Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 11 de enero de 2018

Ruta literaria por el barrio Salamanca de Madrid - 2ª parte

C/ Claudio Coello 25 casa de Camilo José Cela


Hoy vamos a continuar el paseo literario por el barrio de Salamanca que comenzamos en otra entrada. Lo dividimos en dos partes para no hacer una entrada del blog tan larga.

Os recuerdo que lo comenzamos en la calle Claudio Coello en el núm. 25 donde había muerto el poeta Gustavo Adolfo Bécquer. Después subimos hasta la calle Velázquez donde había varios puntos donde detenerse. Al final de la entrada tenéis un enlace a ella.


Pues bien, hoy volvemos a la calle Claudio Coello, a donde bajamos desde Velázquez por Ortega y Gasset, y encontramos que a la altura del 25, haciendo esquina tenemos la casa donde vivió Camilo José Cela ( Iria Flavia, La Coruña, 1916 - Madrid, 2002). Aunqu de jóven tentó a la poesia, le conocemos más como prosista, ya sea con la novela, o el cuento y el libro de viajes. Se le conoció sobre todo a partir de su novela La familia de Pascual Duarte, en el año 1942.




Si seguimos caminando por la calle Velazquez de nuevo, hasta la calle General Oraa y bajamos por ella dirección Castellana, encontramos en el núm. 19 una casa que ahora está en obras donde una placa recuerda que allí vivió el escritor D. Ramón de Valle Inclán. Es una casona que me hubiera gustado conocer en sus días, ahora está casi tapada pero hace esquina con la calle de los Hermanos Becquer. En Madrid hay más casas donde vivió este escritor, pero ésta es la que nos pilla en el barrio de Salamanca. 

"Su amigo Antonio Palomero lo definió como una figura exótica, tocado con un amplio sombrero mexicano, una melena negra y sedosa, una barba puntiaguda, unos quevedos sobre su nariz aguileña y un cuello inverosímil de grandes puntas (“cuello galdstoniano”, según Rubén Darío, quien añadía que sus corbatas fastuosas podrían servir de chal a una mujer). Se apoyaba en un bastón rematado en un huevo de plata, “regalo de un príncipe indio”, según decía."





Volvemos sobre nuestros pasos y subimos de nuevo la calle General Oraa hacia la calle Francisco Silvela, y en la calle General Díez Porlier, en el núm. 36, tenemos la casa donde vivió y murió el dramaturgo Buero Vallejo. Este autor nació el mismo día que yo, un 29 de septiembre, y en mis épocas del Instituto nos tuvimos que leer "Historia de una escalera", que hasta creo recordar que nos llevaron al teatro a verla.


"Antonio Buero Vallejo siempre me pareció un hombre reflexivo, tal vez demasiado apesadumbrado, un punto tristón, acaso secuela de su pasado, aunque su viuda quita importancia a esa etiqueta y lo recuerda tierno en la intimidad, de conversación amena y divertida cuando se reunía con sus habituales contertulios. Era compañero de dominó de Fernando Vizcaíno Casas, vecino suyo en la sierra de Navacerrada, en vacaciones, tan distintos en su ideología pero con el que departía cordialmente. Buero Vallejo conoció a Victoria Rodríguez cuando formó parte de la compañía del Teatro Nacional María Guerrero que estrenó Hoy es fiesta, otra de las más aplaudidas comedias del autor alcarreño. Ella tenía veinticinco años, quince menos que él, del que se enamoró en seguida y tras un breve noviazgo se casaron el 5 de marzo de 1959. Victoria trabajó en unas cuantas obras de Antonio, pero no en tantas como él hubiera querido, ya que nunca quiso imponerla a ningún director para evitar ser acusado de nepotismo." Manuel Román.





A continuación podemos pasar por la calle General Pardiñas y tenemos las casas de dos escritores que merece la pena recordar. En el núm. 97 está la casa donde vivió y murió Miguel Mihura.



Miguel Mihura (Madrid, 1905 - 1977) Comediógrafo y humorista español a quien se debe la renovación del teatro cómico de la posguerra. Su obra maestra, Tres sombreros de copa (escrita en 1932 pero no estrenada hasta 1952), supuso una ruptura radical con el humor tradicional. En 1941 fundó La Codorniz, famosa revista semanal de la posguerra, que dirigió hasta 1946.  Mihura fue además guionista de más de veinticinco películas, entre ellas Bienvenido Mr. Marshall, dirigida por Luis García Berlanga en 1952.

