Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

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martes, 29 de agosto de 2023

Para la "cole" de los aseos

 


Últimamente me han regalado más cromos para mi "cole" de aseos, cuartos de baño, retretes, letrinas... etc, etc. ¡Muchas gracias a todos por vuestras aportaciones a la causa! Me gusta mucho cuando se acuerdan de mí y me mandan sus fotitos de los cuartos de baño. Yaaaa, dicho así, parece cuánto menos raro. Digo, lo de alegrarse cuando se acuerdan de una al entrar al cuarto de baño... Pero ya soy muy mayor y tengo siempre muy poco tiempo para elucubrar más allá... Se acuerdan, y eso es lo importante.

Chelo, mi compañera de tertulia me ha regalado dos ejemplares muy curiosos. Uno es el que encabeza la entrada y que la verdad, necesita poca explicación ¿no es así?

Yo creo que todos sabremos dónde tenemos que entrar.

Me encantan las onomatopeyas, reproducimos sonidos pero son tan, pero tan visibles...



 

También me ha regalado estos ejemplares que os dejo aquí abajo:



 

En este caso aparcamos el lenguaje, y nos centramos más en el dibujo artístico. Tampoco, creo yo, que tendremos ninguna duda a la hora de elegir...

Ahora os voy a enseñar otro par de ejemplares que tiene una doble señalización. Por un lado abordamos el tema marítimo, unos pescadores. Éstas me recuerdan mucho a las cartas esas que teníamos de pequeños con los dibujitos de los oficios. ¿Verdad? Y además parecen unos letreros de fabricación casera, lo cual tiene su mérito y seguramente su historia. Lástima no la conozcamos. Y por otro lado me hacen gracia los muñequitos de debajo pasando sus apuros... ¿Y quién no se ha visto así? 

Me da penilla porque no consigo recordar quién me los envió, tampoco recuerdo haberlos encontrado yo. Pero por más que pienso, no sé cuándo me los han regalado. Si está por ahí asomándose, pido disculpas, y por favor que me ilumine...



Mi amiga Piluca me regaló otros ejemplares, que se me estaban quedando ahí detrás y ya les toca. Esta vez nos trasladamos al mundo canino. Son de un restaurante de Madrid "El perro y la galleta" y cómo no podría ser de otra forma también salen los perros en sus cuartos de baño. Ahí los tenéis, posando, tan pichis:



 Y éstos últimos son de mi cosecha y son ya en otro tono.

Los conseguí en un bar en Serracines, un pueblo de Madrid. Y me gustaron mucho, porque son distintos, son unas ilustraciones con mucho encanto, casi etéreas, me gustaron porque eran diferentes, incluso elegantes.




Pues lo dicho:

¡Muchas gracias! La colección va creciendo... Eso está requetebien.

miércoles, 2 de agosto de 2023

Más aseos... originales

Restaurante Las cinco letras. Madrid


Los propósitos de enmienda del verano hacen la más feroz competencia a los de principios de año. Quitando de un plumazo a quienes deciden, cuando tienen tiempo libre, hacer NADA Y SOLO NADA, quedamos un pequeño reducto de los que querermos, ansiamos, ¡necesitamos! llenar ese tiempo con esas pasiones que tenemos y para las que nos falta tiempo. ¿Enfermos del "si yo tuviera tiempo haría..."? Pues tal vez. Pero la realidad es que existimos. 

Mi pensamiento más repetido es: "En agosto, que tengo más tiempo, debería..." Ay, tengo tantos juguetes con los que querría jugar y el tiempo es tan finito... 

Empezando por mi blog. En agosto debería  poner orden en el blog. 

Si no lo hago ahora ¿¡Cuándo entonces!?

¡Fuera indolencia!

Porque luego vienen los atascos y lo que no haya hecho de aquí a que comience el curso... ahí se queda.

Debería ponerme al día con las reseñas literarias, debería dedicar un rato a la etimología, hacer memoria de las exposiciones y por supuesto ocuparme ¡de las colecciones!

¿Cómo íbamos con las de los nombres curiosos? 

¿Y las de la señalización de los aseos?

Ésta es básica. ¡Por supuesto!

