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viernes, 8 de noviembre de 2013

"Las escritoras no tienen quien les premie" un artículo interesante




Para que tengáis lectura para el fin de semana os copio un artículo que me había gustado y se lo pasé a mis compañeros de tertulia pero tenía pendiente dejaros aquí en el blog.
Trata sobre las escritoras y los premios literarios. La periodista va haciendo un repaso por los premios importantes en nuestro país y se va comprobando premio por premio que las mujeres hemos salido perdiendo...
A ver qué os parece... Cómo dice al final del artículo ¡¡los datos cantan!!

EL CORREO, 22 de octubre de 2013

Las escritoras no tienen quien les premie

Cuanto más alta es la dotación de un galardón, más crudo lo tienen las novelistas. Pero lo peor son los reconocimientos oficiales, ahí están todavía muy por debajo

ITSASO ÁLVAREZ | BILBAO
Alice Munro y Clara Sánchez./ Efe
En las dos últimas semanas, dos mujeres han ganado un premio literario, Alice Munro y Clara Sánchez. Toda una novedad, porque a pesar de ello, la literatura es también un reflejo de la sociedad en que vivimos y es mayoritariamente territorio masculino. Suele decirse que la mayoría de las personas que leen son mujeres, pero las editoriales y convocantes de premios no parecen darse por aludidas, porque siguen valorando, en su inmensa mayoría, a varones. Sin porcentajes, tan sólo con cifras exactos, repasaremos los números que ofrecen algunos de los premios literarios de mayor prestigio y trayectoria dilatada a ambos lados del charco… Con un matiz: dejaremos para otra ocasión los datos de la cantidad de mujeres que han quedado como finalistas de muchos de estos galardones; nos llevaríamos una sorpresa con las cifras. Pero lo peor son los reconocimientos oficiales, ahí ya están todavía mucho más por debajo: las autoras no ganan los premios que otorga el Ministerio de Cultura: Premios Nacionales (de Poesía, Narrativa, Teatro, Ensayo, Cine…), Premio de las Letras, Príncipe de Asturias, Reina Sofía (de Poesía), Cervantes… quedan casi siempre en manos de escritores. 
Premio Nobel de Literatura. Se entrega desde 1901 y está dotado con diez millones de coronas suecas, un poco más de un millón de euros, aunque en los dos últimos años esta cuantía se ha reducido un 20%. En sus 110 ediciones ha tenido 13 ganadoras. La primera fue la novelista sueca Selma Lagerlöf en 1909. Le siguieron Grazia Deledda, Sigrid Unsedt, Pearl S. Buck, Gabriela Mistral, Nelly Sachs, Nadine Gordimer, Toni Morrison, Wislawa Szymborska, Elfriede Jelinek, Doris Lessing, Herta Müller y, este año, Alice Munro. 
La Sonrisa Vertical de narrativa erótica era un concurso literario convocado y publicado por la editorial española Tusquets. Se convocó por vez primera 1979 y se suspendió en 2004. El jurado estaba presidido desde su creación por el director cinematográfico Luis García Berlanga. En sus 25 ediciones tuvo cinco ganadoras. Cinco, o siete, porque el concurso permitía la publicación por pseudónimo y nunca se supo quiénes estaban detrás de dos de ellos. Este certamen sirvió para dar a conocer al gran público a Almudena Grandes, premiada por ‘Las edades de Lulú’ en 1989.
Premios de Narrativa Torrente Ballester. Tres ganadoras en 24 ediciones (el fallo de la número 25 se dará a conocer el mes próximo). Dotado con 25.000 euros y organizado por la Diputación de La Coruña, su primera edición fue en 1989 y tuvieron que pasar 20 años hasta que una mujer, Milagros Frías Albalá (‘El verano de la nutria’), fue, a juicio de los distintos jurados, premiada con este galardón. 
Premio Alfaguara de Novela en lengua castellana. Lo creó en 1965 la editorial homónima (fundada un año antes por el escritor Camilo José Cela) y se siguió convocando hasta 1972. Su dotación económica era de 200.000 pesetas. En 1980, Alfaguara fue comprada por el Grupo Santillana y, tras veinticinco años de ausencia, en 1998 se volvió a convocar de forma anual con una fuerte vocación latinoamericana y una cuantía económica de 175.000 dólares. A lo que vamos: 24 ediciones, 4 ganadoras. La última, en 2000, Clara Sánchez, por ‘Ultimas noticias del paraíso’. Anteriores a ella fueron galardonadas Elena Poniatowska, Laura Restrepo y Graciela Montes y Ema Wolf. Para la próxima edición, la escritora Laura Restrepo presidirá el jurado, justo diez años después de que ella misma obtuviera el galardón con ‘Delirio’.
Premio Herralde, convocado por Editorial Anagrama y dotado con 18.000 euros más la publicación de la novela en la editorial convocante. 30 ediciones, dos ganadoras. Adelaida García Morales, en 1985, por ‘El silencio de las sirenas’, y Paloma Díaz-Más, en 1992, por ‘El sueño de Venecia’. 
Premio Azorín de Novela. Toda una novedad, es un galardón que trata bien a las escritoras: 20 ediciones, diez ganadoras. Su primera edición fue en 1984 y siempre ha gozado de gran prestigio. Hoy por hoy cuenta con un premio de 68.000 euros. Zoé Valdés ha sido la última premiada. Almudena de Arteaga, Pepa Roma, Begoña Aranguren, Lola Beccaria, Ángela Becerra, Eugenia Rico, Luisa Castro, Dulce Chacón y Daína Chaviano. 
Premio Biblioteca Breve, 27 ediciones, 8 ganadoras. En sus doce primeras ediciones, de 1958 a 1972, sólo ganó una escritora, la cubana Nivaria Tejera. En ese año dejó de convocarse hasta que en 1999 la editorial Seix Barral lo retomó. En sus últimas quince ediciones ha habido siete mujeres galardonadas. ‘Música de cámara’, de Rosa Regàs, ha sido la última obra premiada. 
Premio Clarín de Novela. Se rompe la estadística. 8 ganadoras en 15 ediciones. Es un premio de literatura en Lengua Española concedido anualmente por el Grupo Clarín de Argentina. Fue creado en 1998 y su primer galardonado fue Pedro Mairal por ‘Una noche con Sabrina Love’. El ganador recibe 150.000 pesos y la publicación de su novela por el sello Clarín Alfaguara. Se falla a finales de año y cada año recibe cientos de originales procedentes de de Latinoamérica, Estados Unidos y Europa. 
Premios de la Crítica. Data de 1956 y no tiene dotación económica, pese a lo cual está considerado uno de los galardones más prestigiosos de España. Su jurado está compuesto por 22 miembros de la Asociación Española de Críticos Literarios, prácticamente todos varones. No extraña por ello la proporción de ganadoras: tres en 56 ediciones. Clara Usón, Elena Quiroga y Ana María Matute. 
Premio Felipe Trigo de Novela del Ayuntamiento extremeño de Villanueva de la Serena. Otorga 6.500 euros para la Narración Corta y 20.000 para la Novela. Empezó su recorrido reconociendo la obra de una mujer, Esperanza Cifuentes, en 1981. Dos años después premió a Elena Santiago (‘Manuela y el mundo’) y luego hubo que esperar 28 años para reconocer a la tercera de las cuatro ganadoras en sus 31 ediciones, Noemí G. Sabugal, por ‘Al acecho’. La última galardonada fue, el año pasado, Marisol Ortiz de Zarate. En resumen: cuatro escritoras en 32 ediciones, en la categoría de Narración Corta. En la categoría Novela ha habido seis ganadoras, cinco, en realidad, porque destaca la doble mención de Dolores Soler-Espiauba en 1987 y en 1988. 
Premio Café Gijón. Tomó su nombre de la tertulia del Café Gijón de Madrid de la mano del actor y escritor Fernando Fernán Gómez en 1949. El premio era gestionado por el propio Café Gijón y su prestigio tuvo que ver más con la difusión y calidad de los autores que con la retribución que por él se recibía, dado que en muchas ocasiones las obras galardonadas no eran publicadas por falta de fondos. La revitalización del premio se produjo en 1989, cuando el Ayuntamiento de Gijón se hizo cargo de la organización. Diez mujeres han resultado ganadoras en sus 63 ediciones.
 
