Un blog de literatura y de Madrid, de exposiciones y lugares especiales, de librerias, libros y let

jueves, 4 de agosto de 2011

"La mina soy yo..." Ray Bradbury "Zen el arte de escribir"




Todas las mañanas salto de la cama y piso una mina. La mina soy yo.

Después de la explosión, me paso el resto del día juntando los pedazos.



Zen en el arte de escribir
Ray Bradbury

miércoles, 3 de agosto de 2011

"Póquer de ases" de Manuel Vicent



"Lo imaginaba adolescente en los topes del tranvía bajando hacia las playas de Argel, dispuesto a pegarse un baño junto con otros muchachos ára­bes, todos hermanados por la misma luz, por la misma pobreza. Pegarse un baño, en el argot del francés de Argelia, es una expresión que incluye lo que ese acto tiene de combate al abrazarse al agua, dejando que sea el mar el que te azote. Aprendió la libertad de la miseria. Todos eran pobres en aquella arena deslumbrada de Argel, entre barcas con pantoques color naranja, el adolescente Albert Camus y sus amigos árabes en cuyos cuerpos desnudos res­balaba el mismo sol mojado. La dicha aún tenía sentido: empezaba y terminaba en la piel..."




¿A qué apetece seguir leyendo? Pues es el comienzo del libro del que os quería hablar hoy.

Tengo otra vez atasco con las reseñas de libros que he leído. Os debo algunas. Así que vamos a por otra.

Os quería hablar del libro "Póquer de ases" de Manuel Vicent.

Cómo podéis imaginar por el comienzo que os he copiado, es un libro en el que el autor hace un retrato tanto literario como psicológico de 31 personajes de la literatura de siglo XX: Camus, Miller, Becket, Cortazar, Greene, Casares, Joyce, Faulkner, Lampedusa, Céline, Parker, Conrad, Woolf, Scott Fizgerald, Thomas, Capote, Pessoa, Pla, Williams, Rilke, Proust, Gide, Kafka, Stein, Hesse, Baroja, Hemingway, Benet, Borges, Azcona, y Mann.

Provienen de pequeños artículos o "daguerrotipos", nombre de la sección del suplemento Babelia en la que han ido apareciendo la mayoría de los textos. Son apenas tres hojas para cada personaje pero escritas con esa prosa poética de Vicent, esa forma de contar las historias que te las hace tan agradables casi entrañables y querrías que no acabaran.

A mí me ha gustado mucho. Me encanta como escribe Manuel Vicent, como cuenta las historias salpicándolas de anécdotas, diciendo las cosas claras pero al mismo tiempo de forma tan amena, cercana, afectiva. Os dejo con un ejemplo donde habla de Rafael Azcona:

"Nunca contó un chiste, pero no decía nada que no fuera sorprendente y divertido. Nadie veía lo que él veía. Azcona tenía el don de convertir lo cotidiano en surrealista y por muy extraña que fuera su salida, al final llegabas a la conclusión de que tenía razón y que te acababa de mostrar el revés del espejo. Antes de volver a casa a pie o en autobús, en la sobremesa con los amigos, había desmitificado el amor, la patria, Dios, la iglesia, la política, el dinero, el ejército, los banqueros, los obispos, todo con ejemplos y datos concretos, inapelables, sin retórica alguna, sólo con la ayuda de un par de orujos".

Y en otros de forma tan poética, como en éste sobre Rilke:
"Lo suyo era rozarse con las amantes como con las alas de los ángeles. Buscaba una mujer que fuera guardiana de su soledad. Por lo demás el poeta solo necesitaba silencio. Clara le dió el silencio y la lejanía..."



Las páginas que hablan de Benet me gustaron especialmente, donde alude claro a su relación con su amigo Martín Santos:
"Sabían que un día romperían a escribir y en este sentido se vigilaban mutuamente como corredores antes de sonar el disparo de salida".

Hay muchas notas autobiográficas en el libro porque ha conocido a algunos de los autores de los que habla y con otros al menos ha coincidido alguna vez. Y desde luego por todos siente admiración.

Es un libro que se lee muy rápido, no solo porque sea corto, sino por lo ameno y entretenido que es.