El cuarto de baño, el excusado, el servicio, el urinario, el retrete, el meadero, las letrinas, el inodoro, el tocador, el water.  

Restaurante Las cinco letras. Madrid


Tengo que repasar los descubrimientos que hemos ido haciendo en los últimos viajes:¿Había alguna de éstas? ¿Y en las que nos han regalado? ¡Venga! a ver si los amigos han tenido suerte y han topado con alguno que mereciera la pena. Seguro que algo han enviado. Voy a mirar ahora mismo.

¡Eureka!

Javier y Piluca siempre se acuerdan de nosotros, querido blog, fíjate que cromos más chulos de aseos nos han regalado para la colección.

Me gusta mucho comprobar como en algo tan simple y tan necesario como los rótulos de los aseos hay quién le echa imaginación y sorprende.

Dejamos aquí pegaditos los del Restaurante Las cinco letras de Madrid. Con Becquer para los hombres, y Rosalía de Castro para las mujeres, como procede en un "Barrio de las Letras". Súper oportunos ¿verdad?

Por otra parte tenemos la serie del parque temático de Puy de Fou. También muy curiosos, muy medievales, me gustaron mucho todos.

¡Y la colección de aseos que se nos va ampliando! Si quereis  ver más podéis escribir en el buscador "aseos" y ahí os saldrán.

 

Parque temático Puy de Fou



Parque temático Puy de Fou

Parque temático Puy de Fou

Parque temático Puy de Fou



viernes, 17 de junio de 2022

"Villa Winter" en Fuerteventura. Un relato de misterio.

 


Hubo un tiempo, ya lejano, que me dió por leer a Vazquez Figueroa. Hace muuuuchos años.

Sus libros de Cienfuegos me encantaron. Me leí uno detras de otro, los seis, hasta saber el destino de aquel gomero pelirrojo y aventurero que se equivoca y se embarca sin querer en una de aquellas famosas carabelas, cuyos nombres aprendimos todos de niños. Aquel gomero analfabeto y querido que termina viviendo el descubrimiento de América. 

Recuerdo con mucho cariño los libros de "Cienfuegos".

Despues me leí alguno que otro más de este autor, como "Fuerteventura". De éste, que me gustó menos, siempre me acordaba de la casa que describía en el libro. 

Una casa muy misteriosa. 

 

Son esas cosas de las lecturas que se te quedan ahí colgando de un imperdible invisible de la memoria. Y cómo a una le gusta viajar casi, solo casi, más que nada en el mundo, no pude evitar decirme con decisión: "Un día voy a verla". 

"Villa Winter" fue construida por un ingeniero alemán, Gustavo Winter, en los años 40. Este ingeniero dicen que estaba en la lista negra elaborada por la Inteligencia Británica en 1945. Dicen que su mujer cuando vió las obras dijo: "Yo aquí no vivo". Pero parece ser que al hombre le encantó la isla, y no me extraña, y que incluso quiso comprar la Península de Jandía.

La casa está rodeada de un halo de leyendas de nazis escapados que recalaron en Fuerteventura para cambiarse de cara y posteriormente huir a Sudamerica. Leyendas de submarinos alemanes que aún están bajo Villa Winter, porque había túneles que la conectaban con el Océano. Leyendas de prisiones y quirófanos en sus sótanos. Muchas leyendas.

Lo cierto es que la casa está en medio de la nada. Y te preguntas: "¿Cómo pudo a alguien ocurrírsele hacerse semejante casa ahí?". En un lugar maravilloso pero recóndito y de dificil accesibilidad. Por eso, seguramente, sigue siendo de una belleza apabullante.


 


 

 

  

 

 

 

 

 

 

Cofete está al sur de Fuerteventura, en la península de Jandía. Llegas por un camino tormentoso de tierra y de cabras, tras casi veinte kilómetros penosos de curvas y altura, pero con unas vistas maravillosas. 

Cofete es un lugar especial con 14 kilómetros de playa sin urbanizar, salvaje, preciosa. Con un antiguo cementerio abandonado, y allí en lo más alto, donde casi no alcanza la mirada vigila Villa Winter.

