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viernes, 24 de noviembre de 2023

Instituto Cardenal Cisneros de Madrid y sus colecciones del Gabinete de ciencias naturales

 




Con motivo de la semana de la Ciencia y la Innovación, el otro día estuve visitando uno de los seis Institutos Históricos que tenemos en Madrid: El Instituto Cardenal Cisneros.

Ahora me sorprendo de que nunca me hubiera dado cuenta de que ese instituto estaba ahí. Esa es una de las cosas que más me gusta de vivir en Madrid, que nunca se termina de conocer. Me apunté a la visita porque se dieron varias casualidades. Vi anunciadas las visitas y coincidía que no conocía ninguno de los Institutos que se podían visitar. Y ahí me empecé a transformar... En este caso, además, la visita era a las 18.30 y yo salía de trabajar a las 18 horas, ¡eureka! Tendría que ir como una bala, pero me daba tiempo a llegar. Y terminé la transformación al ser deseoso de conocer nuevos lugares que llevo dentro. Pero la que soy exteriormente siempre tiene sus reticencias, su lado negativo que piensa "A ver cómo es esto, quién habrá, dónde me meteré... " Buf. Menos mal que la de dentro siempre empuja y así, sin demasiadas expectativas, llegué corriendo a la visita que finalmente me encantó. ¡Lo que me gusta conocer sitios nuevos! y si son relacionados con la cultura, la educación, los libros... más me gustan. 

El Instituto Cardenal Cisneros se construyó en 1878. Pues sí ya tiene una edad... Y lo primero curioso es que se hizo solo en diez años. Y no es precisamente pequeño... Está situado en la calle de los Reyes, núm. 4, es decir, en una manzana bien grande que se ubica entre Noviciado y la Plaza de España. El arquitecto fue Francisco Jareño, al que conocemos porque hizo la Biblioteca Nacional y el Hospital del Niño Jesús. Y la de veces que subiendo de Plaza de España yo habrá pasado por esa callecita, por ese Instituto sin saber qué era. 

Al principio se llamaba Instituto del Noviciado, estamos hablando de los tiempos de Isabel II. Es de los primeros de Madrid, junto con el Instituto de San Isidro. Se llamaba así porque tenía relación con la Universidad que estaba situada en la calle San Bernardo. 

No me quiero enrollar mucho. Ni es plan, ni podría contaros todo lo que vimos y nos enseñaron pero quería daros unas pinceladas sobre su importancia, pues conserva los orígenes de la enseñanza secundaria. Por este Instituto han pasado muchas personalidades en sus tiempos de estudiantes: Giner de los Ríos, Los hermanos Machado, Menéndez Pidal, María Goyri, Santiago Bernabeu, Clara Campoamor...

Es un edificio señorial de tres plantas, con una escalera imperial de mármol de escalones ya muy desgastadillos y preciosas vidrieras. El tercer piso se construyó después de la guerra. Durante el conflicto, estaba tan cerca ese Instituto del frente de la Ciudad Universitaria, que se mantuvo cerrado. Al tercer piso lo llaman "el palomar". Y ahí ya empezó propiamente la visita.





Fuimos del presente de este céntrico y señorial Instituto de Secundaria hasta su pasado. Que curioso cómo íbamos hacia atrás viendo las aulas y los laboratorios. Indudablemente prefiero las estancias antiguas. Es un lugar con muchísima solera. Íbamos atrás en las instalaciones y en la historia de la enseñanza en España.

Y así pudimos ver un aula histórica del siglo XIX, una escalonada con bancos corridos y la tarima rodeada de una verja donde estaba el profesor enseñando. Lógicamente en los primeros bancos se sentaba la mujer, o escasas mujeres que acudían a clase. Porque en un principio, hablamos del siglo XIX, solo acudían hombres pero ya en los años 30 del siglo XX había bastantes mujeres. Sin embargo, tras la guerra vuelve a ser masculino, hasta los años ochenta que afortunadamente otra vez es mixto. Curiosísimos me parecieron esos encerados que se podían abrir más. 