Premio FIL de literatura en lenguas romances. Creado en 1991 con el nombre de Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo, se otorga a escritores de cualquier género de la literatura (poesía, novela, teatro, cuento o ensayo literario) que tengan como medio de expresión artística alguna de las lenguas romances: español, catalán, gallego, francés, occitano, italiano, rumano o portugués. 23 ediciones, tres ganadoras. Margo Glantz, Olga Orozco y Nélida Piñón.
Premio Planeta de Novela. 60 ediciones, seis ganadoras, si bien 17 mujeres han resultado finalistas a lo largo de su historia. Su primera convocatoria tuvo lugar en 1952. Es el segundo premio literario mejor dotado del mundo después del Premio Nobel de Literatura, con 601.000 euros para el ganador y 150.250 para el finalista. Se falla cada 15 de octubre, festividad de Santa Teresa (onomástica de la esposa del fundador, María Teresa Bosch). La ganadora de este año es Clara Sánchez y la finalista Ángeles González-Sinde.
Premio Internacional de Novela Rómulo Gallegos. Su primera edición fue en 1967 y se otorgaba cada cinco años, pero es bienal desde 1987. Tiene una dotación de 100.000 euros y gran prestigio. 17 ediciones, dos ganadoras.
 
Premio Fernando Lara de Novela. Es otro premio del Grupo Planeta, instaurado en 1996. Mejora al anterior, con 5 premiadas en 17 ediciones. 
Premio Miguel de Cervantes, considerado el Premio Nobel en castellano porque trata de premiar una carrera literaria y no una obra en concreto. Su primera entrega fue en 1976 y las personas candidatas al premio las propone la Real Academia de la Lengua Española. María Zambrano, Dulce María Loynaz y Ana María Mature figuran entre los galardonados en sus 38 ediciones. 
Premio Nacional de las Letras Españolas. Otorgado por el Ministerio de Cultura en reconocimiento del conjunto de la obra literaria de un escritor español, en cualquiera de las lenguas españolas. Está dotado con 40.000 euros y fue creado en 1984. Tres ganadoras en 29 ediciones. Ana María Matute, Carmen Martín Gaite y Rosa Chacel.
Premio Príncipe de Asturias de las Letras. 33 ediciones, seis ganadoras. De ellas, tan sólo una de nacionalidad española, Carmen Martín Gaite. Se concede desde 1981 a la persona, grupo de personas o institución cuya labor creadora o de investigación represente una contribución relevante a la cultura universal en los campos de la Literatura o de la Lingüística. A día de hoy, su dotación es de 50.000 euros. 
Premio Nacional de Narrativa de España, otorgado por el Ministerio de Cultura. 58 ediciones, cuatro ganadoras. 
Premio Nadal de Novela. Convocado por la editorial Destino, es el premio más veterano de España. La primera edición la ganó una mujer, Carmen Laforet, por ‘Nada’. No significó nada. En 70 ediciones ha habido 13 ganadoras. Dotado con 18.000 euros. 
Premio Primavera de Novela. Lo ganó Rosa Montero en 1997, en su primera convocatoria, y después lo han hecho Lucía Etxebarría y Nativel Preciado. Ninguna mujer más en sus 16 ediciones. 
Premio Tigre Juan. 33 ediciones, seis ganadoras. Nació con el objetivo de premiaba la mejor novela corta inédita, independientemente de si el autor era novel o consagrado. 
Premio Internacional Alfonso Reyes. Galardón mexicano que se otorga por la distinción a la trayectoria, los méritos y las aportaciones dentro de la investigación literaria. El año pasado se lo llevó Ignacio Bosque, académico de la RAE autor del polémico artículo ‘Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer’, en el que critica las directrices contenidas en nueve guías sobre lenguaje no sexista elaboradas por comunidades autónomas, sindicatos y universidades. Quizá no debería sorprender, por ello, que en 41 ediciones, el Premio Internacional Alfonso Reyes se lo hayan llevado tan sólo tres mujeres. 
¿Seguimos? Premio de Novela Ateneo de Sevilla: 43 ediciones, 5 ganadoras. Premio de Relatos Cortos La Felguera: 57 ediciones, 8 ganadoras. Premio de Literatura Infantil El Barco de Vapor: 35 ediciones, 12 ganadoras (y eso a pesar de tratarse de un territorio en el que, aparentemente, las mujeres tienen cabida). Premio Lazarillo de Literatura Infantil y Juvenil: 55 ediciones, 23 ganadoras (se confirma lo dicho). Premio Gran Angular: 34 ediciones, 7 ganadoras. Premio Edebé de Literatura Infantil: 21 ediciones, 9 ganadoras. Premio Edebé de Literatura Juvenil: 21 ediciones, 6 ganadoras. 
Los datos cantan.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

