Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 18 de diciembre de 2015

Día Internacional del MIgrante. 18 de Diciembre. "Ni una pizca de sal" relato de Rocío Díaz




«En este Día Internacional del Migrante, comprometámonos a dar respuestas coherentes, amplias y basadas en los derechos humanos, guiándonos por la legislación y las normas internacionales y un empeño compartido en no dejar a nadie atrás.»

Mensaje del Secretario General, Ban Ki-moon en el Día Internacional del Migrante
18 de diciembre de 2015

Hoy 18 de diciembre de 2015 es el Día Internacional del Migrante.

Para unirnos a los actos que hoy se celebran, he pensado dejaros con uno de mis relatos sobre este tema. Sobre la determinación individual de superar la adversidad, la determinación de buscar una vida mejor.

Mi relato se titula "Ni una pizca de sal" y fue primer premio en el Concurso de Cuentos Interculturales "Cuéntame de tu diversidad" de la EMSI en el año 2002.

Aunque ya tiene un cuantos años creo que es un buen día para recordarlo. Espero que os guste.


Ni una pizca de sal
Rocío Díaz








Nadie desea formar parte de una ficción
y menos aún si esa ficción es real.
Paul Auster

Los sueños de hoy serán las realidades de mañana.
José Martí.



Néstor. Enero 2001

Cuando mi Clarita salió con aquello de la barriga, supe que no podía demorar más la marcha. Lo supe. Mi Clarita, sabor a isla, sabor dulzón.

Cuántas veces habíamos  planeado la huida. Cuántas. Muchas. Y durante muchas tardes. Y durante mucho tiempo. Pero cuando no ocurría un contratiempo, ocurría otro y el viaje se iba demorando y demorando. “Y es que no es fácil, caballero... no es fácil dejar la isla”.



Clarita. Mayo 2001


Allí, en la capital rusa, nos esperaba la persona que tenía que recibir las cajas de puros, sin embargo el contacto, aquel que nos tenía que traer los papeles para que pudiéramos continuar el viaje hasta España, continuar y quedarnos, no llegaba. Yo partida de hambre y de cansancio le decía a Néstor: “Óyeme mi amor, se demora,  que no llega, no llega”, y no llegó.

Aquel tipo no llegó nunca.

Una sensación tan fría como aquel país lejano, se fue apoderando poco a poco de mi ánimo... La persona a quién habíamos llevado las cajas de puros de encargo, después de pasar mucho rato rogándole se apiadó de nosotros ¡Óyeme tu tienes que llevarnos a algún sitio, no puedes dejarnos aquí con este frío del polo, tiesos, sin entender nada...!. Aunque nuestra causa no le tocaba para nada conseguimos que al final nos acompañara hasta un hotel con un olor asqueroso de las afueras de  Moscú,  un hotel de prostitutas. 



Néstor. Enero 2001.

La madre de Clarita empezaba a mirarme de reojo... Pobrecita la vieja que le decía a su hija que tuviera cuidado conmigo y mis cuentos de abandonar el país: “¡Ay niña bájate de esa nube y ven aquí a la realidad! No te creas sus bobadas... no te embullas...!” “Na viejita que esos son chismes, ya sabes como les gustan aquí a todos los chismes,  pa que voy a yo embarcarme en esas historias...” y Clarita viraba la cara y seguía para lo suyo. Pero los dos sabíamos que a la viejita le daba tremenda tristeza pensar que Clarita cualquier día se le iba como ya se le había ido su otro hijo. A esa mujer tranquilita se le trastornaba la vida na más que de pensarlo...

Pero mi Clarita se había quedado embarazada y esos nueves meses eran la última posibilidad, el plazo final, no podía dejar que nuestro bebito naciera allí. Si eso llegara a ocurrir ya no podrían salir ni ella ni nuestro niño, de nuestra amada tierra donde tanta, tanta necesidad estábamos pasando.



Clarita. Mayo 2001.

Dos días estuvimos metidos en aquella habitación que “ni muerta chica” hubiera elegido, sin pegar ojo,  sin comer...  Néstor me secreteaba  en la oreja “No seas boba... no pasará nada, celebraremos una fiestona cuando lleguemos... mañana lo arreglaremos...” él intentaba endulzarme el rato pero le veía tan desmoronado como yo, tirado en aquella cama, mirando pal techo... Dos días sin comer, dos días sin hacer nada...

Dejé a Néstor en la habitación y me fui por ahí a dar una vuelta sola, a ver si  por lo menos me entretenía por ahí, caminando y se me olvidaba todo... Me dio por caminar y caminar... Hasta que llamamos a España para avisar a los parientes que nos esperaban, les contamos que no había papeles ni pasaportes ni más nada... Masticándonos el trauma tras los primeros momentos de incertidumbre y pesar resolvimos vender las cajas de puros que logramos pasar entre los equipajes. Resolvemos, conjugando el segundo verbo de la supervivencia en nuestra isla: inventar, resolver, escapar...



Néstor. Febrero 2001.

Hacía meses que no había sal, una isla rodeada de mar y mi Clarita no tenía ni una pizca de sal para echar al caldo. Hacía tiempo que no veíamos el aceite, y los alimentos que veíamos, “¡Ay m´hija que poco los veíamos!”

Con la cartilla de racionamiento mensualmente teníamos derecho a cinco libras de arroz, tres libras de azúcar parda, dieciséis onzas de granos (chicharos o lentejas), cuatro onzas de café, media libra de pescado cada dos meses... “¿leche? no mi amor aquí el café se toma muy negro y poco, muy poco; el culito de la taza no más.  Pero el poco que hay humeando en la cafetera se endulza con dos o tres cucharaditas de azúcar y deja escapar su olor por las ventanas siempre abiertas,  llamando a grito pelado con el aroma a los demás,  llenándose rápidamente la casa de vecinos y parientes, de voces y risas, de chismes compartidos... ”

El sistema gubernamental de distribución de los alimentos solo atendía a la mitad de nuestras necesidades. A partir de ahí todos inventamos comida, inventamos negocios. Con esos negocios semiilegales se gana más que con los trabajos estatales. Estuvimos un poco tiempo criando guarros, otros criaban pollos en los balcones de los edificios de la Habana. Nosotros engordamos puercos en el jardín de la casita. Aquella casita que teníamos malamente pintada, de piso de tierra prensada y techo frágil, que había que cuidar tanto pa que cuando se acercara el ciclón no lo arrancara y se lo llevara  volando como otros, como otras veces.




