que había conseguido desorientarla.
«Ojalá fuéramos inseparables».
Ella entendió que era algo así como una declaración de amor.
Y era.

Puentes como liebres. Benedetti.



Mi querida compañera,

Cuando nos conocimos confieso que tenerte allí, cada mañana, tarde y noche, a mi lado, pegada a mí, me incomodaba. Te sentía tiesa y altiva. Es más, agradecía en el alma cada vez que me dejaban de espaldas a ti, porque así no tendríamos que pasar horas de frente, en este espacio tan pequeño, que hasta llegué a detestar. Qué ridículo.

Al menos, pronto caí en la cuenta de que tu llegada venía acompañada de otros cambios beneficiosos, y hasta agradables. Sobre todo, agradables. Desde que llegaste, al perro se le olvidó ladrar, salvo de alegría cuando veía como le sacaban a sus horas, sin faltarle ni una sola. El gato tenía siempre comida en el plato y dormía con ronquidos de mascota gorda y feliz el resto del tiempo. Los trastos estaban en su sitio y ordenados. La casa se veía más limpia y olía mejor. Y él… él cada noche y con ella, se iba en silencio y despacio a la cama como alma que levitando asciende hasta el paraíso, y después, cada mañana, se levantaba tarareando o incluso cantando a voz en grito un repertorio que nunca le conocí. Daba gusto verle. Es cierto, tengo que admitirlo. Y sobre todo, y lo que es mejor, tengo que admitir que desde que llegaste con ella, a mí nunca me faltó mi dentífrico. Y es muy de agradecer. Eso y que mi vaso brillara de puro limpio, se lavara y enjuagara cada vez que se utilizara y mi tubo de pasta no se acabara jamás, porque antes de hacerlo ya tenía repuesto esperando a su lado. Sí. Era una novedad importante. Este cuarto de baño, ayer, tan triste, tan caótico y desordenado, parecía otro. Es otro. Porque al principio fueron todos aquellos cambios a nuestro alrededor, pero después llegaron las palabras.

Una mañana, cuando terminó de arreglarse, él, que se levanta primero, le dejó escrito a ella, en el espejo del baño y con la espuma de afeitar, unas palabras de un tal Ángel González: “Si yo fuese Dios y tuviese el secreto, haría un ser exacto a ti”. Nosotros, tú y yo, desde nuestra posición privilegiada, desde nuestro vaso, vimos extrañados como iba escribiéndolo. Yo, que nunca le había visto hacer nada semejante, solo acerté a sorprenderme y a calibrar cuánto ella se enfadaría. Tú, en cambio, sentiste piel de gallina en tu corazón de plástico, se te erizaron todos tus pelitos, y si hubieras podido hablar habrías dicho muy bajito: “Jo, quién fuera ella...”. A la mañana siguiente él, cuando terminó su aseo, volvió a escribirle a ella, otras palabras, de nuevo con la espuma de afeitar y esta vez de un tal García Montero: “Yo te estaba esperando, más allá del invierno, en el cincuenta y ocho, de la letra sin pulso y el verano de mi primera carta...”. Nosotros, de nuevo desde nuestro palco de cristal, fuimos espectadores de excepción. Yo, que nunca le había visto tan entregado a nadie, empecé a verle con otros agujeritos. Tú, de color rojo, además de ver erizados todos tus pelitos, parecías aún más encarnada de puro bochorno, como si aquellos versos de amor fueran para ti. A la mañana siguiente, él se despertó muy temprano, y volvió a escribir, está vez firmando como un tal Galeano pero siempre con la espuma de afeitar: “No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta”. Yo, aún sorprendido de que tuviera tantos amigos que le pudieran chivatear esas palabras tan bonitas para decírselas a ella, sentí en mi pecho de plástico un cierto orgullo de ser su cepillo. Tú, dejando escapar una especie de suspiro por entre tus pelitos, sobrecogida, emocionada, casi te abrazaste a la pasta de dientes de tanto como te juntaste a ella. Y ahora creo que fue ahí, justo ahí, cuando sin darme cuenta, deseé con toda mi alma dental ser ese tubo de pasta, cuando casi muero de celos y de ganas por sentirte tan cerca de mí. Yo, que no te quería a mi lado…

Mi querida compañera, yo sé que solo soy un viejo cepillo de dientes, al que pronto desecharán porque ese solterón ahora cantarín, nunca me trató muy bien. No hace falta más que ver mi mango desgastado y el poco lustre que tienen mis escasos, desordenados y ásperos pelitos. Antes era de color blanco, ahora solo parezco canoso. Tú en cambio, luces espléndida con ese rojo brillante, aún conservas todos tus pelitos y casi brillan de puro nuevos. Sí, solo soy un viejo cepillo, pero si tú supieras lo que yo daría por ser la boca de ella y sentirte pasear despacito por entre mis dientes, mis encías, deslizarte sobre mi lengua. Si tú supieras lo que yo daría ahora por estar siempre de frente a ti, por poder tocarte teniéndote aquí tan cerca, lo feliz que me siento de poder compartir mi humilde vaso contigo. De verdad, si lo supieras... Es tan triste estar aquí tan cerca de sus palabras y no poder decírtelas… Porque mi amor, si  yo tuviera esa maravillosa capacidad de poder decirte las cosas, y de hacerlo cómo lo dicen estos humanos, te diría lo que le ha escrito hoy: “Ojalá...” Y si tú pudieras contestarme entonces me preguntarías: “¿Ojalá qué...?” y entonces yo me armaría de valor y casi acariciando las palabras, casi susurrándotelas por entre estos pelillos ralos, te respondería con las palabras de ese tal Benedetti tan sabio: “...ojalá fuéramos inseparables...”. 

Tuyo siempre, el otro cepillo de tu vaso.


