Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 4 de octubre de 2021

"La fosa" Lola Montalvo. Reseña Literaria

 


Hoy mi blog se ha puesto en jarras delante de mí y me ha espetado: “¡Eh! Ya es otoño y comenzó el curso, nada de estar por ahí holgazaneando todo el santo día ¿Me oyes?” ha dicho con esa voz de blog refunfuñón que tiene. Le he mirado de reojillo y tragándome las ganas de decirle tres o cuatro adjetivos malsonantes acompañando a la frase “¿A mi edad me vas a venir tú con monsergas?”, me he puesto, murmurando para mis adentros, a terminar una reseña literaria que tenía a medias. Porque en el fondo tiene razón, aunque le fallen un pelín las formas. Que cuánto menos se hace, menos se quiere hacer, dice la ley universal de la indolencia.

Así que vamos a ello.

El último libro que he terminado es "La fosa" de Lola Montalvo. Llegó a mis manos por casualidad, pero la verdad es que desde el primer momento me atrajo con esa portada decorada con una foto antigua con dos niños vestidos iguales, y unos huesos. Ultimamente con el libro electrónico mi memoria ya no retiene las portadas como lo hacía antes con los libros de papel. Una más de las desventajas del ebook, aunque por sus evidentes ventajas yo no pueda vivir ya sin él.

El argumento que nos cuenta esta novela es el siguiente: Por un lado comienza con un episodio de un fusilamiento de varias personas en el año 1940. Y por otro, en Castillejos de la Sierra, un pueblo de Sevilla, y en la actualidad, han comenzado los trabajos de exhumación de una fosa común fuera de la tapia del cementerio. Se les va a unir una antropóloga forense conocida, Mar Torralba, que viene acompañada de su sobrino de diez años, Dani. El niño no habla porque, además de estar traumatizado a raíz de muerte de su madre a manos de su padre, esconde un oscuro secreto. Y por si todo eso es poco, en la fosa descubren un cadáver que no muestra signos de haber sido fusilado, con el característico tiro de gracia en la cabeza, sino que parece que sufrido otro tipo de heridas más propio de un asesinato que no de un fusilamiento.

Y con esos mimbres, la novela está servida para su degustación. 

En general yo he estado bastante entretenida mientras la leía.

El tema es muy actual, se aborda el tema de la memoria histórica, la exhumación de las fosas de la guerra civil. Y también, latente, está el de la violencia de género.

Las coordenadas espacio temporales, están bien delimitadas. Por un lado la acción se desarrolla en Andalucía, como os comentaba en el argumento, en el pueblo de Castillejos de la Sierra. Está muy bien reflejado el ambiente de pueblo, las casas bajas, la plaza, los vecinos, el calor... Y por otro lado temporalmente hablando tenemos una acción que se desarrolla en los años cuarenta del siglo pasado, y otra en la actualidad. No es que toda la novela esté oscilando entre las dos épocas, pero tanto al principio como al final sí que el argumento recurrirá al pasado para explicarse, lo que imprime más ritmo a la lectura.

Los personajes están bien perfilados. Quizá en algún momento he podido pensar que el niño es demasiado maduro para su edad. Pero en general están bien. Con algunos de ellos, como Dani, el niño, el barrendero o la tía empatizaremos rápidamente.

Es una novela que, a pesar de su longitud, se lee bastante bien. La prosa es sencilla y el ritmo ágil, hay acción y variedad de personajes.

Y además tiene su pequeña dosis de intriga. No es una novela de misterio para nada, porque enseguida uno hila cabos, pero contempla cierta dosis de misterio.

Pero, desde luego, en mi opinión es una novela de personajes, el foco de la atención del narrador está en ellos, en su creación, en que cobren vida, en mostrarnos al lector cómo sobreviven a sus propias historias. Se ve muy bien al final de la novela, cuando la autora nos detalla con bastante precisión cómo van a continuar con sus vidas tras el desenlace.

Habrá que ver que más sigue escribiendo esta autora. 


viernes, 1 de octubre de 2021

De octubre y los romanos, de los locos y octubre. Bendito octubre

 

 

Octubre comienza con el nombre cambiado. 

Espero que con el pie, no.

Octubre nuestro décimo mes lleva el nombre del octavo. 

El peso de la costumbre.

Octubre que, hasta el año 153 a.C., fue el octavo mes, de ahí su nombre, derivado de"octo", ocho, pasó a ser el décimo mes cuando los romanos, que cómo decía  Obelix están locos, decidieron que el año en vez de empezar en marzo, empezara en enero.

Pero se les olvidó renumerar los meses.

Locos no sé, despistados quizá.

 


 Hoy, 1 de octubre, se celebran: Día Mundial de la Sonrisa, Día Internacional del Café, Día Internacional del Vegetarianismo, Día Internacional de las Personas de Edad, Día Internacional de la Hepatitis C y Día Internacional de la Enfermedad de Gaucher.

 

 Y yo, éste 1 de octubre del 2021, he empezado otra etapa laboral. 

 Y contra todo pronóstico, estoy ¡¿contenta?!

¿Seré romana? 

O solo

¿Estoy loca?

