Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 7 de marzo de 2025

Noé en Madrid

 


"Noé era un hombre bueno en un mundo donde la gente se había vuelto muy mala. Dios decidió enviar un gran diluvio para limpiar la Tierra, pero eligió a Noé y su familia para salvarse por su bondad. Le pidió construir un arca grande y llevar en ella a su familia y una pareja de cada tipo de animal.

Cuando el arca estuvo lista, empezó a llover durante 40 días y 40 noches. El agua cubrió toda la tierra, pero el arca flotó segura. Cuando la lluvia paró, Noé soltó una paloma para ver si la tierra estaba seca. Al final, la paloma no volvió, lo que significaba que ya podían salir.

Dios prometió que nunca más enviaría un diluvio así y puso un arcoíris en el cielo como señal de esa promesa."







miércoles, 5 de marzo de 2025

Lloro porque no tengo sentimientos - Bárbara Mingo

 




"Parece que el amor emana del corazón. Durante muchos años no entendí lo que era el corazón. Más precisamente, diré que no lo notaba. Sigue a tu corazón, el corazón no se equivoca, haz lo que te dicte el corazón. Me esforzaba con todas mis fuerzas, y no conseguía ver qué era el corazón, pero más preocupante era no poder distinguir lo que quería y lo que dictaba. También cuando era pequeña, y creo que viene al caso el recuerdo, creía que se pensaba con las orejas, donde percibía la intensa actividad de estar concentrada."


En cuánto me descuido, se me acumulan las reseñas literarias. Es más fácil leer que escribir, menos trabajoso leer que escribir. Pero no quiero olvidar ninguna, así que me pongo a ello. 

Nos toca el turno de "Lloro porque no tengo sentimientos" de Bárbara Mingo. Encontré este libro recomendado en varios ámbitos, además había ganado el premio "Tigre Juan" donde competía con más de cuatrocientos trabajos narrativos y del que habían dicho que este libro es «acto de libertad creativa que salta, con descaro y desenfado, sobre convenciones literarias y géneros fosilizados». 

 Y claro me entró una curiosidad... Así que se lo pedí a los Reyes Magos. La casualidad fue que el día 5 de enero escuchando en RNE "La estación azul" justo se hablara de él con la autora. 

No es una novela, es ensayo. Se trata de la recopilación de varios artículos que Barbara Mingo ha ido publicando en diversos sitios como la revista "Letras Libres", otra publicación e incluso un blog. Cuando comienzas a leerlos te parecen como entradas de un diario. 

Y lo cierto es que me gusta ese tipo de lectura que parece arrancada de un diario donde se recoge, como a vuelapluma, el mundo. Lo que hay en el exterior mezclado con el interior de alguien. Siempre me ha resultado muy atractivo. Aquí no hay trama que valga, si acaso muchas subtramas cortas, aleatorias, desperdigadas. Es todo aparentemente improvisado, se salta de unas cosas a otras. Pero esa improvisación es solo en apariencia claro, porque inmediatamente adviertes que nada de eso, que está pensado, bien escrito, trabajado el texto. 

Reconozco que al principio el libro no acababa de engancharme, pero a medida que iban pasando artículos cada vez me atrapaba más, creo que están más logrados los de las últimas partes del libro, o al menos a mí me han conmovido más. No es fácil de contar, hay que disfrutar simplemente del placer de leer esta forma de hacer literatura. 

Tiene un prólogo de David Gascón. Y luego lo ha dividido en cinco partes: I. El mundo en que vivimos, II. Turistas de nosotros mismos, III. Subastas de cuadros antiguos y IV. Los mamíferos y los demás. 

Recuerdos, sueños, retazos de conversaciones, viajes, alusiones a la música y los músicos, a películas, todo cribado por la particular mirada de la autora. Su escritura también tiene mucho de poética, de imágenes, de captar el detalle, de sacar lo más profundo de lo rutinario, de lo cotidiano. 

