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sábado, 23 de septiembre de 2023

Palacio de Adanero de Madrid

 


 Una vez trabajé en un palacio. 

Llevaba el nombre de la Condesa que había comprado un solar a principios del siglo XX en una parte del terreno donde había estado ubicada la Real Fábrica de Tapices. La Condesa era viuda ya para entonces, pues su marido había muerto de una caída de caballo. Para sus hijos y para ella misma, encargó construirse un palacio en esa zona de Madrid conocida como "el ensanche" según el plan Castro. Tras dos años se haría realidad un palacete que hacía esquina en el número 7 de la calle Santa Engracia. 

El palacio solo había resisitido como vivienda familiar de la nobleza madrileña unas décadas, desde el año 1913 hasta los años cuarenta del siglo XX, cuando tras las vicisitudes de la guerra civil, se lo vendió al Estado.  

Sin embargo, más de ciento diez años después, cuando yo lo conocí, conservaba el aire palaciego en la enorme entrada para carruajes y en los suelos de madera pulidos y abrillantados que se quejaban bajo nuestras pisadas, en los motivos ornamentales de los techos y en la preciosa escalera que subía a la planta noble con una barandilla decorada con motivos modernistas. Conservaba el aire palaciego en las chimeneas de las habitaciones y en una vistosa y gran cristalera, en los pesados radiadores labrados y en la sala larga de reuniones que un día había sido el salón de baile de la planta baja donde los ventanales eran enormes para poder lucirse de cara a la calle. 

Era un edificio señorial y estaba muy bien cuidado. Todavía seguía siendo un palacio de la nobleza de principios del siglo XX en múltiples detalles que Patrimonio no dejaba que se perdieran y con los que convivíamos los que trabajábamos o habíamos trabajado en él. 

De todo él yo me quedaba con el tesoro de una biblioteca de madera oscura en la planta baja que me encantaba y cuyo silencio yo respiraba siempre que podía asomarme entre los grandes cortinajes que la protegía de la luz y las miradas. Me quedaba también con su historia, esa que arrastraba una noticia antigua del año 1927, de la fatídica tarde que al yerno de la Condesa lo mató de un golpe en la cabeza el ascensor que aún conservaba el edificio. 

Para mí ese lugar siempre será muy especial, el tiempo que estuve allí trabajando lo viví con intensidad y de él guardo preciosos momentos y afectos. Con ese poso escribí un relato, mitad realidad mitad ficción, que de vez en cuando reescribo. Un relato que irá creciendo conmigo poco a poco, porque mucho de él, para mí, también ocurrió. 

Aquella vez trabajé en un palacio. 

El palacio de la Condesa de Adanero de Madrid. 






lunes, 11 de septiembre de 2023

Volver a Madrid

 


Volver a Madrid.

Dejar que las nubes nos hagan sitio en el cielo de esta ciudad nuestra

donde cabemos tantos. 

 

Traer la maleta llena de paisajes y faros, de caras nuevas y risas, de mar y viento.

Bien llena.


Volver a Madrid.

Volver.

Y dejar que septiembre nos permita terminar otra vuelta al sol, 

ya en casa.


 

jueves, 31 de agosto de 2023

Adiós agosto. Madrid

 



De aquel agosto recordaré lo deprisa que me llevaba aquel autobús.

Aunque, si los que se fueron me preguntan, contaré lo habitable que se vuelve mi Madrid en ese mes, hablaré de los colores de sus cielos mágicos y el silencio de sus calles desiertas, hablaré del calor infernal y mi leal ventilador. 

Diré incluso que, a pesar de seguir guardando 31 días, mi querido mes cada vez dura menos. Diré que no sientes que ha llegado hasta andar mediada la segunda semana, y casi termina bien entrada la tercera. No más. Diré que agosto ya es otro agosto: más corto, más acompañado, menos mío y más de todos.

Eso haré. 
 
Y si aún así me insisten, contaré de objetivos cumplidos y cielos preciosos, describiré el sonido de mis pisadas en las calles desiertas, los saltos sobre espontáneos aspersores refrescando las aceras, el peregrinaje al que obligaban los bares acostumbrados cerrados y la eternidad que uno consume en los andenes de los metros y las paradas de los autobuses. 