Después pudimos ver el Gabinete de Historia Natural, el laboratorio de Ciencias Naturales, la Sala de Juntas y hasta el despacho de la Directora, que muy amablemente nos recibió a todos en su despacho y nos contó cosillas de la actualidad del Instituto y de sus ideas de apertura. 












Curiosísima la boca de riego del 1887, o el hombre clástico. Sí, clástico. Ese hombre desmontable con el que estudiaban las vísceras, las venas, arterias y demás partes, comprado cuando la Exposición Universal en París. El oído que tenían y habían restaurado con un cuidado infinito, los animales con los que estudiaban, el pedazo de pez ¿esturión? pescado en ¿el río Tajo? que ya se extinguió, el herbario hecho también en Francia... No contaba tantas cosas el guía que ahora ya dudo hasta de los detalles. Daba gusto escucharle. Bueno, muy chulo todo el material que conservan y las láminas recién restaurante para las que van a hacer un armario que les costará un dineral, nos decía la Directora para que no cojan polvo y estén bien estiradas, porque en otro caso se volverían a estropear...

En fin, me encantó esta visita. Qué novedosa, qué instructiva. Si tenéis oportunidad y os gustan estos temas, no dejéis de ir, merece mucho la pena.



sábado, 23 de septiembre de 2023

Palacio de Adanero de Madrid

 


 Una vez trabajé en un palacio. 

Llevaba el nombre de la Condesa que había comprado un solar a principios del siglo XX en una parte del terreno donde había estado ubicada la Real Fábrica de Tapices. La Condesa era viuda ya para entonces, pues su marido había muerto de una caída de caballo. Para sus hijos y para ella misma, encargó construirse un palacio en esa zona de Madrid conocida como "el ensanche" según el plan Castro. Tras dos años se haría realidad un palacete que hacía esquina en el número 7 de la calle Santa Engracia. 

El palacio solo había resisitido como vivienda familiar de la nobleza madrileña unas décadas, desde el año 1913 hasta los años cuarenta del siglo XX, cuando tras las vicisitudes de la guerra civil, se lo vendió al Estado.  

Sin embargo, más de ciento diez años después, cuando yo lo conocí, conservaba el aire palaciego en la enorme entrada para carruajes y en los suelos de madera pulidos y abrillantados que se quejaban bajo nuestras pisadas, en los motivos ornamentales de los techos y en la preciosa escalera que subía a la planta noble con una barandilla decorada con motivos modernistas. Conservaba el aire palaciego en las chimeneas de las habitaciones y en una vistosa y gran cristalera, en los pesados radiadores labrados y en la sala larga de reuniones que un día había sido el salón de baile de la planta baja donde los ventanales eran enormes para poder lucirse de cara a la calle. 

Era un edificio señorial y estaba muy bien cuidado. Todavía seguía siendo un palacio de la nobleza de principios del siglo XX en múltiples detalles que Patrimonio no dejaba que se perdieran y con los que convivíamos los que trabajábamos o habíamos trabajado en él. 

De todo él yo me quedaba con el tesoro de una biblioteca de madera oscura en la planta baja que me encantaba y cuyo silencio yo respiraba siempre que podía asomarme entre los grandes cortinajes que la protegía de la luz y las miradas. Me quedaba también con su historia, esa que arrastraba una noticia antigua del año 1927, de la fatídica tarde que al yerno de la Condesa lo mató de un golpe en la cabeza el ascensor que aún conservaba el edificio. 

Para mí ese lugar siempre será muy especial, el tiempo que estuve allí trabajando lo viví con intensidad y de él guardo preciosos momentos y afectos. Con ese poso escribí un relato, mitad realidad mitad ficción, que de vez en cuando reescribo. Un relato que irá creciendo conmigo poco a poco, porque mucho de él, para mí, también ocurrió. 

