Me he terminado de leer en estos días de Semana Santa "El abismo del olvido" de Paco Roca y Rodrigo Terrasa, a ratitos de sol en mi patio y la verdad es que lo he disfrutado muchísimo.
Para quién no lo sepa, supongo que muy pocos, es un cómic del famoso dibujante que se llevó el Premio AVDCómic a la Mejor Obra de Autor Nacional 2023, entre otros premios.
Es de Paco Roca en la parte de la ilustración y del periodista Rodrigo Terrasa, que en el epílogo nos cuenta cómo surgió la historia, la de veces que le insistió al dibujante para que lo escribieran, colaboró en todo el proceso de documentación y cómo al final se dieron los hechos para que este precioso libro lo podamos leer. Es un epílogo de lo más instructivo sobre toda la historia de la creación de la novela, cómo llegó la idea y luego todo el proceso creativo.
Es una novela gráfica que habla en concreto sobre Pepica Celda y su lucha por exhumar los restos de su padre, José Celda, fusilado junto a otros once y enterrado en una fosa común en el cementerio de Paterna cuando ya había finalizado la Guerra Civil. Es impactante la imagen de ese cementerio donde se pueden ver las sepulturas visibles y las invisibles. Os contaba que es la historia de Pepica, pero también, y sobre todo, es la historia del enterrador de aquel cementerio, la del maestro degradado Leoncio Badia y todos sus esfuerzos por señalar y reseñar la identidad y el lugar dónde estaban tantos enterrados de fusilamientos que no tenían derecho a una lápida para que algún día sus familias pudieran saber dónde estaban. Y con estos nombres propios que visibilizan un periodo muy negro de nuestra historia, la novela también está hablando de todas las personas que buscan a sus desaparecidos, habla sobre las guerras y su sinsentido, sobre el horror de las dictaduras.
Esta novela gráfica emociona, tanto por sus bellas imágenes a las que no les falta detalle, como por esa historia conmovedora, sensible y muy triste que es suma de muchas otras historias. Qué bien contada está. Tiene más de doscientas páginas pero qué bien se lee y eso que las viñetas te obligan a demorarte en ellas sin prisa.
Me maravillaron las ilustraciones de "los fantasmas" de los que iban muriendo cuando el alma abandonaba el cuerpo y recorría las ciudades para que los que les habían conocido hablaran de ellos y así nadie les olvidara. Qué preciosidad. También me ha gustado mucho las alusiones a Aquiles, el cambio en la forma de dibujar al abordar ese cambio de registro en la historia.
Me parece una obra muy completa, bella en sus ilustraciones y con un trasfondo profundo. Una novela para contemplar y sentir. Una gozada.