Continúando con la entrada anterior en la que hablábamos del Museo Etnológico de Sabiñánigo (Museo Ángel Orensaz y Artes del Serrablo) que visité este verano en el Pirineo Aragonés, yo quería dedicar una entrada única al lenguaje. Ya sabéis cómo me gustan estos temas, porque son nuestra cultura, nuestra riqueza, nuestras señas de identidad y deberíamos hacer todo lo posible por no perderlas.
En este Museo, que cómo os comentaba nos pareció tan interesante, dedicaban algunos paneles al lenguaje, y más concretamente a El Sarrablés.
El sarrables es una variedad del dialecto aragonés, es el aragonés del Serrablo. Un dialecto que procede del latín.
El español es la lengua oficial de España. Pero tenemos más lenguas: El catalán (en Cataluña y las Islas
Baleares), el valenciano (en la Comunidad de Valencia), el gallego (en
Galicia) y el euskera (en el País Vasco), son las otras lenguas
oficiales que se hablan en España y, por lo tanto, también son la lengua
de las universidades en estas Comunidades Autónomas junto con el
español. Todas son lenguas romances, o derivadas del latín, menos el euskera, más antigua, y de la que se desconoce su origen.
Por otra parte existe el aranés, dialecto del gascón hablado en el Valle de Arán, que también tiene el tratamiento de lengua cooficial en su territorio.
Por otra parte, el aragonés y el leonés, también proceden del latín, pero no tienen el reconocimiento "oficial" de lenguas, y se les considera dialectos. Tanto al aragonés o baturro como al asturleonés, se los considera en peligro de extinción. También podrían
nombrarse el árabe, común entre los españoles de Ceuta y Melilla, o el
caló, de origen romaní y empleado por la comunidad gitana de España.
Y por supuesto, el Sarrablés, esta variedad del aragonés minoritaria también está considerado en peligro de extinción.
He encontrado en internet esta defición de la Gran Enciclopedia Aragonesa:
Sarrablés
(Ling.) hablado en el valle del Sarrablo o Serrablo (que,
al estar regado por el río Guarga, recibe también la denominación de
Guarguera). Hoy está casi desierto y, en los escasos núcleos habitados
las personas mayores utilizan —familiarmente, y cada vez menos—
vocabulario y giros aragoneses. La fonética es común a la de otras zonas
altoaragonesas. En morfología, los artículos son o, a, os, as. La
formación del plural se efectúa añadiendo una -s al singular: cochíns
(cerdos); los acabados en -er, -ero, lo hacen en -érs (sin pronunciar la
r): mullérs, cordérs (corderos). Como demostrativo de segundo término
se emplea ixe, ixa, ixos, ixas, que en algunos lugares se pronuncia con
ch. Se conservan también los indefinidos bel, bella (algún, -a) muito
(mucho), otri (de otro). En el verbo, los imperfectos de la segunda y
tercera conjugaciones mantienen la -b- etimológica: quereba, partiba.
Los participios acaban en -au/-ada (1.ª conjugación), -íu/ida (2.ª y
3.ª). El complemento pronominal ne/en es muy usado, siendo sus valores
los mismos que en otras zonas. (Gramática.) En cuanto al léxico, se
conserva muy bien en las denominaciones de la vida agrícola, pastoril y
en las relativas a la topografía.
http://www.elcastellano.org/artic/lenguas.htm
http://www.enciclopedia-aragonesa.com/voz.asp?voz_id=11543