 "El humorista cínico era un sentimental, como todos. Había sido toda su vida un soltero ejemplar y pertinaz, pero se enamoró para siempre de una suiza fugaz, cuando ya era demasiado tarde. Se nos murió en seguida. Le lloré con Alfonso Sánchez, que tampoco duró mucho. Siempre viví una adhesión sentimental, intelectual, al 27 del humor, que eran una prolongación de Gómez de la Serna, imposibles sin Ramón, aunque no le citaban demasiado. Mihura llegó a decirme que el maestro era Fernández Flórez. Estaba borrando sus propias huellas. Siempre fue un cojo malvado y adorable" Francisco Umbral





Y en el núm. 107 de General Pardiñas, casi en la esquina con María de Molina, vivió la autora del Nadal Carmen Laforet. Tiene una placa que dice: "En esta casa mirando hacia Barcelona vivió Carmen Laforet (1921-1994) y en ella escribió su novela "Nada" Premio Nadal 1945". 

Mirando hacia Barcelona...







Y por último saltamos de la primera premiada con el Nadal a un premio Cervantes, porque ya en la Avenida de América encontramos la casa donde vivó y murió Juan Carlos Onetti, Premio Cervantes. Novelista uruguayo, considerado no sólo el escritor más importante que ha dado la literatura de su país, sino uno de los máximos creadores de la narrativa en lengua castellana del siglo XX.





"Me senté en la cama de Juan Carlos Onetti cuando nadie me observaba, y me pareció que aún había en ella mucho insomnio impregnado. Me mullí brevemente y se levantó un silencio viejo que me hizo creer que su literatura se escondía aún en aquella cama, expuesta durante siete semanas en la Casa de América. Todo lo que necesitaba Onetti, incluso lo que le sobraba, estaba en su habitación, desde la que contadas veces se asomó a la ventana. No había exteriores en Juan Carlos. «Empezó a estar encerrado desde niño», admitía hace poco su viuda, Dolly Onetti, pero el retiro solo se volvió rotundo y feliz después de llegar a Madrid en 1975 e instalarse en la avenida de América 31, piso 8.º, apartamento 3. Para lo que había que decir, bastaba el silencio, y para lo que había que conocer, bastaba la cama, afirmaba a menudo el propio escritor."
  Juan Tallón






Espero que os haya gustado este paseo literario por el barrio de Salamanca. En este blog tenemos más paseos literarios, os dejo reseña de alguno de ellos por si queréis echarles un vistazo.



Otras entrada de paseos literario por este barrio en el blog:





martes, 9 de enero de 2018

Y me regalaron un cuento...




Los finales de año son caóticos y te desbaratan un poco.

Que si los encuentros afectivos, que si las compras, al final vas espaciando los momentos de sentarte delante del ordenador, que siempre puede esperar.

El caso es que tú tenías algunas entradas para tu blog medio preparadas, que así pasaron de año, a medio vestir y despeinadas. 

Ahora que ya todo el mundo tenía los pies en este 2018, con la barriguita más llena y el monedero más vacío, decidiste que poco a poco habría que ir poniendo remedio a lo que se quedó a medio hacer. Nunca te gustó dejar las cosas a medias.

Y la elegiste a ella. Ahí estaba, esperándote con su aire aniñado, una de esas entradas que tú quisiste reseñar aquí y se fue atrasando y atrasando... ¡Cuánto había crecido! pensaste al estirar tu mano invitándola a seguirte. Se despidió de las demás con un inocente ¡Amigas os ajuntaré siempre! tirándoles un beso virtual y con un pequeño salto, se bajó de su borrador y te cogió de la mano.



Entre todos los regalos que me hicieron en mi último cumpleaños, muy especiales todos, hay uno que me ha hecho mucha ilusión. Porque que a éstos años que tengo yo, que ya son unos cuántos, me regalen un cuento ¡qué ilusión me hizo...!

Por supuesto un cuento sobre palabras. Es más bonito... Tenía que enseñarlo a cámara.

Toda la vida se deberían regalar cuentos. Cuánta falta nos hacen.






domingo, 7 de enero de 2018

Mi pequeño botín




Este es mi pequeño (o gran) botín de estas navidades.

