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martes, 5 de julio de 2016

"Nosotros, los de entonces" de Marta Rivera de la Cruz


"-Bueno pues mira, ya era hora de que lo hicieses. Llevas cuarenta y tantos años comportándote como la reina del hielo. No está mal un poco de acción para variar. ¿Le tiraste alguna cosa? cuando supe que Robe me engañaba le arrojé un plato de porcelana antigua Blue Willow que nos había regalado su madre. Era carísimo el puto plato, y a él le encantaba. Se lo tiré, pero no para darle, sino para romperlo. Hacer trizas aquel chirimbolo me sentó de miedo.
Valva sonrió.
-Yo no rompí nada. Ya te digo que no estaba enojada. Y lo único que quería era que Étienne no se fuese. Nunca me he humillado de esa forma... Le dije cosas absurdas. Hasta le pedí perdón, como si fuese yo la que había hecho algo mal. Creo que si hubiese mantenido un poco de dignidad ahora me sentiría algo mejor.
- Vamos cariño..., en asuntos sentimentales la dignidad está sobrevalorada.
..."


Desde que descubrí "En tiempos de prodigios", novela de Marta Rivera de la Cruz que en el año 2006 fue finalista del Premio Planeta, no he dejado de leer los libros de esta autora.

Me gustan sus historias cotidianas, sus personajes normales, de la calle, su forma de tratar el amor, la amistad, los sentimientos.

Después de una novela negra de crimenes y psicópatas, se agradece mucho una historia cotidiana, sí, una de Marta Rivera de la Cruz.

Esta vez le ha tocado el turno a su última novela "Nosotros, los de entonces".

El argumento cuenta que una pandilla de amigos de la Universidad se reencuentras tras veinte años de apenas tratarse, con motivo de que uno de ellos quiere contarles algo importante.

Está ambientada en la actualidad y se desarrolla en un hotel de la Provenza, donde se lleva a cabo la reunión porque lo regenta una de las amigas del grupo con su marido. 

Los personajes están en torno a los cuarenta y cinco años, son seis amigos y la mujer de uno de ellos. Tres mujeres y tres hombres que se conocieron en la Facultad y cuya vida ya no ha discurrido paralela, unos están mejor situados económicamente, otros peor, unos están felices en su vida sentimental, otros no... en fin, personas normales y corrientes que podríamos ser cualquiera de nosotros. Son personajes muy bien perfilados, a los que vas conociendo a lo largo del libro a medida que van surgiendo las viejas rencillas, las anécdotas, los sentimientos.

Los temas que se abordan en el libro son la amistad principalmente, pero también el paso del tiempo, cómo nos cambia. Se aborda el amor, la belleza, los hijos, las responsabilidades...Y desde luego el mensaje de que las amistades son una de las mejores cosas de la vida, y hay que cuidarlas.

Esta contado en tercera persona, un narrador omnisciente. Y es una novela en la que hay muchísimo diálogo, un diálogo muy bien hilado, muy natural. Eso le da muy buen ritmo a la novela. Es muy entretenida, yo la he leído volando. Y es creíble. Yo creo que cualquiera se puede sentir identificado con cualquiera de esos personajes y sus amigos a los veinte años. Y después también veinte años después con un montón de responsabilidades y problemas que entonces no tenían.

Quizás lo que menos me ha gustado haya sido el final. Pero no porque no esté bien resulta, que creo que sí que lo está, sino porque esperaba algún giro más potente justo en el final. Aunque el detalle que tiene uno de los personajes está muy bien traído a ese final, no os puedo contar cual, pero cuando la leereis ya sabréis al que me refiero.

Y no tiene mucha importancia, es un detalle, pero tambien creo que la autora ha abusado un poco del adjetivo "imposible": Un malva imposible, una esquina de perspectiva imposible, colores imposibles combinados con jerseis de cachemir... Si solo lo hubiese utilizado para ese malva, o para esa esquina... Pero me ha chirríado un poco ese "imposible" aplicado a tantos sustantivos diferentes y tan seguido en los primeros capítulos. Y la autora escribe bien, yo creo que eso se le ha escapado. 

A mí me ha gustado, ya os digo que me lo he leído muy deprisa, porque me gusta la prosa de esta autora sencilla, cuidada, ágil, fresca, pero diseccionando los sentimientos con acierto. Me ha entretenido mucho porque hay varios giros en la historia bien salpicados a lo largo de la trama que hacen que el lector no pierda la atención. Es una novela de personajes que consiguen brillar solos, sin quitar protagonismo a los demás. Una novela coral.

Al principio de su lectura recordé una película "Los amigos de Peter" que me gustó muchísimo en su día, banda sonora incluída. Y me sonreí cuando en un momento dado la autora en la novela habla de ella. 

Es una lectura agradable.

jueves, 30 de junio de 2016

"Memento mori" de Cesar Pérez Gellida


"La doctora se paró en seco al percatarse del desconcierto que se reflejaba en el rostro de su interlocutor. Tras unos segundos preguntó:
-¿Me sigue?
-Doctora Corvo, ¿Conoce ese refrán que dice: "De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco"? Pues de lo primero tengo poco, y de lo último algo, pero de poeta... nada de nada.
-¿Conoce, inspector, ese otro de "Hombre refranero, maricón o pordiosero"? -atajó ella aderezando al reveés con una sonrisa de malicia.
Se hizo el silencio y se enfrentaron las miradas. Sancho soltó una carcajada tan agreste que retumbó en las paredes del local... "



Tengo un poco de atrasillo en la reseña de los libros que me he leído ultimamente, así que voy a poner orden.