Clarita. Mayo 2001.

“Tremenda cosa aquellos días en Moscú” recordaría y repetiría a unos y otros Néstor meses después...  “¿Te acuerdas Clarita que solo comíamos pollo porque era lo único que nos parecía conocido...? Pero a mí no me gusta recordarlo, se me pone la carne de gallina cuando le escucho... Entonces... entonces,  aspiro hondo, viro de conversación  y se esfuman los deseos de llorar.

Quince largos días estuvimos malviviendo, malcomiendo en aquel hotel de las afueras. Yo recién embarazada apenas comía de los nervios y la preocupación que sufría. Néstor todos de cada uno de los días salía a vender puros para reunir el dinero suficiente que sumado al que aún nos quedaba, alcanzaría a duras penas para dos billetes de avión a Madrid. Mejor dicho, tuvimos que comprar dos billetes de avión Moscú-La Habana, que hiciera escala en Madrid, porque no podíamos quedarnos en España...


Néstor. Marzo 2001.

Al  tiempo que criábamos los guarros íbamos  poquito a poco ahorrando con otros trabajos, yo me dedicaba a cortar el pelo a los vecinos y Clarita montó un rudimentario salón de belleza en la casa. Siempre hubo algún vecino o conocido, o  conocido de conocido, que había viajado con la carta de invitación hasta España y le pudo traer pintauñas de mil colores y tremendo montón de potingues con que ampliar el surtido de su salón.

Por allá todo el mundo inventaba. Algunos inventaron cuartos adicionales para los turistas dividiendo aún más el espacio de la casita con sobras de la construcción. Otros vendían pizzas caseras, otros ropa usada, otros hacían improvisados motores para balsas gracias a un ventilador... todo el mundo inventaba porque “los cupones de racionamiento no dan para nada mi amor...  para nada. Si no,  ya sabes solo te queda agenciar en bolsa negra lo que te falte,  si aun te quedan pesos...”

En la isla conjugábamos los verbos de la supervivencia: inventar, resolver, escapar...



Clarita. Finales de mayo 2001.

Quince eternos días después de llegar a Moscú, logré montar en el avión en el que se suponía que volvía a mi país. Néstor se quedó en Rusia hasta reunir un poco dinero más para su billete.

Habíamos quedado que en Madrid, un pariente mío que trabajaba en el aeropuerto intentaría sacarme de la sala de tránsito antes de que tuviera que enseñar el pasaporte...
 




Néstor. Marzo 2001.

Mi Clarita con su piel morena y sus labios gruesos y su pelo negro ondeado... imagínensela bajo aquella luna redonda con unos aretes dorados en sus orejas chiquitas, tanto como sus ojos... Mi Clarita... que aquella noche que lo supo, mientras duró el apagón diario de electricidad me contó lo del bebito.

Decidí que no podíamos esperar más, no iba a permitir que nuestro niño creciera como un comemierda, como un comemierda  más...

Teníamos que intentar salir como fuera de allí, aunque nuestro corazón cubano se dividiera con la marcha y se quedara la mitad para siempre diciéndonos adiós desde el malecón, en la isla... o en la casa. Aquella que habíamos ido acondicionando poco a poco para los frecuentes cortes con otros inventos añadidos... Aquella que juntos habíamos ido apañando mientras Clarita soñaba con una cocina nueva y un teléfono como aquel de las telenovelas, uno que sonara en su casa para no tener que ir corriendo hasta la del vecino... mientras soñaba con apagar la luz cuando ella quisiera, con dar en la ducha al grifo de agua caliente sin cargar agua todas las noches... una ducha con tu pastilla de jabón a un ladito... en la cartilla de racionamiento teníamos derecho a media tableta de jabón de baño cada tres meses, y otra media tableta de jabón de lavar,  también cada tres meses...

Clarita había soñado durante mucho tiempo con escapar para reunir una buena cantidad de dólares que gastar... una buena cantidad para poder también enviar a los parientes que se quedaran, y además, porque soñar es gratis, tener unos ahorros y manejarlos  “...óyeme mi amor, ¿tú sabes lo grande que sería tener alguna que otra tarjeta de crédito...? me susurraba  con su acento dulzón de bolero caribeño.

Decidí que no podíamos esperar más, teníamos que intentar salir de allí como fuera para que Clarita tuviera todo aquello con lo que había soñado.



Clarita. Finales de mayo 2001.

Todo el viaje me lo pasé rezando a la Virgen del Cobre, patrona de la isla, diosa yoruba del sentimiento. No recuerdo cuánto se demoró el avión hasta que llegó a Barajas, pero fue mucho, muchísimo tiempo. Una vez allí no recuerdo como llegué hasta la sala de tránsito... debí ser la viva estampa del miedo de recién llegada a aquella sala, aquella donde en un santiamén me sentí atrapada y arrastrada por la persona que me esperaba. No recuerdo cómo recorrimos pasillos y salas y puertas del aeropuerto, ella volando entre ellos y yo amarrada a su brazo. Recorrimos y recorrimos hasta alcanzar la salida de nacionales de donde salí rodeada por los turistas que procedían de un vuelo de Canarias... como uno más... como uno más de ellos entrando, entrando ligera a Madrid.

No lo recuerdo. Pero estaba en Madrid. Bendita suerte. Al fin.

.....
Néstor. Abril 2001.

Delante de un plato de arroz con frijoles, sin vegetales, sin carne, conjugamos el verbo escapar... El sueño del paraíso americano era demasiado peligroso, habíamos conocido a muchos vecinos construyendo balsas en las terrazas. Balsas frágiles hechas de madera, llantas y plásticos en las que jugarse la vida persiguiendo el sueño. Balsas como cáscaras de nuez meciéndose con fragilidad de héroes, luchando, defendiéndose apenas de un Mar Caribe de enormes olas. Supimos de muchos vecinos embarcados al fin, en un viaje muy peligroso donde desistieron hasta de comer mareados por las corrientes. Solo algunos balseros muy afortunados llegaron a tierra, muchos naufragaron... si tuvieron suerte les rescató algún guardacostas, si no la tuvieron...  terminaron ahogados o devorados por los tiburones.

“No, de balseros mi vida no...” me decía Clarita acariciándose la barriga, “de balseros, no...” me decía bajito, bajito...

Los días siguientes fueron jornadas enteras dedicadas a resolver, atar todos los cabos para poder escapar. ¿Óyeme quieres que te haga el cuento de todos los sobornos, de toda la jodedera de aquellos días...?

