Hoy mi blog se ha puesto en jarras delante de mí y me ha espetado: “¡Eh! Ya es otoño y comenzó el curso, nada de estar por ahí holgazaneando todo el santo día ¿Me oyes?” ha dicho con esa voz de blog refunfuñón que tiene. Le he mirado de reojillo y tragándome las ganas de decirle tres o cuatro adjetivos malsonantes acompañando a la frase “¿A mi edad me vas a venir tú con monsergas?”, me he puesto, murmurando para mis adentros, a terminar una reseña literaria que tenía a medias. Porque en el fondo tiene razón, aunque le fallen un pelín las formas. Que cuánto menos se hace, menos se quiere hacer, dice la ley universal de la indolencia.
Así que vamos a ello.
El último libro que he terminado es "La fosa" de Lola Montalvo. Llegó a mis manos por casualidad, pero la verdad es que desde el primer momento me atrajo con esa portada decorada con una foto antigua con dos niños vestidos iguales, y unos huesos. Ultimamente con el libro electrónico mi memoria ya no retiene las portadas como lo hacía antes con los libros de papel. Una más de las desventajas del ebook, aunque por sus evidentes ventajas yo no pueda vivir ya sin él.
El argumento que nos cuenta esta novela es el siguiente: Por un lado comienza con un episodio de un fusilamiento de varias personas en el año 1940. Y por otro, en Castillejos de la Sierra, un pueblo de Sevilla, y en la actualidad, han comenzado los trabajos de exhumación de una fosa común fuera de la tapia del cementerio. Se les va a unir una antropóloga forense conocida, Mar Torralba, que viene acompañada de su sobrino de diez años, Dani. El niño no habla porque, además de estar traumatizado a raíz de muerte de su madre a manos de su padre, esconde un oscuro secreto. Y por si todo eso es poco, en la fosa descubren un cadáver que no muestra signos de haber sido fusilado, con el característico tiro de gracia en la cabeza, sino que parece que sufrido otro tipo de heridas más propio de un asesinato que no de un fusilamiento.
Y con esos mimbres, la novela está servida para su degustación.
En general yo he estado bastante entretenida mientras la leía.
El tema es muy actual, se aborda el tema de la memoria histórica, la exhumación de las fosas de la guerra civil. Y también, latente, está el de la violencia de género.
Las coordenadas espacio temporales, están bien delimitadas. Por un lado la acción se desarrolla en Andalucía, como os comentaba en el argumento, en el pueblo de Castillejos de la Sierra. Está muy bien reflejado el ambiente de pueblo, las casas bajas, la plaza, los vecinos, el calor... Y por otro lado temporalmente hablando tenemos una acción que se desarrolla en los años cuarenta del siglo pasado, y otra en la actualidad. No es que toda la novela esté oscilando entre las dos épocas, pero tanto al principio como al final sí que el argumento recurrirá al pasado para explicarse, lo que imprime más ritmo a la lectura.
Los personajes están bien perfilados. Quizá en algún momento he podido pensar que el niño es demasiado maduro para su edad. Pero en general están bien. Con algunos de ellos, como Dani, el niño, el barrendero o la tía empatizaremos rápidamente.
Es una novela que, a pesar de su longitud, se lee bastante bien. La prosa es sencilla y el ritmo ágil, hay acción y variedad de personajes.
Y además tiene su pequeña dosis de intriga. No es una novela de misterio para nada, porque enseguida uno hila cabos, pero contempla cierta dosis de misterio.
Pero, desde luego, en mi opinión es una novela de personajes, el foco de la atención del narrador está en ellos, en su creación, en que cobren vida, en mostrarnos al lector cómo sobreviven a sus propias historias. Se ve muy bien al final de la novela, cuando la autora nos detalla con bastante precisión cómo van a continuar con sus vidas tras el desenlace.
Habrá que ver que más sigue escribiendo esta autora.