Aquella vez trabajé en un palacio. 

El palacio de la Condesa de Adanero de Madrid. 






lunes, 11 de septiembre de 2023

Volver a Madrid

 


Volver a Madrid.

Dejar que las nubes nos hagan sitio en el cielo de esta ciudad nuestra

donde cabemos tantos. 

 

Traer la maleta llena de paisajes y faros, de caras nuevas y risas, de mar y viento.

Bien llena.


Volver a Madrid.

Volver.

Y dejar que septiembre nos permita terminar otra vuelta al sol, 

ya en casa.


 

jueves, 31 de agosto de 2023

Adiós agosto. Madrid

 



De aquel agosto recordaré lo deprisa que me llevaba aquel autobús.

Aunque, si los que se fueron me preguntan, contaré lo habitable que se vuelve mi Madrid en ese mes, hablaré de los colores de sus cielos mágicos y el silencio de sus calles desiertas, hablaré del calor infernal y mi leal ventilador. 

Diré incluso que, a pesar de seguir guardando 31 días, mi querido mes cada vez dura menos. Diré que no sientes que ha llegado hasta andar mediada la segunda semana, y casi termina bien entrada la tercera. No más. Diré que agosto ya es otro agosto: más corto, más acompañado, menos mío y más de todos.

Eso haré. 
 
Y si aún así me insisten, contaré de objetivos cumplidos y cielos preciosos, describiré el sonido de mis pisadas en las calles desiertas, los saltos sobre espontáneos aspersores refrescando las aceras, el peregrinaje al que obligaban los bares acostumbrados cerrados y la eternidad que uno consume en los andenes de los metros y las paradas de los autobuses. 

Cuando me pregunten, desenredaré la madeja que acostumbran a escuchar y esperan. Pues las palabras no han de ser de verdad o mentira, sino solo verosímiles.

Aunque de aquel agosto, en mi interior, no esté recordando todo aquello, sino añorando y mucho, lo deprisa que me llevaba aquel autobús a desayunar contigo.









jueves, 10 de agosto de 2023

Tiene agosto las verjas bajadas... Agosto 2023

 



Tiene agosto las verjas bajadas, y te regala otros paisajes, colores y mensajes. 

Tiene las calles generosas y te devuelve el sonido perdido de tus propias pisadas.

Se fue el tráfico, se acallaron los semáforos,

se alejaron las bulliciosas voces. 


Los árboles alfombran los bulevares de diminutas flores amarillas,

que frágiles, sobreviven en las aceras

echando un pulso a los madrugadores barrenderos. 

Madrugan también los perros.

Madruga este infernal calor. 

¿Quién dijo que Madrid no tenía olas?

Sobre ellas surfeamos

los árboles, los perros, y yo. 

 

Ojalá pudiera guardarme para siempre

este Madrid de verjas bajadas.

Guardarme de una vez esta ciudad entera,

este Madrid que despierta intacto

cada día de agosto

solo para nosotros.

agosto 2023






lunes, 24 de julio de 2023

Anuncios antiguos por el metro de Madrid: Estación de Metro de Sevilla y Bilbao

 

Estación de metro de Sevilla de Madrid

 

Mira Mari pues que vas por el metro de Madrid y ¡zas! a la que te descuidas, tropiezas con huellas de tiempos remotos que se quedaron durmiendo el sueño de los justos. Como te lo estoy contando. Durmiendo, y lo que es mejor, a salvo cobijaditos en cualquier rincón. 