"Una familia feliz" de David Safier



En el batiburrillo de libros que me he leído durante estos dos últimos meses está otra novela de David Safier: “Una familia feliz”.
Se lee muy rápido. Es una novela ligera, entretenida, ingeniosa. Es la segunda novela que me leo de este autor. La primera fue “Maldito karma” que me encantó. Tenéis la reseña en este blog. En este caso también me ha gustado, pero no tanto. “Maldito Karma” me gustó mucho.
El argumento de “Una familia feliz” arranca de un momento vital de la familia Van Kieren, los protagonistas. Emma, la madre, siente que ha fracasado, su librería está prácticamente en la bancarrota, con sus hijos no se entiende, tanto con su hija adolescente como con el más pequeño, y además con su marido casi no se ve. Por eso cuando le invitan a una fiesta, que se supone que es de disfraces, se empeña en ir con toda la familia junta para hacer una actividad común. Y allí que se presentan ella vestida de vampiro, su marido Frank de Frankestein, su hija de la momia y el pequeño de hombre lobo. Lo malo es que se cruzan con una bruja que les lanza una maldición convirtiéndolos realmente en esos monstruos. Y aquí empieza la aventura…
No se puede negar que el argumento es original. Y promete… Por supuesto hay momentos divertidos en la novela, surrealistas claro. Pero se hace muy amena la lectura.
Pero el tema va mucho más allá del mero entretenimiento y la risa. Porque en el fondo hay una crítica a la sociedad de hoy. Es una excusa este argumento para reflexionar sobre la familia y la felicidad. Sobre el amor y el perdón.
Los personajes están bien caracterizados. Yo creo que son bastante creíbles, incluso cuando son unos monstruos.
El ritmo de la novela es ágil, la prosa es rápida, sencilla y directa. Y el argumento está lleno de giros y nuevos conflictos que los personajes tienen que resolver. Eso hace que la lectura se vuelva entretenida y distendida.
Está bien la novela. Es surrealista, con personajes y situaciones fantásticas que el autor resuelve con cierto éxito. En ocasiones se te escapa una carcajada y en muchas no dejas de sonreír porque es todo tan absurdo… Y está bien porque la imaginación no deja de trabajar.
Aunque también es cierto que a mí me gustó más “Maldito karma”. En ambas la novela se va volviendo un poco más seria hacia al final, pierde un poco esa cualidad hilarante del principio.
En cualquier caso está bien la novela. Y puede venir muy bien para leerla intercalándola entre lecturas más complejas o densas porque puede suponer un desahogo.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Cincuenta años sin Cernuda - 5 Noviembre



Mañana, día 5 de Noviembre, se cumplen cincuenta años de la muerte del poeta Luis Cernuda.

Era un 5 de noviembre de 1963. Luis Cernuda se hospedaba en casa de su gran amiga la poeta Concha Méndez, esposa del también poeta Manuel Altolaguirre, muerto en 1959 en España cuando asistía al Festival de San Sebastián. Aquella mañana, en esa casa de Coyoacán, en México, don Luis no bajaba a desayunar. Paloma Altolaguirre, hija de Manuel y Concha, subió a buscarlo a su habitación en la segunda planta. Cernuda, con las cerillas y su pipa en la mano, y un libro de Emila Pardo Bazán en la mesilla, parecía simplemente dormido, pero acaba de viajar definitivamente a ese lugar donde quizá habite el olvido, «más allá de los vastos jardines sin aurora, / donde yo sólo sea / memoria de una piedra / sepultada entre ortigas / sobre la cual el viento escapa a sus insomnios». Luis Cernuda, uno de los más grandes poetas contemporáneos españoles, había muerto. 



No decía palabras...
 
No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,
una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.

La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.

Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne,
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.

Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe.