©Rocío Díaz Gómez



martes, 23 de septiembre de 2014

Otoño...



Otoño

No quedaban libros… en las casas, ni en las bibliotecas, pero en cada rama de cada árbol se veían pequeños libros creciendo. El pueblo entero esperaba ansioso la llegada del otoño.

María Bellido Vargas (Madrid, 1970)
Ganadora del I Concurso de Microrrelatos SMs
Marzo 2010

lunes, 22 de septiembre de 2014

Museo Histórico de la Guerra Civil Española 1936-1939, Centro de Estudios de la Batalla del Ebro (CEBE).


Hoy es el último día entero del verano de 2014. Y tengo muchas entradas pendientes de esas que han surgido en estos meses veraniegos que contaros. El tiempo no para y en cuánto me descuido ya tengo fila, así que vamos a ponerle remedio. 

Este verano en una visita que hice por tierras de Teruel me acerqué a ver un Museo que me gustó mucho en Tarragona, exactamente en Gandesa. Y digo que me gustó no por la temática, sino por cómo está montado.Me estoy refiriendo al Museo Histórico de la Guerra Civil Española 1936-1939, el Centro de Estudios de la Batalla del Ebro (CEBE). O lo que es lo mismo el Museo Memorial de la Batalla del Ebro.

Dicha batalla dejó una marca muy profunda en los habitantes de esta zona que ha pasado de generación en generación con sus historias y anécdotas. Además el que se desarrollara tan cerca, ha dado lugar a que quedaran por todas partes restos de la contienda, metralla, armamento, equipamiento... Durante años los vecinos y coleccionistas han ido recogiendo restos de todo ello, y con esos objetos de aquella época se ha constituido este museo. Es un Museo sobre esta batalla que se desarrolló en esa zona y que de la que el CEBE quiere mantener el recuerdo para que no se vuelva a repetir.

Está salpicado de paneles clarificadores, muy explicativos que ilustran la época y nos proponen un recorrido por ella atendiendo a cuatro miradas: la vida cotidiana, la recogida de metralla, la economía del intercambio y el estraperlo y la vida política y social. 

Me gustó mucho cómo está montado, es muy claro, muy explicativo, muy visual. Tiene un montón de objetos de aquella época y los paneles eran muy interesantes.















Hay un apartado para explicar también cómo ha cambiado la historia del edificio que alberga este Museo. Son las viejas escuelas. Y su historia nos cuenta cómo cambió la vida a raíz de la guerra y años posteriores. Por supuesto en cuánto estalló la guerra el edificio se vació de niños, y se convirtió primero en Hospital del bando republicano y después del bando Nacional. Una vez terminada la guerra, la vida volvió a su normalidad y otra vez el edificio se llenó de niños, pero ahora separando las aulas en niños y niñas y con la enseñanza marcada por el pensamiento único del Régimen Franquista. Después se convirtió en Instituto de BUP y después se abandonó hasta los 90. En marzo del año 99 el edificio empezó a seguir su andadura como sede del Centro de Estudio de la Batalla del Ebro (CEBE).





Hay también un audiovisual con  las historias de algunos de los protagonistas. Son las voces en primera persona de aquellos tiempos donde el miedo, el dolor, el exilio se convirtieron en el día a día. Recuerdos de familia, historias personales de un tiempo en que las ideas "tenían premio y castigo" decía uno de esos paneles.

Me gustó especialmente este panel sobre las palabras que también os dejo:


En fin, que fue una visita muy interesante. Mucho.

domingo, 21 de septiembre de 2014

"Manosanta" de Eduardo Galeano



Manosanta

El doctor no tenía secretaria, y creo que ni teléfono tenía. El consultorio, sin música funcional, ni alfombra, ni reproducciones de Gauguin en las paredes, no tenía más que una camilla, dos sillas, una mesa y un diploma de la Facultad de Medicina.

Él supo ser el sanador más milagroso del barrio de la Boca. Este científico curaba sin pastillas, ni hierbas, ni nada. Vestido de entrecasa, empezaba por preguntar:

- Y usted, ¿Qué enfermedad quiere tener?

Pag. 282
Bocas del Tiempo
Eduardo Galeano

jueves, 18 de septiembre de 2014

"Por septiembre..." Luis García Montero



Por septiembre
se te llenan de sótanos los labios
y es relativo el cielo
después de haberte visto preguntarle a la vida.
Pero también el cielo,
arrugado y preciso
como tu cazadora adolescente,
quiere estar entreabierto,
brillar recién amado,
descansando en la hierba
el peso de su larga cabellera de nubes.

Por septiembre
se te llenan de humo los síes en la boca.


Luis García Montero

martes, 16 de septiembre de 2014

"Bajo los tilos" María José Moreno




"En la vida y en la muerte todo tiene un porqué, al menos eso pensaba hasta hace una semana..."

Este verano, entre mis lecturas, ha estado el libro "Bajo los tilos" de María José Moreno.

Es una novela corta que se lee bien, la verdad, de un tirón, porque su prosa es sencilla y va fluyendo sola. No está mal. 

Desde luego tengo que reconocerle a la autora que está bien escrita. Comenzando ya por el arranque, la primera frase que encabeza esta entrada donde sabe plantearnos un buen montón de interrogantes desde el principio. Por otra parte, la escritora ha sabido dosificar los ingredientes de la intriga y aplicarle el ritmo necesario para no perdernos como lectores, y eso no es fácil, claro que no. Todo eso es muy positivo. 

Pero no es una de esas novelas que uno no va a olvidar, porque creo que en cuánto al argumento parece que se queda un poco en la superficie de la historia. Se podría ahondar mucho más en varios aspectos de la misma para explorar más la emoción, en mi opinión, porque es una historia intimista que habla de sentimientos.

Bueno pero vamos por partes. 