Finalmente logramos tener un contacto en Moscú, una persona a quién le pagamos buena parte de lo ahorrado para que cuando llegáramos nos tuviera preparados unos pasaportes para poder viajar más tarde hasta Madrid. Teníamos unos deseos locos, tremendas ganas de vernos ya en el avión...

Hasta el último día no habíamos dicho nada a parientes ni vecinos, para que nadie fuera con el chisme y se estropeara todo... Esa mañana recién levantados fuimos anunciándoselo mientras nos despedíamos de ellos... Resultó cómico ir viendo las caras de unos y otros cuando Clarita les iba con el cuento de que nos íbamos... Después cuando ya nos creyeron,  todos nos fueron haciendo mandados, millones de notitas que atesoraban importantes encargos, grandes necesidades apretujadas en pequeños papelitos arrugados que Clarita guardaba cuidadosamente entre sus cosas: el dibujo de la plantilla de un pie infantil, el apunte de las dioptrías para unos espejuelos nuevos...



Clarita. Junio 2001.

Mi Néstor aún tardó varios días más en poder tomar otro avión hasta España.  También él subió al avión Moscú-La Habana, cómo había hecho yo semanas antes, Moscú – La Habana, escala en Madrid.

Con él no se podían volver a arriesgar tanto nuestros parientes, así que una vez transcurrido el vuelo, una vez en España pidió asilo político.

Y qué malo es eso de ser emigrante, que malo...




Néstor. Mayo 2001.

Moscú.

Nerviosos y tristes, después de despedirnos entre lágrimas de la familia, los vecinos, los amigos, conseguimos tomar el avión que nos llevaría hasta Moscú.

Entre el equipaje habíamos escondido varias cajas de puros, algunas que nos habían pedido el favor de hacérselas llegar a un familiar que vivía en Rusia, las demás por si necesitábamos venderlas para conseguir más dinero, “Porque óyeme mi amor,  nunca se sabe...”





Clarita. Junio 2001.

Todo el tiempo que estuve sin Néstor, estuve sin mí.  Todo me daba igual, me paseaban de un lado a otro por Madrid pero la vida me parecía dificilísima sin él, vivía con una nostalgia que pa qué... me paseaban pero no me fijaba en nada, recostada en un estado constante de idiotez, amarrada a mi pena... como un balsero a su cáscara de nuez.

Hasta que él llamó a mi hermano que fueran a buscarle a Barajas que al fin salía del aeropuerto. A mí nada me dijeron, fueron a por él y cuando estuvo ya en la casa, cuando se paró bajo la ventana,  silbó. Hasta que mi Néstor silbó y yo acerté a oírle... no respiré. Mi corazón al escucharle viró alegre como un mambo burlón y revivió de su letargo triste.

Imagínense... Yo a grito pelado y él esperándome en la puerta. Y los dos ya en Madrid y los dos escandalizando, escandalizando y pegando saltos como niños majaderos...



Néstor. Enero 2002.

Ahora ya hace tiempo que mi Clarita, sabor a isla, sabor dulzón,  paseó su tripa con cubana dejadez, demorando el vaivén por el centro de Madrid, de mi mano, siempre de mi mano. Ya hace tiempo que visitamos al fin, la puerta de Alcalá y la Plaza Mayor y todos aquellos lugares que soñamos visitar un día desde allá, desde nuestra tierra...

Ahora ya hace tiempo que Clarita disfruta de los probadores de las tiendas, poniéndose y quitándose trajes... mientras nuestro bebito la mira embobado... Hace tiempo que disfruta del tacto helado de la nieve deshaciéndose en las manos... ¡Ay m´hija y qué blanca y que fría...!... tiempo que juega a tirarse por ella y dar vueltas y vueltas y vueltas...

Ahora ya hace tiempo que va filmando y fotografiando cada lugar, cada momento, cada segundo de la sonrisa de nuestro bebito que un día, bendita suerte, será español. Muchas fotos para reunirlas y regalarlas en correos y cartas con destino allá, para los parientes, para su mami que volará a Madrid en cuánto pueda... Muchas fotos regalando sus días en España “... donde hay de todo caballero... donde se encienden más luces por las calles en Navidad que las que necesitan treinta pueblos como el nuestro para alumbrarse...”

Ahora ya se ha mecido apacible el tiempo, y ha llegado un mes y luego otro y después otro como olas de nuestro Caribe... y han pasado muchas desde aquella primera vez que mi Clarita se quedó sin su habla caribeña durante varios minutos, muda de la sorpresa... “Todos aquellos estantes mi amor, repletos de alimentos... todos esos pasillos llenos, llenos de comida y jabón y millones, millones de cosas al alcance de la mano...”

Aquella misma vez que Clarita, sabor a isla, sabor dulzón de plátano maduro frito, compró tremenda garrafa de aceite de cinco litros, porque si, porque su alma cubana se lo pidió, porque necesitaba ir de vez en cuando a la cocina y mirarla...

     ¡óyeme mi amor, solo mirarla...!



Rocío Díaz Gómez



Aunque el relato está ambientado en Cuba. La foto que encabeza esta entrada la hice yo en el año 2010 en Siria, más concretamente en Palmira, un lugar precioso.

Ahora da mucha pena pensar cómo estará... 

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Jardiel Poncela y Miguel Mihura + Placas de escritores en Madrid


Hace mucho tiempo que no hacemos una entrada de Placas de Escritores. Ya sabéis que tenemos unas cuantas en el blog. 

El otro día paseando por Madrid me di cuenta de lo cerca que habían nacido Jardiel Poncela y Miguel Mihura. Nunca lo había pensado.


Cómo podéis ver en las placas Enrique Jardiel Poncela nació en octubre de 1901 en lo que ahora es el barrio de Chueca en la calle Augusto Figueroa en el núm. 29 (antes se llamaba esta calle Arco de Santa María). Mientras que muy pocos años después, en 1905 y en el mismo barrio pero en la calle Libertad núm. 5 nacería Miguel Mihura. 

Eran vecinos y casi, casi de la misma edad. Ya que estamos recordando a ambos, vamos a hacerlo un poco más.

Jardiel Poncela y Miguel Mihura renovaron el teatro cómico con un tipo de humor intelectual que juega continuamente con el lenguaje y presenta situaciones absurdas.

