Llevabas tiempo queriendo conocer el nuevo Centro Cultural Emilia Pardo Bazán de Madrid. Pero tu ciudad no se acaba nunca mientras que el tiempo, sobre todo el dedicado al ocio, lamentablemente sí.
Así que sin darte cuenta volaron algunos meses hasta que al fín un caluroso mediodía entre la jornada laboral de la mañana y la tarde te escapaste, y por fin pudiste bajar a los bajos de la Castellana, en el distrito del barrio Salamanca y a la altura de Colón, donde pudiste conocerlo. Qué bien que hayan recuperado ese espacio para actividades culturales ¿No?
Te perdiste la exposición dedicada a la escritora. Doña Pardo Bazán vivió muchos años en la capital y además está enterrada a pocas manzanas. Sabías que en el nuevo Centro Cultural había una exposición dedicada a ella, pero ya no estaba. Ohhhh. Una lástima. Seguro que te hubiera gustado. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, y te encontraste con la del pintor Manuel Benedito que no conocías.
La exposición no es grande, una pared con algunos paneles, pero claro es un centro cultural te dices, no es una sala de exposiciónes ni un museo, y te vino muy bien para hacerte una idea de su persona y trayectoria.
Manuel Benedito ahora sabes que nació en el 1875 en Valencia, donde fue discípulo de Sorolla, y con el que vino a Madrid. Fue retratista, paisajista, costumbrista y pintor de viajes. Fue ilustrador en revistas como Blanco y Negro y España Moderna. Pasó por Roma y volvió a Madrid donde tuvo su estudio en la calle Nuñez de Balboa núm. 4 y donde ahora hay una placa señalándolo. Ahora sabes también que existe una fundación desde el 2022 que lleva su nombre por iniciativa de Vicenta Benedito, sobrina e hija adoptiva del pintor, y que tiene como finalidad principal la difusión y el estudio de su obra así como la exposición de los fondos disponibles, para ofrecer una panorámica de su pintura. La colección se ubica en un espacio construido en el lugar donde estuvo la casa-estudio de Manuel Benedito desde 1927 hasta su fallecimiento y que en la actualidad es la sede de la Fundación.
Tuvo muchos encargos durante toda su vida y éxito. Fue elegido Académico de Número de la Real Academia de Bellas de San Fernando y heredó el puesto de profesor que dejó Sorolla.
Murio en Madrid en 1963.
Y ahora que sabes todo ésto que no sabías, piensas la de veces que habrás pasado por allí, por la calle Nuñez de Balboa, 4 y no has advertido esa Fundación. Piensas que la próxima vez no solo tendrás que fijarte mejor sino que deberías hacerle una visita. Y sobre todo vuelves a asombrarte de que esta ciudad, de que Madrid, no se te termina nunca. Qué suerte.