Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

martes, 29 de julio de 2025

Era la hora de la cena en Sabinosa


 

Como si las nubes hubieran olvidado una pegatina blanca sobre la roca negra, así apareció ante nuestros ojos Sabinosa, en la isla de El Hierro. 

Aquel pueblecito tan solitario y limpio. Tan coloreado de murales y memoriales. Tan salpicado de recuerdos en sus paredes: a la primera maestra, a su zapatero, a tantos. Tan ordenado. Tan vacío. 

Se me quedaron dentro las ganas de pasearlo despacio. De admirar sus rincones, de confundirme con sus vecinos, de intentar descubrir la vida que escondía y no se mostraba ante nuestros ojos. 

Era la hora de la cena en Sabinosa.

Quizá por eso nadie salió a recibirnos. 













martes, 22 de julio de 2025

Julio en Madrid

 



Alhajitas, tengo una pena... Entre unos y otros me tienen mi Madrid rotito del todo. Que vayas por donde vayas si no hay una zanja hay una valla y si no un socavón. Que esto es un no parar de obstáculos. Que parece que nos estamos entrenando para alguna prueba maratoniana. Que quieres coger el tren para llegar más rápido, toca arreglar la estación de Sol. Pero ¿arreglarla de qué, señores míos...?  si está muy centradita y muy bien. Que quieres bajar desde la Almudena a la calle Segovia por el camino más plano, pues no, porque te han colocado muy estratégicamente un par de vallas que a ver quién es el guapo que se las salta por el césped con todos los aspersores escupiendo agua en todas direcciones como si no hubiera un mañana. Que se te puede poner el pelo de churretoso y la ropa empapucha del todo, y eso si no te mata porque buena de resbalosa se pone la hierba con esa humedá... Total que te das media vuelta y pitando enfilas por la cuesta empinada y rompepiernas, sujetando con las puntitas de los dedos, las sandalias en esos diminutos escalones, que llegas abajo ya, de hacer fuerza para no caerte ni quedarte descalza, baldada del todo. Y como no puedes más con la vida, te dices, con los brazos en jarras, que hasta aquí llegué y ahora mismito, me pillo el primer bus, que a freír monas el calvario ese de andar nosecuántos pasos. Y ole. Pues de eso nada monada que te dice el luminoso que más de veinte minutos. Y chitón y a seguir caminando como está mandado. Un paso y otro paso y otro paso... hasta que se va viendo tu edificio cada vez más grande, más grande, que llego, que llego. Pero por si no fuera poco, además de los ademases, llegas a la oficina y solo un ascensor para todas las heroicas almas que hemos sido capaces de alcanzar la ansiada meta. ¡Un ascensor para todos los pobrecitos que conseguimos llegar a los tornos! porque debía ser que también tocaba arreglo ¿no? Que si me ponen delante al que ha mandado arreglar entero a Madrid en este mes juro que no sé ni que le hago, que no soy dueña ni de mis actos ni de mis pobres pies, esos trocitos de carne magullados con los que terminan mis piernas a esas alturas del día que acaba casi de comenzar.

 Así que, jasmíos, más no me puede cundir la odisea de ganarme el pan todos los santos días. Que no sé ni como me queda resuello para largar a los cuatro vientos lo que me ha costado, física y moralmente, llegar. Que no me dormí ¿eh? Que si hubiera sido eso, al menos mi cuerpo eso se llevaría. Que no, que encima de la madrugona y la caminata, fueron los saltos de vallas, las carreras para esquivar los aspersores, los cambios imprevistos de ruta sorteando los pájaros que te cagan encima y el google maps que no deja de dar vueltas medio loco y no responde. Y ya la guinda, los desaparecidos buses que dormitan en las cocheras en vez de estar por las calles recogiendo a todas las pobres princesas madrileñas que languidecen de pie derecho en las paradas. 

Tan derrotaíta estoy que no me da la vida ni para el blog ni para el bla. Así que un beso alhajitas. ¡Y abrigaos! Que los aires difíciles de los lugares cerrados son muy traicioneros. Claro que el de los lugares abiertos... Entre las moscas, mejor dicho, las hordas de moscas que hay para aburrir, que se ponen de pesaditas en verano... Y ¡los moscones! No sé ya ni que prefiero. 

¡Jasmíos! qué difícil es sobrevivir en Madrid en julio. Y mirad que yo por mi ciudad mato, como decía aquella... Pero que va a ser que ahora más que matar, como me descuide, caigo en el harakiri... Porque si todavía se hubieran ido ya todos, más holgaditos andaríamos, pero que no, que en julio aun están por aquí, aplastándote en el metro, colándose en las escaleras mecánicas, dando más calor. Por si no tuviéramos bastante. Y de otras cosas vale, pero de la calor aquello de "más vale que zozobre, que no fafalte", pues como que no.