 Luis Cernuda


Bidón era su segundo apellido, una mácula imperdonable que intentó siempre eludir escondiendo el acento, y convirtiendo esa palurda ene en una u francesa que lo transformaba en un cómodo Bidou, un tanto aristocrático y esnob, mucho más acorde con la traza habitual, elegante y distante, de Cernuda.
Porque es unánime que lo que llamaba la atención del poeta, antes que nada, era su natural dandismo: la trinchera abotonada, el nudo impecable de la corbata, el pelo, oscuro, engominado... Cuenta Adriano del Valle que cuando participó en las Misiones pedagógicas, a mediados de los años treinta, llevaba un monóculo que nadie había vuelto a ver desde Azorín; guantes amarillos y zapatos brillantes como el charol, que refulgían en la polvorienta España como un par de diamantes de las minas de Suráfrica.

Cernuda en su Laberinto
39 escritores y medio - Jesús Marchamalo y Damián Flores


...La mañana anterior al día de su muerte, el poeta había ido al cine. Era una de sus aficiones preferidas. En el cine de Coyoacán vio Divorcio a la italiana, de Pietro Germi, con Marcello Mastroianni, y le gustó tanto que durante el almuerzo propuso a Paloma Altolaguirre volver a verla con ella. Luego se retiró a su habitación como hacía todas las tardes. (...)
 Sin embargo, este perfil de raro e intratable contrastaba con la estupenda relación que mantenía con Concha Méndez y su familia. De hecho, los hijos de Paloma Altolaguirre adoraban al poeta, jugaban con él a menudo y además era el encargado de llevarlos cada mañana al colegio. Para evitar que los niños lloraran por su muerte les dijeron que Cernuda había tenido que marcharse para impartir unas conferencias en Veracruz, pero que regresaría por Navidad.






Si el hombre pudiera decir lo que ama...
 
Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero,  porque no he vivido.

Luis Cernuda

domingo, 3 de noviembre de 2013

Puente de Todos los Santos: Panteón de Hombres Ilustres de la Sacramental de San Justo


 En este puente de Todos los Santos, como muchos de vosotros, he estado en algún que otro cementerio visitando a los míos.

Pero en lo que se refiere al blog, en uno de ellos, en la Sacramental de San Justo, he tomado algunas fotografías del Panteón de Hombres Ilustres al que todavía no le habíamos dedicado propiamente una entrada. Qué mejor época que éstos primeros días de noviembre para hacérsela.



La Asociación de Escritores y Artistas, fundada durante el reinado de Alfonso XIII, creó por iniciativa de D. Gaspar Nuñez de Arce, el Panteón de Hombres Ilustres en el año 1902. Está en el Patio de Santa Gertrudis, en la tercera sección.

En este Panteón hay diez sepulturas ocupadas por escritores y actores.
En la primera está Blanca de los Ríos (Sevilla 1862- Madrid1956) Novelista academicista. En la segunda está Carlos Latorre, actor. En la tercera Manuel Bretón de los Herreros (Quel 1796 - Madrid 1873): poeta muy fecundo, escritor de teatro y director de la Biblioteca Nacional en 1847 así como secretario de la Academia Española. En la tercera también está el escritor Francisco Villaespesa y Eduardo Marquina, menos conocidos.



En la cuarta está Mariano José de Larra (Madrid 1809- 1813). De sobra conocido también por su seudónimo Fígaro y por su producción literaria. Ya sabemos también que se suicidó a raíz de que Dolores Armijo diera por terminada su relación. Primero se le enterró en el cementerio de Fuencarral y en 1902 se trasladan aquí sus restos.

También aquí está el escritor Ramón Gómez de la Serna (1888-1963). Personalidad muy interesante en el Madrid de antes a la guerra civil. Ingenioso y brillante en sus conferencias, presidente de la tertulia literaria de el Café del Pombo. Inventor de la gregeria: fusión del humorismo y la metáfora, según él mismo.



En la quinta lápida está José Espronceda (Almendralejo de los Barros 1808- Madrid 1842).Poeta también de sobra conocido murió a causa de una cabalgada fatal. Tenía relaciones con una señorita llamada Doña Bernarda de Beruete a la que un día de mayo fue a ver a Aranjuez donde residía en verano. Pero tuvo que volver a Madrid para tomar parte de una votación del Congreso pues también era diputado esparterista. Dicen que la cabalgada bajo el sol le puso enfermo y murió poco después. Le enterraron en el cementerio de San Nicolás donde dicen que durante años no faltó una corona de Bernarda que no se casó jamás... En el año 1902 le trasladaron a este Panteón.
 

En la sexta lápida está Eduardo Rosales (Madrid 1836-1873). Un pintor con muchísimo talento que también murió jóven.

En la séptima está Gaspar Nuñez de Arce. Escritor y político, fue Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas. También está aquí Manuel de Palacio, poeta y Juan Eugenio Hartzenbusch, escritor romántico muy prolífico conocido entre otros por su drama Los amantes de Teruel. También fue director de la Biblioteca Nacional.

En la octava lápida está Antonio Vico (Jerez de la Frontera 1840-Madrid 1902) actor que tuvo grandes exitos en la compañía del Teatro Español de Madrid. Murió en Cuba pero se le trasladó aquí en 1907. También aquí está Rafael Calvo (Sevida 1942-Cádiz 1888). También actor, en Madrid hay una calle que lleva su nombre porque vivió en ella.


En la novela lápida está Joaquín Arjona, también actor y profesor del Conservatorio de Madrid.

En la décima: Fernando Ossorio, autor y sobre todo actor también que murió jóven. Además está Antonio Guzmán, actor cómico, y Jerónima Llorente, actriz muy conocida del siglo XIX. Se les trasladó a este Panteón en 1934.
 

 Tambien cerca, tenemos las tumbas de más escritores famosos. Como las de los Hermanos Alvarez Quintero, creadores del teatro costumbrista andaluz y académicos de la Real Academia Española: creadores de comedias, sainetes y obras diversas con diálogos agudos.


 


Muy cerca también tenemos la tumba del poeta Ramón de Campoamor.
 

