Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 5 de abril de 2010

"Estar a la cuarta pregunta" y "Salirse por peteneras"


Ya sabéis que me gustan las frases hechas, me gusta saber cual es su origen, conocerlas, domesticarlas para después a la hora de escribir tener cuidado de ir evitándolas o utilizándolas solo para el lenguaje de un determinado personaje. Quizás me gusten por eso... Los humanos somos así de contradictorios.


Hoy vamos a hablar del origen de dos frases hechas muy usuales en el habla: Estar a la cuarta pregunta y Salir por peteneras.

Para hacerlo vamos a recurrir a los artículos de Amando de Miguel. Que de ésto sabe mucho y lo explica de forma muy sencilla.




Estar a la cuarta pregunta.

En los tribunales de antaño a los detenidos se les hacían, de entrada, cuatro preguntas. Las tres primeras eran los datos de identificación (nombre, edad, domicilio) y la cuarta indagaba el patrimonio a los posibles efectos de responsabilidad civil. Ahí es donde cumplía contestar que el detenido era insolvente, pobre de solemnidad, con el fin de evitar la posible multa. Eso era «estar a la cuarta pregunta».

Amando de Miguel
Libertad Digital, España
Lunes, 13 de abril del 2009



Salirse por peteneras.

Significa hacer o decir algo inoportuno, alejado del objeto de la conversación o simplemente de lo esperado. La Petenera fue una famosa cantante de flamenco de mediados del siglo XIX, llamada así por haber nacido en Paterna de la Ribera (Cádiz). La petenera acabó siendo una variante del cante flamenco, una especie de malagueña. Si uno se sale o arranca por peteneras es como decir que se pone a cantar alegremente para no seguir la conversación o escabullirse de algo serio.


Amando de Miguel
libertaddigital.com, España
Martes, 17 de febrero del 2009



Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia y ha sido profesor visitante en las de Yale y Florida y en el Colegio de México. Ha profesado, además, en las universidades de Valencia y Barcelona. En 2008 ha sido profesor visitante en la Universidad de Texas (San Antonio). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. Ha sido galardonado con los premios de ensayo: Espasa (1988), Jovellanos (2001), Miguel Espinosa (2003), Premio de Cuentos Café El Pícaro (Toledo, 2004) y Premio Ensayo Breve de Sociología Fermín Caballero (Cuenca, 2007).Es colaborador habitual de la cadena Onda Cero y el periódico virtual Libertad Digital y miembro del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid.

Cien años de Gran Vía en Madrid


Cien años ya, quién lo diría…
Pero no te preocupes que no se te notan, si acaso solo en las esquinas de tus ojos de neón, arrugados y brillantes de tantas noches de marcha y sobre todo en la experiencia, en ese don de gentes, de millones de gentes que tienes. En la experiencia sí, ahí sí se te notan los años, pero como decía mi abuelo, con una de esas tantas frases que a fuerza de repetirnos siempre, ya a salvo del tiempo, nos legó a sus nietos: "la experiencia es un grado".

Hace tanto ya, que no recuerdo ni cuando nos conocimos. Entonces, vivías tan lejos y mi mundo era tan pequeño, que solo nos podíamos citar los sábados y a veces ni eso. Para llegar hasta ti, solo había un camino: desde Esperanza. Ahora que lo pienso, qué mejor lugar desde el que comenzar a moverme por el mundo, que desde la esperanza. Pues sí, por aquel entonces la línea 4 comenzaba allí, en Esperanza, mi estación, y qué suerte porque siempre había asiento en el metro. Después había que hacer un transbordo en Goya, coger la línea 2, la roja, e ir hasta Sol, que nos daba siempre la bienvenida con ese olor a bollo recién hecho que desprendía la Mallorquina en toda época del año. Para terminar subiendo la calle Preciados hasta Callao. Fin del trayecto. Toda una excursión con ese sabor lúdico que tienen todas las excursiones que se precien. De Esperanza a Callao. Porque entonces tú, y para mí, solo eras eso, Callao. Pero tenías Rodilla que ponía ante nuestro paladar el riquísimo sándwich de queso con nuez, porque aunque ahora Rodilla tenga muchas más variedades, quita, quita, donde esté el de queso con nuez de toda la vida… Tenías también las zapaterías Díez y Tacones, donde estaban mucho más baratos los zapatos que en el barrio y había más donde elegir. Y qué suerte, tenías el sanatorio de muñecos aquel que siempre me hacía guiños desde su alto escaparate. Tenías tantas cosas buenas. Tenías Sepu, y Galerías Preciados, y los cines…