En fin... Sé que no es un libro que pueda agradar a cualquiera. Pero cada vez yo lo iba disfrutando más. 


lunes, 3 de marzo de 2025

"The book of Mormon" en el teatro Calderón

 




No es mala forma de comenzar un mes, yendo al teatro ¿Verdad? Ojalá todos los comenzáramos así, aunque os confieso que sigo fiel al propósito de que no me falte ni uno solo sin mi dosis teatral, es justo y necesario, es mi deber y salvación. Imagino que cuando llegue el verano será más complicado, más que nada porque escasean las obras, pero bueno, despacito que todo se andará. 

En este mes el comienzo lo ha marcado un Musical, y ¡menudo Musical!

En el Teatro Calderón viendo “The book of Mormon” no veáis qué diferente se ve un día lluvioso.

 Me gustó mucho, la verdad.

Solo por ver a esos dos protagonistas tan diferentes interactuar, a ese cuerpo de baile tan maravilloso danzar por el escenario, o escuchar a esa orquesta metidita en el foso de debajo del escenario y a sus solistas entonar que no veáis, merecería la pena. El protagonista bajito y gracioso (Alejandro Mesa) me encantaba. Pero, además, ese humor absolutamente irreverente al final te hace reír, quieras o no quieras y eso que a veces... se pasan pero bien. 

Es un delirio, un delirio religioso basado en la religión de los Mormones. Todos hemos visto a esas parejitas de jóvenes apuestos, trajeados, con sus camisas blancas, bien peinados y armados con su libro por las calles. Pues de pronto estamos ahí con ellos en plena Uganda intentando bautizar a unos pobres que ya tienen bastante con lo que les ha tocado.

 No os cuento más. Solo deciros que no es apto para personas con convicciones religiosas arraigadas, es un humor de lo más blasfemo, ácido e irreverente, se podrían sentir incómodos. 

Pero lo cierto es que, en conjunto, es todo un espectáculo, uno de esos Musicales, que una no va a olvidar fácilmente. 



sábado, 1 de marzo de 2025

"La hermana de" y Liberty Valance

 



E
n ese grupo donde yo soy "la hermana de" hasta mi nombre está ya pillado. 

Pero, lejos de importarme, disfruto mucho del título.  

Porque cuando una es de papelitos secundarios o incluso, desde aquellas lejanas funciones del cole, es feliz con ser solo voz, hasta lo agradeces. Así que cuando me toca ejercer de "hermana de", que es a menudo porque en casa teníamos aquel carné de familia numerosa, no solo estoy cómoda sino que me siento arropada y sobre todo orgullosa. Yo sería mucho peor si no hubiera tenido los hermanos que tengo. Pero en ese grupo, decía, donde ejerzo de añadida, nos juntamos hijos, padres, hermanos, amigos de los amigos del que nació detrás de mí. Y cuando ocurre, miro a mi alrededor y admiro la variedad armoniosa de edades, parentescos, querencias, y me sonrío. Es bonito, imagino que lo sabrán, el logro de juntarnos a tantos diferentes para algo lúdico. 

Esta vez nos apretujamos en una pequeña sala de cine. Ya en otra ocasión había disfrutado con ellos de "Atraco a las 3". Qué buena. "Fernando Galindo, ¡Un admirador, un amigo, un esclavo, un siervo!"

Pero ahora tocaba una del oeste. El bueno de James Stewart y el mítico John Wayne luciendo esas posturitas suyas de vaquero de pocas palabras pero valiente hasta morir, apoyándose sobre una pierna mientras humea el cigarro entre sus dedos. "El hombre que mató a Liberty Valance". Un clásico que, sin embargo, yo no había visto, qué infeliz, y disfruté un montón. 

Cuando comenzaron las citas cinéfilas solo eran para los del grupo, se trataba de que los hijos conocieran y valoraran pelis antiguas. Afortunadamente, y con el tiempo, pensaron lo de la sala pequeña de cine y engordaron el grupo con la familia, los amigos... Y ya sabes: Al principio parece que se va a quedar la sala medio vacía y al final hay que recortar que no cabemos. Y que si yo llevo a éste y tú a aquel, total 43 butacas pero espera que hay que sumar un montoncito de sillas plegables. 