Desde que tengo uso de razón los Reyes me traían algún cuento o algún libro. Siempre me han hecho especial ilusión, sé que van a regalarme tantos buenos momentos... Y ya no quiero quedarme sin alguno nuevo cada vez que llegan estos días.

Este año tengo estos tres libros nuevos. No me digáis que no son apetecibles... 

¿Y a vosotros qué libro os han traído los Reyes? ¿O era Papá Noel, el amigo invisible o visible?

Reto Lector 2018



Envía mi amiga Piluca esta imagen y me ha gustado mucho.


Me ha parecido que una forma estupenda de comenzar el año es hacerlo con estos retos de lectura.


Así que la comparto con vosotros y así empezamos con muchas ganas este recién estrenado 2018.


¡Feliz año a todos!



1  Enero. Un libro que tienes y no has leído.
2 Febrero. El libro favorito de un amigo.
3. Marzo. Un clásico literario
4. Abril. Un libro prestado.
5. Mayo. Uno que debiste leer en la escuela y no lo hiciste.
6  Junio. Un libro de un género que nunca has leído.
7. Julio. Un libro que escojas por su portada.
8. Agosto. Un libro de más de 100 años.
9. Septiembre. Una obra de un autor clásico.
10. Octubre. Un autor famoso de tu país.
11. Noviembre. Un best seller.
12. Diciembre. Un libro con ilustraciones.

sábado, 6 de enero de 2018

"Las Tres Reinas Magas" de Gloria Fuertes




Las Tres Reinas Magas
 
Segundo Acto

LAS TRES REINAS MAGAS ante el portal de Belén, tan sólo alumbrado por
la luz del NIÑO. Junto al NIÑO están MARÍA y JOSÉ.

GASPARA Es un Niño!
MELCHORA Ya lo sé
me lo dijo San José.
MELCHORA Y ella es Virgen
y Divina.
BALTASARA Lo adivina.
MELCHORA él da calor y está hierto.
BALTASARA Pues no acierto,
está helado y tiene fiebre.
GASPARA Está muy frío el pesebre.
BALTASARA Del cielo a la tierra vino
sin ropaje.
GASPARA ¡Vaya viaje!
MELCHORA Es una mina de amor.
GASPARA Sí, señor.
MELCHORA Señora, que soy Melchora.
(Se hace un breve silencio.)
BALTASARA ¡Pues no estoy llorando!
GASPARA (A BALTASARA.) Trae el puchero y no
hagas pucheros.
(Se va BALTASARA y vuelve con una vasija de barro llena
de leche.)
Eso, eso, dejemos al Niño,
por lo menos,
sopitas de leche,
con pan y escabeche,
que el Niño que nace
verás lo que hace.
MELCHORA El que murió en tablas
verás lo que habla.
NIÑO Si usted es mi amigo,
no tenga enemigo.
BALTASARA ¿Y quien le obedece?
La pena me crece.
NIÑO Si usted es mi amigo,
no tenga enemigo.
BALTASARA ¿Nos trata de usted?
MELCHORA ¿Estará enfadado
cuando a hablar empieza?
GASPARA Claro, es que las guerras
le traen de cabeza...
...

Gloria Fuertes.
Fragmento de Las Tres Reinas Magas

domingo, 31 de diciembre de 2017

Deseos para el nuevo año de Eduardo Galeano






Ojalá seamos dignos de la desesperada esperanza.

Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos, porque de nada sirve un diente fuera de la boca, ni un dedo fuera de la mano.

Ojalá podamos ser desobedientes, cada vez que recibimos órdenes que humillan nuestra conciencia o violan nuestro sentido común.

Ojalá podamos ser tan porfiados para seguir creyendo, contra toda evidencia, que la condición humana vale la pena, porque hemos sido mal hechos, pero no estamos terminados.

Ojalá podamos ser capaces de seguir caminando los caminos del viento, a pesar de las caídas y las traiciones y las derrotas, porque la historia continúa, más allá de nosotros, y cuando ella dice adiós, está diciendo: hasta luego.

Ojalá podamos mantener viva la certeza de que es posible ser compatriota y contemporáneo de todo aquel que viva animado por la voluntad de justicia y la voluntad de belleza, nazca donde nazca y viva cuando viva, porque no tienen fronteras los mapas del alma ni del tiempo.

Eduardo Galeano



viernes, 29 de diciembre de 2017

Trampantojos y murales en Oropesa


Visitar Oropesa en Toledo y hacer un descubrimiento.