Terminé de leer "Memento mori" de Cesar Pérez Gellida. El primer libro de una trilogía de novela negra titulada "Versos, canciones y trocitos de carne". Que nombrecito ¿eh? 

Pues es de lo más acertado porque en esta novela hay muchos versos, muchas canciones y también, no os voy a engañar, trocitos de carne. 

A mí me ha tenido muy entretenida. Me gusta leer la novela negra que hacemos aquí, aunque ya sabéis que me gustan mucho las de Jussy Adler Olsen, o Camilla Lackberg, y antes no me perdía ninguno de Henning Mankell del inspector Wallander. Pero siempre me gusta volver a los nuestro, y ver que están haciendo: Lorenzo Silva, Víctor del Árbol, Dolores Redondo, Tony Hill... Tenemos muy buenos novelistas en el género negro.

Esta novela no está mal, la verdad. Tiene de curioso, de original, que, cómo ya os he dicho, va intercalando muchas canciones, tiene banda sonora, y también además de hablar de literatura, ya sean versos o libros, tiene varios poemas muy relacionados con la trama. Eso me ha gustado mucho. Y para los que sean de Valladolid tiene el doble aliciente de que se desarrolla en esta ciudad. Cómo veréis es una novela bastante completa, porque toca varias artes: la música, la poesía, la literatura.

Pero no os he contado el argumento, os copio lo que dice en la contraportada:

"Aquella mañana de domingo nada le hacía presagiar al inspector de homicidios de Valladolid Ramiro San­cho que acababa de dar comienzo una pesadilla que lo dejaría marcado para el resto de sus días.
La investigación del asesinato de una joven ecuatoria­na a la que le han mutilado los párpados y cuyo cuer­po han encontrado unos versos amenazantes, ocupa las primeras páginas de esta novela negra narrada con un dinámico y atrevido lenguaje cinematográfico..." 
El autor ha escogido un narrador en tercera persona, salvo para el prólogo y podríamos decir, el epílogo, que están narrados en primera persona. Pero nos ofrece desde un primer momento dos puntos de vista, el del asesino y el del inspector Ramiro Sancho en su búsqueda.  Se van alternando los capítulos desde el punto de vista de uno y de otro. Sabemos desde un principio quién es el asesino y por qué lo hace. Pero aún así, el interés no decae en la trama. Para ayudarnos, además el autor fecha cada capítulo con el lugar, el año y la hora incluso.

El estilo de la prosa es sencillo y directo. El ritmo es bueno. Me ha gustado mucho en lo que se refiere al lenguaje. No solo porque combina una trama con intriga con unos diálogos muy ingeniosos, muy bien escritos, si no también porque salpica la narración con numerosas citas latinas, con refranes, con frases hechas. Combina muy bien el lenguaje coloquial con el culto. Eso me ha gustado.

Algunos ejemplos del lenguaje coloquial que existe en la novela y que yo no conocía por eso me ha gustado mucho encontrar:

"Para el amor y la muerte, no hay cosa fuerte"
"La esperanza es hija de la paciencia"
"Talento y talante se conjugan con tiento y aguante" 
"De músico, poeta y loco, todos tenemos un poco"
"El poco hablar es oro y el mucho es lodo"

Y también me ha descubierto palabras más científicas como:
"con un homicidio preterintencional, ya sabes, el típico "se me fue de las manos" de un don nadie..."

Los personajes principales están bien perfilados. El de Augusto, el asesino, millonario, muy culto, melómano, sibarita y sociopata. El de Ramiro Sancho, el inspector de homicidios cumplidor del orden, honesto, con un lenguaje salpicado de refranes que me gusta mucho. El de "Carapocha", o Armando Lopategui, que es el psicólogo criminalista que está presente en toda la investigación, con un pasado fascinante y un humor negro que deja traslucir en los diálogos brillantes que mantiene con. Son personajes muy trabajados, complejos, intensos, no tienen desperdicio.

La obra se estructura en un prólogo, 29 capítulos cada uno de ellos encabezado por un título que pertenece a una canción de Héroes del Silencio o Búmbury, ya os he dicho que hay muchas canciones (Héroes, Bumbury, Muse, Depeche Mode, Vetusta Morla... desde luego si al lector le gustan estos grupos tiene mucho ganado), y otro que es una especie de epílogo. Además de eso, el autor incluye al final un anexo con la banda sonora, otro con el poemario, porque cómo os decía tambien hay muchos poemas, y otro con los personajes. 
Ambientada espacialmente, como ya os he dicho, en Valladolid. Y temporalmente entre septiembre del 2010 y enero del 2011.


Lo que menos me ha gustado es esa especie de epílogo que tiene la novela. Me ha dejado un poco descolocada. Y claro que sea la primera parte de una trilogía. Pero en general me ha parecido entretenida y con ese punto de originalidad que la hace diferente a otras muchas. Supongo que me leeré las dos siguientes, no a continuación, pero sí más adelante.



lunes, 6 de junio de 2016

"Las sinsombrero" de Tania Balló



Acabo de terminar un libro que todas las mujeres deberíamos leer. Máxime si nos dedicamos a cualquier disciplina artística.  

