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miércoles, 8 de noviembre de 2023

De pajaritos y otros dichos.

 



Esta mañana, de pronto, advertí que tenía frio y pensé "Me estoy quedando pajarita". Y al decirlo, sonreí. Siempre me ha hecho gracia esta expresión. Y no acababa de pensarla cuando ahí me veis buscando su origen como una loca. Pues sí, cada una busca como lo que es ¿Qué le vamos a hacer? 

Y encuentro que el posible origen de la expresión está en la creencia popular de que en invierno mueren de frío muchos pajaritos. Aunque, mira por dónde, Amando de Miguel, que también le ha dado muchas vueltas a eso de las palabras, apostilla que "la verdad es que los pájaros suelen resistir muy bien el frío, pero su naturaleza frágil y su aspecto endeble hacen que los asociemos a esa sensación de sentir frío."

Es cierto, pensé. Los gorriones siempre me han parecido muy frágiles, y sin darme cuenta de su pura vulnerabilidad me vino a la cabeza otra expresión: "Morirse o quedarse alguien como un pajarito". Así es, pasar a mejor vida, o resumiendo: morirse con sosiego, sin hacer ruido. Cómo imaginamos deben morir los pobres pájaros. De ahí la expresión.

No os lo niego, a la que me descuido, puede parecer que "Tengo la cabeza a pájaros". Ya sabéis, que soy un ser poco práctico, distraída con "mis cosas"... O cómo nos lo define el Diccionario de la Real Academia: "Muchos pájaros, o pájaros en la cabeza: Fantasías o ilusiones infundadas." 

Y puede ser que la tenga. Tampoco pasaría nada ¿no? Esta expresión creen que tiene su origen en la Edad Media, cuando pensaban que las aves podían hacer un nido y criar en el cabello de las personas. Sí también lo he buscado, lo confieso. 

Y si lo sigo pensando un poco más, no os discuto que en mi pelo incluso podrían anidar... Porque tengo, tener pelo tengo. Y si lo pienso aún más, lo que me da es un poquito mucho de grima, la verdad. Y en la Edad Media, tan avispados ellos, pensaban que si te hacían un nido en la cabeza y criaban, pues la cuestión te podía llevar incluso a la locura. ¡Cómo para no pensarlo! Y claro derivando, derivando, pues se acabó por adjudicar la expresión a los que no veían "muy centrados". Venga confesad, no me digáis que no habéis pensado alguna vez que tengo la cabeza a pájaros...

No, no me lo invento que "me lo dijo un pajarito". El origen de este dicho podría estar en el uso que antiguamente se le daba a las palomas mensajeras. Gracias a ellas existía la comunicación. Un dicho parece ser antiquísimo. Pero si ya Noé, sí el del diluvio famoso al que se van pareciendo cada vez más nuestras tormentas, envió una paloma para que le anunciara cuándo podría bajarse de una vez ya de la dichosa arca. Que estaba ya cansaíto el hombre de tanto navegar y tanto bicho. 

Bicho buenos. El arca lo llenó de parejas de bichos buenos. Que no es lo mismo que tropezarse con un "pájaro de cuenta". Expresión que utilizamos para hablar de los "sujetos" con los que, en cambio, no conviene tropezarse. Mira tú.

Aunque, curiosamente, si "te caga un pájaro en la cabeza" puedes estar contento. Porque dicen que eso significa una bendición de los dioses, que vas a tener suerte, fortuna, felicidad, o yo que sé cuántas cosas buenas te van a ocurrir si su deposición cae en tu misma cocorota. Para que luego te quejes. El origen estaría en la creencia de que los pájaros eran mensajeros de los dioses. Sííí, también lo busqué.

En fin... Pues a lo que íbamos. Si yo solo os quería comentar que ¡Vaya si ha cambiado el tiempo! ¿Verdad? Fijaos que esta mañana, de pronto advertí que tenía frio y pensé "Me estoy quedando pajarita".


Todas las fotos son mías: Lorca en la Plaza de Santa Ana de Madrid, las cigüeñas de Portugal, el cóndor de Perú, las gaviotas de Huelva, otra de Corfú... Y la de la figura en una jaula, tan simbólica y que me encanta, es de Roberto Reula, se titula "Luciernaga" y está tomada en la exposición "Flecha 2021". 



 





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