Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

lunes, 19 de junio de 2023

Los lunes-viernes y los murales (Los Llanos de Aridane)

 


Los lunes nos inventábamos que eran viernes. 

Cogíamos papel y lápiz y jugábamos a la horca con la palabra "despertador". 

Después nos echábamos a la calle, estirábamos los brazos y jugábamos a ser felices moviéndolos arriba y abajo, mientras corríamos como locos por las aceras. La gente se apartaba a nuestro paso y nos miraba llevándose su índice a la sién. 

Pero a nosotros no nos importaba, porque teníamos la ilusión intacta de quién al día siguiente no tiene que madrugar.  

-¿Me ajuntais? nos preguntó un señor trajeado y zapatos brillantes.

-¡Por supuesto! -le contestamos, sin dejar de planear- Solo tienes que inventarte que hoy es viernes. 

Y el señor trajeado extendió sus brazos, empezó a moverlos arriba y abajo y echó a correr detras de nosotros.

Pronto fuimos una fila muy larga de funcionarios, barrenderos, conductores de metro, churreros... muchos soñadores, a la vez y juntos, planeando por las calles de Madrid. 

Y mientras las recorríamos, de pronto, las fachadas se iban coloreando, se iban poblando de seres increibles que salían a nuestro encuentro, que se asomaban a conocernos y nos saludaban encantados desde su pared.

Los lunes-viernes eran tan mágicos que podía ocurrir cualquier cosa.










viernes, 16 de junio de 2023

Los viernes y el tiempo

 


 

Tienen los viernes vocación de chistera, nubes en el cielo, juegos de rayuela.

Tienen los viernes cometas y viento,

            ganas, brincos, colores, conversaciones.

Tienen tanto, tienen risas.

Vida.

Tienen todo mi respeto, mi admiración.

Tienen el mayor tesoro:

Traen tiempo.




#viernes #tiempo #escribir #vivir #vivirviajando #tazacorte




jueves, 15 de junio de 2023

Centro Cultural Emilia Pardo Bazán, exposición "Manuel Benedito pasión por la pintura"

 


Llevabas tiempo queriendo conocer el nuevo Centro Cultural Emilia Pardo Bazán de Madrid. Pero tu ciudad no se acaba nunca mientras que el tiempo, sobre todo el dedicado al ocio, lamentablemente sí. 

Así que sin darte cuenta volaron algunos meses hasta que al fín un caluroso mediodía entre la jornada laboral de la mañana y la tarde te escapaste, y por fin pudiste bajar a los bajos de la Castellana, en el distrito del barrio Salamanca y a la altura de Colón, donde pudiste conocerlo. Qué bien que hayan recuperado ese espacio para actividades culturales ¿No?

Te perdiste la exposición dedicada a la escritora. Doña Pardo Bazán vivió muchos años en la capital y además está enterrada a pocas manzanas. Sabías que en el nuevo Centro Cultural había una exposición dedicada a ella, pero ya no estaba. Ohhhh. Una lástima. Seguro que te hubiera gustado. Pero bueno, no hay mal que por bien no venga, y te encontraste con la del pintor Manuel Benedito que no conocías.

 

La exposición no es grande, una pared con algunos paneles, pero claro es un centro cultural te dices, no es una sala de exposiciónes ni un museo, y te vino muy bien para hacerte una idea de su persona y trayectoria. 

Manuel Benedito ahora sabes que nació en el 1875 en Valencia, donde fue discípulo de Sorolla, y con el que vino a Madrid. Fue retratista, paisajista, costumbrista y pintor de viajes. Fue ilustrador en revistas como Blanco y Negro y España Moderna. Pasó por Roma y volvió a Madrid donde tuvo su estudio en la calle Nuñez de Balboa núm. 4 y donde ahora hay una placa señalándolo. Ahora sabes también que existe una fundación desde el 2022 que lleva su nombre por iniciativa de Vicenta Benedito, sobrina e hija adoptiva del pintor, y que tiene como finalidad principal la difusión y el estudio de su obra así como la exposición de los fondos disponibles, para ofrecer una panorámica de su pintura. La colección se ubica en un espacio construido en el lugar donde estuvo la casa-estudio de Manuel Benedito desde 1927 hasta su fallecimiento y que en la actualidad es la sede de la Fundación.