Me estoy refiriendo a "Las sinsombrero" de Tania Balló. 

No es una novela. Es un reconocimiento, un homenaje a un grupo de mujeres que convivieron por edad y proximidad con los artistas de la Generación del 27, y que sin embargo apenas conocemos. 

Son mujeres que tuvieron relación con hombres de esta Generación, como los poeta Lorca o Alberti, con otros escritores con Juan Ramón Jiménez u Ortega y Gasset, con cineastas como Buñuel, o pintores como Picaso, Miró o Alfonso Ponce de León. Tuvieron relación porque compartieron amores o amistad con ellos. Trabajaron, vivieron, sintieron a su lado, pero los nombres masculinos nos han llegado a todos, sin embargo los femeninos se han ido perdiendo en el olvido. Incluso en las entrevistas que les han hecho a ellos, a la vuelta del exilio, o pasado ese tiempo tan creativo que fueron los años anteriores a la Guerra Civil, no aparecen, cuando estuvieron tan próximos por relaciones sentimentales, amistad, o de forma artística. 

Mujeres geniales que hay que recordar: Margarita Manso (1908-1960), Marga Gil Roesset (1908-1932), Concha Méndez (1898-1986), Maruja Mallo (1902-1995), Angeles Santos (1911-2013), María Zambrano (1904-1991), María Teresa León (1903-1988), Rosa Chacel (1898-1994), Ernestina de Champourcin (1905-1999), y Josefina de la Torre (1907-2002).



El nombre de Las sinsombrero viene de un gesto rompedor que hicieron en su día Maruja Mallo (pintora muy reconocida en Nueva York y Argentina, aunque muy poco aquí), Margarita Manso (también pintora y con quién dicen que Lorca tuvo un encuentro sexual y a quién dedicó un poema), el mismo Lorca y Dalí. Cierto día del 1927 tuvieron la idea de que ellas se quitarían el sombrero como signo de emancipación para atravesar la Puerta del Sol. En esa época fue toda una provocación y los que pasaban por allí comenzaron a apedrearles hasta que se metieron en el metro. 

Como vemos eran del mismo grupo de amigos, ellas se habían conocido en la Academia de Bellas Artes de San Fernando como a Dalí. 

Por otra parte, Gerardo Diego publicó una primera antología de poetas en el año 1932 en la que no aparece ninguna mujer. En el año 1934 publicó la siguiente, en la que incluyó ya a dos de éstas mujeres: Josefina de la Torre y Ernestina de Champourcín. Las dos únicas mujeres y porque venían avaladas por dos hombres influyentes, uno de ellos Juan Ramón Jiménez. ¿Cuántas veces hemos escuchado a hablar de estas poetas? Pues eran también de la Generación del 27.

Concha Méndez es quién lo contado: “… eso no se podía hacer, dice que le dijo además de  “Tú nos excluirás, pero yo debajo de esta falda llevo pantalones”. Aludiendo a su labor de editora junto a su marido, el también poeta Manuel Altolaguirre. Concha Méndez, fue también poeta.

También como literatas podemos hablar de Rosa Chacel (novelista) y María Zambrano (filósofa), discípula brillante de Ortega y Gasset. También escritora era María Teresa León, que emparejada con Alberti, llegaron a entrevistarse con Stalin para convencerle para que vinieran escritores revolucionarios a Madrid, sitiada en esos momentos.

Josefina de la Torre fue una artista polifacética, fue escritora y actriz, con 20 años la incluyó ya Gerardo Diego en su antología de 1934 y su último papel como actriz fue en Anillos de Oro. La poetisa Ernestina de Champourcín, discípula de Juan Ramón Jiménez, es considerada una de las personalidades más brillantes del 27, aunque ni su propia familia lo sabía hasta que fue bien mayor, según cuenta su sobrino.

Marga Gil fue escultora, una buenísima y precoz escultora, que murió trágicamente, se suicidó muy joven, dicen de amor por Juan Ramón Jiménez. Y Ángeles Santos, también muy buena pintora, entre el surrealismo y el expresionismo, y gran amiga de Gomez de la Serna.

Sus biografías, con todo detalle, son las que nos cuentan este libro.



Este libro es de esos que una tiene que tener cerca, para releerlo muchas veces, para que no se nos olviden estas mujeres que vivieron en una época muy dificil política y socialmente pero sin embargo muy, muy rica, casi efervescente creativamente hablando. A mí me resultan muy interesantes esos años tan prolíficos, tan ricos culturalmente hablando. Y fue en ésta época cuando ellas, que tenían tanto talento, lucharon por hacerse un nombre y un lugar en las artes.  

He disfrutado mucho con este libro, y lo he leído muy despacio en un intento de interiorizarlo lo máximo posible. Me ha dado la oportunidad de conocer a mujeres admirables de las que ni siquiera había oído hablar, o he profundizado en las vida de otras de las que solo conocía algún detalle. Que injusto ha sido el tiempo con muchas de ellas. La labor de investigación que ha hecho la escritora en torno a sus vidas buceando en entrevistas, en libros, en fotos, es muy de agradecer. Es nuestro pasado, nuestra historia, nuestra cultura.

Muy recomendable.


domingo, 22 de mayo de 2016

Poemas de Jorge Riechmann



Huesos 
de poema
para acompañar a vidas
en añicos.



