Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

miércoles, 27 de julio de 2022

De los nombres de las tiendas. Ponferrada y Tarragona

 

Tienda de quesos en Ponferrada

En este blog hacemos varias colecciones. 

Y toca seguir completando una de ellas. Hoy vamos a poner más cromos en la de "Nombres curiosos de tiendas o locales". Porque nos gusta el ingenio a la hora de nombrar. 

Nos gustan los nombres trabajados. Los que han surgido de esa chispa ingeniosa que salta dándole vueltas a las palabras hasta llegar a inventar o descubrir un nombre interesante. Uno que sea original por llamativo, porque incluya un juego de palabras o algún doble significado, que sea reconocible, dificil de olvidar, que tenga en cuenta la fonética, cualquier cosa que lo haga especial. 

Un nombre que nos haga sonreír a los letraheridos.


Y hoy tenemos por un lado dos cromos que me han regalado mis amigos Javier y Ana cuando viajaban por tierras de Ponferrada:

Una tienda de quesos que han llamado "Vida láctea". 

Una tienda de legumbres para la que han utilizado la frase hecha: "Habas contadas". 

Súper oportunos los dos.

Están bien ¿Verdad? Son buenos sí.

Tienda de legumbres en Ponferrada

Y por otro lado pegamos un cromo que atrapé viajando por Tarragona. 

Allí recalamos en una cafetería que se llamaba ni más ni menos: "En tiempo de María Castaña cuando hablaban las calabazas".

Me encantó. 

Y además bien amables que eran las dos personas que lo llevaban. Así que cómo no me lo iba a traer...


Bar en Tarragona


jueves, 21 de julio de 2022

Casa Museo de Carlos Barral en Calafell (Tarragona)

 

En el paseo marítimo de Calafell, el pueblo costero de Tarragona, hay una antigua casita de pescadores donde veraneaba Carlos Barral.

 

 

Carlos Barral, fue poeta de la generación de los 50, como Gil de Biedma, gran amigo suyo. También fue un editor muy importante. Al principio nadie apostaba por esa pequeña editorial, pero con el tiempo Seix Barral llegó a ser una de las que más prestigiosas e influyentes, y no solo aquí, sino también en el mundo editorial internacional. Creó también varios premios importantes gracias a los cuales en España llegamos a conocer a escritores como Vargas Llosa, García Marquez y tantos otros. El premio Biblioteca Breve,  el Prix International de Littérature y el Prix Formentor, otorgados ambos entre 1960 y 1967. 

Cuando su socio murió siguió en solitario con Barral Editorial, creando el premio Barral de Novela.

 

Aquella casita de pescadores en Calafell, que tan buenos recuerdos le traía de su infancia, sigue abierta. Es ahora una casa/museo que se puede visitar. Con las puertas y las ventanas de un intenso color azul y sus vigas de madera también pintadas, la vieja casa de pescadores se mantiene erguida, en pleno paseo marítimo, contra viento y marea. 

Es pequeñita, está salpicada de objetos y frases, fotos y recuerdos. 

Es un lugar muy agradable. 

Pero sobre todo en ella se respira el amor por el mar, y la literatura. 

 

  “Eran unas discusiones muy agradables, hasta que se emborrachaban completamente, y entonces yo los mandaba a la mierda”. Yvonne, editora y mujer de Carlos Barral.

 "Fue el único que confió en un muchacho que le llevaba un original para publicar por primera vez. Fue mi editor más importante y mi mejor amigo" Juan Marsé

"Ha sido un hombre importantísimo, sobre todo como editor. Ahora estamos descubriendo a autores que él ya había editado en los años cincuenta" Eduardo Mendoza

  "Carlos tradujo muy bien y muy tempranamente a Rainer Maria Rilke. Recuerdo un verso: ¿Quién habla de victoria? Sobreponerse es todo. Ha sido uno de los últimos editores". Jesús Aguirre 

 


 













lunes, 18 de julio de 2022

Frida Khalo "Alas para volar" en la Fundación Casa de México en España

 


Hay cuadros de Frida Khalo que no te pueden dejar indiferente. 