 ¿Cómo no ir a verla?

 

Y cómo la conocí por una novela, y está en un lugar maravilloso y desértico de Fuerteventura, Cofete, tenía que hacer con ella una entrada en mi blog. Una entrada para nuestra colección de "Lugares mágicos literarios".





viernes, 10 de septiembre de 2021

¿Retretes? . La originalidad en el lenguaje y la comunicación

 



Hoy, viernes, me vais a permitir que hablemos un poquito de la comunicación en los retretes. 

Los retretes, excusados, urinarios, letrinas, servicios, aseos, cómo gusteis...

 

A los madrileños nos llaman "gatos", luego entonces lo suyo es que vayamos a hacer "nuestros deberes" a los areneros, como todos los demás gatos de la Capi. 

 

Madrid. Agosto 2021
Madrid. Agosto 2021

 

 

 

En otras ocasiones, como en el caso de debajo, sobran las palabras, como decía Braulio. 

Bueno nos lo decía a los que ya tenemos "cierta" edad. Sí. Lo he buscado: 1976. Pero si yo era una criaturita ¿Por qué me acuerdo?

 

Huelva. Julio 2018

 

 

Y allá por el norte ¿qué van a decir? Pues que o eres sardina o eres bonito. 

Noja. Julio 2021
 

Noja. Julio 2021
 

No sé a vosotros, pero a mí estas "cosillas" de los retretes siempre me roban una sonrisa. 

La originalidad en el lenguaje, o en la comunicación me agrada siempre, pero en estos casos "especiales" aún la valoro más. 

¿Será porque, la niña que hay escondida dentro de mí, aún se ríe cuchicheando con los amiguitos palabras como "pedo", "pene" o "culo"?

Ojalá sea eso.



 

jueves, 13 de septiembre de 2018

sábado, 1 de abril de 2017

¿"Montar un pollo" ó "Montar un poyo"? y otras frases hechas



Pues sí, decimos "montar un pollo". Porque la Rae lo admite, pero en realidad deberíamos decir "Montar un poyo".

Y nos estamos refiriendo a cuando nos enfadamos estrepitósamente con alguien, organizamos un escándalo... Bueno ya sabéis.

Ahora es una expresión muy habitual. ¿Pero sabéis dé donde viene?

Pues he leído en varios sitios que en realidad viene de la palabra "poyo" con "y" no con dos "l". De ahí el título de esta entrada.



Tiene su origen en el poyo, o banco de piedra que suele haber delante de algunas casas en los pueblos, seguro que los habréis visto. Y ese poyo a su vez viene de la palabra "podium", esa palabra latina, con la que se denominaba a los pedestales donde se subían los oradores para pronunciar discursos. Los oradores del siglo XIX iban con su "poyo", lo plantaban en cualquier plaza, y ahí comenzaban su discurso en público. Más de una vez, y de dos, esos discursos acababan de forma muy acalorada. Vamos ¡que se montaba el pollo!





"Estar hecho un basilisco" es otra expresión parecida a la anterior en el significado. 

Cuando nos ponemos hechos un basilisco es porque también ¡Hemos montado el pollo! o estamos muy enfadados. 

No tenemos más que ir al diccionario de la Real Academia para saber qué era el basilisco:

basilisco
Del lat. basiliscus, y este del gr. βασιλίσκος basilískos 'reyezuelo'.
1. m. Animal fabuloso, al cual se atribuía la propiedad de matar con la vista.
2. m. Persona furiosa o dañina.
3. m. Reptil americano de color verde y del tamaño de una iguana pequeña.
4. m. Pieza antigua de artillería, de gran calibre y mucha longitud.
hecho un basilisco
1. loc. adj. coloq. Sumamente airado.

Los basiliscos mitológicos tenían  tenía patas de ave, cuerpo de serpiente y alas de dragón...Y los reales, son reptiles con cresta, patas grandes y palmeadas que pueden correr por encima del agua muy deprisa sin hundirse, y algunas culturas creen que es sagrado. Vamos que ni el mitológico ni el real tiene desperdicio.


Pero seguramente de que los basiliscos, los animales fabulosos, pudieran matar con la mirada, viene el dicho de ponerse "Hecho un basilisco".