Tierra mojada...
Los pulmones del mundo
respiran lluvia.




Días contigo
Horas contigo
instantes

Cada vez
como acampar
al lado de un manantial.




Cuando estás tendida
el mundo reposa

Cuando estás de pie
el mundo trabaja

Cuando los dos estamos
uno dentro del otro
el mundo está completo.


Poemas lisiados
Jorge Riechmann



 

jueves, 19 de mayo de 2016

"Distintas formas de mirar el agua" de Julio Llamazares






«La gente no sabe muchas veces lo que debajo del agua se oculta ni la historia que se borró para siempre con la demolición del último de los pueblos que aquí existieron. De ahí que algunos exclamen mientras lo contemplan:"¡Qué bonito!"...Y qué triste, añado yo.»

Me gustó esta novela de Julio Llamazares "Distintas formas de mirar el agua".

Me gustó para empezar ya el título, tan sugerente y tan oportuno. Porque el tema es principalmente ese: las distintas formas que tenemos de afrontar la péna, o la pérdida, el desarraigo, o las circunstancias adversas en general. Es una novela sobre el destierro y la nostalgia.

Pero comencemos por el principio, el argumento: Un familia se reune con motivo de la muerte del abuelo en un pantano donde acuden todos a echar sus cenizas al agua. Bajo el pantano está el pueblo de los abuelos, del que tuvieron que irse expropiados para que se hiciera éste. 

Me ha gustado esta novela, para empezar, porque tiene un trasfondo real. En el año 1968 se llenó el embalse de Porma. Para ello anegaron varios pueblos: Vegamián, Campillo, Ferreras, Quintanilla, Armada y Lodares. He leído que el autor era de Vegamián y que con 9 años tuvo que irse. En este caso los personajes de esta historia son de Ferreras. Los habitantes de Ferreras fueron los últimos en salir y los realojaron  en Palencia, en Tierra de Campos, cuando terminó la desecación de la laguna de la Nava, fundándose el pueblo de Cascón de la Nava, un pueblo de colonización.

Los personajes de esta historia son los miembros de una familia. Tres generaciones reunidas en el momento de la despedida al abuelo. El fallecido es el padre de la familia, Domingo. Y los demás son el resto de la familia, la abuela Virginia, la hija mayor Teresa, Miguel, el yerno, Jose Antonio, otro hijo, su mujer Elena, Virgina, la tercera hija, su ex marido, y algunos nietos: Jesús, Daniel que es ingeniero de caminos, sus nietas e incluso la novia de uno de los nietos: Maria Rosaria. Terminando por el hijo más pequeño: Agustín. Están bien perfilados, se distinguen bien en sus voces las diferencias de cada uno en sus actitudes hacia el drama familiar que ha ido goteando de los unos a los otros. Y finalmente el autor incluye a un automovilista que los ve desde fuera. También está bien esta mirada.

La estructura de la novela es muy interesante, porque cómo decimos es una novela coral. Todos los personajes son igualmente protagonistas. 16 personajes. El autor ha elegido el multiperspectivismo, la técnica por la cual cada personaje va teniendo voz en la novela, con un monólogo interior, una reflexión donde cuenta cada uno su versión del momento de echar las cenizas y su versión de la historia familiar. Todos forman un puzzle gracias al cual tenemos una visión general. Nos falta, por supuesto la voz de Domingo el patriarca, pero la podemos ver a través de las reflexiones de los demás. 

Es muy curioso, muy bien elegido, que el agua del pantano, actúe como espejo donde todos y cada uno de los integrantes de la familia se miran y nos cuentan lo que piensan.

"Durante todo ese tiempo su cuerpo se ha acostado cada noche junto al mío, sus ojos se han abierto y se han cerrado prácticamente a la vez que los míos, sus sueños se han confundido con los que yo soñaba. Tras tantos años durmiendo juntos (y aunque hace muchos ya que no teníamos relaciones) su cuerpo y el mío se acostumbraron el uno al otro y ahora al mío le va a costar aprender a dormirse solo. Y a caminar. Y a vivir. Y hasta a reconocer esa habitación que compartiré con otra persona cuyo cuerpo  será desconocido para el mío igual que el mío para él."

También está muy bien pensado el orden por el que van apareciendo los personajes, terminando con Agustín, el hijo pequeño, del que todos dicen que ha sido siempre el más protegido porque no es tan inteligente como los demás. Está muy bien cuándo al fin sabemos qué piensa Agustín, porque al final nadie lo sabe. Es curioso cómo finalmente lo sabe el lector de la boca del tantas veces aludido a lo largo de la novela. 

Cómo no podía ser de otra forma, dado el tema, el tono de la narración es nostálgico y evocador. 

Por supuesto en esta novela no hay sorpresas, tampoco es trepidante, no tiene sentido, y por tanto es previsible. Sin embargo te atrapa por lo real que ha sido lo que nos cuenta. En muchos pueblos de España se vivió. Y ese punto de vida real, y de histórico, te la hace ya muy atractiva. Es una novela aparentemente sencilla en su prosa, se lee muy bien, pero es muy profunda, y en ocasiones conmovedora.  

"Al final va a ser verdad que todo se reduce a unas imágenes, a unos paisajes que nos marcaron, a unas personas que nos acompañarán por siempre incluso cuando ya no estemos en este mundo para recordarlas. Eso es la vida, dice papá."

