Hubo un tiempo, ya lejano, que me dió por leer a Vazquez Figueroa. Hace muuuuchos años.
Sus libros de Cienfuegos me encantaron. Me leí uno detras de otro, los seis, hasta saber el destino de aquel gomero pelirrojo y aventurero que se equivoca y se embarca sin querer en una de aquellas famosas carabelas, cuyos nombres aprendimos todos de niños. Aquel gomero analfabeto y querido que termina viviendo el descubrimiento de América.
Recuerdo con mucho cariño los libros de "Cienfuegos".
Despues me leí alguno que otro más de este autor, como "Fuerteventura". De éste, que me gustó menos, siempre me acordaba de la casa que describía en el libro.
Una casa muy misteriosa.
Son esas cosas de las lecturas que se te quedan ahí colgando de un imperdible invisible de la memoria. Y cómo a una le gusta viajar casi, solo casi, más que nada en el mundo, no pude evitar decirme con decisión: "Un día voy a verla".
"Villa Winter" fue construida por un ingeniero alemán, Gustavo Winter, en los años 40. Este ingeniero dicen que estaba en la lista negra elaborada por la Inteligencia Británica en 1945. Dicen que su mujer cuando vió las obras dijo: "Yo aquí no vivo". Pero parece ser que al hombre le encantó la isla, y no me extraña, y que incluso quiso comprar la Península de Jandía.
La casa está rodeada de un halo de leyendas de nazis escapados que recalaron en Fuerteventura para cambiarse de cara y posteriormente huir a Sudamerica. Leyendas de submarinos alemanes que aún están bajo Villa Winter, porque había túneles que la conectaban con el Océano. Leyendas de prisiones y quirófanos en sus sótanos. Muchas leyendas.
Lo cierto es que la casa está en medio de la nada. Y te preguntas: "¿Cómo pudo a alguien ocurrírsele hacerse semejante casa ahí?". En un lugar maravilloso pero recóndito y de dificil accesibilidad. Por eso, seguramente, sigue siendo de una belleza apabullante.
Cofete está al sur de Fuerteventura, en la península de Jandía. Llegas por un camino tormentoso de tierra y de cabras, tras casi veinte kilómetros penosos de curvas y altura, pero con unas vistas maravillosas.
Cofete es un lugar especial con 14 kilómetros de playa sin urbanizar, salvaje, preciosa. Con un antiguo cementerio abandonado, y allí en lo más alto, donde casi no alcanza la mirada vigila Villa Winter.
¿Cómo no ir a verla?
Y cómo la conocí por una novela, y está en un lugar maravilloso y desértico de Fuerteventura, Cofete, tenía que hacer con ella una entrada en mi blog. Una entrada para nuestra colección de "Lugares mágicos literarios".