Tuvo muchos encargos durante toda su vida y éxito. Fue elegido Académico de Número de la Real Academia de Bellas de San Fernando y heredó el puesto de profesor que dejó Sorolla. 

Murio en Madrid en 1963. 

Y ahora que sabes todo ésto que no sabías, piensas la de veces que habrás pasado por allí, por la calle Nuñez de Balboa, 4 y no has advertido esa Fundación. Piensas que la próxima vez no solo tendrás que fijarte mejor sino que deberías hacerle una visita. Y sobre todo vuelves a asombrarte de que esta ciudad, de que Madrid, no se te termina nunca. Qué suerte. 

 




 





miércoles, 14 de junio de 2023

"Una mujer no muere jamás" de Elisa Beni. Reseña Literaria

 

 

"Sé valiente. El arte es sencillo, lo que es realmente difícil es la vida"

 

El último libro que he leído ha sido "Una mujer no muere jamás" de Elisa Beni.

Confieso que cuando lo comencé no acababa de entusiasmarme, no sé qué le encontraba, creo que me parecía un poco previsible la historia de una de las protagonistas. Sin embargo, a medida que iba leyendo me iba atrapando ese doble argumento que tiene, contado a dos voces, y ambientado en Madrid, precisamente en la calle donde he trabajado y estoy todos los días. Claro, me resultaba tan familiar ese barrio del que hablaba, ese ambiente diario, que eso me motivó a seguir leyendo y me alegro porque al final me gustó la novela. 

"...cada raíz del tejo entra en la boca de uno de los cadáveres enterrados y de ese modo el muerto le cuenta al árbol todos los secretos que jamás contó a nadie en la vida y el árbol se hace poseedor de todos los misterios de los humanos para deshacerse después de ellos entregándoselos a la brisa. Una especie de comunión entre los humanos como sociedad y el árbol como fuerza de enlace con la naturaleza, ..."

Lo primero que me atrapó de la historia fue su arranque: Lara se ha comprado un piso en la calle Santa Engracia de Madrid, una zona que no está nada mal, pero a muy buen precio. No quiere preguntarse porque ha podido hacer tan buena compra, sin embargo en la fiesta que hace de inauguración alguien dice que precisamente fue en su piso donde encontraron el cadáver momificado de su anterior inquilina. Encontraron a una mujer que estuvo diez años en su baño sin que nadie la buscara y por tanto la encontrara...

No os estoy destripando nada porque solo empezar la novela ya os lo dicen. Y aquí ya tenemos los dos hilos temporales de los dos argumentos. Por un lado seguiremos la historia de Lara en el año 2019 que se va a empeñar en saber quién era esa mujer y por qué nadie se interesó por ella. De hecho se va a interesar tanto que al final hasta su propia vida se verá influida por la de la muerta, de la que en principio solo sabe que vivió en su casa. Y por otro lado tenemos la historia de Maixabel, la anterior dueña, una mujer que empezamos conociendo a finales de los años cincuenta, en el 1957, y cuya vida iremos siguiendo hasta que muere siendo ya una mujer mayor. 

La ambientación yo creo que está bien. Comienza en el norte, en Bilbao, pero casi toda la novela se desarrolla, como os decía, en Madrid. El año 2019 está ahí mismo, justo antes de la pandemia que ya se va anunciando al final casi de la novela. Y por otro lado, gracias a la historia de Maixabel, vamos a ir siendo espectadores de excepción de la vida de las mujeres españolas durante la posguerra hasta nuestros días. Recordaremos cuando las mujeres no se podían ir de casa a no ser que el padre las dejara o se casaran. No podían tampoco trabajar sin su permiso. No podían abrir una cuenta en el banco. Tenían que aguantarse con matrimonios infelices o el adulterio hasta que llegó el divorcio... En fin, la verdad es que en esta novela se hace un buen repaso en nuestro camino a la independencia. 

Además de lo que ya os he dicho, aborda varios temas: el amor, la soledad, la vejez, la dignidad de los ancianos, la sociedad...  

