"Alguien me explicó una vez que el alambre posee memoria, que una vez que se ha doblado, por más que trates de enderezarlo, por más que intentes devolverlo a su posición original, siempre tenderá a combarse, a adoptar la maleada forma.
La adolescencia es como ese momento en que se tuerce el alambre. Es bueno comprender lo inane de la propia voluntad y no seguir engordando la culpa, no seguir añorando la rectitud en vano. Es bueno recordar que el alambre tiene memoria.”
He terminado de leer "La memoria del alambre" de Bárbara Blasco con la impresión de lo bien que escribe esta autora, pero con cierta inquietud por si he entendido del todo lo que al final había pasado. Porque toda la novela ha sido muy intensa, cruda incluso, sin embargo el final es tan sutil que uno hasta duda... Porque sobre todo ésta es una novela de contrastes, y aquí el primero de ellos.
Pero vamos a empezar por el argumento: A la protagonista de la novela la madre de la que fue su mejor amiga reaparece tras 25 años para preguntarle qué llevaba su hija en un bolsillo de la chaqueta el día que la atropelló un tren. A partir de ese correo electrónico la protagonista empieza a desandar el camino de su vida, empieza a hurgar en su memoria buscando a la adolescente que fue junto a su amiga Carla.
Está ambientada en Valencia en dos planos temporales que van a ir avanzando paralelos. Por un lado el momento actual, en el que encontramos a una protagonista de la que no sabemos el nombre en toda la novela (lo cual está muy bien porque es curioso que no necesitemos saberlo) y que nos dicen es cantante de una orquesta, la Maravillas, que va tocando por los pueblos. Una protagonista que parece sentirsde fracasada con su vida en general. Y por otra parte tenemos dos adolescentes en la Valencia de los ochenta, de los últimos años ochenta que son la protagonista y su amiga. Nos cuentan del liceo dónde estudiaban, los billares de entonces, las discotecas que frecuentaban, el comienzo de la sexualidad, su manía de llegar al límite en todo. ¡La aventura es la aventura! decía su lema.
«No éramos chicas de barrio, íbamos a un colegio pijo aunque teníamos alma de barriobajeras, no éramos pobres aunque sobrevivíamos en la indigencia emocional»
Es una novela que está muy bien ambientada. Es una novela de muchos contrastes os decía. Muy bien escogida la música que tiene: La Mode, Radio Futura, Germán Coppini... de los 80, hasta la actualidad donde la Orquesta Maravillas se debate entre Colgando en tus manos de Baute, o Bisbal o Bustamante... Aquí claramente se ve otro de esos contrastes, entre la música original y me atrevo a decir buena de la parte de los ochenta y la música que canta la Orquesta con un repertorio plagado de canciones de otros.
"Se camina hacia el futuro pero se hace de espaldas, se avanza con el cogote y lo que uno divisa es el pasado, que va tomando formas finales, cada vez más completas. Había rapidez de reflejos en ese Eres tú con acento andaluz. Toda la alegría que se había extraviado a ella estaba ahí, había estado ahí todo el tiempo."
La doble trama que se va desarrollando en los dos hilos temporales hace que el ritmo no decaiga en ningún momento. Tan pronto estás viviendo ahora su historia, como la estás viviendo en los ochenta con ellas también. La escritora tiene la virtud de cogerte y llevarte hasta ese momento en un pispas, te atrapa con su intensidad, gracias a un lenguaje directo, crudo, descarnado pero no por ello exento de buenas imágenes, es un lenguaje elaborado y rico.
El título me parece un acierto total, esa imagen de que el alambre tiene memoria comparándolo con la adolescencia es muy buena.
En fin, es una historia que me ha tenido atrapada y que no te deja indiferente, desde luego.
"Carla fue arrollada por un tren el veinte de octubre de 1987.
Los periódicos hablaron de la combinación letal de llevar auriculares y cruzar las vías del tren, del tándem distracción y muerte, de la música como obturador de sentidos y del sigilo traicionero del tren avanzando a toda velocidad. Pero no del pack pérdida de inocencia y vías del tren, del vértigo ante el mundo adulto y vías de tren, de posibilidad de esquivarlo para siempre y vías de tren. No reseñaron cuánto mide exactamente la distancia que separa el hecho de atravesar las vías a diario y el dejar de hacerlo por una eternidad. Un pie, exactamente un pie antes de tiempo, un segundo antes de la gran ráfaga."
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