Pa chasco no lo voy a saber. Pues claro que sé que existe la estación de Chamberí de la línea 1. ¿Por quién me tomas? Donde no solo es que haya quedado alguna huella sino que la descubres igualita que cuando funcionaba. Echále. Impecable toda la estación. Ordenada, limpita, un primor. La cerraron en el 66 porque los nuevos vagones no se adaptaban a ese andén, y después de permanecer sin utilizarse mucho tiempo, la adecentaron y ¡hala! en un pispas organizaron horarios y visitas guiadas para que pudiéramos disfrutarla en su esplendor de entonces. ¡Y hay que ver cómo ha cambiado el metro con el paso del tiempo! ¿Que no? Una barbaridad. Pues claro mujer. De aquella visita ya hicimos una entrada en este blog.

Pero independientemente de Chamberí, ahora te estoy hablando de otros detallitos muy apañados. Que siii. Escucha: Carteles antiguos que han quedado en otras estaciones. 

Si no me interrumpieras... Te lo contaría. Pues cómo por ejemplo en la estación de metro de Sevilla, en la línea 2 y casi a la salida, donde puedes ver un cartel publicitario de Sales de Carabaña hecho de azulejos blancos. Azulejos de toda la vida. Pero como si los acabaran de poner. Hasta relucientes parece que están. Lo he colocado, tal cual, encabezando esta entrada. Como dice la cartela de debajo de este párrafo: ¡gracias a Dios que lo encontraron cuando hicieron obras de mejora en el año 2019! Así podemos disfrutarlo. Es una joyita ¿verdad hija?



Y luego también, que no he terminado, tenemos otro anuncio en la estación de metro de Bilbao, dentro de una hornacina, y en los pasillos que van hacía la línea 1 desde el vestíbulo de la entrada que hay en la glorieta.

Pues ¡vete tú a saber los años! que estuvo ahí semi escondido deteriorándose lustro tras lustro. Lo descubrieron cuando retiraron un kiosco que había delante. Imagínate, ahí cogiendo mierda na más. Menos mal que que también lo restauraron no hace mucho. La restauración duraría un par de meses. ¿Y yo como lo voy a saber? Pues leyendo Mari, leyendo. Que en los libros se aprende mucho, y en los rotulos de la calle, también. Como el anterior, también es de azulejos aunque enorme, y en vez de ser de sales es de Radioseguro, una empresa de reparación de radios. 

"Radioseguro. Presencie la reparación de su radio garantizada por un año". Rezaba el anuncio.

La estación de metro de Bilbao es más antigua que el hilo negro Mari. Es de la línea 1, y la inauguraron en el año 1919, acuérdate de que asistió el Rey Alfonso XIII, así que el anuncio tiene que ser bastante antiguo. ¡¿Pero cómo voy a pensar yo que tú eras de aquel tiempo?! Pero que es sabido Mari, es sabido. Sí, mujer, de aquellos años en los que la radio era muy importante, aunque imagino que de alguna década posterior, porque he leído que la primera emisión de la radio en España fue en noviembre del 1924. Imagínate tú, de los tiempos de Maricastaña. Luego llegó su éxito y por tanto los aparatos de radio y sus reparaciones. ¿O ya no te acuerdas de cuando tú eras jovencita y todo el mundo escuchaba el transistor? ¿No me digas que de eso no te acuerdas? Que de lo que quieres bien te recuerdas... Así que el anuncio será posterior. ¿Finales de la década de los 20 o década de los años 30? Pues echa cuentas. Seguramente.

En la restauración que han hecho ahora han colocado también algunas fotos de la época para adornarlo. De lo más requetebien lo han dejado.

Y cómo luce ¿verdad?

Pues eso Mari, no te digo más, que hay que ir por la vida con los ojos bien abiertos. Pero bien abiertos.

Y venga maja, que ya estamos tardando. Hasta más ver. Otro día te cuento más cosas. Hija qué pena, tener marido y no tener cena. Pero eso ya... si eso, otro día.