Enrique Jardiel Poncela (1901-1952): Escribe un teatro basado en lo inverosimil y el absurdo, con situaciones humorísticas muy originales que terminan de una forma muy normal. Recordamos por ejemplo a Eloisa está debajo de un almendro (1940) que no hace mucho que he reseñado en el blog, o Los habitantes de la casa deshabitada (1942).

Miguel Mihura (1905-1978) distorsiona la realidad por medio de la imaginación y la fantasía. Su humor también se basaba en situaciones absurdas, exageraciones, situaciones insólitas, hipérboles inesperadas, juegos del lenguaje... Había escrito en 1933 Tres sombreros de copa, que no fue estrenada hasta 1952. Maribel y la extraña familia (1959) o Ninette y un señor de Murcia (1964).


La verdad es que da gusto leerlos.




Mihura. En su placa han puesto un fragmento de su Autobiografía: "Cuando yo estaba a punto de nacer Madrid no se había inventado todavía, y hubo que inventarlo para que naciese yo..."


Fuentes:

El teatro de 1939 a finales del s. XX de Antonio Fernández
Mihura - Humor y melancolía de Julian Moreiro (Algaba Ediciones)

lunes, 14 de diciembre de 2015

"Deja escapar a los lobos" de Carol Rifka Brunt


"Aquella tarde, nuestro tío Finn estaba pintando un retrato de mi hermana Greta y de mí porque sabía que se estaba muriendo. Sucedió después de que yo comprendiera que, de mayor, ya no iba a mudarme a su piso para vivir con él el resto de mi vida. Cuando ya no creía que toda esa historia del sida fuera una especie de gran malentendido. La primera vezque el tío Finn nos lo pidió, mi madre se negó. Dijo que tenía algo de macabro. Le resultaba muy doloroso imaginarnos a lasos sentadas en el piso de Finn, con sus grandes ventanales yaquel aroma a lavanda y naranja; imaginarse a su hermano mirándonos como si fuera la última vez que nos vería. Además, añadió, se tardaba mucho en ir de Westchester a Manhattan. Se cruzó de brazos, miró los ojos azules de pajaritoque tenía Finn y le dijo que no disponía de mucho tiempo esos días. 
–A mí me lo vas a decir –repuso él.
Aquello fue lo que venció su resistencia.  ..."





Terminé de leer “Deja escapar a los lobos” de Carol Rifka Brunt. Una novela que comienza con el párrafo que encabeza esta entrada.

Después de leer “Expediente 64” de Jussy Adler Olsen, que me encantó pero con su buena dosis de maldad y tortuosidad, tenía ganas de leer algo más tierno, más sentimental, más ligero. Y la verdad es que lo he conseguido. 

“Deja escapar a los lobos” es una novela juvenil de Carol Rifka Brunt, la primera novela de la autora. A mí me ha gustado, no es que considere que sea la gran novela, pero me ha entretenido mucho y la he leído bastante rápido porque quería saber qué pasaba con estos personajes. Y además por su temática.

El tema de la novela, yo creo, que son las diferentes formas de amor que existen. Las relaciones sentimentales, amor, amistad, familiar, cómo pueden ser variadas e igualmente profundas. Además están muy presentes dos temas muy importantes: La homosexualidad y el SIDA. La enfermedad del SIDA en sus primeros momentos, cuando se murieron tantos homosexuales y se vivía por el resto de la población como algo vergonzoso. 

El argumento que nos cuenta la novela es el siguiente: La protagonista de la novela, June una adolescente sin amigos de 14 años, tiene una relación muy especial con su tío Finn. Con él escucha música clásica, va a exposiciones, y pasa muy buenos momentos. Tanto June como su hermana Greta, asisten cada domingo a su casa para que les pinte un retrato. El tío Finn es un excelente artista, muy reconocido, pero está enfermo del sida, y finalmente muere. Este hecho deja a June desconsolada, pero también eso va a permitir que conozca a Toby, el novio de su tío, de quién nadie le había hablado y con quién comenzará una amistad secreta.

Los personajes, en mi opinión están desigualmente perfilados, creo que las adolescentes y la pareja de homosexuales son los mejor perfilados. Están más borrosos los padres. A mí particularmente me gusta mucho el personaje de Toby, es de esos personajes a los que enseguida les coges cariño. En general son personajes complejos. Y desde luego la evolución la vemos en la protagonista, empieza siendo muy inocente y ves como al terminar ha crecido. 

"A veces, cuando estás lo bastante cerca de alguien, no sabes muy bien a cuál de los dos le rugen las tripas. Os miráis y os disculpais diciendo "He sido yo", y luego reís. No hace falta sexo para que pasen esas cosas, para que tu cuerpo se olvide de avisarte si tiene hambre, para que confundas el hambre de otra persona con el tuyo.

Una vez justo después de cumplir los trece, me sucedió eso en casa de Finn..."

Las coordenadas espacio temporales de la novela son los años ochenta, en concreto arranca la novela en diciembre de 1986 y está ambientada en Nueva York. La ambientación está muy bien lograda gracias a la música de la que se habla (Sonidos de Lou Reed, Joy Division, Radio Head, Birdy, o R.E.M…), gracias a los libros, las series de la televisión y sobre todo debido a la percepción y el rechazo de ese momento ante la enfermedad del SIDA. Entonces era una enfermedad mortal, no crónica como ahora, y la sociedad experimentaba todo tipo de sentimientos hacia ella, ninguno desde luego positivo: prejuicios, repulsión…

En cuanto a la estructura de la novela, es lineal en el tratamiento del tiempo. No hay grandes giros, sino que tiene un ritmo tranquilo, casi lento, donde las situaciones se van desarrollando como de forma plácida, lineal. Lo importante no es lo que te cuenta sino cómo lo cuenta, y el abordaje de esas grandes cuestiones, la homosexualidad o la enfermedad del SIDA. Está dividida en capítulos cortos, sin título, encabezados solo con el número del capítulo escrito en letra.

La obra está escrita en primera persona, lo cuenta June, y creo que está bien tratada esta elección del autor. Al tratarse de una novela juvenil, tenemos el punto de vista solo de la protagonista, y eso facilita que el autor ponga ahí el foco de atención y cuente solo hasta donde quiere contar.

Es una obra con muchos símbolos: los lobos, la tetera, el bosque, el cuadro. Son muy los cambios que van haciendo los distintos personajes en el mismo cuadro… Gracias a esos símbolos la autora también nos cuenta. 