Descubrir sus calles adornadas de murales coloreados.

Coloreados también sus trampantojos embelleciendo las tapias.

Tapias vestidas de cultura con poemas.

Poemas y poemas y poemas.

Visitar Oropesa en Toledo y disfrutar. 



























martes, 26 de diciembre de 2017

De la palabra Polvorón y demás exquisiteces...




"Tienes que apretarlo fuerte primero y luego ya lo desenvuelves, ya verás cómo no se te rompe".
¿A quién no se lo enseñó su madre?

Llegan las navidades y llegan los polvorones. Y lo mismo que un día te enseñaron a atarte los cordones, desde pequeños nos enseñan cómo comerlos.

Todos sabemos lo ricos que están, pero ¿Qué más sabemos de los polvorones?

La Rae nos los definen así:


Polvorón.

De pólvora 'partículas a que se reduce una cosa sólida'.

1. m. Torta, comúnmente pequeña, de harina, manteca y azúcar, cocida en horno fuerte y que se deshace en polvo al comerla.

Real Academia Española © Todos los derechos reservados


Ya lo veis, parece que no hay ninguna duda de que la palabra polvorón viene de la palabra "pólvora", partículas a que se reduce una cosa sólida. Hace mucho tiempo que aprendimos que no hay nada más fácil que reducir un polvorón a partículas...

"Pólvora" procede de la palabra latina "Pulvis" que significa polvo. De su genitivo vendría "pulveris" y de ahí "pólvora". A pólvora le unimos el sufijo aumentativo "ón" y se nos forma la palabra "Polvorón".


Por más que consulto en varias fuentes indagando como fué el que acabará con ese nombre, no hay unanimidad. Unos lo achacan al polvo del azúcar que llevan por encima, otros al polvo de la harina que tiene de más con respecto al mantecado, otros por el polvo en que se deshace fácilmente, en fin que hay diversas explicaciones.

Pero en lo que, en cambio, sí que parece que coinciden las fuentes es en la fecha en la que comenzamos a comer mantecados. Desde el siglo XVI hay señales de ellos, porque entonces se utilizaba mucho en la repostería la manteca de cerdo, debido a un excedente de encinas. Al haber más encinas también había mucha más comida para los cerdos, y consecuentemente éstos se multiplicaban. Y ya sabemos que del cerdo se aprovecha casi todo. Por aquel entonces debido precisamente a este excedente de encinas y cerdos se hacía mucha más repostería con manteca de cerdo, y de ahí nacieron los mantecados en Andalucía, aunque hay dudas de si fue en Estepa o en Antequera.

Y del mantecado llegamos al polvorón.



Aunque se sabe que existen desde el siglo XVI los típicos mantecados se empezaron a comercializar en el año 1870 gracias a una señora de Estepa que se llamaba Filomena Micaela Ruiz Téllez, alias "La Colchona", que tuvo la idea de que su marido, que era transportista de Estepa a Córdoba, los fuera vendiendo por el camino. Para que duraran más tuvo la idea de resecarlos más al final del proceso de creación del mantecado, así resistía mejor el transporte y el embalaje, y conservaba mejor sus cualidades. Leo entonces que al resecarlos más llegaron a ser los polvorones. Unos dulces con más harina y almendra que los mantecados. Ésto últimos se consumen todo el año, llevan menos harina pero llevan clara de huevo que los aglutina más y mantiene menos harinosos.


Otro día contamos de dónde viene las palabras turrón y mazapán..


Pero ahora me vais a permitir que...
Si gustáis...

domingo, 24 de diciembre de 2017

Nochebuena de Eduardo Galeano





Nochebuena

Fernando Silva dirige el hospital de niños, en Managua.
En vísperas de Navidad, se quedó trabajando hasta muy tarde. Ya estaban sonando los cohetes, y empezaban los fuegos artificiales a iluminar el cielo, cuando Fernando decidió marcharse. En su casa lo esperaban para festejar.

Hizo una última recorrida por las salas, viendo si todo quedaba en orden, y en eso estaba cuando sintió que unos pasos lo seguían. Unos pasos de algodón: se volvió y descubrió que uno de los enfermitos le andaba atrás. En la penumbra, lo reconoció. Era un niño que estaba solo. Fernando reconoció su cara ya marcada por la muerte y esos ojos que pedían disculpas o quizá pedían permiso.