Estación de metro de Madrid







jueves, 20 de julio de 2023

Hemingway por Madrid. Visita guiada

 


  Un sábado por la tarde y de julio, a priori, no parece el mejor día para ir de visita guiada por Madrid. Un 15 de julio, también es verdad, parece que hubiera apetecido más relajarse cerquita del mar. No seré yo quién lo discuta. Sin embargo, por razones que no vienen al caso, la vida esa tarde se presentó literaria y lo que es mejor, climatológicamente más fresca que las anteriores y hasta ventosa, lo cual ayudaba bastante a que pudiera serlo.

Así que los veintitantos "raros", por qué no decirlo, que nos juntamos en la carrera de San Jerónimo en torno a la figura de Hemingway, nos fuimos a conocer el Madrid del escritor, con quién habíamos quedado para que nos enseñara los lugares que frecuentaba cuando tanto gustaba de visitar nuestra ciudad. 

Hay gustos para todo. Pues sí.

 

La visita comenzó en la Pensión Aguilar, donde se alojó la primera vez que vino a Madrid, hace la friolera de cien añitos. Y ahí sigue la pensión en plena Carrera de San Jerónimo totalmente activa en sus funciones. Nos contaba el escritor encarnado en el cuerpo de la guía que aquí estuvo alojado entre 1923 y 1926 cuando se encandiló de nuestra ciudad. 


 

De ahí salimos para enfrentarnos a ese sol de justicia que lucía a las seis y pico de aquella tarde. Y cuesta abajo, algo es algo, nos encaminamos hasta el Hotel Palace donde también parece ser que había estado hospedado nuestro autor. Ya se nos avisó de que la visita no era cronológica, que tampoco era cuestión de estar dando tumbos por ese Madrid veraniego, la habían ideado para que hiciéramos un círculo que favoreciera la caminata, aunque hubiera que saltar la cronología. 


 

Nos paramos a la sombra de los arboles que hay justo enfrente de las Cortes y allí recordamos libros como Fiesta, y al barman de su libro recordando a Perico Chicote, a quién por aquellos tiempos había conocido nuestro escritor, más que asiduo a los cócteles y las barras. Perico Chicote había sido barman del Ritz, y después de un lujoso lugar cerca del Hotel Palace, codeándose con lo más granado de aquella época (estrellas de Hollywood, toreros, políticos...) para terminar fundando en el primer tramo de la Gran Vía, que entonces se llamaba Conde de Peñalver, el famoso Bar Chicote. 


 

De ahí echamos a andar de nuevo los veintitantos un buen tramo y terminamos en la Plaza de Santa Ana, donde también a la sombra recordamos dos lugares míticos de los que era muy conocedor Hemingway: La Cervecería Alemana de la que opinaba el escritor que era un buen lugar para tomar cervezas y café y el Villa Rosa, un lugar histórico de la noche madrileña. También aquí nos habló la guía de la amistad que tenía Hemingway con dos toreros muy importantes que compartían lazos familiares: Manuel Ordoñez y Luis Miguel Dominguín. A Hemingway la primera vez que vino a España le dijeron que tenía que ir a los toros sí o sí, y que podían ocurrir dos cosas: O no le gustarían nada o le encantarían. Y resultó la segunda de las opciones. 

 

 


 
Siguiendo con nuestro círculo por el centro de Madrid persiguiendo el recuerdo de Hemingway por nuestra ciudad y sus libros, nos fuimos hasta el restaurante Botín, a la espalda de la Plaza Mayor en la calle Cuchilleros. Otro clásico de la hostelería, dicen que es el restaurante más antiguo del mundo, y lo frecuentaba y mucho nuestro escritor. También dicen que aquí Goya fregó platos y Hemingway aprendió a hacer paella. 