¿Y esa suerte de acabar en un cine solo para los "de casa"? Todas caras conocidas, familiares o casi familia, asistiendo juntos y expectantes, en la oscuridad, al triste destino del hombre que mató a Liberty Valance. 

En ese grupo de amigos donde yo solo soy "la hermana del que nació detrás de mí", supieron encontrar el secreto para seguir juntos a pesar de tantos vaivenes, el paso del tiempo y los trabajos, las bodas y los hijos, los azares de la vida. Qué ejemplo de amistad y saber vivir. 

Qué mérito. Ole.






jueves, 27 de febrero de 2025

Homenaje a Aureliano Cañadas en el Círculo de Bellas Artes. Reseña

 




"Si nos hubieras visto Aure, allí a todos reunidos leyendo tus poemas..."

Quizá hasta es verdad que existe otra realidad, otra vida, qué sé yo, un agujerito por el que realmente nos estaba mirando sin poder disimular esa sonrisilla suya. Si nos viera... Eso pensaba yo mientras tenia lugar el homenaje que le estábamos dando las dos tertulias a las que asistía: La de poesía del Círculo de Bellas Artes y la literaria nuestra, Rascamán. Lo organizaron los dos coordinadores: Alfredo Piquer, del Círculo y Javier Díaz, nuestro coordinador de Rascamán. Y qué bien lo hicieron.

Nuestro Aureliano Cañadas, poeta y amigo, frecuentaba las dos y había hecho mucho por acercarnos. todos coincidíamos en eso. Su típica frase: "Niña te tienes que venir a esta tertulia..." Niño o niña, como él nos llamaba a todos, sacando a pasear su deje almeriense. Hablaba a los demás de nosotros, nos juntaba, hacía porque nos conociéramos, porque disfrutáramos la literatura juntos. De su mano llegaron muchos compañeros que se quedaron. Era único inventando aventuras literarias, las exposiciones: de radiografías con textos, la de los guantes después y ahora la que nos traemos entre manos y que queremos exponer en mayo, la de las hojas: "Lo que la hoja te cuenta". Otras veces nos traía cuadros que nos regalaba de composiciones con hojas secas y sus poemas. A mí, ya lo he contado mil veces, incluso me regaló una macetita donde me traía un laurel: "Niña te voy a laurear". Al principio solo venía de visita a nuestro taller, eran finales de los 90, y participaba con nosotros en aquellos recitales de fin de curso. También le recuerdo en un café cercano al trabajo escribiendo en una mesita apartada, al principio de conocernos, cuando aún no se había jubilado y coincidíamos por los Ministerios. Hacía tantísimos años que Aure estaba cerca, si se trataba de escribir. Al final se quedó siempre. Porque él era así, le sobraban las ganas, las ideas y, aun siendo nuestro sabio, valoraba nuestra opinión cuando nos leía un poema nuevo, o incluso "perpetraba" (como decía Javier) un fado con su vocecita queda. Es lo que tienen las tertulias en la que a veces incluso cantamos, y Aure nos cantó muchas veces. 

Todo eso pensaba yo mientras leíamos sus poemas. Le habría gustado vernos allí, a su familia, a sus dos tertulias, todos a una echando a volar poemas de sus diecitantos poemarios. 

Reencontrarnos con antiguos compañeros de letras, con amigos de otras tertulias, con amigos. 

Fue un acto de concordia, de compartir la literatura y disfrutarla, rindiéndole el homenaje que se merecía.

Gracias Aure, nos volviste a juntar niño.










lunes, 24 de febrero de 2025

Homenaje a Aureliano Cañadas, poeta y amigo, el próximo miércoles 26 de febrero a las 19 horas

 



Este miércoles 26 de febrero, a las 19 horas, en el Círculo de Bellas Artes haremos un recital de homenaje a nuestro compañero Aureliano Cañadas que falleció el pasado diciembre. 