Como ya os comentaba a mí me ha gustado, me ha parecido entretenida y muy sentimental, y a mí me gustan las novelas que hablan de sentimientos. Tampoco es que sea una novela para recomendar a todo el mundo, en ocasiones es algo melosa, y no deja de ser una novela juvenil... Pero si os apetece una novela de estas características, una novela juvenil emotiva, con esta temática, entonces sí, no dejéis de leerla.



Carol Rifka Brunt
 
Carol Rifka Brunt (Nueva York 1970) se dio a conocer gracias a sus relatos, editados en importantes suplementos literarios. En 2007 mereció una beca del prestigioso Arts Council de Gran Bretaña para escribir esta novela, que recibió excelentes críticas en su país natal y publicada en varios países.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Antiguas fotografías con libros


Bueno pues aquí os dejo con una pequeña selección de fotografías antiguas sobre libros y niños, escaparates y bibliobuses para una tranquila tarde de un domingo de diciembre.

Hoy no apetece pensar más ¿no?

Solo disfrutar con la contemplación... Espero que os gusten.












sábado, 12 de diciembre de 2015

"Bestias de playa" de THEO JANSEN en La Fundación Telefónica




“El mar no hace más que subir, y esto amenaza con hacer retroceder los límites de nuestra tierra hasta donde estuvieron en el medievo. Y todos sabemos que en ese minúsculo trocito que nos va a quedar poco podremos hacer. Por tanto, la gran cuestión es: ¿cómo hacer llegar más granitos de arena  a nuestras dunas? Sería fantástico si tuviéramos unos animales que removieran la arena de nuestras playas, que la arrojaran al aire, para que, a continuación, el viento se encargara de llevarla hasta las dunas”



La otra semana en la Fundación Telefónica de Madrid estuve viendo una exposición curiosa. 

Se trata de unas criaturas, las Strandbeest o Bestias de Playa, que ha creado Theo Jansen (1948, Scheveningen La Haya) y que en los vídeos se ve como caminan por la playa. El físico cada año crea una criatura nueva a partir de los éxitos con la anterior con tubos y botellas de plástico, su vida dura un año, la deja a la intemperie y practica con ella en la playa, hasta que termina convirtiéndola en fósil. 

El autor tuvo esa idea con la que he encabezado la entrada, y a partir de ella ha dedicado 25 años de su vida a crear estas criaturas cinegéticas que son fusión de arte y de ingenieria con movimientos autónomos.


"Al principio, lo más difícil fue dar con el sistema motriz. Su primera criatura no podía caminar. Una noche de insomnio dio con la solución: creó un programa informático que halló el modelo mecánico perfecto para las patas, basado en 13 longitudes diferentes para los tubos que forman las articulaciones. Hasta ahora, ha logrado que todo funcione correctamente (los sensores de arena que indican al "animal" a cuánta distancia está del agua y su "cerebro" basado en el flujo de viento), pero no todo el tiempo."

Tienen nombre: OrdisCurrens VaporisCurrens VentosaRhinoceros Tabulae Percipiere Primus.

Sus bestias, que incluyen siempre en el nombre la palabra "animaris", ocupan siete periodos evolutivos, en función de lo que han sido "capaces" de hacer y la exposición de Madrid incluye ejemplos de todas.

El primer método que usó para conectar los tubos fue la cinta adhesiva y de ahí que la esa etapa (1990-1991) sea "Gluton".

"Animaris Vulgaris", su primera criatura, constaba de 28 patas e incorporaba un cigüeñal que posibilitaba el movimiento pero las conexiones se rompían constantemente.

Le siguió el "Chorda", o de la cuerda (1991-1993), y ahí nació "Animaris Currens Vulgaris", el primer animal que pudo moverse y sostenerse con seguridad.

El siguiente avance cómo decíamos fue la utilización de un programa informático para calcular la forma, posición y proporción ideal de las patas.

"Caldum" o era del calentamiento (1993-1994) alumbró, gracias al uso de las pistolas de calor para el ensamblaje, "Animaris Currens Ventosa" y "Animaris Sabulosa".

El periodo templado, "Tepideem" (1994-1997), surge porque se hace patente que si los ensamblajes se hacían con mucho calor, tarde o temprano se volvían frágiles, tanto que aquellas "bestias" solo pueden ser expuestas colgadas del techo.

Suavizó el uso de la pistola e introdujo elementos en las patas que permitieran a las criaturas más fortaleza y estabilidad.

"Lignatum" (1997-2001) supone "la traición" a los tubos de plástico y empieza a usar palés para construir el "Animaris Rhinoceros Lignatus".

Entre 2001 y 2006 se desarrolla el "Vaporum", en el que incorpora a sus seres botellas de plástico que hacen las veces de estómago, y almacenan aire comprimido tras ser infladas por el viento, una fuente de energía alternativa que origina "Animaris Vermiculus".

La actual, que se desarrolla desde 2006, es "Cerebrum", en la que ya están dotadas de una antena y un podómetro que les permite evitar obstáculos o que el agua se aproxime demasiado.





Se pueden admirar algunas de ellas en Madrid hasta el 17 de enero de 2016. Y hay unas horas en las que se les puede ver moviéndose. 






 Exhibiciones de movimiento en sala de las criaturas de miércoles a viernes a las 18:30 horas y los sábados y domingos a las 12:00, 13:00 y 17:30 y 18:30 horas.


13 "bestias de playa", curiosos engendros móviles, fusión de arte e ingeniería.
Fundación Telefónica
C/ Fuencarral, 3.
Horario: Martes a Domingo de 10 a 20 h. Cerrado Lunes.
Entrada gratuita.
Hasta el 17 de Enero de 2016.

martes, 8 de diciembre de 2015

"Hotel Vivir" de Fernando Beltrán



EL CAJÓN DE LOS CUCHILLOS

Vendimos unas cosas, regalamos otras.

Repartimos algunas.

Mal que bien transitamos los armarios
que creímos el trago más dificil.

Pero las tallas de la muerte engañan.

Cuando nos probamos las chaquetas del amigo
y vimos que una a una nos quedaban muy grandes
o demasiado estrechas, nos dió por sonreír.

Respiramos tranquilos.

Con más o menos daño,
más o menos dolor aquí o allá,
los zapatos supieron paso a paso
ponerse en situación.

Los discos y los libros, sin embargo,
fueron un golpe seco, pero hermoso
recordando sus gustos, sus regalos,
aquel día, aquel tiempo, aquella vez.

Todo avanzaba bien.

hasta llegar al juego de cuchillos, amaba cocinar,

la compra más jugosa de su último viaje.