 


Bendito octubre.



miércoles, 22 de septiembre de 2021

La Palma de junio, La Palma de septiembre.

 


Me acuerdo de La Palma en junio. 

Me acuerdo de su arena negra, cómo quemaba.

Me acuerdo de sus enormes cactus salpicando la lava.

Me acuerdo de aquella tarde correteando entre volcanes, 

dejándonos llevar por el viento.

 

 


Me acuerdo de la espuma del mar, de las rocas negras

 de los enormes y rojos cangrejos.

Me acuerdo de sus faros, el del norte, los del sur, al este y oeste.

Me acuerdo de las salinas de Fuencaliente, blanco sobre negro.

Me acuerdo de los alegres murales de Los Llanos.

Los Llanos de Aridane.


 


Me acuerdo de aquel mirador desde el que veíamos nítido el perfil de la isla bonita,

la isla volcánica.



Me acuerdo de La Palma en junio, apenas tres meses atras.

Me acuerdo de los preciosos atardeceres de Tazacorte.

Me acuerdo de fachadas blancas y casas de colores.

Me acuerdo de los balcones llenos de flores.

Me acuerdo de sus lagartos azules.

 



 

Me acuerdo de La Palma y las largas tardes de principios del verano.

Me acuerdo de las paradas pintadas de la guagua.

Me acuerdo de las plataneras y los dragos.

Me acuerdo del sabor que dejaban a su paso,

aquellos tremendos barraquitos

en nuestras bocas.




 

No me acuerdo del perfil oscuro y bello de la isla bonita,

doliéndose de ser volcánica.

No me la imagino surcada de ríos de lava,

avanzando lentos, seguros, arrasando aquella carretera 

que tanto transitamos.

 

No me acuerdo de la isla humeante, 

no me la imagino gris y triste,

no quiero hacerlo.

 

No es mi isla de La Palma 

de la que hablan todas las noticias

no es mi isla, la que duele.


Quizá se la habíamos arrebatado a los volcanes,

quizá se cansaron de prestárnosla.

 

Me acuerdo tanto de La Palma el último junio. 

Me acuerdo de su arena negra, 

cómo quemaba.

 

jueves, 16 de septiembre de 2021

Poema de Joan Margarit: Profesor Bonaventura Bassegoda

 

 



PROFESOR BONAVENTURA BASSEGODA

Le recuerdo alto y grueso,
procaz, sentimental. Usted, entonces,
era una autoridad en Cimientos Profundos.
Inició siempre nuestra clase así:
Señores, buenos días.
Hoy hace tantos años, tantos meses
y tantos días que murió mi hija.
Y solía secarse alguna lágrima.
Teníamos veinte años, más o menos,
y el hombre corpulento que usted era
llorando en plena clase,
nunca nos hizo sonreír.
¿Cuánto hace ya que usted no cuenta el tiempo?
He pensado en nosotros y en usted,
hoy que soy una amarga sombra suya
porque mi hija, ahora hace dos meses,
tres días y seis horas
que tiene sus profundos cimientos en la muerte.

Joan Margarit

 

 


 

domingo, 12 de septiembre de 2021

Vivir la diferencia


 

Cuando dudabas, yo te remitía a tus fotos.

Ellas reflejaban aquello que no dependía de tu voluntad, aquello que surgía de tu instinto, de tu forma de mirar la vida, sobre todo de sentirla.


Y escogiste aquella del último verano: 

La de los tres barcos navegando en la misma dirección, 

la de las tres gaviotas quietas, absortas, mirando hacia el mismo lugar del horizonte, 

la misma donde, incluso, otra se había sentado a esperar en el mismo sentido de las tres gaviotas y los tres barcos.

 

Esa foto donde, en el centro de la imagen, una solitaria gaviota había alzado el vuelo en dirección contraria.

viernes, 10 de septiembre de 2021

¿Retretes? . La originalidad en el lenguaje y la comunicación

 



Hoy, viernes, me vais a permitir que hablemos un poquito de la comunicación en los retretes. 

Los retretes, excusados, urinarios, letrinas, servicios, aseos, cómo gusteis...

 

A los madrileños nos llaman "gatos", luego entonces lo suyo es que vayamos a hacer "nuestros deberes" a los areneros, como todos los demás gatos de la Capi. 

 

Madrid. Agosto 2021
Madrid. Agosto 2021

 

 

 

En otras ocasiones, como en el caso de debajo, sobran las palabras, como decía Braulio. 

Bueno nos lo decía a los que ya tenemos "cierta" edad. Sí. Lo he buscado: 1976. Pero si yo era una criaturita ¿Por qué me acuerdo?

 

Huelva. Julio 2018

 

 

Y allá por el norte ¿qué van a decir? Pues que o eres sardina o eres bonito. 

Noja. Julio 2021
 

Noja. Julio 2021
 

No sé a vosotros, pero a mí estas "cosillas" de los retretes siempre me roban una sonrisa. 

La originalidad en el lenguaje, o en la comunicación me agrada siempre, pero en estos casos "especiales" aún la valoro más. 

¿Será porque, la niña que hay escondida dentro de mí, aún se ríe cuchicheando con los amiguitos palabras como "pedo", "pene" o "culo"?

