Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

domingo, 23 de marzo de 2014

Paseo literario por el barrio de Salamanca


Hoy vamos a dejar, en imágenes, el rastro de un paseo literario por un pedacito del barrio de Salamanca. Es otra forma de conocer Madrid, de pasear Madrid. Hacerlo buscando las huellas de sus vecinos ilustres en las letras.

En apenas unas cuántas calles, las que quedan en la manzana que existe entre el Retriro y el Museo del Prado, entre la cuesta de Moyano y más o menos la calle Alcalá, en esa pequeña cuadrícula encontramos el rastro de varios de nuestros autores.

Y quiero empezar el paseo con Alejandro Casona, porque precisamente hoy, 23 de marzo, pero del año 1903 nacía en Besullo (Asturias). El apellido ficticio Casona viene del apodo familiar “los de la Casona”. La casa donde vivió su último año fue en la calle Moreto, muy cerca de Los Jerónimos.


"Alejandro Casona (1903-1965), seudónimo de Alejandro Rodríguez álvarez, junto con García Lorca es el gran innovador de la comedia española de su tiempo. Ambos son los auténticos representantes del teatro de la generación del 27, aunque sus supuestos poéticos difieren sustancialmente. Su llegada a la escena coincidió con el notable impulso que la II República dio a la cultura."




 Muy cerca, está también la casa donde vivió durante cuarenta años José María Pemán.

"José María Pemán y Pemartín (Cádiz, 1898-1981) Novelista, poeta, dramaturgo, guionista y ensayista español. Cultivador de todos los géneros literarios, destacó por su teatro poético y sus comedias de ambiente andaluz. Su tradicionalismo religioso y sus convicciones monárquicas lo convirtieron en representante de los sectores conservadores, especialmente tras la publicación del Poema de la Bestia y el Ángel (1938), donde cantó con triunfalismo épico la rebelión franquista"




Un poco más adelante, en el núm. 8 de la Ruiz de Alarcón, nos encontramos con la casa donde vivió Pío Baroja hasta el año 1956 cuando murió. A dos pasos del Retiro. 

Una casa que describiría de este modo Juan Benet: "Un gran salón con tres balcones a la calle, pero de poca luz, con la larga y exenta mesa de roble, un tablero y cuatro patas, el biombo que junto a la puerta creaba un aislamiento respecto a ella, las estanterías de libros hasta media altura, los cuadros de Ricardo Baroja, de Arteta, de Néstor, aquel hundido y mullido y casi sacramental butacón, siempre con el molde de su cuerpo y la manta a sus pies".

Era en la casa de Ruiz de Alarcón donde estaba ese reloj que Cela siempre recordaba, y que figuraba en lo alto de una puerta, con una leyenda que decía: "Todas hieren, la última mata".

 http://www.huffingtonpost.es/santiago-velazquez/pio-baroja-un-aniversario_b_2112720.html




 Y en una calle perpendicular a la anterior encontramos la casa donde María Zambrano, filósofa y ensayista, vivió los últimos años de su vida.  

En 1904 Nace en Vélez- Málaga. 1921 Inicia estudios de Filosofía y Letras. 1931 Profesora auxiliar en la Universidad Central. 1937 Regresa a España en plena guerra civil. 1939 Exilio: La Habana, México, París, Roma, Ginebra... 1984 Regresa a España. En 1988 fue la primera mujer en obtener el Premio Cervantes. 1991 Muere en Madrid.

Se refería con estas palabras a su soledad creadora: «Se escribe para defender la soledad en que se habita».

Y fijaos  en la frase que dice la placa y que eligió ella misma cuando le preguntaron antes de colocarla: «Solamente se es de verdad libre cuando no se pesa sobre nadie; cuando no se humilla a nadie. En cada hombre están todos los hombres».



 No quiero extenderme más. Otro día, si os parece, seguimos este itinerario.

Espero que os haya gustado.

sábado, 22 de marzo de 2014

Personas con discapacidad intelectual



Ayer 21 de marzo fue el día Mundial del Síndrome de Down. 

Hace unos días yo estuve "cuidando" en unas pruebas que ha hecho la Administración con el fin de que puedan ser ocupadas por personas con discapacidad intelectual unas plazas libres. 