Cuando me pregunten, desenredaré la madeja que acostumbran a escuchar y esperan. Pues las palabras no han de ser de verdad o mentira, sino solo verosímiles.

Aunque de aquel agosto, en mi interior, no esté recordando todo aquello, sino añorando y mucho, lo deprisa que me llevaba aquel autobús a desayunar contigo.









jueves, 10 de agosto de 2023

Tiene agosto las verjas bajadas... Agosto 2023

 



Tiene agosto las verjas bajadas, y te regala otros paisajes, colores y mensajes. 

Tiene las calles generosas y te devuelve el sonido perdido de tus propias pisadas.

Se fue el tráfico, se acallaron los semáforos,

se alejaron las bulliciosas voces. 


Los árboles alfombran los bulevares de diminutas flores amarillas,

que frágiles, sobreviven en las aceras

echando un pulso a los madrugadores barrenderos. 

Madrugan también los perros.

Madruga este infernal calor. 

¿Quién dijo que Madrid no tenía olas?

Sobre ellas surfeamos

los árboles, los perros, y yo. 

 

Ojalá pudiera guardarme para siempre

este Madrid de verjas bajadas.

Guardarme de una vez esta ciudad entera,

este Madrid que despierta intacto

cada día de agosto

solo para nosotros.

agosto 2023






lunes, 24 de julio de 2023

Anuncios antiguos por el metro de Madrid: Estación de Metro de Sevilla y Bilbao

 

Estación de metro de Sevilla de Madrid

 

Mira Mari pues que vas por el metro de Madrid y ¡zas! a la que te descuidas, tropiezas con huellas de tiempos remotos que se quedaron durmiendo el sueño de los justos. Como te lo estoy contando. Durmiendo, y lo que es mejor, a salvo cobijaditos en cualquier rincón. 

Pa chasco no lo voy a saber. Pues claro que sé que existe la estación de Chamberí de la línea 1. ¿Por quién me tomas? Donde no solo es que haya quedado alguna huella sino que la descubres igualita que cuando funcionaba. Echále. Impecable toda la estación. Ordenada, limpita, un primor. La cerraron en el 66 porque los nuevos vagones no se adaptaban a ese andén, y después de permanecer sin utilizarse mucho tiempo, la adecentaron y ¡hala! en un pispas organizaron horarios y visitas guiadas para que pudiéramos disfrutarla en su esplendor de entonces. ¡Y hay que ver cómo ha cambiado el metro con el paso del tiempo! ¿Que no? Una barbaridad. Pues claro mujer. De aquella visita ya hicimos una entrada en este blog.

Pero independientemente de Chamberí, ahora te estoy hablando de otros detallitos muy apañados. Que siii. Escucha: Carteles antiguos que han quedado en otras estaciones. 

Si no me interrumpieras... Te lo contaría. Pues cómo por ejemplo en la estación de metro de Sevilla, en la línea 2 y casi a la salida, donde puedes ver un cartel publicitario de Sales de Carabaña hecho de azulejos blancos. Azulejos de toda la vida. Pero como si los acabaran de poner. Hasta relucientes parece que están. Lo he colocado, tal cual, encabezando esta entrada. Como dice la cartela de debajo de este párrafo: ¡gracias a Dios que lo encontraron cuando hicieron obras de mejora en el año 2019! Así podemos disfrutarlo. Es una joyita ¿verdad hija?



Y luego también, que no he terminado, tenemos otro anuncio en la estación de metro de Bilbao, dentro de una hornacina, y en los pasillos que van hacía la línea 1 desde el vestíbulo de la entrada que hay en la glorieta.

Pues ¡vete tú a saber los años! que estuvo ahí semi escondido deteriorándose lustro tras lustro. Lo descubrieron cuando retiraron un kiosco que había delante. Imagínate, ahí cogiendo mierda na más. Menos mal que que también lo restauraron no hace mucho. La restauración duraría un par de meses. ¿Y yo como lo voy a saber? Pues leyendo Mari, leyendo. Que en los libros se aprende mucho, y en los rotulos de la calle, también. Como el anterior, también es de azulejos aunque enorme, y en vez de ser de sales es de Radioseguro, una empresa de reparación de radios. 

"Radioseguro. Presencie la reparación de su radio garantizada por un año". Rezaba el anuncio.

