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lunes, 30 de diciembre de 2024

Diciembre de teatro: Teatro La Abadía y Teatro Naves del Matadero. "El maestro Juan Martínez que estaba allí", "La gramática" y "El mundo está roto pero se puede caminar".

 



Tenía mucho atraso con el teatro. Y en diciembre, por unas cosas u otras, me he resarcido. 

Durante tres fines de semana seguidos he tenido obra y en dos teatros que me gustan mucho: El Teatro de la Abadía y el teatro del Matadero. 

En otra entrada ya hablé de la obra de teatro "La gramática" que estuve viendo en las Naves del Matadero y que me gustó mucho. Una obra escrita y dirigida por Ernesto Caballero e interpretada por María Adanez y José Troncoso. A mí me gustó mucho el texto y la interpretación. Sin embargo he leído algunas críticas en las que consideraban la obra como clasista y sin conciencia social. Es una sátira, y así la tomé yo, pero tiene que haber todo tipo de público y de críticas. 

El Matadero me gusta mucho, su Casa del Lector, su Cineteca, sus exposiciones, su teatro más contemporáneo, la verdad es que me parece que es un centro de cultura importante y que siempre merece tenerlo en cuenta. 

Al teatro de la Abadía, por otra parte, he ido a ver dos obras que no tenían nada pero nada que ver. 

Estuve viendo a Miguel Rellán protagonizando "El maestro Juan Martínez que estaba allí", un texto de Manuel Chaves Nogales. En el argumento, un monólogo, se nos cuenta que "Juan Martínez, castizo madrileño nacido en Burgos, bailarín, artista de variedades, y su compañera Sole, emprenden una singular peripecia vital y laboral pocos días antes de que estalle la Gran Guerra de 1914. Istanbul, Bucarest, San Petersburgo, Moscú o Kiev serán el telón de fondo donde se desarrollan los episodios bélicos más sobrecogedores de esa Gran Guerra. Los cabarets, casinos y pensiones de esas ciudades serán los lugares donde intentarán sobrevivir nuestros protagonistas."

La verdad es que tenía las expectativas más altas de lo que luego resultó. Normalmente me gusta mucho Miguel Rellán, le he visto actuando tanto en películas, qué bueno en el Crack, como en series, y siempre me ha parecido muy buen intérprete. Sin embargo, en este caso me parecía que podía haber sacado más jugo al texto, ponerse más intenso, quedaba en conjunto un poco plano. Tiene un mérito enorme aprenderse todo ese texto e interpretar los dos papeles; el protagonista y su mujer. Por supuesto. Pero creo que podía haber intensificado más el texto en algunas ocasiones. O al menos esa fue la sensación que yo me llevé. No sé, seguramente la culpa la tenían las expectativas, como os decía y esperaba más, supongo. Eso no quita para que otras personas del público gritaran: "Bravo" varias veces seguidas. Así que no tengáis muy en cuenta mi opinión. Solo es eso. De todos modos sigo pensando que Rellán es un actor al que hay que ver siempre y que este teatro, una antigua abadía, es uno de nuestros mejores teatros.

Y también en él, pero dos semanas después, he ido a ver otra obra, esta vez una considerada "familiar" y basada en un cuento premiado como mejor historia en los Premios de Literatura Infantil y Juvenil en Euskera 2024 y titulado: "El mundo está roto, pero se puede caminar" de Harkaitz Cano y dirigida por Fernando Bernués. 

Me gustó mucho el texto, a propósito del poder de la lectura y los libros, me encantó. Que pena que el teatro no estuviera tan lleno como merecía. Aunque probablemente si hubiera sido domingo en vez de sábado habrían quedado menos butacas libres, creo. 

Yo lo veo como dirigido a un público de 12 o 14 años, eso hay que tenerlo en cuenta, pero es una delicia lo que va contando y cómo. El decorado era muy chulo también, como una biblioteca salpicada de libros y colores, muy alegre. Y los tres intérpretes lo hacen muy bien: Iratxe Uriz, Leire Ruiz y Txori García, transmiten energía y amor por los libros. Es una obra delicada, bien llevada a escena. Y desde luego el texto merece mucho la pena, está lleno de hallazgos. No es para adultos, o no es solo para adultos mejor dicho, desde luego, aunque tiene un mensaje de fomento de la lectura, tampoco creo que sea para niños pequeños, muchas referencias literarias no las van a entender, pero está muy bien hilado todo, muy trabajado y tiene mucha calidad. Un hallazgo donde el teatro y la buena literatura se dan la mano, aunque esté envuelto con forma de cuento para los jóvenes. 