Está salpicado de caricaturas de los escritores que preceden a su texto. Estas ilustraciones están a cargo del ilustrador Fernando Vicente. Os he puesto algunas. Están bien ¿verdad?

Y lo mejor de este libro es que puedes aprender. Me gustan los libros en los que además del placer de la lectura está el de enseñarte, sobre todo si es literatura.

Está editado por Alfaguara, pero ya lo tenéis en bolsillo, mucho más económico.

Yo desde luego lo pienso releer, a la menor oportunidad.




martes, 2 de agosto de 2011

Más nombres originales de tiendas... a lo largo y ancho de este mundo.




Hoy os traigo unos pocos ejemplos más de nombres de tiendas que han llamado mi atención a lo largo y ancho de este mundo. Ya sabéis que tengo debilidad por este tipo de cosas. Ya he hecho algunas entradas más en este blog sobre ello:
http://rociodiazgomez.blogspot.com/search/label/Los%20nombres%20de%20las%20tiendas

En este enlace están todas las entradas que he escrito sobre este tema, una detrás de otra.


Es dificil elegir una frase o una palabra para nombrar lo que sea. Y tiene su importancia. Uno busca precisamente eso, que a alguien que pase por allí, aunque solo haya echado un ligero vistazo, le llame la atención por lo que sea, gire la cabeza para fijarse mejor y así quizás se le quede en la memoria y cuando lo necesite vuelva...

Me divierte encontrar esas frases en mi camino, esa forma de nombrar. No dejan de tener su mérito: alguien ha buscado algún recurso del lenguaje para hacer único a ese título.



Aquí tenemos, por ejemplo, algunos con nombre propio. Por definición los nombres propios (María, Manuela...) distinguen a un ejemplar de su especie. En estos dos casos vemos cómo han utilizado a los nombres propios para darles esa entidad de diferente, para subrayar que es único, distinto a los demás.

El rincón de María es una tienda de objetos para el hogar que está en Torrevieja.

En otros caso además de utilizar un nombre propio se utiliza un diminutivo, con lo cual se ha reforzado la diferencia. Manuela solo tiene una tienda, pero además no es una tienda cualquiera, es que es una tiendecita, pequeña... El uso del diminutivo la distingue de otras tiendas, y suaviza el significado, te lo aproxima, casi con cariño...
La tiendecita de Manuela está en Rota en Cádiz.

En otras ocasiones uno se tiene que quitar el sombrero ante el ingenio. Descubres por casualidad estos nombres y te sonríes... Qué mejor nombre para una tienda de arreglos de costura ¿no?


La aguja veloz, creo que hay varias sucursales, en este caso estaba en el barrio de La Viña en Cádiz.

O este caso, cómo nombre de bar no está mal ¿eh? "Hasta aquí llegué" y se da por supuesto que se quedó... claro.

El bar "Hásta aquí llegué" estaba en Vejer de la Frontera en Cádiz, en lo alto de una de sus cuestas...


¡Y qué mejor nombre para un establecimiento de depilación! Ya había visto otro parecido, está en otra entrada de este blog, que se llamaba "Bye, bye pelos". Pero oye éste es más nuestro...

"Adiós pelos" estaba en una callecita de Orihuela en Alicante.


"Continuará..."

lunes, 1 de agosto de 2011

Estoy leyendo este libro... Me gusta... La tienda de palabras de Marchamalo


¿USTED NO NADA NADA?