Y si además te los explican y empiezas a fijarte en cada detalle, en lo que quería narrar con ellos, en lo que mostraba de su vida, en lo que llevaba dentro, es como si te dieran un puñetazo en el centro del pecho. 

Y después, está lo que decía.

No es la exposición de la inmersión de la que te hablo. Es de la otra, la que te habla de su pasión, esa que se le escapaba por sus obras y sus palabras. La que te habla de su dolor, su impotencia, y hasta te muestra, en la última sala, un móvil con hojas de sus diarios. Es una exposición donde se entremezcla la estética con su parte humana.

"Hospital Henry Ford", "Sin esperanza", "Unos cuántos piquetitos", "La columna rota"...

31 obras originales, 91 fotografías y una exposición tan especial... 

Solo tienes que ir a la Fundación Casa de México en España, donde hasta noviembre puedes ver una exposición individual sobre la artista y su obra. 

Terminará justo para el día de los difuntos. Aún hay tiempo de sobra, y los lunes, hay un tramo de horas a mediodía, en los que puedes entrar de forma gratuita. No tienes excusa.



 

Fundación Casa de México en España

C. de Alberto Aguilera, 20

viernes, 8 de julio de 2022

Faros de Grecia: Patras y Poros

 

 

Esta vez no iba a cazar faros. Pero sucedió que ellos me cazaron a mí. 

No sé cómo lo hicieron, pero consiguieron captar mi atención, atraerme con sus malas artes y que yo hiciera por acercarme hasta ellos todo lo que podía.

Solitarios y majestuosos. 

 

El primero estaba en Patras, la tercera ciudad más grande de Grecia.

Habíamos ido a ver su catedral. La Catedral de Agios Andreas es la iglesia más grande de Grecia. Una basílica bizantina impresionante. 

 

Pero muy cerca estaba aquel faro. Solo había que atravesar unas vías y acercarse hasta el mar. Y allá que fuimos a presentarle nuestros respetos. 

Ahora se que no es el faro original. Se que lo construyeron no hace tantas décadas en el mismo lugar que estaba el originario que destruyeron cuando reformaron el puerto. ¿¡Por qué!? 

El caso es que hicieron éste que en su base tiene una cafetería y un parque y que luce tan bien.

 

 


 

 

El segundo faro que me atrapó, de pronto, salió a nuestro encuentro. 

Era de piedra y estaba en la isla de Poros

El barco se aproximaba al puerto de la isla, cuando bastante antes de llegar, en una Punta apareció ante nosotros aquel pequeño gran faro en la lejanía. Oh qué chulo... 

 

Ahora sé que data de 1870, y se llama el Faro de Dana, en la Punta Ntana de la Isla de Poros.

 












Y aquí los tengo, mis nuevos ejemplares para la colección. 

Aún huelen a mar.

jueves, 30 de junio de 2022

Grecia. Junio 2022

 


Me escapé a Grecia porque era una asignatura pendiente en la geografía de mis viajes.

Pagué el tributo de una maleta menos, a los griegos les agradó tanto que la abrazaron tan fuerte que quebraron para siempre su armadura. Pagué también con la impotencia de mi oxidado inglés y la indiferencia pasmosa de los que lidian día a día con los infortunios de los viajeros, en aquella caótica sala de aeropuerto que no era más que otra Torre de Babel.

Pero nuestra heroína se crece en las adversidades y estaba dispuesta a ganarse la corona de olivo. Solo quedaba que una Acrópolis eterna y luminosa le devolviera la fe en esa humanidad que consigue salvar lo que merece la pena del paso del tiempo.