 

De aquí nos trasladamos, tras otra buena caminata, y ahora cuesta arriba, hasta la plaza del Callao. Esta parte era la que yo ya conocía mejor de la vida de Hemingway. Aquí hablamos de los tiempos de la guerra civil, que coincidieron con la segunda vez que vino el escritor a Madrid. Aquí nos saltamos la cronología y dimos un paso atrás, porque ya habíamos hablado de la primera y la tercera vez que vino, pero nos faltaba esta vez, cuando sabiendo de la guerra quiso colaborar con la República y volvió a nuestro país. Se estuvo hospedando en el Hotel Florida, donde estaban todos los periodistas internacionales, ubicado donde ahora está El Corte Inglés y antiguamente Galerías Preciados. Recordamos cuando a este tramo de la Gran Vía se le llamaba la Avenida de los obuses al estar el frente de la Ciudad Universitaria tan próximo, ser el alto edificio de la Telefónica un blanco fácil y porque, como ya sabíamos también por los libros de Barea, La Forja de un rebelde, durante el tiempo que duró la guerra este edificio sirvió de gabinete de prensa para los corresponsales extranjeros. Y Hemingway, Antoine de Saint-Exupêry y John Dos Passos enviaban sus crónicas desde ahí. 


 

 


Y de aquí otra vez nos pusimos en marcha, Gran Vía adelante, para llegar hasta el hotel Tryp Gran Vía que presume en su fachada de haber sido uno de los sitios visitados por el escritor quién también le menciona en alguna obra. 

 


 



 Y de aquí, seguimos caminando por la Gran Vía hasta llegar al Bar Chicote, del que ya hemos hablado. Un lugar mítico. Una de las escenas de la obra de teatro Quinta columna del escritor se desarrolla en este Bar que ahora se llama Museo Chicote. El dueño había ido coleccionando botellas de licores de todas partes del mundo y llegó a tener una buena cantidad de ellas.

 

Disfrutar de visitas guiadas por Madrid, sea en la estación que sea, siempre está condicionado por los vaivenes de esta bulliciosa y viva ciudad, y como podía ser menos, también tropezamos con un evento. Se trataba de uno programado de Formula 1 en los alrededores de las Cibeles que había esa misma tarde y concentró a un montón de personas, calles cortadas, y muchísimo ruido. Así que la visita, aunque inicialmente tenía que haber terminado en el Hotel Suecia, muy cerca del Círculo de Bellas Artes, concluyó enfrente del Museo Chicote. 

Allí hicimos un repaso de la última vez que vino Hemingway a nuestra ciudad, en la década de los años 50, cuando se alojaba en este hotel Suecia, donde además tienen un Coctel bar que lleva su nombre. 

En la visita conocimos un escritor estadounidense muy encariñado con nuestra ciudad. Vividor, mujeriego, se casó varias veces, según la guía era muy amigo de sus amigos hasta que se enfadaba con ellos mostrando su carácter colérico y caprichoso. En sus últimos tiempos le pasaron factura los excesos con el alcohol y andaba deprimido, y fue cuando escribió "El viejo y el mar", hasta que se quitó la vida de un disparo en el año 1961.


Me he extendido un poco más de lo que pretendía, pero me parecía que menos podía convertirse en un telegrama del tipo "Pasé por aquí. Besos. Hemingway". En fin. Es dificil dar con la medida perfecta. En cualquier caso, nuestra cita con Hemingway fue mucho más de lo que he contado, por supuesto. Formaba parte de las visitas de "Pasea Madrid", en las que los guías cuenta muchísimos datos y anécdotas, que tampoco era cuestión de transcribir.

Pero espero que para haceros una idea, al menos, sí que os pueda valer. A mí me pareció muy interesante.Si tenéis oportunidad y os apetece quizá para otoño podría estar bien.



jueves, 22 de junio de 2023

Presentación de la novela "Septiembre" de David Lerma

 



Mi querido y admirado amigo de letras David Lerma ha publicado su segunda novela "Septiembre". Hace años publicó "Tiempo de orquídeas".

Si hablamos de presentaciones de libros tenemos que decir que las hay de muchas formas y colores, hace pocos días reseñaba la de mi también querido Juan Bautista Raña ("Cuando rugió la Habana") como una de las más divertidas a las que he asistido nunca; pues bien, la presentación de la novela de David Lerma si quisiéramos resumirla en una sola palabra, indudablemente sería la de "entrañable".
 