Bien es verdad que el utilizar el multiperspectivismo con tantos personajes se tiene el peligro de que en algún momento la lectura se te haga algo tediosa porque en realidad siempre estamos hablando de lo mismo. Pero también es cierto que Llamazares de vez en cuando te sacude con alguna frase especialmente lírica, o profunda, que enriquece mucho la lectura. 

"Gasté mi vida en el trabajo de volver".
Angel Fierro

viernes, 13 de mayo de 2016

"El nombre de las cosas" de Fernando Beltrán


¡Cuánto me ha gustado este libro de Fernando Beltrán! 

Ya había oído yo hablar de él, y ya le había escuchado sus poemas en La estación azul, el programa de literatura que hay en RNE los domingos a las tres de la tarde. Por eso para mi cumpleaños uno de mis hermanos me regaló uno de sus poemarios "Hotel Vivir", pero además me trajo este libro "El nombre de las cosas".

Para alguien como yo, a quién le gustan tanto las palabras, leerlo despacito y en papel, ha sido un lujo. 

Porque Fernando Beltrán es "Nombrador", un oficio, una profesión, aunque me gusta más el término oficio para ella, que se ocupa de buscar nombre a las cosas. Elegir el nombre de las empresas, de proyectos empresariales, de productos, de lugares... No viene aún en el Diccionario de la Real Academia, pero algún tendrá que venir: "Nombrador".

En este libro el poeta nos cuenta toda su trayectoria. Desde que era un estudiante que no quiso estudiar Derecho, que era lo que quería su padre, porque se dió cuenta de que él era poeta, y quería ser poeta. Hasta que un buen día se dió cuenta, trabajando en una agencia de publicidad, de que qn general estas agencias, las de publicidad o los creativos, ponían mucha atención en buscar la marca de algo, se preocupaban de todo lo relacionado con ello, pero nadie se ocupaba de buscarle el nombre. ¡El nombre! que es, al fin y al cabo, el principio de cualquier cosa: del producto, de la empresa, del establecimiento, de lo que sea.

Y entonces fundó el estudio creativo "El nombre de las cosas". ¿Quién hubiera dado algo por esa aventura? Pues es su empresa. Una empresa que nació solo de su ilusión, y su empeño.

Pues aquí tenéis al que inventó el nombre de Amena, de Faunia, de Opencor, de La Gavia... y un montón de nombres más que nos salen al paso todos los días. 

"Ellos me cuentan, me explican lo que quieren. Una señora quería que su tienda de velas tuviera que ver con la literatura, y a mí se me ocurrió novela. El dueño de un restaurante quería un nombre que aludiera a su intento de que el que fuera a comer se sintiera como en casa. Se me ocurrió casa prestada".

El autor nos va contando cómo comenzó en ésto, en un despachito de un edificio viejo, con unos vecinos peculiares, y cómo ha ido prosperando. También nos explica cómo ha sido el proceso por el que se ha llegado al nombre de muchos de sus encargos. 

Es un libro, si te gusta este tema, de lo más instructivo. A mí me gustó especialmente cómo se llegó al nombre de La Casa Encendida, o de la Gavia. Es curioso cómo funciona el proceso deductivo que te lleva hasta la denominación elegida. Y es ameno el autor contándolo. 

A los que escribimos nos gustan estos temas del lenguaje. A mí me cuesta elegir el título de los relatos, y Fernando Beltrán dedica unos de sus capítulos a los títulos.  

Por supuesto en este libro se habla mucho de literatura y de sus nombres. Se habla de Macondo, y del primer título de "Cien años de soledad". Y cómo es poeta el toque lírico está asegurado y va palpitando por debajo de todas estas páginas. 

No es novela, es un libro de memorias, pero también un libro de cómo luchando se consigue trabajar en la pasión de uno. Y los que gustamos de la literatura sabemos que ésto es una pasión.

Me ha gustado mucho, mucho. El mejor regalo que me podía haber hecho mi hermano.


lunes, 9 de mayo de 2016

"La víspera de casi todo" de Víctor del Árbol



"Hay cosas que no pueden explicarse, y cuando se explican se convierten en literatura"
Pág. 226



Terminé de leer "La víspera de casi todo" de Víctor del Árbol.

Esta novela ha sido Premio Nadal 2016. Es la segunda obra que me leo de éste autor. La primera: "Un millón de gotas" me gustó mucho, y ésta también. 

Me ha gustado, me ha parecido entretenida, aunque es "durilla". Los personajes tienen unas historias detrás bastante "tremendas". Pero vamos por partes.

Nos dicen en la sinopsis del libro:

Germinal Ibarra es un policía desencantado al que persiguen los rumores y su propia conciencia. Hace tres años que decidió arrastrar su melancolía hasta una comisaría de La Coruña, donde pidió el traslado después de que la resolución del sonado caso del asesinato de la pequeña Amanda lo convirtiera en el héroe que él nunca quiso ni sintió ser. Pero el refugio y anonimato que Germinal creía haber conseguido queda truncado cuando una noche lo reclama una mujer ingresada en el hospital con contusiones que muestran una gran violencia.
Una misteriosa mujer llamada Paola que intenta huir de sus propios fantasmas ha aparecido hace tres meses en el lugar más recóndito de la costa gallega. Allí se instala como huésped en casa de Dolores, de alma sensible y torturada, que acaba acogiéndola sin demasiadas preguntas y la introduce en el círculo que alivia su soledad.
El cruce de estas dos historias en el tiempo se convierte en un mar con dos barcos en rumbo de colisión que irán avanzando sin escapatoria posible.

