Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 31 de julio de 2017

El orvallo, orballo, orbayu: una traviesa palabra





 Las hayas se envolvían en niebla recibiendo un terco orvallo. En el alto mismo de la cuesta, en el portillo, una joven pastora, varonil, en esa edad en que empieza a acusarse el sexo, subía entre llovizna, con pie firme, tras unas ovejas.
Miguel de Unamuno




Dicen que Camilo José Cela la utilizaba mucho. En sus escritos hay cierta tendencia terca a aludir a esa fina y empecinada lluvia que no cesa: el Orvallo, que ahora y aquí estamos hablando en castellano. 

Orvallo en castellano, orballo en gallego, orbayu en asturiano.

Qué cada cual la utilice cómo quiera, para una palabra que la digas cómo la digas la dices bien, no nos vamos a poner exquisitos. 


Dicen que nos ha venido del portugués, eso dice Joan Carominas en "Joan Corominas y las lenguas románicas", y él sí que sabía de palabras. Dicen también que la palabra apareció en el Diccionario de Autoridades con la grafía orbayo ("La lluvia menúda que cae de la niebla") y que en 1884 la RAE adoptó la grafía orvallo.






A mí no me extraña que Cela la utilizara mucho, Cela y muchos más escritores porque es una palabra que, a poco que te guste el lenguaje, casi te hipnotiza.  

Es sonora y suave, tanto que al nombrarla parece que no la dejas de decir, cómo ocurre con esa lluvia liviana, menuda y cansina a la que alude. La palabra orvallo u orballo u orbayu se te queda rezagada entre la lengua y los labios para que la saborees y te vayas empapando de su significado. 

Porque es tan traviesa, que ni quiere salir de la boca, ni se conforma con una solo forma de decirse.

El orvallo, orballo, orbayu se merecía tanto esta entrada que no pude más que rendirme ante su encantamiento.






 La fotografía que encabeza esta entrada es de Martin Munkacsi (1896-1963).

domingo, 30 de julio de 2017

"Encandilados" todos los viernes del verano en El Retiro


 Todos los viernes de julio, agosto y septiembre a eso de las 21.30 en un lugar tan madrileño como El Retiro se enciende un viejo candil que ilumina muchos cuentos. 

Tantos como tú quieras escuchar.


 En la Fuente de la Alcachofa que está en una de las esquinas del estanque del Retiro, llegan unos "tirititeros" de la palabra cargados con una cartelón de colores, una manta para extender en el suelo, un candil y cerros de cuentos bajo el brazo para decirte... "Erase una vez".

Se llaman "Encandilados" y estan allí todos viernes del verano para encandilarte con sus cuentos. Son cuenteros de aquí y de allí que se unen para contar a viva voz, sin micrófono, cuentos para adultos que han leído o han inventado. 

Quieren expresarse, ensayar, contar y disfrutar cada vez mejor.

Este último viernes, 28 de julio, allí que estuve disfrutando de esta velada. Además tenía el aliciente de que una amiga Piluca Martínez de Velasco quería contar unos de mis cuentos: "Boca abajo".


Fue toda una invitación: allí me esperaba una sillita azul y uno de mis cuentos puesto en escena. Eso es un regalo.

Alli estuvimos.
Bajo la farola diez u once narradores con muchísimas ganas de contar, y al otro lado todos los que paseaban por El Retiro y quisieron acercarse.





Las fotos no me salieron muy bien, y bien que lo siento, pero el rato... el rato me salió estupendo.

Mil gracias a Piluca, y a todos sus compañeros porque disfrutamos mucho con ellos y su forma de contar.


viernes, 28 de julio de 2017

Gloría Fuertes habría cumplido hoy 100 años




Confieso que de pequeña no me perdía nunca Un globo, dos globos, tres globos. Me recuerdo disfrutando delante de la tele, al lado de mis hermanos, antes o después de haber visto 
Vicky el Vikingo. 

Confieso que sería por entonces cuando conocí a Gloria Fuertes: una poeta vestida de hombre, con voz de hombre y cuyos poemas para niños no me gustaban nada.

Confieso que he tenido que crecer para darme cuenta de lo feliz que era de pequeña 
y no lo sabía. 

Confieso que he tenido que crecer para darme cuenta de cuánto me gustan los poemas (para adultos) de Gloria Fuertes.

Me alegro mucho de haber crecido, aunque quizá ya no sea tan feliz como cuando veía 
un globo, dos globos, tres globos.