En otro Patio, en el de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en el tercero exactamente, en un nicho con una lápida bastante sencilla de marmol está el poeta Manuel Altolaguirre. Poeta intimista y director de revistas tan conocidas como Litoral (1927-29) y Caballo Verde para la poetisa (1936). Emigró tras la guerra civil a México.

No sé ve ya muy bien pero dice el epitafio:

MANUEL ALTOLAGUIRRE BOLIN
POETA
MCMV-MCMLIX
QUE MI ALMA NO PRECISA SEPULTURA
NI EL TIEMPO QUIERE LIMITACIONES
HORAS Y MUROS PARA MI ACABARON

sábado, 2 de noviembre de 2013

"Una semana... nada más" en el teatro La Strada



Ayer estuve en el teatro viendo la obra "Una semana... nada más".

El argumento cuenta la historia de una pareja formada por Pablo (Antonio Hortelano) y Sofia (María Castro) que llevan cuatro meses viviendo juntos. Pero ahora Pablo quiere romper con ella porque cree que ya no la quiere, no la aguanta. Para ello, como es un cobarde y no se atreve a decírselo y ya está, decide romper la relación invitando a su amigo Martín (Cesar Camino) que se vaya a vivir una semana a su casa (de ahí el título) porque como ha dicho su novia en un momento dado con tres viviendo juntos al final uno no lo aguanta (Sofía según Pablo) y se termina yendo de casa...

A mí me gustó. No es que piense que es la gran obra de teatro, pero tampoco lo pretende en absoluto. No es una obra sesuda sino distendida, fácil. Yo la verdad es que estuve muy entretenida toda la obra y me reí en muchas ocasiones. Es una comedia ligera que progresa en espiral con varios giros que hacen que la atención no decaiga.

Los actores no lo hacen mal. En mi opinión Cesar Camino, el actor que encarna a Martín, es el que lo hace más natural, a mí es el que más me gustó. Interpreta sobresaliendo sobre los otros dos. Aunque éstos últimos tampoco es que lo hagan mal.Yo les había visto en otros papeles sobre todo a María Castro más serios y la verdad es que no lo hace nada mal en un papel mucho más de comedia, más bobalicona e ingenua. A los tres los conocía ya de series de televisión y me gustaban como actores. También es verdad que el papel más agradecido lo tiene Cesar Camino, y eso hace que llegues a tener más empatía con él porque interpreta a un amigo un poco débil, que se deja llevar, mientras que el papel de Antonio Hortelado es mucho más egocéntrico y manipulado, bueno, hace una interpretación correcta. Los tres hacen muchísimos gestos, la comunicación no verbal está muy lograda y en muchas ocasiones te lleva a la risa, incluso la carcajada.

Está bien la trama, es original, porque la historia ya os digo que va girando y girando en redondo hasta un desenlace brusco, efectivo. Es del dramaturgo Clément Michel, es su cuarta obra de teatro.

Toda la historia se desenvielve en un único escenario, una sala de estar de un piso. Los actores entran y salen de forma agil y con soltura. Y los juegos de luces ayudan mucho a que el espectador se sitúe y se crea más los cambios de tiempo. La historia se desarrolla en una semana. La escenografía destaca, es moderna, colorista.

Pues eso, que es una obra ligera, dinámica, ágil, fresca en la que pasas un rato entretenido.

Me gustó que el público de la obra fuera jóven. Eso está muy bien para el teatro que normalmente le suele gustar a personas más mayores. No, en ésta obra predominaban los treintañeros.

Lo que menos me gustó de todo fue mi butaca. Un poco incómoda la verdad y encima tenía que andar sorteando la cabeza del de delante. Una pena, porque estaba en la fila 7, una buena fila.

Estuvimos en el Teatro La Strada, que es el antiguo Teatro Arlequín. Lo iban a cerrar y ha vuelto con éste nuevo nombre gracias a la gestión del grupo teatral Jamming. He leído que se dedican a la improvisación. Está muy bien que hayan hecho porque no se cerrara un teatro. Y se ve que lo han pintado y le han lavado la cara un poco. Pero las butacas... por lo menos la mía es un poco incómoda.

De todos modos este teatro nunca fue de mis preferidos porque está demasiado profundo y hay que bajar escaleras y salir haciendo unos recovecos que no me gusta mucho. Pero bueno también es cierto que no nos salió nada cara la entrada.

En fin que si queréis pasar un rato distendido viendo en el teatro una obra desenfadada ya sabéis que tenéis esta opción, creo que hasta finales de noviembre.

martes, 29 de octubre de 2013

La autoría de una imagen



En mi entrada del día 28 de junio, que dediqué a los 50 años de la aparición de Rayuela de Cortazar, yo busqué una ilustración en internet para acompañar un texto de Cortazar y mi reseña del día que era (la misma ilustración que vuelve a encabezar esta entrada):


En dicha ilustración no se decía su procedencia y no lo indiqué. Pero la semana pasada me han dejado un comentario en esa entrada señalándome la autoría del collage. Por supuesto no quiero dejar pasar la oportunidad de decirlo de forma pública, y para ello vuelvo a reproducir aquí el comentario que me han dejado:

rocio
agradecería mención:
la imagen que ilustra tu post es un fragmento de mi collage de la serie CORTAZAR NUNCA LEIDO
Desde ya gracias.


Sergio
http://relampagosobrelagua.blogspot.com.es/

Muchas gracias Sergio, a ti, por prestárnosla. Me gustó mucho, por eso la elegí.

domingo, 27 de octubre de 2013

LAS LECTORAS: Una foto de World Press Photo y un Artículo de Elvira Lindo



El otro día hablábamos de las bibliotecas, el jueves pasado día 24, y hoy quería que habláramos de los lectores, o mejor dicho, mucho mejor dicho, de LAS LECTORAS.