Qué experiencia tan buena. Eran bastantes áulas las que se ocuparon por completo y en cada una de ellas estábamos cuatro personas.

Personas con Sindrome de Down en la clase que a mí me tocó había tres. Los demás no sé qué discapacidad tendrían, por supuesto más evidente en unos casos que en otros. Pero desde luego todos compartían la ilusión, las ganas por hacer bien las cosas. Y con qué educación se presentaban, se dejaban guiar, se sentaban, seguían las reglas que les dábamos y se prestaban a colaborar en la apertura y cierre de las cajas de exámenes. Qué actitud tan colaboradora. Teníais que haberlos visto.

Hay que quitarse el sombrero. Qué lección. Son personas dignas de admiración.

Toda una experiencia, pero de las buenas.


miércoles, 19 de marzo de 2014

Otra vez Gloria Fuertes





TE VI

Te vi,
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,

y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde
de nuestro encuentro.





PORQUESES

¿Y por qué si tenemos solamente una vida
no estamos con quien creemos que queremos?
...disfrazarnos de felices estando tan jilis con quien nos quiere.
¿Por qué viajar
comprar terrenos
playas montes y anuncios luminosos
si tenemos
la luz de una sola persona que apagamos.
Y si alguien nos va...
¿Por qué será que pensamos en Vietnam?
Esto sí que es dejar la sal por el azúcar,
o querer ser mártir sin llegar a santo.

lunes, 17 de marzo de 2014

"Aquí yacen dragones" Fernando León de Aranoa



“Aquí yacen dragones” es el último libro que he terminado. Me lo he leído en un suspiro, la verdad. Porque me encantaba y porque es bastante corto.
Es el primer libro de ficción de Fernando León de Aranoa, aquí le conocemos como Director de cine que escribe sus propios guiones (Familia, Barrio, Los lunes al sol, Princesas, Amador…).
Ya para empezar me gustaba mucho el título del libro. De lo más sugerente ¿verdad? El autor nos explica que se debe a la cita latina Hinc sunt dracones. La leyenda que se escribía en los mapas antiguos cuando se desconocía que había allí para disuadir a navegantes. Para el autor “Dónde yacen dragones” comienza la imaginación.
Estamos ante un libro de relatos. Nada más y nada menos que 113 relatos en doscientas páginas.
Cómo podéis imaginar los hay de todos los tamaños. Desde relatos de una línea (Rísas, Colorín, colorado…), dos líneas (El hombre, Los Meteorólogos en el ascensor…), apenas cuatro líneas (El error de Arquímedes) hasta algunos de dos páginas y media (Manual para manejar los recuerdos) o el más largo de siete páginas (Una casa abierta). En fin, solo son algunos ejemplos.
Y del mismo modo que va variando la extensión de los relatos, va modificando también la temática. Tenemos los de viajes, cuando nos habla de maletas, de los aeropuertos, de las azafatas… También trata el tema de la muerte (Las muertes de María Abdel, el de los barcos…). Nos habla de sentimientos: del amor, del desamor, de la pérdida, de la ternura… (Los adioses elegidos, Tu nombre y el mío, Las cosas pequeñas…). Incluso de política.
Es un libro muy sentimental. Contado con una prosa muy cuidada, armoniosa, sencilla y cercana. En algunos momentos se podría hablar de realismo mágico como el del niño Pena. Son relatos imaginativos, sensibles, inspiradores. No son historias ligeras, todo lo contrario, son relatos con un poso muy profundo que en la mayoría de las ocasiones te dejan pensando. Esa es su fuerza. Su capacidad para que puedas seguir evocando ese universo cuando ya hace tiempo que terminaron las palabras que lo contaban.
Me ha gustado mucho este libro. Me ha gustado mucho la forma de contar de Fernando León de Aranoa, los temas que aborda y cómo lo hace. Lo he disfrutado mucho. Me han conmovido muchos de ellos. Y me gusta eso, me gusta mucho cuando la escritura te remueve por dentro. Os lo aconsejo mucho. Aunque sé que esta reseña no hace justicia al libro.
Usted no existe
Había decidido no preocuparse. Ni a la entrada del avión, cuando no le saludaron, ni cuando la azafata le sirvió el último zumo de naranja a su compañero de asiento. No he tenido suerte, pensó.
Tampoco se molestó cuando los periódicos se agotaron al llegarle el turno, y eso que no recibió ni una palabra amable de disculpa a cambio.
No quiso darle importancia cuando apretó repetidas veces el botón para llamar a la azafata y nadie vino: supuso que se había estropeado.
Ni se sorprendió cuando, al sonreír a la joven de ojos claros que aguardaba junto al cuarto de baño de la cabina de clase turista, ésta no acusó siquiera su mirada. No era la primera vez que le sucedía.
Durmió el resto del vuelo, y no soñó.
Lo peor vendría luego, en el control de aduanas. El policía amable examinó su documentación, comparó la fotografía con su semblante cansado, tecleó sin resultados, y llegó a la terrible conclusión: usted no existe.
Le pidieron que se hiciera a un lado y aguardara. El pasajero obedeció, presa de un temor irracional.
Hizo acopio de valor y llamó a su mujer, pero nadie respondió.
Fernando León de Aranoa