Relucientes y afilados, cada vez más afilados.
Un silencio cortado poco a poco
en lágrimas muy finas, sin mandil.

El cajón imprevisto.

Págs 73 y 74.


No suelo recomendaros poemarios. Siempre digo que lo mío es más la prosa, para escribir y para leer. Sin embargo, del mismo modo que a veces, solo a veces, me da por escribir prosa poética, también leo poesía. 

Normalmente la leo porque un día cualquiera pesco un poema, sin anzuelo y al vuelo, que me parece que está vivo cuando llega a mí. Y entonces quiero leer el resto del poemario porque siento que tiene que estar bien, que va a estar bien. Va a ser una poesía que cuenta y hace sentir.

Eso me pasó con "Hotel vivir" de Fernando Beltrán, de la editorial Hiperión.

Pesqué al vuelo y sin anzuelo el poema de Los lápices de Ikea y después el de La gabardina de mi padre y ya tuve que querer este poemario para tardes como la de hoy. El poema de Madre me puede... Me lo regaló uno de mis hermanos nada más escuchármelo: qué buen regalo.

Me gusta mucho este poemario. Son poemas en los que no me cuesta encontrar el juego de las anáforas, las estructuras bimembres, la misma colocación de las palabras en los versos para ayudar a no perder el ritmo cadencioso que trasmite. Me gusta ver cómo el poeta ha repartido los ingredientes. Pero es que además ha creado poemas que cuentan historias, que te crees, que rebosan naturalidad y franqueza, y sobre todo que te hacen sentir. Al menos a mí.

No dejéis de leerlo si podéis.

 Os dejo un apetitivo. Los que más me gustan, todos me gustan, pero los que más para otro día... 



Tarde de domingo

Compré dos botellas de Jameson
y cambié mis lecturas por un par de guitarras.

Acciones simplemente, y sin razón alguna.

Llovía es cierto.

Compré dos botellas de Jameson
y llamé luego a aquel mágico anuncio
que ofrecía dos guitarras
a cambio de dos libros de poemas.

El trueque fue en el metro,
una estación al sur de la ciudad
y una joven rumana a nuestro lado
mirándonos a medias desde el susto
de estar solos allí, en mitad del andén,

sentada ella en un banco, y a tres pasos nosotros
cambiando dos guitarras por dos libros de poemas.

Rilke y Neruda.

Hubiera sido un nombre muy apropiado
para aquella estación, Rilke y Neruda.

Apenas diez minutos. Apenas sin palabras.
Apenas dos quitarras por dos libros de poemas.

Podría parecer un trato desigual, pero el tipo era justo.
Sabía lo que vale dejarse las entrañas línea a línea.

Subió a continuación la escalera mecánica con sus libros.
y yo me quedé a solas con ella y mis guitarras.

Tengo en casa, le dije, dos botellas de Jameson
y cien poemas de Ovidio.

Llovió toda la noche en el Mar Negro.

Las muchachas rumanas aman triste

Págs 55 y 56.





Fernando Beltrán (Oviedo 1956) es autor, entre otros, de los poemarios Aquelarre en Madrid, Gran Vía, El gallo de Bagdad, Amor ciego, Bar adentro, La semana fantástica, Trampas para perder, El corazón no muere, Mujeres encontradas y Solo el que ama está solo.

Reunida en Donde nadie me llama (Ediciones Hiperión) su obra ha sido traudicda parcialmente a más de quince idiomas, y de forma completa al francés. Sus poemas de amor están recogidos en la antología La amada Invencible (KRK Ediciones).

Fernando Beltrán es prodesor del Instituo Europeo de Diseño, fundador del estudio creativo El Nombre de las Cosas y del Aula de las Metáforas, una biblioteca poética y un espacio para la lectura y la imaginación ubicado en la villa de Grado (Asturias).



lunes, 7 de diciembre de 2015

Las antiguas escuelas... Hoy 7 de diciembre, no lectivo

En Calatayud. Ahora es la Biblioteca Pública Municipal Baltasar Gracián


Hoy, 7 de diciembre de 2015, no es un día lectivo. Los chavales hacen "puente" en Madrid. 

También muchos mayores se han cogido el día libre y se notaba muchísimo por las calles y en el metro a las siete y media de la mañana. Que gusto ir por Madrid así. 

Pero bueno a lo que íbamos, he pensado que como hoy "no es lectivo" era un buen día para dedicarlo a las escuelas. A esas escuelas de antiguamente que se dividían las clases en niños y niñas y de las que todavía quedan vestigios por nuestro país. Y otras que, aunque no se observe esta distinción, se ve claramente que han perdurado desde el ayer. Quería hacerles un homenaje porque pocas cosas hay más importantes que la transmisión de conocimientos, la educación, la cultura. Es una seña de identidad.

Os traigo un montoncito de fotos de ellas. Algunas me las han regalado mis amigos en sus viajes y otras las he fotografíado yo misma. Me parece muy bien que la mayoría estén rehabilitadas por dentro y dedicadas a fines culturales.

"Escuela de Niños" Teruel Matarraña

Estas tres fotos son de Teruel, de un par de pueblecitos de la comarca de la Matarraña.


"Escuela de niñas" Teruel Matarraña

"Escuela elemental de niños" Teruel Matarraña



Estas dos fotos son de Burgos. Las Escuelas Municipales reconvertidas hoy en día en un Centro de Educación para personas adultas "Victoriano Cremer".  

Monasterio de Rodilla (Burgos)


Esta foto la cogí al vuelo desde el coche, porque me gustó con su ropa tendida y su aspecto añejo. He buscado por internet y he encontrado en la hemeroteca del periódico ABC, en su número del 19 de junio de ¡1927! hablando de los indianos y del bien que hicieron en sus pueblos, que "don Aquilino Puerta entrega a Monasterio de Rodilla (Burgos) un grupo escolar que se presupuestó en 50.000 pesetas". 


Escuela rural de Linas de Marcuello reconvertida en Museo
Y ésta última es un recordatorio de la entrada que le dedicamos en su día a la Escuela Rural de Linas de Marcuello recorvertida hoy en un Museo. Debajo os copio el enlace.

