Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

viernes, 9 de febrero de 2024

Las gárgolas de la Lonja

 


Las gárgolas de la Lonja saben bien que es viernes.

Y aunque llueve sobre las catedrales y las calles, ellas dejan su función para abandonarse a la lujuria y el pecado. 

Quimeras ya son, maravillosas gárgolas ociosas, cómo y cuánto se entrelazan sobre nuestras cabezas, y nos miran, nos tientan, posan y ríen descaradas. 

Para, no pases de largo ¿no las ves? ¡Ahí arriba! 

Mira cómo andan divirtiéndose por las torres y las fachadas, ángeles y demonios, dragones y brujas, animales, grifos y demás seres que nos sobrevuelan.

¿Acaso no los ves? ¡Fíjate en ellos!

Bien saben que danzando ahuyentarán a los espíritus malignos. 

Bien saben que ya es viernes, viernes bendito.



#lonja de la seda #valencia #gárgolas









lunes, 5 de febrero de 2024

Presentación del poemario "La fábrica de luz" de Celia Cañadas en María Pandora el 1 de febrero

 



Celia Cañadas ha presentado su primer poemario "La fábrica de luz" en el Café María Pandora de Madrid, el pasado 1 de febrero.

Es un poemario muy meditado, muy depurado, esencial. 

Celia viene del mundo de las Ciencias, tanto por su formación académica, es química, como por su labor diaria en la docencia. Pero además y sobre todo, es poeta, no solo porque lo lleva en los genes (su padre es el poeta Aureliano Cañadas) sino también porque Celia mira la realidad como poeta, así la piensa, la interioriza y después la disecciona en versos. 

Compañera de tertulia literaria, pero sobre todo de letras, he visto crecer su poesía, he visto como maceraba despacio y se hacía más original, más certera. 

La presentación, al igual que el prólogo del libro, corrió a cargo de Javier Díaz Gil, también poeta. Y colaboró, leyendo algunos poemas, la también poeta Paloma Sánchez.

Fue una puesta de largo íntima que salpicó la tarde de versos pausados cuyo eco largo aún resuena. 


Certezas de barro

Como ese libro que se esconde

o el amigo que nunca está

cuando más lo necesitas.

Prométeme

amor,

que tú también,

me fallarás.


Celia Cañadas









Tenéis más vídeos en mi instagram. 


sábado, 3 de febrero de 2024

Murales de Valencia

 


Ellos me ven pasar de perfil, ven de reojo que me paro, que les he visto y posan para mí.

Son los seres que viven en los murales, que disfrutan de otra vida paralela a la nuestra, que se ríen de nuestras prisas y nuestros agobios.

Ni tienen reloj, ni se despeinan. Viven en la deliciosa eternidad del instante en que los descubrimos.

En esa feliz coincidencia se vuelven tangibles, casi corpóreos, viven.

Y después, mucho después, aún siguen existiendo en nosotros, aunque ya no les contemplemos.

Asoman la nariz entre retazos de conversaciones y el google maps, sobre el sonido de las pisadas y el olor del mar, apretujados entre destinos cumplidos y el sabor de aquel arroz de la casa, que contra todo pronostico, qué rico supo.










#murales #muralesdevalencia #valenciaenenero #valencia

miércoles, 31 de enero de 2024

"Maddi y las fronteras" de Edurne Portela. Reseña Literaria

 


"Yo te ofrezco mi amor y hablarte con verdad. Amén"

Con esta frase terminaba de hablar Maddi, para sus adentros, con Dios. Maddi era muy católica, pero la tenían castigada a no comulgar por haberse divorciado. Sin embargo, Maddi se empeñaba en recibir la comunión y daba lugar a situaciones muy tensas en la Iglesia por esta razón. Así era el personaje principal de esta novela que terminé hace un par de libros (porque llevo atraso de reseñas...): "Maddi y las fronteras". 

"Yo te ofrezco mi amor y hablarte con verdad. Amén". Me encanta esa frase con la que he encabezado esta novela y con la que terminaba Maddi de hablar con Dios.

Tenía muchas ganas de leer a Edurne Portela y desde luego no me ha decepcionado, me ha gustado mucho su forma de escribir. Aunque también es cierto que para leer su prosa he elegido su cuarta novela, justo una novela que no es enteramente de su imaginación sino que parte de alguien real. 