Cuando le dieron el Premio Nadal a Víctor del Árbol, reconozco que me alegré bastante. Cómo os decía yo ya me había leído "Un millón de gotas" y a mí me había gustado mucho. Además es que siempre este Premio me ha dado buenas vibraciones, no me ocurre lo mismo con el Planeta. Pero a lo que íbamos. Me alegre mucho cuando se lo dieron a este autor y quise leérmelo enseguida.

Se abordan varios temas peliagudos (un eufemismo como otro cualquiera): la pederastia, los malos tratos, las dictaduras, la locura, el asesinato... Vamos, que no tiene desperdicio. Es muy ambiciosa abordando temas importantes.

Los personajes tienen todos una historia muy díficil detrás. E incluso cargan con algún que otro asesinato. Pero no quiero desvelaros mucho para no destriparos la novela. Son personajes atormentados la mayoría pero, a mi modo de ver, bien perfilados. Es una novela coral, no hay un solo protagonista, sino que lo son todos de su propia historia. 

El narrador es un narrador omnisciente que sabe todo, en tercera persona.

Tanto espacial como temporalmente hablando el autor ha creado rupturas y saltos en la trama que hacen la narración mucho más ágil. Los lugares por los que se va desarrollando la acción están tanto dentro de España como fuera, aquí situación la acción en Málaga, A Coruña y Barcelona, fuera de nuestras fronteras viajamos hasta Alemania y Argentina. En cuánto al tiempo el autor ha jugado, como decíamos, también a romperlo y va dando saltos hacia adelante y hacia atrás entre el año 2007, 2010 y 2013.

Por otra parte la narración está estructura en un prefacio, 25 capítulos y un epílogo. Hay varias tramas que convergen en una sola.

Me gusta mucho la prosa de este narrador porque es muy rica, con toques de lirismo que la hacen mucho visual, más delicada. Como ejemplo:

"Una sonrisa es la pértiga con la que saltaba cualquier dificultad"

 Por otra parte el ritmo de la narración es pausado, se entretiene en descripciones que también enriquecen la lectura, aunque sin dejar de respirarse la tensión que está dosificada. Y hay música: Johny Cash y pianos muy buenos, hay narradores como Cortazar o Thomas Mann, hay poesía, la de Juan Gelman, hay pintura... Todas las artes se dan cita en esta novela para hacerla más preciosista.

No la podemos encuadrar en ningún género, tiene algo de novela negra, pero también tiene algo de novela histórica (aquí abordamos la Argentina de las desapariciones y los asesinatos). 

A mí me ha gustado mucho, me gusta la forma de narrar de este autor. Es cierto que sus novelas no se puede decir que sean sencillas de leer, o que sean dulces, nada más lejos. Son novelas entrañables, pero no en el sentido en el que solemos utilizar el término, entrañables porque sean tiernas, afectuosas, que despierten cariños o buenos sentimientos... No, las novelas de Víctor del Arbol son entrañables porque estrujan tus entrañas con su maldad, con su intensidad, con las historias tan desoladoras que les ocurren a sus personajes. Son novelas profundas que te muestran lo peor de muchas personas. Pero es verdad también que son entretenidas, que está bien dosificada la tensión en el argumento, que sus personajes, a pesar de sus destinos, son creíbles y puedes empatizar o no con ellos, pero desde luego te crees su soledad o su tristeza. 

Reconozco que creo que me gustó más "Un millón de gotas", y sé que no se deben hacer comparaciones, pero es inevitable. Quizás también sea porque fue el descubrimiento como lectora de este autor. No lo sé, ésta me ha parecido un poco más "suave" que la anterior. 

Pero en cualquier caso es una novela que a mí me ha gustado bastante y que yo recomiendo.

viernes, 29 de abril de 2016

Rodrigo Cortés "Dormir es de patos" y Lizzie Riches





El estilo es la forma que tiene el creador de opinar.

Éranse una vez perdices.

Sé paradójico, no contradictorio.

Qué difícil todo. Menos mal.


Dormir es de patos
Rodrigo Cortés

Ilustración de Lizzie Riches

sábado, 2 de abril de 2016

"La isla de Alice" de Daniel Sánchez Arévalo




Ya terminé de leer “La isla de Alice” de Daniel Sánchez Arévalo.

Tengo que decir que aunque yo tenía ganas de leerlo, la verdad es que luego me ha decepcionado un poco. Tenía muchas ganas de leer este libro porque me gustan mucho las películas de este Director: Azuloscurocasinegro, Gordos, Primos y La gran familia española. 

El argumento de la novela es el siguiente: Alice, con una niña de seis años y embarazada de ocho meses, recibe una llamada de que su marido ha muerto en un accidente de coche. Chris en ese momento estaba en una carretera que no tenía que estar, a cientos de kilómetros de dónde se suponía que estaría si venía del trabajo. Alice necesita saber de dónde venía éste y empieza a investigar por su cuenta, hasta terminar en una isla “Robin Island” de Massachusetts.