Cumplí el sueño de conocer Meteora. ¡Otro más a tachar! le dije con un guiñó a la niña que dentro de mí seguía coleccionando y pegando cromos en el álbum de Las Maravillas del Mundo. ¿También era de Bimbo?

A Delfos fui a pedirle consejo, a Epidauro que me devolviera la salud. Y en Olimpia me enamoré otra vez del Hermes de Praxíteles.

Tuve suerte con los compañeros de viaje, y conseguimos hacer risas de las estrellas que se le cayeron a aquel hotel, o de las recetas que se repetían menú tras menú en aquel barrio de Atenas. 

Pero sobre todo tuve aún más suerte con nuestra guía que, como Eco, nos prestaba su voz para que viajáramos siglos atrás.

Ya siempre colgarán del viaje de Grecia la voz y las risas de Alba. No podría imaginar mejor acompañante que, cada día, nos contaba, nos transportaba, nos hacía revivir cuánto existió o se escribió de aquellos lugares que pisábamos. Leónidas, La Iliada, La Odisea… Con cuánta gracia, tanto a dioses como a héroes, ha sentado a nuestro a lado en ese autobús, hasta terminar rozándonos el corazón con ese “Camino a Ítaca” de Kavafis para despedirnos:

Cuando emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo …

 









viernes, 17 de junio de 2022

"Villa Winter" en Fuerteventura. Un relato de misterio.

 


Hubo un tiempo, ya lejano, que me dió por leer a Vazquez Figueroa. Hace muuuuchos años.

Sus libros de Cienfuegos me encantaron. Me leí uno detras de otro, los seis, hasta saber el destino de aquel gomero pelirrojo y aventurero que se equivoca y se embarca sin querer en una de aquellas famosas carabelas, cuyos nombres aprendimos todos de niños. Aquel gomero analfabeto y querido que termina viviendo el descubrimiento de América. 

Recuerdo con mucho cariño los libros de "Cienfuegos".

Despues me leí alguno que otro más de este autor, como "Fuerteventura". De éste, que me gustó menos, siempre me acordaba de la casa que describía en el libro. 

Una casa muy misteriosa. 

 

Son esas cosas de las lecturas que se te quedan ahí colgando de un imperdible invisible de la memoria. Y cómo a una le gusta viajar casi, solo casi, más que nada en el mundo, no pude evitar decirme con decisión: "Un día voy a verla". 

"Villa Winter" fue construida por un ingeniero alemán, Gustavo Winter, en los años 40. Este ingeniero dicen que estaba en la lista negra elaborada por la Inteligencia Británica en 1945. Dicen que su mujer cuando vió las obras dijo: "Yo aquí no vivo". Pero parece ser que al hombre le encantó la isla, y no me extraña, y que incluso quiso comprar la Península de Jandía.

La casa está rodeada de un halo de leyendas de nazis escapados que recalaron en Fuerteventura para cambiarse de cara y posteriormente huir a Sudamerica. Leyendas de submarinos alemanes que aún están bajo Villa Winter, porque había túneles que la conectaban con el Océano. Leyendas de prisiones y quirófanos en sus sótanos. Muchas leyendas.

Lo cierto es que la casa está en medio de la nada. Y te preguntas: "¿Cómo pudo a alguien ocurrírsele hacerse semejante casa ahí?". En un lugar maravilloso pero recóndito y de dificil accesibilidad. Por eso, seguramente, sigue siendo de una belleza apabullante.


 


 

 

  

 

 

 

 

 

 

Cofete está al sur de Fuerteventura, en la península de Jandía. Llegas por un camino tormentoso de tierra y de cabras, tras casi veinte kilómetros penosos de curvas y altura, pero con unas vistas maravillosas. 

Cofete es un lugar especial con 14 kilómetros de playa sin urbanizar, salvaje, preciosa. Con un antiguo cementerio abandonado, y allí en lo más alto, donde casi no alcanza la mirada vigila Villa Winter.

 ¿Cómo no ir a verla?