¡Ay que penita! ¿Qué tendrá julio de bueno en Madrid? que no lo encuentro. 


jueves, 17 de julio de 2025

"Frankie" de J.M. Gutsch y Maxim Leo. Reseña literaria

 


Tengo fila en muchas etiquetas del blog, llega el verano, el calor, alguna que otra semana de vacaciones y nos desbaratamos. Y es cierto ¡bendito desbarate! si yo no lo discuto... Pero claro las aficiones se atrasan y hombre que se nos atrasen otras cosas, pero las aficiones... 

En fin, que yo os quería recomendar un libro que, a su vez, me recomendaron a mí: "Frankie" de dos autores alemanes: J.M. Gutsch y Maxim Leo. 

El narrador es el del título, Frankie, un gato callejero pero muy especial, que por esos azares de la vida acaba con un humano que no está pasando por el mejor de sus momentos. Y Frankie nos cuenta su vida, su relación, y la vida de ellos a partir de ese momento.

Es un libro original, con un narrador fresco, reflexivo, que piensa y sobre todo observa mucho. Un narrador entrañable. Qué personaje más acertado.

La novela no es muy larga, y además se lee muy bien porque su prosa es ágil, irónica y profunda a un mismo tiempo. Y creo que los autores han hecho un retrato de los gatos que es absolutamente creíble desde el primer momento cuando descubre a ese humano jugando un hilo y confiesa que a ellos, los gatos, también les gustan mucho los hilos... Y entre lo que cuenta francamente nuestro narrador atigrado y lo que tú te imaginas según sus palabras la verdad es que es una novela que cuenta muchísimo en pocas páginas y sobre todo que se disfruta mucho también. 

Ojalá todos encontráramos un Frankie con el que compartir la vida. 



domingo, 13 de julio de 2025

El anticiclón de las Azores

 



Yo soy de los que crecieron escuchando como se acercaba el anticiclón de las Azores. No había demasiadas opciones en la televisión y, aunque tú no prestaras atención, de fondo sonaba una voz contando el tiempo que se te colaba dentro. 

Vete tú a saber dónde estarían Las Azores. Un lugar muy lejano en medio de un océano. Un destino casi tan mítico con la muralla China o las pirámides de Egipto. 

Qué mal se me dio siempre la asignatura de geografía. Pero de algo sí estabas segura: de allí siempre llegaba el anticiclón. 

Lo bueno de crecer, algo bueno tenía que tener, es que vas colocando chinchetas en el mapa mundi de tu interior. Querrías llegar hasta todos aquellos lugares que tu mente infantil sintió tan remotos como mágicos. 

Lo bueno de crecer es darte cuenta de que la geografía no es tan difícil si posas los pies en el mapa. Si lo caminas hasta arrugarlo. Hasta que, como decía aquella preciosa canción, "ya no queden islas para naufragar".

Ah y no siempre hace un tiempo seco y soleado en Las Azores. 

Quizá lo del mítico anticiclón también era un poco mentira. 











miércoles, 9 de julio de 2025

"No tocarás" de Nuria Perez

 


Desde que escuché hablar de este libro, me entraron muchas ganas de leerlo. Me resultó atractivo. Y lo cierto es que lo he disfrutado mucho. 

El argumento nos habla de la historia de tres mujeres en tres momentos y lugares distintos. Tenemos por un lado la de Mary Hessler, jovencita y niñera, en el Londres del Siglo XIX. Tenemos la historia de Andrea, escritora española que vive también en Londres, pero en el de 1998 y, por último, tenemos la historia de Marta, mi preferida, una joven que vive en el Madrid, exactamente en el barrio de Chamberí, también en el mismo año que Adela. 

Claro, como era de esperar sus historias se van a terminar por entrelazar... Con lo cual tenemos varios narradores con su propio hilo argumental que corre hasta unirse con los demás.

Los temas que va a abordar la autora con ese argumento son el de la culpa, la salud mental, la búsqueda del amor, la identidad, las decisiones que no solo te afectan a ti... y hasta las casualidades. 

Es una lectura ágil gracias a su estructura saltarina entre personajes y ambientes. Y además, una lectura muy rica pues he aprendido varias cosas que no sabía como por ejemplo lo que cuenta sobre el edificio histórico Alexandra Palace de Londres durante la I Guerra Mundial. O me ha hecho fijarme en el cuadro "Clotilde con traje gris" de Sorolla, que yo desconocía, o la "aritmomanía" esa palabra que designa esa manía de ir contando todo por la calle. Y sobre todo lo del purgatorio del barco, que debería conocer, no lo sabía. 