Ojalá sea eso.



 

Las lágrimas de Claire Jones - Berna González Harbour. Reseña Literaria


 

 Ay. Cuánto me cuesta tener al día las reseñas de los libros que termino de leer. ¿Debería abandonar este empeño? No os creais que no me lo pregunto a menudo.

 

Podía hacerlo. Jueves y viernes en Ávila, con Tomás. Y el sábado a Santander. Podría cerciorarse de que Carlos se afeitaba, se cuidaba, desayunaba sin grasa y comía en algún garito sin demasiadas fritangas. Dios, si lo pensaba un minuto, ¿cuánto tiempo hacía que no vigilaba su frigorífico, su horario, si tomaba demasiadas copas o cumplía al menos una quinta parte de la dieta que le había impuesto el médico? ¿Cuánto hacía que el enfermo amigo se había convertido en su propio cuidador? Sí, debía hacerlo. Mientras Rodrigo pagaba la cuenta e insistía en que ella se olvidara, al fin tecleó:

 «Ok, Martín. Me has convencido. Iré a Santander.» 

Y volviéndose a Rodrigo mientras ambos se levanta-ban para salir de La Amistad, le preguntó: 

—¿Y por qué crees que nadie encontró a la señora Buscapié?


Esta novela de Berna González Harbour “Las lágrimas de Claire Jones” es una novela de intriga entretenida. Resulta que forma parte de una trilogía, y sin darme cuenta me leí en primer lugar la que ocupa el tercer puesto, así que muchos de los personajes, mientras la leía, me parecían que no estaban demasiado bien descritos. Hasta que me di cuenta de que no solo formaba parte de una saga donde la protagonista era la misma comisaria, sino que había comenzado la serie por el último, madre mía qué cabeza, y claro ya di por hecho que los personajes, de la parte de la novela correspondiente a la vida privada de la protagonista, ya debían estar más que presentados en los anteriores volúmenes y no hacía falta detallarlos con más precisión. Ya me vale. En cualquier caso comentaros que a ésta novela la preceden Verano en rojo (2012) y Margen de error (2014).

Lo que nos cuenta el argumento es que la comisaria María Ruiz se encuentra desterrada en Soria, donde el último suceso que no se resolvió, y del que se tiene noticia, ocurrió en 1954, cuando una mujer que presuntamente asesinó a su marido con matarratas desapareció para siempre. De estar viva, tendría 101 años. Desde que la destinaron a Soria, sacándola de Madrid, la comisaria Ruiz viaja todos los fines de semana a Ávila, donde visita a su compañero Tomás, que está en coma. En ese momento, el comisario Carlos, un amigo suyo, finalmente ha conseguido convencerla para que un fin de semana se airee y vaya a visitarlo a Santander. Pero lo que tenían que ser un par de días de tranquilidad se convierte en el mejor incentivo, pues que va a dar allí con su nuevo caso: un coche abandonado en la zona del puerto. En el maletero, una chica muerta, y en el asiento del copiloto, un ejemplar del periódico The Times con fecha del 15 de octubre de 1998 y una noticia recortada. 

Ya tenemos el misterio servido.

Se trata de una novela estructurada en 60 capítulos, dividida en dos partes. Cómo os decía se lee bien. No ha sido la novela de mi vida, ni siquiera la novela de intriga de mi vida. Pero quizá haya sido porque no las he leído en el orden correcto. Aún así, es una novela que me resultado entretenida, la prosa es sencilla y, a pesar de que no existen grandes sorpresas o puntos de giro, tiene ritmo, al que contribuyen además la profusión de diálogos. Está contado desde diversos puntos de vista, el de la Comisaria, el de la víctima... Ese punto también le da más agilidad a la lectura.

Como originalidad resaltar que trate el tema de la intervención de “los cuáqueros” en nuestra Guerra Civil. Eran éstos una sociedad religiosa fundada en el siglo XVII en Inglaterra. Unos cristianos protestantes que aliviaron las condiciones penosas de los Republicanos, tanto en la guerra en algunas ciudades españolas, como sobre todo en los campos de refugiados de Francia. Nuestra novela está ambientada en Santander, donde existe un cementerio protestante que tendrá su protagonismo en la novela y que enlaza muy bien con la historia de esta comunidad religiosa.

Luego la novela toca este tema histórico, y además aborda el tema de la corrupción en la policía, la prostitución y la soledad.

Creo que lo mejor de la novela, además de tocar el tema de los cuáqueros, que al menos a mí me ha resultado interesante (no es que lo desconociera, ya lo había leído en ficción en el libro de Isabel Allende "Largo pétalo de mar"), es que esta novela está bien ambientada. Es muy visual en lo que quiere reflejar la autora, y podemos casi "ver" el elegante ambiente pero solitario de la protagonista, el sórdido de los garitos que empieza a frecuentar o el casi bucólico de su abuela y esos cristianos, de tan bien reflejados como me han parecido.

Con la fila de libros que tengo, dado mi despiste, no creo que vuelva a esta autora para leer los libros anteriores, pero no descarto leer uno de los siguientes.