Tenemos otras expresiones con un significado similar y que también aluden a la mitología.




"Ponerse hecho una furia" que aludiría a las tres Furias de la mitología romana: Alecto, Tesífone y Megera, hijas de la Noche y del Tiempo. Imponían castigos a quienes transgredían leyes de tipo moral y vengaban con especial dureza, bajo la apariencia de monstruo alado y cabeza llena de serpientes, a quienes cometían crímenes en el seno de su propia familia.





 
"Ponerse hecho una hidra". La "Hidra" era otro animal fantástico, una  serpiente de siete cabezas que reaparecían tras haberle sido cortadas. Vivía en el Nilo y su aliento causaba la muerte. Para derrotarla, Hércules le segó de un tajo sus siete cabezas.



Hala otro día más. Pero por hoy ya nos hemos enfadado bastante...

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miércoles, 29 de marzo de 2017

De la palabra "Coca cola"



Yo supongo que la mayoría de vosotros lo sabéis, pero si yo lo supe algún día se me había olvidado, lo cual no es de extrañar, porque de un tiempo a esta parte creo que el olvido me tiene un poco secuestrada...

¿La edad? ¿El trabajo? ¿Las dos cosas?

Pues no sé, pero el caso es que si yo alguna vez supe por qué la coca cola se llama así, ya no me acordaba, y cómo ahora acabo de volver a saberlo, pues os lo cuento.

El origen del nombre de esta conocida bebida procede de que en Atlanta en el año 1886, un farmaceutico llamado Pemberton quería inventar un jarabe para los problemas digestivos que diese mucha energía. Nació esta bebida de una formula secreta de ingredientes, entre los cuales estaban la hoja de coca y extractos de la nuez de cola: "Coca Cola".

Parece ser que un derivado de la coca, el clorhidrato de cocaína, estaba de moda por entonces. la utilizaba incluso Freud para tratar los síntomas de la histeria.

La nuez de cola procede del árbol de cola, un árbol tropical. Este alimento tiene un origen histórico por ser una nuez consumida en muchas culturas del África Occidental debido a su aparente capacidad para saciar el apetito y aumentar la vitalidad. Tiene una larga historia terapeútica: aporta cafeína, teobromina, taninos, potasio, calcio... Es un importante estimulante, aumenta la agilidad mental, y la fuerza muscular.

Con el tiempo, a principios del 1900 la cocaína fue retirada de la formula y sustituida por otros productos, algunos dicen que la cafeína, y otros no especifican cuales. Y también se dice que ya no contiene la nuez de cola. Aunque su formula sigue siendo un secreto.

Pero el nombre, que es lo que finalmente queremos reseñar en esta entrada, sigue siendo "Coca cola". Y se dice que es una de las palabras más utilizadas en todo el mundo. He leído que seguramente la segunda más utilizada después de OK.

sábado, 18 de marzo de 2017

Anecdotas de escritores: Valle, Unamuno, Dickens, Twain...



Mark Twain en uno de sus viajes en tren por EE.UU., se topó con el revisor y no encontraba su billete. Tras una larga espera mientras el escritor buscaba por sus bolsillos, el empleado dijo:
—Ya sé que es usted el autor de Tom Sawyer, así que no se moleste, estoy seguro de que ha extraviado el billete.
—El problema es que, si no lo encuentro, no sé dónde debo bajarme —confesó Twain.


Cuando el rey Alfonso XIII le otorgó a Miguel de Unamuno la Gran Cruz de Alfonso X Sabio, el escritor comentó:
-Me honra, Majestad, recibir esta cruz que tanto merezco
El monarca le contestó:
-¡Qué curioso! En general, la mayoría de los galardonados aseguran que no se la merecen
A lo que el escritor replicó al Rey:
-Señor, en el caso de los otros, efectivamente no se la merecían



Valle Inclán fue citado ante el juez en cierta ocasión con motivo de un alboroto que había armado. Tras declarar su nombre y su oficio, este es el diálogo que mantuvieron:
—¿Sabe leer y escribir?
—No.
—Me extraña la respuesta.
—Más me extraña a mí la pregunta.