En general muy provechoso este diciembre con el teatro. Antes de que terminara el año quería reseñarlo para que la memoria no me sise estos días. 

 


domingo, 29 de diciembre de 2024

"La cartera" de Francesca Giannone

 



Anoche terminé de leer "La cartera" de Francesca Giannone.

Siento como si me hubiera ido de viaje unos días a la Puglia de los años 30 del siglo XX. Cuando hace dos o tres años, ahora dudo, viajé al tacón de Italia me gustó mucho esa zona, me pareció muy auténtica, menos turística, menos espectacular que otras zona del mismo país, pero muy bonita, muy tranquila y más genuina. Mientras leía la novela no podía evitar sentirme allí, cerca de Lecce, que me causó muy buena impresión. Y claro esa ambientación ya me tenía ganada la voluntad. 

He estado muy a gusto leyendo la historia de Anna Allavena, qué nombre más literario para un personaje muy potente, muy atractivo que te va embaucando, según lees, por su fuerza y su forma de ser tan entera, luchadora, culta, abierta y recta. Es un personaje muy bien descrito, muy creíble. La portada del libro también me pareció muy chula y bien podría ser Anna, la cartera. 

La novela narra su historia, la de una mujer del norte de Italia que desembarca con su marido Carlo Greco y su hijito en el pueblo de éste, Lizzanello, un lugar inventado muy cerca de Lecce. Hay mucho contraste entre la Italia del norte y la del sur, mucho más cerrada y tradicional. Anna siempre será forastera en aquella tierra, pero durante treinta años, hasta el año 1952 veremos cómo transcurre su vida y la de su familia. Es una saga familiar del sur de Italia donde las tradiciones y el qué dirán tiene muchísimo peso. Pero Anna ha llegado para ser pionera en muchas cosas de las que emprende, y eso no dejará indiferente a nadie. 

La historia toca temas como la igualdad, el machismo, las tradiciones, la sororidad, la identidad, y desde luego el amor, porque lo cierto es que es una novela donde abundan los amores, sobre todo los contrariados. También es un homenaje a la lectura, porque los libros también son importantes en la historia de varias formas. 

Es una novela bien escrita, de ritmo pausado que transmite una sensación agradable de bienestar, no hay sobresaltos, ni grandes puntos de giro en la trama, entonces el lector se va impregnando de la historia poquito a poco y se va adentrando en ella así, con naturalidad, sencillamente, porque te entretiene y sobre todo, a mí, porque el personaje principal es muy potente y logra ganarte, te va calando y quieres saber qué pasa con ella. 

No me ha parecido un novelón, pero entiendo que tiene ingredientes, algunos personajes muy creíbles y atractivos (no todos), el ritmo sereno, la buenísima ambientación, que te conmueven, te atrapan y consiguen que muchos lectores disfruten con ella y guarden un buen recuerdo de su lectura. 




jueves, 26 de diciembre de 2024

Los días llenos

 


Los días de Navidad son días llenos. 

Llenos de presencias, reencuentros, risas y regalos. 

Pero en los días llenos se advierten más los huecos, las ausencias, el eco de aquella voz y su olor.


Los días de navidad son días de fabricar recuerdos, de hacer biografía, de brindar y abrazar.

Días tramposos. Días de brillos y adornos de quita y pon. 

Días que permites, con alegría, que te pongan la zancadilla el tiempo y la nostalgia. 


Los días que más nos arropamos, por fuera y dentro, son días de intemperie. 

Días al sereno que cuánto destemplan. 


Qué cuento tan bien escrito el de la Navidad. 






lunes, 23 de diciembre de 2024

"La gramática" en las Naves del Matadero. Qué gusto de teatro

 


No tocó nada en la lotería, una vez más, tocó perder, pero como esta vida es puro teatro, cambié la desilusión por una buena obra que me consoló mucho. Otra forma de disfrutar el 22 de diciembre. 

En la Nave núm. 10 del Matadero estuve viendo "La gramática" con María Adánez y José Troncoso, sobre un texto escrito y dirigido por Ernesto Caballero. 