Ahora puedo confesarme:

Me llamo Rocío Díaz y soy Gloriadicta


TE VI

Te vi,
se rompieron nuestras soledades,
se alborotó el instinto,
se llenaron de luz las lámparas fundidas.
Se murieron del susto, nuestros primeros padres,

y tu pena y mi pena,
se suicidaron juntas
la tarde
de nuestro encuentro.




“Mi profesión, las letras.
Mi vocación, vivir.
Soltera por capricho.
Universal, por votación.
Amante de las fieras, de los niños.
Y de los que me quieran más que yo” (“Mujer de verso en pecho”, pág. 131).


Ya ves qué tontería

Ya ves qué tontería,
me gusta escribir tu nombre,
llenar papeles con tu nombre,
llenar el aire con tu nombre;
decir a los niños tu nombre
escribir a mi padre muerto
y contarle que te llamas así.

Me creo que siempre que lo digo me oyes.

Me creo que da buena suerte:
Voy por las calles tan contenta
y no llevo encima nada más que tu nombre.


Escuelas Selgas de Asturias



Y ocurre que vas andando por El Pito, un pueblecito muy cerca de Cudillero, y de pronto ¡zas! te sorprende un edificio que no te esperarías en una población tan pequeña. Porque el que más y el que menos hemos estado en Cudillero, o alguien nos ha dicho que si vamos a Asturias no dejemos de ir a conocerlo. ¿No es así? Porque hay que reconocer que el precioso Cudillero, con sus casitas de colores escalonándose hacia el mar, como un anfiteatro de lujo, uno no debería perdérselo nunca.

¿Pero El Pito? El Pitu como dicen los asturianos, no te dice casi nadie que vayas a conocerlo. Y fíjate que es una pequeña localidad pegadita a Cudillero, tranquila, apacible, asturiana donde las haya con sus típicas casonas y su cielo gris, pero también donde uno de pronto se topa con un conjunto cultural que tiene más de cien años y que se merece que te pares a mirarlo despacio y que en cuánto no te vean ¡te lo traigas para Madrid!

Que es lo que yo he hecho. 

Y ahora que ya estamos en confianza, no es por "chafardear" pero mira que tenían que ser "acomodados" los Selgas, esa familia de El Pitu de principios del 1900 para hacer esa Iglesia que me hubiera encantado conocer por dentro porque desde fuera tenía muchísimo encanto, y hasta dicen que tiene una cripta panteón con el altar más antiguo de España, del siglo VIII; o ese Palacete que menudos jardines de vistosos que luce y dicen que guardan sus buenas obras de artes, y yo, qué penita, que no he podido tampoco conocer, y sobre todo o desde luego esas escuelas señoriales y monumentales que fueron tan importantes en su época y que aún funcionan y despertaron esta curiosidad mía para con todo lo que signifique educación.


De familia "acomodada" dicen los artículos. Pues a juzgar por sus obras "acomodada" sería poco. ¡Vaya  con los Selgas!

Unas escuelas que si te llaman la atención por su elegancia y su grandiosidad en el 2017 ¡qué parecerían cuando las construyeron entre los años 1914 y 1915! ¿Os imagináis cómo sería ese pueblecito entonces? Porque ahora no vale, hay que situarse cuando se construyeron.

¿Y no os imagináis cómo se llamaba este miembro de la familia Selgas que hizo posible estas monumentales escuelas? ¡Fortunato de Selgas y Albuerne (1838-1921)! no me digáis que no le viene el nombre que ni pintado... 

Pues bien, el afortunado Fortunato era el penúltimo hijo de un matrimonio acomodado de El Pito, que tuvo a bien, a muy bien diría yo, destinar parte de su fortuna en luchar contra la lacra de analfabetismo que casi era del 50% en aquellos años de principios del siglo XIX. Erudito y hombre apasionado por el arte, pensó qué podía hacer para que la cultura, en el amplio sentido de la palabra, llegara al pueblo. Y se decidió por construir un centro escolar en su aldea asturiana de origen. 

Un centro que no solo era espectacular en cuando a arquitectura sino que además daba educación a todos los niños que quisieran, independientemente de su renta familiar. Que daba los libros gratis y tenía cinemateca y comedor. Ahí es nada. Un año después, en 1916, el Rey Alfonso XIII le agradecería a Fortunato su labor en pro de la cultura. Con el tiempo las Escuelas Selgas pasaron a ser colegio público, y ahora alberga el Instituto de educación Secundaria del municipio. 



