"Al amanecer nos despertó el golpeteo de las ametralladoras. Corrimos hacia la ventana. En lo que alcanzaba nuestra vista no se advertía movimiento alguno.Todo estaba quieto, en calma, con excepción de las lejanas ráfagas que se sucedían a intervalos. En los montes que amparan el sur de la ciudad se estaba consumando la última resistencia."
Mada Carreño. Los diablos sueltos
Después de haber visto la exposición sobre Las Sinsombrero que está estos días en el Fernán Gómez. Centro Cultural de la Villa, ya solo me quedaba leer el tercer volumen de la trilogía: "No quiero olvidar todo lo que sé" de Tania Balló.
De los dos anteriores ya está hecha la reseña en este blog, cuando los iba leyendo a medida que se fueron publicando.
En esta tercera entrega la autora aborda la vida de las Sinsombrero, esas artistas e intelectuales de principios del siglo XX que tras la Guerra civil y su devastación habíamos olvidado. Algunas de ellas se quedaron aquí y otras tuvieron que exiliarse. En este tercer libro sobre todo se habla de las que tuvieron que ir al exilio, de cuánto la dureza de ese exilio las marcó en sus vidas y en sus trayectorias profesionales.
Aquí revisaremos las vidas de Carlota O´Neill, Cecilia G. de Guilarte, Silvia Mistral, Luisa Carnés, Concha Méndez, María Dolores Arana, Mada Carreño, Magda Donato, Silvia Mistral... y volveremos a otras a quiénes ya habíamos conocido en los libros anteriores por su relación con éstas.
La verdad es que se lee muy rápido, porque tiene apenas 200 páginas. Está estructurado en seis capítulos, en el primero aborda el papel de estas mujeres durante la Guerra Civil, eran mujeres intelectuales y comprometidas que combatían en la retaguardia o escribiendo. El siguiente capítulo habla del exilio propiamente dicho. El tercer capítulo habla de las relaciones que se establecían entre ellas una vez ya en el exilio, relaciones de ayuda, de amistad, de ánimo. El cuarto capítulo aborda el camino que tomó su inspiración, sus obras, sus proyectos una vez que estuvieron asentadas en sus nuevos lugares. Es muy importante señalar cómo tuvieron que afrontar la maternidad. El quinto capítulo nos muestra las relaciones que se establecieron entre algunas que estaban en el exilio con otras que permanecieron aquí. Nos habla de las relaciones epistolares tan ricas y tan largas que surgieron. Y finalmente el último capítulo habla del olvido.
La autora ha hecho todo un trabajo para recuperar la memoria de todas estas autoras, cuando de muchas de ellas ni tan siquiera habíamos oído hablar. El trabajo de investigación que nos cuenta sobre cómo dió con la pintora Ruth Velázquez nos ayuda a hacernos una idea, no solo ya del trabajo, sino también de todo el tesón, tiempo y paciencia que hay detrás de todo este proyecto de recuperación.
Los dos libros anteriores son más monográficos, nos va contando la historia de cada una de ellas. En cambio éste aunque incide en algunas de ellas de forma más pormenorizada, también es más una visión global de lo que supuso aquel tiempo en la mujer, lo que supuso en nuestra historia cultural.
He disfrutado leyendo los tres libros. Son muy interesantes. Y la bibliografía que aporta, si uno quiere ampliar conocimientos sobre alguna de ellas, también es muy rica y amplia.
Son un buen homenaje a aquellas mujeres que hicieron tanto por la cultura y después habían acabado siendo invisibles. Como dice el título yo tampoco quiero olvidar todo lo que sé sobre ellas.
"No se preocupe de contestarme. Escríbame siempre que necesite decirme algo sin averiguar si me debe carta o se la debo. Igual haré yo. Ya que me dice que siempre me ha tenido en su vida, no quiero salir de ella."
Carta de Elena Fortún a Carmen Laforet. Febrero del 47