La estación de metro de Bilbao es más antigua que el hilo negro Mari. Es de la línea 1, y la inauguraron en el año 1919, acuérdate de que asistió el Rey Alfonso XIII, así que el anuncio tiene que ser bastante antiguo. ¡¿Pero cómo voy a pensar yo que tú eras de aquel tiempo?! Pero que es sabido Mari, es sabido. Sí, mujer, de aquellos años en los que la radio era muy importante, aunque imagino que de alguna década posterior, porque he leído que la primera emisión de la radio en España fue en noviembre del 1924. Imagínate tú, de los tiempos de Maricastaña. Luego llegó su éxito y por tanto los aparatos de radio y sus reparaciones. ¿O ya no te acuerdas de cuando tú eras jovencita y todo el mundo escuchaba el transistor? ¿No me digas que de eso no te acuerdas? Que de lo que quieres bien te recuerdas... Así que el anuncio será posterior. ¿Finales de la década de los 20 o década de los años 30? Pues echa cuentas. Seguramente.

En la restauración que han hecho ahora han colocado también algunas fotos de la época para adornarlo. De lo más requetebien lo han dejado.

Y cómo luce ¿verdad?

Pues eso Mari, no te digo más, que hay que ir por la vida con los ojos bien abiertos. Pero bien abiertos.

Y venga maja, que ya estamos tardando. Hasta más ver. Otro día te cuento más cosas. Hija qué pena, tener marido y no tener cena. Pero eso ya... si eso, otro día.


Estación de metro de Madrid







jueves, 20 de julio de 2023

Hemingway por Madrid. Visita guiada

 


  Un sábado por la tarde y de julio, a priori, no parece el mejor día para ir de visita guiada por Madrid. Un 15 de julio, también es verdad, parece que hubiera apetecido más relajarse cerquita del mar. No seré yo quién lo discuta. Sin embargo, por razones que no vienen al caso, la vida esa tarde se presentó literaria y lo que es mejor, climatológicamente más fresca que las anteriores y hasta ventosa, lo cual ayudaba bastante a que pudiera serlo.

Así que los veintitantos "raros", por qué no decirlo, que nos juntamos en la carrera de San Jerónimo en torno a la figura de Hemingway, nos fuimos a conocer el Madrid del escritor, con quién habíamos quedado para que nos enseñara los lugares que frecuentaba cuando tanto gustaba de visitar nuestra ciudad. 

Hay gustos para todo. Pues sí.

 

La visita comenzó en la Pensión Aguilar, donde se alojó la primera vez que vino a Madrid, hace la friolera de cien añitos. Y ahí sigue la pensión en plena Carrera de San Jerónimo totalmente activa en sus funciones. Nos contaba el escritor encarnado en el cuerpo de la guía que aquí estuvo alojado entre 1923 y 1926 cuando se encandiló de nuestra ciudad. 


 

De ahí salimos para enfrentarnos a ese sol de justicia que lucía a las seis y pico de aquella tarde. Y cuesta abajo, algo es algo, nos encaminamos hasta el Hotel Palace donde también parece ser que había estado hospedado nuestro autor. Ya se nos avisó de que la visita no era cronológica, que tampoco era cuestión de estar dando tumbos por ese Madrid veraniego, la habían ideado para que hiciéramos un círculo que favoreciera la caminata, aunque hubiera que saltar la cronología. 


 

Nos paramos a la sombra de los arboles que hay justo enfrente de las Cortes y allí recordamos libros como Fiesta, y al barman de su libro recordando a Perico Chicote, a quién por aquellos tiempos había conocido nuestro escritor, más que asiduo a los cócteles y las barras. Perico Chicote había sido barman del Ritz, y después de un lujoso lugar cerca del Hotel Palace, codeándose con lo más granado de aquella época (estrellas de Hollywood, toreros, políticos...) para terminar fundando en el primer tramo de la Gran Vía, que entonces se llamaba Conde de Peñalver, el famoso Bar Chicote. 