Fernando se acercó y el niño lo rozó con la mano:
-Decile a… -susurró el niño-. Decile a alguien, que yo estoy aquí.

Eduardo Galeano
El libro de los abrazos – Ed Siglo XXI – 2009

domingo, 17 de diciembre de 2017

Mi último relato premiado: "Magia" en Navalmoral de la Mata



Ayer, en Navalmoral de la Mata, me dieron mi última alegría literaria. Parece que poco a poco voy remontando un año que sentía pobre en reconocimientos literarios. 

Los premios son un estímulo a seguir enfrentándose al folio en blanco. Por supuesto que no hay que depender de ellos para seguir escribiendo. Escribir es una necesidad y un placer. Pero los reconocimientos motivan mucho cuando algunas historias se te resisten.

Se celebró ayer la entrega de premios del  XIX Certamen de Relatos de Navidad organizado por Radio Navalmoral-Cadena Cope con el patrocinio de la AIEAlmaraz-Trillo, en la Fundación Concha de la misma localidad. Entre 95 relatos me dieron el primer premio por mi relato "Magia". 

No era la primera vez que me premian en Navalmoral, y siempre es agradable volver.

Fue una entrega de premios en la que se habló de Rosa Montero que los había visitado días antes. Decía Rosa, de Radio Navalmoral, que la escritora había hablado de la memoria y del olvido. Que había comentado que charlando con su hermano de hechos que habían ocurrido en su infancia, parecía que no habían vivido con los mismos padres o las mismas cosas, así es la memoria de selectiva o el olvido. Decía también que hablando sobre creación literaria había comentado la diferencia entre un relato y una novela, el relato es como abrir una ventana y asomarse a mirar el paisaje, mientras que en una novela el autor camina ese paisaje. 



Fue una entrega donde todos los que iban saliendo a hablar, lo hacían muy bien, su discurso era entretenido, ameno y contaban cosas interesantes.

A mí me dió el premio la Alcaldesa Raquel Medina, que también me pareció que se expresaba muy, muy bien. Habló de lo que a ella le habían transmitido los dos relatos y creo que lo hizo de forma muy sencilla, emotiva y acertada.



Y cómo no podia ser de otra forma (aunque muchas veces si que ocurre) se leyeron tres relatos, uno por el Presidente de la Fundación Concha, Carlos Zamora, otro por el hijo del segundo premiado, Luis Monge Ciruelo, que tiene 94 años y es de Guadalajara y lo leyó su hijo Javier de manos de Aniceto González representande de la Central Nuclear de Almaraz-Trillo. 











Y finalmente lo leí yo. Os quería dejar al protagonista: Mi relato titulado "Magia", un relato de esa época que es la Navidad, que nos podrá gustar más o menos, pero que sobre todo es mágica.

Aunque sobre todo tiene mucho de mágico que te premien entre tantos relatos.




Magia

Traemos las bolsas llenitas de huellas. Señor Pérez ya estamos en casa. ¿Dónde se habrá metido? Ah, está aquí. Mire lo que traemos: ¡Huellas! Montones y montones de huellas. Fuimos a la playa y mire, de todos los tamaños y maneras, por si acaso. Asómese Señor Pérez, asómese... ¡Vaya...! qué pena, se descolocaron. Con lo que costó cogerlas y el cuidado que pusimos al guardarlas. Bueno, lo importante es que están ahí. Ahora hay que hacerlas sitio, a ver dónde, hay siempre tantas cosas que traer... ¡Vaya por Dios! Ya están llamando a la puerta. Todos los días igual. Qué vecindad. ¿No pueden estar en sus cosas sin ocuparse de la vida de los demás? “QUE NO ES ARENA, QUE SON HUELLAS...” No saben ni lo que ven. ¿Qué puedes esperar de la gente que no sabe ni mirar? Arena dicen... ¡Pues anda que no se ve que son huellas!  

