MI WATERLOO
Minó el pasillo de nuestra convivencia, lo llenó de alambradas. Lanzó la infanteria de su desprecio contra los cuarteles de invierno de mi corazón. Despedazó la memoria de nuestros amaneceres juntos con su fuego lento de mortero. Destrozó platos, vasos, cabezas: tomó la cota invencible de mi paciencia. Proyectos comunes, futuro, ilusiones, fueron evacuados a otras relaciones vecinas, moribundos ya.
No tomó prisioneros. Lanzó mis recuerdos al mar sin honores ni últimas palabras, sin último deseo ni primero.
Su olvido desfiló en columnas de a seis entre los escombros de mi amor por ella. Le entregué los mapas y las llaves, el territorio llano y sin defensas naturales de mi corazón. Perdí las batallas y la guerra: la amé como solo se puede amar al enemigo.
Tenía los ojos de color verde militar.
Mi vida, mi cielo, mi Waterloo.
Pág 49 Aquí yacen dragones
Fernando León de Aranoa
Vaya, es muy bonito !
ResponderEliminarRecuerdo cuando me lo leiste por teléfono.
Y también recuerdo cómo fuiste cediendo a la tentación de adquirirlo "físicamente" en vez de tenerlo en el ebook.
¡ Qué buena compra, no?
¡ Qué cosas se le ocurren a este chico ...!
¡ Si es que ya se le veía venir en "Princesas", verdad?.
Un beeeeeeeeeso.
Paloma
El libro electrónico tiene unas ventajas indudables, no pesa, es muy trasportable, tiene mucha capacidad y ¡¡se puede incluso poner en las máquinas del gimnasio mientras intentas tener el corpore sano...!! Pero hay libros que uno tiene que tener en papel, para olerlo, para mirarlo, para releer rápidamente algunas páginas. Y éste es uno de esos libros, sí. Muchas gracias por leerlo tú misma y por contármelo. Me hacen mucha ilusión los comentarios. Un beso bien grande, Rocío
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