El argumento es: Elena, un ama de casa muy apegada a su casa y a su familia, ha muerto en un avión rumbo a Nueva York de un infarto. Ha sido una sorpresa para toda su familia, que ha abierto un montón de interrogantes: ¿Qué hacía volando ella sola? ¿Dónde iba? ¿Por qué? Poco más tarde su hija, Elena, descubre en un bolsillo de sus ropa una nota misteriosa... a partir de ahí todo su afán será desvelar todo el misterio.

 Es una novela de las que llamamos "de saga". Porque habla de la historia de una familia, algo de los abuelos, de los padres, de los hijos...

El tema, que podríamos extraer de la historia, es de si realmente conocemos a nuestros padres, desde luego, y por extensión a los que nos rodean. Es un tema muy interesante.

Está escrito en primera persona, lo cuenta María, la hija de Elena. Y ya os decía que la prosa de la autora es cuidada, es sencilla, y de vez en cuando intercala muchos diálogos que hacen que la historia vaya más fluida. Esta dividida la novela en capítulos muy cortos. 

«14 de febrero 2007
Nunca he podido olvidarte. Nueva York es muy grande y sigo solo. Siempre te esperaré. "

Está ambientada en la actualidad.

Los personajes no son muy complicados. Son personas normales y corrientes, del montón. Pero perfilados por el autor de forma un poco plana, para mi gusto. Creo que se les ve venir de lejos... Tienen mucho más peso las mujeres que los hombres, éstos quedan relegados a secundarios de la historia. 

Bueno pues lo dicho. Si quereis leer una historia corta de sagas familiares que se lee de forma fluida ésta es vuestra historia. En mi opinión ha sido un poco previsible en su argumento y le falta emoción. Pero le reconozco el mérito a la autora de haber sabido escribir una historia cuidada en su prosa que se lee de un tirón.


"Miro hacia el fondo, a donde mi vista miópica no alcanza. Allí están plantados los tilos, los majestuosos y viejos tilos de troncos anchos, dando sombra al paseo. Los tilos..., sus árboles predilectos."



María José Moreno

María José Moreno nació en Córdoba hace cincuenta y cuatro años. Es médica psiquiatra y profesora titular de la facultad de Medicina de su ciudad natal. Inició su andadura en la literatura de ficción con un relato corto presentado en el 2008 al II Premio Internacional de Relato Breve Universidad de Córdoba, y con el que obtuvo un accésit. En 2009 inauguró su blog literario, Lugar de Encuentro, un importante referente para la publicación de sus relatos. Ha asistido a numerosos cursos y talleres de literatura y escritura creativa.
Bajo los tilos se convirtió desde el momento de su publicación en un fenómeno de ventas en formato digital, con más de seis meses en el top 100 de ebooks más vendidos.

domingo, 14 de septiembre de 2014

El "sarrablés" O el Aragonés del Serrablo


 Continúando con la entrada anterior en la que hablábamos del Museo Etnológico de Sabiñánigo (Museo Ángel Orensaz y Artes del Serrablo) que visité este verano en el Pirineo Aragonés, yo quería dedicar una entrada única al lenguaje. Ya sabéis cómo me gustan estos temas, porque son nuestra cultura, nuestra riqueza, nuestras señas de identidad y deberíamos hacer todo lo posible por no perderlas.

En este Museo, que cómo os comentaba nos pareció tan interesante, dedicaban algunos paneles al lenguaje, y más concretamente a El Sarrablés.

El sarrables es una variedad del dialecto aragonés, es el aragonés del Serrablo. Un dialecto que procede del latín.  

El español es la lengua oficial de España. Pero tenemos más lenguas: El catalán (en Cataluña y las Islas Baleares), el valenciano (en la Comunidad de Valencia), el gallego (en Galicia) y el euskera (en el País Vasco), son las otras lenguas oficiales que se hablan en España y, por lo tanto, también son la lengua de las universidades en estas Comunidades Autónomas junto con el español. Todas son lenguas romances, o derivadas del latín, menos el euskera, más antigua, y de la que se desconoce su origen. 

Por otra parte existe el aranés, dialecto del gascón hablado en el Valle de Arán, que también tiene el tratamiento de lengua cooficial en su territorio.

Por otra parte, el aragonés y el leonés, también proceden del latín, pero no tienen el reconocimiento "oficial" de lenguas, y se les considera dialectos. Tanto al aragonés o baturro como al asturleonés, se los considera en peligro de extinción. También podrían nombrarse el árabe, común entre los españoles de Ceuta y Melilla, o el caló, de origen romaní y empleado por la comunidad gitana de España.

Y por supuesto, el Sarrablés, esta variedad del aragonés minoritaria también está considerado en peligro de extinción.


He encontrado en internet esta defición de la Gran Enciclopedia Aragonesa:

Sarrablés

Contenido disponible: Texto GEA 2000
(Ling.) hablado en el valle del Sarrablo o Serrablo (que, al estar regado por el río Guarga, recibe también la denominación de Guarguera). Hoy está casi desierto y, en los escasos núcleos habitados las personas mayores utilizan —familiarmente, y cada vez menos— vocabulario y giros aragoneses. La fonética es común a la de otras zonas altoaragonesas. En morfología, los artículos son o, a, os, as. La formación del plural se efectúa añadiendo una -s al singular: cochíns (cerdos); los acabados en -er, -ero, lo hacen en -érs (sin pronunciar la r): mullérs, cordérs (corderos). Como demostrativo de segundo término se emplea ixe, ixa, ixos, ixas, que en algunos lugares se pronuncia con ch. Se conservan también los indefinidos bel, bella (algún, -a) muito (mucho), otri (de otro). En el verbo, los imperfectos de la segunda y tercera conjugaciones mantienen la -b- etimológica: quereba, partiba. Los participios acaban en -au/-ada (1.ª conjugación), -íu/ida (2.ª y 3.ª). El complemento pronominal ne/en es muy usado, siendo sus valores los mismos que en otras zonas. (Gramática.) En cuanto al léxico, se conserva muy bien en las denominaciones de la vida agrícola, pastoril y en las relativas a la topografía.


http://www.elcastellano.org/artic/lenguas.htm 
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=11543

viernes, 12 de septiembre de 2014

Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo en Huesca




Hoy quería hablaros de un Museo que conocí en este julio pasado. 

