"-Bueno pues mira, ya era hora de que lo hicieses. Llevas cuarenta y tantos años comportándote como la reina del hielo. No está mal un poco de acción para variar. ¿Le tiraste alguna cosa? cuando supe que Robe me engañaba le arrojé un plato de porcelana antigua Blue Willow que nos había regalado su madre. Era carísimo el puto plato, y a él le encantaba. Se lo tiré, pero no para darle, sino para romperlo. Hacer trizas aquel chirimbolo me sentó de miedo.
Valva sonrió.
-Yo no rompí nada. Ya te digo que no estaba enojada. Y lo único que quería era que Étienne no se fuese. Nunca me he humillado de esa forma... Le dije cosas absurdas. Hasta le pedí perdón, como si fuese yo la que había hecho algo mal. Creo que si hubiese mantenido un poco de dignidad ahora me sentiría algo mejor.
- Vamos cariño..., en asuntos sentimentales la dignidad está sobrevalorada.
..."
Desde que descubrí "En tiempos de prodigios", novela de Marta Rivera de la Cruz que en el año 2006 fue finalista del Premio Planeta, no he dejado de leer los libros de esta autora.
Me gustan sus historias cotidianas, sus personajes normales, de la calle, su forma de tratar el amor, la amistad, los sentimientos.
Después de una novela negra de crimenes y psicópatas, se agradece mucho una historia cotidiana, sí, una de Marta Rivera de la Cruz.
Esta vez le ha tocado el turno a su última novela "Nosotros, los de entonces".
El argumento cuenta que una pandilla de amigos de la Universidad se reencuentras tras veinte años de apenas tratarse, con motivo de que uno de ellos quiere contarles algo importante.
Está ambientada en la actualidad y se desarrolla en un hotel de la Provenza, donde se lleva a cabo la reunión porque lo regenta una de las amigas del grupo con su marido.
Los personajes están en torno a los cuarenta y cinco años, son seis amigos y la mujer de uno de ellos. Tres mujeres y tres hombres que se conocieron en la Facultad y cuya vida ya no ha discurrido paralela, unos están mejor situados económicamente, otros peor, unos están felices en su vida sentimental, otros no... en fin, personas normales y corrientes que podríamos ser cualquiera de nosotros. Son personajes muy bien perfilados, a los que vas conociendo a lo largo del libro a medida que van surgiendo las viejas rencillas, las anécdotas, los sentimientos.
Los temas que se abordan en el libro son la amistad principalmente, pero también el paso del tiempo, cómo nos cambia. Se aborda el amor, la belleza, los hijos, las responsabilidades...Y desde luego el mensaje de que las amistades son una de las mejores cosas de la vida, y hay que cuidarlas.
Esta contado en tercera persona, un narrador omnisciente. Y es una novela en la que hay muchísimo diálogo, un diálogo muy bien hilado, muy natural. Eso le da muy buen ritmo a la novela. Es muy entretenida, yo la he leído volando. Y es creíble. Yo creo que cualquiera se puede sentir identificado con cualquiera de esos personajes y sus amigos a los veinte años. Y después también veinte años después con un montón de responsabilidades y problemas que entonces no tenían.
Quizás lo que menos me ha gustado haya sido el final. Pero no porque no esté bien resulta, que creo que sí que lo está, sino porque esperaba algún giro más potente justo en el final. Aunque el detalle que tiene uno de los personajes está muy bien traído a ese final, no os puedo contar cual, pero cuando la leereis ya sabréis al que me refiero.
Y no tiene mucha importancia, es un detalle, pero tambien creo que la autora ha abusado un poco del adjetivo "imposible": Un malva imposible, una esquina de perspectiva imposible, colores imposibles combinados con jerseis de cachemir... Si solo lo hubiese utilizado para ese malva, o para esa esquina... Pero me ha chirríado un poco ese "imposible" aplicado a tantos sustantivos diferentes y tan seguido en los primeros capítulos. Y la autora escribe bien, yo creo que eso se le ha escapado.
A mí me ha gustado, ya os digo que me lo he leído muy deprisa, porque me gusta la prosa de esta autora sencilla, cuidada, ágil, fresca, pero diseccionando los sentimientos con acierto. Me ha entretenido mucho
porque hay varios giros en la historia bien salpicados a lo largo de la trama que hacen que el lector no
pierda la atención. Es una novela de personajes que consiguen brillar solos, sin quitar protagonismo a los demás. Una novela coral.
Al principio de su lectura recordé una película "Los amigos de Peter" que me gustó muchísimo en su día, banda sonora incluída. Y me sonreí cuando en un momento dado la autora en la novela habla de ella.
Es una lectura agradable.
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