A mí me han gustado cómo están construidos los personajes de esta novela. En el de Lara quizá lo notemos menos, hay menos evolución. Pero en el de Maixabel se ve muy bien como va cambiando, como va haciéndose más madura, más independiente. La autora ha sabido reflejar muy bien los cambios exteriores en el interior de ese personaje y, al menos yo, a medida que va avanzando la novela la he ido queriendo más. Me la iba creyendo más. También me ha parecido muy interesante el personaje de Soledad, mucho.

Me ha parecido una novela amena, entretenida, escrita con una prosa sencilla que va fluyendo y que me ha ido atrapando más a medida que iba discurriendo porque pasaban cosas, no dejaban de pasar, e íbamos descubriendo la "cierta" (no es ninguna novela de misterio) intriga con la que arranca. Se lee bien. Me iba apuntando algunas frases porque las reflexiones que iba intercalando la autora entre la narración, en la boca de algunos de los personajes, me parecían interesantes. Os copio alguna de ellas. Ahora pienso que más que la historia, me ha llegado la forma de contar a medida que iba avanzando en la lectura. Aunque también es verdad que es creíble, entiendo esa curiosidad por alguien que vivió en nuestra propia casa, y que murió aparentemente, solo aparentemente, tan solo. Claro que es creíble.

 "Escribir es un calvario, pero es una de las pocas formas de ser feliz".

"Hay viajes que no se hacen en comandita y el del amor y el desamor es uno de ellos."

"Tu cuerpo es un derribo, un naufragio que nadie toca sino con esos absurdos guantes de plástico, y ya nunca vuelves a tener una piel sobre la tuya. Fíjate que esa es quizá una de las pérdidas más dolorosas y en las que menos repara todo el mundo. Ser un intocable, eso es lo que nos reserva el futuro. De haberlo sabido, hubiera guardado en el cofre de mi memoria no solo cada caricia sino también cada vez que me estrecharon la mano o me revisaron una lesión o me dieron un masaje o, tal vez, alguien me sujetó del brazo para evitar que cayera. Cualquier cosa de esa vida en la que otro ser humano te presta el calor de su piel sobre la tuya y te recuerda así que perteneces a su especie y que comulgas con él en el destino. Intocable eres cuando ya solo el plástico se posa posa sobre ti y son guantes lo que te enjabonan y guantes los que te visten y los que te revisan mecánicamente cómo sigues de salud. Guantes y no manos. ..."



domingo, 11 de junio de 2023

Las colecciones. Los aseos

 


De pequeña tenía una caja de muñecas recortables. Las tenía morenas, rubias, pelirrojas, con pelo corto, largo, de todos los tipos y colores. También tenía en la misma caja muchos y diferentes vestidos, con esas típicas pestañitas que se doblaban y sujetaban a los hombros de las muñecas para vestirlas. Me gustaban mucho, creo que casi más que las muñecas más grandes y voluminosas. Lo malo es que en una de las mudanzas la caja de mis recortables se perdió para siempre. 

Después he seguido con mis colecciones de papel. Y he coleccionado separadores de libros, los tengo de varios países, siempre me devuelven una sonrisa cuando los veo. Aunque confieso que los miro poco, la nostalgia puede ser muy pegajosa. 

Lo que empezó con la caja de recortables ha seguido conmigo toda la vida. Y sigo coleccionando. A veces me preguntó por qué. 

Dicen los expertos que al hacerlo liberamos dopamina, que obtenemos placer cuando buscamos y conseguimos. Y como en casi todo, ofrecen diversas razones. Lo hacemos a veces para conectarnos con el pasado, o puede ser que sea porque nos gusta ordenar, clasificar, o también lo hacemos para llenar algún vacío interior que acarreamos... En fin. Pero tampoco importa tanto por qué. El caso es que a algunos nos da por coleccionar.

Yo disfruto coleccionando faros. Me gusta ir a buscarlos a donde están, encontrarlos, disfruto mucho contemplando el lugar apartado dónde perviven, suele ser una maravilla y disfruto, por supuesto, viendo cómo son ellos. Pero si además me dejan entrar y subir... bueno, entonces ya, levito. 

Vale, también es verdad que me gusta coleccionar los letreritos de los aseos. Supongo que, de haberme conocido, Freud disfutaría mucho conmigo y esta fijación que tengo.