Y para ello quería dejaros con dos cosas. Una foto, la que encabeza esta entrada, que ha formado parte de la exposición Worl Press Photo 2013 que ha estado en octubre en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Preciosa ¿verdad?

Y con este artículo de Elvira Lindo que os copio debajo. Está bien, ya veréis (si es que no lo habéis leído ya):

Ellas nos mantienen vivos

Las novelas, ya lo ha dicho Ian McEwan, sobreviven gracias a la pasión femenina por la psicología humana

Por razones de corte estrictamente familiar, me he visto esta semana inmersa en la celebración de los Premios Príncipe de Asturias. Además de disfrutar de paseíllos plácidos por las calles que albergaron la pasión de Ana Ozores y de dar cuenta de su extensa y excelsa gastronomía, he asistido a algún que otro acto cultural, para que no se dijera. En uno de esos eventos, el público llenó un auditorio del actualmente polémico arquitecto Calatrava. Llenar un auditorio de Calatrava tiene un mérito enorme porque ya se sabe que los arquitectos estrella tienden a diseñar palacios de congresos en los que cabe más gente que habitantes tiene la propia ciudad en la que se construyen.

Este en cuestión tiene una estructura que a alguien no avisado como yo le provocó un escalofrío. Por suerte, una paisana me sacó de la estupefacción diciéndome que es que para percibir que el edificio tiene forma de cangrejo hay que subirse al Naranco y entonces ya. Ah. Para llenar un auditorio de Calatrava, digo, hace falta mucho personal, pero para llenarlo de lectores se necesita un milagro. El milagro se hizo. Mil lectores, perdón, lectoras, de los clubes de lectura de Asturias consiguieron humanizar lo que sin público es como una nave espacial que de un momento a otro emprenderá el regreso a su planeta. Mil lectoras, porque más de un 80% eran mujeres, acudieron a preguntarle curiosidades y dudas al novelista, después de haber leído sus libros y haber formado parte de intensas puestas en común sobre sus personajes.

¿Dónde estaban los hombres? ¿Dónde los compañeros, maridos o padres de todo ese batallón de aficionadas a la literatura? Las novelas, ya lo ha dicho Ian McEwan, sobreviven gracias a la pasión femenina por la psicología humana. De este puesto del mercado ellas son las principales clientas. No creo que haya que responderles con halagos, más bien con respeto intelectual, que debería comenzar por los propios novelistas que, en ocasiones, se avergüenzan, he dicho bien, se avergüenzan, de cultivar un público casi exclusivamente femenino. Me enternecieron algunas ancianas de más de noventa años, que sin pereza y con aquel espíritu del viejo de Goya del “todavía aprendo” acuden puntuales a sus citas con el club de lectura, y estaban allí esa tarde, en tan calatravesco lugar, para hacer ver que en el tercer acto de la vida la lectura puede provocar emociones que el tiempo dejó atrás.

Por razones de corte estrictamente familiar, mi suegra ha pasado un mes en casa. Me gusta más el término mother-in-law que utilizan los anglosajones, suena más neutro y parece que tiene menos connotaciones referidas al sainete familiar; aunque tal vez mother-in-law también suena a suegra para un angloparlante. El caso es que esta anciana a la que la guerra expulsó de la escuela regresó a los libros después de haberlo hecho casi todo en la vida: trabajar sin descanso (en la casa, en el campo, en las preciosas labores de ganchillo y bordado), parir hijos y no pensar en sí misma.

Para llenar un auditorio de Calatrava hace falta mucha gente. Y para llenarlo de lectores, un milagro
El cuerpo pasa factura y las mujeres que lo dieron todo padecen hoy dolores que, aun denominados por la medicina como artritis reumatoide o artrosis, habría que completar en su ficha médica con la narración de esas vidas: cuidar la casa, lavar a mano en aguas frías, cocinar, atender a los animales, recoger aceituna, parir hijos, hacer preciosas labores de ganchillo o bordado en los ratos libres. Nunca estar sin hacer nada. Cuidarse poco. Hoy, los huesos, las venas de esas madres han dicho hasta aquí hemos llegado. Pero sus mentes se resisten a la jubilación.

Todas las tardes, después de la “novela” televisiva, ella se ha sentado a la mesa del comedor, con un aire algo escolar, como queriendo regresar a la escuela que le fue arrebatada, y ha tomado un libro apoyando los codos sobre la mesa, en la posición de quien quiere cumplir con sus deberes. Por sus manos han caído: Cinco horas con Mario, de Delibes; Patrimonio, de Philip Roth; Recuerdos de una mujer de la generación del 98, de Carmen Baroja y Nessi, y Juan Belmonte: matador de toros, de Chaves Nogales. Tras las dos o tres horas de entrega a un libro en las que se podía escuchar el tenue sonido seseante que surgía de su boca leyendo en voz baja para ayudarse en la comprensión lectora, iniciábamos nuestro íntimo club literario a la hora de la cena. Cómo conseguía que la vida de los personajes o de los autores tuviera algún grado de identificación con la suya propia es un ejemplo del poder simbólico de la narración: la mujer que queda viuda y monologa sobre el muerto; el hombre que se entrega al cuidado del padre (si Philip Roth escuchara la descripción que hace mi suegra de él no se reconocería); la necesidad de ser escuchada de la hermana de don Pío o el mundo de ayer del torero Belmonte. Todas esas experiencias amoldadas a la lectura de una mujer que goza hoy en la vejez de lo que hubiera deseado disfrutar de joven: tiempo para el esparcimiento, conversación y, sobre todo, personas que dan valor a lo que dice y a lo que hace.

Una vez escuché a un escritor, al que no he de nombrar para no avergonzarlo, que quería tener lectores a su altura. Qué pena ser escritor y no saber nada de la vida; ni estar agradecido a quien de verdad te mantiene.


