No es mala manera pasar un domingo por la tarde en una visita guiada cuyo título es "Mujeres singulares". Que ésta transcurra, además, por un melancólico y otoñal cementerio de la Almudena de Madrid le da un punto más de interés. Un cementerio bastante desconocido para mí, y tan grande, con sus 120 hectáreas, que tiene mucha historia que contar.
No, no es mala manera comenzar una tarde otoñal de noviembre, de tímido sol, pisando hojas crujientes, mientras vas aprendiendo y recordando la vida de algunas mujeres especiales. Mujeres importantes que nos precedieron y cuya vida fue única por algún rasgo particular para quiénes llegamos después. También mujeres que abrieron camino en el terreno de las letras y las artes.
También repasamos mujeres tan importantes en el campo de la escritura y las bellas artes como María Moliner, la creadora del diccionario que lleva su nombre, Maruja Mallo, la pintora y una de los cuatro artistas (Dali, Lorca, Margarita Manso y ella) cuyo acto de cruzar la Gran Vía a cabeza descubierta motivó el nombre de "Las sinsombrero" y que figura en su tumba con su nombre real "Ana María Gómez Gonzalez", la escritora Concha Espina, o la famosa actriz María Guerrero, que llegó a tener su propio teatro, y ya sabéis que era abuela de Fernando Fernán Gómez.
Elena, la guía, nos iba contando de estas mujeres que os he nombrado y algunas más, de forma instructiva y amena. Nos las enseñaba en foto con su tablet para que las pusiéramos cara y nos permitía escuchar fragmentos de las canciones que cantaron, si eran artistas. Y estuvo muy bien recordar a las que más he estudiado y aún mejor conocer a algunas que ni tan siquiera me sonaban. La tarde color herrumbre fue dejando caer nombres, caras y vidas que no pasaron sin más por el mundo, sino que dejaron su impronta.
No, no es mala manera comenzar una tarde otoñal de noviembre, de tímido sol, pisando hojas crujientes, mientras vas aprendiendo y recordando la vida de algunas mujeres singulares.
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