Y que yo os traigo hasta mi blog para que sepaís de su existencia, que imagino que muchos ya sabríais mejor que yo. Y de las que ya hablamos, aunque de pasada, cuando le dedicamos una entrada al tema de la educación en Asturias con motivo del Museo de la Escuela Rural de Viñón.

Se merecían esta entrada ¿verdad?Los Selgas, Fortunato y sus bienes.


domingo, 23 de julio de 2017

"Derecho natural" de Ignacio Martínez de Pisón



“Mi padre no siempre se pareció a Demis Roussos. Cuando Demis Roussos era ya Demis Roussos, medio calvo, barbudo, barrigón, envuelto en anchas túnicas con bordados de colores, el escaso pelo alborotado en largas guedejas, mi padre era todavía un hombre espigado, fibroso, con aire de galán y una buena pelambrera, vestido con polos entallados que dejaban asomar el pelo del pecho. En algún momento, a comienzos de la década de los ochenta, sus aspectos físicos debieron de confluir."

Yo comienzo una novela, de la que ya me atraído su portada, con esta primera frase y ya me ha ganado. Qué buen arranque. 

Y así me pasó con "Derecho natural", la última novela de Ignacio Martínez de Pisón, que he terminado hoy con una sonrisa en la cara.

Ignacio Martínez de Pisón es uno de mis autores españoles preferidos. Buen novelista, escribe novelas cercanas con una prosa amena, ágil, no exenta de detalles. Sus historias están bien estructuradas y llevan cierto poso de tristeza, como suele ser la vida.

Como con otras novelas suyas he disfrutado de su lectura. Siempre, al menos en las otras suyas que yo he leído, son familias las protagonistas de sus novelas. Familias con las que te terminas encariñando a fuerza de vivir con ellos sus pequeños y grandes dramas, su dura vida cotidiana. Te lo cuenta de forma tan creíble el autor que no te cuesta sentir que estás ahí con ellos.

En esta ocasión nos regala una novela ambientada en la época de la Transición española.

La trama nos cuenta la historia de una familia cuyo padre es especialista en salir huyendo dejándolos en la estacada. Un padre irresponsable que termina ganándose la vida como doble de un Demis Roussos ya obeso y decadente, en los hoteles de la Costa Española. 

Está contada en primera persona por el mayor de los hijos: Ángel, que lleva el mismo nombre del padre, y al elegir a este narrador nos acerca más a la historia. Y en su forma de contarlo varias veces se rompe la linealidad temporal otorgando más agilidad a la narración. Ángel nos va a contar la historia de su familia, y la de su gran amor.

Los personajes principales son cómo ya hemos dicho: El padre, Ángel, un padre inmaduro que deja a la familia varias veces y no se ocupa de ellos en absoluto. La madre Luisa, cuyo carácter también ambivalente propicia algunos de los desastres familiares que les ocurrirán al tomar también decisiones erróneas. Y luego están los hijos: Ángel, el mayor, quién cuenta la historia y se pasa la vida intentando comprender a sus padres y sus acciones. Y sus tres hermanos: Manolo, desde niño muy problemático. Y las dos hermanas pequeñas: Cristina y Paloma.  Personajes que pasan la vida buscando su identidad, su sitio, corriendo en busca de sus metas intentando huir de sus tristezas.

"arrollador, egocéntrico, autoritario sin pretenderlo, volvía a ser el astro rey, y ella, que en su ausencia había ocupado el centro de nuestro pequeño sistema solar, se dejaba absorber por la fuerza incontenible de su gravitación. Al lado de mi padre sólo podíamos ser satélites".

El referendum, las drogas, la ley del divorcio son cuestiones que salen en la novela y que ayudan a su perfecta ambientación temporal. Son los años 70, 80, 90... Desde que Ángel es un niño hasta que ya es un hombre. Espacialmente la acción transcurre primero en la ciudad de Barcelona, donde se trasladan a vivir sus personajes, y luego en Madrid a donde se traslada el protagonista en solitario. Comienza siendo niño y termina estudiando Derecho, Filosofía del Derecho y Derecho natural, de ahí el título de a novela.

Es una novela solida, donde los personajes son creíbles. Te da tiempo un poco a todo al leerla, hay momentos para la ternura y otros para el disparate. Hay escenas tristes y escenas hilarantes. Y a mí desde luego el personaje protagonista me ha ganado con su "cordura" en esa familia "singular" que le ha tocado. 

