Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

sábado, 4 de octubre de 2025

Concierto de Pedro Guerra y Javier Ruibal en el Teatro Caixabank de Príncipe Pío

 



Yo nunca había ido al teatro Caixabank Príncipe Pío pero surgió la ocasión y qué bien lo pasamos en el concierto de Pedro Guerra y Javier Ruibal que hubo el pasado 25 de septiembre. 

Qué buena forma de, prácticamente, terminar mis vacaciones y comenzar un nuevo curso. 

Desde la primera a la última, daba igual que la canción fuera de Ruibal como de Guerra pero qué bonitas eran todas las que iban cantando. Y sí, pillamos las entradas cuando ya casi no había, y estábamos arriba, arriba, y en la última fila, vamos peor imposible, pero, oye, qué bien los vimos en la lejanía y qué buen rato pasamos. 

Los vídeos bueno... parecen un par de fantasmitas con ese foco en toda su cabeza, pero el rato y el concierto un regalazo.




















miércoles, 1 de octubre de 2025

Aseos por el mundo y más allá



Porque si algo tenemos los humanos es que necesitamos un aseo. No queda otra. Entonces si cuando te toca ir por el mundo buscando uno, lo encuentras con un cartel que tenga su gracia pues mira ya entras con otra actitud, la cabeza alta y una sonrisa en la cara. Y si al entrar, además está limpito y huele bien, pues ya el acabose para "dejarte ir" en paz. 

Así que este es un homenaje a los carteles de aseos curiosos, porque con esa tontería que cuesta poco, nos hacen la vida y el mundo mucho más llevadero. 

Hoy traigo varias aportaciones de mis amigos Xosé y Conchi Velasco desde Eslovenia y desde el Hospital de Santiago. Mil gracias. ¿Qué sería de nuestras colecciones sin los amigos que las "cuidan"?

Tengo todavía unos cuántos cromos más, de otros amigos, esperando en la casilla de salida su turno. Se amontona el trabajo con esta colección. Dadme un poquito de tiempo que enseguida los pegamos al blog. 

Mil gracias a todos.











domingo, 28 de septiembre de 2025

Un 29 del 9

 




Mi madre decía que yo nací de noche, casi tan terminando septiembre que nazco el último día. Decía también que la enfermera preguntó si quería cenar, y ella contestó: "Claro, sí, sí", porque a saber cuándo yo me decidiría a llegar... Ojalá hubiera heredado yo el apetito de mi madre y su delgadez. "Se conoce", como decían antes, que al final llegué a "paso alegre" útero a través, porque, aunque nací de noche, todavía era el día 29. Como era "juernes" llegué tarde a casa, aunque aún no supiéramos de la palabra por aquel entonces. Pero así fue, me decidí a entrar en este mundo un jueves, un "29 del 9", con esa rima simplona de números que, sin embargo, me gusta por cantarina. 

De pequeña mi madre nos contaba muchos cuentos: Garbancito, Los siete cabritillos, La ratita presumida... Nos los contaba poniendo distintas voces, como se deben contar los cuentos. Imitando el eco en la tripa del buey cuando Garbancito hablaba. O impostando la voz del lobo cuando pretendía hacerse pasar por la madre de los cabritillos con la pata enharinada. De ella debí heredar yo esta querencia por las historias. Me encanta que me cuenten... lo que sea. Y si es una historia de la que, además, pueda aprender algo, mejor que mejor. Eso también es lo que más me gusta de los viajes organizados, la posibilidad de que nos toque un guía majo que mientras estemos de un lado para otro, vaya descontándonos en el oído la historia del lugar o sus particularidades.

Y seguramente será por eso, también, que yo cuento. Cuento historias. Y, una vez cada 365 días, también cuento años. Otro 29 del 9. Y aquí estamos.

Casi sin querer, echo la vista atrás, y en las cuentas con respecto a los años que vivieron bien mis padres salgo ganando. Ellos se alegrarían y a mí me da que pensar.  

Sin embargo, doy esquinazo a las divagaciones, y elijo quedarme, solo, con esta íntima obligación moral de celebrar. Celebrar no solo el cumple, sino cada día, intentando que el tiempo no pase sin más, que no se me quede nueva la vida, que se vea gastada y con bolas, porque nos la regalaron para vivirla. 

Muchas felicidades, digo a la niña de la foto. Sonríe ¡Vamos! Celebremos un año más, sin dejar de hacerlo y dando gracias. Siempre. 


29 de septiembre del 2025


viernes, 26 de septiembre de 2025

Los faros del verano 25

 


Ojalá cada mes tropezara con un faro. 

Uno que aportara luz entre las sombras y las dudas. Uno que, además de ser guía, fuera refugio. 

Ojalá que mi faro y el tuyo tontearan con sus luces. Que se reconocieran en la misma orilla y acompasaran la secuencia regular de sus destellos hasta hacerlas mellizas y extraordinarias. 

¿Te acuerdas de aquel tiempo y sus luces?

Del verano del 25 traje un montoncito de faros para esos meses en los que no tropezaré con ninguno. Meses de tardes cortas y ausencias largas. Horas que pierdo y me pierdo. 

Juego a colocar mis faros de dos en dos por casa, para que intimen y se iluminen de historias de algas y naufragios. 

Del verano del 25 traje un tesoro de faros, un haz de luces para mi envés. 

Una ofrenda a la nostalgia.











miércoles, 24 de septiembre de 2025

Saga de Jon Ander y Eider (Chassereau y Macua) de Noelia Lorenzo Pino

 




Arrancábamos septiembre, arrancaba el curso con lectura, exactamente con la reseña de los últimos libros que había leído. 

