BOCETO SOBRE FONDO AZUL
Como dice Carl Sagan "esta historia es sobre los humanos que son humanos". Transcurría el verano de 1989 -un calor asfixiante, tal y cual...- y allí estaba yo, con mi bañador color mandarina, mi colchoneta (a los ocho años, cualquier objeto lúdico o de interés iba perecedido de un mi) y el barniz epidérmico propio de un crío que disfrutaba de un mes de vacaciones en la playa, Y es que, de niño, el periodo estiv al no sólo era sinónimo de ociosidad, sino una profundización en el concepto de recreo..."
Pág. 15-
Terminé de leer "Anatomía de un hombre pez" de Eduardo Bieger Vera.Y lo hice con una sonrisa.
El título prometía y no me ha decepcionado.
Me gustó ese título tan sugerente en cuánto lo conocí, después me gustó mucho el índice del libro. Los títulos son muy importantes, pero los índices son muy ilustrativos de lo que nos vamos a encontrar después y a mí me gusta leerlos despacio antes de comenzar la novela.
Las escamas, la piel, las espinas, los restos y reflexiones de un hombre pez. Esas son las cinco partes de esta novela. Así la ha estructura el autor. ¿No me digáis que no son sugerentes? En cuánto las leí, me sorprendieron gratamente. De fuera a adentro, me dije. Y es verdad que en la novela hemos ido avanzando en la historia, en el conocimiento de los personajes de esta familia así, de fuera a adentro.
El libro me había llegado a mi buzón semanas antes. El autor, como os decía, es Eduardo Bieger Vera. A quién tuve el placer de conocer porque nos premiaron en el mismo certamen de relato hace muuuuuchos años. Siempre nos quedará Motril.
Me gustó mucho que Eduardo contactara conmigo para enviarme su novela. Yo sabía que estaría bien escrita, lo sabía antes de empezarla.
La novela fue II Premio Internacional de Narrativa "Novelas ejemplares"Facultad de Letras de la Universidad de Castilla La Mancha.
El argumento nos cuenta los avatares de una familia española de clase media a mediados de los ochenta. Nos cuenta el paso del tiempo sobre ellos.
Los personajes están tan bien caracterizados que no cuesta nada verlos moverse y hablar. Comenzando por el hijo pequeño, un niño de ocho años, vivaz, y atento al mundo. Sus hermanos, Rafa y Miriam, dos adolescentes con su típicos de problemas de no encontrar su lugar en el mundo y enamorarse de quién no les hace caso... Los abuelos, esos abuelos con los que se compartía tanto viviendo en el mismo apartamento en el verano, amontonados. El padre Alberto que cuando comienza la novela está "de Rodríguez" en la ciudad mientras su familia está en la playa, y su mujer que está en plena crisis de madurez.
OBSERVACION EXTERNA, RÉGIMEN INTERIOR
Mi padre en Madrid, trabajando, mi madre echándole de menos, mi hermana sin parar de leer, mi hermano fumando Bisontes a escondidas con los amigos, y los abuelos paseando cogidos de la mano hacia el infinito. A simple vista eso era todo, sin más. Y es que de niño, solo existe lo que uno percibe, que ya es mundo, a veces incluso todo, y a lo sumo lo que unoimagina respecto de lo percibido, pero no lo que uno piensa sobre lo evidente; esa improductiva fase se intensifica a medida que uno madura. (...)
Pág. 19.
Ambientada en esa España de finales de los ochenta, pero muy bien ambientada, porque al leer la novela sonreía visualizando muchas escenas como si las hubiera vivivo, de tan bien contadas, tan visuales, tan parecidas a otras que viví o pude haber vivido.
La prosa del autor es amena, con muchas pinceladas de humor. A veces irónica, a veces casi diseccionando el lenguaje. Está contada en primera persona. Pero aunque comienza contándolo el hijo más pequeño, el niño de ocho años, os he copiado el comienzo de la novela al principio de la entrada, después se disgrega en un caleidoscopio de voces. Cómo va transcurriendo la historia de la familia nos lo contará cada vez un miembro de la familia. Está muy bien llevada la trama gracias al multiperspectivismo, vemos el verano desde la voz, desde el interior, de los distintos personajes.
Por otra parte los diálogos me han gustado muchísimo. Son frescos, naturales, le dan un buen contrapunto a los párrafos en prosa y reflejan fenomenal las relaciones entre los miembros de la familia:
- Abuelo, ¿has matado alguna vez a alguien?
-¿Y tú, de qué equipo eres?
-¿Por qué siempre contestas lo mismo?
-Prueba a hacer otra pregunta y verás como respondo algo distinto.
-Pero estuviste en la guerra.
_Sí.
-Cuéntame cosas de la guerra, abuelo.
-Vivir una guerra es peor que lo peor que puedas llegar a imaginar. Las personas matan sin saber por qué, probablemente por miedo a morir a manos de aquellos a quiénes arrebatan la vida. Si en alguna ocasión conversas con alguien que intenta justificar no ya una guerra, sino una sola batalla, no le escuches, no discutas, da media vuelta y aléjate, por que no están dialogando con un ser humano, sino con una bestia.
-O sea que el motivo de las guerras es el miedo... pero mucha gente no lo tiene.
-Es cierto. El miedo es más el efecto que la causa.
-¿Entonces?
- ...
Pág. 87-
Lo dicho. Me parece que el autor ha escrito unos diálogos de lo más logrado.
Aunque tengo un "pero", me refiero a la última parte del libro: "Reflexiones de un hombre pez". No sé si acaba de gustarme mucho... La novela se podía haber terminado perfectamente, en mi opinión, al final justo de la parte anterior. Me encanta ese diálogos entre los hermanos.