Me estoy refiriendo al Museo Etnológico de Sabiñánigo o lo que es lo mismo el Museo Ángel Orensanz y Artes de Serrablo. Está en Huesca, en el Pirineo Aragonés, en el Puente de Sabiñánigo.




Me gustó mucho. Se trata de dos casas pirenaicas típicas de piedra unidas por un voladizo, con tres plantas cada una, donde vamos recorriendo diferentes aspectos del modo de vida del lugar.Sus objetos, sus costumbres, sus tradiciones, la religiosidad e incluso sus pueblos y rutas.

Además se puede conocer la obra del escultor oscense Ángel Orensanz, miembro del patronato del museo, mediante la contemplación de algunas de sus obras. Después vimos que tenían diversas actividades culturales, como las "charlas al amor de la lumbre" o el Premio Internacional de Escultura Ángel Orensanz.

Es un museo de esos que no son nada aburridos, sino todo lo contrario. Hay un montón de salas sumamente entrenidas. Es muy interesante, la verdad. Os invito a que si estáis por allí pasando unos días, en cualquier momento os acerqueis a conocerlo porque merece la pena.






No me resisto a dejaron con los protagonistas de la visita...



miércoles, 10 de septiembre de 2014

"Una historia antigua" Un artículo de Antonio Muñoz Molina


Me ha encantado y quería compartirlo con vosotros...

Aquí lo tenéis:


http://cultura.elpais.com/cultura/2014/06/19/babelia/1403179487_377420.html


Una historia antigua

En el corazón de cualquier relato está el misterio de lo que no llega a decirse


Cientos de miles de jóvenes en EE UU lucharon en las guerras de la última década, dejando a sus Penélopes detrás. / Reuters / Erik de Castro

"Nos contamos historias a nosotros mismos para seguir viviendo”. Me acordé de esas palabras de Joan Didion conversando con una mujer que probablemente había leído muy poco o nada y que sin embargo era una excelente narradora y hablaba un español empapado de literatura: de novelas sentimentales, de boleros, de telenovelas. Es una mujer de casi sesenta años que no ha tenido mucha suerte en su vida, pero que la cuenta con esa extraordinaria desenvoltura narrativa del habla colombiana, en la que nunca falta el humorismo, y en la que la guasa amortigua o endulza hasta lo más cruel. Emigró a Nueva York cuando era muy joven. Tuvo un hijo con un hombre que desapareció en seguida. Con la esperanza de poder pagarse los estudios de Medicina, su hijo se alistó en el ejército cuando empezaba la invasión de Irak. Lo enviaron allí, y ella dice que le rezaba todos los días al Señor pidiéndole que se lo devolviera vivo y entero. “Dios mío, no me lo devuelvas quemado, o sin piernas, eso no”. Hablaba con él de vez en cuando por Skype y lo notaba trastornado por dentro, horrorizado de lo que veía. “Mamá, esto es el infierno”. Tenía 22 años y se había casado un poco antes de viajar a Irak, “con una gringuita rubia, linda, con los ojos azules”. El hijo la llamó cuando ya solo le quedaba una semana en la zona de guerra. Uno o dos días después de hablar con ella, el blindado en el que viajaba rebotó sobre una mina y murieron él y sus tres compañeros de patrulla.

Años después de perder a su hijo, ella sigue extraviada en el mundo, en una rara viudedad que no le impide teñirse el pelo, arreglarse, vestirse con colores claros y oros, con una casi exuberancia muy habitual en esta zona entre colombiana e indostánica donde vive, Jackson Heights, en Queens. Tenía dolores muy fuertes de espalda y le dieron el disability, como ella dice, de modo que pudo jubilarse y cobra una pensión. Pasa temporadas largas en Colombia, en la ciudad querida de su origen, Pereira. A la entrada de su apartamento hay una estantería baja en la que se alinean ordenadamente zapatillas caseras, calzado de deporte, tacones. En medio del calzado femenino hay unos zapatos grandes masculinos que fueron de su hijo. Para seguir viviendo, esta mujer cuenta lo buen chico que fue siempre, lo estudioso en la escuela, siempre alejado de las malas compañías del barrio, resuelto a llegar a ser un buen médico.

Pero no quiere dar por terminada su vida. Sueña, dice, con encontrar a un hombre que la quiera de verdad, que le hable con dulzura al oído y, si hace falta, le cuente mentiras bonitas. “¿No es eso lo que nos gusta a las mujeres?”, dice medio en broma, entre la guasa y la melancolía, “¿que nos cuenten mentiras?”. Y entonces, ya empapada sin saberlo de literatura, nos cuenta que de joven vivió un gran amor, un verdadero amor, no con el padre de su hijo, sino antes, una vez que se fue a España con todos sus ahorros para buscar trabajo. Él era de Barcelona, pero se conocieron en Canarias. “Recorrimos en su carro las siete islas, una por una”. Terminaban de visitar una isla y embarcaban el coche para explorar la próxima. Buenos hoteles, restaurantes. Luego viajaron por toda la Península, durante un año entero. Dice el nombre y los dos apellidos, complicados y prometedores como los de un galán de telenovela. En vez de buscar trabajo, gastó con él todos sus ahorros, en plena felicidad, yendo a todas partes, comiendo y bebiendo muy bien, a veces demasiado, porque los españoles toman vino con todas las comidas, y además usan mucho el ajo, de modo que a ella le parecía a veces que le olía un poco a ajo el sudor.