Y está en su blog:
 


ESCRITORA, PERIODISTA Y GUIONISTA
Elvira Lindo (Cádiz, 1962) comenzó su carrera como locutora en RNE. Su personaje Manolito Gafotas la popularizó entre el público infantil para el que ha escrito varias obras. Es, también, autora de novelas para adultos, como Algo más inesperado que la muerte, o Lo que me queda por vivir, y guionista de Manolito Gafotas y Plenilunio. Reside en Nueva York desde 2004.


Información sobre la foto, que me encanta:

Una mujer sentada en unas bolsas de basura. Para ella, leer -aunque sea un catálogo de maquinaria- es un respiro en su tarea de buscar en la basura. Este es el vertedero más grande de África. Las personas que viven en sus alrededores presentan elevados niveles de plomo en sangre, por lo que son frecuentes los casos de problemas renales y cáncer, así como los problemas respiratorios debido a las altas concentraciones de gases de descomposición. Abierto en 1975, las autoridades medioambientales internacionales ordenaron su cierre hace 15 años, pero sigue en uso, a pesar de que en 2001 llegó al máximo de su capacidad/ Título: Mujer leyendo en el vertedero municipal de Dandora, Nairobi, Kenya/ Fotografía: Micah Albert

sábado, 26 de octubre de 2013

"Muertos de papel" de Alicia Giménez Barlett


Tenemos que poner orden en la reseña de los libros leídos, que tenemos fila ya…  Así que vamos a ello.
En las últimas vacaciones que he tenido, una semanita que me fui el mes pasado a la playa, me leí el cuarto libro de las andanzas de Petra Delicado “Muertos de papel”.  Ya sabéis que se trata de una pareja de policías inventada por Alicia Giménez Barlett que me gustan mucho: La investigadora Petra Delicado y el subinspector Félix Garzón. De vez en cuando me gusta alternar alguno de esta serie con otras lecturas. Me parecen muy entretenidos y amenos.
Ya me había leído los otros tres: “Ritos de muerte” que hablaba de los malos fondos y los violadores, “Día de perros” donde se trataban las peleas de perros clandestinas y “Mensajeros de la oscuridad” el tercero donde se hablaba de las sectas. En este caso, en “Muertos de papel” se trata el tema del mundo rosa. El argumento parte del asesinato de un conocido periodista del corazón que se había especializado en airear lo peor de los famosos.
Me lo leí muy rápido, aunque no es de los que más me gustaron.
La novedad es que en éste aparecen otros personajes. Aparece Amanda la hermana de Petra, que no había aparecido todavía. Y también aparecen más policías, como Moliner. También sobresale el hecho de que se le ha dado más protagonismo al comisario Coronas, que pasa toda la novela en un estado de enervación continua.
Bueno, pues a mí me gusta mucho esta serie policíaca de Alicia Giménez Barlett. No es que sea el colmo de la originalidad en tramas policíacas, ni mucho menos. Ni tanto en la trama ni en el modo de contarlo que es bastante lineal: conflicto, investigación y esclarecimiento. Pero me gustan porque son muy amenas. Me gusta cómo la autora enfoca la relación entre los dos protagonistas salpicada de diálogos ingeniosos. La trama tiene su suspense y su ritmo, es ágil en su desarrollo. Y supongo que los personajes me caen bien, que quieras que no eso influye bastante. Son casi de casa y me gusta saber que es de ellos. Además me gustan las reflexiones de Petra.
Sí. Me gusta volver a estas novelas de vez en cuando, cuando necesito solo entretenerme con mayúsculas y pasarlo bien con una novela policíaca que no será la octava maravilla literariamente hablando pero está bien escrita.

En nada volveré con ellos, no puedo dejar de saber de Petra y Garzón en mucho tiempo.

jueves, 24 de octubre de 2013

24 de Octubre de 2013 - Día de la Biblioteca





Hoy es el Día de la Biblioteca: 24 de octubre de 2013.

Desde el año 1997 la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil, con apoyo del Ministerio de Cultura, promueve esta celebración en recuerdo del incendio de la Biblioteca de Sarajevo durante el conflicto de los Balcanes en 1992. El médico e historiador croata Mirko D. Grmek acuñó el término memoricidio para definir la destrucción de la memoria y el tesoro cultural del “otro”, del adversario, del enemigo.



Destruir las bibliotecas es un memoricidio. Porque se trata de una institución cultural básica e imprescindible donde se fomenta el conocimiento y el intercambio de ideas de forma gratuita y libre.
Este año el cartel ha sido diseñado por Andrés Rábago “El Roto” y el texto que lo acompaña es de la escritora Laura Gallego:

Pregón. Relato de Laura Gallego:
Érase una vez un viajero que llegó desde un lugar lejano a un pueblo en el que no había libros. Se sentó a descansar en la plaza mayor y sacó de su morral un viejo volumen de cuentos. Cuando empezó a leer en voz alta, los niños, que nunca habían visto nada semejante, se sentaron a su alrededor para escucharlo.
El visitante relató historias que fascinaron a sus oyentes y les hicieron soñar con fantásticas aventuras en reinos maravillosos. Cuando terminó, cerró el libro para volver a guardarlo en su morral. Nadie se percató de que, al hacerlo, escapaban de entre sus páginas algunas palabras sueltas que cayeron al suelo.

El viajero se marchó por donde había venido; tiempo después, los habitantes del pueblo descubrieron el pequeño brote que elevaba sus temblorosas hojitas hacia el sol, en el lugar en el que habían caído las palabras perdidas.