Me pareció muy original, muy fresco el argumento: Una trabajadora de la limpieza de la RAE mientras limpiaba una de las estanterías siente caer sobre su cabeza un montón de libros de Gramática, desde la de Nebrija hasta la última de la RAE. Como consecuencia, y tras estar inconsciente un tiempo, se despierta como una verdadera erudita del lenguaje. Tan erudita y responsable con el lenguaje consigo misma y con el que hay a su alrededor, que se queda sin familia, sin amigos, sin vecinos y hasta sin trabajo de lo impertinente que se puede llegar a poner con el tema de la corrección lingüística. Un neurocientífico está decidido a curarla. 

¿Somos lenguaje? Una limpiadora, un neurocientífico y la gramática. Como decía María Moliner: Mis hijos y uno más: el diccionario. ¿El lenguaje cuánto nos influye? 

En clave de comedia muy irónica, ayer fue el último día de la representación. El Matadero de lo más transitado a pesar del frío y el teatro lleno hasta arriba. El texto muy original, alternaba el presente erudito de la limpiadora con su pasado rabanero y coloquial, con la agilidad y riqueza que eso conllevaba tanto en el lenguaje como en las situaciones distintas de su vida. Pleonasmos, oxímoron, anacolutos, dequeísmos, y un lenguaje de lo más vulgar, en un todo revuelto brillante. Los actores muy creíbles los dos, muy sueltos. Ambos actúan muy bien, aunque María Adánez lo borda cambiando de registro en su personaje con una facilidad y una seguridad pasmosa, cambiando de lenguaje como de ropa y vida. 

Qué gusto ir al teatro. 

Qué gusto dar con una obra con un texto y unos actores como éstos. 


jueves, 19 de diciembre de 2024

"Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro" Exposición temporal en el Museo del Prado

 



Nos volvimos a ver, qué bueno, y aprovechamos para ir a ver una de las exposiciones temporales del Museo del Prado. Nos lo habíais dicho: "Cuando quedemos, nos vemos una de las expos del Prado, que para eso somos Amigos del Museo" ¿Y quién dice que "no" a volver a ver "El Jardín de las Delicias" o "Las Meninas" o "La familia de Carlos IV"? Sería un pecado. 

Tal y como esperábamos, el sábado por la mañana el Prado estaba bien concurrido. Pero no importaba. Total no éramos más que cuatro cuerpos más, y si nos quedábamos con ganas ya volveríamos, que hasta marzo continuaba la expo. 

"Darse la mano. Escultura y color en el Siglo de Oro", una exposición para poner de relieve lo bien que empastaban ambas artes, lo que mejoraba el resultado con la escultura policromada. La creación artística del Siglo de Oro. 

Siete secciones dispuestas en forma de cuadrado que fuimos recorriendo una a una: 1. Dioses y hombres y bulto y de colores, 2. Escultura para la persuasión, 3. Artífices y mediadores divinos y humanos, 4. Volumen y policromía, 5. negro de luto en un juego de espejos, 6. Escultura, teatro y procesión y 7. El círculo cerrado: de la traza al trampantojo a lo divino. 

Nos lo tomamos con tranquilidad, paseábamos la exposición con calma, mientras conversábamos. "Igualito, que el Arqueológico de Corfú ¿verdad? Si estábamos casi solos...", "¡Y cómo llovía aquella tarde...!", "Además que sí, y luego viendo el cementerio británico todo embarrado...". Qué tarde más provechosa e inolvidable en Corfú. Y qué mañana de reencuentro tan agradable en el Prado. 

El Cristo de las Penas me impactó. Esa espalda cuajada de heridas de pronto ahí. Qué importante el color en la escultura. Después, los Cristos de Gregorio Fernández, el yacente, con esos dientes... Y Berruguete. Y Luisa Roldán o La Roldana, la primera escultora española, que también estaba allí. Me acordé de cuando leí la primera vez sobre ella: ¿Fue en el libro de Carlos del Amor? Ahora dudo... Pero la habíamos visto no hace tanto en la Galería de las Colecciones Reales con el Arcángel San Miguel venciendo al demonio. Dicen que al Arcángel le creó con su cara y al demonio con la de su marido. Pero vete tú a saber... También estaba un San Juan Bautista de Juan de Mesa, maestro de la escultura barroca. Vimos tantas esculturas barrocas bien chulas... ¡Y acuérdate de que estaba el cuadro de la Virgen de la Soledad! ¿Y quién dijo que ¡Mira está mi cuadro!? Las esculturas que solo tenían parte de delante porque iban colgadas en los retablos, los pasos procesionales, las esculturas de madera, el Museo de Corfú y el de Valladolid. 