El cuñado de Dickens contó sobre él en una ocasión:
Una tarde en Doughty Street, la señora Dickens, mi esposa y yo estábamos charlando de lo divino y lo humano al amor de la lumbre, cuando de repente apareció Dickens. “¿Cómo, vosotros aquí?”, exclamó. “Estupendo, ahora mismo me traigo el trabajo”. Poco después reapareció con el manuscrito de Oliver Twist; luego sin dejar de hablar se sentó a una mesita, nos rogó que siguiéramos con nuestra charla y reanudó la escritura, muy deprisa. De vez en cuando intervenía él también en nuestras bromas, pero sin dejar de mover la pluma. Luego volvía a sus papeles, con la lengua apretada entre los labios y las cejas trepidantes, atrapado en medio de los personajes que estaba describiendo…

sábado, 17 de septiembre de 2016

Una curiosidad en Portugal, en Tavira


Hoy me vais a permitir que os deje con una imagen de algo que me hizo mucha gracia.

Se trata de una imagen que vale más que mil palabras.

Es una parada de autobús en Portugal.

Parece que el autobus suele tardar... ¿No?


domingo, 21 de junio de 2015

Artículo de escritores y el café


Hoy nos vamos a desayunar un artículo sobre los escritores y el café. De "Libropatas", al final os dejo el enlace.

Espero que os guste:




A los escritores les gusta el café. Les gusta mucho. Tanto que no es nada difícil encontrar artículos en la prensa de medio mundo que se preguntan si se puede ser escritor sin beber esa sustancia. Por supuesto, las estadísticas de bebedores de café y profesiones dejan claro que los escritores son unos de sus principales consumidores. Claro que en todo hay grados. Y algunos beben más (o más raro) que otros.
1. Honoré de Balzac y su adición al café. ¿Era Honoré de Balzac un adicto al café? El escritor bebía unas 50 tazas de café diarias, ya que tenía una  rutina de trabajo bastante ‘salvaje’ (se levantaba para escribir a la 1 de la madrugada) y maratoniana (era capaz de estar trabajando 15 horas seguidas). Como nos explican en el fabuloso Rituales cotidianos: Cómo trabajan los artistas, el escritor tenía una forma curiosa de alternar períodos en los que no hacía nada con auténticas “orgías de trabajo”. Su entusiasmo por el café y sus efectos era tal que acabó comiendo directamente los granos de café.
2. Søren Kierkegaard y su colección. Kierkegaard escribía por las noches porque necesitaba el silencio, así que necesitaba café para mantenerse despierto. Lo tomaba con mucho azúcar y en una de las 50 tazas que poseía (a juego con su platillo). Todas eran distintas y su secretario tenía que elegir la que emplearía ese día. Luego tenía que explicar las razones por las que se había quedado con esa taza y no con cualquier otra.
3. Marcel Proust y su monótona alimentación. El café no le servía a Proust para mantenerse despierto… en realidad era lo único que tomaba. En su última etapa, cuando se encerró a escribir la monumental En busca del tiempo perdido solo se alimentaba de café con leche y croissants. Una dieta interesante. 
4. Voltaire y su record. Si Balzac era un adicto al café, el filósofo Voltaire lo era incluso más. Tomaba café de unas 50 a 72 veces por día, lo cual es posiblemente más de todo el café que nos tomamos cualquiera de nosotros en una semana. Teniendo en cuenta que durante su vida Voltaire escribió unas obra especialmente vasta, se entiende que el autor lo necesitaba. Además de beber café, también frecuentaba los cafés parisinos.

jueves, 7 de agosto de 2014

Regalos con libros



Hoy voy a dedicar esta entrada a esas fotos que me mandan los amigos cuando están por ahí de viaje y piensan "Ésto seguro que le gustaría a Rocío"... Es lo que tiene ser una "letraherida".

Mis amigos iban paseando por Londres y encontraron en una calle del mercado Leadenhall Market todos estos libros colgando del techo y pensaron aquello de "Ésto seguro que le gustaría a..."

Y me gusta, claro que me gusta.