Aquí yacen dragones. Seix Barral, Biblioteca Breve.2013

domingo, 16 de marzo de 2014

"Mi Waterloo" de Fernando León de Aranoa




MI WATERLOO


Minó el pasillo de nuestra convivencia, lo llenó de alambradas. Lanzó la infanteria de su desprecio contra los cuarteles de invierno de mi corazón. Despedazó la memoria de nuestros amaneceres juntos con su fuego lento de mortero. Destrozó platos, vasos, cabezas: tomó la cota invencible de mi paciencia. Proyectos comunes, futuro, ilusiones, fueron evacuados a otras relaciones vecinas, moribundos ya.

No tomó prisioneros. Lanzó mis recuerdos al mar sin honores ni últimas palabras, sin último deseo ni primero.

Su olvido desfiló en columnas de a seis entre los escombros de mi amor por ella. Le entregué los mapas y las llaves, el territorio llano y sin defensas naturales de mi corazón. Perdí las batallas y la guerra: la amé como solo se puede amar al enemigo.

Tenía los ojos de color verde militar.

Mi vida, mi cielo, mi Waterloo.

Pág 49 Aquí yacen dragones
Fernando León de Aranoa

viernes, 14 de marzo de 2014

"El juego de Ripper" de Isabel Allende



Tenía pendiente hablaros del último libro de Isabel Allende “El juego de Ripper” que lo terminé de leer hace un par de semanas.
 
Ya hemos leído a esta autora en novelas de sagas, en libros de memorias, en novela juvenil… y nos quedaba verla desenvolverse en el género de la novela negra. Bueno una especie de “novela negra”, porque como dice ella misma en varias entrevistas que he leído se lo tomó como un divertimento, quería hacerlo con cierta ironía. En realidad todo viene de un encargo que le hizo su agente literaria Carmen Balcells. El juego de Ripper surgió porque ésta le pidió que escribiera un libro policíaco junto con su marido, el abogado Wlilliam C. Gordon, que escribe novela negra. Pero nos cuenta Isabel Allende que ambos tienen una forma muy distinta de afrontar la creación literaria. Lo hacen en distintos idiomas y con diferencias en el tiempo que le dedican y demás. Así que no pudo ser porque no iba a terminar bien. Con lo cual, al final, con los consejos de él decidió hacerlo ella sola.
 
Y la verdad es que el resultado pues no es exactamente una novela negra. Es una novela de Isabel Allende con asesinatos. O al menos a mí así me ha parecido. Que tampoco es que me haya importado demasiado porque me gustan mucho las novelas de esta autora, pero desde luego si lo que busca algún lector es una novela negra tal cual, pues creo que no debería buscarlo aquí porque se va a decepcionar.
 
A mí la novela me ha gustado. Me ha entretenido mucho. Pero porque, como os decía, me gusta esa forma de contar que tiene Allende, esos personajes que inventa me encantan. Y no buscaba demasiado más.
 