En cuánto a la estructura, tiene un prólogo y un epílogo que sobre todo éste último a mí me ha parecido muy bueno, cierra el círculo, empieza con su padre y termina con él. 

No es desde luego una novela trepidante, ni te mantiene ahí "enganchado" ni "en vilo", no hay ningún misterio que resolver, se trata de vivir con esos personajes mientras ellos viven. Tampoco quizá sea "la gran novela", pero es una historia cotidiana agridulce que a los de mi edad nos puede resultar bastante familiar al coincidir su historia con algunos rasgos de la nuestra. El eje principal es "la familia", la interrelación de sus miembros y como las acciones de unos influyen en todos los demás, sobre todo las de los padres. 

Y siempre contado con una prosa fluída y rica. Entretenida, agradable de leer, para mí buena literatura, una historia familiar, una saga, que discurre con un tono plácido, cercano, doméstico y entrañable. 


sábado, 22 de julio de 2017

Museo Escuela Rural de Asturias, de Viñón (Cabranes)



“Al llegar a la escuela saludábamos al maestro, no había estufa, éramos grandes aliados del frío. Nos sentábamos en mesas de dos, la clase se componía de tres secciones: pequeños, medianos y mayores. Nos poníamos el mandilón de color verde, yo tenía el 9, éramos 50 en clase". Yo consideraba al maestro como un segundo padre, pues si algo sé, él me lo enseñó." Andrés Batalla


Hoy quería recomendaros un lugar muy especial, que he visitado recientemente y me ha causado muy buena impresión.

Me estoy refiriendo al Museo de la Escuela Rural de Asturias, que está en Viñón (Cabranes). A 7 km de Villaviciosa y a 15 de Naves. 

Estuve en este mes de julio y nos dijo el señor que nos lo enseñó que les hicieramos publicidad, y aquí estoy compartiéndolo con vosotros porque realmente merece la pena. Muy amable el señor que nos la enseñó, que no era además la persona que suele estar habitualmente. Nos dijo que era una compañera quién suele estar, pero justo esa mañana no estaba, así que le perdonáramos porque no solía hacerlo. Nada que perdonar, desde luego.

No es la primera vez que visito un Museo de estas características. Va a hacer tres años que os hablé de la Escuela Rural de Linás de Marcuendo en Huesca. Os dejo el enlace por si queréis recordarla:


Y sin desmerecer a aquella, que también me gustó mucho. Os diría que la que os traigo hoy está genial, porque es muy completa. 

En la planta baja tenemos varios paneles donde explican cómo ha evolucionado la escuela y por tanto la educación en Asturias. 

Atendiendo a la educación oficial por un lado, señalándose el año 1857 como los inicios de la educación en Asturias. Y por otro parte prestando la atención que se merecen las otras alternativas educativas que existieron en esos primeros momentos: La ayuda económica tan enorme que prestaron aquellos indianos que habian hecho fortuna en México, Cuba, o Santo Domingo y querían ayudar a su pueblo y a sus vecinos y crearon buenas escuelas, como por ejemplo las Escuelas Selgas, de las que hablaremos en otra entrada. O aquellas escuelas temporales con maestros babianos sin titulo que venían de León, de la zona de Babia, y que eran contratados para dar una educación básica impartiendo clases en los pórticos de las Iglesias o donde podían y a los cuales también alimentaban cada vez en una casa y por eso se les llamaba "catapotes".

La foto de debajo es del día de la inauguración de la escuela que visitamos. Fue en noviembre de 1908. Más de cien años y podemos ver hoy esa imagen, ya veis.  Entonces fue ideado para que fuera a un lado la clase de los niños y al otro la de las niñas. Ya os traeré fotos de otras escuelas donde claramente se ve la distinción.






  Además de toda esta información, en esta planta baja tenemos la recreación de dos clases. Según entras a la izda tienes la que sería de la época de la República, más o menos del año 1931, más rudimentaria, más pobre; y a la derecha, con muchos más detalles puesto que está más cercana en el tiempo, una recreación de la típica escuela del Franquismo, de los años cincuenta o sesenta.

Os dejo varias fotografías de la escuela, no le falta detalle: La bola del mundo, la pizarra donde nos explican cómo era uno de sus días, la estufa para calentarla, los libros, las labores, los plumieres, lo cuadernos, los libros, los babis blancos colgados cerca de la puerta. 