Porque sobre todo atesorabas todos los cines. Creo que fue contigo donde vi Grease. Imagínate si hará tiempo. Fue, creo la primera vez que pude ir con las amigas hasta el centro y porque íbamos acompañadas por el hermano mayor de una de ellas, uno que por cierto era bien guapo y bien serio además de mayor, no veas cuánto interés tenía... Aquello de ir a ver Grease, debió de ser una aventura, porque aún nos recuerdo con ilusión haciendo cola. Sí, entonces tenías muchos cines, algunos de los cuales ya ni existen, como el cine Azul donde vi años más tarde “9 semanas y media” o el cine Avenida, qué pena, pensé estas navidades cuando entré haciendo de Reina Maga, qué pena que un lugar tan bonito como éste haya acabado siendo una tienda de ropa más… Supongo que estos pensamientos me los trae la edad, la edad y el peso frágil y nostálgico de aquel tiempo que compartimos juntas.

Después, cuando terminamos el instituto, y fuimos a la Facultad el mundo cedió un poco más y ensanchó tus costuras, porque también llegué hasta ti para ir a la calle Libreros, en busca de aquellos aburridos, la mayoría, libros que nos mandaban estudiar los primeros cursos de Psicología. O para ir al Calentito, que ya tampoco existe, pero donde celebré que ya era licenciada y del que volví con el estómago retorcido y hecho un guiñapo, tanto, que si miro las fotos aún siento que me duele.

Poco a poco hemos ido atesorando años tú y yo. Y el tiempo nos ha cambiado sin remedio. Yo he descubierto que para llegar hasta ti, como para llegar a tantos sitios, ya no solo hay un camino, sino muchos a descubrir. No solo podía llegar desde Callao, sino también desde Plaza de España donde estaban los cines de versión subtitulada, y también desde Alcalá, donde está el Círculo de Bellas Artes y ahora el Instituto Cervantes, un cruce de calles que siempre me ha parecido muy elegante.

Con el tiempo también me mostraste el gusto por interesantes exposiciones, siempre recuerdo la de Chema Madoz en Telefónica. Y cómo no, también me descubriste el gusto por los musicales: El Hombre de la Mancha, Cats, Hoy no me puedo levantar… Sí con los años has perdido los cines, como quien va perdiendo los dientes, pero en cambio has ganado en adornos y glamour, con los musicales, más espectaculares, más vistosos, más cosmopolitas. Has ganado en cultura con tus exposiciones y tus musicales, pero también, es cierto, a determinadas horas te volviste más consumista con tus tiendas de ropa. Era inevitable. No hay nada perfecto.

Yo descubrí que hay muchos caminos para llegar hasta ti, y tú, aprendiste a desdoblarte en tres tramos, el primero más elegante, el segundo más comercial, el tercero más lúdico, a la medida del gusto y el momento de todos cuántos no hemos dejado de ir a visitarte. Como una gran dama que sabe estar presentable a cualquier hora del día, una gran dama que nos sabe recibir a todos con una sonrisa, a todos, a muchos, a demasiados.

Yo descubrí que hay muchas ciudades hermosas en el mundo, y me entretuve recorriéndolas, conociéndolas. Pero a medida que lo hice, a medida que mi mundo se desparramó y alcanzó otras fronteras y las rebasó, a medida que crecí, me dí todavía más cuenta de que pocas tienen esa Gran Vía que tiene mi ciudad, tan atractiva de pasear despacio, tan rica, tan variada, tan viva, tan mía.

Cien años, cien años ya. Quién lo diría…

sábado, 3 de abril de 2010

"Por el placer de volver a verla" Blanca Oteyza y Miguel Ángel Solá



Cómo me ha gustado... Mucho.

"Un teatro intimista y de sentimientos, con sensibilidad, sencillez, y suave humor, que se dirige a toda clase de espectadores y homenajea a aquello que dota a la vida de sentido. El amor y el teatro hacen posible lo que parece imposible. La tertura seduce y las emociones del público cobran vigor con el noble trabajo para dejar en el espectador ganas de volver al teatro" El placer del público. Marc Llorente. Información de Alicante.

Así que espero que no me pase como con "El diario de Adan y Eva" que solo la ví una vez.

Ésta espero yo también "volver a verla" a Oteyza, a Solá y a la obra.

jueves, 1 de abril de 2010

Torrijas


Ya estamos en Semana Santa y es tiempo de torrijas.

Dulce que por cierto a mí me gusta mucho, sobre todo las que hace mi madre. Y no sé si sería pensando en ellas con placer anticipado, cuando he pensado de dónde vendría la palabra en cuestión.