 

De ahí echamos a andar de nuevo los veintitantos un buen tramo y terminamos en la Plaza de Santa Ana, donde también a la sombra recordamos dos lugares míticos de los que era muy conocedor Hemingway: La Cervecería Alemana de la que opinaba el escritor que era un buen lugar para tomar cervezas y café y el Villa Rosa, un lugar histórico de la noche madrileña. También aquí nos habló la guía de la amistad que tenía Hemingway con dos toreros muy importantes que compartían lazos familiares: Manuel Ordoñez y Luis Miguel Dominguín. A Hemingway la primera vez que vino a España le dijeron que tenía que ir a los toros sí o sí, y que podían ocurrir dos cosas: O no le gustarían nada o le encantarían. Y resultó la segunda de las opciones. 

 

 


 
Siguiendo con nuestro círculo por el centro de Madrid persiguiendo el recuerdo de Hemingway por nuestra ciudad y sus libros, nos fuimos hasta el restaurante Botín, a la espalda de la Plaza Mayor en la calle Cuchilleros. Otro clásico de la hostelería, dicen que es el restaurante más antiguo del mundo, y lo frecuentaba y mucho nuestro escritor. También dicen que aquí Goya fregó platos y Hemingway aprendió a hacer paella. 

 

De aquí nos trasladamos, tras otra buena caminata, y ahora cuesta arriba, hasta la plaza del Callao. Esta parte era la que yo ya conocía mejor de la vida de Hemingway. Aquí hablamos de los tiempos de la guerra civil, que coincidieron con la segunda vez que vino el escritor a Madrid. Aquí nos saltamos la cronología y dimos un paso atrás, porque ya habíamos hablado de la primera y la tercera vez que vino, pero nos faltaba esta vez, cuando sabiendo de la guerra quiso colaborar con la República y volvió a nuestro país. Se estuvo hospedando en el Hotel Florida, donde estaban todos los periodistas internacionales, ubicado donde ahora está El Corte Inglés y antiguamente Galerías Preciados. Recordamos cuando a este tramo de la Gran Vía se le llamaba la Avenida de los obuses al estar el frente de la Ciudad Universitaria tan próximo, ser el alto edificio de la Telefónica un blanco fácil y porque, como ya sabíamos también por los libros de Barea, La Forja de un rebelde, durante el tiempo que duró la guerra este edificio sirvió de gabinete de prensa para los corresponsales extranjeros. Y Hemingway, Antoine de Saint-Exupêry y John Dos Passos enviaban sus crónicas desde ahí. 


 

 


Y de aquí otra vez nos pusimos en marcha, Gran Vía adelante, para llegar hasta el hotel Tryp Gran Vía que presume en su fachada de haber sido uno de los sitios visitados por el escritor quién también le menciona en alguna obra. 

 


 



 Y de aquí, seguimos caminando por la Gran Vía hasta llegar al Bar Chicote, del que ya hemos hablado. Un lugar mítico. Una de las escenas de la obra de teatro Quinta columna del escritor se desarrolla en este Bar que ahora se llama Museo Chicote. El dueño había ido coleccionando botellas de licores de todas partes del mundo y llegó a tener una buena cantidad de ellas.

 

Disfrutar de visitas guiadas por Madrid, sea en la estación que sea, siempre está condicionado por los vaivenes de esta bulliciosa y viva ciudad, y como podía ser menos, también tropezamos con un evento. Se trataba de uno programado de Formula 1 en los alrededores de las Cibeles que había esa misma tarde y concentró a un montón de personas, calles cortadas, y muchísimo ruido. Así que la visita, aunque inicialmente tenía que haber terminado en el Hotel Suecia, muy cerca del Círculo de Bellas Artes, concluyó enfrente del Museo Chicote. 

Allí hicimos un repaso de la última vez que vino Hemingway a nuestra ciudad, en la década de los años 50, cuando se alojaba en este hotel Suecia, donde además tienen un Coctel bar que lleva su nombre. 

En la visita conocimos un escritor estadounidense muy encariñado con nuestra ciudad. Vividor, mujeriego, se casó varias veces, según la guía era muy amigo de sus amigos hasta que se enfadaba con ellos mostrando su carácter colérico y caprichoso. En sus últimos tiempos le pasaron factura los excesos con el alcohol y andaba deprimido, y fue cuando escribió "El viejo y el mar", hasta que se quitó la vida de un disparo en el año 1961.