“¿No es eso lo que nos gusta a las mujeres?”, dice medio en broma, “¿que nos cuenten mentiras?”
Volvió a Colombia enamorada y en quiebra. Habían planeado seguir viéndose, pero había demasiada distancia. “Y entonces no era como ahora, no había celulares, nada más que cartas, que tardaban tanto, y una llamada de teléfono costaba carísima”. Al hablar de él siempre dice su nombre y sus dos apellidos, como para confirmar la realidad administrativa de su existencia. Dice que sigue soñando con él. Sueña con él como era entonces, exactamente así. No lo sabe imaginar gordo, mayor, calvo, con el pelo blanco. Sueña que vuelven a encontrarse. Pero se queda pensativa y dice que ha pasado tanto tiempo que si lo viera quizá no lo reconocería. Su hermana, muy acostumbrada a sus historias, la mira con ironía y le dice: “Eres una Penélope”.

Pero ella no ha escuchado nunca ese nombre y no conoce la historia. Me veo cumpliendo la singular tarea narrativa de contar la espera de Penélope y el regreso de Ulises a Ítaca a una persona que la está escuchando por primera vez, y que me mira con una expresión muy atenta, con la curiosidad pura de saber qué sucede a continuación, asombrada y conmovida por la obstinación de los dos esposos a lo largo de 20 años, Ulises sobreviviendo a aventuras y naufragios, Penélope destejiendo de noche lo que ha tejido de día para prolongar la espera, el perro viejo y ciego que reconoce antes que nadie a su amo. La Odisea está irrumpiendo por primera vez en la imaginación de alguien, no como una obra literaria solemne, sino como una fábula, una más entre los relatos que nos contamos los unos a los otros a diario, o que nos contamos en silencio a nosotros mismos, fantaseando, mintiendo. Pero lo prodigioso y lejano resulta de inmediato familiar: hay un hijo que abandona muy joven la casa en la que se crio sin la presencia de un padre; hay un soldado que está punto de no volver de una guerra que no parecía terminar nunca; hay un hombre y una mujer que se encuentran después de haberse esperado y recordado tanto y ahora no se reconocen, porque han pasado 20 años. Para estar segura de que el recién llegado es Ulises, Penélope lo pone a prueba. Hay una sola cosa íntima que solo él puede saber. El reconocimiento indudable sucede en el secreto de la cámara nupcial. En la pesadumbre del relato surge un indicio de picardía que a nuestra interlocutora le hace sonreír, porque ni la soledad ni el luto le han apagado una crédula expectación de los placeres de la vida. Se pregunta qué prueba podría ponerle ella a su amante español si volviera a encontrarse con él, si lo mirara y no estuviera segura de reconocerlo, al cabo de una ausencia más larga ya que la de Ulises. Y comprende instintivamente que en el corazón de cualquier historia está el misterio de lo que no llega a decirse.

lunes, 8 de septiembre de 2014

"Libros (y otras publicaciones) de artista 1947-2013" en la Fundación Juan March




"Quizá de los libros y del resto de publicaciones de artista del último siglo y hasta hoy pueda decirse aquello que dictaminó el escritor alemán Kurt Tucholsky sobre el Ulysses de Joyce: que era "puro extracto de hígado. Es incomestible –añadía–, pero en el futuro se prepararán muchas sopas gracias a él"..."


Hoy vamos a hablar de una exposición.

Poquito antes de que terminara agosto, la semana pasada, estuve viendo en la Fundación Juan March(Madrid C/ Castelló) una exposición pequeña titulada "Libros (y otras publicaciones) de artista 1947-2013".

Me gustan mucho "los libros de artista". ¿Y que son los libros de artista? Pues bueno en palabras sencillas, porque yo no me dedico al arte, un libro de artista es una obra de arte que se ha interesado por el libro como soporte. Y he sido muy atrevida explicando así ésto, la ignorancia es atrevida, ya se sabe y me estaré dejando fuera de la explicación un montón de conceptos. Pero bueno valga mi ignorancia para centrarnos un poco. Es un objeto que está a medio camino entre el libro, como vehículo literario, y la obra de arte. Por ello unas veces "el libro de artista" nos parecerá más literario y otras más plástico.

Bueno, pues hasta finales de agosto, en la Fundación Juan March se podía visitar esta exposición, mucho más pequeña que otras que ha tenido que se veía en un ratito, sobre este tema. Las obras que se exponían proceden de los fondos de la Fundación. 

Había casi un centenar de obras. A cual más imaginativa. A mí me gustó. 

Os dejo con algunas fotos de la exposición. Fijaos también en la que encabeza esta entrada "Historia de un viaje que pudo ser genial"... ¿Está bien verdad? Y ahora las demás, todas son muy curiosas.









sábado, 6 de septiembre de 2014

jueves, 4 de septiembre de 2014

Artículo sobre Escritoras Malditas


Hoy os quería dejar con un artículo sobre escritoras. Un artículo sobre "escritoras malditas", así repasamos algunas de ellas.

Espero que os guste.