La primera sorpresa que me he llevado es que el diccionario de la Real Academia no recoge la segunda acepción de la palabra torrija, la de borrachera, tan habitual en el lenguaje coloquial. Ma ha sorprendido la verdad, y más sabiendo que recoge otras mucho más chocantes (acordaros de "almóndigas, toballa y murciégalo..."). Sin embargo el diccionario María Moliner sí que la recoge. Os copio a continuación ambas definiciones.

En el diccionario de la Real Academia de la Lengua:

torrija.

(De torrar).

1. f. Rebanada de pan empapada en vino o leche y rebozada con huevo, frita y endulzada.


torrar.

(Del lat. torrēre).

1. tr. tostar (poner algo a la lumbre hasta que tome color).



En el diccionario María Moliner:

Torrija
1 f. Rebanada de pan empapada en leche y después rebozada en huevo y frita; a veces, se cubre después de frita con almibar; también se puede empapar en vino en vez de en leche.
2. (inf) Borrachera.

Etimológicamente pues, torrija vendría de torrar, que a su vez vendría del latín torrere (secar al sol o al fuego, tostar). De torrere vendría torrija, torrefacto, tostado, torrezno... Todas esas palabras. Podéis consultar a este respecto: http://etimologias.dechile.net/?turrar


Y por otra parte, parece ser que el origen del dulce se remonta al siglo XV, o al menos eso he leído en distintas fuentes. Os copio un par de ellas a modo de ejemplo:

"Su origen se remonta a la Edad Media . La torrija o torreja aparece ya documentada en el siglo XV, citada por Juan del Encina: «miel y muchos huevos para hazer torrejas», al parecer como plato indicado para la recuperación de parturientas. Su cuna la encontramos en los conventos y era el remedio perfecto para aprovechar el pan sobrante. Poco tiempo después, se comenzaron a preparar en las casas.
Las primeras recetas se remontan al Libro de Cozina de Domingo Hernández de Maceras (1607) y Arte de cozina, pastelería, vizcochería y conservería de Francisco Martínez Motiño (1611). La torrija era a comienzos de siglo XX muy habitual en las tabernas de Madrid y se servía con los chatos de vino.
Su asociación a la Cuaresma se debe tal vez a la necesidad de aprovechamiento de pan, ya que durante el tiempo de Cuaresma no se podía comer carne..."

http://www.diles.es/noticia-435-torrijas-origen-divino.htm


"Al mismo tiempo debemos hacer constancia que tan sencillo manjar también fue, y suponemos que sigue, elaborado por los sefardíes con un origen y fin diferente, tal como nos indica su propio nombre "Rebanadas de Parida", por ser principal alimento para las mujeres recién paridas con el propósito de bajarles la leche para amantar. Sus ingredientes eran los siguientes: 10 rebanadas de pan blanco fresco, 3 huevos batidos, 1 l. de leche, aceite de oliva y miel y se preparaba calentando el aceite y mientras esto ocurría se mojaban las rebanadas en leche y luego se pasaban por huevo batido y se freían, se escurrían del aceite y mojaban en miel."

http://grupogastronomicogaditano.com/Articulos/LasTorrijas.htm


Bueno y ahora que ya nos hemos "alimentado" por dentro vamos : ¡A por las torrijas!...

lunes, 29 de marzo de 2010

WC


Cuando una viaja, el asunto de los cuartos de baño es problemático.

En unos hay que pagar, en otros no, en algunos te racionan el papel, en otros directamente solo hay un grifo al lado, en algunos da gusto entrar y en otros... crees que te vas a morir directamente en cuánto entras.

Recuerdo de forma "muy especial" mi entrada triunfal en los servicios del Templo del Cielo en Pekín nada más bajar del avión, recuerdo alguno que otro memorable en el Valle de los Reyes en Egipto, o unos a los que entramos en el Parque Natural de Yosemite en EEUU, inolvidables, y de los que salimos dejando un "apetecible" rastro oloroso de nuestros pasos siguientes...


En fin... No quería yo ponerme escatológica.


Pero no he podido por menos que recordar todas estas aventuras de mis vacaciones al pensar en la entrada que os quería dejar hoy. Se trata de el letrero de "WC"que vemos siempre en España. Os dejo con un pequeño artículo donde se explica el origen curioso de este término.



¿POR QUÉ DECIMOS WC SI ELLOS LO LLAMAN TOILET?

01/10/2009


El letrero de WC, tan visto en España, apenas figura en ningún sitio en el Reino Unido.