¿Cuánto añade la última parte? me he preguntado varias veces. Por otro lado me gusta el juego del paralelismo con el mundo de los peces. Me gusta el razonamiento por el que se llega a la conclusión de que en realidad estamos tan solos como ellos, aunque sea en familia, porque sufrimos la soledad de manera solidaria...
En fín, que ésta última parte me ha causado perplejidad. Lo que tampoco, ahora que lo pienso, está mal.
"Anatomia de un hombre pez" de Eduardo Bieger Vera. Una novela sobre las familias de los ochenta bien escrita, con la que te identificas, y que te deja una sonrisa ¿nostálgica?, cuando la terminas.
Anatomía de un hombre pez
Eduardo Bieger Vera
Editorial Verbum
Me gustó mucho que Eduardo contactara conmigo para enviarme su novela. Yo sabía que estaría bien escrita, lo sabía antes de empezarla.
La novela fue II Premio Internacional de Narrativa "Novelas ejemplares"Facultad de Letras de la Universidad de Castilla La Mancha.
El argumento nos cuenta los avatares de una familia española de clase media a mediados de los ochenta. Nos cuenta el paso del tiempo sobre ellos.
Los personajes están tan bien caracterizados que no cuesta nada verlos moverse y hablar. Comenzando por el hijo pequeño, un niño de ocho años, vivaz, y atento al mundo. Sus hermanos, Rafa y Miriam, dos adolescentes con su típicos de problemas de no encontrar su lugar en el mundo y enamorarse de quién no les hace caso... Los abuelos, esos abuelos con los que se compartía tanto viviendo en el mismo apartamento en el verano, amontonados. El padre Alberto que cuando comienza la novela está "de Rodríguez" en la ciudad mientras su familia está en la playa, y su mujer que está en plena crisis de madurez.
OBSERVACION EXTERNA, RÉGIMEN INTERIOR
Mi padre en Madrid, trabajando, mi madre echándole de menos, mi hermana sin parar de leer, mi hermano fumando Bisontes a escondidas con los amigos, y los abuelos paseando cogidos de la mano hacia el infinito. A simple vista eso era todo, sin más. Y es que de niño, solo existe lo que uno percibe, que ya es mundo, a veces incluso todo, y a lo sumo lo que unoimagina respecto de lo percibido, pero no lo que uno piensa sobre lo evidente; esa improductiva fase se intensifica a medida que uno madura. (...)
Pág. 19.
Ambientada en esa España de finales de los ochenta, pero muy bien ambientada, porque al leer la novela sonreía visualizando muchas escenas como si las hubiera vivivo, de tan bien contadas, tan visuales, tan parecidas a otras que viví o pude haber vivido.
La prosa del autor es amena, con muchas pinceladas de humor. A veces irónica, a veces casi diseccionando el lenguaje. Está contada en primera persona. Pero aunque comienza contándolo el hijo más pequeño, el niño de ocho años, os he copiado el comienzo de la novela al principio de la entrada, después se disgrega en un caleidoscopio de voces. Cómo va transcurriendo la historia de la familia nos lo contará cada vez un miembro de la familia. Está muy bien llevada la trama gracias al multiperspectivismo, vemos el verano desde la voz, desde el interior, de los distintos personajes.
Por otra parte los diálogos me han gustado muchísimo. Son frescos, naturales, le dan un buen contrapunto a los párrafos en prosa y reflejan fenomenal las relaciones entre los miembros de la familia:
- Abuelo, ¿has matado alguna vez a alguien?
-¿Y tú, de qué equipo eres?
-¿Por qué siempre contestas lo mismo?
-Prueba a hacer otra pregunta y verás como respondo algo distinto.
-Pero estuviste en la guerra.
_Sí.
-Cuéntame cosas de la guerra, abuelo.
-Vivir una guerra es peor que lo peor que puedas llegar a imaginar. Las personas matan sin saber por qué, probablemente por miedo a morir a manos de aquellos a quiénes arrebatan la vida. Si en alguna ocasión conversas con alguien que intenta justificar no ya una guerra, sino una sola batalla, no le escuches, no discutas, da media vuelta y aléjate, por que no están dialogando con un ser humano, sino con una bestia.
-O sea que el motivo de las guerras es el miedo... pero mucha gente no lo tiene.
-Es cierto. El miedo es más el efecto que la causa.
-¿Entonces?
- ...
Pág. 87-
Lo dicho. Me parece que el autor ha escrito unos diálogos de lo más logrado.
Aunque tengo un "pero", me refiero a la última parte del libro: "Reflexiones de un hombre pez". No sé si acaba de gustarme mucho... La novela se podía haber terminado perfectamente, en mi opinión, al final justo de la parte anterior. Me encanta ese diálogos entre los hermanos.
¿Cuánto añade la última parte? me he preguntado varias veces. Por otro lado me gusta el juego del paralelismo con el mundo de los peces. Me gusta el razonamiento por el que se llega a la conclusión de que en realidad estamos tan solos como ellos, aunque sea en familia, porque sufrimos la soledad de manera solidaria...
En fín, que ésta última parte me ha causado perplejidad. Lo que tampoco, ahora que lo pienso, está mal.
"Anatomia de un hombre pez" de Eduardo Bieger Vera. Una novela sobre las familias de los ochenta bien escrita, con la que te identificas, y que te deja una sonrisa ¿nostálgica?, cuando la terminas.
Anatomía de un hombre pez
Eduardo Bieger Vera
Editorial Verbum