Después hicimos el recorrido acostumbrado por lo que más nos gusta del Prado: El Jardín de las Delicias, etc, etc. Y por supuesto, había que detenerse en el cuadro Juana la Loca, de Francisco Pradilla, menuda historia, ahora rodeado de un grupo a quién se lo estaba explicando una guía de forma más que pormenorizada.

No nos faltó detalle para que la mañana fuera completa. 

Después, como siempre fuimos a comer. Qué casualidad que yo hubiera comido ahí tantas veces durante la pandemia. Otra vida, parecía. Madrid, a veces, es tan pequeño que asusta. Y luego nuestro café, por supuesto, donde mojamos otra de nuestras largas e interesantes conversaciones. 

Qué gusto volver a veros, de verdad, que agradable estar turisteando de lujo por Madrid, poniéndonos al día. En cuánto pase la Navidad, repetimos, y esta vez que no pasen tantos meses ¿vale? ¿Prometido? Prometido. 








martes, 17 de diciembre de 2024

"La conspiración de las lectoras" de José Antonio Marina y María Teresa Rodríguez de Castro. Reseña literaria

 



"El Lyceum resultó enseguida una institución sospechosa. Isabel Oyarzábal -que acabó siendo embajadora en Suecia- dice que «era el único lugar en Madrid donde se podía respirar, lo que hizo que tuviera mala reputación». Sus socias fueron etiquetadas de «criminales», «liceómanas», «ateas», excéntricas» y «desequilibradas». Se consideraba el club como un «casino femenino» lleno de «mujeres jugadoras» porque había una sala para jugar a las cartas. Se sospechaba que era un local de ocio, que era, por supuesto, donde obraba el demonio. Las llegaron a acusar de tener un fumadero de opio. «Si fuera verdad lo del fumadero no tendríamos ánimos para organizar tanta cosa. ¿No te parece?», comentaba en una carta la poetisa Ernestina de Champourcin a su amiga Carmen Conde, entre divertida y hastiada. Como veremos, los ataques venían de varios frentes; sobre todo, de algunos intelectuales conservadores y de determinados sectores eclesiásticos."


Termino de leerme "La conspiración de las lectoras" de José Antonio Marina y María Teresa Rodríguez de Castro, publicado por Anagrama y que me ha parecido muy interesante. 

Tenía muchas ganas de leer a este autor, y en cuánto vi que hablaba en la radio de este libro, que además trataba del Lyceum Club Femenino, no me lo pensé. 

Es un ensayo que supuestamente cuenta un caso de la agencia de detectives filosóficos y culturales "Mermelada & White", agencia fundada por este autor para estudiar algunos casos que han quedado ahí medio estudiados por la investigación académica. Yo le suelo escuchar en una sección que tiene en el programa de RNE de Pepa Fernández los fines de semana "Hoy no es un día cualquiera", y siempre me interesa lo que cuenta, aunque sea a veces un poco sesudo. 

Este libro tampoco me ha parecido de lectura fácil, la verdad, había capítulos en los que hablaban más de las mujeres que formaban parte de la asociación de mujeres, con mujeres de todas las tendencias políticas, llamada Lyceum Club que me gustaban mucho porque me parecen muy atractivas sus vidas y su empeño en aquellos tiempos en estudiar y aprender, y yo quería profundizar. Pero reconozco que tiene capítulos más centrados en temas áridos como lo jurídico o la política, que me han costado y mucho.

El origen del libro y por tanto del caso, parece ser que se lo sugirió la escritora Carmen Martín Gaite, en un momento distendido de una conversación en el que le hablaba de cómo estaba buscando documentación sobre la escritora Elena Fortún: "¿Y si hubiera triunfado la utopía educativa del Lyceum Club Femenino?"

Y para intentar contestar a esta pregunta los dos autores iniciar la investigación explicándonos el nacimiento de esta Asociación de mujeres fundada en el año 1926 en el Madrid de la dictadura de Primo de Rivera, por María de Maeztu y en el que estaban integradas un montón de mujeres brillantes de aquel tiempo. Estamos refiriéndonos a Victoria Kent, Zenobia Camprubí, Clara Campoamor, María Teresa León, Isabel Oyarzabal, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, Carmen Baroja, María Lejárraga... Mujeres muy talentosas que seguramente ya conocéis, y si no es así deberíais hacer por conocerlas, que creían que la educación podía superar las barreras políticas o religiosas.