Nos reunió a todos en el café librería "Maria Pandora" de Madrid, un lugar donde ya he asistido a muchos actos literarios, que tiene mucho encanto en la zona de Las Vistillas, muy próximo al viaducto. Y lo llenamos. 

A David le conozco hace 25 años, los mismos que llevo asistiendo a mi tertulia literaria. Cuando yo llegué él ya estaba allí, como el dinosaurio de Monterroso. Y fue conocerle y comenzar a quererle. No solo por su personalidad noble, sin doblez, respetuosa y educada, sino también por su talante conciliador y reflexivo. Nunca me ha quedado la menor duda de la gran suerte que tenemos de tenerle.

David es un lector concienzudo y voraz, pero tiene vocación de novelista. En lo que yo pienso un relato él tiene la idea de su novela. Después ya solo queda buscar sus millones de ratos solitarios, a costa de la familia y el ocio, para sentarse a inventarla. Ya solo queda experimentar ese raro placer no exento de cierto sufrimiento que conozco tan bien. La de horas y años que ha invertido mi amigo en esta última. La de veces, creo que unas veinte, que le ha dado la vuelta corrigiéndola, la de tiempo que ha condensado en palabras y frases, diálogos y capítulos. Pero no lo puede evitar, si ya se le ha metido dentro tiene que sacarla. Y yo le entiendo, le entiendo muy bien. 

"Septiembre" ha sido publicada por Ediciones Agoreiro y está ambientada en Madrid, en la zona sur de Madrid, en Legazpi, Villaverde... Sus 300 páginas son apenas cuatro días en la vida de sus dos personajes principales, dos trabajadores en paro que se han compinchado para dar un golpe que de una vez los saque de la ruina económica en la que están inmersos en ese 2012. Es una novela que se estructura en quince capítulos y donde abundan los diálogos mientras se abordan un abanico de temas sociales: la crisis, la migración, las relaciones familiares y de pareja, nuestro pasado como dictadura, nuestro presente... Una obra muy actual. 

El martes, día 20 de junio del 23, cómo os decía fue la presentación y David hizo biografía, cómo nos gusta llamar a esos momentos que sabemos que ya van a ser inolvidables. ¿Cuántas veces uno tiene la oportunidad de presentar en sociedad todo ese tiempo invertido? ¿Cuántas veces uno reúne a tanta gente querida en torno a su pasión? David lo hizo. Y allí estuvimos todos los que le queremos y admiramos. 

La presentación estuvo a cargo de Javier Díaz Gil, nuestro coordinador de la tertulia, que hizo una disección pormenorizada de la novela. Os voy a pegar el enlace a su blog para que podáis leerla. En la presentación no se extendió tanto, pero aquí podéis ver la gran variedad de temas que toca David en la novela. Javier Díaz Gil: Texto de mi presentación: 20/05/2023. Madrid: Presentación de la novela "Septiembre" de David Lerma Martínez (javierdiazgil.blogspot.com)

Participó otro compañero, Juan Calderón, buen compañero también, además enorme poeta y artista polifacético que leyó una carta del editor que no pudo estar presente, vive en Galicia. Y también participó Nieves, la hija de David y estrella de la presentación, con su desparpajo y espontaneidad nos conquistó a todos nada más poner un pie delante del micrófono. 

Quería dejaros con unos vídeos de la presentación, unos momentos robados a esa tarde, para que podáis asistir de alguna manera a lo que vivimos. Por supuesto, no es como estar, pero mejor que nada yo creo que sí puede ser. 

Os animo a leer las últimas novelas de mis compañeros de tertulia, están impecablemente escritas, son historias muy trabajadas, bien estructuradas, que te atrapan y no tienen nada que envidiar a otras mucho más conocidas.