Nos explicaba el señor que nos la enseñaba que él había sido un alumno más en esa escuela. Y que había clase de lunes a sábado. Y que los sábados lo último que hacían era limpiar la clase entre todos. 




 
La escalera de subida a la segunda planta tiene fotos de grupos de niños que han estudiado allí. Fotos de varios años, de varias épocas.  Distintos grupos escolares para el recuerdo. Miras las fotos y ves cómo van cambiando los cortes del pelo, los vestidos e incluso el número de niños que asistían a las clases.



 En la parte de arriba de la casa estaban las viviendas del maestro y de la maestra con sus familias. También es muy curioso ver como era, con su cocina, sus mesas camillas, "la loza" y demás enseres domésticos que hoy ya ni se utilizan. También vemos fotos de algunos de los maestros que habían pasado por allí. 




Ahora a un lado de la parte de arriba de la casona está recreada como era una de estas casas del maestro, ya lo veis en las fotos.





  Y al otro lado de la parte de arriba tienen un pequeño museo de juguetes. Con un montón de ellos.


Se ven juguetes de muchas épocas. Cómo van cambiando las modas, cómo va cambiando la forma de pensar, se ve claramente en los juguetes que se tienen de cada tiempo. 

Y si ya nos fijamos en un juguete en particular, por ejemplo un triciclo, tienen los suficientes para que podamos ver la evolución de él a lo largo de bastantes años, puesto que el primero de ellos es de principios del siglo XX.

A mí me gustó especialmente el apartado en que estaban todos esos juguetes con los que yo jugué de pequeña: las batería de cacerolas de acero inoxidable, el saltador, las muñecas recortables de papel. Jo, parecía que había vuelto a uno de mis días de Reyes...





Finalmente os dejo con el exterior de este Museo. Las vistas que se ven desde las ventanas de arriba de esta escuela centenaria que ahora nos ha ayudado a dar un paseo de más de un siglo por la educación en Asturias.

Y el exterior de esta escuela. Una de esas casonas que me gustan tanto del norte pintada de azul.

Como escuela este centro dejó de funcionar en el año 1970. Cuando entró la nueva Ley de Educación. Nos dijo el señor que nos la enseñaba que se cerró este centro y muchos más del mundo rural por entonces. 

Hay que agradecer que exista a todos cuántos ha contribuido con sus recuerdos y sus cosas. También por supuesto con la documentación y con su tiempo. Personas que han pasado por ella, muchos de ellos. Han hecho un buen trabajo de recopilación y estudio, merece la pena la visita.

jueves, 20 de julio de 2017

Libros recomendados por Fernando Savater - Librotea




Hoy quería compartir con vosotros un artículo de Fernando Savater que me ha gustado. Va de libros y recomendaciones.

https://librotea.com/inspiradores/fernando-savater/estanteria/si-vas-a-leer-un-solo-libro

LIBROS RECOMENDADOS DE Fernando Savater

Si vas a leer un solo libro...