ES QUE NO TRAJE TRAJE


-Suena a juego infantil...
-Lo es, una broma inocente. Son palabras con doble personalidad, unas veces significan una cosa, y otras veces otra. Hay centenares: CURA, por ejemplo, es una manera de recuperar la salud, pero también es un sacerdote; CASTA significa linaje, y mujer que se abstiene de la sexualidad; PURO es un tipo de cigarro, y algo sin mezclar; GUÍA puede ser un libro, pero también un líder; por CAPITAL se entiende patrimonio, pero al tiempo es la cabeza administrativa de una región; CABO es un grado militar, y un accidente geográfico; hay FUENTES ornamentales y FUENTES de problemas. Algunas palabras tienen tantos sentidos, escribió un poeta, que vale la pena haber vivido solo para conocerlos -hizo una pausa, valorativa, y prosiguió- Imagine un cuchillo: sobre la mesa es un mero instrumento de cocina; en una panoplia, una pieza de museo, pero clavado en el cuerpo del delito se convierte en el arma homicida... Ocurre lo mismo con las palabras, cambian de significado en virtud de dónde estén colocadas, de su contexto. De alguna manera contienen en sí mismas el germen del juego. Utilizadas con ingenio sirven para construir frases realmente vistosas. Y muy económicas, claro, la misma palabra sirve para todo. Se amortiza enseguida.


EL CABO PRENDIÓ UN CABO EN EL CABO


...

Págs. 50 y 51 de La tienda de Palabras
Jesús Marchamalo

viernes, 29 de julio de 2011

Exposición "Retratos" en la azotea del Círculo de Bellas Artes hasta el día 31 de julio



No se necesita excusa para ir al Círculo de Bellas Artes de Madrid, siempre me ha gustado ese lugar, tan empapado de cultura y con esa elegancia añeja.

Pero además tiene el aliciente de su terraza. Cuánto me gusta. Siempre merece la pena. Ver el atardecer desde allí echarse sobre Madrid, con esa brisa que comienza a esas horas, qué gusto.

El fin de semana pasado volví a repetir la visita con la excusa (innecesaria cómo os decía) de ver una exposición de fotos que hay hasta el día 31. Por eso quería hablaros de ella hoy.

Se trata de una colección de retratos a cargo de los estudiantes del Master de Fotografía de la Escuela de Fotografía y Centro de Imagen de Madrid (EFTI).  Y están bien, la verdad. Algunas on muy curiosas.

Aún tenéis tiempo. 

Todavía estará el fin de semana. Y de paso que veis las fotos admirais ese Madrid que tiene a su alrededor el Círculo. ¿O era al revés? 

¿Se trataba de ver las fotografías y de paso Madrid, o de ver Madrid y de paso las fotos?




Ya sabéis que si hacéis doble click sobre las fotos se ven más grandes...

Esta era muy curiosa por lo actual, es un pantallazo del facebook...




















jueves, 28 de julio de 2011

Arcos de la Frontera y los escritores



Debe ser que de tanto trabajar y trabajar, me ha entrado nostalgia porque de pronto me he acordado de que no os había hablado de un pueblo que he vuelto a visitar (ya lo conocía) en estas últimas vacaciones.

Me refiero a Arcos de la Frontera en Cádiz. Bien bonito.

En lo alto de un desfiladero que hay sobre un río se agrupa y se derrama todo un pueblo blanco. Así es por fuera. Por dentro es un laberinto de calles muy estrechas que suben y bajan adaptándose al cerro en el que están, alternándose las casitas blancas con las fachadas de casas más señoriales.  Y en lo más alto una plaza con la Iglesia, el Parador, algunos monumentos más y una vista preciosa.

Por supuesto que merece la pena ir. Pero además es que a lo largo de sus calles había un montón de cartelitos con poemas dedicados al pueblo que es lo que yo en definitiva os quería enseñar...















miércoles, 27 de julio de 2011

"La llama" de Arturo Barea


El último libro que he terminado de leer ha sido la tercera parte de "La forja de un rebelde" de Arturo Barea, el que se titula "La llama".

En este libro, que termina con la saga, Barea nos habla de los años de la guerra civil española. Sobre todo del sitio de Madrid. Ahora que uno pasea tan bien por la Gran Vía madrileña atestada de coches y peatones la verdad es que cuesta pensar que durante mucho tiempo, muchos meses, el frente de batalla del asedio de Madrid estaba a muy pocos kilómetros y cada dos por tres estaba siendo bombardeada. De hecho se la conoció como "Avenida de los obuses".