Me he extendido un poco más de lo que pretendía, pero me parecía que menos podía convertirse en un telegrama del tipo "Pasé por aquí. Besos. Hemingway". En fin. Es dificil dar con la medida perfecta. En cualquier caso, nuestra cita con Hemingway fue mucho más de lo que he contado, por supuesto. Formaba parte de las visitas de "Pasea Madrid", en las que los guías cuenta muchísimos datos y anécdotas, que tampoco era cuestión de transcribir.

Pero espero que para haceros una idea, al menos, sí que os pueda valer. A mí me pareció muy interesante.Si tenéis oportunidad y os apetece quizá para otoño podría estar bien.



jueves, 22 de junio de 2023

Presentación de la novela "Septiembre" de David Lerma

 



Mi querido y admirado amigo de letras David Lerma ha publicado su segunda novela "Septiembre". Hace años publicó "Tiempo de orquídeas".

Si hablamos de presentaciones de libros tenemos que decir que las hay de muchas formas y colores, hace pocos días reseñaba la de mi también querido Juan Bautista Raña ("Cuando rugió la Habana") como una de las más divertidas a las que he asistido nunca; pues bien, la presentación de la novela de David Lerma si quisiéramos resumirla en una sola palabra, indudablemente sería la de "entrañable".
 
Nos reunió a todos en el café librería "Maria Pandora" de Madrid, un lugar donde ya he asistido a muchos actos literarios, que tiene mucho encanto en la zona de Las Vistillas, muy próximo al viaducto. Y lo llenamos. 

A David le conozco hace 25 años, los mismos que llevo asistiendo a mi tertulia literaria. Cuando yo llegué él ya estaba allí, como el dinosaurio de Monterroso. Y fue conocerle y comenzar a quererle. No solo por su personalidad noble, sin doblez, respetuosa y educada, sino también por su talante conciliador y reflexivo. Nunca me ha quedado la menor duda de la gran suerte que tenemos de tenerle.

David es un lector concienzudo y voraz, pero tiene vocación de novelista. En lo que yo pienso un relato él tiene la idea de su novela. Después ya solo queda buscar sus millones de ratos solitarios, a costa de la familia y el ocio, para sentarse a inventarla. Ya solo queda experimentar ese raro placer no exento de cierto sufrimiento que conozco tan bien. La de horas y años que ha invertido mi amigo en esta última. La de veces, creo que unas veinte, que le ha dado la vuelta corrigiéndola, la de tiempo que ha condensado en palabras y frases, diálogos y capítulos. Pero no lo puede evitar, si ya se le ha metido dentro tiene que sacarla. Y yo le entiendo, le entiendo muy bien. 

"Septiembre" ha sido publicada por Ediciones Agoreiro y está ambientada en Madrid, en la zona sur de Madrid, en Legazpi, Villaverde... Sus 300 páginas son apenas cuatro días en la vida de sus dos personajes principales, dos trabajadores en paro que se han compinchado para dar un golpe que de una vez los saque de la ruina económica en la que están inmersos en ese 2012. Es una novela que se estructura en quince capítulos y donde abundan los diálogos mientras se abordan un abanico de temas sociales: la crisis, la migración, las relaciones familiares y de pareja, nuestro pasado como dictadura, nuestro presente... Una obra muy actual. 

El martes, día 20 de junio del 23, cómo os decía fue la presentación y David hizo biografía, cómo nos gusta llamar a esos momentos que sabemos que ya van a ser inolvidables. ¿Cuántas veces uno tiene la oportunidad de presentar en sociedad todo ese tiempo invertido? ¿Cuántas veces uno reúne a tanta gente querida en torno a su pasión? David lo hizo. Y allí estuvimos todos los que le queremos y admiramos. 

La presentación estuvo a cargo de Javier Díaz Gil, nuestro coordinador de la tertulia, que hizo una disección pormenorizada de la novela. Os voy a pegar el enlace a su blog para que podáis leerla. En la presentación no se extendió tanto, pero aquí podéis ver la gran variedad de temas que toca David en la novela. Javier Díaz Gil: Texto de mi presentación: 20/05/2023. Madrid: Presentación de la novela "Septiembre" de David Lerma Martínez (javierdiazgil.blogspot.com)

Participó otro compañero, Juan Calderón, buen compañero también, además enorme poeta y artista polifacético que leyó una carta del editor que no pudo estar presente, vive en Galicia. Y también participó Nieves, la hija de David y estrella de la presentación, con su desparpajo y espontaneidad nos conquistó a todos nada más poner un pie delante del micrófono. 