El argumento: “Indiana es una mujer joven, sanadora de profesión, y pese a llevar tiempo separada, es reacia al compromiso. Por otro lado, su hija Amanda es más parecida a su padre, inspector de la policía de San Francisco. La chica lidera Ripper, un juego de rol donde participa su abuelo y un puñado de amigos virtuales de todo el mundo, donde se pasan las horas resolviendo misterios en el Londres de Jack, el destripador. Las rutinas de ambas mujeres, así como la vida de quienes las rodean, darán un drástico giro cuando la profecía de una reputada astróloga se cumpla y una oleada de crímenes sacuda la ciudad. Amanda, con la ayuda de su abuelo y los chicos de Ripper, ejercerá de maestra de ceremonias para investigar los asesinatos paralelamente a la policía. Lo que parte como un juego basado en hechos reales, cambiará radicalmente cuando Indiana sea secuestrada y, con la vida de su madre en peligro, Amanda deba aunar esfuerzos con la policía para resolver el caso más complejo de su vida.”
Los temas que se tocan en la novela son múltiples: Las relaciones familiares, la infancia, las nuevas tecnologías, los celos, los distintos tipos de medicina…
Las coordenadas de espacio y tiempo de la acción se encuadran en San Francisco (California) donde reside la autora y en el año 2012. La trama comienza presentándonos el caso, van a matar a una de las protagonistas. Eso está muy bien para enganchar al lector. Después como comienza a presentarnos a los distintos personajes el tiempo va a variar, se ralentiza, porque tiene que volver atrás para contarnos las distintas vidas. Y ya en la tercera parte de la novela otra vez vuelve al principio para que el tiempo pueda avanzar de forma lineal y ahí se vuelve muchísimo más rápida la acción.
 
Los personajes de la novela son tan diferentes y especiales como siempre. Es lo que más me gusta de sus novelas. Es una novela coral. Hay muchos personajes a cada cual más variopinto. Una riqueza digna de mención. Entre los principales personajes tenemos a Indiana, una sanadora de medicina alternativa separada con una hija adolescente, Amanda, un exmarido policía Bob, y un padre farmacéutico que juega con su nieta al juego de rol. Tenemos también a Ryan Miller,  ex navy seal, quien perdió una pierna en combate y vive atormentado por su pasado. Y está el novio rico de Indiana... Entre los muy secundarios que tenemos por ejemplo a una amiga con cáncer, a un pintor brasileño, al barman que por las noches se disfraza de Whitney Houston; a la anciana que se gana la vida haciendo fotografías con una polaroid; a la asistente de la policía, ex convicta y experta en artes marciales. El papel del detective en este caso lo lleva Amanda junto a sus compañeros del juego de rol y su abuelo Blake.
 
Como ya os he dicho el ritmo de la novela no es muy rápido. Incluso me atrevería a decir que está descompensado porque las dos primeras partes de la novela estamos conociendo la vida y obra de los distintos personajes. Y ya en la tercera parte tomamos la trama principal con lo cual el ritmo se acelera mucho porque hay mucha más acción para resolver el enigma de los asesinatos. Yo creo que la autora debería haber compensado más estas partes de la novela. Y también cambia un poco el tono de la narración. En la parte final se hace más serio.
 
Confieso que no es de las novelas de Isabel Allende que más me han gustado. No me ha disgustado, he estado muy entretenida leyéndolo, he disfrutado con la colección de personajes que nos presenta, pero no me ha gustado tanto como otras obras suyas. Pero me gusta tanto su estilo que la leo con placer, disfruto con esas pinceladas irónicas, con ese realismo mágico que impregna la historia. En las obras de Isabel Allende miras, hueles, tocas, hay magia, y eso me gusta mucho. Además en esta ocasión había muchos guiños de la autora, ves alusiones a un autor que es su marido en la vida real, habla en una ocasión de las críticas al “realismo mágico”, habla de lugares con secoyas como el sitio donde está enterrada su hija… No sé hay muchos guiños a los lectores, sobre todo en las dos primeras partes de la novela. Y mucha ironía, e incluso algo de sarcasmo.
 
En fin, que da gusto volver a una novela de Isabel Allende de vez en cuando. Aunque si bien repito que no es de las suyas que más me han gustado, tengo que volver cada poco tiempo a sus novelas, echo mucho de menos a sus personajes.