Parece ser que a la autora le ofrecieron escribir sobre una mujer que vivió en la primera mitad del siglo XX en el sur de Francia. Le ofrecieron una documentación donde se hablaba de ella y sobre estos papeles ella reescribió su vida según ella la imaginó o visualizó recorriendo algunos de los paisajes donde debió vivir. 

Esta señora se llamaba María Josefa Sansberro, pero era conocida por Maddi, y nació en Oiartzun en 1895. Regentaba un hotel en el año 1929 en Sara, en la frontera entre España y Francia. Y era especial, una personalidad con muchas contradicciones, muy católica pero divorciada, madre de un niño por puro azar, pero aunque vive con un amigo nunca tuvo hijos, y empieza ayudando a los exiliados republicanos y termina siendo miembro de la Resistencia rodeada por nazis. No era una persona nada convencional para la época en la que vivió. Y menos una mujer convencional.

Es la historia de una mujer valiente que arriesgo su vida por lo que pensaba que era justo. 

En el epílogo de la obra la autora cuenta exactamente como llegó a saber de la existencia de esta mujer. En un principio pensó en escribir un ensayo y terminó haciendo una novela. 

Una novela escrita en primera persona, con un estilo sencillo, con lo que ya consigue que te acerques mucho a esa Maddi, es una forma de narrar íntima que te vuelve muy cercano ese personaje, que no sabemos si es el real, solo sabemos que es el que Edurne Portela ha creído ver. Está en primera persona, pero está salpicada de monólogos interiores tanto como de diálogos. La lectura es ágil. Y se va haciendo cada vez más intensa a medida que vas leyendo más y más páginas y sabes del destino de la protagonista. 

Es una lectura que va de menos a más. Como si la forma de contarlo fuera un zoom que te va acercando cada vez más al peligro que estaba corriendo Maddi con sus acciones. Muy bien dosificada la tensión según el argumento. Confieso que no me ha gustado el final, no porque esté mal escrito, todo lo contrario, sino porque me hubiera gustado otro para esta protagonista. Pero claro, existió, y ya venía con su destino conocido. Aún así me ha parecido muy bien contado desde esa primera persona. 


Preludio 

"Sachsenhausen,  13 de noviembre de 1944

Intentas entenderme, completar mi biografía, imaginar este final. Rellenar todos los vacíos, esclarecer las incógnitas que te suscita mi vida y que hoy por fin acabará. Te han regalado las palabras registradas en los archivos de mi paso por esta vida y esta muerte: partida de nacimiento, matrimonios, divorcio, deportación, Dachau, Ravensbrück, Sachsenhausen, condecoraciones, reconocimientos, pesquisas archivadas que hará ese hijo que no es mío. Palabras que me resumen pero que no te cuentan todo lo que he amado y sufrido, lo que he deseado y odiado, el bien y el mal que he hecho, todo lo que me han querido y admirado, temido y despreciado. No escucharás mi voz y apenas entenderás mi rostro porque no me has visto sonreír ni llorar. Solo tienes una fotografía con mi querida Marie Jeanne y ese perro al que darás un nombre inventado. ¿Cómo vas a contar mi historia? ¿Cuánto vas a fantasear para darle un sentido? ¿Vas a entender mis motivos? ¿Vas a convertirme en heroína? ¿En víctima? De ti depende cómo me recuerden quienes te lean. Serás responsable de la memoria que quede de mí en aquellos que abran estas páginas. No inventes demasiado. No imagines demasiado. 

 Demasiado nunca será suficiente."


 

lunes, 29 de enero de 2024

"Una terapia integral" en el teatro Fígaro de Madrid

 


¡Pero que no habías reseñado esta obra de teatro! ¿Será posible? Te tienes que regañar, porque si te dejas llevar por la indolencia estás perdida. Sabes que si el blog no lo mantienes más o menos al día la desmemoria es como la maleza, y se hace fuerte entre los recuerdos, los reseñas, las colecciones, y en general, todas las entradas. Y con la desmemoria, llega el desorden, y al final el olvido. Y estás perdida.

Porque el día 1 de enero, ya es tradición, pasar la tarde con la familia en el teatro. Y al último primero de enero le tocó el turno a: "Una terapia integral" en el Teatro Fígaro.

Como no lo contaste en ese momento ya no puedes reseñar detalles. Ay, si es que te lo tengo dicho... Pero vas tú y reseñas, vete a saber por qué, antes la obra de teatro que viste el 5 de enero que la del 1, sí la de La isla del aire, acuérdate, y ahora mira... Esa mala cabeza.