Quería dejaros con unos vídeos de la presentación, unos momentos robados a esa tarde, para que podáis asistir de alguna manera a lo que vivimos. Por supuesto, no es como estar, pero mejor que nada yo creo que sí puede ser. 

Os animo a leer las últimas novelas de mis compañeros de tertulia, están impecablemente escritas, son historias muy trabajadas, bien estructuradas, que te atrapan y no tienen nada que envidiar a otras mucho más conocidas. 
 

 









jueves, 15 de junio de 2023

Centro Cultural Emilia Pardo Bazán, exposición "Manuel Benedito pasión por la pintura"

 


Llevabas tiempo queriendo conocer el nuevo Centro Cultural Emilia Pardo Bazán de Madrid. Pero tu ciudad no se acaba nunca mientras que el tiempo, sobre todo el dedicado al ocio, lamentablemente sí. 

Así que sin darte cuenta volaron algunos meses hasta que al fín un caluroso mediodía entre la jornada laboral de la mañana y la tarde te escapaste, y por fin pudiste bajar a los bajos de la Castellana, en el distrito del barrio Salamanca y a la altura de Colón, donde pudiste conocerlo. Qué bien que hayan recuperado ese espacio para actividades culturales ¿No?

Te perdiste la exposición dedicada a la escritora. Doña Pardo Bazán vivió muchos años en la capital y además está enterrada a pocas manzanas. Sabías que en el nuevo Centro Cultural había una exposición dedicada a ella, pero ya no estaba. Ohhhh. Una lástima. Seguro que te hubiera gustado. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, y te encontraste con la del pintor Manuel Benedito que no conocías.

 

La exposición no es grande, una pared con algunos paneles, pero claro es un centro cultural te dices, no es una sala de exposiciónes ni un museo, y te vino muy bien para hacerte una idea de su persona y trayectoria. 

Manuel Benedito ahora sabes que nació en el 1875 en Valencia, donde fue discípulo de Sorolla, y con el que vino a Madrid. Fue retratista, paisajista, costumbrista y pintor de viajes. Fue ilustrador en revistas como Blanco y Negro y España Moderna. Pasó por Roma y volvió a Madrid donde tuvo su estudio en la calle Nuñez de Balboa núm. 4 y donde ahora hay una placa señalándolo. Ahora sabes también que existe una fundación desde el 2022 que lleva su nombre por iniciativa de Vicenta Benedito, sobrina e hija adoptiva del pintor, y que tiene como finalidad principal la difusión y el estudio de su obra así como la exposición de los fondos disponibles, para ofrecer una panorámica de su pintura. La colección se ubica en un espacio construido en el lugar donde estuvo la casa-estudio de Manuel Benedito desde 1927 hasta su fallecimiento y que en la actualidad es la sede de la Fundación.

Tuvo muchos encargos durante toda su vida y éxito. Fue elegido Académico de Número de la Real Academia de Bellas de San Fernando y heredó el puesto de profesor que dejó Sorolla. 

Murio en Madrid en 1963. 

Y ahora que sabes todo ésto que no sabías, piensas la de veces que habrás pasado por allí, por la calle Nuñez de Balboa, 4 y no has advertido esa Fundación. Piensas que la próxima vez no solo tendrás que fijarte mejor sino que deberías hacerle una visita. Y sobre todo vuelves a asombrarte de que esta ciudad, de que Madrid, no se te termina nunca. Qué suerte. 

 




 





viernes, 9 de junio de 2023

"Hasta el cuarenta de mayo..."

 


 Dicen que la primera referencia escrita a lo de "Hasta el cuarenta de mayo..." fue publicada en el año 1896.

¡1896! Mucho más de un siglo. Si eso es escrito, imposible saber cuánto tiempo llevaremos diciéndolo. La tradición oral es muuuy larga. Sin embargo nadie duda de que no le falta razón al refrán. 

"Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo".

 "Sayo", palabra derivada del latín "sagum". Y nos dice el diccionario de la Real Academia en su primera acepción que nos referimos a: "Prenda de vestir holgada y sin botones que cubría el cuerpo hasta la rodilla". Y en la segunda que alude coloquialmente a cualquier vestido.

