Ya sabéis que me gustan las frases hechas, me gusta saber cual es su origen, conocerlas, domesticarlas para después a la hora de escribir tener cuidado de ir evitándolas o utilizándolas solo para el lenguaje de un determinado personaje. Quizás me gusten por eso... Los humanos somos así de contradictorios.
Hoy vamos a hablar del origen de dos frases hechas muy usuales en el habla: Estar a la cuarta pregunta y Salir por peteneras.
Para hacerlo vamos a recurrir a los artículos de Amando de Miguel. Que de ésto sabe mucho y lo explica de forma muy sencilla.
Estar a la cuarta pregunta.
En los tribunales de antaño a los detenidos se les hacían, de entrada, cuatro preguntas. Las tres primeras eran los datos de identificación (nombre, edad, domicilio) y la cuarta indagaba el patrimonio a los posibles efectos de responsabilidad civil. Ahí es donde cumplía contestar que el detenido era insolvente, pobre de solemnidad, con el fin de evitar la posible multa. Eso era «estar a la cuarta pregunta».
Amando de Miguel
Libertad Digital, EspañaAmando de Miguel
Lunes, 13 de abril del 2009
Salirse por peteneras.
Salirse por peteneras.
Amando de Miguel
libertaddigital.com, España
Martes, 17 de febrero del 2009
Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia y ha sido profesor visitante en las de Yale y Florida y en el Colegio de México. Ha profesado, además, en las universidades de Valencia y Barcelona. En 2008 ha sido profesor visitante en la Universidad de Texas (San Antonio). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. Ha sido galardonado con los premios de ensayo: Espasa (1988), Jovellanos (2001), Miguel Espinosa (2003), Premio de Cuentos Café El Pícaro (Toledo, 2004) y Premio Ensayo Breve de Sociología Fermín Caballero (Cuenca, 2007).Es colaborador habitual de la cadena Onda Cero y el periódico virtual Libertad Digital y miembro del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid.
Amando de Miguel es catedrático emérito de Sociología de la Universidad Complutense. Realizó estudios de postgrado en la Universidad de Columbia y ha sido profesor visitante en las de Yale y Florida y en el Colegio de México. Ha profesado, además, en las universidades de Valencia y Barcelona. En 2008 ha sido profesor visitante en la Universidad de Texas (San Antonio). Ha publicado más de un centenar de libros y miles de artículos. Ha sido galardonado con los premios de ensayo: Espasa (1988), Jovellanos (2001), Miguel Espinosa (2003), Premio de Cuentos Café El Pícaro (Toledo, 2004) y Premio Ensayo Breve de Sociología Fermín Caballero (Cuenca, 2007).Es colaborador habitual de la cadena Onda Cero y el periódico virtual Libertad Digital y miembro del Consejo Económico y Social de la Comunidad de Madrid.
No esta toda lengua compuesta de cientos de frases-formula o frases idiomaticas de entre las que es dificil distinguir las "frases hechas"? A veces, escribiendo, me resulta complicado sortear las frases hechas sin caer en circuloquios pedantes.
ResponderEliminarSaludos.
Sí a veces es dificil sortearlas porque están ahí, muy cercanas, casi inmediatas, y vienen solas a la punta de la lengua. Pero a la hora de hablar hacen la lengua particular y rica y son tan visuales... Claro a la hora de escribir hay que evitarlas, pero eso también está bien porque así ampliamos nuestro vocabulario utilizándolo,y no nos quedamos siempre con las mismas expresiones o palabras, y tampoco tiene por qué parecer pedante, yo creo. A mí me gustan, me gusta conocer su origen, y de vez en cuando en mis relatos me invento algún personaje que las pueda decir, así mato dos pájaros de un tiro, escribo y las uso. Son parte de nuestra herencia lingüistica, sería una pena perderlas ¿No crees?. Muchas gracias por pasarte por aquí. Un saludo, Rocío
ResponderEliminarGracias por la aportación!! Muy útil!!
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