"El Lyceum resultó enseguida una institución sospechosa. Isabel Oyarzábal -que acabó siendo embajadora en Suecia- dice que «era el único lugar en Madrid donde se podía respirar, lo que hizo que tuviera mala reputación». Sus socias fueron etiquetadas de «criminales», «liceómanas», «ateas», excéntricas» y «desequilibradas». Se consideraba el club como un «casino femenino» lleno de «mujeres jugadoras» porque había una sala para jugar a las cartas. Se sospechaba que era un local de ocio, que era, por supuesto, donde obraba el demonio. Las llegaron a acusar de tener un fumadero de opio. «Si fuera verdad lo del fumadero no tendríamos ánimos para organizar tanta cosa. ¿No te parece?», comentaba en una carta la poetisa Ernestina de Champourcin a su amiga Carmen Conde, entre divertida y hastiada. Como veremos, los ataques venían de varios frentes; sobre todo, de algunos intelectuales conservadores y de determinados sectores eclesiásticos."
Termino de leerme "La conspiración de las lectoras" de José Antonio Marina y María Teresa Rodríguez de Castro, publicado por Anagrama y que me ha parecido muy interesante.
Tenía muchas ganas de leer a este autor, y en cuánto vi que hablaba en la radio de este libro, que además trataba del Lyceum Club Femenino, no me lo pensé.
Es un ensayo que supuestamente cuenta un caso de la agencia de detectives filosóficos y culturales "Mermelada & White", agencia fundada por este autor para estudiar algunos casos que han quedado ahí medio estudiados por la investigación académica. Yo le suelo escuchar en una sección que tiene en el programa de RNE de Pepa Fernández los fines de semana "Hoy no es un día cualquiera", y siempre me interesa lo que cuenta, aunque sea a veces un poco sesudo.
Este libro tampoco me ha parecido de lectura fácil, la verdad, había capítulos en los que hablaban más de las mujeres que formaban parte de la asociación de mujeres, con mujeres de todas las tendencias políticas, llamada Lyceum Club que me gustaban mucho porque me parecen muy atractivas sus vidas y su empeño en aquellos tiempos en estudiar y aprender, y yo quería profundizar. Pero reconozco que tiene capítulos más centrados en temas áridos como lo jurídico o la política, que me han costado y mucho.
El origen del libro y por tanto del caso, parece ser que se lo sugirió la escritora Carmen Martín Gaite, en un momento distendido de una conversación en el que le hablaba de cómo estaba buscando documentación sobre la escritora Elena Fortún: "¿Y si hubiera triunfado la utopía educativa del Lyceum Club Femenino?"
Y para intentar contestar a esta pregunta los dos autores iniciar la investigación explicándonos el nacimiento de esta Asociación de mujeres fundada en el año 1926 en el Madrid de la dictadura de Primo de Rivera, por María de Maeztu y en el que estaban integradas un montón de mujeres brillantes de aquel tiempo. Estamos refiriéndonos a Victoria Kent, Zenobia Camprubí, Clara Campoamor, María Teresa León, Isabel Oyarzabal, Ernestina de Champourcin, Concha Méndez, Carmen Baroja, María Lejárraga... Mujeres muy talentosas que seguramente ya conocéis, y si no es así deberíais hacer por conocerlas, que creían que la educación podía superar las barreras políticas o religiosas.
El Lyceum estaba en la Casa de las Siete Chimeneas, el edificio que ahora ocupa el Ministerio de Cultura, en la calle Infantas. Y debía ser un lugar muy especial, donde las mujeres, entre tazas de te y conferencias, y lo que es mejor, en un ambiente de concordia, aprendían y disfrutaban. La asociación, por supuesto, duró hasta la guerra civil.
Ya os digo que es un ensayo, no es una novela. A mí, reconozco que no me atrapan igual. Pero, de vez en cuando, sí que me apetece mucho leer sobre temas que me interesan desde otras perspectivas y géneros. Este es un libro donde se ha hecho un estudio pormenorizado desde los inicios de la Asociación, pasando por una concatenación importante de reflexiones a apropósito de su existencia: su relación con las normas jurídicas, con el derecho, con las opciones vitales de si te resignas con lo que te ha tocado o luchas... Y finalmente con la trayectoria personal de as vidas de sus protagonistas, qué fue de ellas.
No es una lectura ligera, es un trabajo de investigación, un ensayo que te muestra una época convulsa y brillante, que te disecciona qué ocurrió con aquella asociación de mujeres, cómo evolucionó y terminó. Y merece la pena leerlo porque el Lyceum fue un claro ejemplo de lo que se puede conseguir cuando nos juntamos y peleamos por la educación o lo que creamos importante. Es un libro instructivo que te despierta la curiosidad por saber más de muchos temas, por ahondar en diversas biografías de mujeres con un talento y una fuerza que debemos conocer y que casi se quedan en el olvido.