Os contaba que en agosto me había leído la trilogía de Novela negra de Chassereau y Macua de Noelia Lorenzo Pino: La sirena roja, La chica olvidada y Corazones negros. 

Son tres casos diferentes que tienen que resolver la pareja formada por la agente de la Ertzaintza Eider Chassereau y el suboficial Jon Ander Macua. En el primer caso, La sirena roja, encuentran dos cadáveres desollados que les van a llevar hasta una tatuadora donostiarra, Lorena. Todo apunta a un asesino en serie... En el segundo caso, La chica olvidada, ha aparecido muerta una joven de 20 años y resulta que hay muchas similitudes con otro caso semejante ocurrido catorce años antes que están sin resolver. Y en el último caso, Corazones negros, nos vamos a ver envueltos en un caso de trata de blancas y corrupción. 

Son tres casos diferentes pero que ocurren sucesivamente en la vida de los protagonistas ertzaintzas con lo cual vamos a poder seguir también las vicisitudes de éstos. De ahí que me los haya leído los tres seguidos como si fueran una misma novela con tres partes. Eso no quiere decir que no se puedan leer por separados, pero conviene hacerlo en su orden. Viven en Irún, así que están ambientadas las novelas en el País Vasco, y entre los años 2013 y 2014. 

Yo ya me había leído otra saga de la autora, la de Lur y Maddi, "Blanco inmaculado" y "Purasangre" que son más actuales. Me engancharon y salté a la otra saga.

Me ha parecido una lectura muy entretenida, tienen un buen ritmo y te absorbe. Es literatura para evadirme, y me gustan especialmente dentro de la novela negra porque la autora no se recrea en la maldad, como ocurre con otras novelas negras, ni en "la casquería" de los asesinatos. En la última novela el ritmo también se intensifica al cambiar de narrador, hay un narrador omnisciente que va contando la evolución de los acontecimientos en la resolución del crimen y por otra parte hay un narrador en primera persona. Como suele ocurrir en todas estas sagas te vas encariñando con los personajes que están bien perfilados, con sus claroscuros, pero van evolucionando a medida que vas avanzando con las diferentes historias. Los temas que trata son actuales y está muy bien dosificada la intriga, siempre hay más de un punto de giro que te deja descolocado... Yo siento que libro a libro están más elaboradas las historias. 

Y ahora pues no sé si seguir leyendo a esta autora porque resulta que mientras las leía me he enterado de que faltan dos libros más de la saga o pasar a otra historia totalmente diferente. Ya os contaré... 

Y como nunca llegué a publicar esta entrada porque se me enredó la vida pues ya os cuento que finalmente seguí con los dos siguientes libros de esta misma saga: La estrella de quince puntas y Animales heridos. 




Y, sin proponérmelo pero al mismo tiempo con determinación, los cinco libros seguidos de la saga que me he leído entre agosto y septiembre. Como podéis ver me han resultado muy entretenidos, ideales para evadirte ya sea en casa trabajando o de vacaciones. He seguido la historia de Jon Ander y Eider bien contenta, han ido evolucionando en su relación a medida que iban resolviendo casos. Cada vez la autora nos ha ido presentando casos más enrevesados, más opacos, con personajes más grises con aristas, con lo cual la intriga ha sido mayor. 

Es una saga que he disfrutado mucho. Y ahora ya sí que habrá que esperar si vienen más casos de esta pareja de ertzaintzas.




domingo, 21 de septiembre de 2025

El último día del verano del 25

 



Retomo la escritura el último día de verano del 25. 

Mi boca atesora el gusto del delicioso café del sur de Italia, mientras Doménico Modugno sonará para siempre en un septiembre caluroso salpicado de buenos momentos. 

Correspondo con otra sonrisa a tantas caras que no volveré a ver pero me sonreirán siempre desde todas las fotos que esperan, pacientes, las ordene. 

Mi particular puzzle encaja a la perfección la pieza del aromático café a la de un granizado de vermú murciano, mostrándome una playa cálida donde logro sumergirme despacio para mecerme y mecerme y mecerme. 

Hasta que un ejército de albornoces blancos me secuestra para llevarme en volandas hasta un nuevo mundo, acuático y relajante, uno que añoraré terriblemente en este inevitable otoño que se anuncia ya, no solo en el calendario, sino también en el viento que mueve las hojas y mis quejas. 

Retomo la escritura como quién retoma la vida de los días iguales. 

Necesito un flotador, llámalo letras, escritura. 

Erguida, barbilla arriba, 

a por los días iguales, iguales, iguales. 









viernes, 5 de septiembre de 2025

Era primeros de juio y Ponta Delgada callaba.

 


Me gustaba tanto aquel rincón, aquel parque llenito de flores, destilando tranquilidad. Volvía una y otra vez a aquel kiosco donde tomabas el zumo de frutas del día, contemplando la preciosa fachada del Museo, la Biblioteca, o simplemente sintiendo discurrir, plácido, el tiempo. 

Era primeros de julio y Ponta Delgada callaba. 

¿Por qué no te conté más de esa ciudad limpia situada en aquella isla preciosa que palpitaba en pleno océano? 

Una isla llenita de hortensias y lagos. 

Una ciudad que caminábamos sin prisa. 

Aquel viaje extrañamente lento. 

Su paz.


Desde sus fotos me reclama tiempo y mimo. 

Y no le falta razón. 

No pases cuidado, 

dame tiempo, 

Volveré.