Redes

Siete escritoras malditas que escandalizaron con su vida y sus obras

Día 23/07/2014 - 10.55h

Muchas grandes autoras tuvieron que enfrentarse a los prejuicios de sociedades que no aceptaban que la mujer pudiera dedicarse a la literatura

A lo largo de la historia, muchas mujeres se han visto obligadas a enfrentarse a todo tipo de prejuicios propios de sociedades conservadoras para poder desarrollar profesiones que hasta entonces habían sido consideradas propias del género masculino.
Las primeras mujeres que decidieron dedicarse profesionalmente al mundo de la escritura no fueron una excepción y, durante años, tanto sus obras como su vida fueron tachadas de escandalosas por unas sociedades puritanas que no aceptaban que la mujer pudiera tener una imaginación y un talento a la altura de los grandes hombres de la literatura.
En nuestro habitual recorrido por los temas más destacados de la blogosfera, hoy queremos compartir una lista elaborada por una de las autoras del blog «Librópatas» que pretende rendir homenaje a siete de esas escritoras malditas que abrieron camino a las generaciones siguientes en el mundo de la literatura. Por supuesto, sobra decir que muchas de sus obras todavía hoy siguen siendo absolutamente recomendables.
1.-Anaïs Nin: La figura de esta escritora nacida en Francia en 1903 de padres hispano-cubanos y posteriormente nacionalizada estadounidense sea el paradigma de una vida escandalosa para la sociedad de su tiempo. Su biografía está repleta de escándalos que ella misma narra a lo largo de los siete volúmenes de su diario, que constituyen su obra más conocida. Nin tuvo una vida amorosa compleja, con amantes célebres como Henry y June Miller y fue una de las primeras autoras en publicar relatos de contenido erótico en Estados Unidos.
2.-Jean Rhys: Esta escritora nacida en la colonia británica de Dominica en 1890 es famosa por ser la autora de “Ancho mar de los Sargazos”, la conocida precuela de “Jane Eyre”. Sin embargo, es también autora de una autobiografía que contiene todos los elementos necesarios para calificar su vida como escandalosa. En ella narra cómo, tras trasladarse a Londres para completar su formación decidió instalarse en la capital británica, donde trabajó como corista, intentó ser una “demi-monde” (una de esas chicas que eran en teoría coristas pero en realidad vivían de sus amantes ricos), para terminar convirtiéndose en modelo de desnudos y camarera en una cantina durante la Primera Guerra Mundial.
3.-Mary Shelley: La autora de Frankenstein tuvo una vida agitada y polémica. Hija de Mary Wollstonecraft y William Godwin, a quienes ya rodeaba la polémica, su única hermana se suicidó y fue sepultada en una fosa común, después de que la familia se desentendiera de su muerte. A los 16 años conoció al aristócrata Percy Shelley, con el que huiría a la Europa continental, arrastrando a su hermanastra Claire Clarmont con ellos. A pesar de que Shelley estaba casado, tuvieron varios hijos, aunque solo el último de ellos logró alcanzar la edad adulta. Cuando Percy Shelley murió, Mary Shelley usó la escritura para ganarse la vida.
4.-George Sand: Esta autora francesa es el paradigma de escritora romántica, lo que prácticamente asegura que tuvo que llevar una vida escandalosa. Sand de casó muy joven con el barón Casimir Dudevant, a quien abandonaría nueve años después llevándose a sus dos hijos con ella. Empezó a vestirse de hombre, tuvo varios amantes célebres y escribió mucho, lo que la convirtió en una de las grandes intelectuales de su momento.
5.-Aphra Behn: Nacida en 1640, Behn fue la primera escritora británica profesional de la historia. A pesar de que podía vivir de sus obras, esta dramaturga fue espía en la ciudad de Amberes, en 1666, poco antes de que Inglaterra declarara la guerra al Imperio Español. Poco se sabe del resto de su vida, aunque se cuenta que, tras enviudar mantuvo sonados romances con hombres y mujeres de la más alta sociedad inglesa y que se arruinó en varias ocasiones, lo que la llevó a tener una prolija carrera para poder mantener su elevado nivel de vida. Pese a ello, falleció en la más absoluta pobreza.
6.-Víctor Catalá: Aunque el nombre pueda sugerir lo contrario, Víctor Catalá fue el pseudónimo escogido por la escritora catalana Caterina Albert para desarrollar su carrera literaria evitando el escándalo. Nacida en 1860, Albert fue una de las primeras autoras en lengua catalana. Su primera aparición con su propio nombre tuvo lugar en 1898, cuando ganó uno de los premios de los Juegos Florales de Olot, con el poema “El llibre nou" y un monólogo titulado “La infanticida”. El escándalo provocado por esta última obra hizo que a partir de entonces firmara toda su producción como Víctor Catalá. Lo más curioso es que la sociedad catalana de la época asumió que sus novelas eran escritas por un hombre porque eran demasiado duras como para que las hubiera escrito una mujer.
7.-Eulalia de Borbón: La hija menor de Isabel II destacó como autora de un libro de memorias publicado en los años 30, así como de la obra “Au Fil de la Vie”, editada en Francia en 1911 bajo el seudónimo de Condesa de Avila y que fue prohibido en España por su sobrino, el rey Alfonso XIII, por ser una obra de carácter feminista y demasiado modernista. Esta actividad literiara convirtió a Eulalia de Borbón en la oveja negra de la familia real española durante la Restauración, por lo que mantuvo numerosas disputas con sus hermanas y su sobrino, con quien llegó a estar varios años sin cruzar una palabra. Pasó grna parte de su vida en el exilio y popularmente fue conocida como “la infanta republicana”.



La foto muestra a Mónica Montañés, escritora de telenovela en Venezuela.
http://www.revistadominical.com.ve/noticias/actualidad/alejandra-benitez-no-fue-el-unico-desnudo.aspx

miércoles, 3 de septiembre de 2014

"El color de los sueños" de Ruta Sepetys


"Mi madre es una prostituta. No de esas rastreras que hacen la calle. la verdad es que es muy guapa, habla bastante bien y viste ropa bonita. Pero se acuesta con hombres a cambio de dinero o regalos, lo cual, de acuerdo al diccionario, la convierte en una prostituta.

Empezó a dedicarse a esto en 1940, cuando yo tenía siete años, el año que nos mudamos de Detroit a Nueva Orleans..."


Pues me tendré que leer "Entre tonos de gris" pensé cuando me terminé de leer "El color de los sueños" de la misma autora, Ruta Sepetys.