Menos mal que perduran, entre los efluvios de los polvorones y las hojaldrinas (ummm, qué ricas están las hojaldrinas), retazos de la obra "Una terapia integral". Como la fila que se formó acera adelante antes de entrar, normal que después la sala estuviera tan llena. Perdura también el humor que flota ligero durante toda la obra sobre el patio de butacas. Que no quieres decir con esto que sea hilarante, no, pero sí que tiene sus golpecillos, y desde luego el argumento te mantiene interesado en lo cuentan y hasta tiene varios puntos con los que terminas echando la carcajada. Eso es lo que perdura pasados los días: esa sensación de bienestar y lo bien que lo hacían los actores.

La historia se desarrolla en un taller para aprender a hacer pan donde un cocinero (Antonio Molero) da un curso que debe costar "una pasta gansa" a tres peculiares personajes: Un millonario parlanchín y algo sobrepasado (Cesar Camino), una cardióloga de lo más racional (Esther Ortega), y una jovencita muy frágil (Angy Fernández). Actúan muy bien todos, la verdad. Todos. Muy creíbles en su papel. Y vosotros fuisteis un grupo de varias generaciones y a todos, mayores y pequeños, os gustó la obra, que aunque parece distendida al final tiene su intríngulis. 

Además, acuérdate, te gustó mucho cuando al final, después de aplaudir ya, Antonio Molero se dirige al público y dice unas frases que por supuesto no vas a decir. Que luego te acusan de destripar y patatín y patatán... Algunos se ponen muuuy pesados con eso... Pero sí, sí, que estuvo bien. 

Total, que se trataba de que la familia pasáramos lo mejor posible la tarde del 1 de enero y el objetivo, desde luego, que se cumplió. Por tanto... ¿Qué más se puede pedir?




domingo, 28 de enero de 2024

Las verjas pintadas de Valencia

 


¿Y si no te dejaran leer? Pues te morirías. Seguramente. Te morirías de nostalgia, y llorarías lágrimas planas como páginas, llorarías muchas páginas que formaran capítulos hasta llorar libros y libros y deshacerte de pena. Tú no podrías vivir sin leer.

Es el letrero con el que tropezaste en la verja de la de la librería Ramón Llul de Valencia, que está en el barrio del Carmen donde hay muchísimos murales más, pero eso, te dices, lo contaremos otro día.

Hoy te centras en las verjas. Y no solo en la de la librería Ramón Llul. Sino también en la que leíste otra frase, ésta dicen que es de Frida Khalo, y que te gustó mucho. También del mismo barrio de Valencia.

Y la de aquella farmacia, donde removía su pócima aquel personaje de Asterix, el druida, que por más que revolvías en el trastero de la memoria, no conseguiste hallar su nombre: ¡Panoramix! Eso era... leíste luego.

Y la última verja que traes, también del barrio del Carmen, y que bien podría titularse: "¡Pero qué bien se está de viaje!". 
 

Y que sí, que seguramente es mejor decir persianas metálicas, en este caso, que verjas... Pero la palabra "verja" ¿¿No os parece mas bonita??

 


#valencia #verjaspintadas #barriodelcarmen #barriodelcarmenvalencia #letreros






domingo, 21 de enero de 2024

"Chicago" el mítico musical en el teatro Nuevo Apolo de Madrid

 


A veces la vida es esa jugada del billar en la que el taco da a una bola, y esa bola a otra, y ésta a otra y al final yo me veo viendo el Musical de Chicago en el Teatro Nuevo Apolo de Madrid.

Desde que fui a ver "Los miserables", hace muuuucho tiempo, no había vuelto a este teatro de Tirso de Molina. Ya no recordaba ni cómo era, y me gustó redescubrir su vestíbulo, sorprendiéndome después lo grande que es.

Y no tocaba que yo estuviera allí, que si la vida fuera como tiene que ser yo no tendría que haber estado, pero lo cierto es que me gustó volver, y me gustó mucho el musical de ese Chicago decadente de los años 20.

Me encantó cómo bailan todos, son ¡24!, todas las coreografías y lo sincronizados que lo hacen saliendo desde cualquier rincón mientras cantan. Me gustó que te fueran contando la historia, además de cantártela. Me encantó la música, esas canciones inolvidables del musical, con la orquesta todo el rato tocando a ritmo de jazz en el escenario.

Lo disfruté mucho.





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