Mil gracias.




miércoles, 17 de abril de 2013

Los signos de interrogación




Hace poco tiempo he escrito un relato infantil sobre los signos de interrogación.

A raíz de hacerlo me han surgido algunas preguntas sobre ellos. Ya sabéis que no puedo con estas curiosidades que me entran así que no he tenido más remedio que informarme. Os lo voy a contar porque me ha parecido muy interesante. 


¿Por qué se usan signos de interrogación?

Nuestro sistema de puntuación proviene del griego clásico y del latín, y su propósito principal consistía no en ayudar a la comprensión, sino en guiar a quienes leían en voz alta. Las distintas marcas indicaban al lector dónde poner énfasis en las sílabas y dónde hacer una pausa y contener el aliento para mantener la métrica del verso de una poesía.

En latín, una pregunta se indicaba por la palabra questio al final de la oración. La tediosa tarea de escribir a mano un libro se facilitaba por la abreviatura de muchos vocablos; la palabra questio se redujo a QO. Como QO podía confundirse con otras abreviaturas, los escribas comenzaron a colocar la Q sobre la pronto la O. Muy pronto la Q se convirtió en un garabato y la O en un punto.

Curioso ¿Verdad?

Para el siglo IX d.C., punctus interrogativus era una de las marcas usadas para ayudar a interpretar los cantos gregorianos en abadías y monasterios. Ese signo se parecía a nuestro moderno signo de interrogación, aunque se curvaba un poco a la derecha; indicaba una pausa y una inflexión ascendente de la voz.

El desarrollo de la imprenta en el siglo XV creó la necesidad de contar con una puntuación estándar. En 1566, Aldo Manuzio publicó el primer libro de normas de puntuación. Su Orlhographiae Ratio (Sistema de ortografía) incluía el punto, la coma, los dos puntos, el punto y coma y el signo de interrogación. Para 1660, escritores e impresores ya usaban el signo de exclamación, las comillas y el guión. Estos símbolos se adoptaron en toda Europa, sobre todo como guía para la declamación.

Como resultado de la imprenta, se difundió la práctica de la lectura en silencio, por lo que los signos de puntuación adquirieron relevancia para precisar el significado de los pasajes impresos. En muchos idiomas los signos de puntuación sirven para dar fuerza y expresividad a la sintaxis de la lengua escrita.




lunes, 1 de abril de 2013

Curiosidades Literarias: Tolstoi, Victor Hugo, Lewis Carroll...




Comenzamos abril con algunas curiosidades literarias:

- El escritor francés Victor Hugo (1802-1885) protagonizó una conocida y muy ingeniosa anécdota en 1862. Hallándose de viaje y deseando conocer la marcha de venta de su obra Los Miserables (1862), envió una carta a sus editores Hurst & Blackett, con el sucinto texto: "?". Días más tarde, recibió una respuesta no menos lacónica, pero expresiva: "!".

- La actividad literaria del escritor ruso León Tolstoi (1862-1910) nunca decayó, mostrando además un notable afán perfeccionista que le llevó, por ejemplo, a reescribir "Guerra y paz" no menos de siete veces, con la constante y abnegada ayuda de su esposa, que llegó a caligrafiar todos sus manuscritos, incluídas estas siete versiones de "Guerra y paz".

- Además de ciertos aspectos controvertidos sobre su identidad sexual, el matemático y escritor inglés Charles Lutwidge Dodgson (1832-1898), más conocido por su seudónimo literario Lewis Carroll, protagonizó a lo largo de su vida muchas divertidas anécdotas. Por ejemplo, en cierta ocasión, remitió un ejemplar de su obra "Alicia en el País de las Maravillas" a una de las hijas de la Reina Victoria de Inglaterra, llamada precisamente Alicia. La propia reina lo leyó, quedando gratamente sorprendida por su desbordante carga de imaginación. Inmediatamente, escribió a Carroll pidiéndole que le hiciese llegar el resto de su obra. Días después, la reina recibiría, efectivamente, varios libros de trigonometría, álgebra, geometría plana y ajedrez, temas todos ellos en que Lewis Carroll era un reconocido tratadista. 


Gregorio Doval
El libro de los hechos insólitos