Aquí mismo se quedan, encima de estos sacos de frases. A ver cómo andamos de género. Un buen paquete de “Aunque solo sea un pellizquito…”, otro aún más grande de “Para tapar agujeros…”,  otro casi del mismo tamaño de “A ver si me quita de trabajar…” y otro bien llenito de: “Por lo menos quitarse la hipoteca…”. Señor Pérez ya lo ve, tenemos variedad y bastantes de la primera tanda. A ver en el otro saco. Un montón enorme de “Hoy es el día de la salud” y otro un poco más pequeño pero también considerable de “No hay mejor lotería que el trabajo y la economía”. Hay menos variedad es cierto, pero suficientes de cada una. Ay Señor Pérez que jaleo con tanto preparativo, pero es que no podemos descuidarnos que se nos echa el día encima… Ah sí, tiene usted razón, qué cabeza, revisemos el saco de los números: Del 13 y del 69 tenemos de sobra. Y a ver… Sí el 7 también. Aquí hay un grupo de impares y otro de primos, unos cuántos números feos, otros cuántos de los bajitos, y sí al fondo hay ciertas fechas concretas de este año. Genial. No le pueden faltar a nadie ni nuestras frases ni nuestros números. Un momento ¡¿Los sonidos!? Señor Pérez ¿Dónde teníamos los sonidos guardados? Aquí no, aquí tampoco… ¿Dónde los habremos puesto? No se quede mirando ¡y busque! Pero qué animal es usted, menuda ayuda, déjese de tanta carrera, que tirará algo y eche una pata... Ah ¡aquí están! Como no ocupan nada se habían colado aquí detrás. A ver: El inconfundible del bombo y el soniquete de los niños de San Ildefonso. ¿Cuántos hay? Muy bien, suficientes. Y a ver los demás: El de descorchar una botella, el de cristal del brindis, los petardos, señor Pérez qué odioso es éste, pero tiene usted razón tampoco nos puede faltar, por supuesto “campanas”, algún soniquete de villancicos y el más importante ¡el de los caramelos chocando contra el suelo!, sí también ¡aquí está! Qué requetebién. Un abrazo señor Pérez vamos a celebrarlo. Ay no, no, pare, pare animal, que nos hará caer, pare, ¡pare! Le dije un abrazo, solo un abrazo, y no que se meta entre la ropa, me hace cosquillas, es usted imposible, venga salga, salga, salgaaaaa que nos caemos, nos caeeeeemooos… 

 ¡Usted perdone Doña Olvido! No queríamos incordiarla… Qué genio, si apenas hemos rozado su tela. Está usted siempre tan ocupada, a ocho manos venga a tejer y a tejer ¡cómo no incordiarla en algún momento! Pues claro que lo comprendemos, hay ocasiones en que es usted tan necesaria... Respetándonos todos, cada uno con su tarea, se puede vivir en paz. Si muchos de esos de allá afuera que aporrean la puerta siguieran nuestro ejemplo, cuánto ganaríamos todos. Nada mujer siga con su tarea que nosotros seguiremos con la nuestra.

¡Vaya se me cayó...! Que pena... Por hacer sitio a las huellas. Con la de círculos que teníamos aquí en este barreño. Que lástima se perdieron la mayoría, con lo concéntricos y transparentes que eran… Han salido rodando y salpicándolo todo. ¿Qué se juega señor Pérez a que vuelven a aporrearnos la puerta? Seguro que algún círculo ha escapado rodando, rodando y se ha colado por debajo de la puerta. Y cómo no saben ni lo que ven, dirán que ya hemos vuelto a dejar algún grifo abierto. ¿Lo ve? No falla. ¡¡Que no es agua que son círculos!! Lo que decíamos: ¿Qué puedes esperar de la gente que no sabe mirar? Pues es una tarea recogerlos: esperar que lleguen los muchachos, esperar que jueguen a tirar piedras y sobre todo esquivarlas mientras se recogen los círculos... ¡Malditos chavales! con esa mala educación que tienen ahora. En cuánto nos ven, nos tiran las piedras a nosotros: ¡Viejo loco, cara moco! gritan los desvergonzados. Jodíos críos qué puntería tienen, cómo aciertan a veces. ¡Ay Señor Pérez que día más cansino nos espera mañana! Vienen las vacaciones y termina el cole. Ha llovido pues ahí les tiene mañana tirando piedras para hacer círculos en los charcos. Son críos, es lo que toca. Pero a ver, y nosotros detrás, guardándolos para poder después prestárselos al pobrecillo a quién no le salen bien, que no se convierta en el hazmerreir… Bueno ya parece que no aporrean la puerta. Pero no nos engañemos: Por el momento. Volverán, son incansables. Siempre buscan alguna excusa para volver: “Que si se nos ha caído algo en el portal, que si lo hemos manchado, que si huele...” No ven más allá de sus narices. Pero nosotros Señor Pérez aquí inmutables, como el faro contra las mareas. Parece que ahora nos dejarán descansar. Estamos muertos de cansancio. Los días previos hay siempre tanto que acarrear, tanto que preparar... Y luego guárdalo con cuidadito para que no quite sitio al otro, mire usté lo que ha pasado con las huellas, que hemos perdido algunos círculos. Y después de ocuparnos de las cosas, ¡¡Viene ocuparse de las personas!! Lo peor. No podemos bajar la guardia señor Perez, que esta historia ya no es como era...  