Nos hemos juntado unos cuántos compañeros de las dos tertulias que frecuentaba, la nuestra "Rascamán", y la del Círculo de Bellas Artes. Participarán también sus hijas: Carmen y Celia.

Tendrá lugar en el edificio del Círculo de Bellas Artes, en la sala Ramón Gómez de la Serna, en la 5ª planta. Está situado en la C/ Marques de Riera, 2 esquina con la C/ Alcalá, 42.

También podéis conectaros por zoom:

Datos para conectarse:
ID de reunión: 86315461855  Clave: 802755


Estáis todos invitados. 

Leeremos sus poemas, cada uno leerá el que él mismo ha elegido, y nos acordaremos juntos de cuánto nos regaló con su compañía. 


viernes, 21 de febrero de 2025

Las cañitas de los viernes

 


Eran aquellos tiempos en los que, aún, todos íbamos de lunes a viernes a trabajar a la oficina. ¿Teletrabajo? aquello era ciencia ficción. Aunque, en realidad, para algunos lo sigue siendo... Pero ¿para qué desviarnos con cuestiones amargas? si lo cierto es que hablábamos de entonces, cuando nos veíamos a diario, cuando coincidíamos al menos ocho horas compartiendo "penas y madrugones" de la vida laborable. 

Quizá poco tuvieran que ver una interesante Jefa de Pagaduría con la champiñona de Información y Registro, el atractivo conductor del Parque Móvil con el simpático y reivindicativo ordenanza, y el enrolladillo chaval del pendiente de Habilitación con el pibón de los ojos azules de Seguridad. 

No compartíamos ni labores, ni vidas pero ¡bendita coincidencia! lo de vivir todos de aquel río con un nombre tan paradójicamente similar a "trabajo". Íbamos al "Tajo", pero no hubo receta mágica, salvo el trato y la conversación, las risas y los viernes. Sobre todo ¿os acordáis? esas cañitas antes de irnos de fin de semana. ¡Benditas cañas!

Pronto las cañitas de los viernes se convirtieron en la comida de esos viernes, y luego la copita, y después cenar y ya total: lo que sigue. Y terminábamos viendo amanecer y saltando juntos abrazados mientras cantábamos aquello de ¡nos queremos! La pura y etílica exaltación de la amistad con nadie la he vivido como con ellos. 

Me atrevería a decir que ninguno de nosotros pensaba que treinta años después seguiríamos buscando fechas para coincidir. En taytantos años ocurren muchas peripecias vitales. Las casadas se separan, los solteros se casan y algunos nos enamoramos y desenamoramos y volvemos a enamorar sin dar demasiadas explicaciones salvo a quién importa. 

Y ellos me importan tanto...

Aquellas frases de "Aquí va a pasar algo bonito" o "Muy mal se nos tiene que dar para que esta noche..." de haber sido ciertas fue con ellos. "Iba Lobo López tragando saliva" o "Que gustito pa mis orejas". Hemos bailado, cantado, reído... Guardan memoria tantas fotos de nuestra alegría.

La vida nos ha zarandeado de acá para allá a su santa voluntad mientas nos hemos ido curtiendo. Y perdimos cabellos y ganamos canas, perdimos cañas y ganamos fiestas de agosto, perdimos amaneceres, pero ganamos atardeceres tras todo un día juntos reordenando y recontándonos qué pasó desde que lo aparcamos. Hasta la próxima. Que tenemos que repetir ¿eh?

Y todo para continuar con esta certeza de que, aunque siga compartiendo con ellos mi vida a saltos, aunque la vida nos haya juntado a otros, aunque ya alguna viva el júbilo del jubilado, los demás estemos en otros trabajos mucho mejores, ole, y algún despistado se nos distrajera, aunque hayan pasado diez trienios os prometo que yo seguiría saltando abrazada a ellos, vaya si seguiría, como cuando éramos locos y gritábamos ¡Nos queremos!