Arturo Barea nos cuenta en primera persona como fueron aquellos años, y mientras lo hace vas viendo como la decepción se va apoderando de él, y mientras se va derrumbando España dividida en dos posturas irreconciliables, también lo va haciendo él a la vista de tanta violencia:

"Le hablé de la guerra, repugnante, porque enfrentaba a hombres de la misma sangre unos contra otros, en una guerra de dos Caínes. Una guerra en la cual sacerdotes eran fusilados en las afueras de Madrid, y sacerdotes daban su bendición al fusilamiento de pobres labradores (...) Millones como yo, que amaban a sus gentes y a su pueblo, estaban destruyecto o ayudando a destruir, aquel pueblo y aquellas gentes tan suyas. Y lo peor es que ninguno de nosotros tenía el derecho de permanecer neutral..."

Comienza la narración cuando nos cuenta el autor que se ha comprado una casa en un pueblecito de Toledo, en Novés. Allí es donde se ve inmerso a pequeña escala en el conflicto que se está viviendo en toda España. Las contradicciones de la República, con buenas intenciones, pero que no llegaba a todos. Y en la sombra los más poderosos conspirando para que hubiera un golpe de Estado. Barea en ese pueblo está entre los unos y los otros, pero consigue organizar un mitin, subrayándose su postura de izquierdas.

La verdad es que vas leyendo y se puede percibir muy bien el momento que estaba atravesando España, como si hirviera, a punto de estallar. Las izquierdas estaban divididas y por otro lado la derecha junto con la Iglesia se preparaba para levantarse.

Arturo Barea, pertenecía a la UGT, y trabajaba en el edificio de la Telefónica como censor de la prensa. Me ha gustado mucho saber de forma tan concisa lo que se hacía en la Oficina de Prensa que había allí establecida. A propósito de ésto Ignacio Martinez de Pisón tiene un artículo donde habla de ello, un artículo titulado "Un ejercito de poetas" del que os copio un par de párrafos porque habla de este libro de Arturo Barea:

"Parece ser que toda la documentación de la Oficina de Prensa Extranjera acabó perdiéndose. Sé de algún investigador que ha tratado infructuosamente de localizarla en diferentes archivos, y es una lástima porque la información allí contenida sería de gran utilidad para los historiadores que tratan de reconstruir la experiencia de los corresponsales extranjeros durante la Guerra Civil. La Oficina de Prensa Extranjera era el negociado oficial por el que todo periodista o escritor extranjero estaba obligado a pasar. Allí conseguía la pertinente acreditación y solicitaba todo aquello que pudiera necesitar para su trabajo: guías, intérpretes, autorizaciones, pases para el frente, entrevistas con personalidades republicanas...
Sin esa documentación, el historiador debe recurrir a otras fuentes vinculadas a la Oficina, y entre ellas destacan los libros autobiográficos de Constancia de la Mora y Arturo Barea. «Connie» de la Mora, que empezó a trabajar en la Oficina a comienzos de 1937 y no tardó en dirigirla, recuerda en Doble esplendor la atmósfera que se respiraba en aquellas dependencias, una atmósfera en la que la entrega y la fe de los colaboradores trataban de compensar la improvisación generalizada y la precariedad de medios. Pero la sección del libro consagrada a la guerra está llena de calculados silencios, y de todo lo que cuenta sobre esa etapa lo más interesante es su descripción del funcionamiento mismo de la Oficina, que ejercía a la vez labores de propaganda y de censura..."


En "La llama" desde esa posición privilegiada en plena Gran Vía que tenía el trabajo de Arturo Barea, nos va narrando al principio los primeros días de guerra en Madrid, cuando aún nadie era muy consciente de lo que estaba pasando y todavía la gente sale a comer el domingo al campo (como él y su amiga), o a la verbena... Sin embargo, poco a poco con tantos tiroteos en las calles o los bombardeos que comienzan no les queda más remedio que hacerse a la idea. Y comienza el desastre del asedio.

Aunque políticamente ya lo era. La Republica dividida, sus Ministerios totalmente ineficaces, los milicianos descontrolados. El pueblo quiere luchar por mantener la República pero los de arriba les decepcionan. También habla Barea de la "no intervención" de los países europeos.

"Nuestras órdenes eran más que simples: ¡teníamos que suprimir todo lo que no indicara una victoria del Gobierno republicano! (...) Pero cuando me enfrenté con los periodistas, me encorajinó la seguridad cínica con que daban nuestra derrota por cierta..."

