La escuela de Elizondo "Ikastola" Baztán |
El cementerio de Elizondo |
Un blog para letraheridos. Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y letras. Un blog donde sentarse a leer mientras te tomas un café.
La escuela de Elizondo "Ikastola" Baztán |
El cementerio de Elizondo |
Elizondo (Navarra) |
Elizondo (Navarra) |
Amaiur (Navarra) |
Azpilicueta (Navarra) |
Azpilicueta (Navarra) |
Arizcun (Navarra) |
Pues me ha pillado el toro con las reseñas de los libros que he ido leyendo en este mes pasado, enero de 2025, así que voy a tener que ir haciéndolas más resumidas.
He comenzado el año con Dolores Redondo. Su último libro "Las que no duermen. NASH", lo cierto es que me ha tenido atrapada hasta que lo terminé.
Con esto no quiero decir que me haya gustado mas que su trilogía del Baztán, creo que me ha gustado un poco menos a decir verdad. Pero bueno ahí estuve pendiente de la historia y se lee muy bien, así que no he podido soltarlo hasta que lo terminé.
En esta ocasión parece ser que la idea de la autora es la de que sea el segundo volumen de una tetralogía titulada "Los valles tranquilos". Ya leímos "Esperando el diluvio" ambientada en el Bilbao de los años 80 y ahora llegaría éste.
Se trata de otra novela policíaca donde aquí la protagonista es una psicóloga forense, Nash Elizondo, que acompañada de un grupo de espeleólogos investiga una sima en relación con las leyendas de brujería de esa zona. En esa búsqueda tropieza con el cadáver de una joven que llevaba desaparecida tres años. No os descubro nada porque eso lo lees en cualquier reseña.
Creo que está muy bien ambientada. Tanto geográficamente, que como su trilogía anterior sitúa en el valle del Baztán, aunque aquí en un lugar entre Elizondo, Elbete y San Sebastián. Me ha gustado recalar de nuevo en este lugar. Fantástica ambientación, como siempre. Como temporalmente pues cubre el período de tiempo entre finales de febrero de 2020 y mediados de marzo de ese mismo año, justo cuando comenzó el confinamiento por la pandemia de COVID-19. Y sí que era como recordarlo.
Los nuevos personajes no me han enamorado tampoco tanto como en la trilogía. Salvaría a algunos secundarios como el trío de la funeraria, tres mujeres peculiares pero que están perfiladas de tan forma que han conseguido que empatizara con ellas, me eran creíbles. No me han llenado especialmente ni la protagonista ni su novio. Pero, en cambio, ha sido una buena sorpresa recuperar el personaje de la inspectora Amaia Salazar porque para mí es un personajazo, con una profundidad y un halo de misterio muy especial.
Quizá me ha parecido más flojilla en la parte más de suspense. La atmósfera que consiguió con su trilogía del Baztán, yo creo que aquí no ha logrado alcanzarla. Ya, ya sé que eso es lo malo de comparar distintas historias. Pero es que la maldad que se mascaba en los anteriores, yo creo que aquí no ha conseguido plasmarla tan bien. Y sí que lo he notado. Me ha resultado menos intensa. ¿Se podría achacar a que ya no nos era novedoso? No lo creo, yo aquí no he sentido ese mal rollo que me daba la mala del Baztán, no digo quién era por si todavía, aunque es raro, alguien no los ha leído.
Aún así, es una novela que, repito, se lee muy bien. Y por supuesto en cuánto la autora saque las dos siguientes yo me las leeré porque es un universo el que ha creado que me intriga y me resulta muy atractivo.