Ahora empezando por la climatología, que ya ni nieva ni ná... ¡Con la de granizos que hemos esquivado! Las panderetas y las zambombas resulta que están muy vistas señor Pérez. Y los críos... los críos cada vez lo ponen más difícil. ¿Ha leído usted las cartas que escriben de unos años a acá? Unos juguetes que no hay quién entienda, que te vuelves loco para encontrarlos, que cuestan un dineral, qué pesan lo que nadie sabe. Y ¡que no se te olviden las pilas! sin pilas, estás perdido. ¿Qué ha sido de esos juguetes artesanos? Manuales, sencillitos... ¡Los de toda la vida! No había tanto catálogo, ni tanta variedad, pero todo el mundo entendía de qué hablábamos. Una bicicleta, un balón, una muñeca era una muñeca. Lo de toda la vida. Ahora ¡la Biblia en verso! Qué clase de futuros adultos estamos educando… ¿Qué fue de aquello tan cursi de los sentimientos y la ternura? Pues eso, Señor Pérez: algo muy, muy cursi.  No, no mueva usted los bigotes con esa indiferencia, que hay días que ya se está muy cansado. Porque esa es otra: ¡la de cosas que piden! Antes veías en las cartas uno o dos regalitos, como mucho tres porque egoistones, no nos vamos a engañar,  siempre hubo. Pero ahora... ahora escriben páginas y páginas. Y eso cuando escriben... que la mayoría se coge éste o aquel catálogo y con poner una cruz, lo tienen resuelto. Ya no es que no lean ¡es que no escriben! Ponen cruces. Ay señor Pérez risa me da, risa por no llorar. ¿No los ha oído usted nunca? Me lo pido, me lo pido, me lo pido... ese es el nuevo villancico.  Por cierto, hay que revisar ese sonido, apuntadlo. ¡Que no falte!

Un momento: ¿Qué es ese ruido? Pero no puede ser, si apenas ha dado tiempo a preparar nada... ¡Ay Señor Pérez quítese de encima! ¡Pesado! ¡Ande usté por ahí, a por algún diente perdido, leñe! Siempre correteando por encima de todo. ¡Pero por Dios qué griterío hay ahí fuera! Ya toca ocuparnos de las personas. Que sí, que ya vamos… ¿Pero qué escándalo es ese.? “YAAAA, QUE YAAAA...” Bueno, vamos a tranquilizarnos. Sí, es cierto, no tenemos horario. Y llegadas éstas épocas tan nostálgicas más. Pero háganse cargo, en algún momento tenemos que ir a por mercancía, clasificarla, guardarla... A ver, sin apelotonarse, por favor, por favor hagan fila. Pero ¿Cuántos son? Qué barbaridad... A ver, por orden y despacito vayan pensando cada uno qué perdieron el año pasado...

Bueno, bueno... Pues sí que empezamos hoy bien la jornada. No hace falta ni que hable, sus ojos, su expresión, sus hombros, su andar, “su todo” señor mío lo dice, sin necesidad de que diga ni una sola palabra. ¿Lo ha pensado bien? ¿No hay solución? No hay cosa que nos moleste más que tener que pasarle con la compañera... Mírela, mírela, cuando se pone así es insoportable. ¿No la ve? ya se está frotando sus ocho patitas con gesto de: “Ya viene otro...” Vamos a intentarlo, ande... A lo mejor entre todas estas cosas están sus recuerdos más bonitos. Mire, mire, tenemos muchas palabras, hágame caso, las palabras combinadas con las disculpas es un conjuntito que en cualquier época siempre resulta... No, ya lo ha intentado. ¿Lágrimas? A veces las lágrimas (no siempre, es verdad, bueno casi nunca, es cierto) Pero a veces... a veces, un poquito de voluntad y unas lagrimitas... Tenemos unos frascos llenos de ellas... Tampoco. Pues no deja usted recursos... Si está tan convencido de que no hay nada ya que hacer... Pues nada pase por allí, que le atenderá mi compañera, acérquese a aquel rincón que está deseando, ya la ve, deseandito está de tomarle medidas... No se preocupe tiene telarañas suficientes para todos sus malos recuerdos y los de todos estos señores si lo necesitan... Claro que sí hombre, tendrá tantos metros de olvido cómo necesite.