A mí, claro lo que me gusta también de este libro, es cuando desde su puesto en la Oficina de Prensa Extranjera Barea habla de conocidos escritores. Os dejo con otro párrafo del artículo de Martinez de Pisón donde también alude a ésto:

"Por su parte, Arturo Barea (que acabaría detestando a Connie por su dogmatismo comunista) quedó al frente de la Oficina de Prensa Extranjera madrileña cuando, en noviembre de 1936, el Gobierno republicano se trasladó a Valencia, y en La llama, tercer volumen de La forja de un rebelde, nos dejó un pormenorizado relato de sus experiencias de la época. Por sus páginas desfilan los nombres de algunos corresponsales extranjeros. Aparece Ernest Hemingway presentándole a la que sería su tercera mujer, Martha Gellhorn: «Ésta es Martita. Tratadla bien, que escribe para Collier's. Una tirada de un millón...». Aparece John Dos Passos, «que hablaba de nuestros campesinos con una comprensión gentil y profunda». Aparece Josephine Herbst, que sería una espectadora privilegiada de la ruptura de la antigua amistad entre Hemingway y Dos Passos."
(Ignacio Martinez de Pisón "Un ejercito de poetas")

Y lo que se ve muy bien es la vida cotidiana durante la guerra, muy bien te puedes hacer una idea con las descripciones que se hacen en el libro. La violencia en las calles, la brutalidad de los bombardeos, los caídos en plena Gran Vía al cruzar la calle, el hambre que estaban pasando los madrileños, en intenso contraste con las visitas de las damas de la alta sociedad inglesa que venían de turismo. Eso es lo que más me gustaba del libro, lo bien que refleja cómo era la vida cotidiana en tiempo de guerra.

"Un día en mi desesperación, llevé conmigo a María para investigar el daño que había un solo avión Junker volando bajito sobre las casuchas de Vallecas en la tarde del 20 de enero y dejando caer un solo rosario de bombas..."

"...a las dos y cuarto de la madrugada me enfrenté con el micrófono en la cueva forrada de mantas y describí la trinchera de Carabanchel en la que nuestros hombres se habían instalado desalojando a la guardia civil de ella. Describí los refugios apestados a través de los cuales me había llevado Ángel, la carroña podrida del burro encajada por fuerza entre los sacos destripados, las ratas, los piojos, y la gente que allí vivían y luchaban..."

"...la muchacha que se asomaba a la portería de piedra e invitaba a las gentes a refugiarse allí porque su abuelito había hecho lo mismo hasta que una granada lo había matado..."

Es autobiográfico como los otros dos libros. El estilo del escritor es realista, objetivo, sin alardes ni adornos literarios de ningún tipo. Entonces tiene un valor testimonial. Claro, puesto que es una autobiografía, tiene unos condicionantes subjetivos que no se pueden evitar. Pero la intención clara de Arturo Barea al escribirlos era contarlo de la forma más realista y fiel posible y yo creo que en buena parte sí que está muy conseguido a juzgar por todos los datos que aporta.

Confieso que ya tenía ganas de terminar la saga, y este libro en particular. Ya estaba un poco cansada de tanta guerra en las últimas páginas. Pero reconozco que para quién quiera profundizar en este período de nuestra historia, es un libro muy recomendable, un testimonio de primera mano de aquellos años.

Porque aunque sí es cierto que estaba ya deseando terminármelo, yo estoy contenta de haberme leído los tres libros. Creo que he aprendido muchas cosas que no sabía. Me ha gustado mucho saber de aquel Madrid, cómo vivían, o más bien cómo a duras penas sobrevivían. Debió de ser horrible. Es muy curioso, y más que curioso tremendo, el contraste con otras ciudades, que se ve claramente cuando el autor viaja a Valencia a donde se había trasladado el Gobierno Republicano, era como si de pronto allí ya no hubiera guerra...

En fin, que si os interesa este tema, ya sabéis...

Perdonadme por la extensión de la entrada, pero es que no podía parar de escribir...