Estimado desconocido, comprendo que eres una persona muy ocupada y que es una impertinencia pedirte además que leas. Tienes tu trabajo (lástima que no seas un  rentista, que es la condición perfecta del lector), tu familia (desde el punto de vista de la lectura, lo mejor sería que estuvieras soltera/o y sola/o en la vida, pero hay que aceptar lo que nos toca), tus aficiones de interior y al aire libre, incluso tu religión  o tu militancia política que está muy bien pero que también quita su tiempo. A ello se añaden tus horitas diarias de internet, la búsqueda de vídeos graciosos  que mandar a los amigos para que vean que tienes chispa, los partidos de fútbol, los partidos de tenis, las 24 Horas de Le Mans (que duran eso, veinticuatro horas) y tantas otras necesidades de tu espíritu a las que no vas a renunciar. De modo que lo de leer, francamente, está difícil. ¡Qué más quisieras tú que tener tiempo para eso! Pero yo te propongo que leas un libro, sólo un libro, del género que prefieras. Una vez leído se acabó, nunca más, abandonas el vicio para siempre. A no ser que... Por si acaso, voy a decirte un libro, nada más que uno de cada género, por si te sirve de orientación.
- Si vas a leer sólo un libro de filosofía, que sea "Sobre la libertad" de John Stuart Mill, para saber qué tienen que dejarte hacer y qué debes permitir que hagan los otros.
- Si vas a leer sólo un libro de poesía, que sea "Las flores del mal" de Charles Baudelaire, para que tengas un pretexto de aprender francés.
- Si vas a leer sólo una novela de aventuras, que sea "El mundo perdido" de sir Arthur Conan Doyle, para que sepas de dónde viene Jurassic Park y el resto de la dinomoda.
- Si vas a leer sólo una novela de amor (y desdicha, claro), que sea "Ana Karenina" de León Tolstoi, para que sepas cómo se las gastan los rusos.
- Si vas a leer sólo una novela de ciencia ficción, que sea "La isla del doctor Moreau", de Herbert George Wells, después de la cual te verás raro al mirarte al espejo.
- Si vas a leer sólo una novela de terror, que sea "Cementerio de animales" de Stephen King, para que renuncies a todas tus mascotas.
- Si vas a leer sólo una novela policíaca, que sea "El sabueso de los Baskerville" de sir Arthur Conan Doyle, para que saludes, conozcas y despidas al gran Sherlock Holmes.
- Si vas a leer sólo un libro político, que sea "La condición humana" de Hannah Arendt, porque pone cada cosa en su sitio.
- Si vas a leer sólo un libro de cuentos, que sea "El Aleph" de Jorge Luis Borges.
- Si vas a leer sólo una novela histórica, que sea "Vida y destino" de Vasili Grossman, para que sepas lo que derivó de la Revolución de Octubre, cuyo centenario se cumple este año.
- Si vas a leer un sólo libro humorístico, que sea "Para leer mientras sube el ascensor", de Enrique Jardiel Poncela, porque cuando el humor no es breve y chocante deja de ser humor para convertirse en otra cosa (por ejemplo, el Quijote).
- Y si sólo quieres leer un libro pero que sea de filosofía y de poesía, de aventuras y de terror, histórico y hasta político, lee "Moby Dick" de Hermann Melville. Si puedes, léelo todos los años.


domingo, 16 de julio de 2017

De los principios...




A mí me gustan mucho los principios. 

Los principios de cualquier historia, cualquier momento, cualquier cosa. Porque entonces es cuando todo puede ocurrir, todo, absolutamente todo.

Un universo está por inventar.

Y después, mucho tiempo después, con solo evocar ese principio sonreirás.


¿Recordais estos principios?

El amor en los tiempos del cólera de Gabriel García Márquez
Era inevitable: El olor de las almendras amargas le recordaba siempre el destino de los amores contrariados.


Don Quijote de la Mancha, de Cervantes. “En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda..."


 Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez.
“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”


La metamorfosis, de Franz Kafka.
“Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.”


Lolita, de Vladimir Nabokov.
“Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo. Li. Ta.”


 Historia de dos ciudades, de Charles Dickens.
“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos, la edad de la sabiduría, y también de la locura; la época de las creencias y de la incredulidad; la era de la luz y de las tinieblas; la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.


 La regenta, de Leopoldo Alas Clarín.
“La heroica ciudad dormía la siesta. El viento sur, caliente y perezoso, empujaba las nubes blanquecinas que se rasgaban al correr hacia el Norte.”


 Moby Dick, de Herman Melville.
“Llamadme Ismael. Hace unos años -no importa cuánto hace exactamente-, teniendo poco o ningún dinero en el bolsillo, y nada en particular que me interesara en tierra, pensé que me iría a navegar un poco por ahí, para ver la parte acuática del mundo.”


Rayuela, de Julio Cortázar.
¿Encontraría a la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine, al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua.


 El extranjero, de Camus
Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé. Recibí un telegrama del asilo: “Falleció su madre. Entierro mañana. Sentidas condolencias”. Pero no quiere decir nada. Quizá haya sido ayer.


La familia de Pascual Duarte, de Cela
Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo.


 El pájaro espino de Collen Mcullough
Hay una leyendo sobre un pájaro que canta solo una vez en su vida, y lo hace más dulcemente que cualquier otra criatura sobre la faz de la tierra.

viernes, 14 de julio de 2017

El Faro de Calella (Barcelona)


Había que seguir cazando faros.

Aunque se escondieran tras las palmeras. Aunque sus veletas les aconsejaran salir huyendo en la dirección contraria de dónde estaba la cámara que terminaría cazándolo.

Necesitábamos descubrirlos, necesitábamos que siguieran iluminando nuestro camino hacia delante, siempre adelante, hacia tierra.