La ambientación me ha parecido muy lograda. Los barrios de Madrid, sus museos que conozco, me he visto prácticamente allí. Y las relaciones que tienen los personajes, más allá de que te gusten más o menos, me han parecido muy creíbles. 

He leído esta novela durante unas cortas vacaciones, así que me lo he leído muy rápido y ha sido una lectura muy placentera, la verdad. Tengo ganas de echarle el diente a los libros anteriores de esta autora, que es la misma que tiene varios podcast en la radio ("Gabinete de Curiosidades", "Meraki"...), que también escucho con mucha atención porque me parecen de lo más ilustrativos. 

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viernes, 27 de junio de 2025

"Palabras imaginadas. Lectura gráfica" Reseña tardía de una exposición en el Matadero

 


Los viernes son el mejor día de la semana. Tienen luz. Son un faro.

El mejor día. No en vano su origen etimológico es latino y viene de "Veneris", o mejor dicho "dies veneris", el "día de Venus", la diosa del amor. Venéreo tiene la misma etimología, pero ahí mejor no entramos. Los viernes son el mejor día de la semana, el día relajado, el que anticipa al menos dos días completos sin trabajar, una sobredosis de tiempo para los que siempre andamos piando por él. 

El viernes es promesa de tiempo, de disfrute, de ocio, de deseo, de... lo que más gustéis. El fin de semana está casi sin estrenar. Todavía todo es posible. 

Aprovecho para dejaros con otra exposición disfrutona que no tuvo su espacio ni su tiempo en este blog. Estaba desde otoño hasta finales de febrero, en La casa del Lector, en el espacio del Matadero Madrid, y estaba relacionada con las letras. Era chula, la verdad. Se titulaba "Palabras imaginadas: lectura gráfica". Otra exposición que pillé casi por casualidad. Y cuánto me alegré. 

La idea era bonita: Eran 60 posters basados en 60 palabras elegidas por 60 personas. Después unos diseñadores gráficos eligieron una palabra y la interpretaron gráficamente convirtiéndola en una especie de poema visual. Artistas como Fernando Beltrán, Chema Madoz, Miguel Munarriz... colaborando. Un lujo. Un juego entre palabras e imágenes.

Las fotos me salían con muchos reflejos, una pena, pero espero que sirvan para que vosotros os hagáis una idea y yo me quite la espinita de no haberla reseñado en su momento. Fui con mis sobrinos, eso me hace sonreír y le da un plus. Para mí es importante. Y de verdad que merecía la pena, necesitaba su hueco en el blog. 

Ya os dije que en verano me gusta retomar las tareas agradables que me he dejado pendientes durante el curso, y ya veis que en ello sigo. 








martes, 24 de junio de 2025

Leonera de Fernando León de Aranoa. Reseña literaria



PÁJARO

¿Sigue el pájaro siendo pájaro aún cuando no vuela?


Ha sido muy placentero leer el nuevo libro de Fernando León de Aranoa. Aunque ya lo imaginaba, después de aquel "Aquí yacen dragones" con el que nos obsequió hace un tiempo. Y qué chulo este título ¿verdad? Aludiendo al final de aquellos mapas antiguos. Qué sugerente.

"Leonera" tampoco está nada mal, incidiendo en el doble significado de haberlo escrito un "león", y a la acepción de algo desordenado. 

No estamos ante una novela, ni unos microrrelatos, sino que "Leonera" nos ofrece un maremagnum de piezas literarias de diverso género. A veces aparecen aforismos, otras veces textos autobiográficos, otras casi microrrelatos o reflexiones... Y qué importa lo que sean ¿no? Si logran transmitirte esta sensación de tocarte dentro. Este regusto a intimidad.

Toca temas que nos atañen a todos: El paso del tiempo, los padres, los hijos, la escritura, la imaginación, el amor... Grandes temas universales. 

Y la forma, ya os digo, de diversa índole. Textos más largos o más cortos, pero certeros e íntimos. A veces exponiéndose más como cuando habla del padre, o de la hija, rayando lo autobiográfico. Y en otras ocasiones acudiendo a la ficción. En algunas ocasiones casi poéticos. En cualquier caso el tono siempre es el melancólico, profundo, reflexivo. 

Quizá no sea un libro para devorarlo todo seguido, sino dejando intervalos para que se asiente dentro cada texto. O quizá sí, porque te pille de noche y leas uno y otro, y otro... y parezca como que te mecen. 

En cualquier caso siempre un placer leer a este cineasta que de vez en cuando nos regala sus palabras. 


"Los que no sabemos despedirnos no es que no sepamos, es que no queremos. Yo escribo por la misma razón por la que no quiero dormir, ni que cierren los bares: para que las cosas no acaben. Para no llegue la noche, ni llegue el día. Escribo para no estar muerto, para todo sea posible aún. Para que siga siendo siempre todavía. "