Había terminado de leer una novela que me había gustado mucho, pero era dura "Un millón de gotas" de Víctor del Árbol, y me apetecía leer una novela que fuera algo más amable. Nunca se sabe antes de leerla si vas a acertar con la novela, y como os digo unas veces te apetece adentrarte en un tipo de lecturas y en otro momento en otras menos intensas, pero tengo que admitir que me leí muy a gusto "El color de los sueños".

Es dulzona, pero no empalagosa. Y, supongo, que te ves venir un poco el final... Pero la verdad es que a mí no me importaba, porque era lo suficientemente entretenida y sus personajes me gustaban por lo bien caracterizados que estaban y su originalidad, así que leía y leía, hasta que la terminé en nada de tiempo. Eso es buena señal.

Pero bueno vamos a comentarla un poco.

El argumento:


"Nueva Orleans, 1943. Josie, una niña de diez años, acompaña a su madre Louise a ver a Willie, la dueña del burdel más famoso de la ciudad, para que vuelva a darle trabajo. Willie siente una simpatía inmediata por Josie y le concede una nueva oportunidad a su madre. Siete años más tarde, gracias a Willie, Josie ha conseguido trabajo en una librería en cuya trastienda vive para mantenerse apartada de Louise todo lo posible. A cambio, echa una mano limpiando en el burdel y ayuda a Willie con las cuentas, pues se ha convertido en una de sus personas de confianza. Pero Josie sueña con una vida mejor. Se hace amiga de Charlotte, una chica de buena familia que está de visita en la ciudad, y empieza a albergar el ferviente deseo de abandonar Nueva Orleans e ingresar en la universidad. Aunque ese futuro parece estar muy por encima de sus posibilidades, hará lo posible, con todo su esfuerzo y la ayuda de sus amigos, por cumplir su sueño."

Cómo vemos el tema de la novela podríamos definirlo como la búsqueda de la propia identidad, la consecución de los sueños.

Está ambientada en la Nueva Orleans de los años cincuenta. En el Barrio Francés. Está muy bien ambientada, a mí me parecía en algunos momentos que podía escuchar y hasta ver los colores de los vestidos de las chicas del burdel, o de los cochazos recién restaurados. Sí creo que la autora ha reflejado la época y el tiempo con acierto. La verdad, es que es un lugar que a mí me gustaría conocer.

En cuánto a los personajes también estan bien caracterizados desde la jovencita protagonista, Jo, hasta Charlie, el abuelo, pasando por todo un abanico de personajes variopintos. Aunque lo cierto es que no es que haya de ellos grandes descripciones, sino que la autora con dos o tres pinceladas ha conseguido caracterizarlos sin lugar a dudas. A mí me gusta mucho Willie, la dueña del burdel, es un personaje que no deja de sorprenderte, rico, y con mucho peso en la historia. Quizás los mafiosos estén algo estereotipados, el apodo de uno de ellos "ojo chungo" no me ha gustado nada, la verdad, tópico, tópico. Pero no sé si es por la traducción o realmente la autora lo ha llamado así. Pero la verdad es que me ha parecido que aquí decaía un poco la historia, de novela juvenil pero flojita, el detalle.

Porque no es que yo tenga algo en contra de esas novelas, no nada de eso, todo lo contrario. Recuerdo con mucho cariño muchas de las que leí en su día. Ahora que lo pienso esta novela tiene mucho un aire a esas novelas juveniles que yo leía en los largos veranos cuando era jovencita. Tiene algunas similitudes, una novela con algunas aventuras, muy sencilla de leer, "bonita",  y como "para todos los públicos". Además también un aire a las de Dickens cuando nos presentaba esos niños en manos de los mayores con pocos escrúpulos... como nuestra protagonista.

La autora ha utilizado un narrador en primera persona, lo cual hace que te acerques mucho al personaje principal y por tanto a su historia. Creo que eso ha sido un acierto. Cómo también lo ha sido, a mi modo de ver, tanto la cita que encabeza el libro " No hay belleza perfecta que no tenga alguna rareza en sus proporciones" de Sir Francis Bacon, como el arranque: 


"Mi madre es una prostituta. No de esas rastreras que hacen la calle. la verdad es que es muy guapa, habla bastante bien y viste ropa bonita. Pero se acuesta con hombres a cambio de dinero o regalos, lo cual, de acuerdo al diccionario, la convierte en una prostituta.

Empezó a dedicarse a esto en 1940, cuando yo tenía siete años, el año que nos mudamos de Detroit a Nueva Orleans..."

Es bueno ¿verdad? Me pareció muy bueno. Los principios son tan importantes... y es todo un acierto en esta novela.

Bueno que no quiero extenderme más, es una novela agradable con ese aire que nos han enseñado de la Nueva Orleans de los cincuenta, que se lee bien, ligera, entretenida, amena. Y en general tiene unos personajes, esta historia, que me han gustado, les coges cariño. Está bien, tiene color.


Ruta Sepetys (Detroit, Michigan, 1967) estudió economía y ha desarrollado una prestigiosa carrera como productora musical. Inspirada por la historia de su padre, un inmigrante lituano cuya familia fue víctima del genocidio estalinista en los países bálticos, escribió Entre tonos de gris, su primera novela, tras un exhaustivo proceso de documentación. El libro tuvo una excelente acogida y sirvió para arrojar luz sobre este oscuro episodio de la historia europea, hasta el punto de que la autora ha sido invitada recientemente a comparecer ante el Parlamento Europeo para exponer sus hallazgos sobre el tema.

martes, 2 de septiembre de 2014

Efemerides literarias del mes de Septiembre



Empezamos el mes de septiembre haciendo un pequeño recorrido por algunas de las efemérides literarias de éstos días de fin del verano.