El Faro de Calella se encuentra situado en la cima de un promontorio de unos 50 metros de altitud. En el lugar dónde ahora está el faro, había una antigua torre de vigilancia y defensa, que vigilaba y protegía las costas del peligro de los ataques de los piratas argelinos. Fue inaugurado el día 15 de diciembre de 1859.

 Hoy, la luz del faro llega a una distancia de unas 35 millas y es conocido en las cartas de navegación por sus destellos, 3 y 2, cada 30 segundos.




Otras entradas sobre faros y lugares mágicos literarios:
http://rociodiazgomez.blogspot.com.es/search/label/LUGARES%20M%C3%81GICOS%20LITERARIOS

martes, 11 de julio de 2017

Otra entrada de la colección "Los nombres de las tiendas"

Una frutería que se llama "La pera limonera"

 Esta entrada está hecha de regalos. Así soy de afortunada.

Una fruteria que se llama "La pera limonera", un establecimiento donde se hacen tatuajes que se llama "Tatoo Hadas" y un tienda de regalos en Conil que se llama "Caminito de Cai".

Mi familia y mis amigos cuando van por ahí y ven una tienda con nombre chulo o un letrero curioso, se acuerdan de mi blog, la cazan y me la mandan.

Qué buena idea.

Me da mucha alegría cuando de pronto me llega un "guasap" que dice "Roci para tu blog".

Mil gracias a todos. Mi blog tiene mucha suerte de teneros. ¡Y yo más!



Un establecimiento de tatuajes que se llama "Tatoo Hadas"

Una tienda de regalos que se llama "Caminito de Cai"

domingo, 9 de julio de 2017

De las palabras verano y estío





Yo creo que, a pesar de las tormentas, ya va tocando hablar de la palabra VERANO.


La palabra verano etimológicamente hablando procede de un adjetivo, el adjetivo latino: veranus, a, um.  

Porque la palabra que designaba al verano, tal y cómo ahora lo concebimos, era en latín “aestas, aestatis”, de dónde procede nuestra palabra “estío”.

En latín, se denominaba “verano” al tiempo entre mayo y junio, el período de calor suave que seguía a la primavera. Nuestra palabra “Primavera” vendría de la unión de las palabras “primer” “ver” que era cómo ellos llamaban a la primavera (“ver, veris”) o primera época de buen tiempo. Mientras que al período más caluroso, o de calor más álgido, que sería de julio a septiembre, lo denominaban estío. De ahí vendrían términos como “época estival”.

Luego lo que nosotros llamamos verano en realidad deberíamos llamarlo siempre “estío”. Sin embargo conservamos las formas cultas de “estio” o el adjetivo “estival” como formas más cultas que preferimos utilizar más en poesía.

De ahí también que muchos expertos piensen que las estaciones del año tendrían que llamarse: primavera, estío, otoño e invierno. Pero en algunos países prosperó más la palabra verano que la de estío quizás porque es más fácil de pronuncia.

El castellano, el portugués (verao), el rumano (vara) llaman también verano al estío. Mientras que en el francés, el italiano o el catalán se conservó la palabra estío: en francés se dice été, en italiano estate y en catalán estiu.  

Entonces ¿qué? ¿Veraneamos?

viernes, 7 de julio de 2017

Cruzándome con Mr. Greenwich



"El meridiano de Greenwich es la referencia usada para realizar el calculo de las diferencias horarias en los diferentes lugares de nuestro planeta"


El otro día en la autopista A2 viniendo de Barcelona, pero ya en Aragón entre Bajaraloz y Peñalba me crucé con Mr. Meridiano de Greenwich.

¡Qué sorpresa!

Toda la vida oyendo hablar de él, y me lo voy a cruzar un día que llevaba el pelo todo revuelto y las pintas propias de venir de la playa. Mira que me lo decía mi madre: "Rocío a la calle hay que ir siempre bien que no sabes con quién te vas a encontrar..."

Y efectivamente, voy y me encuentro con el Sr. Greenwich y yo sin alisarme el flequillo...

Que no es ninguna tontería, que Mr. Meridiano de Greenwich pasa por los siguientes países: Reino Unido, Francia, España, Argelia, Mali, Burkina Faso, Togo y Ghana. Y atravesarlo en el nuestro tampoco ocurre todos los días... Todos los días no pasa uno del hemisferio occidental del planeta al hemisferio oriental.