El siguiente... ¿Sombras? Creo que al final del verano pasado recogimos alguna, no sabemos si era despistada o espabilada, pero allí estaba, durmiendo entre las tumbonas. Un momentito, que a lo mejor en aquel rincón de allá, acurrucada, nos queda alguna y encuentra usted la suya. No le importa que esté arrugada ¿verdad? De aquí a la primavera se le estira.  ¡Vaya! usted todo lo contrario del primer caballero. Dese una vuelta por la tienda que recuerdos de infancia tenemos muchos... Allí tiene palitos que fueron de algodón dulce, más allá tenemos montones de “guas”... No quiero ni acordarme del día que los trajimos cómo se pusieron los vecinos con que había tierra en el portal. No saben mirar, no tienen ni idea... ¡Claro! Círculos en el agua acabamos de traer, están recientitos...

Pero por favor, guarden silencio, por favor, que los vecinos... Cada dos por tres los tenemos en la puerta llamándonos la atención. Ya saben, esas personas grises que no saben mirar, que no soportan que los demás sueñen, o sean felices... Ven, ya están ahí. “¿Pero de qué suciedad y qué ratones hablan? ¡¡Pues llamen a los Servicios Sociales o a quiénes quieran!!” ¿Ven lo que les decimos? No ven las huellas solo ven montones de arena, ni los círculos solo ven agua, no ven los guas, ni las sombras… No ven los metros de olvido tan necesarios para seguir adelante, solo ven telas y telas de arañas. “¡Aquí no hay ningún ratón!” ¡Por no ver, ni tan siquiera ven al señor Pérez! ¡Por favor váyanse de aquí, déjennos vivir la Navidad. Hay magia en todas partes ¿No se dan cuenta? Solo hay que saber mirar. Saber mirar leñe…”


©Rocío díaz gómez

jueves, 14 de diciembre de 2017

14 de diciembre, San Juan de la Cruz, Patrono de los poetas. Amancio Prada



Hoy, 14 de diciembre, se celebra la festividad de San Juan de la Cruz.

Para recordar su figura os copio del Portal Carmelitano lo que dicen de él: 

"Celebramos con gozo la solemne festividad de san Juan de la Cruz, el hombre providencial que ayudó a santa Teresa de Jesús en la renovación de la Orden carmelitana. Pero Juan de la Cruz no es solo el padre y maestro espiritual del Carmelo Teresiano, sino que es el doctor de la vida cristiana a través de sus escritos, llenos de poesía y de unción del Espíritu Santo. Sus libros: Subida del Monte Carmelo, Noche oscura, Cántico espiritual y Llama de amor viva le han merecido el título de doctor de la Iglesia, conferido por el papa Pío XI en 1926, y un puesto de honor entre los escritores místicos de todos los tiempos. Nació en Fontiveros el año 1542; ingresó en el Carmelo a los 21 años. Para llevar adelante la reforma de los carmelitas hubo de soportar muchos padecimientos. Murió en Úbeda (Jaén) en la noche del 13 de diciembre de 1591."

Hoy le traemos a nuestro blog porque es el Patrono de los Poetas.  Y qué mejor forma de celebrarlo que Amancio Prada cantando a San Juan de la Cruz en el Teatro Monumental en el 2015.



lunes, 11 de diciembre de 2017

Letreros recién capturados para nuestra colección



Burgos
Mis amigos se van de puente y a la vuelta traen regalitos para el blog.

Para nuestra colección de letreros curiosos nos han regalado uno bien chulo: la "Federación de fajas, blusas y corpiños" que nos ha traído Isabel desde Burgos. Es el que encabeza la entrada.

Y también tenemos otro del que nos llega su olor a poco que aspiremos,  la calle de "El horno de los bizcochos", que José capturó en Toledo.

Y mi blog y yo tan contentos con estos regalos.

Muuuuuchas gracias.



Toledo