 Los que os traigo hoy los atrapé en la isla de La Palma. Los de dibujos de algún crío estaban en Santa Cruz de la Palma en un sitio donde hacen unos zumos riquísimos. Y los otros más decorativos de niños leyendo en el baño son de un restaurante en Los Canarios donde nos ofrecieron un mojo casero que madre mía... Así que, ya veis, pura nostalgia.

 



 






viernes, 9 de junio de 2023

"Hasta el cuarenta de mayo..."

 


 Dicen que la primera referencia escrita a lo de "Hasta el cuarenta de mayo..." fue publicada en el año 1896.

¡1896! Mucho más de un siglo. Si eso es escrito, imposible saber cuánto tiempo llevaremos diciéndolo. La tradición oral es muuuy larga. Sin embargo nadie duda de que no le falta razón al refrán. 

"Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo".

 "Sayo", palabra derivada del latín "sagum". Y nos dice el diccionario de la Real Academia en su primera acepción que nos referimos a: "Prenda de vestir holgada y sin botones que cubría el cuerpo hasta la rodilla". Y en la segunda que alude coloquialmente a cualquier vestido.

Bueno, pues ya hoy es 40 de mayo, o lo que es lo mismo 9 de junio. Y hubo días en abril que nos quitamos el sayo y lo que no fue el sayo, de la calorina que teníamos encima, para pasados unos días, volvérnoslo a poner. 

Ahora vas por la calle, y a poco que te fijes, ves de todo: botas y sandalias, abrigos y chubasqueros, gafas de sol y paraguas. Ves quién ha cambiado el armario del todo, quién aún no lo ha cambiado y quién tiene el batiburrillo que tenemos la mayoría y según el día abrimos sus puertas y así vamos. Luego ya se verá si nos hemos equivocado o no con la vestimenta. ¿Nos hemos vuelto locos? No, simplemente se ha vuelto a cumplir. 

Ya sabes: Hasta el cuarenta de mayo, no te quites el sayo.

Hoy el cielo de Madrid amaneció totalmente despejado pero poco a poco una nubes esponjosas vinieron correteando e iban ganándole terreno a ese azul nítido de primera hora de la mañana.

Reconozco que a mí el cielo de Madrid me tiene robada la voluntad. Y hay días, hay 9 de junios, que está especialmente bello ¿no creeis?

¿Será verdad? ¿Mañana ya podremos quitarnos el sayo?

 

miércoles, 7 de junio de 2023

"Las gratitudes" de Delphine de Vigan. Reseña Literaria

 


"Hoy ha muerto una anciana a la que yo quería.

A menudo pensaba: «Le debo tanto.» O: «Sin ella, probablemente ya no estaría aquí.»

Pensaba: «Es tan importante para mí.»

 

Importar, deber. ¿Es así como se mide la gratitud?

En realidad, ¿fui suficientemente agradecida? ¿Le mostré mi agradecimiento como se merecía? ¿Estuve a su lado cuando me necesitó, le hice compañía, fui constante? ..."



Esta novela me ha encantado. Me ha parecido toda ella deliciosa. 

No había leído nada de esta autora y ahora me tendré que leer más libros suyos. No tengo más remedio. 

Es una novela pequeñita que se lee muy rápido y está contada a dos voces. La voz de Marie y la de Jerome, la vecina y el logopeda, y también las dos personas que visitan con asiduidad a Michka Seld, una anciana que está viviendo sus últimos días en una residencia y que todo su afán es dar las gracias a un matrimonio al que no ha visto desde niña.

No quiero contar mucho, porque no quiero destripar la historia. Solo contaros que habla del paso del tiempo, de la vejez, de la soledad, de las palabras y sobre todo de la necesidad y la importancia de dar las gracias. 

Está contada con esas dos voces que se van alternando, tenemos dos narradores en primera persona, tres personajes principales y una prosa impecable, sin grandes alardes, que va desgranando la historia de forma más bien somera pero al mismo tiempo casi  poética. Somos espectadores de excepción del fin de esa anciana y es conmovedora tanto ella, el personaje, como la historia que se cuenta. Los fragmentos en los que se ve más la afasia con esos cambios de palabras tan bien colocados donde procede, me han parecido una delicia.

Es una novela que transmite mucho, que la sientes. Un descubrimiento de autora y de historia. Muy recomendable.