Los ingleses utilizan la palabra toilet para ese lugar. Curioso que los españoles, tan castizos y negados muchas veces para otras lenguas, utilicemos en esto un extranjerismo; pero también es curioso que los ingleses, tan exportadores de términos a otros países, usen una palabra tomada del francés toilette. Lo mismo ocurre con los alemanes, que piden por los Toiletten tras beber sus cervezas. Lo de mirar para otro lado en esos bautizos debe de ser algo propio de los mecanismos del eufemismo.


En la vieja literatura inglesa se encuentra la palabra closed. El agua corriente dio lugar al water closed, de donde la singular economía lingüística del anglasajón originó el WC. Pero probablemente la siglas aún remitían excesivamente a lo significado, y se optó por la sonoridad de un término extranjero que al hablante no le hace pensar tan directamente en la realidad que no agrada llamar por su nombre.


Lo propio ocurrió en castellano. Nosotros, que extrañísimas veces hablamos en siglas, hemos utilizado durante mucho tiempo la expresión uvedoblecé (ahora está algo más en deuso). Lo más llamativo del caso es que hemos incorporado váter al diccionario, un término que ningún inglés usa. Los anglosajones tienen varias palabras para el menester que nos ocupa, como lavatory, bathroom o restroom (como nosotros tenemos baño y servicios), pero si un turista hispano en Londres exclama wáter lo que conseguirá no será que le lleven a una taza sino que le traiga un vaso.


Autor

Emili J. Blasco

participacion.abc.es, España

Miércoles, 30 de septiembre del 2009


jueves, 25 de marzo de 2010

"No quiero una guerra, Dios me libre, pero sí emociones" "Todo eso que tanto nos gusta" Zarraluki



"Mi padre se escapó de casa un día de sol radiante. Más que escaparse de casa, pues la que tenía no merecía tal nombre, se escapó de su propia vida y lo hizo de la única forma que podía sin atentar contra sí mismo. Se subió al coche y desapareció."

Así comienza el último libro que he leído: "Todo eso que tanto nos gusta” de Zarraluki .

Me ha gustado mucho. Es un libro que he leído como quién se va metiendo poco a poco en un mar cálido, disfrutando despacio de cada paso sobre la arena blanda a medida que sin darte cuenta te vas sumergiendo en la historia. Es un libro para tener a mano un lápiz y poder ir apuntando tantas y tantas frases preciosas con las que te encuentras a medida que vas leyendo y que describen de forma sensible y justa lo que tenemos en el fondo de humanos: las dudas, las tristezas y la capacidad de empezar de nuevo.

Nunca había leído nada de Zarraluki, ahora quiero comprarme ya algún libro anterior de él para disfrutarlo.

El argumento de “Todo eso que tanto nos gusta” cuenta la historia de Tomás, un arquitecto retirado que decide romper con su vida y marchar a un pueblecito a empezar de nuevo. Ricardo, su hijo, va a buscarlo “para vigilarle” y al final se queda con él. También desde el principio conocemos a Cristina, la madre y exmujer de Tomás, una peculiar y separada esposa que sin embargo vive pendiente de su marido.

No son los únicos personajes de esta historia. También está Lola la dueña de la pensión donde viven, también está Marcelo, interesado por la literatura, y Paquita su mujer ciega a quién lee. Me gusta mucho el personaje de María, la “taxista oficial del pueblo” que está a punto de casarse. Está también Daryna, una prostituta, Barbara Baldova una italiana millonaria…

Un montoncito de personajes que se encuentran en un momento dado en ese pueblo y que aprenden a convivir y a quererse a sí mismos y a los demás.

Es esta, una historia de amistad, de amor, de reencuentro. Una historia que habla de buscar lo bueno que hay en nosotros mismos. Habla sobre el valor de abandonar lo que no nos hace felices y tener el coraje de salir a buscar “Todo eso que tanto nos gusta”. Habla de personas y sentimientos.

Me ha gustado mucho. Ya lo veis. Se me nota.



Aquí os dejo con algunos de esos renglones, algunos de esos párrafos, que yo iba escogiendo:


"El paraíso no existe. Si acaso, es una intermitencia, una ráfaga de viento que nos sacude a veces, una posibilidad inalcanzable (…) Lo demás es tesón y coraje, un poco de engaño y mucha resignación, aprender a disfrutar a ratos mientras se resiste, mientras se empieza a oler a cosas viejas y acostumbrarse a vivir con los recuerdos, con todo lo que no se hizo, o se hizo mal, con todo lo que se es incapaz de entender o aceptar. Disfrutar, pese a todo, del instante. Eso es lo más parecido que tenemos al Paraíso”.