El tema principal de esta novela yo creo que es la búsqueda de todos por encontrar nuestro sitio en el mundo. Hay otros temas como la superación de la pérdida, el atentado contra la intimidad, el amor entre personas de distinto sexo, la convivencia… 

Los personajes de la novela yo creo que están bien perfilados, sobre todo la protagonista Alice y su hija Olivia. Casi al final también conocemos más en profundidad como era su marido. Es una novela con muchos personajes, dependiendo de su protagonismo sabemos más o menos de ellos, pero en general están bien perfilados y más o menos son creíbles. Son personajes humanos, con claros y oscuros, no son buenos ni malos, sino que tienen sentimientos y emociones que los arrastran a veces.

La novela está narrada en primera persona, lo cuenta Alice. Al ser ese tipo de narrador, se presta mucho a la reflexión interna, al monólogo interior. Hay una parte en el libro que yo creo que el autor se excede en la utilización del monólogo interior, porque eso hace que la historia avance poco. Aunque tiene toques de humor de vez en cuando.

En cuanto al género es una mezcla, porque empieza detectivesca, pues Alice tiene que descubrir qué hacía su marido dónde estaba, pero apenas tiene indicios de dónde partir y se entrega a una labor de detective ardua. Sin embargo, en el fondo no deja de ser una novela de sentimientos y emociones. Normalmente a mí me gustan mucho estas novelas que se mezclan así. 

La novela se estructura en cinco partes. Me gusta mucho cómo ha denominado el autor a cada una de las partes, muy literarias, porque aluden a otras novelas. La primera parte se titula “Moby Dick”, la segunda parte “La isla del tesoro”, la tercera “Robinson Crusoe”, la cuarta “El hombre invisible” y la quinta parte “Alicia en el país de las Maravillas”. Por supuesto cada parte está muy relacionada con lo que se cuenta en ella. Yo creo que esta división y su nombre es un acierto en la novela.

Me gustan también mucho algunos detalles simbólicos que el autor va dejando por el libro y en los a veces te cuesta caer: La isla como esa isla en la que vivimos todos. Que Alice termine haciendo relojes… Y muchos más que no quiero descubriros si os apetece leer esta novela. Son como guiños que están muy bien elegidos.

Pero a mí la novela me ha decepcionado en el ritmo que tiene. Yo creo que a esta novela le sobran páginas, bastantes páginas sobre todo en la parte central, en la parte en la que Alice está buscando. Se me ha hecho un poco largo todo el proceso detectivesco de la protagonista, tiene un ritmo muy lento con tanto detalle, con tanta minuciosidad al contárnoslo. Y en cambio creo que me cuenta mucho en las dos últimas partes, a las que estaba deseando llegar para saber el desenlace. Yo creo que no están compensadas las partes. Eso creo. Y me da pena porque la novela, de fácil lectura, mejoraría mucho porque tiene aciertos importantes si se hubiera reducido esa parte que se hace más larga, si se hubiera balanceado mejor el reparto en los ingredientes de intriga y por tanto el posible interés del lector en cada una de sus partes, de forma que no estuviera descompensada.

 Creo que me gusta más el autor como en su faceta de director y guionista de películas que en la de novelista. Pero bueno es su primera novela, habrá que estar atentos a las siguientes, que espero que las haya.


Daniel Sánchez Arévalo (Madrid, 1970) es director, guionista y productor. Empezó en el mundo del guión, pero pronto se pasó al cortometraje con títulos como Gol! (2002), Exprés (2003) o Profilaxis (2003). En 2006 dirigió su primer largo, Azuloscurocasinegro (2006), con el que ganó tres Goya. Después vendrían Gordos (2009), que tuvo ocho nominaciones en los Goya, Primos (2010) y La gran familia española (2012)..

lunes, 14 de marzo de 2016

"Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado" de José Luis Cuerda



-Ya está.
-¿Qué?
-Todo.
-¿Lo que faltaba también?
-De eso es de lo que más hay.


Guardamos las risas pasadas en
toscos cajones de madera.
Y las penas en cofrecitos de nácar.
Estamos tontos y desnortados.


Llenos los bolsillos de altramuces,
garbanzos torraos, paloduz, chufas
e infancia, ando por la calle que parece
que voy a comerme el mundo.


Jose Luis Cuerda
Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado.


“Una cabra puede ser un disgusto, una obsesión, un objeto de deseo, un tesoro” dice el autor. “Tarde o temprano tendremos la necesidad de dialogar con la cabra que llevamos dentro y convencerla de que entre en vereda”. Cuerda piensa que el animalico se avendrá a caminar por la senda del diálogo “y cuando la cabra se aviene se producen en nuestras vidas momentos radiantes. De conformidad luminosa”.  

Unas te gustarán más, otras menos, pero estas breverías, o aforismos, o breves reflexiones entre la filosofía y el humor, a veces más profundas y a veces más simples, de José Luis Cuerda, a mí me gustan. Y sus diálogos, cómo el que encabeza la entrada, me gustan aún más.
Para degustar a sorbos y a ratos, para quedarse colgando de uno de estos pensamientos o simplemente esbozar una sonrisa ante algún chascarrillo. Pero indiferencia no, indiferencia al menos a mí, no me producen. Cualquier cosa menos eso.



Puestos a decir amén,  prefiero hacerlo sin la tilde.