Tal día como hoy, un 2 de septiembre, pero de 1973 muere J.R.R. Tolkien.

Un 9 de septiembre, pero de 1828, nace Tolstoi. Su manuscrito de Guerra y Paz fue copiado siete veces por su esposa Sofía Bers a medida que él corregía.

Un 10 de septiembre, pero de 1942, Max Aub embarca rumbo hacia México, donde habitaría hasta su muerte.

Un 16 de septiembre, pero de 1851, nace Emilia Pardo Bazán. Tras el escándalo de La cuestión palpitante, su marido le exigió retractarse: ella se separó de él.

Un 19 de septiembre, pero de 1911, nace William Golding. Premio Nobel conocidísimo por su "El señor de las moscas"

Un 20 de septiembre, pero de 1951, nace Javier Marías.

Y un 22 de septiembre, de 1835, Edgar Allan Poe, se casa en secreto con su prima Virginia Eliza Clem de trece años, aunque aparezca registrada con veintiuno.


Otro día seguimos con las efemérides de los últimos diez días de septiembre.

¡¡Buen mes!!

sábado, 30 de agosto de 2014

"Hacer el agosto" expresión muy veraniega


Supongo que todos hemos oído alguna vez la expresión o frase hecha "Hacer el agosto"

Yo creo que no deberíamos dejar que se nos vaya agosto sin hablar de ella. "Hacer el agosto" decimos cuando alguien ha obtenido un beneficio económico de forma fácil o rápida. 

¿De dónde viene esta expresión? Se cree que tiene su origen en el mundo rural, en la agricultura

Parece ser que el dicho "hacer el agosto"se refiere a las buenas ganancias que se conseguían con las cosechas más fructíferas, las de la época estival. Se obtenía más dinero en verano, que compensaba el resultado de los inviernos, más duros y por tanto con menos beneficio de la actividad agrícola.

Los que también se beneficiaban de esto eran los temporeros, quienes trabajaban duramente a lo largo del verano acudiendo a las diferentes vendimias y recolecciones y sacaban suficiente dinero para el resto del año (o buena parte de él).

Parece ser que antiguamente la frase era más larga y se decía "hacer su agosto y su vendimia", tal vez por reminiscencia de un viejo refrán que sentenciaba: "Agosto y vendimia no es cada día, y sí cada año, unos con provecho y otros con daño".

Y ya que tocamos a los refranes, para terminar la entrada podemos recordar un puñadito de ellos, hay un buen montón, que hablan también de agosto:


Agosto está reñido con Baco y Cupido.
Agosto, frío en el rostro.
Agosto arder, septiembre beber.
Agosto nuboso, poca playa y mucho mosto.
Agosto relente, agua corriente.
Agosto tiene la culpa, y septiembre se lleva la fruta.
Agosto seco, castañas en el cesto.
Agosto tiene el secreto de los doce meses completos.
En agosto y en enero no tomes el sol sin sombrero.
Lo que agosto madura, septiembre lo asegura.
Pájaros en agosto, gordos como tordos.
 Quién en agosto ara, despensa prepara.
...

Pues eso acabamos de hacer nosotros ¿verdad? arar en agosto, seguir trabajando en nuestras cosechas de palabras, de frases, del lenguaje en resumidas cuentas.






miércoles, 27 de agosto de 2014

¡¡Supercalifragilísticoespialidoso!!


Tal día como hoy pero hace cincuenta años se estrenaba la película Mary Poppins. Ya sé que no necesita mucha explicación, pero os recuerdo que fue un musical de Walt Disney basado en el libro del mismo nombre escrito por P.L. Travers.

Aquí en España se estrenaría un año más tarde. Peeeeero como en este blog lo que nos interesan son las palabras quería dedicar esta entrada a su palabra más famosa: Supercalifragilísticoespialidoso: Que a todos también nos suena ¿verdad? 

Ya en su día  hablamos de esta palabra cuando hablamos de otras igualmente sonoras: Maisefoyuti, abracadabra... Os dejo el enlace de aquella entrada por si queréis echarle un vistazo:
 
Pero no importa, cómo hoy cumple cincuenta añazos recordamos solo la palabra más famosa de la película: "Supercalifragilísticoespialidoso"

Según la wikipedia y otras fuentes que he consultado de internet:
 
"...La palabra fue creada juntando y modificando vocablos a modo de trabalenguas (súper + cali (belleza) + frágil + expirar) haciendo que estas suenen irreconocibles y añadiendo «oso» al final para que parezca una palabra real (como piadoso o amistoso)". 
 
"Solíamos inventarnos palabras para el resto de niños que sonaban odiosas, y así fue como todo comenzó". Éstas palabras son de Robert Sherman. Las canciones de muchas de las películas de Walt Disney fueron creadas por los hermanos Sherman, Robert y Richard.  Eran el dúo favorito de Disney. 
 


En la película, la canción aparece en una escena donde Mary Poppins es acosada por un grupo de periodistas tras ganar una carrera de caballos. Cuando un reportero le pregunta si tiene palabras para describir lo que siente, la niñera comienza a cantar la famosa palabra. Parece ser que el vocablo inventado, Supercalifragilisticoespialidoso, sirve para expresar lo que uno siente cuando te quedas sin palabras.


Según el Diccionario Inglés de Oxford, la palabra es una expresión que supone una aprobación realizada con alegría. En nuestro diccionario de la RAE no aparece.
Así que podemos concluír que es una palabra inventada, muy, muy sonora  que al final hemos ido aprendiendo generaciones y generaciones de chavales. La verdad es que la película Mary Poppins es una película especial, con un mensaje muy positivo.

Supercalifragilisticoespialidoso,
aunque suene extravagante, ¡raro y espantoso!
Si lo dice con soltura sonará armonioso,
supercalifragilisticoespialidoso.