Bueno, pues ya hoy es 40 de mayo, o lo que es lo mismo 9 de junio. Y hubo días en abril que nos quitamos el sayo y lo que no fue el sayo, de la calorina que teníamos encima, para pasados unos días, volvérnoslo a poner. 

Ahora vas por la calle, y a poco que te fijes, ves de todo: botas y sandalias, abrigos y chubasqueros, gafas de sol y paraguas. Ves quién ha cambiado el armario del todo, quién aún no lo ha cambiado y quién tiene el batiburrillo que tenemos la mayoría y según el día abrimos sus puertas y así vamos. Luego ya se verá si nos hemos equivocado o no con la vestimenta. ¿Nos hemos vuelto locos? No, simplemente se ha vuelto a cumplir. 

Ya sabes: Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo.

Hoy el cielo de Madrid amaneció totalmente despejado pero poco a poco una nubes esponjosas vinieron correteando e iban ganándole terreno a ese azul nítido de primera hora de la mañana.

Reconozco que a mí el cielo de Madrid me tiene robada la voluntad. Y hay días, hay 9 de junios, que está especialmente bello ¿no creeis?

¿Será verdad? ¿Mañana ya podremos quitarnos el sayo?

 

viernes, 12 de mayo de 2023

Refugio (bunker) de la Guerra Civil del Parque del Capricho (Madrid)

 


No dejes de escribirme para contarme que te pareció el refugio de la guerra civil del Parque del Capricho. Ya lo sé, no era el primero que veías, y en esos casos uno siempre tiende a comparar. Pero cuéntame de todos modos, tengo curiosidad, dicen que es uno de los mejores conservados de Madrid. 

Cuántas veces hemos paseado por su superficie admirando el lago, el templete y demás, caminando entre los árboles centenarios y chimeneas semiescondidas, de ese elegante Parque cerca de la Alameda de Osuna, donde íbamos todas las primaveras sin saber que debajo teníamos casi intacto un pedazo de nuestra historia bélica. 

Dicen que lo construyeron en 1937 como posible defensa antiaérea. Dicen que se eligió ese lugar por estar alejado del frente de batalla y los bombardeos, por tener el Aeropuerto de Barajas cerca, por ofrecer bajo su arbolado el camuflaje perfecto y porque el Cuartel General del Ejercito Republicano se estableció en el Palacio del Capricho, cuando el general Miaja fijó su residencia y despacho allí, y después el coronel Segismundo Casado.

 

 



No dejes de escribirme para contarme que te pareció bajar los 15 metros de profundidad, sentir cómo iba refrescando la temperatura y podías respirar la humedad mientras te ibas adentrando en sus diferentes salas. 

Cuéntame que te parecieron las paredes blancas y desnudas de sus siete estancias salvo por sus dos líneas de guía, frente a sus suelos decorados todavía con los azulejos de entonces, en buen estado y diferente dibujo según la sala, para que pudieran orientarse si tenían que recorrerlas en la oscuridad o solo a la luz de una cerilla. Que te pareció la pequeña despensa. Y aquella sala de máquinas con sus paredes negras, no por su uso, sino por su utilización posterior para rodar una película de Drácula. 

No dejes de escribirme para confirmarme que aquel refugio nunca fue atacado por el enemigo sino solo por los vándalos que se colaron cuando no estaba tan protegido como en la actualidad. Cuéntame que tras la guerra, el refugio se devolvió a sus propietarios a quiénes se les había expropiado, y después quedó abandonado e inundado. Cuéntame de su uso posterior, cuando llegaron las películas de Marisol, de Dracula, y alguna más, hasta que finalmente el Ayuntamiento de Madrid volvió a ser propietario de todo. 



 


 

 

 

No dejes de escribirme para darme muchos más detalles, para hablarme de sus pesadas puertas, de sus salidas, de los quince días que podrían haber vivido allí de haberse dado el caso para el que fue construido. 

Seguro que te gustó conocerlo, que disfrutaste escuchando su historia, la del por qué existe, y la del azaroso paso del tiempo sobre su destino. 

No dejes de escribirme para contármelo, bién sabes cuánto me habría gustado ir también contigo.

 

2 de mayo de 2023. Refugio de la Guerra Civil del Parque del Capricho. Madrid.