El Lyceum estaba en la Casa de las Siete Chimeneas, el edificio que ahora ocupa el Ministerio de Cultura, en la calle Infantas. Y debía ser un lugar muy especial, donde las mujeres, entre tazas de te y conferencias, y lo que es mejor, en un ambiente de concordia, aprendían y disfrutaban. La asociación, por supuesto, duró hasta la guerra civil. 

Ya os digo que es un ensayo, no es una novela. A mí, reconozco que no me atrapan igual. Pero, de vez en cuando, sí que me apetece mucho leer sobre temas que me interesan desde otras perspectivas y géneros. Este es un libro donde se ha hecho un estudio pormenorizado desde los inicios de la Asociación, pasando por una concatenación importante de reflexiones a apropósito de su existencia: su relación con las normas jurídicas, con el derecho, con las opciones vitales de si te resignas con lo que te ha tocado o luchas... Y finalmente con la trayectoria personal de as vidas de sus protagonistas, qué fue de ellas. 

No es una lectura ligera, es un trabajo de investigación, un ensayo que te muestra una época convulsa y brillante, que te disecciona qué ocurrió con aquella asociación de mujeres, cómo evolucionó y terminó. Y merece la pena leerlo porque el Lyceum fue un claro ejemplo de lo que se puede conseguir cuando nos juntamos y peleamos por la educación o lo que creamos importante. Es un libro instructivo que te despierta la curiosidad por saber más de muchos temas, por ahondar en diversas biografías de mujeres con un talento y una fuerza que debemos conocer y que casi se quedan en el olvido.  



sábado, 14 de diciembre de 2024

Presentación del libro "Lo que la hoja te cuenta" de la Tertulia Literaria Rascamán

 





Una vez yo tuve la suerte de encontrar mi sitio. O debería decir uno de mis sitios, porque los años, las arrugas y las ausencias me han enseñado que no es conveniente depositar todos los afectos ni en un solo lugar ni en una sola persona. Y no es mala enseñanza.

Pero sí puedo asegurar que uno de mis refugios preferidos es la tertulia literaria donde paso cada semana una tarde presencial, y muchos ratos virtuales. Quién me hubiera dicho a mí hace 25 años que estaba entrando en un patio donde jugamos al corro las personas y las palabras, las palabras y las personas. Ese juego maravilloso y eterno que ya nunca me he querido perder.

En Rascamán, que es una palabra que no significa nada pero simboliza una tertulia que significa muchísimo, encontré el cobijo necesario para escribir sin sentir soledad, a mí no se me da nada bien ese sentimiento. Con el tiempo la tertulia ha crecido conmigo y son muchísimos relatos ya los que he escrito y corregido gracias a la inspiración y la compañía que me ha prestado. 

Este invierno, mis compañeros y yo, volvimos a compincharnos para que viera la luz nuestra cuarta antología. No solo es una excusa para juntarnos, es un resumen de lo que significa trabajar juntos abrazando palabras, que suena tan cursi como cuando esos, no menos locuelos, dicen que lo hacen con los árboles. Pero mira tú que al final es así como resulta que vamos tantos por la vida.

"Lo que la hoja te cuenta", o el cuarto libro donde nos celebramos. 

Javier Díaz, poeta y coordinador de la tertulia, presentando


David Lerma, compañero del alma, que me dejó el mejor sitio para grabar




José Antonio Carmona que ha sido el editor del libro y tiene unos poemas preciosos que me pueden.



Matteo Barbato, nuestro poeta italiano, que es una de las últimas incorporaciones a la tertulia.




Carmen Padín, nuestra mejicana favorita, que ha hecho la ilustración del libro



Amelia Serraller, traductora y poeta, también de las últimas incorporaciones, que me pasó la foto de familia más nítida.


Una servidora.


Y nuestro Aureliano Cañadas, que nos inventa los temas y las aventuras, nuestro poeta sabio que está pachucho, pero ahí estaba, por supuesto. 


Y por favor, que me perdonen todos los compañeros que no he podido sacar en la entrada porque sería interminable. Estáis ahí, por supuesto, cada uno con su voz.