"Las guerras tienen una cosa buena, sólo una: nos enseñan con crueldad lo que estamos a punto de perder. La vida misma se muestra como lo que es, un tesoro frágil. En la guerra la vida es sagrada. Y sin embargo ahora, en estos tiempos miserables, la protegemos con cicatería, como el dinero cuando lo metemos en el banco. Ya no sabemos lo complicado, lo difícil, lo maravilloso que es sobrevivir. Eso sólo se sabe cuando se ha vivido una guerra o cuando uno se ha hecho tan viejo que vuelve a necesitar arriesgarse. No quiero una guerra, Dios me libre, pero sí emociones."


"No era una chica a la que le quedaran bien los vestidos de novia, ni los moños italianos, ni las ceremonias largamente preparadas. Lo que le quedaba bien era la vida. Como si un exceso de fuerza, o de serenidad o inteligencia, le impidieran sorprenderse por nada, María renacía de nuevo desde lo más profundo de su soledad, ese lugar que era para ella el más seguro y para mí el corazón de todas las dudas".

Miquel Barceló. Caixa Forum "Pintamos porque la vida no basta"






Pintamos porque la vida no basta. Dije yo eso o lo leí en alguna parte. Creo que es mío. En cualquier caso aquí la vida sí basta. Es casi excesiva” Cuadernos de Africa. Miquel Barceló (1957).

La suerte de vivir en Madrid.
La suerte de disponer de un par de horas en el centro de un miércoles primaveral.
La suerte de que en el Caixa Forum haya una exposición de Miquel Barceló.
La suerte de poder ser turista en tu propia ciudad.

La suerte de tener una buena compañía, tranquilidad, interés, ojos.
La suerte de encontrar tres palabras en el primer panel:”misterio, adrenalina, incertidumbre” que encierra el proceso creativo, que tienen tus medidas, que crees.
La suerte de 140 obras: pinturas, cerámicas, esculturas, acuarelas, dibujos, posters, libros, cuadernos de viaje.




Los tomates y las papayas.
El fondo del mar y el desierto.
Los cefalópodos en la oscuridad.




La suerte de encontrar un grupo con guía que entra a la vez que tú.
La suerte de que la guía “¿Será la agente de Miquel Barceló?” sea una apasionada de lo que cuenta.




“Siempre que veáis que hay una retrospectiva de un artista no os lo penséis: hay que ir. Es genial, fijaros como ha hecho las rayas de la barca, con un cepillo de raíces sobre la pintura, que a la vez de pintar, va dibujando. Estos son de la época que pinta a cuatro patas, sobre el suelo… fijaros en las huellas de sus zapatos ¿las veis aquí? Y mirad, mirad la colilla. Son cuadros hechos sobre los papeles que previamente había puesto en el suelo y sobre los que ya había caído la pintura, así ya tiene el fondo. Es normal que la cúpula se esté cayendo, también cuando se hacían las de las iglesias góticas al principio se caían… Fijaros que curioso como hace el desierto, con tizas… Adelantaros hasta aquí ¿Veis cómo la base son las hojas del papel de periódico que había en los suelos?. Este retrato sí que es curioso: lo recuperó veinte años después y fijaros dejó las telas de araña y los nidos de los abejorros. Noo, Miguel Barceló no está solo, está casado y tiene dos hijos. Sí es que ella vive en París. Fijaros, fijaros aquí como son acuarelas muy, muy líquidas. Fijaros, está claro que lo ha hecho un pintor que sabe mirar, que estaba allí en ese momento…”

La suerte de sus palabras entregadas, de su timbre de voz claro y alto.




“Gao es la ciudad más pobre de uno de los países más pobres del mundo” se dice así mismo sobre Mali, de donde proceden tantos de los subsaharianos que llegan a España en patera. Hay “mucho polvo y moscas grandes como palomas”, “mosquitos y todas las enfermedades del mundo”, y la corrupción está a la orden del día, pero “aquí las cosas me parecen más reales y pintables. En París los cuadros me parecen más reales que las calles”.

“Como una serpiente que se traga una rata enorme, hay que digerir lentamente todo el aburrimiento del mundo. Y de repente, como un rayo, el deslumbramiento” escribe el pintor, que explica como prepara sus cuadros: “Pisamos descalzos las telas, que colocamos sobre las rocas al borde del acantilado. Después, pintó con las manos”.




“Además de celebrar los extraordinarios logros de un destacado artista vivo de renombre internacional, esta exposición experiencial se propone presentar los logros de este artista de un modo excepcionalmente experimental resaltando el misterio, la adrenalina, la incertidumbre que prefiguran el proceso creativo.”


Miquel Barceló (1983-2009)
CaixaForum Madrid
Hasta el 13 de junio
Entrada gratuita

La suerte de hallar un libro que me apetecería algún día leer: “Los cuadernos de África” de Barceló.