 

Y cómo la conocí por una novela, y está en un lugar maravilloso y desértico de Fuerteventura, Cofete, tenía que hacer con ella una entrada en mi blog. Una entrada para nuestra colección de "Lugares mágicos literarios".





miércoles, 15 de junio de 2022

Al descubierto. Obras seleccionadas de The Howard Greenberg Gallery. En la Fundación Canal, en la Sala Mateo Inurria 2.

 

Martin MUNKÁCSILiberia, c.1930

" Henri Cartier-Bresson contaba: “En 1932, vi una foto de Martin Munkácsi en la que se podía ver a tres chicos corriendo hacia el mar y tengo que confesar que fue la chispa que encendió los fuegos artificiales. De repente comprendí que una fotografía podía atrapar la eternidad en un momento”."

 

 

 

En esta primavera loca que tenemos en Madrid, en la que tan pronto nos poníamos la cazadora como nos estamos achicharrando, he tenido la oportunidad de ver varias exposiciones.

Sin embargo, no he encontrado el rato de reseñarlas.

Me viene a la memoria de pronto, aquella que vi en abril y que todavía se puede visitar: Al descubierto. Obras seleccionadas de The Howard Greenberg Gallery. En la Fundación Canal, en la Sala Mateo Inurria 2. 

Me gustan mucho las exposiciones de fotografía, y las del Canal de Isabel II, tanto esta sala como la de la calle Santa Engracia, procuro no perdérmelas.

En esta ocasión, se trata de una selección de 111 fotografías únicas de 66 artistas, de uno de los principales archivos fotográficos del mundo, el de The Howard Greenberg Gallery (Nueva York) donde se atesoran más de cuarenta mil fotografías. Howard Greenberg es uno de los coleccionistas y galeristas de fotografía más destacados del mundo

Esta exposición, yo no diría que me gustó mucho, sin embargo tengo que decir que no se me han olvidado algunas de esas fotografías por la inquietud que me transmitieron. Y eso es de destacar.

Es una exposición muy variada. Son, en su mayor parte, obras desconocidas de grandes fotógrafos (Walker Evans, Robert Frank, Eugène Atget, Robert Capa, Elliott Erwitt, Helmut Newton, Vivian Maier... entre otros). Lo curioso es que las han colocado en la exposición al lado de las de otros artistas no tan conocidos. Ordenándolas por grupos como si pudieran comunicarse entre ellas.

Escenas callejeras e interiores de apartamentos, retratos y paisajes... Obras muy importantes, pero conocidas, al lado de imágenes con las que se relacionan. Se ha tratado de que las fotografias crearan vínculos entre ellos.

Y siguiendo esta premisa que cada uno pudiera formarse un "Museo imaginario".

La idea es curiosa, está bien.

Yo os traigo mi propia selección de fotos de la exposición. Varias son de Helen Lewitt.


 
 
"A Helen Levitt le gustaba pasear tranquilamente por las calles abarrotadas de Nueva York, su ciudad natal. Con su cámara Leica colgada al cuello, siempre estaba en búsqueda de “la foto apropiada”, como a ella le gustaba decir. Recorría los barrios de la clase trabajadora, exploraba la vida de la calle en Brooklyn, el Lower East Side, Harlem y el Bronx. Se fijaba en el mundo oculto, el de la infancia y sus juegos.
 
El profundo estudio de Levitt sobre la relación entre el arte y el juego de los niños despertó un gran interés en la época. A partir de 1939, cuando su primera fotografía se publicó en la revista Fortune, sus imágenes fueron objeto de atención en diversas publicaciones. En 1943, el MoMA de Nueva York le dedicó una exposición individual, "Fotografías de niños de Helen Levitt", un logro notable para una fotógrafa tan joven, especialmente si tenemos en cuenta que la fotografía acababa de ser acogida en el ámbito de los museos. "
 


Helen LEVITTNueva York, c. 1940