Todos asistieron asombrados al crecimiento de un árbol como no se había visto otro. Cuando llegó la primavera, el árbol exhibió con orgullo unas hermosas flores de pétalos de papel. Y, con los primeros compases del verano, dio fruto por primera vez.

Y sus ramas se cuajaron de libros de todas clases. Libros de aventuras, de misterio, de terror, de historias de tiempos pasados, presentes y futuros. Algunos se atrevieron a coger esos frutos, y había un sabio en el lugar que les enseñó a leer para poder disfrutarlos.

A veces, la brisa soplaba y sacudía las ramas del árbol. Las hojas de los libros se agitaban y dejaban caer nuevas palabras. Y pronto hubo más brotes por todo el pueblo; y en apenas un par de años, los árboles-libro estaban por todas partes.

Se corrió la voz; muchos investigadores, curiosos y turistas pasaron por allí para conocer el lugar donde los libros crecían en los árboles. Los habitantes del pueblo leían sus páginas con fruición, y cuidaban cada brote con gran mimo. Y así iban recogiendo más y más historias con cada nueva cosecha de libros.

Un día, los más sabios del lugar se reunieron y acordaron compartir su tesoro con el resto del mundo. Eligieron a un grupo de jóvenes y los animaron a escoger un libro del primer árbol que había crecido en el pueblo. Después, los enviaron a recorrer los caminos.

Ellos se repartieron por el mundo, buscando un hogar para su preciada carga, y así, con el tiempo, cada uno dejó su libro en una biblioteca diferente.

Y cuenta la historia que allí siguen todavía. Que hay algunas bibliotecas que guardan entre sus estantes un libro especial que deja caer palabras-semilla. Y que, si aterrizan en el lugar adecuado, cada una de esas palabras crecerá hasta convertirse en un árbol que dará como fruto nuevos libros.

Nadie sabe en qué bibliotecas se encuentran estos libros maravillosos. Se desconoce también cuáles, de entre todos sus volúmenes, son los que proceden del pueblo donde los libros crecen en los árboles. Podría ser cualquiera, y podría estar escondido en cualquier rincón de cualquier biblioteca del planeta.

Animaos a entrar en ellas y a explorar sus estanterías, viajeros; porque quizá deis por casualidad con un libro cuyas palabras echen raíces en vuestro corazón y hagan crecer un magnífico árbol de historias cuyas semillas puedan llegar a cambiar el mundo.
¡Feliz día de la biblioteca!

Laura Gallego

(14 de octubre de 2013)

 

miércoles, 23 de octubre de 2013

"Argenta. Una batuta centenaria" exposición en el Auditorio Nacional de Música



Ayer, un martes de octubre lluvioso en Madrid, viniendo del trabajo topé con esta exposición.

Está en plena calle, delante del Auditorio Nacional de Música, en la calle Príncipe de Vergara. 

Recordando a Ataulfo Argenta:  "Argenta. Una batuta centenaria" se titula la exposición. Porque nació en Castro Urdiales en el año 1913.

12 paneles que quieren mostrar al músico en el entorno que vivía. Y para ello lo dividen en cinco secciones y un preludio. Su entorno personal, sus raíces, sus aficiones, su biografía, su carisma (sus manos, sus brazos largos, su estatura), sus pasos musicales en el terreno nacional, su carrera, su salto fuera de nuestras fronteras... 

Está bien. La verdad es que yo me entretuve un rato. Llovía, era de noche, hacía fresco, y fue de pronto como un alivio, como un respiro después de todo un día otoñal de trabajo...

Tenéis tiempo porque estará hasta el 24 de noviembre.

Recuerdo, a próposito de esta exposición , que en el programa Documentos de Radio Nacional de España hay uno dedicado a éste músico. Por si queréis buscarlo en "A la carta...".

12 paneles expositivos, la huella de su trayectoria dividida en cinco secciones y un preludio que sitúa a Argenta en el momento musical que le tocó vivir. Así, cuando Europa renacía de sus propias ruinas tras la Segunda Guerra Mundial había llegado el momento de reinventar todo. Incluso la música. Y con ella a los músicos también.
Como director de orquesta, este cántabro se preocupó por crear nuevos aficionados, por relacionarse de manera natural con su público y quiso construir un mundo mejor a través de su arte. Un director estrella, una figura con carisma, personalidad, raza, un visionario y un artista audaz que rompía moldes, fronteras y atravesaba el aislamiento de un país detenido en el tiempo con una carrera internacional sólida.
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12 paneles expositivos, la huella de su trayectoria dividida en cinco secciones y un preludio que sitúa a Argenta en el momento musical que le tocó vivir. Así, cuando Europa renacía de sus propias ruinas tras la Segunda Guerra Mundial había llegado el momento de reinventar todo. Incluso la música. Y con ella a los músicos también.
Como director de orquesta, este cántabro se preocupó por crear nuevos aficionados, por relacionarse de manera natural con su público y quiso construir un mundo mejor a través de su arte. Un director estrella, una figura con carisma, personalidad, raza, un visionario y un artista audaz que rompía moldes, fronteras y atravesaba el aislamiento de un país detenido en el tiempo con una carrera internacional sólida.
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12 paneles expositivos, la huella de su trayectoria dividida en cinco secciones y un preludio que sitúa a Argenta en el momento musical que le tocó vivir. Así, cuando Europa renacía de sus propias ruinas tras la Segunda Guerra Mundial había llegado el momento de reinventar todo. Incluso la música. Y con ella a los músicos también.
Como director de orquesta, este cántabro se preocupó por crear nuevos aficionados, por relacionarse de manera natural con su público y quiso construir un mundo mejor a través de su arte. Un director estrella, una figura con carisma, personalidad, raza, un visionario y un artista audaz que rompía moldes, fronteras y atravesaba el aislamiento de un país detenido en el tiempo con una carrera internacional sólida.
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