Jose Luis Cuerda
Si amaestras una cabra, llevas mucho adelantado.



jueves, 10 de marzo de 2016

"Morir no es tan fácil" de Belinda Bauer



"¿Cómo puede un ser humano morir tan fácilmente, con lo que cuesta romperlo?"



Terminé de leerme este libro hace un par de días. Me lo había recomendado una amiga, y me ha gustado bastante la verdad.

Me ha parecido entretenido y muy original para ser novela negra en la elección de sus narradores. 

Pero vamos por partes.

El argumento: La novela arranca desde una doble visión. Por una parte Patrick Fort (un jóven de 18 años con síndrome de Asperger) está examinando en su clase de anatomía un cadáver, el Número 19, porque quiere respuestas a lo que pasa cuando alguien muere, preguntas que tiene a partir de la muerte de su padre. Y por otra parte tenemos a un enfermo en coma, Sam, que quiere comunicarse con el exterior porque ve, escucha y piensa, pero no puede comunicarse... Por supuesto todo se complica cuando Sam ve algo que no debería haber visto, y cuando por su parte, Patrick, descubre algo sobre la muerte de su cadáver.

La novela, aunque es negra, tarda un poco en arrancar con su misterio. El motivo es que tiene dos subtramas (o incluso podríamos hablar de tres, me refiero a la protagonizada por Tracy Evans, una enfermera de la Unidad de Neurología) que parten paralelas y cada una protagonizada por uno de los narradores de los que hemos hablado (Patrick y Sam). A medida que va avanzando la novela ambas subtramas principales convergen en una sola. De todos modos a mí me ha resultado muy entretenida sobre todo debido a ese punto de originalidad, del que os hablaba, y que aporta la elección de los narradores.

Enlazando con lo anterior podemos decir que me han gustado mucho los personajes principales de esta historia. Patrick, un jóven de 18 años con síndrome de Asperger, que te enseña cómo vive la vida una persona aquejada por este síndrome. Muy, muy interesante para mí: Sus "afirmaciones inútiles", sus obsesiones, su falta de afectividad, su afán por saber, su falta de humor..  Y por otra parte Sam, que está en coma, yo creo que también está muy perfilado dado el poco juego que te da un personaje en estas condiciones. También está muy presente la madre de Patrick, que te ofrece el punto de vista de la madre de una persona autista Asperger.

Por lo tanto si os interesa este tema del Autismo, del Síndrome de Asperger, o de los enfermos en coma, esta novela os resultará interesante. Por supuesto es ficción, pero toca bastaste el tema y puedes verlo incluso desde varias perspectivas porque la autora utiliza la técnica del multiperspectivismo en los dos casos: El chico de Asperger, su madre, su padre... O el enfermo en coma, las enfermeras, el marido, la hija... Muy curioso.

"Al principio perder a su padre le había provocado una confusión similar a perder un guante o un calcetín. Esas cosas no dejan de existir solo porque no se vean; siempre existen en alguna parte: debajo de la cama, en la lavadora, entremetidas en el sofá…, y siempre acaban apareciendo.
Tarde o temprano, dependiendo del empeño con que se busquen.
Y Patrick había puesto mucho empeño. Desde que la orientadora del colegio le dijera lo de la puerta de un solo sentido, había intentado encontrar alguna señal de dónde estaba y cómo se abría. Al principio, la buscó en los animales y los pájaros que recogía por los Beacons y llevaba a su casa, luego en las caras de los muertos que encontraba en las colecciones de postales macabras..."

La historia está dividida en cuatro partes y 58 capítulos cortos, lo que también agiliza la lectura, junto al cambio del narrador, una veces contado en primera persona por Sam y otras, en tercera persona, en todo lo relativo a Patrick. Cómo ya he comentado no es que sea una novela trepidante, ni mucho menos, no tiene un ritmo rápido, pero esta estructuración de la historia, los distintos narradores, la dosificación de los hallazgos de Patrick, ayuda a agilizarla. Además es que la trama es más compleja de lo que parece.

El tono de la novela es distendido, incluso tiene pinceladas de humor negro. La visión del mundo del protagonista Asperger, con sus características propias de poca afectividad y obsesivo con sus temas, le aporta situaciones algo cómicas. Y por supuesto las escenas de la disección tienen también su "aquel"...

Y el final está bien. 

A mí me ha gustado, yo os la recomiendo si queréis leer una novela negra con un toque diferente y original. Y desde luego si os atraen estos temas (El Asperger, el enfermo en coma, la anatomía...) yo creo que os puede resulta interesante. Yo leí en su día "El curioso incidente del perro a medianoche", cuyo protagonista también era autista, y me gustó, pero creo que ésta me ha gustado bastante más.





Belinda Bauer (Inglaterra, 1962) es una escritora y guionista británica que se ha especializado en tramas de novela de negra. Creció en Inglaterra y Suadáfrica, y actualmente ha fijado su residencia en Gales. Ha trabajado como periodista y guionista. Su guion de The Locker Room ganó el Premio Carl Foreman/Bafta a la mejor guionista joven. Ganó el prestigioso Premio Gold Dagger de la Crime Writers' Association con su primera novela, posicionándose como una de las autoras revelación del género en el Reino Unido y el Premio Theaktons Old Peculier a la mejor novela criminal de 2014 por Morir no es tan fácil, que el jurado calificó: “una novela totalmente absorbente y brillantemente escrita… un libro muy especial”.