Os dejo con algunos enlaces de otras entradas de este blog que hemos dedicado a las escuelas en diferentes puntos de España por si os apetece echarles un vistazo.


viernes, 4 de diciembre de 2015

"Expediente 64" de Jussy Adler Olsen





“Sacó seis sobres, y luego se sentó a la mesa del comedor y puso un nombre a cada uno. Curt Wad, Rita Nielsen, Gitte Charles, Tage Hermansen, Viggo Mogensen y Philip Nørvig. Un nombre por cada período de su vida en el que las cosas le habían ido muy mal. Aquellos nombres parecían cualquier cosa menos importante, casi accesoria. Gente que podías borrar de tu vida de un plumazo. Pero las cosas no funcionaban así en la realidad. Los nombres eran muy importantes. Y la importancia residía, más que nada, en que esas personas, si es que seguían vivas, andaban por ahí tan libres como Curt Wad, sin pensar en el pasado ni en las huellas viscosas que había dejado su paso por la vida.Pero iba a hacer que se detuviesen y mirasen atrás. Y lo haría a su manera.”


Anoche terminé de leerme "Expediente 64" de Jussy Adler Olsen. El cuarto libro de la saga de detectives del Departamento Q, de la novela negra nórdica. 

Os recuerdo que el Departamento Q, es un Departamento de la policía de Copenhage que se creó para investigar los casos del pasado que se habían quedado olvidados o sin resolver. Los anteriores libros son La mujer que arañaba las paredes, Los chicos que cayeron en la trampa y Mensaje en una botella. 

Y ahora éste "Expediente 64" que me ha gustado mucho, me ha parecido muy, muy entretenido. Los anteriores también, pero éste me ha gustado aún más. Encuentro que el autor cada vez nos tiene más atrapados con sus historias y al mismo tiempo nos las complica más, pero con maestría.

El argumento: Los investigadores Carl y Assad, junto a su secretaria Rose, investigan una desaparición ocurrida en 1987. Una desaparición que no es la única de las que ocurrieron en ese año y en esa fecha, por lo que parece que hay una relación. Pronto comienzan a dar con el rastro de Nete Hermansen, una desgraciada mujer con un pasado lleno de infortunios. Por otra parte los policías se cruzan con Curt Wad, un anciano ginecólogo, fundador del partido político Ideas Claras, un partido de extrema derecha. Además seguimos con la historia que arrastra el protagonista desde la primera novela por la que su amigo Hardy, que vive con él, está amarrado a una cama.

El tema de esta narración es el racismo que subyace a toda la trama. Y como consecuencia de este racismo la eugenesia. A propósito de este tema el autor ha querido hablar de un lugar que en el epílogo nos cuenta que existió en la realidad en Dinamarca. Se trata de la Isla de Sprogo, donde entre 1923 y 1961 existía un sanatorio para mujeres, que en realidad no era tal. Era una carcel donde se enviaba a mujeres con enfermedades mentales, pero también prostitutas, madres solteras, jóvenes problemáticas, a las que terminaban esterilizando antes de dejarlas salir para evitar que sus genes se propagaran.


Los personajes principales siguen siendo el policía Carl Morck, su asistente sirio Assad y la problemática Rose. Tres personajes muy bien perfilados a quiénes hemos ido cogiendo mucho cariño a lo largo de las cuatro novelas, porque han ido evolucionando con ellas y se nos han ido haciendo cada vez más interesantes. Carl cada vez está más centrado en su vida y por tanto en los casos. Assad sigue siendo el más simpático, pero con un misterioso pasado que seguimos sin saber. Y Rose, la secretaria rara, después de la sorpresa que nos dió en la tercera novela sigue siendo el tercer lado de este triángulo curioso pero muy atractivo. Por otra parte están los personajes malvados. Porque aquí no hay uno, sino varios a quiénes pronto vamos a conocer y cuya malicia no es poca la verdad.

La estructura de estas novelas de Adler Olsen es siempre la misma. Comienza con un prólogo de unas seis o siete páginas donde ya nos presenta la situación del crimen que se va a investigar. Y después ya vuelve a nuestros personajes principales y comienza a relacionarlos con la trama. Es muy característico también que el autor desde el principio nos muestra quién es o quiénes son los "malos". Eso no suele ocurrir. Sin embargo, aunque resulte paradójico, no por ello es menos interesante la resolución. Por otra parte en esta novela el autor en las últimas tres páginas nos da un giro a la historia que no nos esperamos para nada que está muy bien resuelto.

Espacialmente está ambientada en Dinamarca y más concretamente en Copenhage y en otras ciudades danesas de nombre impronunciable. Y la forma de tratar el tiempo en la narración también es la misma de las anteriores. El autor da saltos en el tiempo.El prólogo es en el año 1985. La actualidad de la narración es en el año 2010, pero luego retrocede hasta 1987 por un lado, que es cuando nos van contando lo que ocurrió y de ahí para atrás contándonos cómo hemos llegado a esa situación. Esta alternacia de tiempos ocurre capítulo a capítulo. Esa ruptura del tiempo líneal le imprime mucho más ritmo a la narración, haciéndonos la lectura más ágil. 

 Me ha gustado mucho esta novela. El autor cada vez tiene más soltura y se nota en cada una de las novelas de esta saga. En esta ocasión ha ganado mucho más con el puzzle de cabos que luego ha ido hilando y como os contaba en las últimas páginas nos ha dado un quiebro que nos ha dejado completemante sorprendidos. 

Si gustais de la novela negra os recomiendo esta saga mucho. Es cierto que hay mucha maldad en los personajes malvados, no os lo niego y es importante reseñarlo. Aquí los malos "son muy malos" de verdad. Pero también es cierto que son muy entretenidas, la intriga está muy bien dosificada para tenerte ahí pegado a la historia. Aunque son casos diferentes, es recomendable leerlos seguidos para ver cómo evoluciona el trio curioso de protagonistas, cómo evolucionan cada uno y cómo evoluciona la relación que se establece entre ellos porque es muy amena a la hora de contarlo el autor. Los diálogos entre ellos son muy ocurrentes.

En fin... pues que un placer el Departamento Q, y en concreto este "Expediente 64".




DATOS TÉCNICOS:
Nº de páginas: 512 págs.
Año: Febrero 2013
Categoría: Policiaca
Saga: 4º libro de la saga (DEPARTAMENTO Q)
Editorial: MAEVA


jueves, 3 de diciembre de 2015

Letreros de la calle + Ortografía


Hoy traemos al blog dos carteles de esos que pillamos por la calle porque nos dan un puñetazo invisible en el amor propio de nuestro idioma. Dos carteles con errores ortográficos.