El Sr. Meridiano de Greenwich a esa altura de la autopista A2 tiene forma de arco con cuatro metros de anchura, y hay varios carteles que te van avisando de que lo vas a cruzar.

Y a mí ya no me daba tiempo a atusarme... 

¿Y sabéis por qué se llama Greenwich?

El meridiano de Greenwich desde hace 132 años es el meridiano cero o primer meridiano. Y se llama así porque su punto de referencia es el antiguo Real Observatorio de Greenwich, situado en la ribera sur del Támesis, a 15 kilómetros de Londres. Tras la Segunda Guerra Mundial fue trasladado el observatorio debido a su mala visibilidad, pero las viejas instalaciones se conservan y fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997. Se trata de una línea que une los polos dividiendo el mundo en dos partes. Discurre de norte a sur atravesando todos esos países que os he comentado.




Es lo que tiene el verano, y las vacaciones, y sobre todo zascandilear que no sabe uno con quién va a terminar encontrándose... 


martes, 4 de julio de 2017

La biblioteca del Palacio da Bolsa de Oporto





Se quedará en la memoria cómo la biblioteca que no nos enseñaron. Aquella de vitrinas altas de madera y paredes color siena. Aquella que tenía un techo precioso de pinturas y unas lamparas verdes en las mesas que solo pueden iluminar libros fantásticos. La misma que tuvimos que fotografíar desde la puerta y casi a oscuras.

Nos enseñaron muchas salas del Palacio de la Bolsa de Oporto. Ese edificio construido en estilo neoclásico en la segunda mitad del siglo XIX que ahora es sede de la Asociación Comercial de Porto.

La construcción del Palácio da Bolsa comenzó en 1842 y pasó casi medio siglo hasta su inauguración en el año 1891. Participaron en ella grandes nombres de la escultura, de la pintura, de la arquitectura y de las artes decorativas. 

En la actualidad está calificado como Monumento Nacional.

 
Recordaremos a aquel señor que no consiguió hacerse un café a la entrada por más que lo intentó. Recordaremos lo bien que comimos en el restaurante de su planta baja, lo rico que nos supo aquel sabroso bacalao. Nos veremos otra vez sobre ese suelo de colores, ese mosaico que pisamos en el patio central bajo tantos escudos. 


Y después subiendo las preciosas y nobles escaleras para ir recorriendo despacio la sucesión de señoriales salones.  Uno tras otro...
 


Recordaremos incluso el gabinete de Gustave Eiffel, aquel que ocupó cuando pasó por Oporto. Tan austero, tan desnudo pero con aquella máquina de escribir antigua que lo llenaba todo.

¡Y cómo olvidar esa maravillosa Sala Árabe o Arábiga inspirada en La Alhambra de Granada! Cómo no recordarlo: Una sala de más de 300 metros cuadrados, muy recargada con motivos islámicos, decorada según el gusto oriental característico del siglo XIX.




Pero  lo que será imposible de olvidar, sé que no lo conseguiremos, es que no nos enseñaran aquella biblioteca. 

Esa tan coqueta por la que pasamos nada más entrar, esa que no tenía una mota de polvo, esa que olía a libro y a siglos de estudio, esa que solemne e hipnótica, aletargada y a oscuras palpitaba tras una insignificante cuerda. 
 
Esa misma biblioteca que contenía más de ¡10.000 libros!

Esa que relucía intacta. Que nos esperaba.


Nos esperaba.

Y nunca nos enseñaron.

sábado, 1 de julio de 2017

Los letreros de las calles por Cataluña




Hoy vamos a dedicar la entrada a estos letreros que al paso nos roban la voluntad. Hay que estar muy atentos porque nos acechan desde cualquier esquina, cualquier escaparate, tablón o pared. 

Y son muy listos, hacedme caso, muy listos. 

Y a la que te descuidas ¡zas! te atrapan.


Encabeza la entrada uno que me gustó mucho y que me raptó en Vic (Barcelona). Estaba en una tienda de regalos y dice más o menos así: "A cierta edad a uno ya no se impresiona con cuerpos fantásticos, sino con almas cautivadoras". Y yo creo que es verdad.





Esta foto de aquí debajo también muestra uno de esos letreros que me hizo sonreír. Estaba en Sitges (Barcelona) en la puerta de una quesería muy agradable donde había muchas cosas ricas...




Y ya el último de esta tanda nos lo encontramos en Calella, en un café, y tampoco tenía desperdicio: "Nada está perdido mientras sigamos buscando".