El de arriba tiene un error muy habitual en el habla coloquial. Cuando llamamos "mondarina" a la "mandarina". ¿Mandarina o Mondarina? La palabra correcta, la que podemos encontrar en el diccionario es "mandarina". Aparece como una sexta acepción que nos lleva hasta la palabra "naranja mandarina".




mandarín1, na
Del port. mandarim, y este del malayo măntări.
1. adj. Perteneciente o relativo a los mandarines de China o de otros países asiáticos.
2. adj. Perteneciente o relativo al mandarín (‖ variedad). Léxico mandarín.
3. m. Variedad del chino que se habla en el norte, centro, este y sudoeste de China y que sirve de base de la lengua china común.
4. m. irón. Persona influyente en los ambientes políticos, artísticos, literarios, sociales, etc. U. m. en pl.
5. m. En China y otros países asiáticos, alto funcionario de la antigua Administración imperial.

naranja mandarina, o naranja tangerina
1. f. Variedad de naranja que se distingue en ser pequeña, aplastada, de cáscara muy fácil de separar y pulpa muy dulce.

Yo creo que el error de decir coloquialmente "mondarina" viene del verbo "mondar" es la única explicación que se me ocurre y que buscando he encontrado.




Y en esta foto de aquí encima el error es garrafal: "Obeja" . La foto es de un supermercado de Madrid, que mejor no voy a mencionar.

Por supuesto se escribe "OVEJA" con una "v" de victoria.

oveja.
(Del lat. ovicŭla).
1. f. Hembra del carnero.
2. f. Am. Mer. llama2.


Hay una frase hecha que utilizamos mucho y que recoge el diccionario de la Rae "Ser la oveja negra" :

~ negra.
1. f. Persona que, en una familia o colectividad poco numerosa, difiere desfavorablemente de las demás.


Bueno pues otro día más.

miércoles, 2 de diciembre de 2015

Un artículo interesante sobre el lenguaje de Ricardo Soca

Empezamos el mes de diciembre de este 2015 con un artículo sobre el lenguaje que me gustó mucho en día, cuando lo leí, y lo tenía guardado para compartirlo con vosotros. 

Me pareció muy interesante la comparativa que hace, de lo más instructiva. Espero que a vosotros también. Es de Ricardo Soca.

 

La magia del lenguaje

Ricardo Soca


El lenguaje humano tiene algo de mágico. Permite que los conceptos que están activados en este momento en mi cerebro se expresen en un código formado por sonidos, que mis interlocutores reciben por el oído y que, luego, el cerebro de cada uno de ellos decodifica dándoles a conocer mi pensamiento. Como se trata de algo cotidiano, nos parece trivial, pero esa magia constituye de uno de los fenómenos más complejos del universo. 
 
¿De dónde nos viene ese superpoder que ningún otro animal posee? ¿De dónde nos vienen las palabras?

No lo sabemos a ciencia cierta. Las investigaciones de la lingüística, de la neurociencia y de las ciencias cognitivas han desarrollado diversas teorías a lo largo de las últimas décadas. 

Las investigaciones más recientes se basan en una hipótesis según la cual un antropoide que apareció en el planeta hace unos cinco millones de años, habría experimentado en cierto momento una serie de cambios evolutivos, tales como una laringe con la que podía modular los sonidos emitidos por la boca, y un cerebro con determinadas características. Con estas mutaciones, nuestro abuelo antropoide pudo evocar objetos que no estuvieran presentes, una facultad que compartimos con los primates superiores. En determinado momento, la combinación de estas características dio lugar al surgimiento del lenguaje, una facultad que, una vez puesta en funcionamiento, se desarrolló muy rápidamente en términos históricos, tal vez algunos siglos o en todo caso, no más de un milenio.

La facultad del lenguaje nos permitió desarrollar el pensamiento abstracto, nos dio la capacidad de prever, de planificar, de apropiarnos del mundo y de transformarlo en nuestro provecho.

Una aventura en el tiempo
Para situarnos hoy en la historia de las palabras, les propongo una aventura. Adoptemos la hipótesis de que aquel primate prehumano empezó a hablar hace 170.000 años y condensemos ese tiempo en un solo día de veinticuatro horas. En esta jornada imaginaria, el hombre empieza a hablar a la hora cero, y ahora, en este momento son las veinticuatro horas.

A las seis de mañana habrían transcurrido 42.500 años. ¿Qué sabemos sobre las palabras de ese tiempo? Nada, absolutamente nada. Vamos a saltearnos el mediodía y llegamos a las seis de la tarde, hace 42.500 años. Seguimos sin saber nada. Sabemos que unos catorce minutos después de las veintitrés horas aparecen las primeras formas de lo que podemos llamar escritura tal como la entendemos hoy, aunque ignoramos a qué lengua corresponden.

Cuando faltaban veintidós minutos para la medianoche se dejan de hablar las lenguas indoeuropeas, para dar lugar a variedades que perduran hasta hoy. 

A las doce menos veinte, Platón escribió toda su obra, y Aristóteles lo siguió pocos segundos más tarde. A las 23:50 h, caía el imperio romano, con lo que el latín vulgar empezó a desarrollarse de maneras diferentes en las distintas provincias, dando lugar a centenares, quizá miles de variedades desde la Dacia (actual Rumania) hasta la Península Ibérica. Esas variedades darían lugar a las lenguas romances de hoy: español, portugués, catalán, francés, occitano, italiano, rumano, entre muchas otras.

Cuando faltaban ocho minutos para la medianoche, en el norte de la península ibérica, a las orillas del mar Cantábrico, en lo que más tarde sería el condado de Castilla, nacía una de esas variedades. Un minuto y medio después, ese dialecto, el castellano, alcanzaba el estatus de lengua, cuando el rey Alfonso X lo eligió como idioma oficial de los documentos del reino.

Cuando faltaban cuatro minutos para la medianoche, Antonio de Nebrija le presenta a Isabel la Católica la primera gramática castellana, un décimo de segundo antes de que Colón descubriera América.

Para el lingüista estadounidense Noam Chomsky, la facultad del lenguaje está lista en el cerebro cuando nacemos; con lo que bastaría con poner al niño en contacto con cualquier lengua para que la adquiera de inmediato. Fue un hallazgo brillante, aun con algunos cuestionamientos que se le interponen, que situó la lingüística en el ámbito de las ciencias naturales.

 Con esta “aventura” del reloj, nos proponíamos mostrar en perspectiva lo poco que en realidad sabemos sobre el origen y la historia del lenguaje humano. Se trata de un misterio rodeado de teorías que pretenden descifrar su origen y su historia, pero de esta solo conocemos los últimos renglones del capítulo final.